Voy a contar la historia de Jorge Lanata

13 ago. 2012 - ley del Talión. Para construir este personaje había que sumergirse en la historia. Hay momentos muy tristes en la obra. Ella cuenta su.
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ESPECTACULOS

Lunes 13 de agosto de 2012

TEATRO s UNIPERSONAL

I

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RADIO s LUIS MAJUL EN LA CORNISA

“Voy a contar la historia de Jorge Lanata” Continuación de la Pág. 1, Col. 4

El actor, caracterizado

Lopardo, en la piel de una “monstrua” Se presenta los lunes en El Espión MARIA SILVINA AJMAT LA NACION “El espectador todavía quiere que le cuenten historias”, reflexiona Omar Lopardo, actor, autor y director de teatro de larga trayectoria. El lunes subirá a escena solo, y de pie frente a su público promete cumplir con ese deber adjudicado a los teatristas. Su nueva obra, La monstrua, contará la historia de la mujer barbuda de un circo de antaño, su amor, su desamor y su venganza. “Quería escribir un monólogo para mí, cuando encontré este excelente texto de Ariel Mastandrea. Tiene una buena historia. Es la mujer barbuda del circo, de la época en que la gente pagaba para ver a los monstruos”, comenta, café mediante y muy entusiasmado. El actor que vivió la masividad del éxito junto con Enrique Pinti en obras, como Salsa criolla o El infierno del Pinti, que probó suerte en la televisión de la mano de Videomatch, para luego arrepentirse y volver a su ámbito natural, el teatro, como director y autor, hoy quiere experimentar otra vez el goce de verse solo en el escenario como único entertainer. Se trata de su tercer unipersonal, y asegura sentirse cómodo con el tipo de trabajo que le exige hacerlo: “Uno elige hacer un unipersonal por varios motivos: por ego, porque es de más fácil realización, y porque a veces la historia de una obra con varios personajes no te pertenece del todo. Quiero sentir que me pertenece”. Convertirse en “la monstrua” le llevó dos años. Tenía el texto, la idea, y el director, Marcelo Mangone. Pero le costó hacerse tiempo entre la gira de su obra, 14 millones y sus compromisos con otros proyectos. “Ahora que todos los actores de 14 millones están en el «Bailando por un sueño» [Grecia Colmenares y los mediáticos Cristian U, Matías Alé, entre otros], tengo unos meses para dedicarme exclusivamente a esto.” Como un equilibrista, Lopardo transita con paso pendulante por el teatro comercial y el independiente con éxito y sin prejuicios. “Así como hay público para lo banal, hay público para otras propuestas, como ésta que presento ahora”, argumenta. Trabaja con actores que él mismo define como “mediáticos” y no reniega de su pasado en el elenco de humoristas de Marcelo Tinelli. Pero tampoco evita opinar: “Los herederos de esta idea de mostrar monstruos del viejo circo están en la televisión de hoy. Lo de Tinelli también es un circo. Son monstruos, y ahí los hay de distintas formas. Hay algunos que son monstruos psiquiátricos”. La obra se sitúa en el circo. La mujer barbuda se prepara para salir a escena. Se maquilla y conversa. Le habla a otra persona, aparentemente una mujer, que está en una caja, aunque no se sabe muy bien quién o qué es. “Le está confesando un crimen, y ahí es cuando revela su propia historia. Allí es donde encuentra el autor una muy buena excusa para vertir opiniones sobre lo bello y lo feo.” Para crear a su “monstrua”, Omar hizo una investigación del origen de este personaje en el circo. “Hay una enfermedad que provoca que a hombres y mujeres les crezca vello en todo el cuerpo y cara. Mi caracterización va por ese lado”, explica. “Luego, había que definir su carácter. Es un ser fronterizo, que bordea las fronteras de la cordura. Maneja otra ética, aplica la ley del Talión. Para construir este personaje había que sumergirse en la historia. Hay momentos muy tristes en la obra. Ella cuenta su historia de desamor, algo que, aunque no seamos monstruos, todos vivimos.”

