He venido hasta aquí para deciros que vuestro

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EL INCIERTO FUTURO DE IRAK

EL CORREO MIÉRCOLES, 22 DE MARZO DE 2006

Rebeldes matan a 17 policías al intentar liberar a compañeros AGENCIAS BAGDAD

LA MADRE PACIFISTA. Cindy Sheehan saluda al público tras ser presentada por Susan Sarandon. / REUTERS

«He venido hasta aquí para deciros que vuestro presidente os miente» Una doctora iraquí denuncia en el concierto antibelicista de Nueva York que EE UU apoya los ‘escuadrones de la muerte’ Susan Sarandon y la ‘madre pacifista’, entre los asistentes MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL. NUEVA YORK

Susan Sarandon estaba divina, como siempre; el cantante de REM, Michael Stipe, está acostumbrado a posar; la banda de Fishensprooner iba vestida para la actuación, con trajes dorados y brillantina; y hasta la madre pacifista, Cindy Sheehan, posa ya con la naturalidad de una estrella de rock. Pero la doctora iraquí Entesar Mohammed Ariabe, que permanecía de pie junto a ellos, aguantando el tropel de flashes con toda dignidad, no esbozó ni una sonrisa de más. «He venido hasta aquí para deciros que vuestro presidente os miente», dijo al fin, cuando le tocó el turno en el escenario del Hammerstein Ballroom de Nueva York, donde las protestas por el tercer aniversario de la invasión iraquí culminaron con un macroconcierto antibélico. «Dice que nos ha llevado la democracia y la libertad, pero no es cierto. Tenemos un Gobierno sectario que mata y secuestra a nuestros hombres con el apoyo de los estadounidenses». La madre pacifista había transformado su atuendo para la ocasión con una moderna falda ma@@h? @@h? @@h? @@h? @@h? @@h? @@h? @@h? @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@ @@g @@g @@g @@g @@g @@g @@g @@g @@g @@g @@g

rrón, mal combinada con una camiseta rosa, medias blancas y zapatillas chinas, pero la doctora Ariabe ni siquiera se había cambiado el pañuelo de la cabeza por uno de seda. Si ha dejado aparcado durante tres semanas su trabajo en el hospital de Amaria City, en Bagdad, para ir a Estados Unidos esponsorizada por la organización de mujeres por la paz Code Pink, es porque cree que los medios de comunicación no cuentan lo que realmente ocurre en su país. Hace más de un año que los rumores de ‘escuadrones de la muerte’ chiís que ejecutan a hombres de la minoría suní, a la que se cree detrás de la insurgencia, se han plasmado lentamente en una realidad que hasta Washington reconoce abiertamente. Bush la llama «violencia sectaria», y pone la responsabilidad de eliminarla en el Ejecutivo iraquí, al que se acusa de fundar estos grupos. Incluso el embajador norteamericano en Bagdad, Zalmay Jalilzad, amenazó hace un mes al Gobierno local con retirarle la ayuda si no permite que la cartera de Interior, de la que dependen las fuerzas armadas y policiales, pase a manos de sunís o kurdos. Cualquiera que esté libre de sospecha.

entrena la comunidad internacional. «Aparecen impunemente de madrugada, cuando las calles están desiertas por el toque de queda y nadie se atreve a salir. Llegan en 20 ó 30 coches por las carreteras que custodian los americanos. Se llevan a todos los hombres mayores de 15 años, con una bolsa de plástico en la cabeza, sin decir por qué o a dónde».

En el escenario los artistas cantaron viejos himnos de Vietnam. La madre pacifista coreó consignas contra la guerra y el público las repitió a pleno pulmón, eufórico de poder compartir su frustración con la masa. «Si yo pudiera traeros las canciones de mi pueblo sé que os entristecerían», les respondió Amaria. «No os imagináis lo que veo cada día. Los bombardeos continúan. En mi hospital no tenemos ni lo más básico para tratar a los heridos. La violencia en las calles es tal que no puedo mandar a mis hijas al colegio. En mi país ya no hay vida, sólo se oyen las canciones de la muerte». m.gallego-elcorreo.com

Asesinato de civiles a manos de ‘marines’

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Uniformes oficiales

«En mi hospital no tenemos ni lo más básico para tratar a los heridos» ? ?

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Según el testimonio que la doctora Amaria dio a este periódico antes de subir al escenario, las milicias que forman los ‘escuadrones de la muerte’ visten uniformes de las nuevas fuerzas iraquíes que

Diecisiete policías y tres rebeldes perdieron la vida ayer en un ataque simultáneo de entre 100 y 150 insurgentes armados con fusiles y lanzagranadas contra una comisaría de policía, un tribunal y una oficina de coordinación militar iraquíestadounidense de la localidad suní de Mukdadiya, a 85 kilómetros al norte de Bagdad. Al parecer, la operación terrorista estaba encaminada a liberar a unos 250 detenidos en una cárcel de la zona, aunque, según fuentes oficiales, sólo 33 prisioneros lograron huir. El asalto comenzó con el disparo de un mortero contra el complejo judicial y policial, y la irrupción de los atacantes de madrugada a bordo de un gran número de automóviles y camiones. Después de incendiar el cuartel, los insurgentes detonaron una serie de artefactos explosivos mientras intentaban liberar a sus camaradas retenidos. La llegada de soldados iraquíes y estadounidenses obligó a los rebeldes a retirarse, llevándose consigo los cuerpos de sus compañeros muertos. Horas después, una bomba que estalló en Baquba, a sesenta kilómetros al noreste de la capital. Además, una persona falleció en Mosul al explotar un coche bomba junto a la carpa que acogía el funeral del director de una empresa de productos petroleros asesinado el lunes, y un soldado estadounidense murió por disparos cuando patrullaba por las calles del oeste de Bagdad. Además, doce cadáveres de hombres y adolescentes asesinados y con signos de haber sido torturados fueron hallados el lunes en distintas áreas de Bagdad, según se supo ayer. Más de 1.000 personas han muerto en acciones de violencia sectaria desatada tras el atentado de febrero contra un santuario chií de Samarra.

Un forense examina los cadáveres localizados en noviembre. / AP

El Ejército norteamericano investiga la muerte dos grupos de civiles, que, según policías iraquíes, fueron asesinados por marines. Los testigos denuncian que hace una semana once miembros de una familia fueron tiroteados cuando se encontraban en su domicilio. Los militares reconocen el suceso, aunque reducen el número de víctimas a cuatro y argumentan que entre ellas había un insurgente. Según la revista ‘Time’, las tropas asesinaron a otros quince civiles –entre ellos a tres niños– en noviembre de 2005 como venganza después de que una bomba terminase con la vida de un marine.