sorpresas y curiosidades sobre las traducciones de kavafis

en Alejandría en 1863 (en la moderna Alejandría que, según Forster ... de Kavafis era un comerciante que se estableció en Alejandría como exportador.
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SORPRESAS Y CURIOSIDADES SOBRE LAS TRADUCCIONES DE KAVAFIS  

por Albert Tugues  

Gracias a la presentación de este libro, Vuelve y tómame en la noche, de Carlos Sanrune (traducido e ilustrado por el propio autor, In-verso ediciones de poesía), he tenido el enorme placer de hacerle otra visita a Kavafis, a su poesía, y en ese trayecto me he fijado en algunas curiosidades que aparecen en las traducciones al castellano y al catalán de Kavafis. Sobre las traducciones de Kavafis el poeta inglés Auden, en una introducción a la poesía completa de Kavafis traducida al inglés, advierte que sea cual sea la traducción, en los poemas siempre prevalece el tono inconfundible de su voz, de su estilo. Es como si su poesía no pudiera ser traicionada, tan fuerte es su espíritu y el tono y el ritmo de su voz poética. Por su parte, el poeta griego Seferis nos dice: “Los poemas de Kavafis suelen darnos la impresión de que alguien que en realidad no está, y que sin embargo existe, despertará muy pronto y todo entonces cambiará por entero” (“Kavafis y Eliot”). Respecto a las curiosidades, comencemos por una del poeta José María Álvarez, que al final del prólogo a sus traducciones, nos confiesa que: “No fueron ajenos al fervor que enmarca el mucho tiempo dedicado a este libro, cierta lectura de Tácito, una ardiente madrugada (…), un cuerpo suavísimo gozado bajo los cielos de La Habana(...), los esplendorosos lechos y los irrecobrables días (…), es al calor de su cuerpo, sobre el que tantas cosas entendí, y a su piel en la que estaba todo escrito, a quienes aquí convoco”. Me ha sorprendido esta confesión personal, íntima, del poeta traductor, que tal vez no hubiera hecho si hubiese traducido a otro poeta que no fuera Kavafis. La otra curiosidad del traductor Alexis E. Solà, uno de los traductores de Kavafis al catalán, junto con Carles Riba, que fue el primero, y Joan Ferraté. Solà explica en el prólogo a su traducción: “Publiquem aquí els (poemes) que no havien estat, fins ara, traduïts al català, llevat d'uns quants (vint-i-dos en total) que hem hagut de deixar per a poder incloure'ls en el treball de doctorat que preparem”. Veintidós poemas! (no son “uns quants”), que no incluye en su antología y los reserva para la tesis de su doctorado. Curioso. El poeta José Ángel Valente, que traduce a Kavafis con la ayuda de Elena Vidal, dice también una cosa curiosa al principio de su prólogo: “Kavafis nació

en Alejandría en 1863 (en la moderna Alejandría que, según Forster ∗ , difícilmente puede considerarse una ciudad del espíritu) y murió en Alejandría en 1933. El trafico comercial del algodón, las aceitunas y los huevos debieron ser alternativas diarias en la vida singular de este solitario (lo volví a leer varias veces, perplejo, “alternativas diarias”). Más adelante, sin embargo, Valente nos aclara que el padre de Kavafis era un comerciante que se estableció en Alejandría como exportador de grano, algodón y pieles de búfalo. Suponemos que también de aceitunas y huevos. Sorprendente. Otra curiosidad, ésta de Josep Pla, que en su libro Notes per a Sílvia nos comenta (suponemos que con su habitual “sornegueria” e ironía) que la mejor obra poética, la única, de Riba son sus traducciones de Kavafis (sesenta y seis poemas). Carles Miralles, poeta, ensayista, en su trabajo El Kavafis de Riba, comenta algunas tesis que expusieron Gabriel Ferrater y los traductores de Kavafis al catalán, Joan Ferraté (hermano del poeta Gabriel Ferrater) y Alexis E. Solà. Carles Miralles, en un ensayo magnífico, discute las opiniones de Gabriel Ferrater sobre el posible pudor sexual de Riba al traducir ciertos poemas. Riba le dice a Gabriel Ferrater comentando unas traducciones de Kavafis al francés hachas por M. Yourcenar: “Aquests francesos són uns cursis, són incapaços de donar cap vivacitat a la llengua. Fixi's, aquesta bona senyora Margarite Yourcenar tradueix tal mot (aquí, curiosamente, Ferrater nos dice que “ja no recorda el mot”, la palabra griega que le dijo Carles Riba), tradueix tal mot per “la couche”, aquest mot noble que vol dir “el llit” a les tragèdies de Racine, però és que el mot grec el que vol dir és “matalàs””. Pero cuando Riba, más tarde, traduce a Kavafis no emplea la palabra “matalàs, catifa”, sino que utiliza la palabra catalana arcaizante “colga” (jaç, yacija, lecho humilde de paja que sirve de lecho). No traduce “matalàs” ni “llit”. El poema se titula Llur començament y la palabra “colga” aparece en los tres primeros versos de la traducción de Riba: La consumació de llur goig interdit s'ha fet. S'han aixecat d'aquella colga i es vesteixen corrents, sense parlar-se. Respecto a la palabra “colga” (matalàs, catifa) Joan Ferraté traduce “llit”, “lecho”, como la mayoría de traductores al castellano: Del llit s'han aixecat, traduce Ferraté. ∗

