MATERIA: LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II Curso Modelo 2013 INSTRUCCIONES Y CRITERIOS GENERALES DE CALIFICACIÓN El estudiante deberá escoger una de las dos opciones y responder a todas las cuestiones de la opción elegida en cada uno de los apartados. TIEMPO: Una hora y treinta minutos.
OPCIÓN A A la izquierda de la calle baja de Toledo, y entre esta y la de Embajadores, se encierra el famoso distrito conocido por el Rastro […]. Divide en dos trozos este extenso distrito la espaciosa vía que, comenzando con el título de Plazuela del Rastro, sigue con el de Ribera de Curtidores hasta las tapias de las casas y huertos que avecinan a la cerca de Madrid. Aquella celebérrima plazuela es el mercado central adonde van a parar todos los utensilios, muebles, ropas y cachivaches averiados por el tiempo, castigados por la fortuna, o sustraídos por el ingenio a sus legítimos dueños. Allí es donde acuden a proveerse de los respectivos menesteres las clases desvalidas, los jornaleros y artesanos; a las miserables covachas de aquellos mauleros, cubiertas literalmente de retales de paños, de telas de todos colores; a los tinglados de los chamarileros, henchidos de herramientas, cerraduras, cazos, sartenes, velones, relojes, cadenas y otras baratijas. A los montones improvisados de libros, estampas y cuadros viejos que cubren el pequeño espacio del pavimento de aquella plazuela que dejan los puestos fijos, asisten diariamente en busca de alguna ganga o chiripa los aficionados veteranos, rebuscadores de antiguallas; arqueólogos y numismáticos de desecho, bibliógrafos y coleccionistas de viejo. A los corredores, en fin, ambulantes, que circulan o se deslizan difícil y misteriosamente entre todos aquellos grupos de marchantes y baratillos, es donde llama también, con más o menos probable éxito, todo aquel desdichado que en cualquiera concurrencia se vio aliviado del peso de su bolsillo o de su reloj; especie de lonja de contratación de los tomadores del dos*, adonde se cotizan los efectos producidos por las operaciones del día anterior. Sumisos todos a la voz del Monipodio** respectivo, quien, para investigar el paradero de una alhaja hallada antes de perderse, suele preguntar con toda formalidad: ¿Cuál de vosotros estuvo ayer de cuarenta horas*** o de procesión? —Aquí responde el interpelado con la alhaja en cuestión. Ramón Mesonero Romanos, en Semanario pintoresco español, 1852. *Ladrones que roban valiéndose de dos dedos. **Jefe de los ladrones. *** Acto de devoción que se realiza dentro de las iglesias.
CUESTIONES 1.
Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes:
a) Enuncie el tema del texto (0,5 puntos); Es una descripción de El Rastro madrileño, de lo que allí se compra, se vende, se roba. b) Detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos); El autor describe El Rastro, un mercado callejero típico madrileño. Comienza ubicándolo de forma muy precisa (“a la izquierda de la calle baja de Toledo, y entre esta y la de Embajadores”). Hasta ahí podría tratarse de una descripción objetiva propia de un geógrafo. Pero, a partir de ahí, las pinceladas costumbristas de Mesonero Romanos describirán el ambiente de El Rastro madrileño con una mezcla de ternura, curiosidad y mucha ironía cuando habla de los delincuentes. El tiempo verbal que abunda es el presente de indicativo con un sentido durativo y habitual. También se emplean unos cuantos participios que arrancan respectivas subordinadas adjetivas (“averiados por el tiempo, castigados por la fortuna, o sustraídos por el ingenio”) por cierto, todas pasivas. Después, comienza la retahíla de enumeraciones y de adjetivos, característica de las descripciones. Los adjetivos suelen ser explicativos (“extenso distrito”, “espaciosa vía”, miserables covachas,…) aunque también los hay especificativos (“cachivaches averiados, castigados, sustraídos”, “clases desvalidas”,…).
