Quidam supera la barrera del asombro

30 may. 2010 - Guillermo Kuchen, Valentín Pauls, Luis Longhi,. Carlos Weber, Anabella ... argentinos: Cristian Zabala, el bai- larín, cantante y acróbata a ...
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Espectáculos

Página 12/LA NACION

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Domingo 30 de mayo de 2010

TEATRO

Quidam supera la barrera del asombro El Cirque du Soleil se vuelve a presentar con una propuesta plena de poesía visual y destrezas deslumbrantes Muy buena (((( Quidam, por el Cirque du Soleil. Idea: Guy Laliberté. Vestuario: Dominique Lemieux. Escenografía: Michel Crête. Diseño de luces: Luc Lafortune. Diseño sonoro: François Bergeron. Música: Benoit Jutras. Coreografía: Debra Brown. Dirección musical: Benoit Jutras. Dirección artística: Gilles Ste-Croix. Dirección: Franco Dragone. Duración: 3 horas.

Dentro de los tres espectáculos de la factoría Cirque du Soleil que pasaron por Buenos Aires, Quidam es el más nuevito aunque ya tenga 16 años. En comparación con sus dos antecesores, depuró su escenario, le quitó cierto barroquismo apostando a una puesta en escena más limpia y teatral. Aun en términos musicales dejó de lado ciertas influencias new age que aparecían en Saltimbaco y Alegría, los espectáculos que pisaron estas tierras. Hay que reconocer que esos despojamientos suman notablemente en la puesta que, como es costumbre en ellos, comienza con una escena de una enorme poesía visual. Como en los trabajos que ya vimos en esta ciudad, el montaje está apoyado en una excusa narrativa que sirve de disparador (en este caso, una niña perdida en su mundo junto a un ángel protector que no levanta vuelo y una especie de maestro de ceremonias). Ellos la guían por un recorrido onírico cargados de citas plásticas que hacen referencia al mundo de Magritte. Cada imagen tendrá su contra escena y a lo largo de las tres horas que dura el espectáculo, contando su intervalo de 30 minutos, el recorrido hace su paseo inevitable por el mundo circense, raíz fundamental de todos los trabajos de esta compañía de fama mundial fundada en 1984 que este año ya estrenó tres montajes. Claro que la excusa dramática es eso: una vaga excusa. Por eso mismo en varias escenas el hilo conductor (o el supuesto hilo conductor) se diluye, pierde fuerza dramática y hasta da la sensación de que podrían variar el orden de los números circenses o incor-

Chávez-Karina K

El cuadro de equilibrio fue uno de los más ovacionados, con el húngaro Richard Jercsmen y la ucraniana Yana Semilet (arriba). Uno de los tantos personajes encarnado por el estadounidense Mark Ward (izq.)

visto por más de 9 millones de personas en 20 países.

Argentinos en el circo

FOTOS/ SOLEDAD AZNAREZ

porar otro sin que influya en el resultado final. Lo cual, en cierto sentido, marca el límite expresivo del trabajo. Claro que, cada vez que se sumerge en aguas más difusas viene el plato fuerte de Quidam con sus casi 70 artistas de 15 nacionalidades desplegando sus rutinas circenses que tienen un grado de perfección técnica, expresiva y plástica que los ha hecho un punto de referencia obligado en las aguas del llamado nuevo circo.

La mejor magia teatral, escrita por De Filippo Muy buena ((((

Fernando Dente sigue en ascenso

Sweeney Todd ya tiene a su elenco completo Lo mejor del musical formará parte de la obra Luego de tres arduas semanas de audiciones en el Maipo quedó conformado el elenco que acompañará a Julio Chávez y a Karina K en Sweeney Todd, el sombrío musical de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler, que se estrenará en octubre, con dirección general de Ricky Pashkus. Además del director, en las audiciones participaron Alberto Favero, director musical, y Gabriel Gestal, director de coros, ya que la partitura de Sondheim es bastante complicada y requiere de artistas integrales estupendos vocalmente. Quien se ganó el coprotagónico masculino es Fernando Dente –actual protagonista de Despertar de primavera–, como Anthony Hope; mientras que Carolina Gómez –protagonista de Callas, el musical– será Johanna. Alguien a quien merecidamente le llega un importante papel es a Martín O’Connor (inolvidable Jonathan del Drácula original), quien será el Juez Turpin; mientras que Roberto Peloni será Pirelli; Marcelo Gómez encarnará al Alguacil Bamford; Walter Canella, a Tobías Ragg, y Belén Pasqualini, a la misteriosa Mendiga, que tiene dos de las mejores canciones de la obra. El resto del elenco, de lujo: Rubén Roberts, Sergio Miranda, Diego Jaraz, Adrián Scaramella, Martín Repetto, Estela Leiva, Mariana Jaccazio, Guido Balzaretti, Gustavo Guzmán, Stella Maris Faggiano y Andrea Lovera.

