El swing de los años 20 renace para llenar de ritmo las noches ...

24 ago. 2013 - Hermès sostiene que la entrada del dueño de Louis Vuitton, Kenzo,. Moët et Chandon, Bulgari, Céline y. Guerlain (entre más de 60 marcas).
4MB Größe 9 Downloads 31 vistas
4

|

SÁBADO

SÁBADO | 5

| Sábado 24 de agoSto de 2013

| Sábado 24 de agoSto de 2013

Estilo

Ahora, los hombres también adoran hablar de sus peinados nuevos Eligen shampoo de calidad y buscan cortes versátiles; detestan tener el pelo fuera de control y gastan más plata que antes en la peluquería Viene de tapa

Un viernes por mes, en el Lado B de Niceto, la Swingin’ Party convoca a más de 200 personas que bailan al son de dos big bands que tocan hasta bien entrada la madrugada

Salidas

El swing de los años 20 renace para llenar de ritmo las noches de Buenos Aires El baile que hizo furor en Manhattan a comienzos del siglo XX revive y se instala con fuerza en varios clubes, salones y teatros porteños

Laura Reina LA NACION

Ahí están Gabriela Bangueses y Mariano Ballesteros comiéndose la pista del Fahy Club, en Belgrano. Ella, 27 años, futura kinesióloga; él, 32 años, ingeniero electrónico. Entre ellos la energía fluye. Llevan el ritmo en sus pies. Es imposible, al verlos, no sentir necesidad de movimiento. Se entienden. Se conectan. Y sobre todo, se divierten. Gente con swing. Nunca una frase fue tan acertada para describir la movida que es furor en clubes, salones y teatros de Buenos Aires. Porque el swing, ese ritmo surgido del jazz que en los 50 germinó en rock & roll, tiene en Buenos Aires cientos de adeptos que se juntan a bailar y a revivir esos glamorosos bailes en pareja que surgieron en las primeras décadas del siglo pasado en los salones neoyorquinos. En Buenos Aires, el movimiento swingero empezó a formarse hace ocho años. Y desde hace algunos meses sus integrantes aseguran que está en plena fase expansiva. Si uno quisiera, podría bailar o tomar clases todos los días, porque hay prácticas de lunes a domingo en varios escenarios de la ciudad. Los viernes se organizan fiestas con bandas en vivo en el teatro El Mandril, donde La Orquesta Inestable es la encargada de ponerle música a la velada. Y un viernes por mes, en el Lado B de Niceto, la Swingin’ Party, organizada por el coreógrafo y bailarín Juan Vi-

llafañe, cultor y uno de los referentes de la movida, convoca a más de 200 personas que bailan al son de dos big bands que tocan hasta bien entrada la madrugada. Los domingos, por otra parte, el parque Centenario sirve como escenario para los que todavía quieren seguir bailando. Tanto las de El Mandril como las de Niceto son noches especiales, en las que muchos eligen lookearse con vestimentas vintage y típicas de aquella época. Como Gabriela, que para esas ocasiones prefiere una pollera hasta la rodilla con vuelo o pantalón de tiro alto que combina con unas chatitas con poco taco o zapatillas de baile. Para completar, se peina con una pony

¿Dónde se puede bailar? Teatro El Mandril Los viernes, desde las 23, en Humberto I 2758 Niceto Lado B Hay Swingin’ Party un viernes por mes, desde las 0.45, en Niceto Vega 5510. Fechas en la página Swingin’ Party en Facebook Fiestas y clases El grupo en Facebook Swing Argentina publica los eventos de la semana

