Editorial
Desde mi ventana
El hilo invisible de McEwan
Paisajes de la invención
POR PEDRO B. REY
Un escritor no es algo dado, una entidad fija e inmóvil. La literatura del inglés Ian McEwan es una prueba más del modo en que el perfil de una obra se va constituyendo de libro en libro. Poco parece vincular la eficaz sordidez de los relatos de Primer amor, últimos ritos o de su primera novela, Jardín de cemento, con los perfectos (a veces demasiado perfectos) engranajes novelísticos que dio a conocer en la última década: Expiación, Sábado y Chesil Beach. El tránsito de un paisaje narrativo a otro, del seco realismo suburbano al virtuosismo de aliento decimonónico, conserva, sin embargo, como un hilo invisible, una serie de constantes. Solar, su última novela, es una sátira ultracontemporánea. La entrevista que publicamos en este número de adn da algunas claves para su lectura, pero también permite a los lectores consecuentes de McEwan encontrar el origen de algunas de aquellas constantes –las situaciones de dominio, la sexualidad voraz– que marcan la mejor parte de su narrativa.
Humor
Añopág. 4 número 194
2
viernes 29 de abril de 2011
POR TUTE
Nadine Gordimer, Premio Nobel de Literatura 1991, prefiere la atmósfera que rodea a sus personajes a la exuberancia de su jardín
E
l paisaje que veo desde mi ventana es mi jungla. Una oscuridad verde de helechos, calas, exuberantes albahacas, la gran silueta calada de la planta conocida como monstera deliciosa, todo cubierto de maleza. Cuatro jazmineros, con delicados troncos grises y discretos ramilletes de flores abiertas, son una enorme pantalla sobre la jungla. Mi escritorio está a la izquierda de la ventana. Sentada ante él, quedo de frente a una pared blanca. Durante las horas que dedico a trabajar, estoy físicamente en mi casa de Johannesburgo. Pero en una combinación de conciencia y de sentidos que todo escritor de ficción conoce, estoy en realidad allí donde transcurre la historia que escribo. Se me ocurren ahora los dos casos, muy diferentes, de mis amigos Mongane Wally Serote y Amos Oz. Durante el apartheid, Mongane Wally escribía poesía en el confinamiento solitario de una celda; una obra con un paisaje muy distante de los muros de la prisión. Amos Oz escribe sus iluminadoras novelas de Israel como parte de las circunstancias psicológicas, históricas y políticas de Medio Oriente en una especie de bodega que hay en su casa. No creo que un escritor de ficción necesite una habitación con vistas. Su vista es la siguiente: el entorno, la atmósfera, el clima de los individuos que el escritor trae a la vida. Lo que el escritor experimenta, ve y vive es lo que ellos experimentan, lo que ellos están viendo. No necesitamos una ventana. Estamos completamente cautivados por los paisajes que rodean a esa gente que empezamos a conocer.
IMAGEN: © MATTEO PERICOLI TEXTO: © NADINE GORDIMER
Traducción: Pablo Gianera
Viernes 29 de abril de 2011
Buenos Aires, Argentina
Staff
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