Espectáculos
Jueves 10 de junio de 2010
LA NACION/Página 7
CLASICA
DANZA
(Acordes)
Opinión Por Pola Suárez Urtubey
Oscar Araiz y una cabalgata de la danza
La hora de Clara Wieck S. Dicen que en la vida hay que saber esperar. Y está bien, esperemos, siempre que no sea por demasiado tiempo ¿no? El caso de Clara Wieck-Schumann es muy especial, porque en realidad ella tuvo una vida intensísima y triunfó mucho antes que su marido, Robert Schumann, pues cuando éste era un desconocido, ella ya era aplaudida y gozada en toda Europa, incluso en San Petersburgo, como pianista. Pero también como compositora. De todas maneras, pese a su fama en vida, después de su muerte hubo un largo olvido, como no sea por su papel de compañera del héroe. Sin embargo, en este siglo XXI y, para ser más exactos, desde fines del XX, el turno de Clara, ante el gran público, ha llegado. Es decir, ha sido rescatada por su condición de compositora. Que en música, ésta es la única forma de vencer al tiempo y al Después de olvido. Como se sabe, nala muerte de ció en 1819 y murió en 1896, después de la pianista haber dejado una huella profunda, por hubo un ella misma, por lo largo olvido que fue, pero también como estímulo no sólo para su propio marido sino para otros grandes, entre ellos Brahms. Desde varios años antes de su difícil casamiento con Robert, motivado por el rechazo de su padre, Clara componía, en medio de una vida intensa de conciertos por toda Europa. En 1831 ya encontramos su Op. 1, Cuatro polonesas para piano. * * * Luego vendrán los Caprichos en forma de vals, la Romanza variada para piano; Valses para canto y piano, Valses románticos para piano Op. 4 y las Cuatro piezas características Op. 5, ambas de 1835; las Seis veladas musicales y el Concierto para piano en la menor, de 1836. Son obras que reflejan las tendencias de la época, como las Variaciones de concierto para piano sobre una cavatina de Il Pirata de Bellini, o los Impromptus y Scherzi. A partir de 1840, año de su casamiento, surgen nuevas composiciones, hasta que en 1847 nace su Trío con piano en sol menor, obra que se ubica entre lo más significativo de su producción. Hasta 1891 siguen apareciendo nuevas composiciones de esta extraordinaria mujer, esposa, madre de varios hijos, y pianista de incansable trayectoria europea. En 1870 encontramos dos cadencias para conciertos de Beethoven y todavía en 1891 una para el Concierto K. 466 de Mozart. Y ahora lo que nos promete Festivales Musicales de Buenos Aires para celebrarla: el martes próximo, el Nuevo Trío Argentino le rendirá honores a través de su Trío en sol menor, hoy su obra más valorada. A fines de julio lo hará con sus lieder, y será Bernarda Fink la que nos aproxime a ellos. Y más adelante, en octubre, serán tres coros mixtos con los que brillará al lado de los grandes: entre ellos Bach y su propio marido. Radiante triunfo de nuestro tiempo, el recuperarla.
Un recorrido por la cultura musical y popular Muy bueno ((((
EFE
Orquesta en los Jardines. La Orquesta Filarmónica de Viena realizó anteayer un concierto en los jardines del Palacio de Shoenbrunn (son los que se ven en la foto), con dirección de Franz Welser-Moest. N
Adiós a Giuseppe Taddei. El miércoles de la última semana falleció en Roma el barítono genovés Giuseppe Taddei. Tenía 93 años. El cantante comenzó sus estudios en Roma, donde N
(Allegro)
también inició su carrera profesional, en 1936, con una versión de Lohengrin, hasta ser alistado como soldado para la Segunda Guerra Mundial. Retomó su carrera en las más importantes salas europeas. También se presentó en América; al Teatro Colón llegó en 1953, para una puesta de Tosca con Renata Tebaldi y Carlo Bergonzi. N Festejo Schumann. Daniel Ba-
renboim dirigió anteanoche, en
Alemania, a la Staatskapelle de Berlín, en el concierto central del Bicentenario Schumann. N Ars Nova, de Salta a Europa. El
Coro de Niños y Jóvenes Ars Nova (Salta), regresó de su 16ª gira internacional. Ofreció conciertos especialmente en Francia, donde estrenó Encuentros, de la compositora salteña María Laura Briones, y Tres poemas en quechua, del compositor español Enrique Muñoz.
