¿CUÁL ES TU MAYOR NECESIDAD? (Para dos encuentros) Por Ismary Díaz Rivas Hace unos años, pensaba qué sería aquello que yo necesitaba para ser más felíz en esta tierra, mis respuestas circundaban alrededor de una familia, un buen hogar, etc. Con el tiempo, el Señor se encargó de mostrarme la verdadera respuesta y le doy infinitas gracias. Estos pasajes fueron usados por él para aclarar mis dudas. Si se habla de necesidades en un grupo de personas, la mayoría comienza de inmediato a enumerar un sin fin de ellas porque realmente al ser humano Dios le ha dotado de inteligencia y puede definir generalmente lo que cree que necesita más. Algunos, por ejemplo, dirían que la salud, otros, que una casa, un buen trabajo, algún otro bien material, espiritual, etc. En cierta ocasión el Señor le hizo esa pregunta, dicha de otra manera, a un hombre que era ciego, (Lucas 18:3543), le dijo: ¿Qué quieres que te haga? (v. 41) Vayamos al pasaje bíblico. Si notamos quién era aquel hombre, ciego al parecer de nacimiento, por supuesto que no podía ver absolutamente nada, no tenía idea del color de los árboles o del rostro de alguna persona. ¿Tiene idea de vivir una vida completamente a ciegas? Sin embargo, él había escuchado hablar de Jesús, sabía que era Hijo de David, y que era el Señor. Esto se aclara así en el pasaje. Además, en aquel lugar y en ese tiempo un ciego era generalmente un mendigo como lo era éste; no pensaba merecer cosa alguna, no podía trabajar y dependía de las demás personas para muchas de sus necesidades vitales. En ese momento escuchó a una multitud hablar, una algarabía, y supo que venía Jesús y que pasaría por su lado. Se puede preguntar después de leer los textos, ¿qué cosas positivas se pueden apreciar en ese hombre ante su necesidad de poder ver, que sin dudas, era lo más importante para él? • • •
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El ciego se dirigió en su petición a la persona correcta. El Hijo de Dios. Único camino al Padre(v. 38). Se sentía indigno ante Dios y le decía rogándole....ten misericordia de mí. Es decir, se dirigió al Señor con una actitud correcta, de humildad. Dios jamás desprecia al corazón contrito y humillado. Supo superar las críticas de los que lo trataban de impedir, siendo …los que iban delante... en aquel grupo, que le reprendían para que callase. Por tanto, fue perseverante en su petición porque confiaba en aquel a quien la hacía (v. 39). Llamó “Señor” a Jesús, cuando le pidió lo más que quería que le fuese hecho, o sea, al decirle “Señor” le prometió obediencia (v. 41). Cuando fue realizado el milagro de salvación en él, de inmediato le seguía, glorificando a Dios (v. 43), y todos los que le veían en el pueblo dieron alabanza a Dios.
