POLITICA
LA GIRA POR AFRICA Y LA ESCALA EN EL CAIRO
EL ESCENARIO
Cristina y el espejo de Khadafy CARLOS PAGNI PARA LA NACION
Visitó a Mubarak, con quien habló de negocios y de una posible exposición cultural ELISABETTA PIQUE ENVIADA ESPECIAL
Con fuerte custodia En su encuentro en el hipercustodiado Palacio Presidencial de Heliópolis con Mubarak, de 80 años, que duró 1 hora y media –algo inusual–, los temas sobre la mesa fueron principalmente políticos. Se habló mucho del conflicto en Medio Oriente, argumento que volvió a tratarse más tarde en la reunión que tuvo con Amr Moussa, secretario de la Liga de Estados Arabes. Al respecto, la Presidenta dejó en claro que la Argentina está en favor de la existencia de un Estado palestino. Con Mubarak, en el poder desde hace 27 años, también habló de la necesidad de implementar un acuerdo ya firmado por los dos países en vista de una mayor integración de Egipto en el Mercosur. ¿Estuvo la comitiva presidencial pendiente de lo que pasaba en Buenos Aires con las AFJP? “Si quiere le muestro mi celular para que controle mis llamadas” contestó el ministro de Planificación, Julio De Vido, ante una pregunta de LA NACION. “Está claro que todos consultamos Internet permanentemente y uno está conectado todo el tiempo a la realidad de la Argentina, pero tenemos muy en claro que cada uno tiene que cumplir su trabajo. Nosotros hoy estamos acá con toda la voluntad y de la libido puesta en el éxito de la misión junto con los empresarios, que en vez de estar lamentándose en la Argentina por la crisis están acá ganando mercados, que es lo que hay que hacer”, agregó.
Más información. Cristina Kirchner, desde Egipto rumbo a Libia. www.lanacion.com.ar
EFE
Cristina Kirchner y Hosni Mubarak dialogaron más de una hora y media en el palacio presidencial egipcio
Los empresarios suman esperanzas de negocios Hay euforia en la comitiva por las oportunidades que se abren EL CAIRO (De una enviada especial). Reinaba gran satisfacción ayer en el grupo de cerca de 70 empresarios que, paralelamente a la visita de la Presidenta, participó por primera vez de rondas de negocios organizadas por la Cancillería y el Gobierno durante el periplo por Africa del Norte. En esta capital, donde tuvieron un importante encuentro con empresarios egipcios, representantes de pymes y de grandes industrias argentinas trazaron un balance más que positivo de esta inédita misión comercial. Exultante, el embajador Luis María Kreckler, subsecretario de Comercio Internacional, calculó que en toda la gira (por Argelia, Túnez, Egipto y Libia) pudo concertarse un total de 1060 agendas de negocios. “Pero lo importante no es la cantidad, sino la calidad de las entrevistas”, dijo a LA NACION.
“Venimos a testear el mercado y estamos satisfechos porque hay varias cadenas de supermercados interesadas en comprar mate en saquitos y té negro fermentado”, contó Mario Cecere, representante de la yerbatera Rosamonte. “Me parece espectacular la iniciativa de ir a los países árabes porque siempre están más alejados de los efectos de la crisis financiera: creo que fue un paso muy inteligente”, opinó Alicia Daher, de Techniques and Supplies, empresa argentina que fabrica carros de bomberos, ambulancias e hidrantes, y de Demsa, que produce polvo y espuma para extintores. Carlos García Urruty, de Halperin, que fabrica estructuras metálicas para galpones avícolas, se manifestó en línea con los demás. “Acá, en Egipto, es donde más entrevistas tuvimos, y esto obedece a que en los países musulmanes el aporte de pro-
teína animal es limitado por motivos religiosos y geográficos”, explicó. Y agregó: “Me llevo un panorama muy importante: las embajadas de los países a los que hemos ido han hecho un trabajo excelente. Da placer ver que lo que uno siempre pensó que tenía que hacer una embajada, que es buscar negocios y no tanto festejar el 9 de Julio, se está haciendo”. Como muchos de los consultados, Urruty destacó el hecho de que la Presidenta –que ha tenido reuniones mano a mano con colegas de países musulmanes, donde el papel de la mujer tiene otra dimensión– ha dejado una “muy buena imagen”. “Hay un cambio de política; ella tiene una predisposición a abrirse al mundo mucho mayor que la del marido. Y para bien, me parece que ha cambiado también ella: ya no es la maestra ciruela que reta a todo el mundo”, opinó Urruty.
