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LA QUINCENA JUDICIAL Por José M. Benítez de Lugo*

El ‘singular’ juez Vidal

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esde mi larga trayectoria profesionalestoy acostumbrado a sorprendentes decisiones y actuaciones judiciales, pero también conozco que en sus conductas parajudiciales, fuera del ejercicio de su función, suelen ser gente discreta salvo casos excepcionales (como fue, por ejemplo, el caso del juez López, conductor ebrio). Pero el caso del juez Vidal supera con creces cualquier expectativa de lo que debe ser una conducta prudente, virtud ésta máxima en cualquier juzgador,

Vidal supera cualquier expectativa de prudencia.

pues no le basta con haber sido sancionado como autor de una falta muy grave por el Consejo del Poder Judicial, (volveré sobre este aspecto), sino que ha reconocido públicamente que está inmerso en una operación –la independentista–que está cometiendo ilegalidades. Y es que su charlatanería no sé si será porque “es creu una vedet” y que tiene el ego sobrealimentado (F. Carreras), o simplemente porque es un insensato al ser copartícipe de una ilegalidad manifiesta. Y procede traer al caso la reciente 20

6–12 de febrero de 2017. nº 1186

Sentencia del Pleno del Tribunal Supremo de 14 de diciembre de 2016 que ratificó su sanción de tres años de suspensión en el ejercicio de sus funciones judiciales. Dicha Sentencia recoge como hecho probado que el juez Vidal intervino en más de cien actos públicos independentistas, “transmitiendo a los asistentes confianza sobre la legalidad del proceso” y matiza el TS con acierto que la Constitución no exige un deber de adhesión ideológica, pero sí el respeto a las reglas de juego que en ella se establecen, entre las que se encuentra que el sujeto que posee la soberanía es todo el pueblo español, y que como los jueces están sometidos al imperio de la ley, no pueden tener comportamientos contrarios a los mandatos imperativos de ella, pues el principal deber judicial es la obediencia de la Constitución, “compromiso que asumen libremente cuando voluntariamente acceden a la carrera judicial” y de ese deber el juez Vidal “hizo dejación por ignorancia inexcusable”: se sanciona en definitiva, su colaboración en el proceso independentista, con vulneración de la confianza social que debe llevar a los jueces a no realizar conductas abiertamente contrarias a la Constitución: no sabía lo que, por ser quien es, no debía dejar de saber. En febrero de 2018, terminada su sanción, el juez Vidal podrá pedir el reingreso en la carrera judicial, si bien se puede encontrar con el obstáculo de que el Consejo del Poder Judicial debe adoptar previamente una decisión declarándolo apto para el desempeño de las funciones judiciales tal como exige el Reglamento de la Carrera Judicial de 2011, y desde luego, hoy por hoy, difícilmente superaría ese test, en cuyo caso quedaría en situación asimilada a la excedencia. l Presidente Honorario de la Asociación de Abogados Demócratas por Europa.

mitido a Susana Díaz hablar de economía con cierta soltura, como cuando, hace unas semanas, acusó a la presidenta madrileña de realizar “dumping fiscal”. Una crítica casi calcada de la que el propio José Carlos Díez lanzaba días antes desde su blog, en un post titulado precisamente “Urge evitar el Dumping fiscal en España. Empezando por Madrid”. Pero no es la primera vez que el nombre de Díez “suena” en los aledaños del PSOE. Ya en 2013, en plena etapa de “ajuste duro” y con Alfredo Pérez Rubalcaba al frente del partido, su nombre fue mencionado como posible fichaje –al estilo de Manuel Pizarro en el PP, se dijo entonces–, para formar parte de las listas electorales en 2015. La cosa no cuajó cuando llegó Sánchez al liderazgo, sobre todo porque con el propio madrileño y con Sevilla la cuota de economistas en el partido ya parecía cubierta. Asimismo, hace poco más de un año, el presidente valenciano, Ximo Puig le fichó como asesor económico “personal” gracias a la intermediación del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Tampoco llegó a buen puerto esa colaboración, ya que el acuerdo se rompió apenas tres meses después de empezar. En cualquier caso, José Carlos Díez, hoy por hoy es una de las voces más críticas contra las políticas de ajuste de Mariano Rajoy. El problema, señala un diputado del Partido Socialista, es ahora “plasmar y darle forma a todo este despliegue “anti Rajoy”, anti austeridad, y transformarlo en un programa de gobierno creíble y factible para el PSOE”. Por lo pronto, tendrá que empezar por limar asperezas y buscar puntos de encuentro con el que, hasta ahora, asumía las funciones de responsable económico del PSOE, por lo menos en el Congreso, el murciano Pedro Saura. Algo complicado, toda vez que, por ejemplo, mientras el nuevo gurú económico ha declarado tajantemente que “subir impuestos no es de izquierdas”, criticando cualquier incremento fiscal, la postura del portavoz económico en el Congreso es mucho más matizada, al señalar que la presión fiscal española no es de las más altas, y queda margen para destinar recursos crecientes “a los perdedores de la globalización”. l