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Turismo
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Domingo 27 de julio de 2008
[ HOTELES ]
Los cinco estrellas porteños perfeccionan su oferta de salud y bienestar para agasajar a huéspedes y al segmento ejecutivo local
Buenos Aires, ciudad spa Todo nuevo en el Alvear, incluyendo piscina tratada con ozono y aparatos del sistema Kinesis
Por José Totah Para La Nacion
H
ubo un tiempo en que bastaba con que un hotel tuviera pileta y sauna para ganar la ansiada estrellita y ubicarse un paso adelante de sus competidores. Hoy, eso solo no hace gran diferencia. Los grandes jugadores han invertido cientos de miles de dólares para distinguirse y buena parte de ese presupuesto lo han destinado a un ambiente en particular: el spa, ya no sólo dirigido al huésped, sino como un anzuelo también para el público local. Dime cómo es tu spa y te diré qué tipo de hotel eres, se podría apuntar. Así, cada establecimiento ha diseñado una oferta innumerable de tratamientos faciales y corporales, desde masajes varios hasta salones de belleza, camas solares con luz pulsada, blanqueamientos dentales, máscaras faciales de caviar, aromaterapia, cápsulas de ozono, y las exclusivas y novedosas terapias vibracionales, de las que son fanáticos confesos Madonna y Marcelo Tinelli, que hacen que uno se ejercite sin esfuerzo. Sin embargo, pese a todos estos chiches que ya existen en el mercado, las fuentes consultadas del sector coinciden en que la cultura spa todavía está muy verde en América latina. El core business de los hoteles son las habitaciones. Pero en los últimos años, para ganar competitividad, se empezaron a ofrecer servicios que funcionan como unidades de negocio en sí mismas, desde el restaurante hasta el spa. Incluso muchas de las cadenas globales cuentan con su propia línea de spa de colección, con estándares de calidad predefinidos para cada uno de sus hoteles. El Hyatt tiene a Hyatt Pure y el Marriott a Quan Spa, con mucha presencia en Oriente, dos submarcas muy difundidas en todo el mundo. “En cierto nivel de hotelería, el spa marca la diferencia –asegura Paula Rey, consultora en el tema, que participó en el diseño y capacitación de los spa del Sheraton, el Hilton, Design Suites, y Posada del Quenti, en San Isidro, entre otros–. Los que acceden a estos cinco
estrellas son personas muy viajadas, que quieren probar cosas nuevas para el cuidado corporal, más allá de la piscina, el sauna o la ducha escocesa.” En la Argentina, la mayoría de los grandes hoteles se jacta de tener su propio spa o health club (club de salud), como si no contar con uno fuese, a esta altura, una grave omisión en el servicio al pasajero. Estos circuitos de agua, que serpentean entre mármoles carísimos y cristalinos estanques de agua ozonificada encuentran su máxima expresión en el Park Hyatt Palacio Duhau; el Hotel Alvear, que inauguró su nuevo spa en marzo último; el Faena Universe, y el Four Seasons, por ejemplo. No se quedan atrás los Sheraton (especialmente el de Pilar), el Hilton y el Panamericano, con su lujoso Nivel 23 Club & Spa. Y en el caso del Hotel InterContinental, están destinando 200.000 dólares para remodelar el spa, que hoy funciona en el primer piso del complejo y que estará listo en octubre a más tardar, mientras que, en 2009, se construirá un circuito de agua. “Estamos renovándonos para alinearnos con las tendencias mundiales tanto en lo que concierne a instalaciones como a terapias orientales”, dice Beatriz Ham-
DATOS UTILES ● Park Hyatt Palacio Duhau:
http://buenosaires.park.hyatt.com ● Marriott Buenos Aires:
www.marriott.com.ar ● Hotel Alvear:
www.alvearpalace.com ● Hotel Intercontinental:
www.buenos-aires.intercontinental. com ● Faena Universe: www.faenahotelanduniverse.com ● Four Seasons: www.fourseasons.com/buenosaires ● Sheraton Pilar: www.sheraton.com/pilar ● Hilton Buenos Aires: www.hilton.com ● Hotel Panamericano: http:// panamericanonews.com
beck, gerente del Vilas Health Club del Hotel InterContinental. Hay que admitir que algunos invirtieron más que otros en este tema y levantaron auténticos palacetes de relax. Uno de los espacios más fastuosos es el que ideó el Hyatt con Ahín Wellness & Spa, donde no existe la idea de “gabinete de masajes”, sino de suites privadas con camillas dobles, ducha propia y la música suave que uno prefiera; amantes del heavy metal, abstenerse. “En algunos Hyatt del mundo existen incluso habitaciones de spa para quedarse a dormir”, cuenta Liana Vinacur, gerente de Marketing y Comunicaciones de la cadena en el país.
¿Quiénes lo usan? Muchos de los coordinadores y gerentes de spa de grandes hoteles consultados coinciden en que el público argentino todavía no tiene demasiada “cultura spa”. Esto significa que aquí no se conoce del todo la oferta de estos espacios de cuidado del cuerpo y, como nadie está tan acostumbrado a pasarse una tarde entera entre piletones ozonificados y olor a incienso de almendras, lo más común es hacerse un masaje de una horita y listo. En cambio, los extranjeros sí saben como es esto de mimarse con circuitos de agua e incluso muchos definen el destino al que viajan por la calidad del spa del hotel en el que se alojan. “El 60% del público del Ahín Spa son huéspedes y el 40% restante, ejecutivos locales”, precisa Vinacur, una proporción similar a la que se da en los spa del Hilton, el Sheraton Pilar y el Panamericano. En el caso del Alvear, la gerente de Relaciones Públicas y Prensa, Cecilia Nigro, explica: “La prioridad la tienen los huéspedes, que desde hace años conocen el concepto de spa y lo ponen a prueba en los distintos destinos que conocen. Aunque también apuntamos a un segmento local muy aficionado al training y los masajes, pero que por ahora no está tan familiarizado con tratamientos más complejos”. Los precios de estos spa parten de US$ 100 y pueden superar los US$ 1000