tail que adorna con algún moño. “A las clases se va con ropa cómoda. Pero para las fiestas muchos se visten de época. La moda vintage ayudó a que varios se animaran a lookearse así”, cuenta Bangueses, asidua asistente a las veladas de El Mandril y Niceto. Mariano tampoco pierde oportunidad de participar de las prácticas y las fiestas. “De los siete días, bailo seis. Siempre veo caras nuevas que se van sumando, aunque todavía el de Buenos Aires es un movimiento incipiente. Acá tendrá 350 personas permanentes, pero en ciudades como Barcelona hay unas cinco mil.” Verdadero fanático de la movida swingera, Ballesteros descubrió sus aptitudes para el baile hace tres años, después de una ruptura amorosa. Empezó a bailar gracias a un amigo para socializar y sanar heridas. Y como tantos otros, llegó al swing luego de probar primero con el tango y después con el rock. El suyo es un recorrido clásico, que muchos atraviesan hasta quedarse definitivamente con el surgido de las entrañas del jazz. “El tango es lo más obvio, pero después vas descubriendo otros ritmos. Además es más dramático, más rígido. El swing es un ritmo mucho más amigable, más alegre, pero es bastante complicado técnicamente. Hay muchos pasos y variaciones”, describe Mariano, que acaba de participar del Herrang Dance Camp, un festival internacional que se hace en Suecia, donde todos los días durante

cinco semanas se dictan clases de los estilos de baile asociados al swing: desde el Lindy Hop (el más popular y bailado) hasta el Balboa (el más movido) o el clásico Charleston y otras tantas variaciones nacidas de la misma matriz rítmica. Para muchos, la música suele ser el primer elemento de acercamiento. “Uno baila lo que le gusta escuchar –dice Claudia Biggeri, de 26 años, bailarina y profesora de swing–. De hecho, en los últimos años surgieron muchas bandas que tocan este ritmo y se logró una buena comunión entre músicos y bailarines. Más bandas significa más gente que se acerca a escucharlas y se engancha después con el baile,” Claudia viene de una familia en la que la danza es la forma más natural de relacionarse. Y conoció el swing por sus hermanos mayores. “Ellos aprendieron a bailarlo mirando videos, primero en VHS y después por Internet. Fueron armando el rompecabezas con esas imágenes y con el aporte de personas de afuera que les iban enseñando la esencia de la técnica –recuerda Biggeri–. Así empezaron a difundirlo. Es un ritmo alegre, divertido, que tiene mucho de improvisación y acrobacia una vez que se sabe la técnica.”

mos dejado de bailar?»”, reflexiona el también organizador del Swingin’ Festival, que se desarrolló en Buenos Aires el año pasado. Una segunda mirada a la pista devela una falencia que no es exclusiva del swing, sino que se replica en todos los ritmos y escenarios: la falta de hombres. O al menos, el menor número comparativo. “A ellos les cuesta engancharse más. Siempre hay más mujeres que varones, pero eso no suele ser un problema: el

maxi amena

swing también puede bailarse solo, aunque su esencia sea en pareja”, dice Gabriela, que asegura no quedarse sentada esperando partenaire y, de ser necesario, sale a la pista sola. Para Mariano, en cambio, la escasez de hombres es una franca ventaja. “Si, tal vez somos pocos –reconoce–, pero de a poco se van sumando más. Igual para mí eso está buenísimo, eh. Si acá las chicas hacen cola para bailar. ¿Qué más puedo pedir?”ß

Así, el blog de Garófolo quedó bien segmentado y específico: sólo de hombres. “Vamos a ser sinceros, el hombre es coqueto, pero hay un fenómeno muy importante sobre este tema, porque hace varias décadas los que más se animaban a cortes y peinados raros eran los más jóvenes. Ya no es así, esto cambió junto con la extensión de la adolescencia. Los más grandes quieren verse más jóvenes, invierten dinero para no quedarse pelados y les importa mucho su pelo”, admite Néstor Bravo, director general de Prana, una peluquería de diseño que tiene tres sucursales en Belgrano. ¿Cuáles son los cortes y los peinados que están de moda? Según los expertos, hoy conviven looks diversos: contrariedades estilísticas. Bravo asevera que ya no existe “el” corte de moda. Desde Roho, su hair boutique en Palermo, Oscar Fernández, uno de

