Líder de corbata, líder de coleta - El Siglo de Europa

16 feb. 2017 - tavoz y presidente del PP de Guipúzcoa,. Borja Sémper. La alcaldesa de Logroño,. Cuca Gamarra. La coordinadora del PP valenciano, Eva ...
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POLÍTICA

Mariano Rajoy fue elegido por el 95,65% de los votos de los compromisarios asistentes al congreso de la reafirmación del líder del PP.

PP y Podemos encumbran dos estilos de dirección radicalmente diferentes

R Líder de corbata, líder de coleta

Mariano Rajoy y Pablo Iglesias acaban de reafirmar su liderazgo en sendos congresos sin que existan muchas más coincidencias que les permitan encontrarse. El presidente del PP llegó al cargo gracias a la designación de quien hoy es uno de sus mayores detractores. El secretario general de Podemos lo hizo tras poner en pie un partido que amenaza con arrebatarle al PSOE la hegemonía en la izquierda. El primero cocina a fuego lento las lealtades y traiciones. El segundo dirime los enfrentamientos cara a cara y en prime time. El jefe del Ejecutivo tiene las tablas de quien ha sido casi de todo en el oficio. El oficioso jefe de la oposición se conduce por la pasión de las primeras veces. Pasión y templanza. Agresividad e ironía. Novedad y tradición. Coleta y corbata. Así son y así se comportan los dos grandes líderes de la política española. 8

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EUROPA PRESS

Por Virginia Miranda y Manuel Capilla

ecién elegido por el 95,65 por ciento de los votos, Mariano Rajoy es el líder indiscutido e indiscutible de la política española. Porque no hay quien sea capaz de hacerle sombra en el PP y porque tampoco hay en el resto de partidos un candidato capaz de preocuparle lo más mínimo. Con el PSOE controlado por una gestora y unos contrincantes a primarias que prometen dar guerra, un Podemos que ha arrinconado la trasversalidad y Ciudadanos tratando de preservar su utilidad en el arco parlamentario, el presidente conservador tiene la suficiente confianza en sus posibilidades presentes y futuras como para decir que puede “dar mucho más al PP”, según dijo durante la presentación de su candidatura en el XVIII Congreso Nacional. Esta última ha sido su cuarta y más rotunda victoria. No sólo por el apoyo de los suyos –y eso que, con la excepción del convulso cónclave de 2008, ha sido el menor en porcentaje respecto a anteriores votaciones– sino por el alcance de su lide-

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PODEMOS

Iglesias ha sido reelegido en una votación en la que han participado 155.000 personas, récord en la historia de Podemos.

Las siete diferencias Mariano Rajoy Pablo Iglesias

Heredó un partido político

Fue elegido por su antecesor Ha pasado por múltiples cargos Rehúye las primarias Puede ser ingenioso y torpe Evita a los medios Esquiva el enfrentamiento razgo, liberado ahora así de las ataduras que le dejó José María Aznar al pasarle el testigo; primero fue la ineficaz estrategia de un secretario general –Ángel Acebes– y un portavoz parlamentario –Eduardo Zaplana– heredados, después fue la continuidad de la vieja guardia de la que él mismo formaba parte y por último fue la persistencia de lazos con un aznarismo que, sin peso en la organización, seguía haciendo ruido. En la Caja Mágica de Madrid esta larga

Lo creó de la nada

Fue elegido por las bases Ha sido el ‘jefe’ desde el principio Celebra votaciones abiertas Resulta agresivo y épico Es omnipresente en la prensa Lo encara sin reparos hipoteca quedó saldada. Del Comité Ejecutivo salieron Ana Botella, Alberto RuizGallardón y Juan José Lucas, últimos vínculos de Rajoy con su mentor. En cambio y en representación del PP regional a propuesta de Cristina Cifuentes, entraron los consejeros Ángel Garrido y Jaime González Taboada, integrantes de una nueva terna de políticos surgidos en tiempos marianos. A ella también pertenecer el portavoz y presidente del PP de Guipúzcoa, Borja Sémper. La alcaldesa de Logroño,

