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POLÍTICA
| Sábado 11 de enero de 2014
La vicejefa de gobierno porteña critica en forma indirecta a Massa y descarta la posibilidad de una interna entre Macri y el diputado del Frente Renovador para 2015; admite su interés por saltar a la provincia
María Eugenia Vidal. “Hay dirigentes que hace poco eran kirchneristas y quieren mostrarse como lo nuevo” Texto Gabriel Sued | Fotos Fabian Marelli / Enviado especial
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PINAMAR
a visita de María Eugenia Vidal a “Buenos Aires Saludable”, el puesto playero que le asegura presencia a la administración de Mauricio Macri en uno de los lugares más concurridos de esta ciudad, dura unos minutos. De jean, ojotas y anteojos negros envolventes, la vicejefa de gobierno pedalea en una bicicleta fija, saluda a dos mujeres que toman la presión arterial a la sombra de un gazebo adornado con globos amarillos y posa para la foto con una admiradora, a metros de la rotonda de Bunge y avenida del Mar. La actividad le sirve para empezar a instalarse en la provincia de Buenos Aires, de cara al desafío político que proyecta para 2015: pelear por la gobernación. En una entrevista con la nacion, ella sugiere la candidatura sin confirmarla. “Tengo ganas de cambiar la provincia”, declara, elíptica. Recurre al mismo juego de adivinanzas para cuestionar con dureza a Sergio Massa, aliado de Pro en las últimas elecciones en la provincia de Buenos Aires. “Dirigentes que hasta hace poco eran kirchneristas pretenden mostrarse como lo nuevo”, dice, sin nombrar al intendente de Tigre. Deja, eso sí, una definición clara sobre la construcción política de Pro en la pelea por la sucesión de Cristina Kirchner: “No veo una primaria entre Macri y Massa”, afirma. –¿Va a ser candidata a gobernadora? –Tengo ganas de cambiar la provincia. No se cambia el país sin cambiar
la provincia. Empecé a recorrer, a conocer los problemas de los bonaerenses. Las candidaturas las vamos a definir al final. –Jorge Macri está un paso adelante porque ya dijo que es candidato. –No está mal que lo diga. Pro tiene más de un candidato en la ciudad y en la provincia. Muchos dirigentes hemos crecido y queremos ocupar espacios. –¿Por qué Macri es mejor que otros que se proyectan como candidatos a presidente? –Más que de las personas, hay que hablar de las formas de hacer política. Hay una manera tradicional que no da para más. No sirve poner a alguien arriba que es aceptado por la gente, y abajo, a los mismos de siempre. –Algunas figuras de Pro no son tan nuevas, como Cristian Ritondo, ex funcionario de Duhalde, y Sturzenegger, de la Alianza. –Cristian y Federico están en Pro hace diez años y han mostrado que tienen una manera distinta de gobernar. El problema es cuando dirigentes que hasta hace poco eran kirchneristas pretenden mostrarse como lo nuevo. –¿Está hablando de Massa? –No estoy personalizando, cada uno se tiene que hacer cargo de su historia. –¿Por qué se rompió el acuerdo con Massa? ¿Los abandonó? –La separación estaba prevista desde un principio. Era un acuerdo para no ir de manera fragmentada a las elecciones, lo que hubiera significado
facilitarle la re-reelección a la Presidenta. Cumplido ese objetivo, hoy estamos parados en lugares distintos. –¿Puede haber una primaria entre Macri y Massa? –No veo una primaria. Estamos construyendo nuestro propio espacio. Tenemos que recuperar la política que le dice la verdad a la gente, que no le promete energía barata e infinita, cuando la energía es cara y escasa, y entonces después se corta la luz. –¿Está de acuerdo con la propuesta de Sturzenegger para subir 80 pesos la tarifa de luz? –No sé sobre la base de qué cálculos lo dice. No se soluciona con una sola medida. Hay que hacer inversiones en las redes de distribución y tiene que haber otro vínculo entre el Estado y las empresas. El Gobierno tenía un veedor en Edesur y directores en Edenor. Eso no se tradujo en un mayor control. –Uno de los accionistas de Edesur es Nicolás Caputo, el mejor amigo de Macri. –Nicolás Caputo no es funcionario del gobierno de la ciudad, y el gobierno de la ciudad no es responsable de las empresas ni del control. –Pro sigue siendo minoritario a nivel nacional. ¿No le va a hacer falta una alianza? –Hace falta que los argentinos entiendan que somos la alternativa de cambio real. En estos 30 años de democracia, muchas veces a la gente se la puso en la alternativa de decir: “Elegimos al radicalismo y tenemos democracia sin gobernabilidad, o elegimos al PJ y tenemos gobernabilidad con una democra-
cia restringida”. Pro mostró que se puede gobernar con democracia y gobernabilidad. En la ciudad dimos batallas en el sistema educativo, cambiando la junta de calificación docente, enfrentándonos a los gremios; en las políticas sociales, terminando con un sistema clientelar de reparto de comida. –El resto de las fuerzas políticas califica a Pro de un partido de derecha. –En otros países no sería mal visto ser de derecha. Pero en la Argentina, donde está asociado a la represión, es una salida fácil para los que no pueden dar la discusión. La Argentina enfrenta problemas básicos que ningún país gobernado por la derecha o la izquierda con un grado razonable de desarrollo enfrenta. ¿La inflación es de derecha o de izquierda? –Más allá de las connotaciones negativas que tiene en la Argentina, ¿Pro es de derecha? –No me compro esa calificación. Pro es muy diverso.
–Pro no acompañó la ley de fertilización asistida ni la regulación de la medicina prepaga, ni las estatizaciones de YPF y de las AFJP. ¿Eso no es ser de derecha? –En la ley de fertilización asistida hubo diputados que no acompañaron y otros que sí, como Majdalani y Alonso. –La gran mayoría no acompañó. –Pero hubo libertad, no hubo una línea política de votar en un sentido. Votar contra la estatización de YPF no me parece de derecha. Mauricio dio una conferencia de prensa y dijo exactamente lo que iba a pasar: que no era una expropiación, sino una confiscación, que iba a tener resultados negativos en nuestra inserción en el mundo y que después de un año la situación iba a ser peor. Hoy, en vez de Repsol, a quien tenemos que indemnizar, tenemos a Chevron, en un acuerdo que no sabemos lo que dice, e YPF no está mejor. –¿Cómo se baja la inflación? –Primero, hay que tener un ministro
de Economía. En el último mes, no lo escuché hablar. –Habló esta semana, desmintió el aumento del impuesto a los bienes personales. –En 24 horas el jefe de Gabinete y el titular del AFIP hablan de un impuesto y el ministro de Economía los desmiente. Hace falta un plan integral y este gobierno no lo tiene. –Pro criticó el eventual aumento de impuestos, pero en los últimos dos años el ABL subió más del 250 por ciento. –El ABL es un servicio público por el que el vecino paga. El aumento de ABL tuvo que ver que con lo que recaudábamos no cubría siquiera el alumbrado, el barrido y la limpieza. –¿No es doble discurso? –El aumento de ABL tiene que ver con un atraso histórico y con que convivimos con un problema de inflación. El impuesto que había anunciado el Gobierno era querer cobrar un impuesto a la riqueza donde no hay riqueza.ß