Buenas Noches Emil “Emiru” Bonilla

Buenas Noches Emil “Emiru” Bonilla

D. R. © Emil Bonilla 2016

¿Quién dice que no es importante tener amigos? Te pueden ayudar a salir de aprietos en cualquier momento. En este caso, un amigo me ayudó a conseguir trabajo. Necesitaban una persona confiable, esa persona confiable era alguien en quien él contara. Esa persona de confianza soy yo. La confianza es algo que se gana, y eso es definitivamente algo que él se ganó en la mansión en la que él estaba trabajando durante muchos años como mayordomo. Por un giro de eventos, el me cedió su puesto, el cual acepté con mucho gusto.

1

Este fue mi primer día de trabajo, y me estaba alistando en la habitación. Seguía las instrucciones que me dejó mi amigo para ser un sirviente digno de estar en esta mansión. Me puse el gorro, me arreglé el corbatín y salí de la puerta de mi habitación asignada. Me puse a explorar la mansión. Voy arriba, voy abajo, doblo innumerable número de veces… parecía un laberinto en todo el sentido literal de la palabra.

2

Perdí la cuenta de cuantas veces había pasado por debajo de esa lujosa lámpara de cristal… era increíble lo largo que eran los pasillos en esa mansión. Muchas veces sin puertas, llenos de cuadros. Estaba tan perdido. Cada vez que veía por las ventanas se hacía tarde. Me senté a descansar un rato. Después seguí caminando. Ya era de noche, así vi el cielo por la ventana.

3

Después de varios intentos, encontré un pasillo que tenía una puerta abierta. Me acerqué a está casi como si estuviera hipnotizado, y al abrir la puerta veo a una pequeña niña sentada en una cama. Me le acerco, y me mira, estaba triste.

4

Sentí pena por ella, y pregunté:

¿Qué te pasa?

No puedo dormir, señor.

5

No tengo lo que necesito para dormir.

¿Y qué es eso que te falta para dormir?

No puedo dormir hasta que me cuenten un cuento.

6