¿Qué es la Biblia para mí? - ObreroFiel

Le dije: Mira, la Biblia, es la Palabra de Dios. Todo lo que dice es cierto, El Señor no habla mentiras. Eso lo hace el enemigo. Ah, el diablo, me respondió.
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¿Qué es la Biblia para mí? (Basado en Salmo 119:1) Por Ismary Díaz Rivas Usado con permiso

Estaba yo reunida con hermanos de mi iglesia Nos saludábamos todos con el amor del Señor De pronto, vino un niñito, corriendo, muy sonriente Se me acercó presuroso, y me dijo: Por favor, ¿Puede usted a mí explicarme qué significa la Biblia? Mi abuelo me dice siempre que ese es el Libro de Dios Más, veo que él tiene una, arrugada y gastadita Toda rayada en colores. ¿Podré colorearla yo? Aquella pregunta simple me dejó muy pensativa Quedé turbada un momento, y luego le respondí: Hay versiones para niños que colorear tu podrías Pero lo más importante, es lo que está escrito allí. Él se me quedó mirando, yo creí que no entendía Le dije: Mira, la Biblia, es la Palabra de Dios Todo lo que dice es cierto, El Señor no habla mentiras Eso lo hace el enemigo. Ah, el diablo, me respondió. Y prosiguió aquel pequeño muy atento a nuestra charla Traté de explicarle todo de una manera sencilla Del evangelio glorioso que en la divina Palabra Nos revela a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. Gracias, me dijo, ahora entiendo las fuerzas de mi abuelito. Es quien me trae a la iglesia porque mis padres no vienen. Él siempre, aunque no ve mucho, me dice: Mira Juanito, Este es el libro más grande y más valioso que tienes,

Y él me regaló una Biblia, pero la tenía guardada Pensando que si era cara yo la debía cuidar. Ahora entiendo que lo hizo para que yo la leyera Y aprenda más cada día de mi Padre celestial. Sonreí, toqué su rostro, le di un beso en sus cabellos, Él se marchó, y sin embargo yo no le podía olvidar. Saqué mi Biblia del bolso, y agradecí al Dios eterno Por el inmenso regalo que es su Palabra, sin par. Cerré mis ojos llorosos, y dije: Bendito Padre Esta lección que me has dado contristó mi corazón, Que un anciano casi ciego, lea a su nieto la Biblia, Y yo, tan joven, y viendo, le presto poca atención. Dame sed de tu Palabra, que es viva y que permanece Para que ríos de tu agua, corran de mí a los demás, Para que yo te conozca y sea luz en este mundo Y para decirle a otros que eres su necesidad.

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