Iluminaishon un espacio para la mujer No. 8 Jeshván 5770/ Octubre 2010
Parashat Hashavúa Jayei Sará Nuestra tradición (Avot 5:3) señala que D-os le puso diez pruebas a Abraham Avinu, donde el desafío que le era im puesto aumentaba con cada nueva prueba. La Torá nos cuenta que la última prueba fue la Akeidá, en la que D-os le ordena a Abraham sacrificar a su hijo Itzjak. Después de todo, ¿qué puede ser más difícil que pedirle a un padre que sacrifique a su hijo único? Sin embargo, Rabeinu Yona enumera el sacrificio de Itz jak como la novena prueba, siendo la décima el desafío que para Abraham significaba la búsqueda y la adquisi ción de un sitio donde darle sepultura a su esposa Sará. Nadie duda que esta prueba fue difícil para Abraham – frustrante quizá–, puesto que se vio obligado a pagar un precio exorbitante por un lugar que al fin y al cabo D-os le había dicho que era suyo. Sin embargo, la pregunta es obvia: ¿cómo puede ser esto más difícil que sacrificar a un hijo? ¿Podemos acaso comparar estas dos pruebas? Todos tendemos a ver el final de nuestras vidas como un período de descanso y disfrute del trabajo realizado a lo largo de nuestra vida. Trabajamos duro y luchamos. Luchamos por ser exitosos, por construir una reputación para nosotros y nuestra familia, por un buen estándar de vida. Luego, llega un momento de nuestras vidas en el que damos un paso atrás, en el que contemplamos nues tros logros y decimos: “suficiente; he hecho más de lo que me propuse cuando comencé. Es hora de detenerme y empezar a disfrutar de la vida y de mis logros”. Pero esto no funciona en el ámbito de lo espiritual. Nunca habrá un punto en el que podamos decir: “ya he hecho suficiente, es hora de relajarse y disfrutar”. En el plano espiritual, o estamos constantemente desarrollándonos y creciendo, o estamos retrocediendo. Si decidimos parar de crecer, en ese mismo momento comenzamos a bajar de nivel. La lucha por alcanzar metas espirituales nunca acaba, sino que se prolonga hasta el último instante de la vida de las personas.
Cuando Abraham regresa del sacrificio de Itzjak, alcanza un nivel tan elevado, tan difícil de imaginar, que su huella queda impresa en todo el resto de las generaciones. Es indudable que la superación de esta prueba le exigió mu cho coraje y un enorme esfuerzo espiritual a Abraham. Él demostró tener un nivel de confianza en D-os tan grande, que hasta estuvo dispuesto a entregarle a su único hijo. Abraham se probó a sí mismo que era capaz de alcanzar un nivel imposible de imaginar incluso para él. Luego de superada la prueba, Abraham regresa a casa con un sen timiento de alivio por el logro recién obtenido, listo para disfrutarlo y compartirlo con su esposa Sará. Imaginar el shock al que se ve enfrentado al regresar y descubrir que su esposa había fallecido, sumado a las posteriores dificultades del entierro de Sará, no nos hace sino pensar que fácilmente Abraham podría haber alzado su voz con indignación y quejas hacia D-os, diciéndole: “¡Es suficien te! ¿No basta que haya pasado la prueba de sacrificar a mi hijo?! ¿Quieres ponerme otro desafío más? ¡¡¿Acaso no merezco un descanso después de tantos años de pruebas y dificultades?!!” La muerte y la sepultura de Sará fue una prueba muy de licada, a la que la mayoría de nosotros habría instintiva mente reaccionado con quejas y frustración… Sin embar go, Abraham no actuó así. Él entendió que aún tenía una lección que enseñarle al mundo. Con su ejemplo demos tró que cuando se trata de lo espiritual, el deseo de decir basta y retirarse, el “jubilarse para disfrutar un poco de la vida”, son cosas para las que simplemente no hay lugar. Crecer y superar las pruebas a las que D-os nos expone es un trabajo de toda la vida. Y si bien podemos llegar a sen tirnos frustrados, aún así, si somos capaces de armarnos de fuerza, volver a pararnos y seguir luchando para vencer la prueba que nos fue puesta delante, experimentaremos un placer y una satisfacción tan grandes, que ello hará que valga la pena seguir batallando ante cualquier desa fío que nos sea puesto delante. David Ergas
CandeLas Parashá Jayei Sará: Comienza: 4:55 pm Termina: 5:45 pm Parashá Toldot: Comienza: 4:54 pm Termina: 5:44 pm
