Espectáculos
Página 2/LA NACION
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Jueves 11 de febrero de 2010
CINE 60° Festival de Cine de Berlín: la Argentina compite con una ópera prima
Cómo tirar la casa por la ventana Continuación de la Pág. 1, Col. 4 estética del film para su nueva colección, que aparece en la tapa de la edición local de la revista Vogue. Pero la presentación de Metrópolis, con una orquesta de 100 músicos en vivo, no será el único acontecimiento de una Berlinale que hasta el domingo 21 contará, en su gélida alfombra roja, con las presencias de Leonardo DiCaprio, Ewan McGregor, Pierce Brosnan, Gérard Depardieu, Ben Stiller, Renée Zellwegger, Jeanne Moreau, Ben Kingsley, Michelle Williams y Jackie Chan, entre otras figuras que harán las delicias de los paparazzi y de los miles de vecinos que cada día inundan la zona de Potsdamer Platz en busca de fotos, autógrafos y entradas. A nivel de estrenos, tanto el festival como el European Film Market, que se desarrolla de forma paralela y a unas pocas cuadras de distancia, ofrecerán un amplísimo panorama del cine actual, más el agregado en esta oportunidad de varias secciones especiales que repasarán la rica historia de seis décadas de la muestra. La competencia oficial por el Oso de Oro –cuyo jurado será presidido por el genial realizador local Werner Herzog– incluye 20 títulos, entre los que aparecen los nuevos trabajos de cinco directores que ya ganaron ese máximo galardón (los chinos Zhang Yimou y Wan Quan’an, el inglés Michael Winterbottom, el polaco Roman Polanski y la bosnia Jasmila Zbanic) hasta óperas primas, como es el caso de Rompecabezas, de la argentina Natalia Smirnoff. A la presencia de esta comedia encabezada por María Onetto, Arturo Goetz y Gabriel Goity (“una película fuerte, representativa del cine hecho por mujeres, en el mejor sentido de la palabra”, según la opinión de Kosslick), se le suman otros dos films nacionales también concebidos por directoras, que se verán en secciones paralelas: Por tu culpa, drama familiar de Anahí
Adriana Aizemberg y Daniel Hendler, en El abrazo partido , el 14 BD CINE
2010
Sesenta años de la Berlinale en un ciclo Con obras de Bergman, Godard y Pasolini, entre otros
La ciudad desafía las nevadas y se prepara para la gran fiesta del cine AFP
Los 20 films que aspiran al Oso de Oro N Apart Together, de Wang Quan’ an
(China), film de apertura. N A Family, de Pernille Fischer Christensen (Dinamarca). N A Somewhat Gentle Man, de Hans Petter Moland (Noruega). N If I Want To Whistle, I Whistle, de Florin Erban (Rumania). N Greenberg, de Noah Baumbach (EE.UU.). N Rise and Fall, de Oskar Roehler (Alemania). N How I Ended This Summer, de Alexei Popogrebsky (Rusia). N Mammuth , de Benoit Délepine y Gustave de Kevern (Francia). N Rompecabezas, de Natalia Smirnoff (Argentina).
N A Woman, A Gun, A Noddle
Shop, de Zhang Yimou (China). N Shashada, de Burhan Qurbani (Alemania). N Submarino, de Thomas Vinterberg (Dinamarca). N The Killer Inside Me, de Michael Winterbottom (EE.UU./Gran Bretaña). N Honey, de Semih Kaplanoglu (Turquía). N The Robber, de Benjamin Heisenberg (Austria). N On the Path, de Jasmila Zbani (Bosnia y Herzegovina). N The Hunter, de Raffi Pitts (Irán). N The Ghost Writer, de Roman Polanski (Francia). N Howl, de R. Epstein y J. Friedman (EE.UU.).
Berneri con Erica Rivas, se estrenará en Panorama, mientras que El recuento de los daños, cuarto largometraje de Inés de Oliveira Cézar, se exhibirá en el Forum, el apartado más experimental de la Berlinale. El amplio panorama se completará con la proyección de otros realizadores argentinos como Fabián Hofman (Te extraño) y Luis Sampieri (Fin) con películas realizadas en coproducción con México y España, respectivamente; y con la participación del proyecto El testamento, de Eduardo Rípari, en el Co-Production Market. Habrá que ver, entonces, si este festival siempre tan atento a la producción de nuestro país (en los últimos años fueron premiados aquí films de Lucrecia Martel, Daniel Burman, Ariel Rotter, Rodrigo Moreno y Anahí Berneri) renueva este año su romance con el cine argentino.
