Aplausos y emoción en una Casa Rosada desbordada por la ...

21 nov. 2013 - Los nuevos ministros Kicillof y Casamiquela, junto al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ayer, en el Salón .... Agricultura, Carlos Casamiquela.
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POLÍTICA | 7

| Jueves 21 de noviembre de 2013

Los nuevos ministros Kicillof y Casamiquela, junto al jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ayer, en el Salón Blanco; atrás, Randazzo, De Vido y Sileoni

la nueva etapa | tras una ausencia de seis semanas

Aplausos y emoción en una Casa Rosada desbordada por la militancia cristinista

En salones y patios interiores, funcionarios y militantes celebraron la vuelta de la Presidenta Marcelo Venerada LA NACION

Las elegantes puertas de madera blanca del Salón Blanco estuvieron a punto de astillarse, arqueadas por la presión de los que querían entrar. Los espejos y cristales resistieron de milagro. No eran militantes de a pie los que se apretujaban y discutían airadamente con los custodios de la Casa Rosada, sino decenas de funcionarios de saco y corbata los que ayer empujaron como fanáticos en un recital de rock para presenciar el regreso de la Presidenta, luego de más de seis semanas de ausencia. Pese a que el lugar quedó abarrotado como nunca, hubo un vacío difícil de ocultar: el del secretario de Comercio Interior saliente y futuro agregado económico en la embajada de Italia, Guillermo Moreno. Todos lo esperaban para ovacionarlo. Se quedaron con las ganas. Esa expectativa y las tensiones de los que pelearon para ingresar pudieron liberarse, sin embargo, a las 19.15, cuando Cristina Kirchner entró en el Salón Blanco seguida por su nuevo jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y los flamantes ministros de Economía, Axel Kicillof, y de Agricultura, Carlos Casamiquela. La recibió un aplauso cerrado que se extendió durante dos minutos. La Presidenta sólo atinó a saludar, emocionada. Flanqueada por el vicepresidente Amado Boudou y la presidenta provisional del Senado, Beatriz Rojkés de Alperovich, Cristina Kirchner se mostró rodeada por todos los miembros de su Gabinete, incluidos los ministros salientes Juan Manuel Abal Medina, Norberto Yauhar y Hernán Lorenzino. Estos dos últimos, notablemente más distendidos que el primero. Frente a ellos, la primera fila del salón quedó reservada para el secretario general de La Cámpora, Andrés Larroque; sus pares bonaerenses en la Cámara de Diputados Carlos Kunkel y Juliana Di Tullio; el líder de la CTA oficialista, Hugo Yasky; el flamante presidente del Banco Central, Carlos Fábrega; su par en el Banco Nación, Juan Ignacio Forlón; los senadores Aníbal Fernández y Miguel Ángel Pichetto; Estela de Carlotto y la madre de la Presidenta, Ofelia Wilhem, que llegó sobre la hora y tuvo que esperar varios minutos hasta que alguien le cediera una silla. Sentado en primera fila, Fábrega terminó concentrando abrazos y saludos como ningún otro. Especialmente aquellos que, pese al interés que generaba su presencia, prefirieron permanecer en segundo plano. Como Augusto Costa, el hombre de confianza de Kicillof que reemplazará a Moreno: ayer llegó junto a la embajadora en EE.UU., Cecilia Nahón, y otros funcionarios cercanos al flamante ministro de Economía, que se refugiaron en la última fila del salón, lejos de los fotógrafos.

