Buenas costumbres británicas

na Modern Family. Una mirada graciosa e inteligente sobre un padre y sus particulares hijos. (Variedades). Solá, accidentado. A pocos días del estreno en Ma-.
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Espectáculos

Página 4/LA NACION

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Jueves 14 de enero de 2010

CINE

Buenas costumbres británicas El nuevo film de Elliot cuenta con un ingenioso guión y un suntuoso vestuario Buena (((

Buenas costumbres (Easy Virtue, Gran Bretaña/2008, color; hablada en inglés). Dirección: Stephan Elliot. Con Jessica Biel, Colin Firth, Kristin Scott Thomas, Ben Barnes, Kris Marshall. Guión: Stephan Elliot y Sheridan Jobbins, sobre la pieza de Noël Coward. Fotografía: Martin Kenzie. Música: Marius de Vries. Edición: Sue Blainey. Presenta Columbia. 95 minutos. Sólo apta para mayores de 13 años.

Estrenada por Noël Coward en 1925, el mismo año de Fiebre de heno, Easy Virtue nunca alcanzó similar fama ni perduró en los repertorios como otras piezas suyas (Espíritu travieso, Vidas privadas), a pesar de que Hitchcock dirigió en 1928 una versión cinematográfica bastante libre.

También Stephan Elliot se ha tomado sus licencias para imponer algún toque contemporáneo a la maliciosa pintura de la decadente alta sociedad que proponía el dramaturgo. El film convence más con las palabras (gracias a los ingeniosos diálogos de Coward) y con la suntuosidad decorativa de las imágenes (ambientación y vestuario hacen un aporte fundamental) que con su ritmo narrativo. Elliot no es precisamente Lubitsch y titubea bastante entre la comedia satírica, la farsa cómica y la pintura de época. Quizá con la intención de subrayar la intención crítica toma abierto partido por la protagonista, una despampanante rubia norteamericana de los años veinte, campeona de automovilismo y tan moderna como el jazz, en la solapada guerra que se desencadena desde

que aterriza como un ser de otro planeta en la muy victoriana familia de su flamante marido. Allí, en la señorial mansión de la campiña inglesa todas las reglas han de cumplirse según lo dispone la dueña de casa, dama aristocrática y paradigma de la hipocresía reinante en una sociedad sólo atenta a las formas. La distinguida señora empalidece cuando se entera de que su hijo se ha casado en Francia (a pesar de que ella ya le había asignado candidata), se alarma cuando ve llegar a su inesperada nuera con ese aire desenvuelto tan alejado de la compostura británica y casi se desmaya cuando la oye hablar con acento norteamericano. La contienda que se libra de a poco entre las dos –dardos envenenados en lugar de balas y mucha lengua filosa– ocupa el espacio central. Es el costado

COLUMBIA

Los protagonistas del film, Jessica Biel y Ben Barnes

más o menos divertido del film, sostenido por un elenco sólido en el que sobresalen Kristin Scott Thomas y Kris Marshall (el mayordomo). Las canciones de Coward o de Cole Porter son bellas, pero irrumpen

forzadamente en la acción, lo mismo que algún gag postizo. También se desatiende a varios personajes secundarios y hay subtramas que apenas reaparecen cuando lo exige la continuidad argumental. Son altiba-

jos que sabrán perdonar los fans de Jessica Biel y quienes sólo busquen entretenimiento liviano y estampas elegantes.

Fernando López

Una arriesgada apuesta que satisface Guy Ritchie aporta toda su conocida pirotecnia visual a esta reformulación algo pop de Sherlock Holmes Buena (((

Sherlock Holmes (Estados Unidos-Gran Bretaña/2009). Dirección: Guy Ritchie. Con Robert Downey Jr., Jude Law, Rachel McAdams, Mark Strong, Kelly Reilly, Eddie Marsan, Geraldine James y James Fox. Guión: Michael Robert Johnson, Anthony Peckham y Simon Kinberg. Fotografía: Philippe Rousselot. Música: Hans Zimmer. Edición: James Herbert. Diseño de producción: Sarah Greenwood. Presentada por Warner Bros. Duración: 128 minutos. Apta para mayores de 13 años.

En su obsesión por reciclar clásicas historias y personajes de la literatura (y del cine), Hollywood apostó por el director inglés Guy Ritchie para que le aportara a esta nueva versión a gran escala del célebre personaje de sir Arthur Conan Doyle esa misma “pirotecnia” visual de Juegos, trampas y dos armas humeantes, Snatch: cerdos y diamantes y RocknRolla, que lo convirtió en uno de los principales referentes de la modernidad cinematográfica y de la cultura pop (esto último, claro, también ayudado por su fallido matrimonio con Madonna).