Cobos volvió a la Casa Rosada después de 4 meses de ausencia Se instaló todo el día en su despacho y atendió audiencias protocolares LAURA CAPRIATA LA NACION “Casa Rosada, sin novedades”, fue lo primero que escuchó ayer por la mañana el vicepresidente Julio Cobos, cuando ingresó en forma sorpresiva en la Casa de Gobierno, después de casi cuatro meses de ausencia. El granadero de guardia lo recibió con la fórmula de rigor que se le dice a quien está en ejercicio del poder cuando atraviesa la puerta sobre la avenida Rivadavia. Con Cristina Kirchner de viaje por el norte de Africa, Cobos está a cargo de la Presidencia desde hace una semana, pero el Gobierno ha hecho todo lo posible para que nadie lo notara. El vicepresidente también ha puesto lo suyo (rompió el silencio cuando recibió a los empleados de las AFJP) y ayer, sin avisarles ni a sus secretarios, levantó el perfil y se instaló en la Casa Rosada. El operativo cerrojo que la Policía había armado en el Congreso –fue vallado porque los senadores debatían la estatización del sistema jubilatorio– fue la excusa para volver. “Cobos sabía a qué hora iba a entrar en el Senado, pero no cuándo iba a poder salir, y la gente que tenía audiencias con él tenía el mismo problema”, dijeron a LA NACION sus voceros, para explicar por qué abandonó el autoexilio de su despacho en el Senado. El mendocino no trabajaba en su oficina de la Casa Rosada desde el 17 de junio, cuando pidió en una carta abierta que el Gobierno enviara el proyecto oficial de retenciones móviles al Congreso. Volvió a fines de julio, tan sólo por unas pocas horas, para reunirse con la Presidenta, quien le informó que su “voto no positivo” le traería consecuencias políticas. Tenía razón. Desde entonces Cobos fue aislado del poder, lo borraron por
Una de las virtudes de los viajes es que ofrecen a quienes los realizan, al abrirles la puerta de un orden distinto, un conocimiento más acabado de sí mismos. Tras el descubrimiento del otro puede sobrevenir, de ese modo, el propio descubrimiento. El exterior puede funcionar como un espejo. Si esta regla tuviera carácter universal, la visita de Cristina Kirchner a Libia, que comienza hoy, podría ser reveladora. La Presidenta encontrará el país de Muammar Khadafy sumido en un debate acalorado y, si se quiere, revolucionario. O contrarrevolucionario, según la butaca ideológica desde la que se lo observe. El 1° de septiembre pasado, Khadafy decidió festejar los 39 años de su revolución anunciando que a partir del año próximo los caudalosos ingresos petroleros del país serán distribuidos, en efectivo, entre los libios para que cada uno decida cómo aplicarlos para obtener salud o educación. Se trata de una cifra respetable, más de 15.000 millones de dólares. A las asambleas de la Facultad de Derecho de La Plata, a las que, hay que suponer, la Presidenta asistía, habrán llegado los ecos de la revolución populista que llevaba adelante Khadafy en los años ’70. El Libro Verde, biblia de aquel experimento, postulaba que los salarios, la renta y el comercio privados eran signos de una explotación que el Estado socialista aboliría. Khadafy era en aquel entonces un discípulo radicalizado del egipcio Gamal Abdel Nasser, quien a la vez se declaraba heredero de Juan Domingo Perón y su tercera posición. Esta genealogía fue sepultada en la historia del peronismo por recuerdos menos elegantes. El nombre de Khadafy quedó asociado a los convenios de intercambio de petróleo por vacas que firmó José López Rega en 1974 y al aporte de US$ 4 millones que, según el gestor Mario Rotundo, el gobierno libio habría donado a Carlos Menem, pero que el riojano nunca reconoció. La historia de valijas, campaña y populismo de Antonini Wilson no tiene siquiera el mérito de la originalidad. Le costará a la señora de Kirchner reconocer a aquel Khadafy en este otro que, en una carrera alocada hacia el capitalismo, es capaz de pasarse de largo las prescripciones de Adam Smith. Pero ¿tendrá tiempo ella de prestar atención a esa conversión? ¿O estará