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Miércoles 15 de junio de 2011

CON NOMBRE Y APELLIDO

(arriba, a la derecha) que más allá de apoyar la causa tenía otra razón: su hija Lisa Denis es la directora de Relaciones Institucionales de la asociación.

T R

evuelo en el Sheraton, días atrás: se celebraba la edición número 19 de La Noche de los Chefs, la comida de gala a beneficio de Esclerosis Múltiple Argentina (EMA), que reúne entre las cacerolas a una veintena de los cocineros más reconocidos del país. Y más generosos porque, claro, donan su participación. Durante el cóctel previo, ahí estaba el diputado Eduardo Amadeo que, copa de champagne en mano, atravesaba el salón apurando el paso para saludar a Andrea Frigerio (arriba, a la derecha), mientras las mozas circulaban entre la concurrencia llevando una barra de un metro y medio con copitas de cebiche. Karina Rabolini (arriba), una de las últimas

en llegar al cóctel, llamó la atención con un equipo negro por debajo de la rodilla, pero a todo brillo. La primera dama bonaerense llegó sola, sin su marido, Daniel Scioli, ausente con aviso: el gobernador estaba ocupado en temas de campaña. Por su lado, el conductor Roberto Pettinato, serio y vestido de lo más sobrio, con traje oscuro y corbata al tono, llegó del brazo de su mujer, la artista plástica Karina el Azem. Mientras la mayoría ya estaba acomodándose en las mesas, el conductor admitía no ser muy frecuentador de esta clase de saraos, pero que su mujer lo estaba introduciendo en ese mundo. De todas formas, poco del planeta gastronómico le es ajeno, aseguraba a un grupo de

amigos: “Siempre comimos muy bien en casa, gracias a que mi viejo era un gran gourmet y nos obligaba a agarrar bien los cubiertos. De chico, mientras mis amigos comían milanesas, en casa se preparaba comida mediterránea, chilena, peruana. Por eso me encanta el cebiche”. Y aportaba más datos sobre sus costumbres culinarias: “Ni mi mujer ni yo cocinamos. Trabaja en casa una señora que cocina como los dioses y yo soy muy de picotear, con lo cual como un poco de mucho, y la filosofía coctelera me va muy bien”. Cuando terminaba el encuentro sabroso, ya sobre el filo de la medianoche, una bruma envolvía la zona de Retiro y Buenos Aires se convertía poco a poco en cenicienta.

Gaturro Por Nik

Humor petiso Por Diego Parés

E

n temporada de comidas de gala benéficas, otra más: en Belgrano Chico, más precisamente en Lowlands, se realizó el evento anual de la Asociación Alzheimer Argentina, dedicada al estudio y la prevención de esa enfermedad. El rabino Sergio Bergman, la periodista Silvina Chediek y el actor Carlos Perciavalle, entre otros, se divirtieron con el show de Javier y su amigo, un ventrílocuo y un muñeco capaz de encarnar en una sola noche a Ricardo Montaner, Luis Miguel y Ricardo Fort.Además estaba la legendaria mannequin Kouka Denis,

ambién la fundación Make-A-Wish tuvo su noche benéfica por estos días. En este caso fue en el salón Versalles del hotel Alvear, que por unas horas pareció más un restaurante andaluz. Es que la inspiración del evento fue la ópera Carmen, que llenó la noche con dos arias, ballet, flamenco y hasta algunas gitanas dispuestas a leerles las manos a algunos de los 350 presentes.Entre los que se acercaron a apoyar la ONG, que lleva cumplidos los sueños de más 3600 chicos con enfermedades graves, estaban la conductora Cecilia Zuberbuhler y su marido, el empresario Pablo Santamarina; el también empresario Pablo Roemmers con su mujer, Cathrine, y Martín y Josefina Blaquier. El más mirado de la noche: el diseñador Gino Bogani, por lo menos durante el rato en que se puso peluca. Lo miraban con cierto asombro y simpatía, el empresario Cristiano Rattazzi y la presidenta de Make-A-Wish, Mónica Parisier.

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