Cuca Gamarra. La coordinadora del PP valenciano, Eva Ortiz. O la secretaria general de los populares andaluces, Loles López. La llegada de figuras emergentes en la formación conservadora y la marcha de aquellos dirigentes asociados a otros tiempos y a otras fidelidades hicieron pensar inmediatamente en la existencia de algún cabo suelto. Pero no, hacía un año que Esperanza Aguirre no formaba parte del máximo órgano del partido –dimitió el 14 de febrero de 2016 por su “responsabilidad política” en el caso Púnica– y Rajoy había dejado de tener a su alrededor voces contestatarias que alteraran la paz popular. Desde el 12 de febrero, día en que era ratificada la votación de los 3.128 compromisarios del Congreso del PP a la candidatura única –nunca se ha enfrentado a otro candidato–, Rajoy sucedía de manera definitiva a Aznar. Tomando el control del partido y garantizándose la ausencia de dirigentes que perturben su mandato en la formación conservadora y también en el Gobierno. Se ha tomado mucho tiempo en lograrlo, pero ni las circunsnº 1188. 20–26 de febrero de 2017

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tancias políticas ni su estilo le han permitido hacerlo antes. Al presidente popular se le ha escuchado hasta la saciedad emplear el concepto

del “sentido común”, del que presume en cada uno de sus movimientos políticos. En su discurso ante el plenario del XVIII Congreso Nacional y tras mencionar los

Rajoy la ha mantenido al frente de la Secretaría General a pesar del debate sobre la acumulación de cargos.

La recompensa de Cospedal Demostrar fidelidad política a Mariano Rajoy hasta el punto de poner en riesgo la propia carrera política en el PP no cae en saco roto. Y eso lo sabe bien María Dolores de Cospedal. A principios de 2013, Gürtel y Bárcenas estaban haciendo estragos en el partido cuando su secretaria general dijo aquello de “cada palo que aguante su vela”. Sin embargo, pronto supo que iba a ser ella quien soportaría los estacazos que a punto estuvo de dejarla fuera de juego. Aún vivía horas bajas cuando, tras los malos resultados de las municipales y autonómicas de 2015, los cuadros del partido pedían renovación y algunas quinielas la daban por amortizada. Sin embargo y aunque la rodeó de nuevos vicesecretarios que hicieron las veces de portavoces de la forma10

ción, Rajoy la mantuvo en el cargo. Algo parecido ocurrió con la formación del nuevo Gobierno. Sonaba como ministrable, pero no se descartaba que saliera de su despacho en la planta noble de Génova, 13. Las previsiones fallaron de nuevo y aún hoy compatibiliza su doble función en el partido y en el Gobierno. Y todo a pesar de que al XVIII Congreso Nacional del PP llegó viva la enmienda que pedía la limitación de cargos mencionando expresamente a Cospedal. La también titular de Defensa fue recibida con una gran ovación en el plenario, pero llegado el momento de la votación de las enmiendas a la Ponencia de Estatutos y Política, el entusiasmo se vio rebajado por Francisco Risueño, el afiliado del PP de San Clemente

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(Cuenca) que pedía no acumular cargos en el Gobierno y en el partido. La número dos del PP, ministra y presidenta de la organización regional en Castilla-La Mancha no fue censurada por compaginar estas tres tareas pero por poco; hubo 303 votos a favor de la enmienda, 328 noes y 8 abstenciones. Por 25 votos, la secretaria general no ha sido reelegida con un rechazo claro de los compromisarios asistentes al cónclave. Y a ello hay que añadir la polémica por las supuestas acusaciones de “tongo”, según publicó el diario El Mundo. Al día siguiente, cuando el presidente confirmó que continuaba siendo su número dos en la formación conservadora, Cospedal parecía estar triste por lo ocurrido. O tal vez estaba emocionada porque, con Rajoy, resistir es seguir.

