TRABAJANDO EN EQUIPO Por Eliseo Martínez M. Usado con permiso Estoy plenamente convencido de lo fundamental y vital para la iglesia de Cristo, que sus líderes puedan trabajar en equipo. Conocido es el hecho, que un cuerpo pastoral al frente de una determinada iglesia, no necesariamente es un equipo de trabajo. No sólo, porque no existe un trabajo engranado, sino por características, que más bien lo convierten en un mero conjunto de personas disfuncional. Entre más leo Romanos 16, más convencido estoy, de la importancia del trabajo de equipo. Pablo, el más grande estratega misionero, no llevó acabo ningún proyecto de expansión del evangelio sin estar fuertemente apoyado por un equipo de trabajo. Pablo comienza esta sección de su carta con una recomendación para una hermana, miembro de su equipo ministerial, a la cual llama Diakono de la iglesia de Cencrea. En el idioma que escribió Pablo, no existía la palabra diaconisa. Tanto hombres como mujeres eran diáconos. No quiero debatir las aparentes contradicciones en las que cayó Pablo en sus distintas cartas, más bien quiero sugerir que cada región tenía sus propias problemáticas y sus propias soluciones. Lo que es evidente es que en el equipo de Pablo había ministerio que realizar tanto para hombres como para mujeres. En esta carta menciona hombres como Aquila, que junto a su esposa Priscila, formaban un matrimonio, cuyo trabajo en el equipo ministerial de Pablo podemos calificar de excelente. ¿POR QUÉ UN EQUIPO? Dice un refrán popular conocido: Una sola golondrina no hace verano. Nadie que quiera multiplicar su trabajo y además calificado con excelencia, trabaja en solitario. Sólo cuando un verdadero, auténtico equipo de trabajo, cada uno de sus miembros tiene la respuesta adecuada a preguntas como: 1. ¿Quiénes somos? 2. ¿Hacia donde vamos? 3. ¿Cómo lo vamos a lograr? Se puede decir, sin temor a equivocaciones que tenemos un equipo de trabajo. Dichoso el pastor que tiene éxito en formar un equipo. Muchos pastores (iglesias) tienen un grupo ministerial, no equipo. ¿QUÉ NECESITA UN GRUPO MINISTERIAL PARA SER UN EQUIPO? Quiero citar las primeras palabras que usa en la introducción de su libro, Las cinco disfunciones de un equipo, Patrick Lencioni: “Ni las finanzas, ni la estrategia, ni la tecnología: el trabajo en equipo continua siendo la ventaja competitiva decisiva porque es tan escaso y tan poderoso”. Por eso, quiero sobre enfatizar, que primero debemos tomar en cuenta que no es un equipo de trabajo. 1. No lo es, cuando cada miembro agenda su trabajo, sin tomar en cuenta la visión y la misión global que es la razón del porque se forma un equipo de trabajo. 2. Cuando tampoco existe una adecuada comunicación entre cada miembro, y el rol que desempeña para que la, o las metas trazadas, sean alcanzadas de manera efectiva. 3. No es equipo de trabajo, si predomina la competencia entre los miembros del grupo, para sobresalir personalmente sobre los demás. 4. También, no es equipo de trabajo, si los intereses personales tienen prioridad sobre los
intereses globales del grupo. 5. No es equipo de trabajo, si no cuidamos las buenas relaciones personales. No decimos que no deben existir los problemas, sino que se debe saber enfrentar los problemas, como alguien lo dijo: El problema no es tener problemas, sino como enfrentamos el problema. ¿QUÉ ES UN EQUIPO DE TRABAJO? Ahora, si contestemos la pregunta: ¿qué es un equipo de trabajo? Romanos 16 contiene unas palabras que nos ayudan, si no a definir, por lo menos a describir el concepto que necesitamos manejar del trabajo de equipo que necesitamos implementar en nuestro ministerio pastoral-misionero: 1. Hay trabajo de equipo, cuando cada miembro ayuda (sirve) a los demás como diácono (1-3). Recordemos el modelo, nuestro Señor Jesucristo; no vino para ser servido, sino para servir. Un líder es más influyente cuando se sabe y se maneja como un sirviente. 2. Hay trabajo de equipo, cuando cada miembro del grupo se reconoce como un colaborador (34; 9). La palabra colaborador (sunergós) significa actuar juntamente con. Es juntar la energía de cada miembro en la consecución de un objetivo común. El objetivo de Priscila y Aquila, así como el de Urbano no era diferente al del apóstol Pablo. 3. Hay trabajo de equipo, cuando existe entre sus miembros un auténtico compañerismo. El cual se evidencia en la capacidad de estar con alguien hasta las últimas consecuencias, como sufrir prisión por una misma causa. 4. El trabajo de equipo se ve cuando se realiza el trabajo encomendado con esmero. Pablo lo dice de Trifena y Trifosa, que trabajan en el Señor. La palabra que Pablo utiliza hace referencia al trabajo arduo que se realiza hasta el cansancio. 5. El trabajo realizado es con el calificativo de la excelencia, ya que es ejecutado por un trabajador aprobado. No sólo es trabajar, sino trabajar bien. 6. El trabajo de equipo necesita un miembro motor. Y no hay ninguna duda que Pablo era un excelente motivador, lo podemos ver por la terminología que usa al hablar de sus compañeros de ministerio. Es importante que quienes estamos involucrados en un equipo ministerial, nos tomemos un tiempo prudencial para evaluar, si somos realmente un equipo de trabajo o sólo un conjunto de trabajadores que en la mayoría de los casos ni trabajamos ni dejamos trabajar. CONCLUSIÓN Hay una herramienta que se utiliza en el campo de la administración llamada FODA. La cual es útil para evaluar organizaciones, trabajos realizados, que podemos utilizar para evaluar los equipos de trabajo. Fortalezas que tiene el EQUIPO PASTORAL. Oportunidades que se nos presenta en la búsqueda de los objetivos trazados para llevar acabo la misión del EQUIPO PASTORAL. Debilidades del EQUIPO PASTORAL. Amenazas que enfrenta. En palabras de Lencioni, disfunciones del equipo de trabajo.
Recordemos las tres preguntas que debemos saber contestar: 1. ¿Quiénes somos? 2. ¿Hacia donde vamos? 3. ¿Cómo lo vamos a lograr?
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