1ª edición: Enero 2014 © Marcelo Caputo, 2013
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- Prólogo -
“…Una palabra tuya bastará para sanarme…” así fue como el centurión de Cafarnaúm le habló a Jesús.
Me aferro a aquello de que “si puedes hacer algo, hazlo”. Si tan solo una de éstas humildes palabras aquietan una sola mente, acarician un solo corazón o regalan serenidad a un alma… daré por cumplida mi misión.
Marcelo Caputo Diciembre de 2013
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El poeta cansado, se sentó al pie de la montaña. Sus ojos fatigados contemplaron la majestuosidad y sintió respeto, admiración. La fe que alimenta los días era su fruta prohibida Las estructuras, las filosofías y las costumbres quedaron a la vera del camino. Su sonrisa se convertía en la alegría que poblaba la comarca. El poeta le contó su secreto al viento. Y ante Dios como juez y testigo, juro que es cierto lo que digo: El es hombre que celebra el amor y respeta el olvido.
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De pequeño solía caminar descalzo sobre la arena blanca y tibia, en la orilla del mar que bañaba mi pueblo. Guiado por antiguas leyendas que decían que si uno caminaba lo suficiente, llegaría a tierras donde habitaban las sirenas. Hoy, después de algunas décadas, me he alejado tanto de mi hogar que es inútil volver, y sigo buscándote, en esa misma arena blanca y tibia, en la orilla del mar que baña otro pueblo.
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Voy a empezar a creer un poco en Dios, así tengo con quien hablar... y a quien echarle toda la culpa.
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Somos dos bibliotecas, pero de distintos estilos. Ambos guardamos libros, pero de diferentes autores. Los dos leemos versos, pero de opuestas narrativas. Tenemos sed de letras, pero usted bebe blanco y yo tinto. Gustamos los mismos poemas, pero en métricas dispares. Al final, somos tan desiguales, que somos lo mismo.
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Soy persona de pocos amigos. Porque no necesito estar rodeado para sentirme acompañado. Porque con los que tengo basta. En fin, si mis amigos fueran los suyos, sabría de lo que hablo.
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Ver mis labios te excita. Por eso nos escribimos, nos leemos o utilizamos el teléfono. No podemos vernos y todo por culpa de mis labios. Podemos soñar lo mismo, pensar igual o distinto, escuchar música o ese millón de cosas que se pueden imaginar. Me colocas una máscara o simplemente hablas conmigo desde el otro lado del muro, porque ver mis labios te excita. MALDITOS LABIOS.
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Que bonito los niños, aman con el corazón porque aún no conocen la calculadora.
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El viento se lleva ahora las melodías de mi canto y las deja posar como un ave cansada en tus oídos. Es que ya te he dicho todo, solo me quedan un puñado de miradas silenciosas y mis manos con ansias de recoger cada una de las lágrimas que recorren tu bello rostro. Mis versos se apagan poco a poco, pues para iluminar mi cielo comienza a amanecer tu día. Deja pues amada mía que el sol estalle en lo alto, y festejemos hoy el resto de nuestras vidas.
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No permitas que la vida te devore. Cualquier animal puede resistirse aún estando dentro del horno.
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Vivimos en el mismo mundo pero de manera distinta. Tu universo consta, entre otras cosas, de escoba, papeles y mañanas de oficinas. Mientras que yo estoy rodeado por sueños que son alimentados por otros sueños. A primera vista, irreconciliables vidas las nuestras, aún haciendo fuerza. A segunda vista, intercambiamos tus realidades por mis fantasías y negociamos una tregua, entre mis caminos de nubes y tus calles de cemento.
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Muchas veces la estrategia más radical es ser uno mismo.
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Gracias por alterarme, esta cordura me estaba volviendo loco.
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Instantes encuadernados con hilos de oro y listos para ser guardados en un cofre. Verte en una calle cualquiera de una ciudad perdida en el medio del todo. Congelar esos minutos que tus ojos me regalan solo cuando se te antoja. Casualmente adrede cruzarnos en algún lugar donde todos nos miran, pero nadie nos importa. Nadie excepto nosotros, que nos vemos, nos congelamos y nos miramos. Comenzar el día viéndote desde muy lejos, por la tarde cara a cara y la noche que ya no importa, mientras las estrellas estén brillando a escondidas arriba de las sábanas que nos cubren.