nombres de quienes le acompañan en la dirección de Génova, 13 en esta nueva etapa –el único cambio ha sido la recuperación del cargo de coordinador general, en manos de Fernando Martínez-Maillo–, señaló: “son los que había. No los he cambiado porque lo han hecho bien y porque en esta vida se cambia lo que no funciona. Lo que funciona, no”. Con esta premisa se ha manejado desde que en el congreso de 2008, cuando a punto estuvo de tirar la toalla ante las presiones internas de quienes aprovecharon su segunda derrota electoral para intentar sin éxito reconducir la formación conservadora hacia el aznarismo del que ya renegaba Rajoy. Aquel año fue cuando María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría asumieron los puestos clave del recién estrenado marianismo: la primera, como secretaria general del PP. La segunda, como portavoz del grupo parlamentario popular en el Congreso de los Diputados. Hace ya casi una década, ambas representaban la imagen de renovación que el líder popular quiso imprimir a su mandato al frente de los conservadores, democristianos y liberales que integran el PP. Hoy, su poder no ha hecho más que crecer –Cospedal es también ministra de Defensa y Sáenz de Santamaría es vicepresidenta del Gobierno desde 2011– porque, como dice Rajoy, “lo han hecho bien”. Esto es, que han cumplido las tareas que el líder popular les ha encomendado por muy delicadas que fueran, como dar la cara por el partido durante la investigación del caso Gürtel y los papeles de Bárcenas o justificar los recortes del Ejecutivo en plena crisis económica. Que entre ellas exista una rivalidad que los populares relacionan con una pelea de poder no es asunto del que Rajoy vaya a ocuparse. Sólo intervino cuando la utilidad fue mayor que el coste de la operación. Tras los malos resultados registrados en las municipales y autonómicas de 2015, algunas voces internas denunciaron, entre otros defectos, una falta de coordinación entre Génova y Moncloa. Fue entonces cuando, además de nombrar a nuevos, jóvenes y desconocidos vicesecretarios, encargó a su jefe de gabinete y persona de su más es-

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tricta confianza, Jorge Moragas, conectar las cañerías de ambas sedes. Lo de la confianza es clave para Rajoy. Desde que derribara los mayores diques internos con los que se encontró en 2008, le acompañan casi los mismos fieles colaboradores. Además de Cospedal, Sáenz de Santamaría y el propio Moragas, en el primer escalón de proximidad se encuentran Carmen Martínez Castro, que primero fue directora de comunicación del PP y tras la victoria electoral de 2011 se ocupa de la secretaría de Estado de Comunicación, y Pedro Arriola, su sociólogo y consejero de cabecera a pesar de algunos errores de cálculo como llamar “frikis” a los dirigentes de Podemos en 2014 porque, a pesar de su éxito en las elecciones europeas, dijo que acabarían por “diluirse” con el tiempo. La legislatura 2011-2015 fue la de los ministros amigos del presidente. El titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, el de Industria, José Manuel Soria, el de Interior, Jorge Fernández Díaz, y la de Fomento, Ana Pastor, eran los más cercanos. Sin embargo, salvo la que hoy es presidenta del Congreso de los Diputados, todos cayeron en desgracia no sin antes contar con la silenciosa resistencia de Rajoy a su defenestración. La de Soria, relacionado con la investigación periodística de Los papeles de Panamá, alcanzó la categoría de polémica; se le preparó un aterrizaje en el Banco Mundial que acabó frustrado por el escándalo. A Fernández

Díaz se le compensó con la presidencia de una Comisión parlamentaria porque las grabaciones donde se le oye intrigar contra políticos catalanes le habían dejado muy tocado. Y lo de Margallo fue más bien resultado de su propia política de ‘verso suelto’, que poco o nada gusta a Rajoy. A pesar de ello, el extitular de Exteriores se ‘cayó’ del Consejo de Ministros no porque el presidente le reemplazara. Simplemente no le convocó tras el inicio de esta última legislatura. Porque Rajoy rehúye el enfrentamiento, especialmente con los suyos. El caso más evidente ha sido el de José María Aznar,

