Cultura

Página 10/LA NACION

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Lunes 23 de julio de 2007

Relevamiento de TNS Gallup

Actualidad religiosa

Cae el consumo de libros y crece la música Continuación de la Pág. 1, Col. 5

34% a 46%) y comer afuera (de 33% a 42%). En forma deliberada, por tratarse de un “consumo universalizado”, la encuesta no incluyó la televisión entre las ofertas culturales. “Lo damos por sentado. Habitualmente, casi el 100% de la población mira televisión, y consideramos innecesaria su inclusión en el sondeo”, explicaron los responsables de la medición. Los datos fueron recogidos en mayo último en entrevistas domiciliarias a 1000 personas mayores de 18 años, en localidades grandes y pequeñas. En cuanto a los gustos musicales, aunque el folklore sigue siendo el género más mencionado, el gran ganador es el ritmo marcado por el cuarteto, la cumbia y la bailanta, que creció del 31% al 39% en los últimos siete años y es el preferido en todos los grupos de edad hasta 50 años. La contracara es la música clásica, que pasó del 17% al 8% de las preferencias. Mientras el tango es elegido por el 23% de los argentinos, el 6% de los consultados guarda absoluta fidelidad con el jazz y el blues.

Hábitos culturales de la población En porcentajes

¿Cuáles son los estilos que prefiere escuchar?

Por clase social

• Leer libros

Clase alta/media alta Clase media Clase media baja Clase baja

• Ir a exposiciones 82

42

Folklore

40

Cuarteto/cumbia/ bailanta

39

Música latina

37

Rock/pop/heavy

24

Tango

23

14

55 6

39 28

4

• Comer afuera 78 61 36 21

92

• Ir al cine

74

78 34 15 7

46

42

42 31

Leer diarios

Comprar música

Leer libros

Comer afuera

8

29

Ir a un shopping

Hacer deporte

7

Jazz/soul/blues

24

21

Ir a lugares bailables

Ir al cine

20 Cancha de fútbol

6

New age

2

Otro

10 Escuchar radio

Clásica/ópera Disco/tecno/ electrónica

Por sector social Según TNS Gallup, como es esperable, se realizan mayores actividades culturales a menor edad y a mayor nivel socioeconómico. Justamente, los datos más interesantes aparecen cuando se cruzan según el sector socioeconómico de los encuestados. Así, mientras escuchar radio e ir a bailar y a la cancha de fútbol son las actividades que más democráticamente se reparten en la escala social, en el resto hay diferencias importantes según las posibilidades económicas de la gente. Por ejemplo, de acuerdo con el resultado de la encuesta, lee libros el 82% de la clase alta, pero sólo el 39% de la clase media baja y el 28% de la clase baja. Va al cine el 78% de la clase alta y media alta, pero sólo el 7% de la clase baja. Usa Internet el 89% de la clase alta, pero sólo el 9% de la clase baja. “El crecimiento de la desigualdad en la Argentina tiene una cara cultural”, resumió ante una consulta de LA NACION Ana Wortman, investigadora del Instituto Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, que ha trabajado los consumos culturales, la escena urbana y las clases medias. “La baja en la lectura de libros expresa una cuestión socioeconómica, porque se manifiesta fundamentalmente de la clase media hacia abajo. A diferencia de otros países latinoamericanos, el consumo de libros en la Argentina históricamente fue un consumo de clase media y media baja y de algunos sectores

■ Preferencias musicales

Una encuesta de TNS Gallup muestra las preferencias de la gente en materia de esparcimiento y actividades culturales

■ Actividades realizadas en los últimos 6 meses

10

8

Exposic. Parque de Ir al Museos diversiones teatro

7

Ninguno

1

Ns/NC

2

Fuente: TNS Gallup Argentina

de clases trabajadoras sindicalizadas”, comentó. La caída en la lectura de libros contrasta, paradójicamente, con otros indicadores que marcan una recuperación de la industria editorial. En la última Feria Internacional del Libro, que tuvo más de 1.200.000 visitantes, el volumen de ventas superó entre un 20% y un 50% las marcas del año anterior. “Los libros son muy caros. Por eso quizás es menos significativo advertir el éxito creciente de las últimas ferias del libro, ya que el aumento de público en las ferias no se corresponde de inmediato con un interés masivo por la lectura”, reflexionó Wortman al respecto. Si se cruza con la edad, los jóvenes de 18 a 24 años son los que menos interés tienen por leer: es la actividad que ocupa el lugar número 7 de sus preferencias, y tiene el quinto lugar entre los de 25 a 34, entre quienes supera a ir a bailar y usar Internet. La clase social también impacta en comer afuera. “También ha crecido, pero quienes más lo hacen son las clases media alta y alta, que ya no se diferencian tanto por el gusto por la alta cultura como por compartir una cultura de las salidas”, dijo la investigadora Wortman. Otro tanto sucede con el cine.