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Estamos programados a nivel celular para boicotear nuestras vidas. La única solución es el amor, no el de telenovelas, sino el más glorioso sentimiento que proviene de nuestra fibra más íntima.
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Muchos problemas, muchas cargas, demasiadas idas y ninguna vuelta. Pocas alegrías, pocas oportunidades, cien mil cigarrillos y apenas un respiro. Puros números y ningún beso, muchas noches y poquitos sueños. La vida no es así, la vida es de otra forma.
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Ni Romeo ni Aquiles. Los besos no se entienden, los besos se roban, se regalan. El amor no es un trapecista haciendo equilibrio mientras camina por una cuerda finita en lo alto... sino mas bien un alocado que salta al vacío desde un avión a diez mil metros de altitud, sin pensar si lleva o no un paracaídas. El amor es justamente eso: la ausencia de entendimiento, la carencia de límites y quizás hasta el desborde de besos... todas las veces.
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Ama y cuida lo que posees hoy por que no siempre lo tendrás.
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El primer y gran requisito para que un sueño se convierta en realidad es haberlo soñado.
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Fue una de esas tardes como tantas otras, tan común que podría haber no pasado y seguiríamos con vida. Por que no hablamos, no nos vimos, no nos mostramos, no nos leímos. Hoy no estuviste como otras tardes, haciéndome esas juguetonas escenas de celos por una fotografía antigua o por cualquier otra tontería. Esta tarde no nos tuvimos. Esta tarde ordinaria podría haber no existido y no nos hubiéramos dado cuenta, porque esta tarde no cuenta.
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Sí, ya sé lo que me va a decir… que es por mi bien que no quiere acercarse y que no quiere causarme problemas. Deje de usarme como excusa. Vamos, que puede inventarse otros pretextos mas creíbles y personalizados.
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Aquel que ha generado un latido más en un corazón incierto, o quien con una palabra ha marcado un camino a seguir, es bendecido por la vida, porque ha entendido el sentido de la existencia. Aquel que ha aprendido a vivir para otro, puede estar tranquilo que ya tiene su butaca ganada en el paraíso.
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Somos seres sentimentalmente impuntuales.
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Al fin y al cabo, la soledad es la única compañera que jamás te abandonará.
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De vez en cuando necesito alguien que me cure, que me proteja, me brinde consejos acertados, que me guíe y me lleve de la mano por el costado de la carretera. Alguien por quien merezca la pena vivir y morir. Entonces hago cuentas desgarrando la calculadora y los números salen al revés, y me veo ahí otra vez diciéndome: Marcelo, los ángeles y los milagros solo viven en los libros de cuentos.
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Uno de los más profundos defectos del ser humano moderno, es la negación absoluta de la evolución natural y necesaria a la que debería prestarse con satisfacción y serenidad. Un mundo nuevo, requiere gente nueva.
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Llevo tus besos atornillados en la pared interna de mis labios. Tu perfume ambienta aún mi bosque ahora desolado. Vamos caminando la vida en veredas distintas, pero por la misma calle.
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Es inútil luchar contra la estructura íntima que sostiene mi ser. A pesar de detestarla profundamente por momentos, sigo siempre atento al teléfono, esperando su llamado. Estimada señora, utilicemos munición más destructiva, así haremos menos prolongado este sufrimiento.
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Existo porque sabes que existo.
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Mi infinito es suyo. Sea usted eternamente mía.
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La música es el espacio que existe entre el todo y la nada. Es tu palabra y mi silencio. El golpeteo de las gotas de lluvia en las chapas de zinc o en el pavimento. Los árboles que, con sus hojas y ramas, aplauden el paso del viento. El sonido monótono de las teclas de esa máquina de escribir, que es un puente hacia el ser. Es el espacio que transcurre entre el nacer y el morir. La música es el momento en el que estamos más cerca del cielo que las nubes más altas.
