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LA BIBLIA, GUÍA PARA EL EVANGÉLICO EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD. Por Samuel Evora. Usado con permiso. INTRODUCCIÓN. ¿Qué diferencia tiene ...
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LA BIBLIA, GUÍA PARA EL EVANGÉLICO EN LA BÚSQUEDA DE LA VERDAD Por Samuel Evora Usado con permiso INTRODUCCIÓN ¿Qué diferencia tiene la Biblia con otros libros? ¿Hay algo de especial en ella? No hay otro libro en el mundo que se haya editado más,…vendido, regalado, aceptado, leído, perseguido… George Müller dijo: “El vigor de nuestra vida espiritual guardará proporción exacta con el lugar que ocupe la Biblia en nuestras vidas y nuestros pensamientos”. D. L. Moody “Yo oraba pidiendo fe y pensaba que algún día la fe caería sobre mí desde el cielo, como un rayo, pero la fe no parecía venir. Un día leí Ro. 10:17 La fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios. Antes cerraba mi Biblia y pedía fe, ahora abro mi Biblia y la estudio y desde entonces mi fe no ha cesado de crecer”.1 Es imposible en una sola clase agotar las riquezas insondables de la palabra de Dios, pero rápidamente veamos algo de las características, testimonio, revelación, inspiración, canon e interpretación de la Biblia. 1. CARACTERÍSTICAS DE LA BIBLIA La Biblia, se compone de dos partes principales, el Antiguo y el Nuevo Testamento. Aunque separados literariamente, no así en su proyección, porque ambos conforman la palabra de Dios. Fue escrita en tres idiomas: hebreo (A.T.), arameo (porciones del A.T.) y griego koiné (N.T.). Escrita en un período superior a 1500 años. Sus autores sobrepasan los 40 y de todos los tipos. En sus páginas encontramos narrativas, poesía, fábulas, proverbios, profecía, historia, etc. Todo esto y mucho más, la hace un libro singular, una biblioteca de 66 libros.2 2. EL TESTIMONIO DE LA PROPIA ESCRITURA3 No puede negarse seriamente que la Biblia, en su conjunto y en gran número de sus textos, presupone su origen divino, eso es, la peculiaridad de que, esencialmente, recoge el mensaje de Dios dirigido a los hombres de modos diversos y en diferentes épocas. Como reconoce C. H. Dodd, “la Biblia se diferencia de las demás literaturas religiosas en que se lo juega todo en la pretensión de que Dios se reveló realmente en unos acontecimientos concretos, documentados y públicos. A menos que tomemos esta pretensión en serio, la Biblia apenas sí tiene sentido, por grande que sea el estímulo espiritual que nos procuren sus pasajes selectos”. Abundan los textos de las Escrituras en los que se atestigua una revelación especial de Dios, quien de muy variadas maneras habla a sus siervos para comunicarles su mensaje. Una de las frases más repetidas en el A.T. es: “Y dijo Dios”, o la equivalente: “Vino palabra de Jehová”. Esta “palabra” de Dios es creadora y 1

Para conocer otros dichos de personas notables acerca de la Biblia consultar a Henry H. Halley, Compendio Manual de la Biblia, Trad. C. P. Denyer (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones): 16-19. 2 Para más información sobre el tema consultar a Josh McDowell, Evidencia que exige un veredicto, Trad. René Arancibia Muñoz (Cuernavaca, México: Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo, 1975): 17-28. 3 José M. Martínez, Hermenéutica Bíblica (Barcelona: CLIE, 1984): 39-42.