WARNER

Robert Downey Jr. y Jude Law, puntales de esta nueva versión

Contra todos los pronósticos, esta vez los excesos manieristas, el preciosismo formal, la estilización artificiosa, los vistosos encuadres, los sofisticados movimientos de cámara para la construcción de planos-secuencia, el ritmo adrenalínico y la hiperkinesia, el humor negro, los golpes de efecto y el desaforado uso de efectos visuales

generados por computadora (CGI) y de la música que suele ostentar Ritchie tienen en Sherlock Holmes más hallazgos que tropiezos. El director británico no se queda en el simple regodeo de su incuestionable talento para la puesta en escena, sino que alcanza a sostener en buena parte de las dos horas de relato la tensión,

el suspenso y, por lo tanto, el interés del espectador. Además –en uno de los mayores aciertos de la película–, logra delinear con humor y empatía la relación entre Sherlock Holmes (Robert Downey Jr.) y su fiel colaborador, el doctor John Watson (Jude Law), con todos sus matices, sus contradicciones y hasta sus facetas enfermizas (las adicciones, los arranques violentos, los celos y las manipulaciones del torturado detective). En una zona gris –en cuanto a logros– queda el intento de convertir al Holmes del siglo XIX en una suerte de superhéroe propio de estos tiempos (y hasta con algo de James Bond), mientras que la batalla que emprende contra el despiadado Lord Blackwood (Mark Strong), un malvado propio de la historieta que quiere controlarlo todo, va perdiendo interés con el desarrollo de la trama. Pero si el guión transita por territorios conocidos (y lugares comunes), allí están el gran Downey Jr., Jude Law y la bella Rachel McAdams para rescatar al film y llevarlo finalmente a buen puerto.

Diego Batlle

(Variedades)

Emily Blunt interpreta a la reina de Gran Bretaña en su juventud DISTRIBUTION COMPANY

La joven Victoria, histórica y entretenida Buena (((

La joven Victoria (The Young Victoria, Estados Unidos-Reino Unido/2009). Dirección: Jean-Marc Vallée. Con Emily Blunt, Rupert Friend, Paul Bettany, Miranda Richardson, Mark Strong, Jim Broadbent, Thomas Kretschmann. Guión: Julian Fellowes. Fotografía: Hagen Bogdanski. Música: Ilan Eshkeri. Edición: Jill Bilcock y Matt Garner. Diseño de producción: Patrice Vermette. Presentada por Distribution Company. Duración: 105 minutos. Apta para todo público.

Solá, accidentado A pocos días del estreno en Madrid de la obra Por el placer de volver a verla, Miguel Angel Solá, coprotagonista de la pieza junto a su mujer Blanca Oteyza, sufrió un accidente doméstico por el cual debió ser sometido a una “pequeña intervención quirúrgica“, según aseguró su representante.

Hombre Araña adolescente Los problemas que aquejaban a la cuarta entrega de las aventuras del Hombre Araña probaron ser definitivas. El director de las tres entregas anteriores, Sam Raimi y los protagonistas, Tobey Maguire y Kirsten Dunst, se alejaron definitivamente del proyecto, que ahora se centrará en la adolescencia de Peter Parker y sus comienzos como enmascarado. Aún se desconoce quiénes serán los nuevos actores y el director.

En 2006, Sofia Coppola dejó Tokio y viajó hasta Versailles para contar la historia de María Antonieta, la reina adolescente. El resultado de la moderna directora norteamericana poniendo su ojo en la vida de la rococó aristócrata europea provocó fríos elogios pero, sobre todo, calientes polémicas. La joven Victoria, otro relato con una reina adolescente como protagonista, causa reacciones mucho más templadas. El film, dirigido por Jean-Marc Vallée (Mis gloriosos hermanos), recorre la vida de una de las monarcas más importantes y poderosas del Reino Unido desde su infancia de princesita aislada del mundo hasta sus primeros años como la reina Victoria. El guión de Julian Fellowes (Gosford Park, crimen a la medianoche) hace un recorrido cronológico por la vida de la reina utilizando conocidos detalles de su cotidianeidad para repasar, rápido, la infancia solitaria de la pobre niña rica y luego

meterse de lleno en los años previos y los inmediatamente posteriores a su coronación. Desde un inicio queda claro que las circunstancias de su nacimiento y las intrigas palaciegas de media Europa colaboraron en formar el carácter de una de las personas más poderosas del siglo XIX que, además, era una mujer. Para interpretar a un personaje tan complejo, más ícono que ser humano, el film requería de una actriz joven y al mismo tiempo con la suficiente presencia escénica para llevar toda la película sobre sus hombros. Emily Blunt es Victoria –aunque físicamente no se parezca en nada a la verdadera reina–, tanto en sus caprichos adolescentes, su enamoramiento del príncipe Alberto (interpretado con equilibrio por Rupert Friend) como en la fortaleza que deberá demostrar como monarca. La actriz, conocida por El diablo viste a la moda y por sus dotes de comediante, es lo mejor de un elenco de grandes intérpretes británicos: Paul Bettany en el papel del interesadamente solícito Lord Melbourne, Jim Broadbent como el anciano rey y Miranda Richardson en el rol de la madre de la futura reina (que interpreta con su acostumbrado rictus de amargura). Ni las impresionantes escenografías ni el excelente vestuario que pintan una época de floreciente progreso para la monarquía británica logran distraer la mirada de Blunt y su notable interpretación.

Natalia Trzenko

Estreno: a pocos meses de su

estreno en los Estados Unidos y de convertirse en la mejor nueva comedia de la esa pantalla, mañana, a las 20, en la señal premium Cityfamily se estrena Modern Family. Una mirada graciosa e inteligente sobre un padre y sus particulares hijos.