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Ella sirve ese aromático té de menta en dos vasos comunes, de esos de plástico, mientras yo le cuento que el amor es un campo de batalla del que siempre saldremos heridos, pero con vida.
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Finalmente ella borró de un plumazo a su último gran amor. Años antes había hecho lo mismo, pero con otro amor más viejo y oscuro. Ella iba por la vida derrumbando amores sin saber que en realidad era el amor quien la derrumbaba.
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En el primer segundo pienso que podríamos escalar juntos la montaña más alta del mundo. En el segundo siguiente mi pensamiento nos encuentra separados por millones de kilómetros. En el tercer segundo soy feliz por que no pienso.
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Cuando te digo adiós... hasta los puntos suspensivos
duelen en el alma.
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Eres una mujer con dos domicilios:
uno en tu casa, otro en mis sueños.
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¿Quieres un poco de realidad? Bien, quédate con esa soga envuelta en el cuello al borde del puente sobre el río caudaloso. Ya ves, para eso existen los sueños, para no meterse una bala en la cabeza.
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El amor no es para estar así, sino de otra forma.
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Prefiero morir por ti que vivir sin ti.
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Ella es un rayo, el haz de luz en la tormenta. Es una idea fija en la mitad de otras ideas que van y que vienen. Ella es la adecuada cantidad de veneno. Una incontrolable energía natural que se me pega en la piel. Y sin querer desbordar con palabras bonitas ni cantar música de carrusel, sentencio: Mujer, jamás voy a olvidarte aunque me lo solicites en juramento.
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Desnudos y llorando venimos... vestidos y sonriendo nos vamos. En el medio tratamos de dejar nuestro legado. Después de todo eso es la vida, una misión que debemos cumplir.
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Me llevas de la cima del placer a cortar el césped o lavar los platos para calmar y congelar los deseos. Del centro del sol directamente al centro de la tierra. Podría decir que me estas volviendo completamente loco, pero solo digo tu nombre.
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Si el día de hoy fueran todos los días, pensaría seriamente en vivir el día de ayer hasta que llegue el día de mañana.
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Y yo que me creí el león feroz e intimidante... y no fui más que el cachorrito castigado por el látigo del domador.
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"La dicotomía termina acá…" ¡Bravo! así se habla, así se actúa... eso es decisión, poder, confianza y determinación, ese es el significado de no bajar los brazos. Viste que no era tan difícil mostrarle las garras al mundo, lástima que el primero en el mundo fui yo, pero lo acepto, generalmente el manotazo inicial suele lastimar a quien más cerca se tiene.
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Tanta diplomacia y oratoria que he empleado, que podría terminar en guerra y a pleno insulto. Después de todo, de que sirven las palabras en este mundo de acciones. Más pienso y menos actúo, más espero y menos obtengo. Al final, es la pluma contra la espada.
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- ¿Dónde estás? - Estoy en el mundo… - Es por eso que no te encuentro, yo te buscaba en el paraíso.
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Las mañanas tienen 24 horas cuando no despierto a tu lado. Los días duran 12 meses cuando no te veo. La vida pasa lenta y duele, porque no te tengo.
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Me resulta extremadamente estimulante el hecho de tener el conocimiento fáctico de tus labios y tu piel. Ser perfectamente consciente de que las variantes lógicas golpean tu puerta. Amo tus pensamientos y tu forma de pensar. En definitiva, te siento como mi propia leona, salvaje y analítica.
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“Poema de campo”
Ni con las achuras al aire voy a aflojar la manija, porque nací chúcaro, y bagual voy a cantar al carnero. Y si mi prenda empieza a boliarse y aunque solo me quede la bordona nunca seré carne de paloma ni voy a mostrar la hilacha.
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Dándome por aludido y notificado de tu decisión, me marcho. Pero por favor permíteme solo dos cosas: 1- El portazo lo voy a dar yo al salir. 2- Cuando se pide un deseo, hay que tener tiempo para disfrutarlo si se cumple. Gracias por todo. Hasta otro momento.