Desde temprano, dentro del salón se desató una versión cruenta del juego de la silla, que mezcló a funcionarios de segundo orden, asesores y cholulos con secretarios de Estado y ministros. Muchos terminaron viendo el acto de pie. “Esto no se llenaba así desde [Héctor] Cámpora, cuando no pusieron sillas”, recordaba un memorioso. El grueso de la tropa se apuró en ocupar las sillas desde una hora antes de la llegada de la Presidenta. De a uno, fueron encontrando un espacio los intendentes del conurbano Alberto Descalzo (Ituzaingó), Mariano West (Moreno), Hugo Curto (Tres de Febrero) y Francisco Gutiérrez (Quilmes); los legisladores porteños Juan Cabandié, María José Lubertino, Carlos Dante Gullo y Francisco Nenna; los sindicalistas Antonio Caló y José Luis Lingeri; los diputados Carlos Heller, José María Díaz Bancalari y Héctor Recalde; el titular de la UIA, Héctor Méndez; el cantante Ignacio Copani, y el piquetero Luis D’Elía. D’Elía llegó y se fue hablando de Moreno. “De ninguna manera es una despedida. Guillermo puede venir en cualquier momento”, alentó. O alertó. Pero quien intentó explicar su ausencia fue el presidente de la Confederación General Económica (CGE), Ider Peretti. “No vino porque está trabajando”, repetía, para desdramatizar el faltazo. El pleno de los gobernadores oficialistas fueron ubicados a la derecha de la Presidenta. Las miradas confluyeron naturalmente en el bonaerense Daniel Scioli y el entrerriano Sergio Urribarri, que

Ausencias y caras visibles Guillermo Moreno El secretario de Comercio Interior y futuro agregado económico en Roma fue el gran ausente. Militantes y funcionarios lo esperaban para ovacionarlo Juan M. Abal Medina Mantuvo una cauta sonrisa, aunque por momentos se lo vio con el rostro apesadumbrado. Antes de que la Presidenta terminara su recorrida por los patios de la Casa Rosada, él ya se había retirado de su despacho Axel Kicillof Mantuvo firme su rechazo a las corbatas y, con tropa propia, fue el más aplaudido en el momento de jurar Fray Gonzalo Zervino Ataviado con la vestimenta franciscana, el fraile y comisario de Tierra Santa en la Argentina llamó la atención de los presentes

Abal Medina pareció abatido, ayer, en la Casa Rosada

aplaudieron la jura de Capitanich, desde ayer ubicado en el tercer extremo del triángulo de aspirantes a suceder a Cristina Kirchner. “Soldado soy, del General, este proyecto, vamo’ a bancar”, intentaron cantar los pocos sub 35 presentes en el Salón Blanco cuando vieron entrar a la Presidenta, pero el canto se apagó tan rápido como comenzó. Ese otro momento, el emotivo, vendría después de la jura, cuando Cristina inició un recorrido por los distintos patios de la Casa Rosada, que ayer fueron copados casi exclusivamente por estudiantes de colegios secundarios que militan en las fuerzas que integran Unidos y Organizados. “Hemos estado un tiempo separados. Nos extrañamos mucho”, les dedicó Cristina en su segunda parada, en la Galería de los Patriotas Latinoamericanos. Fue antes de elogiar a Mariano Recalde por la conducción de Aerolíneas Argentina y celebrar lo “logrado” con los ferrocarriles. “Vamos a ir por más, porque vamos por los trenes de carga”, le prometió a la platea casi enteramente adolescente, que deliró con la marcha de la juventud peronista y cantando contra Clarín. Unos minutos antes, cuando Cristina daba el primero de sus discursos en el Patio de las Palmeras, Abal Medina abría la puerta doble de la antesala de la Jefatura de Gabinete para retirarse. Eran las 19.57. Sin exagerar emociones, saludó a quienes cuidaban el ingreso. Entre ellos ya se encontraban asistentes de Capitanich, teléfono en mano: “Avísenle al Coqui que ya estamos listos, esperándolo”.ß