Autor: Ana Mª Plana
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Se enumeran los utensilios que se venden, sin ningún orden ni indicando dónde poder verlos (“utensilios, muebles, ropas y cachivaches”, “herramientas, cerraduras, cazos, sartenes, velones, relojes, cadenas y otras baratijas” –en esta última, además, buscando rimas y una sonoridad de la que hablaremos a continuación-,…). La enumeración tan abundante y aparentemente aleatoria contribuye a crear una sensación de desorden, que es lo que busca el autor. También abundan sustantivos típicos de la época y del lugar (cachivaches, covachas, mauleros, tinglados, chamarileros, baratijas,…) todas con una sonoridad apabullante y hoy prácticamente en desuso (también en desuso expresiones populares y castizas como “tomadores del dos” ó “estar de cuarenta horas”). De igual forma, corresponde a esa sonoridad efectos como el que consigue el autor con “celebérrima plazuela”: emplea el aumentativo de célebre y un sufijo que da un aire popular en plaza. Así encontramos más sufijos que añaden sabor popular (covacha, antigualla, baratillos,…). Estas sonoridades serán fuente de inspiración años más tarde para los Modernistas. Estilísticamente, el texto está muy cuidado empleando un lenguaje muy popular. Encontramos que el autor emplea personificaciones (”las casas y huertos que avecinan a la cerca”, “cachivaches (…) castigados por la fortuna”, “sustraídos por el ingenio” –por cierto, dando aquí y en todo el párrafo final una visión divertida del ladrón, muy a tono con la tradición de la picaresca española-), sinónimos muy castizos (“ganga o chiripa”),… antítesis (“aficionados veteranos”), metáforas (“arqueólogos y numismáticos de desecho”, “se vio aliviado del peso de su bolsillo o de su reloj”-para decir con sorna que le han robado sin darse cuenta-, “lonja de contratación de los tomadores del dos” –para referirse con mucha ironía a una zona de selección de “descuideros”, en argot contemporáneo-,…). c) Indique qué tipo de texto es (0,25 puntos). Es un texto descriptivo, un fragmento de un artículo de Ramón Mesonero Romanos, autor costumbrista del Romanticismo español, que, además, era el fundador del Semanario Pintoresco Español, donde se publicó este artículo.
2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto) El Rastro es un mercado al aire libre típico de Madrid situado entre la calle Toledo y Embajadores. Allí se venden trastos viejos, libros antiguos, telas,… baratijas y gangas a un precio asequible para las clases más bajas. También es un foco de delincuencia, un lugar donde se venden objetos robados.
3.
Elabore un texto argumentativo a favor o en contra de los mercados al aire libre en los que se venden objetos usados. (1,5 puntos) Aquí tienes que dar tu opinión explicándola y razonándola. Recuerda las partes de la argumentación: tesis-argumentos-conclusión. Escapa de lugares comunes y sé original. A la hora de redactar, te aconsejo frases cortas y que huyas de palabras comodín (“cosa”, “tema”,…). ¡Demuestra tu madurez escribiendo! El mercadillo callejero es el antídoto local de las actuales dolencias macroeconómicas. Acciones, bolsas, prima de riesgo,… todo se simplifica con el regateo a voces por voces expertas –no apto para no iniciados en el juego, que seguro que nos tangan-. En el mercadillo encontramos frutas y verduras, ropa de todo trote, bisutería “gruesa” y un punto de reunión vecinal inimaginable. De hecho, cuando viajamos a países exóticos buscamos sus zocos y nos interesamos por regatear por suvenires imposibles sólo por el gusto de inmiscuirnos al menos unos minutos y de manera un tanto artificial en la cultura y costumbres del lugar en el que estamos. Y es que los mercadillos son reflejo de lo que fuimos y los que somos. Allí, anticuarios y amantes de lo vintage -ó de lo kitsch, según se mire- han aprendido a rebuscar entre fruslerías y chatarras y encontrar auténticos tesoros (al menos sentimentales). Por no decir que el reciclado, hoy de moda porque el planeta se extingue, es el leitmotiv de estas plazas: en los mercadillos se venden trastos usados y reutilizables que, en épocas de crisis resultan auténticos chollos. Y para los que argumenten que todas estas utilidades están disponibles a golpe de “click” desde Internet, pregunto: ¿Sería lo mismo una visita a Madrid sin un paseo por El Rastro, a Roma sin los trapos de Porta Pórtese, a Londres sin pisar Portobello Road ó a Estambul sin husmear entre las tiendas del Gran Bazar? Los mercadillos al aire libre son un pintoresco reducto que no debería desaparecer. Ahora que la globalización económica nos amedrenta con sus fauces, el sabor de lo local, los detalles del vecino, lo malo conocido,… cobra un valor incuestionable frente a lo malo que estamos conociendo.