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Una canción que siempre me recuerda ese momento en el que supe que tus labios no estaban pintados en acrílico sobre madera. Esa melodía que canto todos los días, apenas un segundo después de abrir los ojos. Pero tanta felicidad se derrumba y se transforma en desdicha, porque veo que no estás a mi lado y vuelvo a creer que eres apenas un cuadro bonito pintado en acrílico sobre madera.
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- Aquí traigo rosas y diamantes para conquistarte… Y ella respondió: - Solo basta un beso en la nuca mientras estoy cocinando.
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Complacer un pequeño capricho tuyo a las nueve de la mañana se ha transformado en el principal motivo para despertar a las ocho.
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¿Qué hizo Dios cuando me creó? Olvidó colocarme a tu lado.
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Somos herramientas del destino. Desafortunadamente no vinimos con manual de instrucciones.
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La barca es pequeña pero navegaremos los dos, si llevamos un remo cada uno.
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No utilices la matemática para medir la intensidad de mis versos.
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Y con estos sentimientos que explotan en el alma escribo mi deseo en un papel que arrojo al río caudaloso. Quizás el destino revierta esta corriente y me devuelva ese mismo papel convertido en un galeón que te trae a mi lado.
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El sabe que necesitas soluciones inmediatas, hoy mismo, ya mismo. Que no son suficientes esos garabatos en una servilleta de papel. El apremio es presente. Urgencia demanda tu vida. Entonces el dolor es más profundo en él, pero quizás puedas ayudarlo a conjugarte en presente.
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Cuando no se logra convencer, se intenta obligar.
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Evolucionar no significa cambiar nuestra apariencia, sino modificar nuestra forma de pensar y sentir.
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Quiero un mapa del cielo, con una X gigante que indique donde está exactamente el paraíso. El mapa de tu cuerpo no lo necesito, porque quiero recorrerlo durante toda mi vida y cometer la locura de perderme, si es necesario, para nunca volver a encontrarme.
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La felicidad infinita existe, solo que es intermitente como las lucecitas de los árboles de navidad.
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Nada mejor que el piso para rebotar.
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De nada sirve el tiempo si no lo usamos para ser felices.
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Vamos ya. Partamos antes de que el gallo despierte al día. Bajo el manto de la noche sigamos el camino de las estrellas que nos llevan más lejos del más allá. Sigamos el rumbo del viento que sopla frío en estos campos que son verdes de día y plateados espejos cuando canta la luna.
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Eres un ser interesante como tantos otros, pero de tantos otros seres, eres el único que me interesa.
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Quiero vivir junto a Usted, pero no quiero morir a su lado. Porque estando a su lado quiero vivir para siempre.
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Permítame amarla sin pedirle nada a cambio.
Déjeme alquilarle mis sueños y robarle una mirada. Y ya que tengo una vida tranquila, considere regalarme sus problemas.
Intente cocinar esta receta que es tan sencilla como hacer galletas con chispas de chocolate
que ya con eso, me hace feliz.
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Si puedes definir al amor, no es amor lo que estas definiendo.
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La brillantez de un diamante no está en la roca que se hizo transparente con el tiempo, está en los ojos de quien la mira.
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Mi corazón, el mismo que late por los dos, nos dará la vida. Tu sonrisa, se convertirá en la alegría que nos inunde para siempre. Verás que, aunque amándote en silencio, gritaré tu nombre a las montañas… y con lo que me reste de aliento, continuaré conjugándote, en infinitivo.
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¿Quieres la sangre de mi corazón? La tienes en tus manos. ¿Te apetece mi respiración? Te rodea ahora mismo. ¿Pretendes toda mi vida? Te pertenece desde la primera mirada.
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Miénteme, regálame sonrisas efímeras, pero déjame ser tu ángel. Se una muralla impenetrable, vete lejos, pero permíteme recordarte cada día. Minimiza mi fascinación, quema mis versos, pero no olvides mi nombre. Hazme llorar, mírame con desdén, pero no me quites la vida con tu silencio.
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Jamás reprimas un sentimiento. Enséñale a andar por la vida y mientras tanto aprende de el.