Es bueno señalar que el Señor sabía la mayor necesidad de aquel hombre, y por eso le dijo: Tu fe te ha salvado, y no, tu fe te ha sanado. En su infinita misericordia también le sanó físicamente pero lo que veía en el corazón de aquel hombre era la fe en su Nombre, el único requisito para tener vida eterna (Efesios 2:10). En los tiempos que corren, muchas vidas no saben cuál es la mayor necesidad del ser humano, y se dirigen a falsas deidades y doctrinas de error buscando satisfacción espiritual, física o material; solamente el Señor ha provisto la manera de satisfacción y felicidad plenas, en Dios mismo, en la persona de Jesucristo. Él es la fuente de la felicidad, y le podemos conocer cada vez mejor a través de su Palabra. Como hijos de Dios hemos de ser sensibles a la voz del Señor y orientar a los ciegos que nos rodean hacia el único camino que les podrá devolver la vista. También, como aquel ciego fue humilde perseverando en su petición, debemos rogar por esas vidas al Señor con constancia, aunque haya muchos impedimentos a nuestro alrededor. Si seguimos al Señor en nuestro andar diario, esto va a redundar en gloria y honra para el Señor, y los que están a nuestro alrededor reconocerán y, de alguna manera, también alabarán nuestro Padre celestial. No existe nada más importante en nuestra vida que la presencia de Dios a través de su Espíritu Santo, esa es la mayor necesidad de cada persona. Ser sellado por el Espíritu para vida eterna. Para la semana siguiente se dejará como tarea leer en Lucas 12:22-31
Se comenzará ese día preguntando cuáles son las necesidades de los hermanos en su hogar, y si se identifican con las del pasaje bíblico. Debe leerse en alta voz la porción bíblica completa. El texto bíblico viene hablando en capítulos anteriores acerca de la importancia de valorar lo que realmente vale o tiene mayor importancia en la vida, por ejemplo, del rico insensato, que sólo pensaba en los bienes materiales, etc. Es bien interesante como Jesús comienza esta lección a sus discípulos con una frase:..No os afanéis. Afanarse tiene que ver con tratar de lograr algo a toda costa, con las propias fuerzas, lo cual implica gasto de tiempo y energías, implica preocupación, y mal estado de ánimo. ¿Por qué cosas no debemos afanarnos? El Señor está tratando de decirles a sus discípulos que sus necesidades no son dignas de que se afanen por ellas y pone de ejemplo algunas muy importantes para todos: •
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..Por vuestra vida... (v. 22): La vida es lo más preciado para la mayoría de las personas, y es cierto que es muy valiosa, es un regalo de Dios. En Eclesiastés 2:17, el predicador dice que la aborreció, porque estuvo buscando su satisfacción en todos los placeres que ella ofrece, que es precisamente de los que Jesús dice: no os afanéis. Si buscamos las cosas pasajeras de la vida, pronto nos daremos cuenta del vacío interior que tenemos porque ellos no pueden llenar nuestra necesidad más importante. La comida y el vestido... son parte de la vida de las personas, y muchas veces el afán por esas cosas ocupa la mayor parte del tiempo de sus vidas. Pero allí dice: la vida es más que la comida y el cuerpo [es más] que el vestido. Es decir, que la vida no vale por lo que se coma ni el cuerpo tiene su valor por la manera en que lo vistamos. Más adelante sigue la misma idea, al referirse a los cuervos, las aves, las flores (lirios), que son hermosos y Dios se encarga de su cuidado, nutrición y elegancia sin que ellos ni se enteren (v. 24 y 27-28). Si no podemos hacer lo que es menos, ¿para qué afanarnos con lo demás? (v. 25 y 26) No podemos minimizar a Dios tratando con nuestros esfuerzos, sin tenerlo presente de hacer lo que le corresponde solamente a él. Somos su responsabilidad, si de verdad le buscamos.
Es importante valorar con profundidad qué tan importantes somos para Dios por encima de las plantas y animales (Lucas 12:7b). Es por eso que concluye allí Jesús diciendo: V. 29...no os preocupéis, ni estéis en ansiosa inquietud... Dos cosas que dañan la persona son la preocupación y la ansiedad, llegan a ser enfermedades que dañan la psiquis y el cuerpo también si no son controladas a tiempo. Gracias al Señor hay un remedio hermoso para prevenirlas: (v. 31… Buscad primeramente el Reino de Dios y todas estas cosas os serán añadidas. ¿Por qué es así? Porque los que son del mundo buscan esas cosas (y para poco les aprovechan, v. 30) y el Señor sabe de lo que realmente tenemos necesidad. Es un Dios fiel que siempre que le buscamos, nos suple según sus muchas misericordias, mucho más de lo que pedimos o entendemos; a él sea la gloria. Dios les bendiga ricamente. Este escrito es una contribución del grupo de autores evangélicos cubanos denominado “Pluma Evangélica”. Tiene su sede en Jatibonico, Sancti Spíritus, Cuba. Usado con permiso ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.