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¿Qué hacen los padres y los abuelos? Hace años oí la siguiente clasificación de judíos: Los auditivos: “Yo vibro con la música judía. Es más, para Yom Kipur ni siquiera necesito ir a la sinagoga, sino que pongo un cd del Kol Nidré entonado por un jazán que canta como cualquiera de los más célebres tenores. Y esto me emociona hasta las lágrimas, pues me recuerda cuando era pequeño y oía estos mismos ‘cánticos’ en la sinagoga…” Los gástricos: “Aguardo ansioso la llegada de Pésaj y en el Seder me lo devoro todo; una sopa de matze balls colma todas mis expectativas y me trae el sabor de mis abuelos”. Los cardíacos: “La verdad es que no voy a la sinagoga ni participo en nada judío, pues creo que el judaísmo se lleva ‘aquí’ (mostrando el corazón) …” Un mensaje a los abuelos y padres: Cada uno de estos casos constituyen ejemplos de pobres e ineficientes vehículos para la transmi sión de nuestra tradición. Por ello, quienes pre tendan tener hijos y nietos judíos que adopten la Torá como forma de vida y la vivan con todos sus valores, y así continuar la cadena eterna del pue blo judío, entonces deberán revisar los modelos que están entregando, qué se habla en sus casas, qué tipo de judíos son, y qué (o a quién) están queriendo representar. Pues si nuestros propios valores e ideales no son sólidos, no podemos exigirles a nuestros hijos y nietos lo que nosotros fuimos incapaces de vivir y transmitir... Anónimo
Por un futuro mejor
Educando a nuestros hijos Creando armonía en el Hogar Sandy Ergas Más de una vez nos hemos preguntado, ¿cómo el pueblo judío pudo mantenerse tanto tiempo? ¿cómo lo hizo sin tener límites geográficos ni muchas otras cosas que ex plicarían mejor que una nación permanezca tanto tiempo careciendo de elementos concretos que la definan? Ninguna otra nación pudo mantenerse tanto a pesar de las persecuciones, odio, envidia y demás. Nuestros sabios nos dicen lo siguiente: el pueblo judío no es un entidad única y singular a la que se la puede derribar mediante un simple ataque. El pueblo judío es distinto. ¿Por qué? Porque es una nación que no está compuesta de un solo núcleo, sino de varios. Nos estamos refiriendo a la familia judía, a cada una de las familias judías que constituyen el pueblo de Israel. La familia judía es la responsable de que sigamos existiendo y es a través de ella que la promesa se mantiene: “La Torá jamás será olvidada por el pueblo de Israel”. Desafortunadamente, hoy son muchos los que no quie ren ser parte de su familia en absoluto, se aburren de sus padres, se pelean con los hermanos, y, mientras más lejos estén de casa, mejor. Cada uno tiene su sitio, su televisor, su computador en su pieza, lo que hace que poco a poco vayamos aislándonos, olvidando lo prioritario. Esto no ocurre porque los integrantes de la familia sean aburridos o porque falte interacción con el otro, ni porque uno sim plemente no quiera estar en su casa. Todas las relaciones se deben trabajar y cultivar, y esa es la razón por la que
todos estamos en este mundo a pesar de ser tan diferen tes. El hecho de no querer estar en casa resulta de la falta de conciencia de lo que la familia significa e implica. El medio externo nos absorbe y vamos tomando diferentes rumbos, rumbos que no nos llevan por el camino que con duce a lo fundamental. Como padres debemos encargarnos de que este núcleo funcione apropiadamente, para que el pueblo judío se conserve como tal y no vaya perdiendo lo que por tantos siglos supo mantener. Más de una vez me ha tocado hablar con padres preocu pados por que sus hijos sigan las tradiciones y costum bres de un hogar judío, a lo que yo pregunto: “¿qué hacen ustedes para que eso ocurra?” Para terminar un pequeño cuento: En Rusia se había inaugurado un nuevo sistema de trenes. Un caballero muy correcto llega a comprar un boleto para viajar a Moscú, aunque sin saber muy bien cómo funcio naba. El vendedor, viendo al caballero tan bien vestido, le vende un pasaje en primera clase. Al llegar el tren el hombre aborda por equivocación el va gón de tercera clase, donde todos viajaban de pie, algunos con sus gallinas, un par de asientos bastante incómodos por aquí, niños llorando por allá… En resumen, un viaje para nada confortable.