LA NACION

“Históricamente, la salida al cine fue un consumo de clases medias y trabajadores en ascenso. Hoy, salir al cine está asociado a ir al cine y a comer, una salida de alto costo; de ahí la proliferación de salas de cine en espacios de consumo”, interpretó Wortman. Sin embargo, aclaró que “el cine tiene presencia en la vida cotidiana a partir de la expansión de las tecnologías hogareñas como VHS y DVD y la TV o cable”.

Encuentro con el arte Por primera vez, en el sondeo de TNS Gallup se preguntó a los argentinos si habían realizado algún tipo de actividad artística o creativa en el último año. Sólo el 23% dijo que sí, mayormente los más jóvenes, los universitarios, los porteños y los de mejor nivel económico. De ellos, el 9% sacó fotografías, hizo videos u obras en Internet; el 7% tocó algún instrumento o compuso música; el 6% hizo trabajos manuales con fines artísticos; un porcentaje igual dibujó o pintó, y el 4% escribió ficción. “Hay una relación estrecha entre jóvenes y nuevas tecnologías. El interés por la realización de una actividad creativa o artística se visualiza mayormente cuando se incorporan cámaras y videos digitales”, comentó Wortman.

A la hora de los ritmos, se impone el folklore Entre los gustos musicales de los argentinos, según la encuesta realizada por TNS Gallup, el folklore encabeza las preferencias, con el 40%, seguido por el cuarteto, la cumbia y la bailanta, con el 39%; la música latina, con el 37%; el rock y pop, con el 24%. y el tango, con el 23 por ciento. “Nos sorprendieron el cuarteto y la cumbia. Son géneros que cruzan segmentos socioeconómicos y desde los 18 a 49 años son los mencionados en primer lugar”, comentó Constanza Cilley, encargada del estudio en TNS Gallup. Casi seis de cada diez argentinos de entre 18 y 24 años lo consideran su música preferida. El folklore es el género preferido de los hombres, los mayores de 50 años y quienes viven en el interior del país y son de clase baja. El cuarteto, la cumbia y la bailanta se imponen principalmente en el Gran Buenos Aires y la clase media baja. La música latina es preferida entre las mujeres, en la Capital y en la clase media. Hace siete años, el folklore encabe-

zaba las preferencias de los argentinos, con el 46%, seguido de la música latina (37%), el cuarteto, la cumbia y bailanta (31%), tango (28%) y rock y pop (20%). “La preferencia por la música latina y nacional podría asociarse con un interés por el baile, lo que se puede observar en la proliferación de espacios donde se aprende a bailar salsa y tango, por ejemplo, como un lugar de socialización en todos los estratos sociales”, comentó Wortman. La música latina, en tanto, daría cuenta de “la industria cultural asentada en Miami, que detecta la potencialidad económica de un mercado latino”. El tango –preferido por los mayores de 65 años y el segundo género más mencionado en la ciudad de Buenos Aires– pierde en las preferencias: pasó del 28% al 23% en siete años. “Sin embargo, otros estudios que realizamos muestran que es lo primero que se menciona cuando se pregunta por la imagen que tienen del país los extranjeros”, dijo Cilley.

Foto en las rutas

MAXIMILIANO CASQUERO

La imagen de Maximiliano Casquero ganó el primer premio del Concurso Expotrastiendas de Fotografías “Rutas Argentinas 2007”, organizado por la Asociación Argentina de Galerías de Arte.

Presentación en el Club del Progreso

La misión diplomática y su relación con la política El libro Política y diplomacia. Una política institucional hacia el mundo, de Julio Ramón Lascano y Vedia, fue presentado en el Club del Progreso. Entre los 180 asistentes se encontraban el presidente del club, Marcelo Regúnaga, y el ex presidente Bartolomé Tiscornia; los embajadores Federico Bartfeld y Lilian O’Connell de Alurralde; los ministros del servicio exterior Luis Troisi y Eduardo Mendizábal; la arquitecta Elva Roulet y los historiadores Lucía Gálvez y Enrique Zuleta Alvarez. Licenciado en ciencias políticas y diplomático de carrera, Lascano y Vedia es ministro plenipotenciario en la embajada argentina en México y cumplió funciones en Roma, Colonia del Sacramento y La Habana. En el acto, Guillermo Lascano Quintana destacó “ancestros, creencias y valores comunes”. El ministro Horacio Jaquenod, que, como el autor, fue director de Asuntos Parla-