Por Pablo Kohan
Estereotipos que crea el público y el costado mundano de los grandes artistas Chopin debe de haber sido siempre poético y nocturnal y Bach desarrollaba su vida tan metódicamente como escribía fugas. En realidad, los estereotipos que se forjan sobre la base de creaciones artísticas no tienen ningún asidero y ninguno de nuestros dos compositores era, efectivamente, así. Puestos a indagar un poco más, en las magistrales creaciones de Wagner no se revela su racismo ni en los cuartetos finales de Beethoven hay vestigios de la amargura que le provocaba su sordera. En el campo de la música, un arte que se maneja con un lenguaje no figurativo, la creación artística corre por un carril independiente de las personalidades de quienes la llevan a cabo. Si así fuere, un apocado no escribiría obras que superen el mezzoforte y un apasionado jamás se aventuraría con una canción contemplativa. Y si bien todos podemos llegar a convenir sobre este asunto, en algún punto estamos esperando que los
compositores y los músicos “sean” como sus obras. No sólo los melómanos sino, al parecer, algunos músicos también. Nathan Milstein, el gran violinista que vivió entre 1903 y 1992, se asombraba del Prokofiev de carne y hueso: “Parábamos en el mismo hotel en Hollywood y coincidíamos en el desayuno. Desde que era un niño creía que los artistas no eran seres humanos comunes. Ellos no iban al baño. Tampoco comían. Y lo tenía frente a mí a Prokofiev comiendo tocino y huevos en el desayuno, la grasa salpicando sus ropas y una especie de espuma en sus comisuras. Sus labios eran muy rojos y carnosos y daban la impresión de que iban a explotar chorreando abundante sangre. No era una vista agradable. “Lo veía y me decía: «¡No es posible!». Pero sí, era posible”. Y, quizás apesadumbrado, Milstein concluía: “Probablemente, con Beethoven fuera lo mismo”.
(Variedades) Loreley, en el Avenida La Casa de la Opera presentará mañana, a las 20.30; el domingo, a las 18, y el sábado 19, a las 20.30, Loreley, con música de Alfredo Catalani y libreto de D’Ormenville y Zanardini. Participan la soprano Adelaida Negri y el tenor Miguel Geraldi. En el teatro Avenida, Avenida de Mayo 1222.
Patética sinfonía Así se llama la obra teatral de Jorge Ducca inspirada en la vida de Tchaicovsky, que se presenta los domingos, a las 20, en Tadron Teatro, Niceto Vega 4802.
Cabalgata, por el Grupo de Danza de la Unsam, integrado por Rosana Zelaschi, Giuliana Rossetti, Elena Ponce, Yamila Ramírez, Paula Almirón, Ollantay Rojas, Ignacio González Cano, Marcos Chaves y Javier Bazán. Iluminación: Dana Barber. Vestuario: Renata Schussheim. Dirección: Oscar Araiz. Duración: 60 segundos. En el Teatro del Globo, M. T. de Alvear 1155, jueves, viernes y domingos, a las 20.30, y el sábado 26, a las 20.30.
No podía faltar Piazzolla, en esta oportunidad con textos de Borges, con cuatro temas: “Jacinto Chiclana”, “A don Nicanor Paredes”, “Alguien le dice al tango” y “El títere”, momento que permitió el lucimiento varonil, mientras que el femenino tuvo su espacio al protagonizar tres canciones de Gershwin. En este popurrí de géneros también estuvo presente el rock en manos de Memphis la Blusera, que interpretó “Ya no me toques”; también hubo una clase de tango en clave de humor y un mambo a cargo de Los Jaivas, donde se entremezclaron los acordes flamencos y andinos. Con este programa musical y
Una cabalgata tanto por la alegría como por la evocación de aquello que es el reservorio de la cultura musical y popular es lo que propusieron Oscar Araiz y el Grupo de Danza de la Universidad Nacional de San Martín. Fundamental para el desarrollo de un espectáculo de danza es la elección de la música, y en este caso la banda sonora se destacó por melodías que son reconocibles como propias. Sobre todo cuando al baile se sumaron las voces de Tita Merello con “Pipistrela”, “De contramano” y “Tranquilo, viejo, tranquilo”; de Niní Marshall, cuando, interpretando a Catita, grabó “La última noche”, con una pronunciación muy especial, y finalmente El Grupo de Danza de la Unsam de Elvira Ríos con su ADRIAN QUIROGA inconfundible modo de cantar, en esta ocasión el bolero con una coreografía que rescató lo “Me acuerdo de ti”. A las voces de más peculiar de cada tema, Araiz estas tres mujeres Araiz les puso ya tenía asegurado un espectáculo carnadura con una coreografía atractivo, pero contó con algo más, que teatralizó las canciones. con lo más importante: el cuerpo El humor litoraleño se presentó de bailarines que se jugó con encon Los Alfonsitos y el tema “Den- tusiasmo, frescura y energía, y el tro del pozo”, al que siguieron vestuario de Renata Schussheim, una chacarera de Chango Farías de por sí un complemento visual Gómez y “Lengua”, de Enrique que contribuyó, por los diseños Roel, canciones estas dos últimas y los colores, a enriquecer la donde se conjugaron melodías hechura estética del show. sureñas con resabios de etnias orientales. Susana Freire