Iglesias ha erigido un partido a su medida y Rajoy ha hecho suyo un partido heredado quien le designó sucesor para que un congreso le aclamara nuevo líder del centro derecha español y quien le reprochó que se desviara de las esencias ideológicas del PP en busca de mejores resultados electorales. La única vez que el actual líder popular pronunció en público una voz más alta que otra contra su mentor fue cuando, preguntado por qué palabra rimaba Aznar en una entrevista en la Ser, contestó que “rima con no estar”. En el foro Abc-Deloitte celebrado el pasado enero y tras las últimas críticas del presidente de Faes des-

vinculado ya del partido, fueron muchas las preguntas que giraron en torno a este asunto. “Le agradezco que no insista”, dijo Rajoy al moderador nada más plantearlas. Cuando sí insistió, el invitado respondió: “yo vengo aquí a dar mis opiniones, no a comentar las de los demás”. El líder del PP, reconocido aficionado al Marca y a las retransmisiones deportivas en televisión, no se maneja nada bien con la prensa generalista. Se vio en aquel almuerzo informativo y se ve cada vez que acude a una entrevista donde le hacen preguntas incómodas. Las comparecencias públicas del presidente conservador varían en función de la actualidad informativa; disminuyeron drásticamente cuando España estaba amenazada por el rescate o cuando la corrupción vivió sus momentos más álgidos, aumentaron sensiblemente cuando empezaron a mejorar los datos de empleo y crecimiento económico. De la ‘desaparición’ de Rajoy en los medios vino aquella ‘histórica’ intervención ante el Comité Ejecutivo Nacional en vivo y ante la prensa en plasma. Fue en febrero de 2013, cuando El País publicó las primeras anotaciones de la presunta contabilidad opaca del extesorero Luis Bárcenas. El líder conservador negó ante los suyos las acusaciones, pero los periodistas no pudieron hacer preguntas. Sorprende la dificultad de Rajoy para manejarse ante cuestiones comprometidas cuando, de siempre, se ha distinguido como un buen orador parlamentario. Brega-

Rajoy no se maneja bien en los medios e Iglesias se mueve con soltura en las teles. nº 1188. 20–26 de febrero de 2017

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do en su oposición a registrador de la propiedad –la sacó a los 24 años– y en los muchos cargos políticos que ha desempeñado antes de ganar unas elecciones generales –presidente de la Diputación de Pontevedra, vicepresidente de la Xunta de Galicia, ministro de Administraciones Públicas, de Educación y Cultura, del Interior, vicepresidente del Gobierno, líder de la oposición durante dos legislaturas…–, la tribuna del Congreso la tiene dominada. Durante la inédita y brevísima XI legislatura dejó algunos grandes momentos para el diario de sesiones, como la ironía con la que saludó el pacto suscrito entre el PSOE y Ciudadanos durante el debate de investidura de Pedro Sánchez –se presentó de forma “teatral” y “altisonante” y “sin el menor sentido del ridículo” haciendo pensar que se trataba de una página histórica “sólo comparable a los Toros de Guisando”– o la deportividad con la que supo encajar el golpe de Pablo Iglesias apropósito del manejo de las redes sociales y de los famosos SMS de ánimo a Bárcenas. “En Twitter voy mejorando y con los SMS me manejé peor pero ahora también voy mejorando”. Llama la atención que Mariano Rajoy y En la nueva etapa de Podemos, Iglesias tiene dos prioridades: “feminizar” las portavocías y articular un gobierno en la sombra. En relación con la primera cuestión, el líder de Podemos tiene muy claras a sus candidatas para ocupar nuevas responsabilidades en el partido morado, al que algunas voces, como la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, han acusado de un “exceso de testosterona”. Aunque al cierre de esta edición no había confirmación oficial, Irene Montero estaba en todas las quinielas para relevar a Iñigo Errejón en la portavocía del Congreso. Montero, hasta ahora portavoz adjunta además de la jefa de gabinete de Iglesias, ha sido la mujer más votada en Vistalegre en las candidaturas al Consejo Ciudadano, sólo superada por 12

Pablo Iglesias se hayan declarado cierta admiración desde la tribuna parlamentaria. Sus estilos antagónicos y sus distintos orígenes ideológicos, vitales y profesionales les mantiene a uno y otro lado del ring. Sin embargo, hoy por hoy son los líderes indiscutibles de la derecha y la izquierda política españolas y es muy probable que uno y otro acaben midiendo sus fuerzas de tú a tú en el cuadrilátero electoral.