Autor: Ana Mª Plana
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4.a. Analice sintácticamente: (1,5 puntos)
Oración compuesta por: • Proposición principal: enunciativa, afirmativa, activa, copulativa. o Proposición subordinada adjetiva: enunciativa, afirmativa, activa, intransitiva. Proposición subordinada adjetiva: enunciativa, afirmativa, pasiva. 4.b. Indique a qué categoría gramatical o clase de palabras pertenece rebuscadores, analice su estructura morfológica y señale a qué proceso de formación de palabras responde. (1 punto) Rebuscadores: Adjetivo calificativo, masculino, plural y polisílabo. Palabra derivada formada por Re- (morfema dependiente derivativo prefijo), -busc- (lexema), -ador (morfema dependiente derivativo sufijo) y –s (morfema dependiente flexivo de número). 5.a. La novela realista y naturalista del siglo XIX. (2 puntos) Resume. Te servirá hacer un esquema como este antes de escribir: Realismo: Características: • Realidad y observación. Temas: política, mundo del trabajo, barrios marginales,… • Objetividad y crítica. • Género más cultivado: novela. • Narrador omnisciente. • Descripciones minuciosas. • Diálogos realistas. Autores y obras: • Fernán Caballero (seudónimo de Cecilia Bölh de Faber). • Pedro Antonio de Alarcón. • Benito Pérez Galdós. o “Episodios nacionales”: o Novelas largas: “Doña Perfecta” y “Marianela”. “Miau” y “Fotunata y Jacinta”. “Misericordia.” • Leopoldo Alas, Clarín. o Cuentos (“Doña Berta”, “Pipá”, y “¡Adiós Cordera!”). o Novelas: “Su único hijo” y “La Regenta”. Naturalismo: Émile Zola. Característica: • Observación exhaustiva de la realidad • Métodos de trabajo cercanos al científico • Teorías darwinianas. • Conflicto entre libertad individual y realidad social
Autor: Ana Mª Plana
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• Ambientes sórdidos y personajes extremos. Autores: • Emilia Pardo Bazán: “La madre naturaleza”, “La cuestión palpitante” y “Los pazos de Ulloa”. • Vicente Blasco Ibáñez: “Arroz y tartana”, “Cañas y barro”, “La barraca” y “Entre naranjos”. El Realismo es un movimiento literario que se da en la segunda mitad del siglo XIX (tras el Romanticismo). Es una época de tensión política (revolución contra Isabel II, I República, Restauración,…), y social (la burguesía es la clase dominante y el movimiento obrero comienza a tener fuerza). Los realistas están influidos por las ideas del Positivismo (que sólo considera verdadero lo que se puede observar y experimentar), las teorías sobre la herencia biológica y el darwinismo. El Realismo persigue la representación objetiva de la realidad. Sus características más destacables pueden resumirse en los siguientes puntos: • • • • • •
El escritor retrata la realidad a través de la documentación y la observación. Hablan de temas próximos: la política, el mundo del trabajo, la vida en barrios marginales,… Se enfrentan a los temas desde la objetividad, siendo críticos con situaciones que consideran injustas. La novela es el género más cultivado por los realistas (en España contaba con antecedentes como la picaresca y el costumbrismo) Predomina el narrador omnisciente en tercera persona. Abundan las descripciones minuciosas de ambientes, costumbres, lugares, personajes,… Cuando reproducen diálogos adaptan el lenguaje a la manera de hablar del personaje.
