LOS CONFLICTOS SON OPORTUNIDADES Por Alberto Marrero Alguien, con razón, ha dicho que la historia de nuestras vidas es la historia de nuestros conflictos; que a veces pueden ser internos, pero, por lo general, involucra a otras personas. Aun en tiempos buenos no faltan las diferencias de opinión y, como hay diversas maneras de actuar en medio de un conflicto, los resultados pueden ser muy variados. Antes de continuar, sería interesante que nos hiciéramos la siguiente pregunta: ¿traerá siempre el conflicto un resultado negativo? En los últimos años se han llevado a cabo numerosas investigaciones relacionadas con el tema de los conflictos. En éstas puede verse que, en la medida que el mundo se ha hecho más interdependiente y globalizado, los conflictos han ido ganando mayor importancia en nuestras vidas. Demostrándose que, siempre que no sean destructivos, los conflictos pueden resultar en algo positivo, pues nos moviliza hacia zonas de la realidad objetiva que de otra manera pudieran quedar olvidadas; por lo cual, resulta de gran importancia aprender a manejarlos de forma eficiente. Dado que la paz y la unidad son esenciales para llegar a ser mejores ciudadanos, usted puede estar seguro de que siempre habrá alguien que promueva el conflicto. Son varias las expresiones que reflejan normalmente las mentiras que invaden nuestra mente: preocúpate de ser el Número Uno; no te enojes, desquítate; te perdonaré, pero no olvidaré; merezco algo mejor que esto; etc. Sin embargo estos argumentos negativos pueden ser remplazados por otros que nos ayudan a ser mejores. La Biblia, que es Palabra de Dios, resulta el mejor lugar para buscarlos: •
Ella nos enseña que debemos vivir en paz los unos con los otros. En 2 Corintios 12:20 el apóstol Pablo dice: Pues me temo…que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes, y en 2 Timoteo 2:23-24: Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos.
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También manda que nos aseguremos de no pagarle a nadie mal por mal. El apóstol Pablo dice: No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor (Ro. 12:19).
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Enseña la Palabra de Dios que el buen juicio hace al hombre paciente; y su gloria es pasar por alto las ofensas. Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas (Mt. 6:14-15), y más adelante, insiste Pablo: Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza (Ro. 2:20).
Algo debemos tener presente: Los conflictos son inevitables y no siempre perjudiciales; todo depende de cómo cada cual enfrente la situación. Una manera de actuar, que siempre ha dado resultado, es pedirle a Dios en oración que nos ayude en cada ocasión, reconociendo que, tal como puede verse en Jeremías 10:23, el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. Este escrito es una contribución del grupo de autores evangélicos cubanos denominado “Pluma Evangélica”. Tiene su sede en Jatibonico, Sancti Spíritus, Cuba. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.
