Por Mathie López de Castilla G.
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IV Colores mezclados con blanco o pastel El trabajo de este capítulo corresponde a hacer un degradé de un color primario hacia el blanco. El blanco es definido en la teoría del color como la unión de todos los colores. En nuestro caso lo que haremos será tomar un color primario –en este caso rojo, amarillo y azul- como punto de partida e ir añadiendo gotas de blanco, una a una, hasta llegar al blanco por adición de pintura.
En los 3 casos que presento a continuación, la primera pincelada de todas ha sido pintada con el color rojo, amarillo y azul puros. A partir de la segunda pincelada, los 3 colores ya han sufrido la adición de blanco en muy poca cantidad: 1 gota. Todos los colores son susceptibles a podérseles degradar con blanco. Si analizamos la segunda y tercera pincelada en cada color primario, veremos que el color no ha variado notablemente. Lo que hemos obtenido aquí es el color opaco. Normalmente, cuando compramos pintura textil nos encontramos con los colores en “transparente” u “opaco”. Transparente querrá decir entonces un color primo puro y un color opaco se referirá a la adición de blanco para hacerlo más cubriente. Este es el tipo de pintura que podemos escoger al pintar por ejemplo tela de tejano –blue jean o mezclilla-, Vichy o cualquier otra tela de color. Luego podemos encontrar los colores “pastel” que son el rosa, el amarillo patito y el celeste con distintas intensidades. Todos estos colores pueden resultar bastante artificiales a la vista según lo que se quiera pintar. Así que cuando queremos representar a la naturaleza, tenemos que modificarlos para tornarlos más reales y que no parezcan “recién salidos del bote”.
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Los más claros se les conoce comúnmente como los “bebé”: rosa bebé, amarillo bebé y celeste bebé; pues son tan suaves que son los colores con que se suele vestir a los recién nacidos por su cercanía al color blanco. Son colores muy delicados que hay que saber combinar para que no se ven opacados por colores más fuertes. Más bien, hay que lograr que sean lo que hace resaltar a los demás. Este es el caso de cuando damos las luces a un diseño utilizándolos. Por ejemplo, para dar luces a una hoja, bien podemos utilizar blanco o un verde claro; pero resaltará mucho si aplicamos un amarillo o verde bebé. Lo mismo con los rosa bebé para las flores, el celeste bebé para el cielo y el mar; y así con todos los colores, pues se les puede hacer este mismo degradé. Otro uso interesante que se le puede dar a los colores tan claros es de dar sombras a objetos blancos. En estos casos, se utilizan blancos “rotos” –blancos con ligeros tonos de color, justo lo necesario para “ensuciarlo- para sombrear flores, telas, nubes, flores, barcos o cualquier otro que solemos ver blanco a nuestro alrededor. En estos casos, el uso de un gris muy claro será de los más comunes de encontrar. Ahora que ya hemos aprendido a combinar con blanco, veremos en la siguiente entrega las combinaciones de color con negro. Este es un color que nos permite crear colores tan fantásticos como el verde oliva y que se usan muy comúnmente en diversos estilos. ¡Estate atento a esta entrega!
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