bajo el argumento de que los líderes mejor valorados históricamente, como Alberto Garzón, Albert Rivera o Rosa Díez, nunca han colocado a sus fuerzas entre las principales del país. Los expertos suelen explicar estas notas tan bajas señalando que es algo habitual en líderes que provocan una fuerte polarización, que reciben buenas notas por parte de sus partidarios, de la gente ideológicamente afín, pero muy malas en el resto de la opinión pública. Lo señalaba hace poco Carolina Bescansa, la socióloga y gurú demoscópica del partido morado, explicando que “muchas veces la gente que tiene más carisma es también la que genera más aporobablemente lo único que tie- yos y más rechazos”. Y precisamente esa polarización que se nen en común Pablo Iglesias y Mariano Rajoy sea la mala va- genera en torno a Iglesias es una de las prinloración que ambos suelen reci- cipales críticas que se le hace al secretario bir en los sondeos de opinión, con el CIS general desde el errejonismo, bajo la cona la cabeza. Ambos llevan mucho tiempo sideración de que difícilmente Podemos disputándose la última posición entre los ganará posiciones políticas, social y elecprincipales líderes políticos españoles y, toralmente, si Iglesias no lima sus aristas en el último, presentado hace pocos días, más polémicas. Entre las bases de Podemos Iglesias ha terminado por superar a Rajoy gusta mucho el tono que suele emplear en como el peor valorado. El dato no preo- sus intervenciones Iglesias, “emocional”, cupa en exceso a la cúpula de Podemos, “épico” y “contestatario”, según lo descri-

Podemos se hace ‘pablista’

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Las mujeres dan un paso al frente en Podemos Iglesias, Echenique y Errejón. Carolina Bescansa era el otro nom-

bre que sonaba con fuerza, pero su dimisión a escasos días de la

Noelia Vera (izqda.) y Sofía Castañón son algunos de los nombres que maneja Iglesias.

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Asamblea Ciudadana no ha sentado nada bien en el equipo de un Iglesias, que no ha tenido los mismos elogios para ella que para el otro dimisionario, Nacho Álvarez. Él seguirá siendo el responsable de Economía si así lo desea. Iglesias ya le ha transmitido su deseo de que así sea y su decisión definitiva está a la espera de la capacidad de integración que muestre Iglesias a partir de ahora. En ese equipo de pretorianas más cercano a Iglesias destacan tres nombres: Sofía Castañón, Noelia Vera y Gloria Elizo. Estos son las personas que el propio Iglesias ha mencionado públicamente como las principales candidatas para esa “feminización” de las portavocías. Castañón, poetisa y realizadora audiovisual, es la portavoz de Unidos Podemos en la

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ben los inscritos de a pie del partido morado. Pero un elemento clave en la personalidad de Iglesias que sus críticas subrayan y que él mismo destaca como su principal defecto: su arrogancia. “Peco de arrogancia y soberbia”, reconocía en una entrevista en Vanity Fair en febrero de 2015, y esa es una característica que no gusta, incluso, entre algunos de sus aliados políticos, como Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona reconocía en el libro ‘Ada, la rebelión democrática’ que “hay un cierto estilo de Pablo Iglesias y el núcleo impulsor de Podemos con el que no conectamos”. “Es una diferencia de estilo, personal y política”, señala, cuestionando concretamente la “arrogancia, la forma de expresarse” del líder de Podemos. Pero en Vistalegre II, que se planteaba desde el errejonismo como una enmienda a la totalidad de las posiciones y actitudes que ha mantenido Iglesias en los últimos meses, los inscritos en Podemos han apostado por un partido rebelde, “impugnador”, según los términos del propio Iglesias, alejado del perfil más amable por el que apostaba Errejón. Un partido más parecido aún a su líder, que además ha saComisión de Igualdad del Congreso y la autora intelectual del documento sobre feminismo aprobado en Vistalegre con el 60% de los votos, junto a la anticapitalista Beatriz Gimeno. Castañón es la candidata más probable para relevar a la errejonista Clara Serra en la secretaría de Igualdad. Por su parte, Noelia Vera fue la encargada de subir al escenario de Vistalegre junto a Iglesias para presentar el documento político de ‘Podemos para todas’. Esta periodista, integrante del equipo de La Tuerka, es la portavoz de Unidos Podemos en la Comisión de Control de RTVE en el Congreso. Mientras, la abogada Gloria Elizo, miembro de la mesa del Congreso y vicepresidenta cuarta de la Cámara, es una de las personas que ha concentrado las iras de los