En cierto momento del recorrido, el distinguido caballero nota que los demás pasajeros preparan sus boletos para mostrárselos al inspector. Todos tienen un pasaje de color azul, pero el suyo era rojo. viendo esto, se preocupó, por lo que le pregunta la razón a un muchacho que tenía cerca, el que, con la intención de divertirse un rato, le responde “¡Ohh! ¡Es que no pagaste lo suficiente!¡Cuando te descu bran te arrojarán del tren! ¡Escóndete!” Muy agradecido, el hombre se esconde detrás de las bancas para que no lo vean. El inspector se aproxima y el muchacho señala al caballero para que le pidan su boleto, quien bastante nervioso sale de debajo de la banca y lo exhibe, a lo que el conductor le dice: “¡De haber sabido las reglas, habrías disfrutado de un viaje en primera clase! ¡Has perdido casi todo tu trayecto en esta parte del tren! Y no sólo en tercera clase, ¡sino que en tercera clase y debajo de una banca!” Somos el pueblo elegido. Todos tenemos la opción de viajar en primera clase. Muchos no nos percatamos que tenemos este tipo de boleto, no queremos verlo, no que remos darnos cuenta, no lo creemos o no nos importa. Pero si tan solo se usara este boleto, el viaje sería maravi lloso, lleno de comodidades, placeres y alegrías. Démonos el tiempo para descubrir qué boleto llevamos con noso tros, en qué consiste este viaje de la vida, con qué valores debemos vivir, y, volviendo a lo que empezamos diciendo, valorar y nutrirnos del núcleo principal, la familia, para continuar esta cadena hasta el fin.
por Rabbi Shraga Simmons
Creciendo cada día - Valorizando el despertar de la alegría del Campo Esperanza Cuando vi el video de los mineros chilenos, emergiendo uno a uno de su pequeña cápsula de rescate, no pude evitar imaginar que estaba siendo testigo de un nacimiento. El Ministro de Salud de Chile, Jaime Manalich, comunicó que por cada vez que un minero saliera se haría sonar una sirena, como si se anunciara que se aproxima el mismo momento de júbilo de la llegada de un niño al mundo. La personas que viven en Chile son extraños para nosotros, cuyo lenguaje no hablamos y a quienes nunca conoceremos (N. del T: este artículo fue traducido del inglés). ¿Por qué este episodio captó completamente la atención del mundo entero? ¿Por qué llegamos a estar tan intensamente preocupados por ellos? Yo creo que porque en lo más profundo de nosotros apreciamos el tremendo valor de la vida. Cada individuo es valioso y amado, un extraordinario reflejo de D-os. Y esta es la razón por la que el gobierno chileno recurrió a cada posible recurso para salvar a los mineros. Expertos llegaron de todo el mundo: apocalípticos, dietistas, psicólogos, especialistas de la NASA y perforadores
expertos. Nadie cuestionó la decisión de gastar incalculables millones para rescatar a los 33 hombres. Esto nos conduce a una inevitable conclusión. Si todos compartimos el júbilo del rescate de estos 33 mineros en Chile, entonces esforcémonos por experimentar la misma alegría sobre los restantes 6 billones con los que compartimos este planeta. En sus “48 Caminos para la Sabiduría”, el Rabino Noaj Weinberg zt”l sugiere una herramienta para evaluar nuestro amor hacia los demás. ¿Cuál es tu reacción instintiva cuando un extraño entra en una habitación? ¿Experimentas un sentimiento de calidez? ¿O tu primer impulso es retroceder? ¿Estás ansioso por saber todo acerca de él o te sientes distante? El antídoto para alejarse lo suficiente de este tipo de conexión es tomar conciencia de que, al margen de cuán detestable la otra persona pueda ser, así y con todo es un hecho que es un ser poseedor de enormes virtudes: una criatura intelectual, dotada de libre albedrío y creada a imagen de D-os. El Rabino Weinberg sugiere que empecemos a tratar a todos con más cuidado y respeto. Y siempre que te encuentres a una persona con dificultades, intenta pensar, “Si este fuera mi hermano o hijo que llevo tiempo sin ver, ¿cómo yo reaccionaría?” La Alegría de la Vida
