CRÍTICA DE LIBROS GRIETA DE FATIGA POR FABIO MORÁBITO ETERNA CADENCIA 186 PÁGINAS $ 49
NARRATIVA EXTRANJERA
La curiosidad y el asombro L
os distintos narradores de Grieta de fatiga, de Fabio Morábito (Egipto, 1955), se caracterizan por ver lo real como una sustancia imprevisible, sometida a un devenir constante. Las variables insólitas que dispone el azar dibujan un zigzag que constituye el único principio que rige los destinos de los personajes. Al igual que en La lenta furia, su anterior volumen de cuentos, en estos relatos se expone la compleja intimidad del universo, cuya manifestación inmediata es la punta de un misterio vastísimo que despierta en los personajes extrañamiento, asombro o curiosidad. Entonces, instados por esta curiosidad, algunos de los protagonistas se transforman en improvisados detectives. Así, en “Huellas”, un pedicuro que camina por una playa se distrae analizando las pisadas de los bañistas grabadas en la arena y, a partir de sus inferencias, elabora una historia sobre las personas que alcanza a distinguir en la lejanía. En “Los crucigramas”, un narrador en tercera persona se detiene en una mujer cuya hermana le manda con regularidad, desde
otro continente, un paquete de revistas con crucigramas resueltos pero borrados. La trama se tensa a causa de pequeños descuidos de la remitente (un trazo tembloroso de la letra, no borra las resoluciones, deja incompletos los acertijos), la destinataria descubre que la salud de su hermana está quebrantada. Otro ejemplo es la trama de “Los búlgaros”: a partir de las correcciones que de un cuento suyo hace un colega, un escritor descubre que éste admite la infidelidad de su mujer a cambio de la admiración de su amante. Morábito es autor de varios libros de poesía. Lo notable es que, cuando escribe prosa, su abordaje del discurso narrativo, de alguna manera, guarda una impronta lírica. No se trata de la organización de su sintaxis ni de un uso particular del lenguaje, sino más bien del diseño de imágenes que por su potencia resultan claves para el armado de los universos que lo caracterizan. En Grieta de fatiga, muestra su destreza para trabajar con las arquitecturas minuciosas sobre las que se funda lo cotidiano y
crea mundos cerrados, estructuras herméticas con escasos puntos de fuga. Un ejemplo de esto es “Parque de diversiones”, uno de los mejores cuentos del libro, en el que un par de niños acompaña a un tercero a festejar su cumpleaños en un parque de diversiones. El cumpleañero está acompañado por su padre, un ser taciturno y silencioso, quien con su indiferencia hace crecer la tensión hasta el final del texto, cuando se descomprime con un repentino cambio de punto de vista narrativo. El tono de este texto, que es de un extrañamiento existencial ligado al absurdo, recuerda las narraciones cortas del italiano Dino Buzzati. En “La cigala”, relato escrito en presente, el lector de una novela tropieza con la palabra “cigala”, cuyo significado no queda claro dentro del contexto. Consulta el diccionario y también a un erudito; sin embargo, las respuestas son tan confusas que lo arrastran a un crimen. Grieta de fatiga incluye también algunos relatos, como “Micias” y “Armaduras”, que juegan con las formas y el imaginario de los cuentos maravillosos. En
Morábito FRANCISCO GARCIA / NOTIMEX
el primero, un soldado adopta el caballo de Troya como vivienda y, en el segundo, un par de caballeros andantes mantienen un combate interminable debido al estado deplorable de sus armaduras. Pero, más allá de la variedad argumental de los cuentos, este libro muestra su excelencia en la precisión de su factura y la fuerza sugestiva de cada frase. Jorge Consiglio © LA NACION
HISTORIA
Experimentos siniestros D
e todas las huellas que dejó el médico nazi Joseph Mengele en su aberrante paso por Auschwitz (donde se lo conocía como el “Ángel de la Muerte”), la que más se recordará será su fórmula de la eterna juventud, una experiencia llevada a cabo con el propósito de salvar al Tercer Reich del paso del tiempo. Adolf Hitler había fundado un imperio que debía durar mil años, pero no podía engendrar hijos. De ahí la importancia de hallar una droga para detener el proceso de envejecimiento y alcanzar la eterna juventud. Carlos De Nápoli dedicó varios libros al tema del nazismo. La fórmula de la eterna juventud y otros experimentos nazis cuenta, por ejemplo, que el general Karl Brandt, médico personal de Hitler, 16 | adn | Sábado 20 de marzo de 2010
era Ministro de Salud con superpoderes y centralizaba todo el saber sobre rejuvenecimiento en la Europa anterior a 1945. Brandt, según el autor, contactó a los especialistas de los países ocupados, obtuvo drogas de última generación y contó con hormonas y glándulas extraídas a los prisioneros de los campos de concentración. En esa tarea también andaba el endocrinólogo ruso Karl Peter Vaernet. De Nápoli descubrió aquí, en Buenos Aires, en el cementerio británico de la Chacarita, la tumba de Vaernet, quien había seguido los esfuerzos de Voronoff, aunque creyendo que las hormonas no sólo rejuvenecían sino que, además, podían “curar” la homosexualidad. Tras incontables experiencias en Alemania, llegó a la Argentina en
1947, contratado por el gobierno de Juan Domingo Perón y montó un laboratorio en el barrio de Palermo. El libro también revela la existencia de un spa para distraer a los oficiales de las SS, edificado por Heinrich Himmler en Solahuette, cerca de Auschwitz, donde había mujeres seleccionadas entre las prisioneras, a las que se sometía al proceso de rejuvenecimiento. “Desayunaban con tostadas de pan de centeno –dice De Nápoli– en lugar del fabricado con aserrín de madera tratado químicamente, común en las barracas; una fruta a elección, café o té con leche, y las infaltables pastillas de la I. G. Farben, que enviaba además las inyecciones de extractos hormonales. Eso se completaba con sesiones diarias de gimnasia.” Aun así, todas des-
LA FÓRMULA DE LA ETERNA JUVENTUD POR CARLOS DE NÁPOLI NORMA 208 PÁGINAS $ 48
confiaban. El propio Mengele les anunció que serían revisadas por los jerarcas mayores hasta que apareció Brandt, quien les dijo la verdad: “Ustedes serán las madres que darán los hijos que Alemania necesita por muchos años”. Esas mujeres rehicieron sus vidas y el autor logró hablar con una de ellas. De Nápoli logra componer una historia en la que se menciona el origen de la talidomida, todo basado en las experiencias criminales de Mengele en los campos de concentración. Hugo Gambini © LA NACION