El fenómeno de los mammoni crece y preocupa a Italia

respecto de otros países europeos y tasas de interrupción escolar eleva- das”, advirtió Sabbadini. Riesgo. Había sido el ex ministro de Econo- mía Tommaso ...
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EXTERIOR

Jueves 27 de mayo de 2010

Temblor financiero en la UE

I

El impacto económico y psicológico

El fenómeno de los mammoni crece y preocupa a Italia

La OCDE afirma que Europa no caerá en recesión

Desde 1983 se triplicó la cantidad de personas de hasta 40 años que viven en la casa de sus padres

Pronosticó un crecimiento de 1,2% en 2010 para la eurozona; los mercados reaccionaron en alza

ELISABETTA PIQUE

LUISA CORRADINI

CORRESPONSAL EN ITALIA ROMA.– El fenómeno de los famosos mammoni o bamboccioni, es decir, esa tendencia toda italiana de los hijos a quedarse en el nido familiar hasta tardísimo –por ejemplo, hasta los 40 años–, volvió ayer a ser tema de debate en Italia. En un informe sobre los efectos devastadores que tiene sobre la sociedad la dramática crisis económica que padece desde hace una década la península –prácticamente en recesión o al menos con crecimiento cero–, el Istat, Instituto Nacional de Estadísticas, denunció que, desde 1983, se han triplicado los bamboccioni: un dato nuevo y alarmante. Fiel reflejo de que en Italia, uno de los países más viejos del mundo, son los jóvenes la categoría más castigada por la crisis económica, el Istat reveló que entre los jóvenes de más de 30 años casi el 30% aún vive en la casa de los padres, una cifra que se ha triplicado desde el lejano 1983 (de 11,8% a 28,9% en 2009). Pero cuidado. Los motivos de la prolongada permanencia en casa de los “mammoni-bamboccioni” ya no son los mismos que hace 27 años. Si antes para muchos jóvenes quedarse en casa de los padres se debía a una elección –en muchos casos, comodidad (la mamma cocina, lava la ropa, plancha)–, ahora la permanencia de los bamboccioni –término que podría traducirse como “bebotes”– es forzada. Hoy a los jóvenes se les hace dificilísimo, si no imposible, conseguir un empleo fijo –si hay trabajo, sólo es precario y nadie sabe hasta cuándo dura– y, por ende, pagar un alquiler; por eso, muchos se ven obligados a no levantar vuelo y a quedarse atrapados en el esquema familiar. Según el Istat, la prolongada convivencia de los hijos con los padres se debe principalmente a motivos

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económicos (40,2%) y a la necesidad de seguir estudiando (34%). Sólo para el 31,4 % se trata de una elección libre. Es más, el porcentaje de jóvenes que declaró que quiere irse de casa en los próximos tres años ha crecido desde 45,1% de 2003 a 51,9% de 2009. “Quedarse en casa de los padres más tiempo que en el resto de Europa siempre fue una costumbre muy difusa en Italia”, reconoció Linda Laura Sabbadini, una de los autoras del informe del Istat, que sin embargo llamó a no subestimar la fotografía que éste les sacó a los jóvenes, que resulta a todas luces preocupante. Amén de no irse del techo materno, de hecho, muchos jóvenes italianos no hacen nada: no estudian, no trabajan, no se forman. Para definir este segmento, las estadísticas utilizan la sigla NEET (en inglés, not in education, employment or training). Según el informe del Istat, los NEET italianos superaron, en 2009, los dos millones, es decir, el 21,2% de los jóvenes que tienen entre 15 y 29 años. “Basta de banalizaciones: la palabra bamboccioni debería ser abrogada de nuestro lenguaje. El cuadro es muy crítico: 300.000 jóvenes menos sin trabajo respecto del año anterior, aumentan los desocupados inactivos, tenemos una escasa competencia respecto de otros países europeos y tasas de interrupción escolar elevadas”, advirtió Sabbadini.

Riesgo Había sido el ex ministro de Economía Tommaso Padoa Schioppa quien, en octubre de 2007, había generado gran polémica al hacer un llamado a “sacar fuera de casa a los bamboccioni”, en referencia a los jóvenes estilo Tanguy, la película francesa sobre el fenómeno de los mammoni por comodidad. “Italia corre el riesgo de perder una generación”, afirmó, alarmada, la socióloga Chiara Saraceno, que al comentar el informe del