El rescate de los mineros es algo también aleccionador desde un punto de vista muy personal, si nos planteamos la siguiente pregunta: “¿Sentimos una enorme alegría por el simple hecho de estar vivos? El Rabino Najum de Horadna, al explicar el nivel de alegría que cualquier persona debería sentir, describe el siguiente escenario: Si D-os se le presentara a un hombre muerto y le dijera, “Levántate de la tumba y regocíjate”, imagina el colosal júbilo que éste experimentaría”. ¡Cada momento con su familia, cada canto de pájaro, cada respiro sería un nuevo regalo para él! Debemos luchar por tener constantemente el mismo sentimiento –dice el Rabino Najum de Horadna. ¡Cada mañana al levantarnos de la cama, deberíamos agradecerle al Todopoderoso y sentir la extraordinaria felicidad de estar vivos! En un área desolada del desierto chileno llamada el Campo Esperanza, la humanidad entera recibió un claro mensaje: la vida humana es infinitamente valiosa. Cada vida, cada momento... “Cuando mi hijo salió”, le contaba a la CNN la madre deVíctor Zamora Bugueno de 33 años, “él volvió a nacer”. Utilicemos esta energía y vivamos.
Nuestras Mitzvot
Anticipando Shabat Lily (Schonahut) Zales
Calendario de Charlas y Actividades Fundations La idea es reunir a las parejas en un entorno social y, al mismo tiempo, cubrir los fundamentos del judaísmo. Martes y Jueves 8 pm en casa del Rab David Building a Jewish Home Grupo para parejas en vistas de casarse o recién casadas. Jueves 8 pm en casa del Rab Shemjai One on One La idea es simple: tú eliges el tema que más te interesa. Después, entorno ameno, comida, algo para beber y más… Lunes 8 pm en el CIS YeshivAish Para aquellos jóvenes universitarios que quieran profundizar y discutir sobre los textos de la Torá. 4:45 pm Beit Midrash. Rab Shemjai
Shabat es la culminación de la semana. Es el día que Hashem consagró para que recordemos la creación del mundo en seis días. Pero el shabat no es un legado para toda la humanidad, sino que un preciado obsequio que Hashem le reservó a Su pueblo –el pueblo judío– cuando se lo entregó al sacarlo de Egipto. Entonces, fuera de recordarnos la creación del mundo, shabat viene además a recordarnos que somos el pueblo amado de Hashem. Y a tal punto es así, que nuestra tradición compara la víspera de shabat, el momento en que encendemos las velas, a una novia que salimos a recibir. Y esto justamente es a lo que estamos refiriéndonos cuando en Kabalat Shabat cantamos, “Lejá dodí likrat kalá, penei shabat nekabelá”. Pero para recibir a la novia del modo más apropiado hay que prepararse para su llegada, tal como un novio se prepara el día de su boda. Antes de que la novia llegue la jupá está ya lista y hasta los más mínimos detalles fueron tenidos en cuenta para que nada falle en el gran día. Es así cómo debemos prepararnos para shabat. Nuestros sabios dicen que cada día de la semana debemos hacer algún preparativo para shabat. ¡Y, obviamente! Si vemos el shabat como el punto cúlmine de la semana, entonces se entiende que lo aguardemos ansiosos. Y, si es así, inmediatamente después de que acaba el shabat anterior, cuando la nueva semana apenas empieza, ya estaremos preparándonos para recibir el próximo.