abstraída en el festejo de la estatización previsional, que es como la reforma que propone su anfitrión, pero a la menos uno? No es la única sorpresa que le espera a la señora de Kirchner en su última estación en el norte de Africa. Los libios, que llaman a Khadafy “el Hermano Líder” –este culto a la personalidad tal vez asombre menos a los peronistas y aun a los kirchneristas–, acaban de ver por televisión a su presidente defendiendo su propuesta de las objeciones que le planteaba el gobernador del Banco Central, Farhat Bin Guidara. Inesperada liberalidad en un jefe acusado de ser, como casi todos los vecinos a los que visitó la Presidenta, irrespetuoso de los derechos humanos. Guidara sugirió a Khadafy que su medida sería inflacionaria y que, por lo tanto, no la apoyaría. Un disgusto que Martín Redrado jamás daría a los Kirchner. En el debate televisivo, Khadafy insinuó que, en vez de distribuir dinero en efectivo, podría repartir
Egipto
MARIANA ARAUJO
Cobos, ayer por la tarde, al dejar la Casa Rosada completo de cualquier actividad o viaje oficial, no consigue que le presten los aviones del Gobierno y cada dos por tres lo castiga algún kirchnerista. Ayer no fue la excepción y el diputado ultraoficialista Carlos Kunkel le apuntó. “¿No notaron que el país anduvo mucho mejor porque con él en la presidencia se tranformó la realidad argentina?”, ironizó. En estos meses el vicepresidente no fue a menos: armó su propio espacio político (Con Fe) y negocia con casi toda la oposición alianzas electorales para presentar candidatos en 2009. Pero, a pesar de la pelea, ayer estaba contento de haber vuelto a la Casa Rosada. “Lo atendieron muy bien, pero cuando le trajeron el almuerzo uno de nosotros lo probó, por las dudas...”, bromeó ante LA NACION uno de sus colaboradores. El escenario estaba más calmo que
el Senado, pero no mucho. Entre martillazos y polvo, instalaban nuevos equipos de aire acondicionado. Cobos recibió a dos diputados de su sector, al ministro de Salud de Catamarca, al titular del Instituto de Obras Sociales de Entre Ríos y al arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de Antioquia. También llamó al gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y al presidente de General Motors, Edgar Lourencon, para saber de primera mano el impacto de la crisis. Pasadas las 17 dejó la Casa Rosada para visitar una escuela hogar en Ezeiza. Los granaderos lo despidieron con un saludo marcial. Ninguno sabía cuándo lo verán de nuevo.
Audio. Un gesto con gran valor simbólico, por Laura Capriata. www.lanacion.com.ar
acciones de empresas públicas, administradas por entidades creadas con esa finalidad. Algo así como las AFJP, que en la Argentina acaban de abolirse. Su propuesta forma parte de una especie de nuevo Libro Verde, elaborado por una de las celebridades en el estudio de la administración de negocios: Michael Porter, profesor de Harvard. Porter recomendó a Khadafy la disolución de toda la administración para retener sólo cuatro ministerios: Justicia, Seguridad, Relaciones Exteriores y Defensa. Esta cirugía debería convertir en emprendedores a unos 400.000 empleados públicos. El Hermano Líder dijo que había descubierto que los recursos no llegaban al pueblo porque sus altos funcionarios esta-
Libia
En Egipto, la Presidenta anunció que quiere traer a Tutankamón EL CAIRO. Eufórica por el éxito que tuvo a nivel económico y político su visita oficial a Egipto, Cristina Kirchner hizo ayer un anuncio que dejó a todos helados: si todo va bien, llevará a Buenos Aires la muestra de Tutankamón, el faraón de los faraones. La Presidenta hizo el inesperado anuncio al hablar en una cena ante empresarios en la que se firmaron convenios bilaterales de cooperación científica, industrial y agrícola. Fue el broche de oro a su primer viaje al país de las pirámides. Luego partió a Libia, última escala de la gira que inició en Estados Unidos hace una semana. Por la mañana había sido recibida con todos los honores por el veterano presidente egipcio Hosni Mubarak, a