CORRESPONSAL EN FRANCIA

EFE

El gobierno de Berlusconi admitió que los jóvenes sufren más la crisis Istat consideró que son justamente los jóvenes, que quieren salir de sus casas, pero que no pueden, que no logran encontrar un trabajo y que tienen una educación inferior a la de sus colegas europeos, “la verdadera emergencia de Italia”. “Sólo los jóvenes más calificados, que tienen detrás una familia con dinero y que pueden irse al exterior, logran despegar. Todos los demás, quedan afuera”, indicó Saraceno, que lamentó que se hable aún de los bamboccioni sin que nadie haga nada para revertir esta tendencia. No opinó lo mismo Giorgia Meloni, ministra de la Juventud del gobierno de Silvio Berlusconi, que justo ayer salió a explicar el durísimo plan de austeridad aprobado por el gobierno para reducir la gigantesca deuda pública. “Pese la agobiante crisis económica, el gobierno comenzó a invertir el rumbo”, aseguró la ministra, que, de todos modos, admitió que los jóvenes italianos “son las víctimas

más vulnerables de la crisis y de la desocupación”. “Los jóvenes italianos no son bamboccioni, sino que para la mayoría la permanencia prolongada en la casa de los padres es una obligación. La generación de los jóvenes de hoy no sólo tiene más dificultades que cualquier otra en el pasado para encontrar un empleo, sino también para alcanzar esa independencia económica indispensable para proyectar la compra de una casa o la construcción de una familia”, dijo Meloni. La ministra concluyó que esta situación no es sólo fruto de la crisis, sino también de políticas poco previsoras, “que prefirieron descargar los costos sobre las generaciones futuras porque les cerraba en términos de consenso inmediato”.

Más información. España de 2010: los peores recuerdos de la Argentina en crisis www.lanacion.com.ar/ 1268511

PARIS.– A pesar de la crítica situación que enfrenta la eurozona, no existen riesgos de que Europa caiga en una nueva fase recesiva, estimó el economista en jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Pier Carlo Padoan, en forma simultánea con la publicación de las previsiones para 2010 y 2011, que señalan una recuperación a nivel planetario. Después de la recesión más grave desde la Segunda Guerra Mundial, la actividad económica debería crecer 3,2% del producto bruto interno (PBI) en Estados Unidos en 2010 y 2011, mientras que en Japón será de 3 y 2% respectivamente, indicó en su informe semestral la organización con sede en París, que reúne a las 31 naciones más ricas del planeta. A juicio de la OCDE, esta coyuntura “relativamente prometedora” se apoya “en el dinamismo del crecimiento de los países emergentes”, sobre todo en Asia. También es optimista con respecto a México y Chile, los dos únicos miembros latinoamericanos de esa organización. Su pronostico, en cambio, es mucho más prudente para los 16 países de la zona euro, donde espera un crecimiento de 1,2% en 2010. Esa cifra, con todo, representa una revisión del alza con respecto a su estimación inicial de 0,9%, realizada en noviembre. Para 2011, el informe anuncia un crecimiento de 1,8%. “Una recuperación gradual está en marcha, alentada por políticas de estímulo económico, una reactivación del intercambio mundial y un mejoramiento de las condiciones financieras, a pesar de los recientes episodios de volatilidad de los mercados financieros”, dice el informe. El optimismo de la OCDE ejerció un efecto saludable sobre los mer-

cados. Después del derrumbe del martes, Fráncfort progresó ayer 1,55%, París ganó 2,32%, Londres 1,97%, Madrid terminó con una alza de 0,42% y la Bolsa de Milán cerró con una ganancia de 2,15%. Las previsiones decepcionantes para Europa volvieron a debilitar el euro, que descendió a 1,2238 dólares. Se acercó nuevamente así a un mínimo en cuatro años. Esas buenas noticias no alcanzan para descartar “los riesgos que acechan la reactivación mundial”. Los peligros son “más elevados actualmente, debido a la inestabilidad de los mercados de la deuda soberana”, advirtió Padoan. A su juicio, el debate sobre el buen momento para salir de la crisis ha concluido: “Es necesario comenzar ya mismo a suprimir las medidas excepcionales de apoyo presupuestario” e “implementar rápidamente programas de ajuste estructural”, insistió. “La crisis de la deuda soberana ha puesto de manifiesto la necesidad de que la zona euro refuerce en forma consistente su arquitectura institucional y operacional, a fin de disipar dudas sobre la viabilidad a largo plazo de la unión monetaria”, subraya el informe. Al final, la zona euro deberá dotarse “de una unión presupuestaria de hecho”, insiste Padoan. Los 16 países de la eurozona lanzaron costosos programas de estímulo para sacar a sus economías de la recesión provocada por la crisis de 2008. Dos años después, esas medidas han obligado a los gobiernos del eurogrupo a lanzar rigurosas medidas de austeridad a fin de no perder el tren de la reactivación, calmar la inquietud de los mercados financieros y estabilizar la moneda única europea. La crisis de Grecia contribuyó a aumentar la inquietud de los mercados sobre la solvencia de otros miembros del bloque, como España y Portugal.