fotos de fabian marelli

La oposición expresó su preocupación ante la ratificación del rumbo Se mostró inquieta ante la idea de profundizar el modelo y por la puesta en escena “militante” Más de lo mismo. Esa frase parece resumir las primeras reacciones de referentes opositores ante la reaparición pública de la presidenta Cristina Kirchner con la promesa de avanzar en la “profundización del modelo” kirchnerista. En el massismo, la diputada Graciela Camaño opinó que, otra vez, “el discurso va por un lado y la realidad por otro, porque el Gobierno habla de consensos y sólo basta mirar cómo trató el Código Civil para ver que en el único lugar donde hay consenso es en el discurso”. Y amplió: “El lugar donde se consensúa es el Parlamento, y hoy el kirchnerismo decidió sacar un dictamen solo”. “Quedé muy preocupado, porque es como si la Argentina a la que hubiera vuelto repuesta la Presidenta fuera el país de las maravillas. Si se ratifican sus dichos, creo que vamos por un camino peligroso”, declaró a la nacion el diputado Mario Negri, jefe del bloque de la UCR. Y agregó: “Hubo 24 horas en las que hablamos de las buenas o malas condiciones de los nuevos ministros, pero sólo ha habido un cambio de nombres. Habrá un mayor aislamiento de la Argentina y más inseguridad y problemas económicos para la ciudadanía”. Su compañero de bancada Ricardo Alfonsín también estimó que los cambios de nombres no afectarán necesariamente las políticas: “No me gusta hacer leña del árbol caído, pero siempre pensé que Guillermo Moreno era responsable de los estilos y las formas, pero no de las decisiones políticas”. Para la diputada Patricia Bullrich, de Unión por Todos, con el retorno de la Presidenta a la arena pública “vuelve la misma escenografía, vuelve una puesta en escena dura, militante, monárquica, saludando desde el balcón al público”. Además, la diputada contó a la nacion que había sido invitada al acto, pero desistió de ir: “Me alegro de no haber ido, porque ya anticipaba que, como ocurre con todos los actos oficiales, se convierten en actos hiperoficialistas”. Sobre las palabras de la jefa del Estado, dijo: “Me pareció un discurso de hace dos años, el «vamos por todo», la idea de la «profundización del modelo» y de bancar a cualquier costo, por más deshilachado que esté, el relato”. Sobre los cambios en el gabinete de ministros, Bullrich interpretó que la intervención presidencial dejó en claro que “los funcionarios o se alinean o se van, si alguien creía que [el nuevo jefe de Gabinete] Jorge Capitanich podía abrir algún canal de diálogo, está claro que esto no va a pasar, que se impone el «vamos por más»”.

Por su parte, para el diputado Claudio Lozano, del bloque Unidad Popular, “la Presidenta ratificó el compromiso con un modelo extractivista, transnacionalizado, depredador del medio ambiente… y pagador de deuda pública: ésas son sus prioridades frente a un momento en el cual la Argentina necesita empleo, un cambio productivo e ingresos garantizados para las poblaciones más postergadas”. En opinión de Lozano, ejemplo de esta ratificación fueron las palabras sobre política hidrocarburífera: “Parece que olvidó, al hablar de energía y soberanía, que el acuerdo con Chevron incorpora cláusulas indignantes para la soberanía nacional, no sólo la prórroga de jurisdicción en el exterior para los litigios, sino también que puedan seguir cobrando beneficios, aun luego de irse del país, de los pozos que hubieran puesto en marcha”. Para la diputada Victoria Donda (Libres del Sur), “más allá del discurso que planteó, lo importante desde su vuelta a la actividad fueron los hechos”. En su opinión, la llegada de Axel Kicillof a la cartera de Economía va “camino a la devaluación y la renegociación con los fondos buitre”, mientras que la llegada de Jorge Capitanich a la Jefatura de Gabinete se produce “por su cercanía con los dirigentes del PJ y su afinidad con los sectores más conservadores: los hechos valen más que las palabras”. Otro hecho que destacó fue “el retroceso de derechos de las mujeres y las comunidades originarias en el Código Civil”.ß

Piden evitar que Moreno se vaya del país ^b^b^ Una nueva denuncia judicial espera a Guillermo Moreno. Las diputadas Graciela Ocaña y Patricia Bullrich pedirán hoy al juez federal Claudio Bonadio que impida salir del país al ex secretario de Comercio Interior, a quien la Presidenta nombró agregado económico en la embajada argentina en Italia. ^b^b^ Anticiparon que ya existe una denuncia contra Moreno por “abuso de autoridad y violación de los deberes de funcionario público” a raíz de las multas que aplicó a consultoras que difundían índices de precios contrarios a las mediciones del Indec. “La salida del país de Moreno entorpecería el curso de la investigación”, se advierte en la denuncia.