En pista Si uno repara en la pista de baile, en una primera mirada, descubrirá caras que no superan los 35 años, en una clara demostración de que este ritmo pegó sobre todo entre los más jóvenes, que encontraron no sólo una actividad de descarga, sino también un círculo de pertenencia. “Creo que encontraron en el swing lo que no encontraban en otros lugares: no sólo bailan una música que les es conocida, sino que les permite jugar –opina Biggeri–. Hay gente a la que le gusta lookearse, se mete en un personaje. Eso te lleva a formar parte de una historia, sentir que estás en un lugar fuera del tiempo, salir de la rutina.” Para Villafañe, el swing significa la vuelta a las raíces: “En un mundo digital, la música en vivo, bailable y en pareja, nos devuelve al cuerpo. Nos hace sentir humanos de nuevo. La pregunta no debería ser: «¿Por qué bailamos?», sino: «¿Por qué había-

en algún lugar del mundo

La batalla secreta entre Hermès y Louis Vuitton sale a la luz LVMH deberá pagar 10 millones de dólares de multa por no haber respetado las reglas del mercado en la adquisición de acciones de su marca rival Nathalie Kantt PARA LA NACIóN

Hermès sostiene que la entrada del dueño de Louis Vuitton en su capital se hizo de forma totalmente fraudulenta Bolsa. En lugar de ello, “el número uno mundial del lujo organizó, durante diez años y de manera minuciosa, con paciencia y en secreto, su ingreso en el seno del fabricante de la cartera Kelly. Grandes nombres de las finanzas, estudios de abogados renombrados, paraísos fiscales y montajes complejos: LVMH no escatimó los medios para llegar a su

fin”, escribe el diario Le Monde, que tuvo acceso a la investigación de 115 páginas que durante dos años llevó a cabo la AMF. Es el monto más importante jamás impuesto por esta autoridad financiera, y el grupo presidido por Bernard Arnault –primera fortuna de Francia– anunció que apelaría, pero lo cierto es que representa muy

poco para una sociedad que sólo en 2012 tuvo un beneficio neto de 4000 millones de dólares. Y por ello la sonrisa pícara. Hermès sostiene que la entrada del dueño de Louis Vuitton, Kenzo, Moët et Chandon, Bulgari, Céline y Guerlain (entre más de 60 marcas) en su capital se hizo de forma totalmente fraudulenta.

habló sobre su pelo con la nacion, y describió su peinado como “una especie de cresta entallada, no punk, que se acorta a medida que llega a la frente. La parte de atrás no forma parte de ningún procedimiento estético: puro azar. El resultado es un peinado que recibe elogios y abucheos, depende de la edad del juez de turno”. Pero Kauderer, que compone música para cine y ganó un Martín Fierro hace algunos años por la serie Vientos de agua, es un renegado de la peluquería. (Y el paréntesis que incluye a los hombres que se cortan el pelo a sí mismos es cada vez mayor.) “Nunca me cortaban como yo quería y siempre terminaba haciendo yo algunos retoques. Ahora me lo corto una vez por mes. En realidad, cada vez que empieza a ponerse medio descontrolado. Y según las distintas etapa de la vida lo tuve larguísimo, rapado, con rulo despeinado medio mota, tipo afro, y como lo tengo ahora”, recuerda el músico, que acaba de lanzar su propia productora elsonidocampeon.com. Quedarse calvo, nunca A la pregunta ¿te da miedo quedarte pelado?, tanto Kauderer como la mayoría de los hombres testeados por la nacion respondieron que sí. Y por esa misma razón, según esgrime el dueño de Roho, hay una tendencia masculina que llama la atención de los peluqueros cada vez más. “El hombre era un clásico que se lavara la cabeza con un shampoo berreta, y eso ya no va más. Usan productos de primera línea e invierten mucha más plata en comprar cremas, ceras y tratamientos para evitar la caída.” Hace unos diez años estaba muy de moda el look “Brujita Verón”, pero ya pasó. “Hoy, en cambio, funciona cada vez más el implante pelo por pelo, y muchos hombres que llegan a la pelu nos piden asesoramiento”, cuenta Bravo. Y a los que aún no se quedaron calvos, les sugiere: “Mucho flequillo largo hasta la boca, que dé para jugar y cambiar, tipo skater californiano, pero que también pueda engominarse con raya al costado, bien versátil”. A Gonzalo de Marco, de 31 años, todas las chicas siempre le envidiaron su pelo lacio. Y ayer pasó por Roho y renovó su look. “Cortito en los costados y un poco más largo arriba”, describe. Cada mañana, antes de salir a trabajar, Gonzalo destina unos pocos minutos al peinado. La rutina está estudiada: “Como lo tengo lacio se acomoda rápido, pero lo que siempre hago después de bañarme es secarlo con la toalla, raya al costado y un toque de secador para que tenga volumen”. Hombres que hablan de su pelo.ß

