ADW Master Template

10 dic. 2015 - talles con su hijo David, un ... David. A la cadena de soli- daridad se sumaron varios miembros de la renovación carismática de ... Montgomery.
1MB Größe 0 Downloads 14 vistas
6 EL PREGONERO

DICIEMBRE 10, 2015

COMUNIDAD

Una historia de fe y

esperanza Miguel Vivanco El Pregonero

L

a historia de Marilú Amaya, una sobreviviente de cáncer de seno avanzado, es un ejemplo para muchas mujeres que luchan contra esa mortal enfermedad. En noviembre de 2012 los médicos le diagnosticaron un tumor ramificado (Fase II) y recomendaron que se someta a una cirugía a la brevedad posible. Pero ella, en su calidad de madre soltera, necesitaba tiempo para coordinar algunos detalles con su hijo David, un joven invidente que en ese momento estudiaba en la escuela secundaria Albert Einstein de Maryland. Gracias a Dios y a la capacidad profesional de los médicos del hospital Adventista de Washington, Marilú salió muy bien de la operación, pero las complicaciones se presentaron durante el periodo post

operatorio. Las sesiones de quimioterapia provocaron una severa inflamación en la garganta, laringe y piel, restringiendo su movilidad corporal al máximo. En ese momento su hijo David se convirtió en su principal apoyo. El joven invidente sabía que la recuperación de su madre tardaría muchos meses y asumió el cuidado de su progenitora después de asistir a la escuela. A pesar de sus limitaciones visuales se las ingenió para cocinar, lavar y ayudar en el aseo personal de Marilú. Ambos entendieron que solo con la fuerza del amor y la fe en Dios podrían salir airosos de tan difícil situación. “Yo no sabía que tenía antecedentes de cáncer de seno en mi familia. Nunca me preocupé por los exámenes preventorios. Tampoco imaginé que podría ser atacada por esa enfermedad. Fueron momentos muy duros en donde la ayuda de David se volvió

FOTO/ALBUM FAMILIAR

David Amaya, ahora es un estudiante universitario y destacado compositor de música moderna.

FOTO/JACLYN LIPPELMANN

Marilú Amaya, pudo sobrevivir al cáncer de seno gracias a su fe en Dios y el amor de su hijo David. Ella en la actualidad ha vuelto a dirigir su compañía de limpieza y ayuda a otras mujeres que padecen la misma enfermedad.

crucial. Yo necesitaba vivir para ayudar a mi hijo para que estudie en la universidad. La oración fue mi principal arma para soportar la adversidad”, comentó Amaya. La madre de familia explicó que, luego de tocar muchas puertas, consiguió la ayuda médica para enfrentar la enfermedad. También obtuvo un apoyo importante de los estudiantes y profesores de la escuela de su hijo David. A la cadena de solidaridad se sumaron varios miembros de la renovación carismática de Washington y la parroquia Sagrado Corazón. “Con el favor de Dios pude superar todos los miedos iniciales. Siempre le explicaba a mi hijo que mi caso era delicado, pero que si nos manteníamos unidos todo estaría bien”. Yo le prometí que soportaría sin quejarme las sesiones de radiación y quimioterapia, que le ganaría la batalla al cáncer para luego ayudarle para que pueda estudiar música en la universidad”. Fueron veinticuatro meses de tratamientos dolorosos, de repetidas pérdidas de cabello y de centenares de frascos de

medicinas. A pesar de que Marilú no podía trabajar, nunca faltó un plato de comida en su casa. Los estudiantes de la escuela Albert Einstein de Maryland todas las semanas le entregaban una tarjeta para la compra de alimentos, mientras que numerosos miembros de la comunidad salvadoreña la apoyaron de manera anónima. Hoy que Marilú Amaya se encuentra libre del cáncer y ha iniciado una campaña para apoyar económicamente a su hijo quien ya inició sus estudios de música en Maryland Institute College of Art. “Dios me ha devuelto la salud y me ha hecho entender lo bello que es vivir. Hoy mi hijo está feliz porque estoy sana y porque ya está en la universidad. Con el favor de Nuestro Señor Jesucristo voy a conseguir los fondos necesarios para que haga realidad sus sueños”. Agregó que ella no busca la compasión de las personas, ni mucho menos notoriedad mediática. “Quiero que mi caso sirva de ejemplo para otras mujeres que hoy sufren de cáncer de seno. Me gustaría que todos entien-

FOTO/ALBUM FAMILIAR

Marilú y David Amaya se ayudaron mutuamente durante la etapa de quimioterapia.

dan, principalmente algunos caballeros, que una mujer que lucha contra una enfermedad terminal merece respeto y no ser marginada”. David Amaya (20) es un joven muy dinámico, creativo e independiente. Goza de una voz privilegiada, tiene mucha facilidad para componer y su ceguera no le impide ser un deportista a carta cabal. Por varios años David fue seleccionado para integrar el equipo escolar de

lucha libre del condado de Montgomery. “Todas las personas que quieran ayudar a mi hijo David Amaya deberían asistir a su primer concierto. El evento será el 16 de enero de 2016 a las 2pm en la iglesia San Mateo de Hyattsville (Maryland). Para más información pueden llamar al (202)617-7019. Yo, una sobreviviente de cáncer, se los voy agradecer”, concluyó Marilú Amaya.