En dicho terreno, esta compañía quebequense se apoya en la tradición circense china con un número de diábolo que parece pertenecer al mundo del animé (dicho de otro modo: que parece pertenecer al mundo de la ficción porque es imposible creer que lo que se está viendo está hecho por simples mortales) y en la tradición de acróbatas rusos y de los países de Europa del Este. Esos cuadros deslumbran, cuestionan la ley

La gran magia, de Eduardo de Filippo. Con Alejandra Bonetto, Diana Santini, Ana María Castel, Coni Marino, Sandra Ballesteros, Gustavo Garzón, Guillermo Kuchen, Valentín Pauls, Luis Longhi, Carlos Weber, Anabella Simonetti, Víctor Laplace, Karina K, Marcelo Xicarts, Rubén Ballester, Gabriel Rosas y Pedro Ferraro. Coreografía: Gustavo Lesgart. Iluminación: Manuel Garrido. Vestuario: Renata Schussheim. Escenografía: Jorge Ferrari. Dirección: Daniel Suárez Marzal. Duración: 100 minutos. Teatro Presidente Alvear.

Con inteligencia, el Complejo Teatral de Buenos Aires rescató un texto casi olvidado de Eduardo de Filippo (1900-1984). La gran magia, en manos del director Daniel Suárez Marzal, desnuda una variedad de planos irresistibles en los que se articula con maestría las reflexiones del orden de lo filosófico con el humor pasando por observaciones sociales de la época. El efecto es desconcertante y ese mismo desorden de discursos en disputa se transforma en uno de los logros más claros del texto y del trabajo de puesta. A un hotel de la costa italiana, habitado por un sector de la sociedad pendiente del mundo de las apariencias, llega como divertimiento un número de ilusionismo. El mago se llama Otto (una persona que habla “más con sus dedos que con su boca”, como se lo presenta) quien llega al lugar junto a su esposa, infinidad de deudas producto de su pobre vida de artista de variedades y valijas destartaladas. Complicidades de por medio, elemento fundamental para que sus trucos se hagan realidad, hace desaparecer a la esposa de un tal Calogero, personaje engreído y de porte señorial. Ante el asombro de su público, el mago quiere continuar con su rutina pero, el tal Calogero, detiene la acción y exige el retorno de su amada. “¿No es capaz de darse cuenta que usted mismo es el artífice de este juego de ilusión? Usted hizo

desaparecer a su mujer y sólo usted es quien puede lograr que reaparezca. Yo quizá pueda ayudarle un poco, pero milagros no sé hacer”, le retruca el mago. A partir de ese momento, la obra entra desenfrenadamente en un juego de neológicas vertiginoso. Como en un cuento borgeano, el mundo de las apariencias, los espejos, las historias cruzadas y los laberintos se tranforman en elementos constitutivos de la trama. El desconcierto se apodera de la acción y hace estallar al texto en sentidos entre los cuales aparecen chispas de humor hábilmente ubicados para subrayar todavía más las reflexiones del ilusionista convertido en filósofo. Como telón de fondo, tres clases sociales napolitanas en disputa representadas por los tres lugares en donde transcurre la acción. Es tan radical el camino adoptado por De Filippo que, como en la mejor partida de cartas, tiene un retruco final que rompe con lo esperado en este trabajo en el que el mundo de la ilusión y el mundo de lo real circulan por una inquietante línea movediza. En ese aspecto, la inteligente y esteta puesta de Daniel Suárez Marzal, el impecable trabajo de arte y las sólidas interpretaciones están al nivel que requieren las complejidades de una trama de estas características. Del numeroso elenco es imposible pasar por alto los trabajos de Gustavo Garzón (como el señor que reclama la presencia de su esposa) y de Víctor Laplace (como el mago). Ambos, ubicados en polos opuestos y complementarios, se convierten en exquisitos manipuladores de los complejos recovecos que atraviesa la acción. A lo sumo, es posible pensar que se podría haber sintetizado la escena en la que Calogero se enfrenta a su familia y se podría haber evitado, porque por momentos suena a forzado, cierta entonación italiana. ¿El resto? Magia. Pura magia. La mejor magia teatral.

Alejandro Cruz

(En el mundo )

Alejandro Cruz

N Para chicos, no. Cabe aclarar que Quidam no es recomendable para menores de 8 o 9 años, por su narrativa, ritmo y alusiones a la muerte. N Tapirush. El famoso Tapis Rouge, de 650 pesos, es más un saloncito vip que aquello que fue otros años. Con bocaditos y nada de bebidas alcohólicas, aquello de introducir al espectador al show desde la espera no se logra en lo más mínimo. Con una decoración pobre, resulta más divertido deambular por la antesala común. El merchandising, sólo para espectadores de nivel adquisitivo altísimo, a quienes les haya quedado suficiente resto. N Más

que puntualidad. El tránsito en las zonas de acceso a la carpa puede ser muy tramposo, y las esperas para estacionar son largas. Es conveniente llegar con mucho tiempo de anticipación, ya que no dejan ingresar cuando el espectáculo ha comenzado.

N Famosos.