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De todos los momentos de la vida, el más poderoso es aquel instante en el que me sonríes.
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Voy a escribir cualquier cosa pero seguro en una estrofa te nombro. Aunque seas veneno que quema quiero morir entre tus hombros. Voy a salir a buscarte y aunque seguro te pierdo voy a dejarte mis labios para besarte. Y con alcohol voy a olvidarte aunque mis penas te recuerden. Como en las noches de invierno voy a quemarme en tu hoguera y desde las grises cenizas te digo: no es adiós, sino hasta luego.
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Y sí, que quiere que le diga… hay cosas que nunca voy a entender, secretos que jamás se develarán. Ya ve, en lo que me resta de vida tendré que coexistir con mi ignorancia, que me come las tripas y siempre se queda con hambre.
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Somos dos locos intentando controlar un huracán, con un rayo en una mano y una tormenta en la otra. Somos dos locos que de tanto procurar nuestra cordura nos volvemos mucho más locos.
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No quiero tu sustantivo. Lo que pretendo es tu verbo.
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Nunca jamás en toda tu vida vuelvas a atreverte a pedirme un beso. Róbamelo.
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Si no te gusta puedes mirar para otro lado o retirarte. Puedes apreciar una gran obra de arte de algún artista del renacimiento. Si no te gusta nadie te obliga a quedarte y sentir presión o depresión. Esto es violentamente democrático, es tú elección, yo solo propongo. Si no te gusta no me pidas otra cosa solo por el hecho de complacerte, porque no tengo grises, solo tengo las dos puntas del arcoíris. Porque a mi tampoco me gusta que estés leyendo algo que no te gusta.
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No necesito cien consejos, sino solo una idea.
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Es bonita la idea de tener suerte para ganar, pero inmensamente más maravilloso es tener valor para conquistar.
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No te hablo a ti, le hablo a tu fotografía, pues a ti no te conozco pero a tu figura la sé de memoria. Le confieso mi amor a los ojos de este retrato tuyo, a este rostro sonriente que me alienta, que me ilusiona. Pero tú y tu imagen continúan en silencio.
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Escríbeme palabras dulces después de irte, porque solo podré leerte. Ya tus labios que me componen sinfonías se habrán marchado. Déjame algo con lo que pueda sobrevivir a tu ausencia.
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No creo en Dios, de puro humano nomás. Pero si creyera, le agradecería todos los días por la luna, el sol, este mundo y por haberte creado.
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Nunca nadie me hizo sentir así, un insignificante cachorrito de perro sin raza o el más inmenso campeón de todo el universo.
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Cada vez que me despiertas te miro como si no te hubiese visto en años. Es que pasan décadas mientras te sueño cada noche.
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Ella lo tenía todo, y de tanto que tenía se quedó sin nada.
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La indiferencia es el arma más letal.
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El amor solo existe en los libros de poesías. En la vida cotidiana es una sucesión matemática que comienza con la fascinación, continúa con el romance y se eterniza en el hábito.
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Dejaré lo que siento por ella, por los otros, y por todos. Arrancaré las raíces que me tienen preso en este bosque, y partiré a otro lado, algún lugar que me permita estar, solo eso, estar. Y en la soledad pura, podré olvidarme de ustedes, de sus caras, de sus cuerpos, pero conservaré vuestra esencia y me cobijaré con los recuerdos de aquellos que conocí y todo aquello que tuve.
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Somos saludablemente distintos.
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Un día te entregue mi razón y mi locura. Ese día son todos los días.
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Me gusta pensarte sin vencimiento, eterna, cometiendo los más tontos errores,
y los mas profundos aciertos. Me ilusiona fantasear con tus miles de defectos, divididos por tus millones de virtudes.
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Créeme, si pudiera dormir lo haría, pero solo teniendo la certeza de que soñare toda la noche contigo a mi lado.
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Tímidamente la invité: - Vente conmigo al paraíso… Y ella contestó con dulzura: - ¿ No ves que ya estamos aquí ?
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Había una vez el lomo de un perro solitario buscando la caricia de un extraño.