Los novelistas más destacados del realismo español son: Fernán Caballero (seudónimo de Cecilia Bölh de Faber), Pedro Antonio de Alarcón y, por supuesto, Benito Pérez Galdós y Leopoldo Alas, Clarín. Galdós nació en Canarias, pero estudió en Madrid, Se dedicó a la literatura y a la política. Su prolífica obra puede dividirse en dos grandes grupos: • Episodios nacionales: La historia novelada del siglo XIX. Consta de cinco series de 10 novelas cada una, excepto la última serie que está inacabada. Galdós mezcla acontecimientos públicos y privados (novelescos). • Novelas largas: Sus primeras novelas reflexionan sobre España para criticar el enfrentamiento entre españoles. A esta época pertenecen: Doña Perfecta (sobre la intransigencia del catolicismo español) y Marianela. Después el autor gira al realismo en Miau y Fotunata y Jacinta. En las últimas novelas, Galdós denuncia la falta de caridad, la injusticia, el egoísmo… como en Misericordia Leopoldo Alas, “Clarín”, nació en Zamora, aunque pasó toda su vida en Oviedo. Como prosista escribió más de 60 cuentos (como Doña Berta, Pipá, y ¡Adiós Cordera!) y varias novelas como Su único hijo y La Regenta, obra cumbre de la narrativa española. La Regenta transcurre en Vetusta (ciudad inventada e identificada con Oviedo) y cuenta la historia de Ana Ozores, una mujer abrumada por la sociedad cerrada en la que vive. En ella predomina la descripción de ambientes y personajes conformando un fiel retrato de la hipocresía y la corrupción de la sociedad del momento El Naturalismo se utilizó para definir una tendencia de la novela, iniciada en Francia por Émile Zola, que llevaba el Realismo a sus últimas consecuencias: los novelistas que cultivaban este estilo no sólo se inspiraban en la observación exhaustiva de la realidad, sino que aplicaban a la novela métodos de trabajo cercanos al científico y también las teorías darwinianas. En su temática se muestra el conflicto entre libertad individual y realidad social y gustan de ambientes sórdidos y personajes extremos. El Naturalismo español podría localizarse con publicación de La madre naturaleza, de Pardo Bazán. Otras de sus obras son La cuestión palpitante y Los pazos de Ulloa. También destaca el valenciano Vicente Blasco Ibáñez, con un regionalismo duro en el que habla de los conflictos sociales de la huerta y la ciudad con crueldad. Entre sus obras: Arroz y tartana, Cañas y barro, La barraca y Entre naranjos.
Autor: Ana Mª Plana
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5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra posterior a 1939 que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)
Estas preguntas la puedes llevar preparada. Ve al grano, comenta argumento, adecuación al movimiento en el que se enmarca, estilo del autor, relación con otras autores coetáneos,… El tragaluz es una obra de teatro de Antonio Buero Vallejo, autor de posguerra, estrenada a finales de los años sesenta. Se encuadra dentro de la segunda etapa productiva del autor: tras unas primeras obras de corte existencialista, Buero opta por un enfoque más social y trata temas como la justicia o la libertad. De hecho, en El tragaluz aparecen los dos. Es la historia de dos hermanos, Vicente y Mario, separados por la Guerra Civil. Con el paso del tiempo, uno está en una buena posición social mientras que el otro vive en la pobreza cuidando a sus padres. Ambos hermanos se enamoran de Encarna, que mantiene una relación con Vicente, aunque su amor sea para Mario. El tragaluz enfrenta a vencedores y vencidos. Pero no a un nivel político (siendo en la época de plena actualidad y, suponemos, teniendo que lidiar con la censura), sino más profundo: Vicente “se subió al tren” y Mario no. Ese tren es real (Vicente salvó su vida por esa acción, haciéndosela perder a su hermana pequeña, Elvirita) y es metafórico: significa la acción, la capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias. Vicente es espejo de la sociedad capitalista regida por el materialismo, la insolidaridad y la competitividad. Aunque la culpa hace que siga ayudando a sus padres económicamente y baje de vez en cuando al tragaluz, al "pozo", en el que vive su familia. Mario no sale mejor parado. Es la víctima y el vencido, pero no es inocente pues su pasividad le hace mantenerse al margen, asumiendo la condición de víctima, sin luchar por transformarla. También es egoísta pues se decanta por la salvación personal. Esa dualidad hace que la obra transcienda el episodio de la Guerra Civil y sea trasferible a cualquier época. Además, la historia está envuelta en un experimento desde el futuro, ya que viene presentada por Él y Ella, dos personajes de un futuro indefinido espacial y temporalmente que convierten al espectador en un personaje más, ya que le invitan a participar en un experimento (rompen con la cuarta pared) viajando al pasado para ver las consecuencias de este en el futuro. El inicio “in media res”, permite ahondar en ese pasado. El espectador termina siendo parte y es irremediable no trasferir la sustancia de la obra a la propia vida personal. Esta obra busca un efecto de “catarsis”, como en las tragedias griegas, y a ellas se asemeja también por ese destino fatal que arrastra a los personajes sin que parezca que puedan hacer algo para cambiarlo. Y es inevitable no percatarse de la semejanza entre el tragaluz en el que vive