mentarios de la Cancillería, enfocó la relación de los diplomáticos con los cuerpos legislativos. Nené D’Inzeo, directora de la editorial Tu Llave, subrayó el coraje, el compromiso y la humildad del autor. Lascano y Vedia dijo que siempre buscó referentes desde el corazón, el espíritu, el saber pensar. Afirmó que la política exterior no se puede separar de lo que vive la comunidad nacional. Señaló su inquietud por mejorarla desde lo pensado, lo vivido en su misión diplomática y lo proyectado hacia el futuro, por el prestigio del país. Se leyeron párrafos del prólogo, en el que Bartolomé de Vedia ve el libro como fruto de una vida consagrada a pensar la relación del país con el mundo. Jorge Sanguinetti, vicecónsul italiano en Colonia, Uruguay, comentó que Lascano y Vedia se ganó allí a todos con su simpatía y destacó los valores humanos del diplomático argentino y autor del libro.

El desafío de caminar juntos No han pasado aún dos meses de la conclusión de la conferencia de los obispos del continente realizada en Aparecida, Brasil, y sus debates suscitan análisis y reflexiones. El interés por el tema se advirtió en una reunión del Club GenPor Jorge te de Prensa, Rouillon en la cual 75 personas escucharon distintos puntos de vista sobre el encuentro. El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, que acaba de ser nombrado responsable de la Pastoral Social del Consejo Episcopal Latinoamericano, destacó la gran diversidad de los asistentes y a la vez, el espíritu de comunión. “Se notaba que éramos diversos, pero que queríamos construir juntos”, dijo. Y agregó: “No era la primera vez que nos veíamos las caras, hubo mucho trabajo previo para superar tensiones... como se ha ido haciendo en la Iglesia desde los Hechos de los Apóstoles”. Dijo que la metodología, muy participativa, despejó dudas. Halló perspectivas originales en puntos como la ecología, la contaminación, la piedad popular. “Al hablar de las migraciones y la trata de personas, se igualó a esta última –como negocio– con el narcotráfico.” Con respecto a la exclusión social, confesó: “Quedé muy impresionado al escuchar que la gente que quedaba fuera del sistema, al menos al ser explotada era tenida en cuenta”. Estimó que “lo mejor de Aparecida está por venir”. El presbítero Jorge Oesterheld comentó que le impresionó ver a los obispos, hombres formados, analizar los problemas del mundo y de la Iglesia descarnadamente, hasta el hueso, con conciencia plena de las tragedias que vive la humanidad. Viendo la tragedia que se vive, pero sin caer en la tentación de achicarse, de quejarse, de decir “esto no da para más”. Destacó el tono confiado y esperanzador del encuentro. Quizás el punto de vista más llamativo fue el de Claudio Epelman, observador por el Congreso Judío Latinoamericano. “Dentro de la diversidad que hubo, evidentemente yo era el más diverso”, bromeó. Pero a lo largo de los días, apuntó, con conversaciones, caminatas, discusiones, rediscusiones... se redescubrió un gran logro: el espíritu de confraternidad. “El redescubrir tantas cosas entre judíos y católicos en común: no nuevas, sino rescatadas, trascendentales para unos y otros: las raíces en común. Temas católicos eran judíos; creemos en el mismo Dios, podemos convivir juntos con la Iglesia de América latina”. Epelman contó lo que significó allí cada día caminar juntos, literalmente al lado, y opinó que era también caminar simbólicamente. En sentido parecido, la comunidad San Egidio, católica, convocó el jueves último a creyentes y no creyentes a marchar en silencio desde la parroquia del Carmen hasta la sede de la AMIA, como una peregrinación de la memoria. Allí, Andrea Poretti, de San Egidio, citó a Jacques Maritain, que al referirse a la amistad entre judíos y cristianos, decía: “Amistad no sólo verdadera, sino verdaderamente fraterna y eficaz, y verdadero don de sí entre los hijos de la Casa de Israel y los hijos de la Iglesia de Cristo”.

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Fe de erratas El lunes último, en la página 7 (“Diferencias entre juristas”), donde se lee que ya “se prenunció” la Corte Suprema, debió haberse escrito que ya “se pronunció”. En la columna “Actualidad religiosa” (página 10), donde decía Alejandro Videla debió decir Alejandro Molina. El miércoles, en la página 4 (“AlQaeda recuperó fuerzas y prepara ataques en EE.UU.”), se escribió incorrectamente el nombre de la consejera de seguridad interior estadounidense, Frances Townsend. En la sección Arquitectura, página 3, figura mal escrita, en un título y un texto, la sigla del Salón del Mercado Inmobiliario 2007, SMI 2007.