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Ave, préstame tus alas para ver desde el cielo lo que pasa aquí en el llano. Y cuando esté yo entre las nubes buscare otras alas, las de mí ángel que desde la pradera ilumina al amanecer. Ave, cuando devuelva tus alas cuídanos, a mi ángel y a mí. Vela por nuestro amor eterno y dibuja un camino para los dos.
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Comparte tus lágrimas conmigo. Permite que sea como la arena del desierto y me alimente con el agua de tus ojos.
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Mi pecho, que apenas puede contener a este corazón que explota. Y entonces tu mano, que lo deja latiendo al ritmo de las caricias.
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Se me figura en un instante que eres una ola, nunca sé si vienes hacia mí o si regresas al mar profundo. Y continúo mi marcha sombría hacia una tierra de misterios, un camino hacia adentro, dejando que mi alma se aquiete y permita entrar la brisa cálida del mañana. Así, esperando reconocer mi amor en otra figura.
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¿Porqué no podemos vivir en el pasado pero el pasado sí puede vivir en nosotros ?
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En el océano de tus ojos puedo cultivar perlas, o si lo prefieres puedo prepararte un rico desayuno.
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- ¿ Bebemos algo? - Sí. - Bien, yo llevo el vino y las preguntas, tu trae las copas y las respuestas.
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Te admiro profundamente. Yo no podría quedarme inmóvil viéndote del otro lado del vidrio, con frío y mojándote debajo de la lluvia.
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Prefiero cometer algunos errores tratando de hacer lo correcto, que lograr la perfección habiendo estado inerte.
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Tus ojos son más poderosos que el juramento de no mirarte. Tus labios son más fuertes que la promesa de no hablarte. Toda tú eres más que todo yo.
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Podríamos vivir un romance entre paréntesis o una realidad entre comillas, lo más importante estará antes del punto y aparte.
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Tu miedo, pueblo mío, me asusta. Un minuto de silencio por mi ciudad. Una hora de silencio por mi país. Una eternidad en silencio por mi raza que involuciona día a día.
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El mundo llora a los grandes seres que han marcado e iluminado el rumbo, cuando lo que debería hacer es imitarlos.
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Parte del gran desequilibrio del hombre radica en sus amplios conocimientos sobre el cosmos o las matemáticas, y su salvaje ignorancia sobre el amor, la paz o la dignidad.
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Mi vida es casi perfecta y tan soñada que debo escribir sobre los males cotidianos del mundo y las gentes para sentirme un poco más humano y no un simple imbécil sin problemas.
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“Macho” es aquel que tiene los testículos lo suficientemente grandes y bien puestos como para llorar sin sentir vergüenza.
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Cuando hay que agradecer, el ateo dice "Gracias a mí". Yo me considero un poco más amplio y digo: "Gracias a Dios y a mí". Yo hago mi parte, él hace la suya.
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La sociedad golpea a nuestra puerta y nos dice lo que podemos hacer. En ese momento me gustaría vivir en un planeta donde estuviéramos los dos solos.
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Temo no ser como me deseas. Me inquieta no llegar a darte todo lo que esperas de mí. Y VICEVERSA.
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Y yo desesperado intentando cruzarme delante de tu mirada… para que sepas que existo.
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El ser humano es tan versátil que después de solicitar su propio fusilamiento, clama por su vida.
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Somos tan tontos que inventamos nombres para identificar nuestros sentimientos, y luego vamos al diccionario a buscar sus definiciones.
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Nuestra sed ingobernable nos ha llevado a beber el agua del manantial más inmaculado, y también nos ha obligado a ingerir el más letal de los venenos.
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Hay personas que sobreviven y son noticia... hay quienes viven y hacen historia.
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La primera estrella que se muestra en el cielo y la última que se va al amanecer. En realidad la única estrella que quiero ver.
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¡Máteme! Cuenta usted con mi permiso.
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Esas mujeres que lo vuelven a uno más loco de lo que uno mismo podría volverse por sí solo.
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El día que Dios reparte los problemas, prefiero no asistir a la reunión.
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Dar lo que podemos sin quedarnos vacíos, es un buen comienzo.