PARA AGENDAR La monstrua, de Ariel Mastandrea. Teatro: El Espión, Sarandí 766. Lunes, a las 20.30.

persiguió periodistas. Muchos de nosotros somos perseguidos por la AFIP, la pauta oficial o con llamadas a los dueños de nuestros medios para pedir por nuestras cabezas. Los que no dicen que es muy difícil trabajar así es porque están del lado del privilegio. No hay una cosa intermedia. El problema que tenemos es que nosotros, en el periodismo, somos los presos que estamos adentro y sin privilegios para salir. De este lado, es todo crítica y persecución. Que la Presidenta no responda preguntas de periodistas es anormal y difícil para todos nosotros. Mi actitud personal es hacer el mejor periodismo sin quejarme. Una de las respuestas a todo esto es, precisamente, poner mi propio sello editorial, porque siento que no va a ser contaminado por ningún apriete.

Biografía no autorizada Luis Majul redobla su entusiasmo para hablar del proyecto de la biografía de un singular periodista:

Jorge Lanata, además del lanzamiento de su propia editorial. “Empiezo un nuevo proyecto –dice con fervor– que es un sello editorial llamado Margen Izquierdo, una editorial que es mía. Decidí empezarla porque creo que los libros son el medio de comunicación más puro y el menos proclive a ser presionado por los poderes de turno. Cuando empecé a plantear proyectos editoriales [tengo cuatro o cinco en marcha], lo fui a ver a Lanata, que estaba empezando con su tratamiento de diálisis. Sabés que habíamos tenido una fuerte discusión y un juicio que terminó en un acuerdo privado. Tuvimos una relación muy intensa, de mucha pelea. Yo estaba enterado de que había varios que querían hacer su biografía, así que le propuse que utilice la diálisis [que le llevaba cuatro horas diarias, tres veces semanales] para trabajar con cualquier periodista y escriba sus memorias, su autobiografía”, recuerda y se entusiasma. “Le dije: «A pesar de que creo que vas a vivir muchos años, también sé

que hay mucha gente que tiene la fantasía de que en cualquier momento te morís, porque estás en edad de hacerlo. Si no querés que escriban la historia de tu vida de manera escandalosa o deformada, primero escribila vos y que ése sea el primer molde para el libro»”. Al tiempo, Lanata lo llamó para hablar con él. “Me dijo que no le daba el pinet emocional para hacer una tarea de ese tipo porque era de largo aliento. Me dijo, además, que sentía que estaba escribiendo su epitafio y que todavía estaba joven para eso.” Pero Jorge Lanata no desechó el proyecto, sino que le redobló la apuesta con una idea. “La mejor biografía que se puede escribir sobre Majul desamí la tenés que escribir fío a Lanata y se vos”, le dijo. “Me explicó decidió a escribir su que la tenía que hacer yo biografía no autorizada en su propia porque con él había sido editorial un hijo de puta toda la vida. Le dije que no, que no podía ser porque él no se aguantaría la biografía que yo pudiera hacer. Le dije que si yo tuviera que escribir una

GRACIELA CALABRESE

biografía suya, tendría que escribir toda la verdad sobre su relación con Silvina Chediek, su experiencia con las drogas y sus idas y vueltas, e irregularidades que le atribuyen. Me preguntó si creía que él era un cagón que iba a querer controlar su propia biografía. Le dije que no iba a tener ni chance de hacerlo porque terminaríamos peleados.” Pero no todo fue tan fácil. La “discusión” siguió, y Jorge Lanata insistió asegurando que a él no le importaba nada. “Sentía que estaba jugado. Lo desafié, insistí, y me preguntó si tenía un grabador. Justo tenía una cámara de video que había llevado para un trabajo de La cornisa, y ahí empecé a hacerle la primera de las más de veinte entrevistas que tengo. Ya en esa primera entrevista, activado por el impulso de que no tenía miedo, que no le importaba nada, me contó toda su vida. O sea, no se opuso a que yo hablara con fuentes, ni se puede oponer, tampoco, porque es una biografía no autorizada. Ese es el mayor desafío que tengo”, concluye.