“¿Ataduras o esclavitud?” Héctor Alas
[email protected] Usado con permiso. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda. Algunos lo toman a broma, ya que por algunos programas de televisión, sirve hasta de entretenimiento al público. Se arenga a la tele audiencia a aplaudir y estar de acuerdo, aún cuando saben que es lo que actualmente continua destruyendo miles de hogares. A otros, les resulta indiferente, ya que son del pensar, decir y actuar de: “vive tu vida y deja vivir”. Me refiero a la fornicación y el adulterio, cuya práctica no trae nada de beneficio, sino todo lo contrario. Hay experiencia de siglos de lo que ambas producen, empezando por la destrucción de la personalidad, seguida de una ceguera progresiva de todo lo que es moral, ético y espiritual. Hasta se llega a justificar al creer que se tiene el derecho de “ser feliz”. Sorprende como muchos actúan como por instintos, casi en un estado animal, y no por la cordura que supuestamente nos merece la distinción de ser personas con cinco sentidos. Algunos tienen su castigo con el flagelo de cualquier enfermedad venérea, como Enrique VIII de Inglaterra, Lenin o Federico Nietzsche. La desvalorización puede llegar a ser tal, que se pierde la noción de importancia que merece una familia. Se mantienen navegando en el mar de la lujuria, dando rienda suelta a su bestia interior, dejando de considerar lo bueno de la vida. He conocido a personas que hastiadas de sí mismas buscan lo más radical suicidándose, no sin antes infectar a unos cuantos. Vivimos en un ambiente nocivo para todos, nos preocupa que nuestros hijos crezcan teniendo personas a su derredor con mentalidades aberrantes. He conocido muchos hombres que han estado hundidos en una vida licenciosa, tocando fondo con su lujuria insaciable, e infidelidad en el matrimonio; llevando una doble vida que los desgasta por completo. A lo mejor al tener esto en tus manos y leerlo, te percates de la importancia que tienes para Dios. Si bien Dios nos hizo seres sexuales, fue para que lo disfrutemos de una manera legítima, es decir en el matrimonio. Pero más aún, nos hizo seres espirituales para que le conociéramos a través de Jesucristo, quien murió en la cruz por nuestros pecados. Quizá ni tú mismo sepas a cuanta degradación has llegado, pero lo cierto es que con su muerte, Cristo tiene el poder de restaurarte y transformarte. Te ofrece una vida con propósito que comienza con el perdón que todos necesitamos para librarte de cualquier atadura que te esclaviza. Piénsalo y decide, no tardes para venir al encuentro con Dios, a quien tarde o temprano, tendremos que dar cuenta de lo que hicimos.