Entre los que asistieron a la première, se cuentan Julio Bocca, Arturo Puig, Selva Alemán, Mariano Martínez, Soledad Silveyra, Natalia Lobo, Cecilia Roth, Guillermo Francella, Maru Botana, Andrea del Boca, Luis Luque, Adrián Navarro y Nahuel Pérez Biscayart.

Gary Coleman es uno de los personajes de la comedia musical Avenue Q

para recrear en un musical el clásico de Hollywood El Mago de Oz, de 1939. Los creadores de Evita, Jesucristo Superstar y Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat, lo rebautizaron como Over The Rainbow. El papel central de Dorothy, que en la versión cinematográfica de 1939 fue interpretado por Judy Garland, será para la inglesa Danielle Hope, elegida tras un concurso de la BBC. La nueva producción –que contará con las canciones de la película y otras nuevas– se estrenará en el London Palladium del West End londinense a comienzos de 2011.

N Gary Coleman sigue vivo en un musical.

¿Qué van a hacer los de Avenue Q? Disparó ayer un fanático del teatro musical al enterarse de la muerte de Gary Coleman. El comentario se debe a que uno de los personajes de esta calle de “perdedores” donde transcurre la acción en Avenue Q es, nada más ni nada menos, que Gary Coleman (sí, con nombre y apellido), últimamente interpretado por la actriz Danielle K. Thomas. Ayer la producción de esta obra que se lleva a cabo ahora en el Off-Broadway envió un comunicado en el que, además de lamentar la muerte del actor de Blanco y negro, expresan: “Su tremendo talento deleitó a espectadores de todo el mundo y nos inspiró. Aunque en la vida hay que vivir el momento, sospechamos que el legado de Gary vivirá durante muchísimos años. Y su recuerdo también perdurará en los corazones y las mentes de aquellos que hicimos y hacemos Avenue Q”. Al concluir la función de del viernes pasado, día en que el ex niño actor falleció, Danielle K. Thomas le rindió un tributo especial. En cuanto al personaje Gary Coleman no hubo debate sobre si continuar con él o cambiarle el nombre.

* * * María José Goyanes en un alegato antibelicista

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Gustavo Garzón, Víctor Laplace, Ana María Castel y Karina K, parte del numeroso elenco

Recomendaciones, aclaraciones y visualizaciones

Por Pablo Gorlero

N Oz. El gigante mu-

EDUARDO RIVERO

Pablo Gorlero

de la gravedad y confunden toda lógica ligada al sentido común. Claro que no están solos. De hecho, el número inicial de la rueda alemana, el de las cuerdas del saltar (la típica y entrañable soga de nuestra infancia que tantos mamporros nos causó) y el del equilibrio (a cargo de una pareja que genera cuadros imposibles sin que se le note la tensión de sus músculos) se convierten en puntos altísimos de este trabajo ya

Como en las dos veces anteriores esta vez también el espectáculo cuenta con la participación de artistas argentinos: Cristian Zabala, el bailarín, cantante y acróbata a cargo de un personaje muy simpático; y Toto Castiñeiras, el clown. Formado con Cristina Moreira, Toto despliega todo su encanto en dos cuadros que el público disfruta y aplaude más allá de cualquier nacionalismo (la risa está más allá de esas cuestiones menores). Sin embargo, Toto indaga una línea un tanto más guarra que pareciera no estar en correlato con el resto de la propuesta. ¿El resto? Mucho resto. Un perfecto andamiaje escénico. Una poesía visual que sobrevuela cada cuadro. Una marcación coreográfica cuidada hasta en los más mínimos detalles. Un vestuario funcional al mundo onírico imaginado por Franco Dragone, su director. Y una cantidad de detalles en los segundos y terceros planos, que hacen a un todo mágico. O sea, la marca Cirque du Soleil. Aquella maquinaria de referencia obligada cuando se habla de superar las barreras del asombro.

Apostillas

sical del momento Wicked, basado en personajes de El mago de Oz, tiembla. Los productores y creativos británicos Andrew Lloyd Webber y Tim Rice unirán fuerzas

Danielle Hope, protagonista de Over the Rainbow, en 2011

N Director argentino en Madrid. Carlos

La Rosa fue uno de aquellos galanes recios que lanzó Alejandro Romay en los años 80, pero que pronto, emigró a España. Incansable trabajador del teatro independiente de aquél entonces, siguió en la Madre Patria con ese firme amor al teatro. Hoy es un activo director y productor y acaba de estrenar Madre Paz, diario auténtico e imaginario de Cindy Sheehan, escrito por Darío Fo y Franca Rame. La obra subió a escena en el teatro Galileo, de Madrid, con María José Goyanes, una de las actrices más respetadas de España. La obra es un alegato antibelicista con un texto sobre un posible diario de Cindy Sheehan, la denominada “madre pacifista” que tras la muerte en la guerra de Irak de su hijo, un soldado de los Estados Unidos, pidió explicaciones a George W. Bush, ex presidente por aquél entonces. Goyanes interpreta a esa “madre coraje” que muestra sus ansiedades en las conversaciones que establece con los actores Marc Parejo y Silvia Vivó que encarnan tres personajes cada uno.