Errejón perderá la Portavocía en el Congreso.

lido de Vistalegre conservando las potestades como secretario general que tanto la candidatura encabezada por Errejón como la de Anticapitalistas pretendían recortarle, con toda la legitimidad que le otorga una votación en la que han participado 155.000 personas, una cifra récord en todas las votaciones abiertas por el partido morado. Entre otras cosas, podrá seguir convocando referéndums cuando lo considere oportuno, sin pasar por el Consejo Ciudadano, y tendrá algunos meca-

nismos para atar en corto a los territorios y poder intervenir, en último extremo, en sus procesos internos convocando Asambleas Ciudadanas. No hay que perder de vista que Podemos, cuando irrumpe en la política española en las europeas de 2014, era Iglesias. Como él mismo ha reconocido el único capital del partido era el de un “tipo con coleta que salía en la tele”, y que conectaba con el sentir popular. Por eso Iñigo Errejón, director de la campaña electoral, decide poner su cara en la papeleta, con el resultado sobradamente conocido. Como no puede ser de otra forma, este origen marca con un sello muy personal al partido, con una identificación muy fuerte de las bases hacia su líder. Por eso Iglesias no ha dudado en recurrir a las bases cada vez que ha encontrado oposición interna en las grandes decisiones que ha tenido que tomar el partido en los últimos meses: la posibilidad de apoyar el acuerdo Sánchez-Rivera, la coalición electoral con IU y el sistema de votación para Vistalegre II. Un proceso de toma de decisiones que, en cualquier caso, marca un abismo con el PP que no destaca precisa-

Irene Montero (dcha.) y Gloria Elizo aspiran a ganar atribuciones.

errejonistas. Y es que es la responsable de la Comisión de Garantías del partido, un órgano que ha concentrado las disputas en los últimos tiempos. Del bando errejonista, quien parece tener un puesto asegurado

en la nueva ejecutiva es Pablo Bustinduy. El entorno de Iglesias habla muy bien de él y de su trabajo al frente de la secretaría de Relaciones Internacionales. Además, no se le considera unas de las personas que más se han im-

plicado en los pulsos intestinos que han venido desgarrando a Podemos en los últimos meses. Y quien también parecer tener otro asiento asegurado en el nuevo Consejo de Coordinación es Miguel Urbán. El eurodiputado, líder de Anticapitalistas y fundador de Podemos, podría hacerse cargo de una nueva secretaría de relaciones con la UE. Habrá que ver si esa capacidad de integración llega más allá, empezando por el propio Errejón. Los días previos al Consejo Ciudadano, algunas de las principales voces del ‘pablismo’ auguraban voluntad para integrar a los derrotados en Vistalegre. Pero desde las filas del hasta ahora secretario Político no esperan generosidad por parte de un Iglesias que se ha sentido traicionado por parte de Errejón.

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TRIBUNA Por Miguel Ángel Aguilar

¿Cómo pudieron votar a Trump?

S

i el asombro es el principio del filosofar como aparece en el arranque de la Metafísica de Aristóteles, y si junto al asombro, esa actividad mental la incentivan la duda y las situaciones límites, tendremos que aceptar que la exaltación de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidos aporta las mejores condiciones para que florezca una verdadera edad de oro de la filosofía. Es un hecho aceptado que el asombro ante lo inexplicable induce a la investigación fervorosa de las causas que hayan podido originarlo y que, además, las dudas y las situaciones límite incentivan el proceso de averiguarlas. Subrayemos que la perturbación generada por lo que está sucediendo en los Estados Unidos de Norteamérica desde la inauguración de Donald Trump el 20 de enero como 45 presidente electo, sucede en un lugar de máxima visibilidad y se transmite a la velocidad de la luz en todas direcciones. A golpe de tuit el magnate se retira del Tratado Asia-Pacífico, rompe el NAFTA para excluir al vecino del Sur, declara papel mojado los compromisos con los aliados de la NATO que no estén al corriente de pago, celebra el Brexit y anima a otros a ir por la misma senda hasta liquidar la UE. Cada día procura situarnos al borde del precipicio: con Pekín cuando declara su renuncia a la política de una sola China; con México cuando vitupera y estigmatiza a todos los de ese origen nacional e imbuido de extrema arrogancia se propone un muro pagado por los de abajo; con el primer ministro de Australia, Malcolm B. Turnbull, cuando le cuelga el teléfono por desacuerdo a propósito de unas decenas de refugiados; con los palestinos al abandonar el proyecto de paz