Lujo

PARÍS.– En el universo de Hermès, LVMH (Louis Vuitton-Moët Hennessy) es mala palabra. La batalla que los enfrenta desde octubre de 2010 “es un tema tabú”, según coinciden algunos empleados. Dicen que sólo se permiten evocarlo brevemente durante una pausa laboral en algún pasillo. Del lado del grupo de lujo también optan por el silencio, pero varios esbozan una sonrisa pícara ante la pregunta. A principios de junio, la Autoridad de los Mercados Financieros (AMF) impuso una multa de diez millones de dólares a LVMH por considerar que el gigante del lujo francés no respetó las reglas del mercado en la adquisición de acciones de Hermès. Le dio así la razón a la maison del emblema naranja, que había denunciado a LVMH por disimulación y falta de sinceridad luego de enterarse –a fines de 2010 y al mismo tiempo que el resto del mundo– que el grupo poseía el 17 por ciento (entre tanto, esa participación aumentó al 23,1 por ciento) de sus acciones. LVMH debería haber ido declarando paulatinamente y por separado cada adquisición superior al 5 por ciento, tal como está estipulado para toda empresa que cotiza en

los reyes de las cabezas de rockstars y modelos, coincide. “Estamos más antagónicos, es cierto. Por ejemplo, para la última entrega de los premios Carlos Gardel, a Emmanuel Horvilleur le cambié el look y le hice un corte supermasculino. Él venía de crestas, colores, cosas más extravagantes, y optamos por algo superracionalista, nada de desmechado. Nuca y laterales bien cortos.” Pero también valen los contrapuntos, y la onda Nirvana, con la imagen de Kurt Cobain como modelo, vuelve a la carga. La melena por el hombro, prolijamente desordenada, y ese porte desalineado tienen nuevos seguidores. “Otra vez el pelo largo, como en los 90. Si tuviera que hacer una campaña ahora con un modelo masculino, ése sería el mensaje”, dice Fernández. Los entrevistados por Garófalo para su blog dan cuenta del fenómeno. Alejandro Kauderer también

archivo

Para luchar contra esta embestida, y además de presentar algunos recursos ante la justicia, Hermès creó un holding (H51) que agrupa y bloquea durante 20 años los títulos de 52 de los 72 herederos actuales (de las tres ramas: los Dumas, los Puech y los Guerrand), por un total de 50,2% del capital (más un derecho sobre el 12,3 por ciento adicional).

Un instrumento que les permite controlar casi el 73% de la sociedad y los protege ante el riesgo de que algunos familiares que no trabajan en la casa se conviertan en sus peores enemigos. Para insistir todavía más en la preservación de la unidad familiar, la casa volvió a ser dirigida desde junio por un heredero, Axel Dumas, de 42 años, perteneciente a la sexta generación de la familia. Compartirá las riendas junto al actual director, Patrick Thomas, el primer y único presidente en no compartir lazos de sangre con esta dinastía (desde 2006), que se retira a fin de año. Al igual que LVMH, Hermès goza de buena salud, pese al estancamiento de la economía china y a la crisis europea (el beneficio neto de 2012 fue de 988 millones de dólares, y el volumen de negocios alcanzó los 4000 millones de dólares, récord histórico para la casa). Pero este privilegio económico es lo único en lo que se asemejan. LVMH es un conglomerado de marcas en el que se habla de ADN y de lujo, y en el que se cuentan historias que buscan destacar los orígenes y la identidad de cada una de esas marcas. Hermès, en cambio, es una empresa familiar que prefiere hablar de artesanado y de calidad. Su historia no es un cuento: es la de sus generaciones.ß