quien invitó a visitar la Argentina. Pese a tener aún la voz tomada por una angina, habló 15 minutos en el cierre de un muy elogiado encuentro empresarial argentino-egipcio en el lujoso hotel Conrad, a la vera del Nilo. Tras destacar lo fructíferas que fueron las más de 300 entrevistas de negocios de la jornada, reveló una “infidencia”. Contó que había estado hablando con el ministro de Cultura egipcio, que tenía sentado a su lado, de la posibilidad de llevar a América latina la muestra de Tutankamón. “Estoy segura de que el ministro va a hacer honor a su palabra y que tendremos a Tutankamón en Buenos Aires”, aseguró, entusiasta. “Será para mí algo impensado en mi vida, pero dicen que los sueños se realizan cuando uno, además de voluntad, pone trabajo, esfuerzo, compromiso, convicciones y confianza, atributos que tienen los egipcios y los argentinos”, siguió, provocando el aplauso de los empresarios, que luego charlaron con ella y se sacaron fotos. Al principio de su disertación, la Presidenta confesó que había quedado fascinada por su visita nocturna a las pirámides y al tesoro de Tutankamón, anteayer. “Son hechos que realmente acarician el alma”, dijo. Acto seguido, tras felicitar a los asistentes y a los organizadores de esta primera ronda de negocios, destacó: “Los países del Sur tenemos una concepción de cómo debemos relacionarnos comercial, política y económicamente que es totalmente ajena al concepto de subordinación que tienen otros centros de poder”. La Argentina tiene con Egipto una muy buena relación económica, con una balanza comercial favorable, que está en plena expansión. Para dar una idea, mientras las exportaciones argentinas a Egipto (trigo, maíz, soja, carne, tubos sin costura para la industria petrolera y tecnología nuclear) fueron en 2007 del orden de los $ 577 millones, sólo en el primer semestre de 2008 alcanzaron los US$ 465 millones. “Más que hablar de doble o triple indemnización, para darle respuesta al problema argentino de hoy hay que mantener el nivel de actividad”, dijo a LA NACION Ignacio de Mendiguren, vicepresidente de la UIA, que destacó la importancia de esta primera misión económica argentina a esta zona del mundo.
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Viernes 21 de noviembre de 2008
Población: 6,1 millones PBI: US$ 12.400 per cápita Indice de pobreza: 7,4 % Gobierno: Estado revolucionario Religión: musulmana El líder Muammar Khadafy ha iniciado un proceso de reformas para reinsertarse en el mundo, tras su pasado ligado al terrorismo
ban minados por la corrupción. Monumental autocrítica. Para su primer ajuste Khadafy eligió el mayor banco estatal, equivalente a lo que en la Argentina fue el Banade. Deberá apurarse la Presidenta para conocer detalles de un modelo que podría inspirar al banco de desarrollo que imagina su esposo: el símil libio ya está en manos del BNP Paribas. Otra compañía por privatizarse es Lybia Airlines, que fue hasta ahora lo que Aerolíneas Argentinas está a punto de ser. Del proceso se encarga Sabri Saad Abdallah Shadi, el negativo de Julio De Vido. Este paisaje, para la Presidenta tan exótico como el ajuar de Tutankamón, se volverá reconocible apenas se hable de petróleo, un fluido familiar para los Kirchner. Los libios tienen intereses en España y su país es el principal destino de las inversiones de Repsol. Esa afinidad alimentó las versiones sobre la compra de YPF por parte de Khadafy. La especulación se reforzó por las visitas a Buenos Aires de su hijo Saadi, de la mano de José Luis Manzano, uno de los principales gestores de negocios energéticos en Chubut. Pero, como tantas iniciativas de Manzano, ésta también puede ser una fantasía, igual que las incursiones rioplatenses de Khadafy Junior se pueden haber limitado a una sola entrevista con Néstor Kirchner y a ofrecer un par de fiestas –eso sí, fabulosas– en Punta del Este, de esas que suelen fascinar a los despiadados cultores del neoliberalismo. Un espejo en el que, por suerte, Cristina Kirchner jamás tendrá que mirarse.
Por NIK