“VAMOS, QUE LA HE LIAO PARDA” Para quien no lo sepa, esta frase la dijo una socorrista bastante imprudente que salió en las noticias de antena 3. Esta fan de “Flipy” del hormiguero, se puso a jugar al Quimicefa en la piscina de una comunidad de vecinos y provocó una nube tóxica. Con “vamos, que la he liao parda” resumió lo que había pasado tras mezclar ácido clorhídrico con sulfato de “no sé lo que era”, y producir “una reacción que flipas”, palabras textuales. Parece que no le sirvió mucho ese consejo de “no lo intenten en sus casas”. Por suerte, todo quedó en un susto, pero para desgracia de la muchacha, existe YOUTUBE. No solo se ha hecho famosa como “la socorrista tóxica”, sino que su frase ya forma parte del vocabulario de muchos españoles que no la habían escuchado nunca. Espero que después haya encontrado trabajo, aunque con seguridad no estará relacionado con los primeros auxilios. La publicidad, el cine, la televisión, nos han regalado muchas de estas frases. A veces son improvisadas y otras, muy bien estudiadas. Son cortas y tienen ese algo diferente que hacen que no sirva cualquiera. Muchos publicistas incluso han fracasado en su intento. Las pueden decir personajes conocidos, o espontáneos que se vuelven conocidos como en este caso. Un día salta la chispa y corren como la pólvora (y ahora con internet, mucho más rápido). Algunas de ellas se vuelven míticas y perduran incluso décadas. Surgirán nuevas, algunas serán pasajeras, pero muchas de estas frases quedarán impresas en la memoria colectiva sirviendo de muletillas en nuestras conversaciones… - “Hola, ¿es el enemigo…? ¡Que se ponga!”. - Qué iba a decirte, enemigo…“¿te gusta conducir?”. - Hombre pues “si hay que ir, se va”. - Y… “¿Qué hay de nuevo viejo…? ¿Cómo están ustedes?” - Pues ya ves, que “la noche me confunde”.
- ¡Ah!, saliste ayer, ¿eh? Y...“¿Cómo estaba la plaza?” - “Abarrotá” y hoy estoy que “no siento las piernas”. - Anda que “¡Manda huevos!”. - Pero lo peor es que, “¡Ojo al dato…! ¡El mineralismo va a llegarrrr!” - Eso es “raro, raro, raro”, porque “España va bien”. - ¿Y tú que sabes?.... “¿Por qué no te callas?”. - No me callo básicamente porque yo “he venido aquí a hablar de mi libro”. - “¡Qué te calles, Karmele! ¡Qué te pego, leche!” - A mí no me vaciles “Sole, ¡qué te meto con el mechero!” - “¡Quieto todo el mundo!” y “¡se sienten, coño!” - Váyase usted “¡A la mierda!” - “Estamos trabajando en ello”. - “¿¿Encanna???”, anda hija, “un poquito de porfavó”, “bi guater mai fren”. Y… hasta aquí puedo leer… Esto es todo, amigos… Sayonara, baby.