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Vida Nueva | Enero de 2016
Siguen cruzando la frontera niños solos que escapan de la violencia en Centroamérica ‘Esperanza Immigrant Rights Project’ proporciona representación legal y orientación a estos menores y otros inmigrantes Por ALICIA MORANDI
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De interés
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a violencia en Centroamérica va en aumento, según informes, y esto afecta dramáticamente a los menores de edad. “Ellos escapan de la violencia pandilleril sobre todo en Honduras, El Salvador y Guatemala, pero también de la violencia dentro de sus familias, con abusos de todo tipo”, dice la abogada Patricia Ortiz, directora de “Esperanza Immigrant Rights Project”, una organización sin fines de lucro que es parte de Caridades Católicas. “Ya cuando los niños cumplen 10 años, varias pandillas buscan reclutarlos. Los molestan porque quieren que se unan a ellos, y si no lo hacen los amenazan de muerte y también a sus familias. Muchos son niños buenos que cuando salen de la escuela o de la Iglesia, o cuando van a la tienda, se encuentran con pandilleros que los están acechando. A veces en el caso de las mujeres quieren obligarlas a que sean sus novias. Es un estrés diario lo que viven y no hay defensa para ellos. No pueden hacer las cosas que cualquier niño hace, como jugar tranquilamente, ir a clases y todo eso que es parte de la vida de los niños de EE.UU.”, dice la abogada. Ni el gobierno ni las autoridades parecen poder controlar la situación, y sigue el éxodo de menores sin acompañantes. De acuerdo con Ortiz, la mayoría que logra llegar a la frontera pide asilo, y muchos de los casos se han ganando debido a la inminente situación de peligro que atraviesan. “Hemos escuchado historias horrorosas sobre las cosas que pasan los menores de edad para poder llegar a Estados Unidos. Al atravesar México también pueden enfrentarse con pandillas, narcotraficantes, y gente que busca la manera de aprovecharse de ellos. Hemos visto menores que han sido raptados por los narcotraficantes y los obligan a traficar drogas, o los someten a tráfico sexual, entre otras atrocidades. Son muy vulnerables a todo eso, por eso muchos reúnen los requisitos para el asilo o la visa juvenil”. Y agrega que han podido conseguirle algún tipo de beneficio legal a la mayoría de los menores que defendieron. Pero no es simplemente llegar a Estados Unidos y ya todo se resolvió. Todavía tienen mucha necesidad de terapia psicológica, educación y atención médica, asegura Ortiz. Cuando llegan normalmente los alojan
Muchos sufren experiencias aterradoras, por eso al llegar a territorio estadounidense podrían obtener asilo o una ‘visa juvenil’. en un albergue donde tratan de reunificarlos con familiares, amigos, o alguien de confianza con quienes puedan vivir. Si no tienen a nadie los colocan en un hogar de crianza donde van a quedarse mientras están procesando su caso de inmigración, y hasta después también. “Es como cualquier cuidado de crianza, ellos se quedan mientras son menores de edad y ya cuando cumplen los 18 años tienen la opción de quedarse hasta los 21”, explica la entrevistada. Estos menores llegan a “Esperanza Immigrant Rights Project” de diferentes maneras. Una es a través de los trabajadores sociales del albergue, quienes les brindan información sobre las diferentes organizaciones legales del área donde van a vivir. También el proyecto se contacta con ellos cuando ofrece orientación legal en la Corte de Inmigración, o cuando los menores asisten a la corte, y los jueces le dan una lista de organizaciones de Los Ángeles que proveen representación legal para ellos. “Nuestro proyecto se enfoca en dos aéreas: una es representación directa de adultos detenidos y la de menores que entraron sin acompañante a Estados Unidos. Vamos con ellos a corte, hacemos su solicitud de asilo, de visa juvenil, o lo que necesiten, y los acompañamos durante todo el proceso. Y la otra es orientación legal en la comunidad sobre derechos de los inmigrantes, proceso de inmigración, y las diferentes opciones ante la deportación. Esto lo hacemos en la oficina dos veces a la semana, y también damos estas orientaciones en la Corte de Inmigración”, dice Ortiz. A nivel nacional muchas de las Carida-
des Católicas tienen sus propios proyectos con representación legal a menores y otros inmigrantes. El proyecto Esperanza es para quienes están en la jurisdicción de la Corte de Los Ángeles. La mayoría de los que trabajan para el proyecto son abogados, y también tienen paralegales que les ayudan con los casos. Ortiz añade que también proveen orientación legal en el Centro de detención “Adelanto”, que es para adultos detenidos que están en proceso de deportación, y que han sido encontrados incompetentes para representarse a sí mismo. Agrega que el proyecto además está tratando de brindar representación legal a las familias que llegan de Centroamérica. Según la abogada, el número de menores que está cruzando la frontera se incrementó por más del cien por ciento en comparación con el año pasado. En las clases de orientación legal han visto a más de cien menores que llegaron al país en los últimos dos meses. VN
‘Esperanza Immigrant Rights Project’ Esperanza es un organización legal sin fines de lucro que sirve en la región metropolitana de Los Ángeles. Necesita ayuda voluntaria de intérpretes bilingües para las entrevistas de asilo; en las audiencias en la corte, y Oficina de inmigración. Más información: (213) 251-3505
2 De acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, el pasado octubre arribaron alrededor de 5 mil menores de Centroamérica, casi el doble de los que llegaron en el mismo mes del año anterior. 2 La detención de niños inmigrantes indocumentados en el país aumentó 52 por ciento en 2015. El Gobierno federal lanzó el Programa Frontera Sur y reforzó el control migratorio, lo que ha repercutido en un aumento de las detenciones y deportaciones, tanto de indocumentados adultos, como de menores de edad. 2 La cantidad de familias que llegó a la frontera casi se triplicó de 2,162 a 6,029 en este mismo mes, en comparación a octubre de 2014. 2 Según datos de la Unidad de Política Migratoria (UPM) de la Secretaría de Gobernación, hasta octubre pasado, el Instituto Nacional de Migración (INM) había detenido a 29,217 menores de edad, 10 mil más que en el mismo periodo de 2014. 2 Entre enero y diciembre de 2014, el INM detuvo a 23,096 niños y adolescentes, 6,121 menos que los que había apresado entre enero y octubre de 2015. 2 De acuerdo con la UPM, de los menores detenidos hasta octubre, 62 por ciento tiene entre 12 y 17 años, y 38 por ciento menos de 11 años. 2 De los adolescentes, 75 por ciento viajaba solo, en tanto que 17 por ciento de los niños menores de 11 años transitaba por el país sin acompañante. 2 De los casi 30 mil menores de edad detenidos en 2015, 10,228 son mujeres y 18, 989, varones.