Segundo Trimestre —Tercer sábado—

18 de abril

Un instrumento eficaz (Pu blicaciones)

Propósito del programa Mostrar cómo la obra de las publicaciones de la iglesia ha sido un medio poderoso a través de los colportores para difundir las verdades de la Biblia.

Al director Este programa se puede realizar con entradas y salidas. Primer y segundo participante entran juntos.

Recomendaciones  Decore la iglesia con figuras de libros hechas en cartulina o cualquier otro material.  Invite a algunos colportores para que testifiquen sobre las almas alcanzadas a través de su trabajo. (Esto puede ser en el misionero).  Invite una agrupación o solista para un mini-concierto.  Preparar regalos para los colportores que estén presente en la actividad. Entregar un certificado de reconocimiento a los colportores de mayor experiencia. Si no hay colportores en su iglesia, entonces motive a la iglesia para trabajar en esa grandiosa obra.

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Introducción y bienvenida Como iglesia hemos utilizado el don de la comunicación en forma hablada o escrita como una medio para evangelizar. Las publicaciones de la Iglesia Adventista abarcan todas las áreas: educación, salud mental y física, relaciones sociales y familiares, y sobre todo, la espiritualidad. Nuestra iglesia ha invertido tiempo y recursos para difundir los mensajes inspirados por Dios de forma escrita; y estos han sido de gran beneficio para los miembros de la iglesia, como también para aquellos que no han recibido al Señor. A través de nuestros colportores, las publicaciones de la iglesia han alcanzado los corazones de personas que, de otra forma, no hubieran aceptado la verdad. «La obra del colportaje, debidamente practicada, es obra misionera del más alto nivel, y es un método tan bueno y de tanto éxito como cualquiera que se pueda emplear para presentar a la gente las verdades importantes para este tiempo. Por esta razón es esencial que nuestras publicaciones reciban amplia circulación. Así el mensaje irá donde el predicador no puede ir, y la atención de muchos será atraída a los acontecimientos importantes relacionados con las escenas finales de la historia de este mundo» (El colportor evangélico, p. 7). Disfruten de la programación.

Primer participante (Bienvenida) Buenos días para todos (mientras sonríe a su compañero). Hoy es un día muy especial, pues nuestra iglesia celebra con gozo el Día de las Publicaciones. A través de la página escrita hemos dado a conocer el nombre de Dios en diferentes países y regiones, cumpliendo así la comisión divina dada a la señora White en 1848, cuando el Señor le dijo que su esposo Jaime tenía que imprimir una pequeña revista y repartirla a las personas. Dios les prometió que de esa publicación «brotarían rayos de luz que habrían de circundar el globo» (Notas biográficas de Elena G de White, cap. 18, p. 137). Esa promesa se hizo realidad, por eso estamos aquí; y ahora nos toca a nosotros seguir compartiendo esa luz al mundo. Bienvenidos sean todos a la iglesia, que es la casa de Dios y puerta del cielo.

Segundo participante (Himno) ¡Qué bueno es pertenecer a un pueblo que, obedeciendo las instrucciones divinas, hace uso de las publicaciones para llevar el mensaje de esperanza! Quiero dar una bienvenida muy especial a todos los colportores que nos honran con su presencia. La iglesia se siente muy feliz de contar con personas como ustedes, que respondiendo al llamamiento divino han dicho: «Heme aquí, envíame a mí». «Salgan los colportores con la Palabra del Señor, recordando que los que obedecen los mandamientos y enseñan a otros a obedecerlos serán recompensados al ver a las personas convertirse; y una persona verdaderamente convertida traerá otras a Cristo» (El colportor evangélico, p. 12). Puestos en pie cantemos el himno Nº 561 (Nº 441 del himnario antiguo).