Hernán Iglesias Illa

El triunfo del Fútbol 5 contra la barbarie

P

NUEVA YORK

rohibido jugar con canilleras o botines de colores, prohibido llevar a la novia, prohibido festejar los goles, prohibido bañarse después del partido. Esto señala, entre muchas otras prohibiciones, un email que volvió a circular la semana pasada y que fue leído en programas de radio, compartido en la Web y comentado en las redes sociales. El texto original pertenece al bloguero Tomi Olava, pero ha sido tan difundido y celebrado que a esta altura pertenece al dominio público, al espíritu de la época: estas son las reglas morales para jugar al Fútbol 5 en la Argentina de hoy. La lista, para mí, tiene demasiadas prohibiciones y castigos durísimos (“gatillo”, “puto”) a quienes las incumplen. Además, a pesar de su tono mitad serio y mitad humorístico, siento que quiere congelar al Fútbol 5, impedirle adaptarse o respirar, encorsetarlo en una única manera de ser aun cuando es un fenómeno cultural relativamente reciente. Recién nacido, ya está fo-

silizado. Como nos pasa a los argentinos con un montón de cosas, cuando nos gusta algo queremos que se mantenga así para siempre. ¡No cambies nunca! Hasta principios de los 90, los adultos de clase media casi no jugaban al fútbol. Estaban los partidos de oficina, los de solteros contra casados, y poco más. Con la popularización de las canchitas de pasto sintético, esto cambió. De golpe, el argentino promedio, fumador y comedor de bifes, se puso a transpirar detrás de una pelota, en canchas aparentemente brotadas de la nada, copiadas de ningún país, que cambiaron el paisaje de la ciudad. Era también una señal de la época. En una década donde triunfaron los valores de clase media, el Fútbol 5, reglamentado y cronometrado, fue reemplazando al potrero, anárquico e impredecible, como modo futbolero por defecto. Los partidos en canchas poceadas e irregulares, de duración arbitraria, sin travesaños ni redes en los arcos, sin tensión táctica, fueron reemplazados por partidos en

canchas de pasto falso, pero liso, duración exacta (hay gente esperando para jugar), arcos con travesaño, competitividad hasta el último minuto. En el potrero, que era gratis, mandaban el caudillo y el gambeteador; el Fútbol 5, donde hay que pagar, es un juego en equipo, poco tolerante con los caprichosos y los individualistas. Vista con ojos sarmientinos, la popularidad del Fútbol 5 es un triunfo de la civilización sobre la barbarie, una clasemedización del fútbol amateur. Por eso me parece que el Reglamento del fútbol 5 con amigos, que no es nostálgico pero sí estático, refleja algunos valores de esta última década. En el marco civilizado de la nueva canchita, los jugadores descriptos por Olava quieren ser lo menos clasemedieros y lo más populares posibles: no usar ropa nueva ni llamativa, no ser novios ni maridos, no bañarse. Como escribió esta semana Sofía Mercader, “el kirchnerismo es la clase media que adopta la simbología de lo popular, o más bien, adopta cierta moral de lo popular”. El reglamento no es necesariamente kirchnerista, pero sí está necesariamente impregnado de su época. Y esa época muestra que, en una década donde los valores de clase media fueron criticados desde dentro de la propia clase media, muchos futboleros amateurs hicieron la misma combinación: ser lo más rebelde-lumpen-popular posible dentro del alambrado rectangular y civilizatorio de la cancha noventista. Gauchos malos en la pampa de pasto sintético.ß

Tras malas experiencias, Alejandro Kauderer (32) retoca él mismo su pelo en su casa

Gonzalo de Marco (30) se corta en Roho, la peluquería de moda

fotos oliver kornblihtt / afv

Los looks de antes y ahora Qué dicen los expertos de los cortes de moda

Cresta Se usa, sigue en el ranking, pero cae lentamente...