2 normativa desde el principio de la historia de Israel. Algunas citas del Pentateuco: Éx. 4:28; 19:6,7; Nm. 3:16 y Dt. 2:2,17. Israel adquiere plena conciencia de su entidad histórica bajo la influencia de los grandes actos de Dios y de la interpretación verbal que de esos actos da Dios mismo por medio de Moisés. Al pasar al N.T., se observa igualmente el lugar preponderante de la palabra de Dios. Los evangelistas, testigos de cuanto Jesús hizo y dijo (1 Jn. 1:1-3), ven en él la culminación de la revelación de Dios. Era la palabra de Dios encarnada, el gran intérprete de Dios (Jn. 1:14, 18). Ponen en sus labios palabras que muestran la autoridad y el origen divino de sus enseñanzas (Mt. 5:21-48; 7:28-29). La comunicación divina no se extingue con el ministerio público de Jesús. Se completaría, según palabras de Jesús mismo, con el testimonio y el magisterio de los apóstoles bajo la guía del Espíritu Santo (Jn. 14:26; 16:13). Así lo entendieron los propios apóstoles, persuadidos de que sus palabras eran ciertamente “la palabra de Dios” (Col. 1:25-26; 1 Ts. 2:13; Ap. 1:2, 9). 3. REVELACIÓN La doctrina de la revelación, en la teología cristiana, significa que Dios se ha dado a conocer al hombre, así como las verdades pertinentes a sí mismo. Se acostumbra a dividir el tema de la revelación en «general» y «especial». La revelación general incluye las evidencias para tener fe en Dios, aparte de Cristo y la Biblia, en este caso es la creación. El tema de la revelación especial ordinariamente se subdivide en el estudio de Cristo, en su encarnación, y en el estudio de la Biblia, como la palabra inspirada de Dios e infalible. Credibilidad de la revelación4 Desde un punto de vista lógico, cabía esperar que Dios se comunicara con los hombres de modo tal que éstos pudieran tener un conocimiento adecuado de él, de su naturaleza, de sus propósitos y de sus obras. Tal conocimiento no podía ser alcanzado por la llamada revelación general. Es verdad que “los cielos cuentan la gloria de Dios” (Sal. 19:1). Las obras de la creación nos hablan de la sabiduría y el poder de Dios. Incluso nos muestran evidencia de su bondad; pero nada nos dice de su justicia, de su misericordia o de los principios morales que rigen su relación con el universo, en especial con el hombre hecho a imagen de Dios. La revelación general tampoco arroja luz sobre el actual estado de la humanidad en su pecado y en su miseria, sobre el sentido de la vida humana o sobre el significado de la historia. Aunque el pecado no hubiera oscurecido la mente humana –hecho que limita su capacidad de discernimiento-, la luz de la naturaleza no habría sido suficiente para tener un conocimiento adecuado de Dios y de su voluntad. “Dios ha hablado” (He. 1:1-3). La base de credibilidad no radica en los argumentos lógicos, sino en hechos que se extienden a lo largo de la historia. Como subraya Geerhardus Vos, “el proceso de la revelación no es sólo que acompaña la historia, sino que se encarna en la historia”. Debe tenerse presente, sin embargo y contrariamente a lo que algunos sostienen, que la revelación no consiste sólo en eventos históricos, actos de Dios. Incluye manifestaciones verbales de Dios que interpretan los actos. Sin esta parte de la revelación, llamada “proposicional", los hechos históricos quedarían sumidos en la ambigüedad. Pongamos como ejemplos el éxodo, acontecimiento en la historia de Israel, y la muerte de Jesús.

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Ibid., 42-45.

3 Revelación y Escritura5 Existe, pues, una correlación entre ambas. Según el testimonio bíblico, es Dios mismo quien directa o indirectamente, ordena la acción de escribir. Notemos algunos textos bíblicos: Éx. 17:14; Dt. 17:18-19; Jer. 30:2 y Ap. 1:11, 19. No es preciso un gran esfuerzo mental para comprender que tanto los profetas del A.T. como los apóstoles del N.T. vieron en la Éscritura el único medio de preservar fielmente la revelación y lo utilizaron. 4. INSPIRACIÓN DE LA BIBLIA6 Es éste uno de los puntos más controversiales de la teología cristiana. Aun dando por cierto que la revelación dio origen a la Escritura, queda por determinar hasta qué punto y con qué grado de fidelidad lo escrito expresa lo revelado. ¿Puede decirse que la Escritura fue inspirada por Dios de modo tal que nos transmite sin error lo que Dios tuvo a bien comunicarnos? Como afirmara Bernard Ramm, “la inspiración, es, por así decirlo, el antídoto contra la debilidad del hombre y sus intenciones pecaminosas. Es la garantía de que la palabra de la revelación especial continúa con la misma autenticidad”. Concepto de la inspiración7 Pablo declaro: que “toda Escritura es inspirada divinamente”. Sus lectores, tanto judíos como griegos, entenderían perfectamente lo que quería decir: que la Escritura era la obra de hombres especialmente asistidos por el Espíritu de Dios para comunicar el mensaje de Dios. A partir del concepto expuesto, podemos definir la inspiración de la Biblia como la acción sobrenatural de Dios en los escritores sagrados que tuvo por objeto guiarlos en sus pensamientos y en sus escritos de modo tal que éstos expresaran, verazmente y de acuerdo con la revelación, los pensamientos, los actos y la voluntad de Dios. Por esta razón, puede decirse que la Biblia es palabra de Dios y, por consiguiente, suprema norma de fe y conducta. En 2 Ti. 3:16, se da a entender no sólo que los escritores fueron controlados o guiados, sino que, de alguna manera, Dios infundía a sus escritos una cualidad especial, de la que se derivaba la autoridad y la finalidad de la Escritura (“útil para enseñar, para convencer, para corregir”, etc.). No menos significativo es el texto de 2 P. 1: 20-21, en el que categóricamente se señala la función profética del A.T. en relación de subordinación a la acción del Espíritu Santo. De modo tan correcto como expresivo traduce la Nueva Biblia Inglesa el versículo 21: “Porque no fue por antojo humano que los hombres de antaño profetizaron; hombres eran, pero, impelidos por el Espíritu Santo, hablaron las palabras Dios.” “Impelidos” o “movidos” son términos usados para traducir el original ferómenoi, es decir, “llevados”, como lo es un barco de vela impulsado por el viento. La acción divina sobre los escritores sagrados no debe entenderse en todos los casos como un fenómeno de manifestaciones síquicas extraordinarias, tales como la visón, el trance, el sueño, audición de voces sobrenaturales, estados de éxtasis en los que el hombre es mentalmente transportado más allá de sí mismo. Podía consistir simplemente en la influencia sobre el pensamiento o en la guía divina que dirigiera la investigación y la reflexión del escritor (ver Lc. 1:1-3). Tampoco debe interpretarse la inspiración en sentido mecánico, como si Dios hubiese dictado palabra por palabra cada uno de los libros de la Biblia. La inspiración no anula ni la personalidad, ni la formación, ni el estilo de los escritores sagrados, sino que usa tales elementos como ropaje del contenido de la revelación. Los hagiógrafos pueden ser considerados como órganos humanos que Dios usa para producir la Escritura. 5