Drama Primera escena: (Dos amigos se encuentran de frente y luego de saludarse, inician el diálogo). Samuel: ¡Hola!, José; me alegra verte. En realidad quería hablar contigo. Me dicen que quieres estudiar y que no consigues trabajo, así que te tengo la solución. Quiero que seas colportor igual que yo. José: ¿En serio? No creo que pueda hacerlo. He escuchado que se trabaja mucho y que no se adquieren beneficios. Eso de ir de puerta en puerta, me parece trabajoso. RECURSOS ESCUELA SABÁTICA ©

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Samuel: No te lleves de lo que dicen, experiméntalo por ti mismo. Elena G. de White dice: «Dios ha ordenado el colportaje como un medio de presentar a la gente la luz contenida en nuestros libros. Esta es en verdad la obra que el Señor desea que su pueblo haga en este tiempo. Todos los que se consagran a Dios para trabajar como colportores están ayudando a dar el último mensaje de amonestación al mundo. Si no fuera por los esfuerzos del colportor, muchos no oirían nunca la amonestación» (Ibíd., p. 7). José: Explícame un poco más mientras caminamos. Samuel: Está bien, pero antes vamos a orar para recibir discernimiento espiritual. (Invita a la feligresía a orar y luego salen los dos). Segunda escena: (Entran juntos). José: Estoy muy entusiasmado, pero también un poco ansioso. Me preocupa que se me olvide lo que tenga que decir, es mi primer día como colportor. Samuel: No te preocupes, yo estaré contigo. Además recuerda lo que dijo Jesús a sus discípulos. Para que veas, busquemos en Mateo 10: 19, 20. (Dirigiéndose a la congregación). Ten fe, el Espíritu Santo hablará en nuestro lugar. Vamos a esta casa de al frente. (Aquí se debe dramatizar que al llegar a la casa y tocar la puerta, las personas los rechazan, y así sucede con varias puertas y no los reciben). José: Estoy muy decepcionado. Mira, estamos quemados por el sol, cansados, con sed, y al fin y al cabo no hemos conseguido nada. Samuel: Ya nos presentamos como adventistas y le hemos explicado lo que significa. Este es un precioso mensaje. Además, aunque muchos no quisieron comprar nuestros libros, algunos recibieron las revistas. Sé que el Señor hará la obra en ellos (salen juntos).

Música especial Misionero: (Aquí pueden tener los testimonios). Tercera escena: (Entran juntos). José: Estoy tan feliz de haber elegido este camino, por lo que no me arrepiento. He tenido experiencias maravillosas. ¿Recuerdas a la señora que estaba muy enferma en su cama? Es increíble que al practicar la reforma prosalud —enseñada a través de nuestros libros— esta mujer se haya recuperado tan rápido. Samuel: Claro que sí, Y tú, ¿recuerdas al joven que se sentía desanimado y que no quería seguir estudiando? Después de leer nuestros libros que estimulan a la superación personal, como Fuerza para vencer y A pesar de todo, qué linda es la vida, ha retomado los estudios y está asistiendo a la iglesia. (Aparece un hombre y los interrumpe). Carlos: Hola, soy Carlos. Probablemente no me recuerden, pero yo sí me recuerdo de ustedes. ¿Pueden acompañarme a mi casa? (Con rostros de asombro ellos acceden a ir). Carlos: Ustedes estuvieron aquí, hace más unos meses, y yo los traté muy mal. Mi hijo tomó el libro que ustedes www.escuela-sabatica.com

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nos regalaron. Yo tenía problemas con mi negocio, y mi matrimonio estaba casi desapareciendo. Mis hijos estaban sufriendo las consecuencias de todo esto, y lo manifestaban en su conducta. Una noche no podía dormir, y encontré un libro cuyo título es La buena vida. Comencé a leerlo, y desde ese día decidí buscar una iglesia para conseguir esos libros que ustedes vendían. Así que otros jóvenes, también colportores, me lo consiguieron. Leí los libros Saber vivir, Vivir con valor, El hogar cristiano y Querido hijo, querida hija. ¡Gracias!, porque a pesar de que ese día M los traté mal, ustedes me devolvieron palabras de bendición. (Ellos, asombrados, lo felicitan por su decisión y se muestran contentos por haber ganado un alma para Cristo. Luego salen todos del escenario).

División de clases Música especial Conclusión «Hay muchos lugares en los cuales no puede oírse la voz del predicador, lugares que pueden ser alcanzados únicas mente por nuestras publicaciones: los libros, revistas y folletos que contienen las verdades bíblicas que la gente necesita. Nuestras publicaciones han de ser distribuidas por todas partes. La verdad ha de ser sembrada junto a todas las aguas; pues no sabemos cuál ha de prosperar, si esto o lo otro. No sabemos cuáles pueden ser los resultados de entregar un solo folleto que contiene la verdad presente» (Ibíd., p. 5) Para concluir cantemos el himno Nº 568 (Nº 450 del himnario viejo).

Oración final

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