El Festival de Cine de Berlín cumple sus bodas de diamantes y, para festejarlo, el Complejo Teatral de Buenos Aires y la Cinemateca Argentina presentan en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Corrientes 1530, entradas a 5 y 10 pesos) el ciclo 60 años de la Berlinale, con 35 de sus films premiados. Comenzará hoy con Cuando huye el día (1957), de Ingmar Bergman. El repaso continuará mañana con La fortaleza oculta (1958), de Akira Kurosawa, con Toshiro Mifune, que habría de inspirar a George Lucas La guerra de las galaxias, y el sábado con Sin aliento (1959), de Jean-Luc Godard. De algunos años después son Alphaville (1965), otra joya de Godard, cruza de film noir y ficción fantástica (el domingo) y Repulsión (1965), con Catherine Deneuve (el 17) y Cul-de-sac (1966), las dos de Roman Polanski (el 18). También se rescatará Señales de vida (1967/8), el film que descubrió a Werner Herzog (el 19), seguidas por El Decamerón (1971) y Los cuentos de Canterbury (1972), ambas de Pier Paolo Pasolini (el 20 y 21).
Sensible retrato de Ciro Guerra del ser de su país
Los viajes del viento (Colombia/2009). Dirección y guión: Ciro Guerra. Con Marciano Martínez, Yull Núñez, Rosendo Romero, Beto Rada y otros. Fotografía: Paulo Andrés Pérez. Música: Iván “Tito” Ocampo. Presentada por Primer Plano Film Group. Hablada en español, bantu, wayunayky e ikn. Duración: 121 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.
A lomo de burro y en completa soledad, Ignacio Carrillo recorre caminos que parecen no tener fin, se detiene brevemente en algún pueblo perdido y prosigue su derrotero. Su tesoro más preciado es un acordeón que, tiempo atrás, un viejo maestro le enseñó a tocar. Ya cansado de fatigar tantos kilómetros, toma la decisión de hacer un último viaje a través del norte colombiano para devolverle el instrumento a aquel músico con el que aprendió los temas más entrañables de su tierra. Por casualidad Ignacio conoce a Fermín, un joven cuya ilusión mayor es seguir sus pasos en el camino de la música. Juntos vivirán una serie
de aventuras y desventuras hasta llegar al destino final. El director Ciro Guerra, autor, además, del guión, intentó con su historia relatar un viaje hacia el espíritu, hacia aquello que unió las raíces blancas, negras y nativas de su país en algo tan único como la música que surgió de ese conglomerado de razas. Así, y sobre la base de este relato que se apoya en la poética y en el folklore de Colombia, Ignacio y Fermín se convierten en vagabundos de algo que necesitan pero que desconocen. El film logra este propósito, a pesar de la monotonía que impera a cada paso y de una historia que se alarga innecesariamente. Con el sabor de Colombia a cada paso, Los viajes del viento es uno de esos films para comprenderlos a través del corazón y de la sensibilidad de los espectadores. Los trabajos de Marciano Martínez y de Yull Núñez apuntalan este relato que habla de lo más recóndito del alma humana y de la necesidad de compañía en los momentos más tristes de la soledad.
Gerard Butler, el hombre enceguecido por la ira Regular (( Días de ira (Law Abiding Citizen, EE.UU./2009, color; hablada en inglés). Dirección: F. Gary Gray. Con Gerald Butler, Jamie Foxx, Leslie Bibb, Colm Meaney, Viola Davis, Bruce McGill, Regina Hall. Guión: Kurt Wimmer. Fotografía: Jonathan Sela. Música: Brian Tyler. Edición: Tariq Anwar. Presentada por Alfa. 118 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años.
Un monstruo demasiado obvio
Tal vez Días de ira quiera ser una edición 2009 de El vengador anónimo; al menos parte de una premisa similar, aunque después todo se amplifique y exagere hasta el desatino. No han pasado cinco minutos de proyección cuando Gerald Butler, padre de familia afectuoso y algo incauto, abre la puerta de casa sin preguntar quién es y se topa con un par de depravados que lo desmayan de un golpe, violan y asesinan a su mujer y a su hija y lo dejan agonizando. Como es un ciudadano respetuoso de la ley (lo dice el título original), confía en la justicia y en particular en un fiscal (Jamie Foxx) que tiene el mejor récord de condenas de toda Fildadelfia.
A pesar de sus conocidos actores, el guión de El hombre lobo es muy torpe
Algo siempre falla
Adolfo C. Martínez
UIP
Benicio Del Toro interpreta al licántropo Lawrence Talbot
Regular (( El hombre lobo (The Wolfman, Estados UnidosGran Bretaña/2010). Dirección: Joe Johnston. Con Benicio Del Toro, Emily Blunt, Anthony Hopkins, Hugo Weaving, Geraldine Chaplin y Elizabeth Croft. Guión: Andrew Kevin Walker y David Self. Fotografía: Shelly Johnson. Música: Danny Elfman. Edición: Walter Murch y Dennis Virkler. Diseño de producción: Rick Heinrichs. Presentada por UIP. Duración: 110 minutos. Apta para mayores de 16 años.