la familia (un semisótano en el que la luz del exterior llega a través de un tragaluz que proyecta en el interior de la casa las sombras de los transeúntes) con el mito de la caverna de Platón. Esa temática profunda, social, existencial, encaja con obras de otros autores de la época como Sastre. La cuestión del experimento entronca ligeramente con un teatro más vanguardista al estilo de Nieva ó Arrabal, aunque muy lejos de ellos que son más atrevidos estilísticamente. Otra característica que se observa en El tragaluz y que es característico del teatro de la época es el simbolismo. Ya hemos mencionado el asunto del tren, pero también está el de otros personajes: El Padre es el loco que cuando habla, sentencia. Su pregunta obsesivamente reiterada es “¿quién es éste?”, con marcado corte existencial al estilo de Pirandello en Seis personajes en busca de autor. Encarna es la nueva Elvirita, la nueva víctima de Vicente en ese afán por mantenerse en el tren (que suena de vez en cuando aunque sólo lo oigan los espectadores). Los espacios también son simbólicos: el sótano es para los vencidos, la caverna de Platón, la prisión que ciega al Segismundo de La vida es sueño (Calderón de la Barca); la oficina es el lugar de los vencedores y de los verdugos a la vez; la Calle del Cafetín es donde se encuentran los dos hermanos con Encarna y un lugar intermedio, cercano a la salvación y, a la vez, al mundo de la prostitución; el patio de butacas es también lugar escénico donde se sitúan Él y Ella.
Autor: Ana Mª Plana
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OPCIÓN B Pocos actores recuerdan con claridad en qué momento de la infancia o la adolescencia brotó el deseo de pasar de la sombra a la luz, pero saben muy bien cuándo se dijeron, a diferencia del resto de nosotros, “de aquí arriba no me baja nadie”. Todos queremos ser el centro de atención, pero la mayoría soportamos mal ser observados. La conciliación de esa paradoja es, quizá, la primera diferencia entre los actores y los demás mortales. El actor extrae su determinación de la mirada ajena. Ese deseo, palanca de su fuerza, también es, segunda paradoja, la causa de su fragilidad, pues son y serán siempre lo que vemos nosotros. La mirada ajena es su razón de ser, pero dependen de ella como de una droga para seguir siendo. Cuando ensayan dependen de la mirada del director y de sus compañeros. Cuando están en escena dependen de la mirada del público y de la crítica. Cuando bajan del escenario dependen de los encargados de casting que han de seleccionarlos, de los directores futuros que han de contratarlos, de los medios de comunicación que han de dar fe de su existencia. Si dejan de mirarlos, el teléfono deja de sonar. Para que vuelva a sonar tienen que “dejarse ver” de nuevo, seguir mostrándose; seguir, en una palabra, actuando. El imperativo de esa mirada es mucho más poderoso que el de cualquier otro artista: a diferencia del escritor o el pintor, el actor acaba siempre, en esencia, vendiendo su carne. Marcos Ordóñez, Telón de fondo, 2011.
CUESTIONES 1.
Haga un comentario de texto del fragmento que se propone contestando a las preguntas siguientes: a) Enuncie el tema del texto (0,5 puntos). El trabajo del actor tiene su origen y su recorrido en la continua exposición a la mirada ajena, no sólo del público ó de la gente que trabaja en el mundo del espectáculo. b) Detalle sus características lingüísticas y estilísticas más sobresalientes (1,25 puntos). El texto está escrito en un lenguaje cuidado pero accesible a cualquier tipo de lector. El autor es un crítico teatral acostumbrado a escribir en la prensa diaria para un público generalista. El tiempo verbal abundante es el presente con un valor durativo y habitual (recuerda, baja, queremos,…). Las oraciones son cortas y claras, con algún conector explicativo (también, pero,…) sin que predomine un tipo de construcción: se mezclan oraciones simples con compuestas por coordinación, subordinadas condicionales y finales,… todo para hilar su argumento como si se tratara de premisas en lógica. Predominan palabras del campo semántico del mundo del espectáculo (actores, ensayan, director, medios de comunicación) con algún anglicismo propio del sector como la palabra casting. El discurrir del texto tiene bastante encanto, con figuras retóricas (algunas bastante comunes) sobre los actores y su profesión: “pasar de la sombra a la luz” (metáfora del anonimato a la fama), “de aquí arriba no me baja nadie” (metonimia: arriba por escenario), “ese deseo, palanca de su fuerza” (personificación y metáfora), “son y serán siempre lo que vemos nosotros” (metáfora con tintes casi metafísicos), el teléfono deja de sonar (metonimia para explicar que dejan de llamarlos para trabajar), “el actor acaba (…) vendiendo su carne” (metáfota). c) indique qué tipo de texto es (0,25 puntos). Se trata de un texto humanístico, un fragmento de un ensayo sobre el mundo del teatro escrito por un crítico teatral. La forma del discurso es argumentativa. 2. Redacte un resumen del contenido del texto. (1 punto) El trabajo del actor encierra dos paradojas. La primera es que concilia el deseo que todos tenemos de ser el centro de atención con el miedo a ser observados. La segunda es que si no son observados 8por el público, el director de escena, el personal que organiza castings,…) no pueden seguir “exhibiéndose”.