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basado en la política de los dos Estados durante la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en una muestra de agilidad propia de un simio inconsciente ajeno por completo a las consecuencias desencadenantes de sus movimientos. Mientras, de la bravata a Pekín ha tenido que desdecirse por escrito en papel timbrado para evitar males mayores y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, le ha tomado la medida sin fe ni respeto y le ha lanzado un misil de ésos que tiene prohibidos, en el momento preciso en que estaba haciéndole zalemas al primer ministro del Japón, Shinzo Abe, en esa horterada suprema de su campo de golf en Florida. Súmese la dimisión obligada de consejero de Seguridad Nacional, general Michael Flynn, conchabado con el embajador ruso en Washington para perjudicar a la candidata Hillary Clinton, entonces en competencia con el magnate que acabó llevándose el gato de la presidencia de los Estados Unidos. Y para que no decaiga la fiesta del caos, la nueva embestida de Donald a las agencias de inteligencia de su propio país, de la CIA en adelante, a quienes acusa de fabricar la conexión rusa. De modo que ese maquiavelismo marrullero que algunos pensaban era el modus operandi de esas agencias incurriendo en dejarse llevar en crimen de antiamericanismo es la conclusión a que ha llegado el nuevo presidente sin haber cumplido un mes en la Casa Blanca. La bronca va a ser apocalíptica. Pero ya tienen que explicarnos cómo un Trump cuyas trampas eran sobradamente conocidas desde hace más de treinta años ha podido tener tal cosecha de votos. l

mente por su transparencia y por su radicalidad democrática. Y si en algo basa Iglesias esa conexión con ciertos sectores de la sociedad es en la soltura con la que se desenvuelve ante los medios de comunicación. Porque mientras la trayectoria habitual de un líder político, incluido Rajoy, pasa por ir escalando posiciones en el aparato del partido y ocupando diferentes responsabilidades públicas, Iglesias ha cimentado su recorrido político en la televisión. Él mismo ha reconocido que La Tuerka fue un campo de pruebas para poner en práctica sus tesis políticas y sus técnicas comunicativas, que le permitieron consolidarse como tertuliano, primero en Intereconomía y luego en La Sexta Noche. Esa querencia por los medios de comunicación, y también por las redes sociales, puede explicar en buena medida el hecho de que Podemos haya aireado sus enfrentamientos internos durante meses, especialmente desde las elecciones del 26-J. El cruce de declaraciones, de cartas y artículos entre pablistas y errejonistas ha sido tal que el propio Iglesias ya ha explicado que probablemente han pecado de “ingenuos” y que a partir de ahora se guardaran más de exhibir con tanta ligereza sus diferencias. “No hemos sido capaces de debatir donde debíamos debatir, está bien la transparencia, pero hemos sido ingenuos”, aseguraba hace unos días el líder del partido morado en una entrevista concedida a la Cadena Ser. Unas palabras que parecen anunciar la pérdida de la inocencia de lo que empezó siendo un grupo de amigos metidos a hacer política y que ha terminado siendo un partido político, con las virtudes, los defectos y la gestión de contradicciones que eso supone. Habrá que ver cómo articula Iglesias esa “unidad” a la que estuvo apelando constantemente Vistalegre a lo largo del fin de semana. Al cierre de esta edición todavía no se había celebrado el Consejo Ciudadano del que saldrá la nueva ejecutiva ni se conocía si Errejón continúa o no como portavoz en el Congreso. Pero lo que está claro es que la contestación interna tendrá que esperar tiempos mejores, si llegan. En un Podemos que, definitivamente, se ha hecho pablista. l