La música: ¿armonía o discordia? Artículo escrito por: Nancy McKeeth ObreroFiel.com usa este artículo con permiso del autor Para muchas familias, la música es un tema que trae “discordia.”. Algunas familias optan por restringir lo que escuchan sus hijos, otros intentan resolver el desacuerdo dejando a los muchachos escuchar cualquier estilo o artista que les convenga. ¿Hay una manera de tratar el tema que resulte en “armonía”? No se puede resolver el conflicto en pocas palabras, pero hay algunas ideas que ayudarán. Primero, inculque en sus hijos un amor por la buena música. Mientras crezcan, los gustos de sus hijos van a ir ampliándose, pero no van a perder el amor por la música que les gustaba como niños. Uno no nace con una preferencia para escuchar el violín, la marimba o la guitarra eléctrica. Es algo que se aprende, escuchando buena música en casa. Evalúe sus propios gustos. ¿Qué le está enseñando a sus hijos a disfrutar? La música es un medio poderoso de comunicación. Escuche con sus hijos la música que les atrae. No es fácil para ellos, porque hay mucha presión para escuchar lo que es de moda. Aproveche la oportunidad de hablar de los valores, preguntas, y problemas representados en las canciones. Tengan una conversación seria en cuanto al volumen. La pérdida de audición por escuchar la música demasiado alta, aun con audífonos, es permanente. Decidan juntos cuales van a ser las normas que usarán para escoger las canciones y artistas que escuchen. Así, van a enfrentar las presiones de sus compañeros con el poder de sus criterios formados personalmente. De a sus jóvenes el derecho de tener gustos diferentes a los suyos. Lo que necesitan tener en común es un deseo de mostrar un entendimiento transformado (Rom. 12:2) y agradar a Dios aún con la música que escuchan. Cambie la “discordia” de gustos diferentes por la “armonía” de valores compartidos.

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