Ibid., 45, 46. Ibid., 46-48. 7 Ibid., 48-52. 6

4 5. CANON «El canon de las Escrituras» o «los 66 libros del canon» no designan meramente una lista de libros, sino que la canonicidad de la Biblia es la cualidad o carácter de las Escrituras por la cual son nuestra regla de fe y vida, puesto que son la Palabra infalible de Dios. Por lo tanto, canonicidad es equivalente a autoridad, la divina autoridad de las Escrituras. Canonicidad no es sinónimo de inspiración, pero ambas áreas son precisamente coextensivas. Aquellos libros que son inspirados son canónicos y aquellos libros que son canónicos son libros inspirados. La canonicidad no es idéntica al reconocimiento por la iglesia. Los libros de la Biblia fueron canónicos, en el verdadero sentido de la palabra, cuando fueron escritos, es decir, fueron la regla de Dios para nuestra fe y vida. Estos libros fueron reconocidos como canónicos en el momento de ser escritos por la porción particular de la iglesia de Dios a la cual fueron escritos. El reconocimiento por la iglesia en conjunto, en algunos casos, requería tiempo. En general los varios libros de la Biblia fueron reconocidos por el pueblo de Dios como la Palabra de Dios al ser leídos y estudiados. Testimonio de los autores del A.T. acerca del canon: Jos. 8:30-35; Is. 8:19-20; Jer. 26:17-19 con Mi. 3:12; Jer. 25:11-12; 29:10 con Dn. 9:1-3. Testimonio de los autores del N.T. acerca del canon: 2 P. 3:15; Jud. 17-18 con 2 P. 3:2-3; 1 Ti. 4:1 y 2 Ti. 4:3-4; 1 Ti. 5:18 con Dt. 25:4 y Lc. 10:7. 6. INTERPRETACIÓN La hermenéutica es el estudio de los principios de interpretación. La exégesis consiste en la interpretación real de la Biblia, el sacar su sentido, mientras que la hermenéutica establece los principios por los cuales se efectúa la exégesis.8 El propósito de la interpretación bíblica es dejar claro el sentido y mensaje de la revelación de Dios. ¿Cómo interpretamos la Biblia? Debemos comenzar por reconocer lo que G. Campbell Morgan llamó el «principio contextual». Debe considerarse la Biblia dentro de su propio contexto de idioma, tiempo, lugar y situación. Cada parte de ella debe analizarse a la luz de las demás partes. Es absolutamente necesario considerar cada libro de la Biblia y hasta cada capítulo y pasaje, a la luz de la Biblia entera. A veces se expresa de este modo: El mejor intérprete de la Biblia es la Biblia misma. He aquí un ejemplo exagerado: La Biblia dice, «No hay Dios» (Salmo 14.1). Así dice al pie de la letra. Pero proclamar que la Biblia enseña el ateísmo sería de lo más irresponsable y falto de honradez. El gran Iluminador es el Espíritu Santo, según Jn. 14:26. Es quien nos ayuda a interpretar la Biblia. Tenemos que emplear también el principio contextual, incluyendo la historia y la experiencia, pues, el Espíritu Santo se vale de esos «recursos» para hacernos conocer la Biblia. Como creyentes evangélicos tenemos que apropiarnos de las verdades contenidas en la Biblia. De lo contrario no sirve para nada tenerla, y mucho menos saber que es la revelación de Dios, inspirada e infalible. El reto es hacerlo bien y cada día. No solo la Iglesia Católica Romana tiene tradición, nosotros los evangélicos también. Ésto no es malo, si reconocemos que la autoridad final está en la Biblia y no en la tradición, y esta debe ser evaluada constantemente con lo que la Biblia enseña. Como intérpretes nos acercamos al texto bíblico con presuposiciones (experiencia personal, sistema doctrinal, historia; eso es, tradición). Por lo cual todas estas presuposiciones deben ser evaluadas constantemente a la luz de las Escrituras, estableciendo un ciclo en espiral ascendente. EXHORTACIÓN Demos gracias a Dios por la oportunidad de tener la Biblia en nuestro idioma. 8

Charles Ryrie, Teología básica (Miami: Editorial Unilit, 1993): 124.

5 Que no pase un día sin que no nos alimentemos de ella. El estudio de Biblia con la guía del Espíritu Santo debe ser una meta primordial en nuestras vidas. Esto no es exclusivo de los académicos, sino de cada creyente. Compartamos con otros sus bendiciones, promesas y amonestaciones. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.