Autor: Ana Mª Plana
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3.
Elabore un texto argumentativo a favor o en contra del uso de actores de prestigio como reclamo publicitario. (1,5 puntos) Aquí tienes que dar tu opinión explicándola y razonándola. Recuerda las partes de la argumentación: tesis-argumentos-conclusión. Escapa de lugares comunes y sé original. A la hora de redactar, te aconsejo frases cortas y que huyas de palabras comodín (“cosa”, “tema”,…). ¡Demuestra tu madurez escribiendo! El prestigio y la fama se adquieren por el trabajo bien hecho y por el respeto al mismo. Por ello, un actor reputado no debería sucumbir a las mieles de la publicidad. El empleo de famosos en publicidad es un recurso habitual. Sin embargo, en actores prestigiosos resulta insultante ya que no se trata de un trabajo más de interpretación, sino de prestar a la marca a la que representan, su credibilidad personal. En la sociedad de consumo no se venden productos, sino valores. Y los publicistas buscan a los más aclamados por su público objetivo. El fin no es que el famoso convenza ó recomiende a nadie el consumo de un determinado producto, sino que “impregne” con los valores de glamur y buen hacer al producto en cuestión. Y las sumas que se ofrecen a cambio deben ser bastante cuantiosas ya que no sólo actores, sino deportistas, músicos, presentadores,… pasan por ese aro sin ningún pudor. Actrices cuidadosísimas de su imagen como Penélope Cruz (que no concede una entrevista rigurosa a ningún medio de comunicación) no tiene ningún empacho, no en posar sensualmente para una firma de cosméticos, sino en disfrazarse de personaje de videojuegos para una conocida marca. Sorprende esta disparidad de criterio en cuanto a la dosificación ó a la calidad de sus apariciones públicas. ¡Poderoso caballero es don dinero! La lista es larga y los ejemplos sobran: George Clooney y John Malkovich venden cafeteras, Brad Pitt un perfume,… por no hablar del caso español de Carmen machi y José Coronado recomendando un yogurt con propiedades depurativas. Y, no son actores, pero ver a Matías Prats y a Olga Viza en el banco naranja les resta credibilidad cuando dan noticias económicas ¿no? El que ame su trabajo de verdad, debe dedicarse a él respetándolo. Y, de cara a los consumidores, debería hacernos reflexionar la siguiente interrogante: Si una marca necesita a un famoso… ¿es que no tiene valores? ¿Necesita ese plus artificial para diferenciarse de la competencia?
4.a. Analice sintácticamente: (1,5 puntos)
Oración compuesta por: • Proposición principal: enunciativa, afirmativa, activa, intransitiva. o Proposición subordinada adjetiva: enunciativa, afirmativa, activa, transitiva. o Proposición subordinada adverbial (CCT): enunciativa, afirmativa, activa, intransitiva.