YeshivAish Teens Para jóvenes entre 13 y 18 años que quieran profundizar y discutir sobre los textos de la Torá. Lunes 4:45 pm Beit Midrash. Rab Shemjai
¿Y cómo nos preparamos para shabat? Cocinando deliciosos platos, escogiendo ropas bonitas, limpiando y ordenando la casa y lavándonos, de modo de estar de “punta en blanco” y listos para recibir el shabat. Cada familia le da su toque personal al shabat, tanto en el modo de vivirlo como en la forma en la que se alistan para recibirlo. En cada casa se prepararán las comidas favoritas de la familia y se organizarán a su manera para estar listos para el gran día. En nuestra casa, las jalot caseras le dan el toque personal al shabat. De esa forma somos partícipes en la preparación del alimento más básico y central de la mesa de shabat. El encendido de las velas es sin dudas un momento muy especial, no sólo por ser una señal de que shabat comienza, sino porque es un tiempo de conexión de uno con Hashem. Es algo inexplicable quizás, pero en el momento de encender velas siento que las preocupaciones quedan atrás y que me sumerjo plenamente en la atmósfera de shabat. Algo similar explican nuestros sabios, quienes dicen que junto con la llegada de shabat, una neshamá yeterá –un “alma adicional”– entra en cada judío y viene a acompañarnos durante todo este día. Por lo tanto, durante shabat sólo queda estar alegres y disfrutar de lo que preparamos, sin ya preocuparnos de todo lo que nos absorbe a lo largo de la semana. Shabat es tiempo para nosotros, para disfrutar en familia y para fortalecer nuestra conexión con Hashem.
¡Buen dato! ¿Cómo quitar manchas de grasa?
After Cholent Shabat en la tarde. Todos invitados a un shiur donde discutiremos temas interesantes y viviremos un shabat distinto. Alternadamente en las casas de Rav David y Rav Shemjai. Sábado 3:30 pm Casa Rab David y Rab Shemjai
Cubrir toda la mancha con espumar de afeitar y dejar 5 minutos. Luego frotar con abundante agua mineral.
Tiferet La mujer es el pilar del hogar judío y, como todo pilar, debe ser sólido y firme. Clases para mujeres sobre temas varios. Miércoles 10:45 am CIS. Rab David
Tehilim
EducAishon Los niños son la clave del futuro y la continuidad del judaísmo. EducAishon es un espacio adaptado para niños entre 9 y 10 años, donde se les permite conectarse con sus raíces mediante el aprendizaje de los conceptos básicos de judaísmo. Miércoles 4 pm Casa Jaya Canó MishpajÁ El grupo avanzado de parejas tiene como objetivo profundizar en la sabiduría de la Torá para así poder dirigir el hogar de acuerdo a las enseñanzas de nuestros sabios. Miercoles 8 pm Casa Rab Shemjai Eshet Jail Tú propones el tema y nosotros respondemos. Clases para mujeres. Lunes 7:30 pm. Casa Jaya Canó
Emilia Zomer
“Si quieres participar de nuestra cadena semanal de Tehilim y pedir por la salud de tus seres queridos, escríbenos a
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Aish acaba de finalizar su primer viaje de hombres a Israel. Felicidades a todos los que viajaron con nosotros, fue una experiencia muy especial. Aquellos interesados en participar en el Men’s Mission o en el viaje de mujeres del proximo año contactar a Rab David a
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Practiquemos un poco… “Morguen iz oich a tog”. “Mañana también es un día”. ...a veces no hay que impacientarse ...si no lo logré hoy ...eventualmente, mañana sí.
¡A comer! Aderezo para ensaladas 1/2 taza de aceite, 1/2 taza de azúcar, 1/4 taza de vinagre, 1/4 taza de agua, 3 cuch. de mostaza dijón 1 cta. de sal, un poco de ajo y pimienta en polvo, Doritos a gusto… Dejar en el refrigerador por el tiempo que uno quiera y agregar los doritos después para que no se pongan blandos. Revolver todo. Mientras más días en la nevera, mejor. Echar en la ensalada justo antes de servir, igual con los doritos. Se puede hacer varias veces la receta y dejar en el refri, dura bastante tiempo.
Desde Yerushalaim
La Envidia: Enemigo íntimo de nuestro crecimiento espiritual Rabino Shimon Kohan Ataca a todos por igual: grandes y chicos, ricos y pobres, jóve nes y ancianos. Todos hemos sido víctimas de ese sentimien to que te carcome por dentro. La envidia es algo que distor siona la realidad y nos fuerza a juzgar negativamente. Tanto así, que nuestros sabios lo consideraron como una de las tres cosas que pueden sacarte de este mundo (Pirkei Avot 4:28).
