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BARILOCHE.– Aunque esté lejos de cualquier plantación de cacao, el producto más tradicionalmente relacionado con esta ciudad turís- tica es el chocolate.
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Una fiesta que no será pura espuma Encuentros, intercambio, cursos, catas, visitas a fábricas y una gran fiesta con música en vivo y, por supuesto, la mejor cerveza. De eso se tratará Beer Art, el festival con el que Bariloche celebrará el arte de elaborar cerveza, del 23 al 26 de este mes. El programa completo y más información, en www.beerart.com.arß

Tomás Gilbert, con ojo clínico, en busca de la rubia perfecta

En Bariloche, lo que importa es la cerveza (artesanal) salud. La ciudad rionegrina, afianzada como ineludible

polo de elaboración de pilsen, bocks y otras variedades, ajusta los detalles y afina las choperas para celebrar su primer gran festival cervecero Daniel Flores LA NACION

BARILOCHE.– Aunque esté lejos de cualquier plantación de cacao, el producto más tradicionalmente relacionado con esta ciudad turística es el chocolate. Sin embargo, un grupo de entusiastas hace por estos días un gran esfuerzo para que también la cerveza local tenga su reconocimiento e incluso se convierta en otro suvenir obligado, junto con la clásica cajita de variedades chocolatadas. Del viernes 23 al lunes 26 del actual, estos cruzados del lúpulo tendrán su cumbre en el Beer Art, primera edición de un festival que promete charlas académicas para microcerveceros, reuniones de camaradería, visitas a cervecerías, cursos, catas y, por supuesto, una gran fiesta gran. En Bariloche existen unos veinte emprendimientos cerveceros, entre pequeñas fábricas y bares con elaboración propia, una cantidad muy apreciable en comparación con cualquier otro distrito del país, a pesar del buen momento en general de la cervecería artesanal en la Argentina. La mayoría de ellos integra la recientemente formada Asociación de Cervecerías Artesanales de Bariloche. Pero la actividad dista mucho de ser nueva en la región. Se estima que a principios del siglo XX se producían lager y stout con cebada de las laderas del cerro Otto.

“Pocos lugares de la Argentina tienen una cultura cervecera artesanal tan importante como Bariloche y la región patagónica que la rodea. No debe extrañar que así sea. Es una zona muy influida por la inmigración alemana. Y así como en Cuyo los italianos y españoles llegaron con sus uvas para elaborar los mismos vinos que bebían en sus lugares de origen, los alemanes trajeron su pasión cervecera”, aporta el periodista especializado Rodolfo Reich, autor junto a Martín Auzmendi del libro Cervezas argentinas. De la Patagonia a Bavaria Pero hay argumentos más curiosos aún para la reivindicación patagónica de la cerveza. Diego Libkind, científico del Conicet, encabezó un equipo de argentinos, portugueses y norteamericanos que encontró en los bosques patagónicos una especie de levadura que sería una de las dos especies parentales que dieron origen al híbrido de la levadura Lager, es decir la utilizada para la cerveza rubia de consumo más masivo en todo el mundo. En otras palabras, el origen de la bebida producida en cuevas y monasterios de Bavaria cinco siglos atrás estaría en realidad aquí nomás, en la Patagonia. Muy cerca de donde se realizará el Beer Art. “En Bariloche se fabricó cerveza antes que chocolate. Tenemos una gran tradición en el tema, por eso

queremos ser la Capital Nacional de la Cerveza”, se entusiasman en la asociación. Blest es la pionera de la cervecería artesanal moderna en Bariloche y en el país en general. Su primera microcervecería estuvo en Laguna El Trébol, a 20 kilómetros de Bariloche, en Cicuito Chico, a fines de los ochenta. Y en pocos años sus pilsen se despachaban en varios restaurantes y hoteles de Bariloche y Villa La Angostura. Pronto, la fábrica se convirtió también en chopería. Desde mediados de los noventa, Blest se encuentra en Bustillo km 11,600. Allí se elaboran y degustan cinco estilos: pilsen, bock, frambuesa, cream stout y scotch ale. En la zona de Colonia Suiza se encuentra Berlina, una de las fábricas jóvenes con mayor volumen de producción y mejores fierros para fabricar. “Estamos muy orgullosos de tener un negocio familiar”, dice Franco Ferrari, que con sus hermanos Guido y Bruno lleva adelante, desde hace siete años, la fábrica y el patio, o más bien jardín cervecero. Paradójicamente, la reciente crisis por la caída de cenizas del volcán Puyehue le dio a los Ferrari cierto impulso. “Nos obligó a buscar otros mercados y comenzamos a vender fuera de Bariloche”, recuerdan. Bruno, el maestro cervecero de la familia, refinó su arte durante tres años en Alemania. “Lo que hacemos es artesanal, pero no casero –define–. Porque no utilizamos aditivos ni nada industrial, pero por otra parte, el proceso sí está controlado.” Bruno Ferrari, creador de la gloriosa Berlina Indian Pale Ale, usa

Berlina, la marca de tres hermanos

turismo | 3 Rihotel S.A. - Viamonte 723 - P. 7 - CUIT 30-71100494-3

| Domingo 11 De noviembre De 2012

una boina que no alcanza a atrapar a unos dreadlocks rebeldes, y suele vestir un delantal naranja. Tiene algo de científico excéntrico y algo de skater, una combinación que no es del todo extraña en la actual escena cervecera barilochense. Tomás Gilbert es parte de la misma hipotética tribu de los brewmasters & riders. En 2004 su padre abrió Gilbert, un imperdible pub en una antigua, rústica y pintoresca construcción tipo establo. El padre hoy se ocupa del restaurante y Tomás fabrica cada semana unos 900 litros de cerveza tan artesanal que hasta utiliza, incipientemente, su propio lúpulo. Otro brewpub para no dejar fuera de la extensa ruta cervecera barilochense es La Cruz, con su gran patio, muy concurrido por los locales, ideal para el atardecer y con un programa de membresías. Su responsable, Pancho Santa Coloma, ingeniero en alimentos, es uno de los cerveceros más proactivos en la zona. Otras etiquetas para tener en cuenta son Prosit y Yesca. Esta última, creada por el experimentado Fidel Ayala en 2005, obtuvo en 2011 medalla de oro en el Primer Campeonato Internacional Cervecero The Great South Beer Cupel, en Buenos Aires. Para quien no tiene la fortuna de residir en Bariloche, viajar al Beer Art es una oportunidad ideal para conocer cervezas inexistentes en el resto del país. “Algunas de estas cervezas llegan embotelladas a distintas ciudades, pero por ahora no logran replicar la experiencia de la cerveza recién hecha –aclara Rodolfo Reich–. En parte porque ése es el espíritu de lo artesanal, pero también por falta de tecnología adecuada y por la dificultad de una buena y cuidada distribución. Esa es tal vez la deuda pendiente de la cervecería artesanal de Bariloche.”ß