4.b. Explique el concepto de anglicismo y el significado en el texto de casting. (1 punto) Un anglicismo es una palabra o modos de expresión originarios de la lengua inglesa pero empleados comúnmente en español. Casting significa proceso de selección de actores. 5.a. La literatura del siglo XVIII. Ensayo y teatro. (2 puntos) Resume. Te servirá hacer un esquema como este antes de escribir:
Autor: Ana Mª Plana
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El siglo XVIII: “Siglo de las Luces”. Contexto histórico: • Llegada de los Borbones • Felipe V facilita la introducción de las luces • Carlos III, modelo del despotismo ilustrado • La Biblioteca Nacional, La Real Academia Española, La Real Academia de la Historia. Etapas en la literatura del XVIII: a) Llega hasta mediados del siglo y se caracteriza por la lucha contra el Barroco y la toma de contacto con el Clasicismo. b) Neoclasicismo. Llega hasta el final del siglo. c) Prerromanticismo. Tiene lugar en las últimas décadas del XVIII en que se produce una reacción sentimental con gusto por temas nocturnos y lacrimosos que preludian el Romanticismo. Ensayo: • Benito Jerónimo Feijoo o Teatro crítico universal o Cartas eruditas y curiosas • Gaspar Melchor de Jovellanos o Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas o Informe sobre el expediente de la Ley Agraria o Memoria sobre educación pública. • José Cadalso o Cartas marruecas Teatro • Características: o Respeta la regla de las tres unidades o Tiene que se moral y verosímil. •
•
Tipos de obras: o “Comedias de figurón” heredadas del barroco y prohibidas. o Teatro propiamente neoclásico, comedias urbanas: La señorita malcriada de Iriarte sentimentales: El delincuente honrado de Jovellanos moratianas: Leandro Fernández de Moratín con obras en verso (El viejo y la niña y La mojigata) y en prosa (La comedia nueva o El café y El sí de las niñas). Habla de la libertad que las hijas de elegir marido y la igualdad de edad entre los cónyuges. Sainete de Ramón de la Cruz como El rastro por la mañana ó La pradera de san Isidro.
El siglo XVIII es un periodo de cambio en España: llegan los Borbones tras ganar la guerra de Sucesión. Felipe V facilita la introducción de las luces y la Ilustración va penetrando en España. Carlos III logra que el país progrese. Es el rey modelo del despotismo ilustrado: “todo para el pueblo, pero sin pueblo”. Es la época de la Ilustración, movimiento intelectual centrado en la razón y el utilitarismo. Es el llamado “Siglo de las Luces” donde domina el espíritu científico y el reformismo. Estas ideas burguesas se difunden gracias a enciclopedias, periódicos,… Las instituciones culturales serán el reflejo de este nuevo espíritu: La Biblioteca Nacional, La Real Academia Española, La Real Academia de la Historia. Podemos distinguir tres etapas en la literatura del XVIII: d) Llega hasta mediados del siglo y se caracteriza por la lucha contra el Barroco y la toma de contacto con el Clasicismo. e) Neoclasicismo. Llega hasta el final del siglo. f) Prerromanticismo. Tiene lugar en las últimas décadas del XVIII en que se produce una reacción sentimental con gusto por temas nocturnos y lacrimosos que preludian el Romanticismo. El movimiento que se impone es el Neoclasicismo, de influjo francés. Los autores se someterán a las reglas clásicas y que serán sinónimo de “buen gusto”. En teatro, por ejemplo, se respeta la regla de las tres unidades (lugar, tiempo y acción).
Autor: Ana Mª Plana
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El pensamiento y el ensayo alcanzan su mejor y más alta expresión en un movimiento en el que la creatividad está encorsetada por reglas clásicas. Benito Jerónimo Feijoo habla de la necesidad del estudio de las ciencias y la importancia de la experimentación. En Teatro crítico universal y Cartas eruditas y curiosas da cuenta de los males que impiden que el país avance. Gaspar Melchor de Jovellanos, político reformista e ilustrado, propone soluciones para modernizar España con una prosa es elegante, sobria y fluida. Entre sus ensayos, destacan Memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas, Informe sobre el expediente de la Ley Agraria y Memoria sobre educación pública. José Cadalso, en sus Cartas marruecas establece una visión crítica de la España de su tiempo (apuntando remedios) a través de la correspondencia entre dos marroquíes y un español con un estilo satírico y serio. El teatro ilustrado respeta, como hemos dicho, la regla de las tres unidades, pero también la moralidad y la verosimilitud. Comienza el siglo con un teatro que exagera los elementos burlescos y de gusto popular, con las “comedias de figurón” heredadas del barroco y que son censuradas por el gobierno al no considerarlas moralizadoras. El teatro propiamente neoclásico, en general, no serán del gusto popular, sino dirigidas a un público burgués y con conflictos relativos a