Forster es el conocido novelista inglés que dió a conocer a Kavafis al incluir un poema suyo en un libro: Alejandría. Historia y Guía, que Seix Barral editó en castellano en 1984, con un prólogo de Lawrence Durrell, el otro gran novelista inglés que rindió homenaje al viejo poeta de la ciudad, Kavafis, en su Cuarteto de Alejandría.

Otra curiosidad: Hemos visto que Carles Miralles y Gabriel Ferrater discuten si es adecuada o no la palabra “colga” para traducir la palabra griega que significa “matalàs, catifa”. Miralles defiende la utilización que Riba hace de la palabra “colga”, mientras que Ferrater la critica. Sin embargo, no discuten otra palabra que en la traducción de Riba me parece más sorprendente que “colga”, y es “interdit” (de “interdecir”, “interdicción”, en lenguaje jurídico “vedar”, “prohibir”, “privar de derechos civiles”). Carles Riba traduce “plaer interdit”, pero otros traducen “placer prohibido, ilícito”, e incluso “plaer anòmal”, como hace Joan Ferraté. No “interdit”, una voz que en catalán y en castellano tiene connotaciones jurídicas, como decíamos, y no así en francés, “interdit”, que es voz corriente que significa “prohibido”, aunque Magarite Yourcenar en sus versiones en prosa de Kavafis traduce “défendu” (“no permitido” “prohibido”). Que en la mayoría de traducciones se traduce como “prohibido”, “ilícito”” (placer prohibido placer ilícito). José María Álvarez traduce: Han satisfecho su placer / prohibido. Carlos Sanrune, en la antología que presentamos, traduce: Han satisfecho su placer ilícito. Y Joan Ferraté: L'acompliment del seu plaer anòmal / s'ha fet. Otra curiosidad: Cuenta Joan Ferraté que Carles Riba le explicó que si había dejado de traducir ciertos poemas no era por pudor, “pudoris causa”, sino por temor a los cretinos (“baligabalagues”) que hubieran querido ver en él, en el traductor, afinidades sexuales con el autor, Kavafis. Por eso, al ir traduciendo, daba a leer los poemas más eróticos de Kavafis a Clementina Arderiu (la poeta y mujer de Riba) para hacer una selección de los mismos. Dice Joan Ferraté: “i per fer la tria d'aquests darrers (poemes) va recórrer al judici de la seva muller, que li deia si allò que ell li traduïa expressava cosas que un home podia pensar (sentir, voler, etc.) respecte a una dona, o no”. Es decir, para que luego no hubiera malentendidos entre los críticos y lectores cuando leyeran sus traducciones. Malentendido que sin embargo no pudo evitarse cuando Joan Triadú citó de manera confusa i ambigua estas mismas palabras en el prólogo a una posterior edición póstuma de la traducción de Riba. Hay otras curiosidades sobre las discusiones filológico-poéticas que Carles Miralles plantea en su trabajo, El Kavafis de Riba. En él se habla sobre si el lenguaje poético de Riba es adecuado o no para traducir a Kavafis. Gabriel Ferrater opina que el registro poético de Riba es demasiado alto, purista, y que su lenguaje no puede captar la síntesis entree griego clásico, purista, y griego demótico, popular, que hace Kavafis, y es entonces cuando, a modo de ejemplo, aparece en el comentario la palabra que citábamos más arriba: “colga” ∗ , en lugar



Diccionari Alcover-Moll. COLGA f. Jaç de fusta, de palla o d'altra matèria, que servia de llit a una o a algunes persones; cast. Yacija.

de “matalàs, catifa”, palabra catalana de uso poco corriente que los demás traductores, decíamos, traducen como “llit”, lecho. Carles Miralles opina lo contrario y argumenta que Riba estaba iniciando otra etapa poética que no pudo culminar por su muerte. Para finalizar, diré que yo mismo he sido objeto de curiosidad, ya que he comenzado esta presentación diciendo: “Tengo el enorme placer de tener otra cita y visitar a Kavafis”, palabras que tal vez no hubiera empleado de haberse tratado de otro poeta, como César Vallejo o Fernando Pessoa. Peligroso: si hablas de Kavafis, tarde o temprano te seduce y te posee su espíritu y su poderoso verbo poético.