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CIENCIA / SALUD
I
Viernes 2 de septiembre de 2011
SOCIEDAD ARGENTINA DE NUTRICION s SE EXPIDIO ACERCA DE LAS MAS RESTRICTIVAS
Advierten sobre los riesgos de una dieta La de muy bajas calorías sólo debe ser utilizada con control médico, en pacientes obesos y por un período no superior a 12 semanas SEBASTIAN A. RIOS LA NACION El reciente debate en el prime time televisivo en torno a los beneficios y los riesgos de las dietas de muy bajas calorías, luego reproducido a todo horario y con “opinólogos” muchas veces poco calificados en la materia, llevó esta semana a la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) a emitir un inusual comunicado –el primero de su tipo– en el que advierte sobre los riesgos que implica el uso inadecuado de estas dietas. “Ver el tema de las dietas de muy bajas calorías discutido ya no desde un ángulo académico –lo que le resta seriedad al tema más que a las personas que discuten– nos llevó a difundir un consenso elaborado recientemente en el marco de la sociedad por especialistas”, dijo a LA NACION el doctor Edgardo Ridner, presidente de la SAN. ¿Qué es lo que dice el comunicado de esa sociedad? Su contenido puede resumirse en los siguientes tres párrafos que lo integran: 1. “Las dietas muy bajas en calorías, menores a 800 calorías por día, son un recurso extremo para la pérdida de peso en personas obesas, por períodos muy cortos de tiempo y bajo estrecha supervisión médica.” 2. “Un uso prolongado o inadecuado se asocia a graves consecuencias para la salud, incluyendo osteoporosis, litiasis vesicular, depresión y trastornos de la conducta alimentaria, arritmias cardíacas y pérdida de músculo.” 3. “Todas las entidades científicas del mundo se han pronunciado en contra de su utilización salvo casos especiales, como la preparación de cirugía bariátrica por 7 a 14 días o hasta un máximo de 12 semanas indicadas y controladas por un equipo calificado de salud.” Consultado sobre el comunicado de
la SAN, el doctor Julio Montero, ex presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (Saota), comentó: “Las dietas de muy bajo nivel energético, como cualquier recurso terapéutico, no son ni buenas ni malas, sino adecuadas o inadecuadas, lo que dependerá de las características del paciente o de su cuadro clínico”.
Cuatro miradas sobre el tratamiento
Usos adecuados El descenso de peso corporal al que apunta todo tratamiento de la obesidad se logra a partir de una ecuación básica: el paciente debe quemar más calorías que las que incorpora a través de los alimentos. Eso se logra incrementando la cuota de actividad física y reduciendo la ingesta. Pero así como el tiempo dedicado a la actividad física tiene un techo más allá del cual ésta deja de ser saludable, lo mismo ocurre cuando el paciente come demasiado poco durante mucho tiempo. Más allá de cada caso en particular, existe cierto consenso en cuanto a cuál es a grandes rasgos una alimentación mínima sustentable. “Un plan alimentario saludable no debe poseer menos de 1200 kcal/día. Debería generar un déficit calórico diario de 500 a 1000 kcal respecto de la ingesta anterior al tratamiento”, sostiene el consenso elaborado por la SAN, que señala cuál es el lugar de las dietas que están por debajo de ese umbral calórico. Las dietas de muy bajas calorías “están indicadas exclusivamente para personas obesas”, entendiendo obesidad cuando el índice de masa corporal (el peso dividido por la altura al cuadrado) es superior a 30. Y son dos los escenarios en los que se consideran adecuadas. Uno de ellos es la preparación previa a una cirugía bariátrica (o cirugía de la obesidad), en la que se requiere que el paciente llegue al quirófano con
➾ El tema de las dietas discutido no desde el ángulo académico le resta seriedad al tema ➵
