Argentinien, con la impronta de Luis Romero

6 oct. 2012 - y un paisaje agreste, una especie de paraíso perdido, define el director: “Hay una poética muy bien logra- da desde el texto y quería hacer lo.
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espectáculos

| Sábado 6 de octubre de 2012

Argentinien, con la impronta de Luis Romero cervantes. Hoy debuta esta obra que

ya recorrió muchas ciudades del país Laura Ventura LA NACioN

Suena Spinetta de repente. Esa es la armonía que emerge cada vez que alguien llama al celular de Luis Romero. Y con una frase rockera el director resume su último trabajo, Argentinien: “Es la argentinidad al palo”. Este realizador se afirma año a año como uno de los protagonistas más versátiles de nuestra escena. En pocos meses le dio vida a la adaptación teatral de un ícono del cine como es La cele-

bración, montó el musical ganador del Pulitzer Casi normales (el gran triunfador de los Premios Hugo), y hoy debuta en el Cervantes con el texto argentino de un novel autor, Pedro Gundesen. Argentinien, interpretada por Alejandro Awada, Mimí Ardú, Claudio Rissi y Juan Luppi, está ambientada en una localidad alejada del mundanal ruido, Arizona (provincia de San Luis), durante el primer gobierno de Perón, en pleno proceso de nacionalización de los ferrocarriles. Sus habitantes es-

Awada, Luis Romero y Ardú, en la escenografía diseñada por Valiente

Foto: patricio pidal/aFv

peran con gran expectativa la llegada del nuevo jefe de la estación, un extranjero, un hombre misterioso llamado Stefan, a cargo de Awada. El elenco recorrió el país con esta obra y ahora llega a la sala porteña orestes Caviglia. Antes de ser director y maestro de actores, Romero –el indio para sus colaboradores– fue actor y fotógrafo profesional. Su mirada combina el arte y también la ciencia: “El mío es un trabajo de inferencia. Entiendo que el texto no es la realidad, sino un conjunto de datos que plantea una realidad. De allí parto para encontrar la acción y hago un abordaje lógico. Me interesa saber cuánto puedo no intervenir para llegar a un puerto de lógica y de coherencia que el autor está planteando”, resume. Romero leyó Argentinien en una noche y al día siguiente aceptó la propuesta de llevar a escena este texto de un autor joven desconocido: “Me pareció extraña y atractiva a la vez. Es un material que está lleno de ondulaciones y que no es convencional en absoluto”, explica. El escenógrafo Marcelo Valiente trabaja en recrear la estación de tren y un paisaje agreste, una especie de paraíso perdido, define el director: “Hay una poética muy bien lograda desde el texto y quería hacer lo mismo con la puesta. La obra tiene que ver con un universo frágil, inocente y concreto vinculado con la parte más pura de las personas. Hay una voz que emerge como un faro, dando señales en medio de la noche y nadie lo registra porque cada personaje está muy metido en su propio devenir”. Al estreno de Argentinien, Romero suma una nueva reposición –no está de más ni es exagerado decir que ocurre a pedido del público– de Casi normales (en El Nacional, desde la semana próxima) y prepara para el verano marplatense Central Park West, de Woody Allen, con Susú Pecoraro y Soledad Silveyra. “Estamos dirigidos por uno de los mejores directores que tiene la Argentina”, opina Awada. A Romero le da pudor este comentario y el actor remata: “Es verdad. Tiene la capacidad de hacer propuestas diversas y de que todos sus espectáculos sean distintos. ¡Bancátela!”.ß

Awada y Ardú, el extranjero y la dama Llevan adelante la historia, junto a Claudio Rissi y Juan Luppi Alejandro Awada acaba de llegar del Festival de San Sebastián, donde presentó Días de pesca, de Carlos Sorín, producción que obtuvo el premio Signis, que otorga la Asociación Católica Mundial para la Comunicación. “Me pasó algo extraordinario allí. Me porté como un caballero sobrio todo el evento. Veía figuras internacionales por todos lados, Dustin Hoffman, Tommy Lee Jones, Monica Bellucci… estaba en el hotel y veo que en el lobby aparece Bernardo Bertolucci. No pude evitarlo, me acerqué, le di la mano y le agradecí por todo”. Awada habla de su personaje en Argentinien, un alemán del Volga que es expulsado por Stalin y que no puede regresar a su patria, inmersa en la guerra: “Por intuición, como dice el texto, viene a la Argentina y se pone a trabajar bajo las órdenes de los capitales británicos. Es un gestor de las situaciones incómodas por las que tiene que atravesar la empresa. Viene con un plan específico. Esta obra está escrita por un autor que no juzga, sino que expresa su punto de vista en torno a las distintas problemáticas de los personajes. No hay ni buenos ni malos. Hay enormes dificultades del ser en cada uno, con deseos contradictorios en cada uno de ellos”. Mimi Ardú le aporta la femineidad y seducción a esta pieza: “Aquí todos están tan inmersos en sus deseos más profundos que pierden de vista los vínculos y la relación con el otro. Argentinien tiene algo de grotesco, con pinceladas de otros géneros unidos en distintos espacios. Está el amor y el desamor, la pasión y la violencia verbal y física, el querer añorar o fantasear con un mundo inexistente”. Además del contexto, Awada habla un componente sutil que posee la obra y que explica su nombre: “Aquí hay situaciones conflictivas entre personajes, posiciones antagónicas entre grupos que no se pueden escuchar, y eso me parece muy argentino”. ß

Agentinien Dirigida por Luis Romero De jueves a sábados, a las 21.30 Domingos, a las 21. En el Cervantes, Libertad 815. $ 50 y $40.