esa clase. También habrá comedias urbanas, dedicadas a criticar vicios (como La señorita malcriada de Iriarte); sentimentales, con propósito moralizador y final feliz (El delincuente honrado de Jovellanos); moratianas, cuyo propósito didáctico critica el abuso de autoridad y la mala educación recibida por las mujeres. Leandro Fernández de Moratín fue el autor más representativo con obras en verso (El viejo y la niña y La mojigata) y en prosa (La comedia nueva o El café y El sí de las niñas). Un tema recurrente en sus obras es la libertad que las hijas de elegir marido y la igualdad de edad entre los cónyuges. Sus obras tienen finalidad didáctica y moral, con estilo cuidado Por último, está el sainete de Ramón de la Cruz (folclórico, satírico, superficial), una pieza corta de un solo acto, que es "una pintura exacta de la vida civil y de las costumbres de los españoles", con títulos como El rastro por la mañana ó La pradera de san Isidro. 5.b. Comente los aspectos más relevantes de la obra del siglo XIX que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto)
Estas preguntas la puedes llevar preparada. Ve al grano, comenta argumento, adecuación al movimiento en el que se enmarca, estilo del autor, relación con otras autores coetáneos,… Los Pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán, es la novela que mejor ejemplifica el naturalismo, al reflejar la aceptación del positivismo según los criterios de Émile Zola. El argumento es duro: Julián, un joven sacerdote, llega a los Pazos de Ulloa y encuentra un núcleo rural donde el señor marqués hace lo que se le antoja: vive “amancebado” con Sabel, hija de Primitivo (hombre de confianza del cacique) y de esa relación ha nacido Perucho. Julián consigue que el marqués lo acompañe a Santiago en busca de esposa legítima. Se casa con su prima Nucha, dulce, de buenos sentimientos. Y aquí comienza el infierno de esta mujer: Nucha da a luz a una niña y ambas caerán en desgracia, ya que el marqués deseaba un varón. Quiere huir ayudada por Julián, pero el marqués lo impide, acusa a su mujer de adulterio y echa de su casa al capellán. El epílogo cuenta la vuelta a Los Pazos de Julián, diez años después. Encuentra con los dos niños: Perucho ahora viste elegantemente y la hija de Nucha, de campesina pobre. La obra es una crítica demoledora, una plasmación de una realidad de la forma más objetiva posible y sin ahorrar en detalles escabrosos. Habla de la oposición entre naturaleza y civilización, tesis naturalista. Habla del caciquismo y la corrupción política (hay una trama política con unas elecciones amañadas), de costumbres ancestrales, de la mezcla entre la religión y la brujería (la Sabia y sus comadres) y opone la Iglesia convencional con el idealismo religioso y regenerador de Julián. Se presenta un medio rural embrutecido y muy hostil y se habla de una sociedad con una nobleza decadente y moralmente muy relajada. Si comparamos esta obra con, por ejemplo, Misericordia de Galdós, vemos clara la diferencia entre Naturalismo y realismo. Pardo Bazán muestra un ambiente hostil del que es difícil escapar y en el que la
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naturaleza está muy presente. Los personajes de Galdós, sin embargo, terminan siendo entrañables, incluso algunos, disculpables, a pesar de la crítica que aparece en su obra. La autora no deja escapar ningún retazo de realidad y así recoge momentos sórdidos (como se emborracha a Perucho), tiernos (descripción de la niña de Nucha), humorísticos (descripción del ama de cría),… abundando en la proyección de las teorías y técnicas naturalistas, en cómo influye en el individuo el medio ambiente, su fisiología, las cargas de la herencia genética... El naturalismo gustaba de personajes extremos como el marqués, Primitivo,… El marqués navega entre dos mundos: el salvaje y el civilizado, el rural y el urbano. Tiene dos suegros, dos mujeres y dos hijos, cada uno de uno de esos mundos. Otro rasgo del naturalismo: la naturaleza lo invade todo y es acorde con el tempo narrativo: Julián llega a Los Pazos y no encuentra el sendero; el paisaje es bello y sereno cuando predomina la calma y la naturaleza se vuelve amenazante cuando, por ejemplo, Nucha enferma. El cementerio del epílogo está invadido por una exuberante vegetación. El transcurrir del tiempo en la novela es lineal. Entre el final de la novela y el epílogo hay una elipsis de diez años que permite tener la perspectiva temporal suficiente para llegar a conclusiones objetivas, muy al estilo del realismo y el naturalismo. También es característica del naturalismo la forma narrativa: en tercera persona con narrador omnisciente. La conclusión a la que se llega tras la lectura de la obra es que todo aquel que no se adapta al medio o se margina ó es aniquilado, como ocurre con Julián y Nucha.
Autor: Ana Mª Plana
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