➾ Este tratamiento le permite al paciente correr el foco de atención de la comida ➵
Edgardo Ridner
Máximo Ravenna
SOCIEDAD ARGENTINA DE NUTRICION
CENTRO TERAPEUTICO DR. M. RAVENNA
➾ Las dietas de muy bajas calorías sólo pueden ser indicadas en personas obesas ➵
➾ No hay una dimensión de lo que pasa con la obesidad, nadie la toma en serio ➵
Mónica Katz
Alberto Cormillot
SOCIEDAD ARGENTINA DE NUTRICION
CLINICA DE NUTRICION Y SALUD
menos kilos, lo que permite entre otras cosas reducir el riesgo quirúrgico inherente a toda cirugía. El otro escenario es aquel en el que, según Ridner, se busca lograr un “shock de confianza”: provocar un rápido descenso de peso inicial que le dé ánimo al paciente para enfrentar “el tránsito hacia una alimentación mejor”, que llegará de la mano de la reeducación alimentaria. Pero hay quienes ven en las dietas de muy bajas calorías una aplicación más amplia. Así opina el doctor Máximo Ravenna, director del centro terapéutico que lleva su nombre, donde esas dietas forman parte de un “tratamiento integral”, junto con el trabajo en grupos terapéuticos y la actividad física programada. “Al bloquear el centro del hambre, este tratamiento le permite al paciente correr el foco de atención de la comida y abocarse a trabajar sobre el sistema de pensamiento que sostiene las conductas adictivas y excesivas –dijo a LA NACION el doctor Máximo Ravenna–. La posibilidad de trabajar sobre la mente despejada permite abordar el verdadero trasfondo de la problemática del obeso, que es individual en sus contenidos y común en su voracidad.” ¿Cuánto tiempo puede utilizarse una dieta de muy bajas calorías? “La dieta es una herramienta que acompaña constantemente el tratamiento de un paciente obeso, y su medida se adapta a las múltiples circunstancias que su proceso determine. Las generalizaciones son teorías que no se ajustan a la realidad de la persona enferma por gordura.”
Efectos adversos Contrario a su postura, el comunicado de la SAN señala un límite temporal para las dietas de muy bajas calorías (12 semanas), más allá del cual pueden presentarse efectos adversos.
“Como la velocidad de descenso es muchas veces superior al 1% del peso actual de la persona, la composición del peso perdido es 50% grasa y 50% músculo y hueso”, advirtió la doctora Mónica Katz, directora de la carrera de médico especialista en nutrición de la Universidad Favaloro, que coordinó la elaboración del informe de la SAN. “Además de perder proteínas –agregó Katz–, el aporte mínimo de micronutrientes esenciales, como minerales y vitaminas, implica un riesgo mayor de padecer arritmias cardíacas, así como cuadros de desnutrición, cálculos de vesícula, osteopenia [pérdida de hueso], constipación, estrés con aumento de cortisol, envejecimiento temprano y trastornos alimentarios, e incluso puede desencadenar hipotiroidismo en personas predispuestas.” Es por eso, sostiene el informe de la SAN, que estas dietas deben ser realizadas bajo estricto control médico y con suplementación de vitaminas y minerales (dos puntos en los que también acuerda Ravenna). El otro efecto esperable de una dieta de muy bajas calorías es el temido rebote, dijo el doctor Alberto Cormillot, director de la Clínica de Nutrición y Salud. “La obesidad es una enfermedad crónica, como la hipertensión, y es por ello que cuando una persona deja el tratamiento vuelve a subir de peso. Pero cuando se hace una dieta estricta [como la de muy bajas calorías] y se la abandona, la persona hace un rebote: sube de peso más de lo que se había bajado.” “No hay una verdadera dimensión de lo que pasa con la obesidad, y por eso nadie la toma en serio”, agregó Cormillot. Que las opiniones consensuadas de las sociedades científicas se incorporen al inevitable debate en los medios sobre la obesidad quizá sea un buen punto de partida.