Tipo Morrisey Jopo y rapado a los costados. ¡Basta de clones!

Bocha pelada El look “Brujita” Verón hizo furor hace diez años. No more

Afro ochentoso Volvió a la calle, sobre todo en los más adolescentes

Rastas No pasan de moda. Ahora, también hay microextensiones

Dibucortes La cabeza con dibujos, también se suma el color

Supermasculino Nuca corta, laterales cortos, prolijo y bien peinado

Melena Nirvana Regresa la melena desprolija de Cobain hasta los hombros

ideas y personas Julieta Sopeña

Ejecutores para una ciudad de moda

H

ay una raza de individuos que llamo “los ejecutadores”. Algo así como lo que, en inglés, se denominan los “doers” (de hacer, o do). Son aquellas personas que transitan cómodamente entre la teoría y la práctica, y que obtienen sistemáticamente, como resultado, acciones fructuosas. A menudo son personas comunes, que ejecutan cosas extraordinarias. Una semana corta e indecisa como la pasada me encontró, el miércoles al mediodía, en el Faena Arts Center, por presenciar el desfile de Fabián Zitta. Todas las mujeres allí presentes parecían tener historias interesantes por contar. Pero detuve la mirada en una. Porque, además, tiene un sueño. El nombre de Julieta Spina quizás remita a aquella joven modelo de rasgos sutiles, pero hoy, devenida en ejecutadora. Su larga historia en pocos renglones: luego de trabajar como mannequin para reconocidas marcas en Europa, volvió al país para probar otros roles dentro de la industria de la moda. Se asoció primero con una

diseñadora, luego tuvo una columna en el programa de radio de Ari Paluch y hasta probó eso de las relaciones públicas. Un buen día, finalmente, encontró su veta: organizar eventos de moda. Pero no eventos cualquiera. Sino verdaderos acontecimientos concebidos con y desde una mirada profunda

“Mi sueño es convertir Buenos Aires en un polo de moda”, dice Spina de la moda, industria que carga consigo el estigma de ser considerada trivial. Su primer proyecto fue, en el marco de los festejos del Bicentenario, un desfile en el Rosedal que interpretó 200 años de moda y del que participaron desde el coreógrafo Mauricio Wainrot hasta el director de orquesta Alejandro Terán, con otros 32 músicos en vivo, y diferentes diseñadores como Laura

Valenzuela, Vicky Otero y Mariana Dappiano. Luego vino Buenos Aires Runway, un programa en asociación con el Centro Metropolitano de Diseño, en el que se le proveía a jóvenes diseñadores la oportunidad de una pasarela, seminarios y consultoría estratégica. La decantación fue La Ciudad de Moda, una plataforma aun más formal que acompaña a los diseñadores consagrados e instaura el lanzamiento para los emergentes. Uno de los diferenciales que ha venido planteando la dupla Julieta Spina-Enrique Avogadro (al frente del CMD) es el desarrollo de desfiles en locaciones culturales de la ciudad: Pablo Ramírez en el Colón, Martín Churba en La Usina del Arte o, hace dos semanas, Juana de Arco en el Teatro San Martín. Los proyectos más recientes dan, incluso, un paso más hacia la sacralización de la moda: Spina estuvo a cargo de la muestra de Gino Bogani en el Centro Cultural Recoleta y, la semana pasada, inauguró otra de la señora Delia Cancela, aquella eminencia ditelleana que ha sabido traducir con erotismo el lenguaje de la moda en el arte. ¿Qué más puede desear una mujer que ha logrado tanto en tan poco tiempo? Lo explica con convicción: “Mi sueño es convertir Buenos Aires en un polo de moda atractivo para periodistas y compradores extranjeros”. Consciente del tiempo que eso puede demorar, no tarda en aclarar: “Hoy por hoy, con Enrique [Avogadro] trabajamos en vender la creatividad argentina”. Como dicen en el Viejo Continente, y para seguir en la jerga que hoy nos compete: chapeau.ß