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Cuéntale a una mujer tus secretos superficiales, los más recónditos los adivinará.
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Hoy me llamaste para advertirme que llegarías dos horas tarde. Maldito sea este amor por ti que no te he dicho, no sé si eres una mujer muy responsable o si me extrañas y sufres cada minuto que no estás conmigo.
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Me quitaré este disfraz de poeta, cambiando el aroma a rimas y tinta por el olor del tabaco y la cotidianidad. Ya no esperaré ansioso las tardes de verano cuando llegaba a tu pórtico. Viviré sin prisa y con olvido.
134
Somos seres con el deber de hacer feliz y el derecho de serlo.
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Ella creyó ser un espejo que me reflejaba, sin embargo fue tan transparente como el aire.
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El mundo no es tan grande como crees si estás dispuesto a caminar.
137
Tú y yo no somos dos, somos solo uno para los dos.
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La paranoia, la enfermedad del pecador, de los indecisos y de los corazones analfabetos.
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Si debo elegir entre la realidad y la fantasía, mi voto es en blanco.
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Un buen día florece cuando despierto pensando en ti después de haberte soñado toda la noche.
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Estando en mitad del desierto, el agua que te he ofrecido tantas veces para sobrevivir se ha evaporado. Ya lo ves, tanto negamos algo y tanto lo perdemos.
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Quien ha perdido la memoria es que no tiene nada que recordar.
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El amor es como la lotería: si no estás dispuesto a apostar, nunca vas a ganar.
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Desde hoy tengo una nueva costumbre:
imaginarnos juntos.
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Con o sin tu consentimiento
voy a dedicar las horas más largas del día a pensarte.
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Es hora ya de quitarnos ese maldito hábito de amar con la mente y pensar con el corazón.
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He sido excesivamente sutil, o demasiado estúpido. Aunque prefiero que me juzgues por cometer el primero de los dos pecados.
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Contigo arriesgo la vida con cada latido.
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Me enamora el espacio que existe entre tus cientos de signos de pregunta y tus miles de signos de admiración.
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No conozcas a nadie, hasta que me conozcas a mí.
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Por favor, arranca cada una de mis células y hazme renacer junto a ti, no dejes que me marchite como una hoja en otoño.
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Señora, sí, a Usted me dirijo. Así es... pregunte una y otra vez y la respuesta será siempre la misma. Es por Usted que sangra mi pluma.
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Enséñame la verdad con la que el universo te ha bendecido, dijo el poeta al niño que estaba descansando bajo la sombra de un añoso árbol. El pequeño, sin temor pero con respeto, le habló diciendo: - El amor es parte de ti como tu parte del vasto universo, invadiéndote, conquistando las tierras de tu ser más íntimo, allí donde preservas tus tesoros gigantes. Y cuando los días se transformen en odiseas inconquistables, a la luz de un sol que parece brillar para los otros, ese mismo sol estallará en tu cielo. Porque la felicidad es la gloria verdadera del ser junto a sí mismo. Las horas pasaron y la luna se apoderó del cielo profundo. Y finalmente el poeta dijo: - Yo muero lentamente, poema tras poema. Gracias a ti niño, por que con cada palabra, me has regalado un pequeño fragmento de tu vida, porque ese que eres tu, es quien yo deseo ser.
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- Epílogo Cuando nuestros ojos están cerrados hay quienes nos despiertan. Los hay quienes nos inspiran cuando estamos aletargados. Sin nombres propios, solo existen seres que actúan sobre nosotros. Inquietantes mujeres y hombres siniestros, o viceversa, gente extraordinaria o personas cotidianas, por quienes sentimos amor o desdén. Así imagino la verdad absoluta: como una vasija que se ha partido en millones de pequeños fragmentos. Antes de rubricar éste libro, debo confesar que he ido encontrando partes de mí en todas partes. Y como se requiere, intento armar esta vida, de a poco pero juntos. Gracias.
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Fragmentos del Ser Marcelo Caputo
Obra registrada en SafeCreative Registro de propiedad intelectual. Todos los derechos reservados. Copyright Marcelo Caputo 2013.
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