PRIMER PLANO
Marciano Martínez es Ignacio, el músico protagonista del film
Claudio D. Minghetti
Sanguinario vengador anónimo modelo 2009
Un camino al corazón de la música colombiana Buena (((
El ciclo reserva un espacio para el cine argentino que fue premiado allí: La Patagonia rebelde (1974), de Héctor Olivera, que se verá en copia nueva (el 23); La ciénaga (2001), de Lucrecia Martel, y El abrazo partido (2003), de Daniel Burman (las dos el 14). En cuanto a películas difíciles figuran Adopción (1974), de la húngara Márta Mézáros (el 23), así como de cineastas rusos, como Ascención humana (1977), de Larisa Sheptiko (el 24); Tema (1979), de Gleb Panfilov (el 9 de marzo), y Adiós a Matiora (1981), de Elem Klimov, prohibida en la Unión Soviética y presentada por primera vez en la Berlinale de 1987 (el 10), al igual que La comisaría (1967-1987), de Aleksander Askoldov, acerca de la situación de los judíos durante la guerra civil de 1922 y que significó el fin de la carrera de su director (el 11). Del alemán Rainer Werner Fassbinder se verán El matrimonio de María Braun (1982), con Hanna Schygulla (el 27) y La nostalgia de Veronika Voss (1981), con Rosel Zecht (el 1° de marzo).
La remake de un clásico del cine fantástico como el escrito por Curt Siodmak y protagonizado en 1941 por tres grandes figuras de la época como Lon Chaney Jr, Claude Rains y Bela Lugosi, ahora bajo las órdenes de un sólido artesano del cine de género como Joe Johnston (Rocketeer, Cielo de octubre y Jurassic Park III) y con todos los avances en términos de maquillaje y efectos visuales, parecía una excelente idea dentro de la tendencia al reciclaje de viejos éxitos que impera en Hollywood.
Sin embargo, esta nueva versión de El hombre lobo resulta una absoluta decepción en todos los órdenes: la narración es muy poco atractiva, los actores están lejos de sus mejores trabajos, constituye un claro retroceso en la interesante carrera de Johnston (que, según trascendió, perdió el control artístico del proyecto) y ni siquiera las imágenes generadas por computadora –pese al aporte de talentosos artistas y a un generoso presupuesto de 85 millones de dólares– están a la altura de lo que hoy el espectador exige como estándar.
Baño de sangre Tras el brutal asesinato de su hermano, Lawrence Talbot (Benicio Del Toro), un actor que ha pasado buena parte de su vida en los Estados Unidos, regresa a la casona de su padre (Anthony Hopkins) en un pueblito de la Inglaterra victoriana (la historia transcurre en 1891) para investigar el hecho, que también ha llamado la atención de un inspector de Scotland Yard (Hugo Weaving).
Por supuesto, en cada noche de luna llena, el baño de sangre será incontenible y la presencia de la bella Gwen (Emily Blunt) permitirá desarrollar una insustanciosa subtrama romántica. Porque, aun con sus apelaciones al terror, a la acción y al melodrama épico e incluso con el exotismo de las tradiciones gitanas y de las leyendas propias de la licantropía, la película nunca levanta vuelo ni provoca la fascinación que este tipo de historias exige. El hombre lobo elude el vértigo y el regodeo visual de tanto tanque hollywoodense reciente y adopta, en cambio, cierto clasicismo narrativo más cercano al espíritu del film original. Pero el gran problema es que la historia –con sus torpes flashbacks y su falta de fluidez– se vuelve cada vez más obvia y solemne. Y el aburrimiento, se sabe, es el peor de los pecados para el cine de entretenimiento.
Pero ya se sabe que algo tiene que fallar, y falla: sólo uno de los dos asesinos es condenado a muerte. El otro pasará diez años en prisión. Los suficientes para que el protagonista transforme el duelo en furia, planee lenta y cuidadosamente su venganza y, llegado el momento, la ejecute del modo más sanguinario y más radical: ningún responsable de su desdicha quedará sin el merecido castigo. Con lo cual demostrará que puede ser un monstruo mucho más perverso que quienes le destruyeron la vida, que le sobran imaginación y astucia para ganarles en ingenio al fiscal, a la policía, al Poder Judicial y al Estado entero y que cuenta con un presupuesto y un know how que dejarían pálidos de envidia a 007 y a todo el servicio secreto de su majestad. Podrá no creerse nada de lo que se ve en pantalla (la dosis de gore parece excesiva), pero queda demostrado que F. Gary Gray y su libretista están dispuestos a sacrificarlo todo en busca de un presunto (y esquivo) suspenso. Incluida la lógica más elemental.
Diego Batlle
Fernando López