En lugar de generar cercanía, la envidia nos lleva a buscar razones para pelearnos y distanciarnos. Nos lleva a hablar la shón hará de la gente y a intentar dejarlos mal parados ante los demás. O, viéndolo desde una perspectiva más psicoló gica, es común que el que no consigue elevarse por sobre los demás, intente rebajarlos para no sentirse menos.
¿A quién envidiamos? Básicamente a todo el que tenga más, o que, al menos, pensamos que tiene algo que nos falta, como ser la esposa, el trabajo, la casa, etc.
Todos podemos darnos cuenta que la envidia es algo negati vo. Sin embargo, no siempre nos percatamos de que la ma yoría de los problemas que tenemos con nuestros amigos y familia empiezan por ésta.
Sin embargo, como explica Emuna Braverman, ninguno de nosotros envidia a los actores de cine ni a los grandes per sonalidades de la escena mundial, ya que son demasiado ajenos a nuestra realidad. E incluso que los admiremos, ge neralmente no llegamos a compararnos a un nivel personal con ellos. Desgraciadamente, sin embargo, a los que más envidiamos son aquellos a los que tenemos cerca. ¿Por qué su hijo gana la feria científica y no el mío? ¿Por qué su esposo gana más? ¿Cómo hace para ser tan delgada y yo no?
¿Cómo nos deshacemos de la envidia? Lo primero es entender que cada unos de nosotros tiene una meta personal que cumplir en este mundo, para lo cual se lo dotó con determinados recursos y características –físicas y espirituales– a fin de realizar su tarea. Tal como hallamos ridículo que nuestros hijos se peleen por recibir más Coca Cola en su vaso, imaginen entonces cómo
Hashem nos ve cuando envidiamos el auto del otro o su casa. D-os posee infinitos recursos. Y, siendo así, si hay de terminados recursos que no está poniendo a mi disposición, entonces es porque yo no los necesito, porque me harán daño o porque me desviarán de mi camino. Quizá yo no ne cesite un Mercedes Benz para cumplir mi objetivo, mientras que otra persona sí. Lo mismo se aplica al aspecto espiritual. Rabí Zusha de Ani poli, discípulo del Maguid de Mitzrich, se hizo famoso por su célebre dicho: “Cuando llegue al Tribunal Celestial no me preguntarán por qué no fui Moshé Rabeinu, sino… ¡por qué no fui Zusha!” El Rámbam explica en una de sus obras (“Shemoná pera kim”) que debemos imaginar que cada uno de nosotros nació en cierto peldaño de una escalera. No importa quién esté más arriba, sino quién ha logrado subir más. Por ello no deberíamos envidiar a quien está más arriba en la escalera, pues ignoramos dónde empezó su ascenso. Por último, mi Rosh Yeshivá, Rav Noach Weimberg Z.L., men cionó que la forma de llegar a amar a alguien es dándole. Mientras más le das a alguien más lo amas. De la misma ma nera la Rebetzin Jungreis nos explica que la palabra amor en hebreo “( ”אהבהahavá) tiene la raíz del verbo “( ”הבhav), que significa “dar”. Ahora bien, para conjugar un verbo en futuro es necesario antecederlo de la letra “( ”אAlef). Para hacerlo en pasado debemos añadirle una “( ”הHey) al final. Según esto, ה-הב-א, “amor” en hebreo, significa el dar más allá del tiem po, el dar continuo, pues el pasado, el presente y el futuro del verbo están contenidos en la misma palabra. Lo que nos están tratando de decir es que si les damos a los demás, entonces los amaremos, y, como resultado de ello, dejaremos también de envidiarlos. Nuestros sabios explican que hay un tipo de envidia que es permitida y que es cuando uno envidia el estudio de la Torá y las características loables que ve en el otro. Si lo envidio por esto, entonces esto mismo me empujará a mejorar. La próxima vez que sientas envidia por alguien, reflexiona en lo siguiente: Si yo tuviera aquello que le envidio, ¿me haría una mejor persona? Si la respuesta es negativa, en tonces debo de tratar de rectificar mi error, pues a lo único que me conducirá esta envidia es a envenenar mi alma. Si la respuesta es positiva, en cambio, significa que tengo que ponerme a trabajar para conseguirlo y poder crecer.