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Sensibilidad Sintió lástima de ellos - pastoral juvenil sd

6 mar. 2017 - Erick Wilson Cosme Tavarez, Pbro. Valerio Baines. Sanz, OAR, Pbro. Pbro. ...... Este compró una sábana, lo bajó de la cruz. Mc 15,44-46a.
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Arquidiócesis de Santo Domingo Arquidiócesis de Santiago Diócesis de Barahona Diócesis de Baní Diócesis de Puerto Plata Diócesis de San Pedro de Macorís Diócesis de San Francisco de Macorís Diócesis de Mao-Monte Cristi Diócesis de San Juan de la Maguana

Valor del Mes:

Sensibilidad Lema del Mes:

Sintió lástima de ellos (Mt 9,36)

Plan de Pastoral Marzo 2017

Acción Significativa del Sector: Jornada de oración y ayuno, y llevar una colaboración a una persona necesitada. Hacer un censo de las personas más necesitadas para ayudarlas Acción Significativa en la Familia: Como familia elegir una familia más pobre y compartir con ella. Índice Primera Parte: Lectura Orante con el Lema del Mes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Pregón Cuaresmal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Encuentros de Evangelización en el Sector. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 Retiro de Cuaresma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 Vía-Crucis. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Caminata Penitencial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38 Acción Significativa del Sector.: Jornada de Ayuno y Oración. . . . . . . . . . 42 Acción Significativa Familiar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 Segunda Parte: Lecturas Diarias, Celebración Miércoles de Ceniza y Celebraciones Dominicales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49

Colaboradores: Silvia Rodríguez (Arquidiócesis de Santiago), José Danilo Piña (Diócesis San Juan de la Maguana), Comisión Pastoral Familiar (Diócesis de San Francisco de Macorís), Ángela de León, Comisión Arquidiocesana de Animación Bíblica de la Pastoral, Pbro. Erick Wilson Cosme Tavarez, Pbro. Valerio Baines Sanz, OAR, Pbro. Pbro. Gregorio Santana, Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Arquidiócesis de Santo Domingo). Coordinadora: Eugenia López Diagramación y Arte final: Jesús Pérez Portadas: John Williams Castillo Impresión: Editora Amigo del Hogar / Manuel María Valencia No. 4, Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 / Para contacto Vicaría de Pastoral, Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., [email protected] Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141, ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo

Plan de Pastoral - Marzo 2017

Lectura Orante Mt 9,36-38

“Sintió lástima de ellos” Orientaciones: Al leer las Sagradas Escrituras profundizamos en el amor al amado y nos ayudamos con la fuerza que da el mensaje de Dios. La Lectura Orante es una meditación personal o comunitaria, en ésta última debe haber un responsable, pero su función es dirigir la lectura y organizar el encuentro, pero todos debemos tener una participación activa. Duración: No más de 30 minutos 1. Invocación al Espíritu Santo Se solicita que uno de los presentes invoque la presencia del Espíritu Santo, para que haciendo morada en nosotros nos ayude a asimilar ese llamado que Dios mismo nos ha dejado en su Palabra. 2. Leo el texto de Mateo 9, 36-38 Leemos detenidamente el texto en dos ocasiones en voz alta y de ser posible en traducciones distintas (Biblia de Jerusalén o la del Pueblo Peregrino, entre otras), luego cada persona lee en silencio. 3. Medita (Qué me/nos dice la Palabra) Cuándo me he sentido cansado/a o abandonado/a? ¿A quiénes está dirigida la lectura? ¿En qué momento de mi vida me he encontrado sin guía? ¿Y tú pastor, haz dejado solas a las ovejas? ¿El trabajo es mucho, me he identificado con el pedido que Jesús hace, he solicitado trabajadores, me he convertido en uno de los que trabajan para el Reino? Reflexión En el texto previo a nuestra lectura vemos como el Señor se sienta a enseñar al pueblo y ahí es que se sensibiliza al verlos “como ovejas sin pastor” siente la necesidad de que todo el pueblo tenga una guía por los justos caminos, pero él no la pide sólo, hace partícipes a los discípulos, (sí a tí y a mí) para que ellos tomen parte en la solicitud al Padre. Y es que al acoger la Palabra cada uno de nosotros se hace más sensible a las necesidades del prójimo y una de esas necesidades básicas es una guía adecuada. El pueblo de Dios, su Iglesia es grande y necesita Buenos y santos pastores es hora de que cómo discípulos nos unamos al llamado del Señor y unamos nuestras peticiones por trabajadores para la cosecha. 4. Ora (Qué le respondo al Señor) ¿Ahora que me reconozco hijo de Dios que es lo que la lectura me mueve exprésale? En una acción de gracias, una petición, una súplica en la que solicite servir de apoyo a mis hermanos.

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5. Contempla y actúa (Qué inspira en mi vida la Palabra) ¿Qué actitud he de tener si quiero ser discípulo de Jesús? ¿Le pido al Señor por trabajadores para su pueblo? ¿He escuchado el llamado de Dios para trabajar en su pueblo? ¿Qué estoy esperando? 6. Concluyamos con el Padre Nuestro, Ave María, Gloria. Nos damos un abrazo fraterno y vivamos con gozo la Palabra que Dios ha puesto en nuestros corazones, solicitando y acudiendo al llamado que Jesús nos está haciendo. PREGÓN CUARESMAL 2017: La Palabra es un don. El otro es un don Les presentamos el Pregón de Cuaresma 2017. Nos hemos inspirado en el Mensaje para la Cuaresma 2017 del Papa Francisco titulado: “La Palabra es un don. El otro es un don”. El Pregón puede utilizarse en el Domingo Primero de Cuaresma antes de todas las Celebraciones; al inicio de un Retiro o de una reunión comunitaria. Puede ser proclamado en las Escuelas y Colegios y en las diferentes instituciones propias. Para que pueda lograrse el objetivo este Pregón debe ser bien preparado con un buen ensayo; con sonido adecuado, con gestos teatrales, con vestiduras especiales y con toda creatividad posible para que impacte. Todos se visten de morado. • Uno que sale de atrás con un periódico en la mano: Atención, atención, atención: Llegó la Cuaresma 2017. • Una que sale de los lados con una Guía Mensual: Cuaresma, Cuaresma, Cuaresma 2017. Llamada a la conversión. • Otro que sale de delante con una Biblia: Llegó la Cuaresma. Llegó la Cuaresma para renovar el corazón. • Otra delante con una luz : La Cuaresma es un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. • Una joven: como cristianos estamos llamados a volvernos a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarnos con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. • Todos: La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través del ayuno, la oración y la limosna. • Uno enseñando la Biblia: Es tiempo para escuchar y a meditar la Palabra de Dios con mayor frecuencia. • Una agarrando la Biblia y mostrándola: Escuchemos y pongamos asunto en esta Cuaresma 2017, a la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro

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• Todos: El otro, la otra persona, es un don de Dios para nosotros. • Un joven: En Lázaro encontramos a todos los pobres que no tienen fuerza ni para levantarse, está echado a la puerta del rico y come las migajas que caen de su mesa. • Una joven: tiene llagas por todo el cuerpo y los perros vienen a lamérselas; Lázaro está degradado y humillado. • Hombres: El pobre se llama Lázaro, que significa «Dios ayuda». Es un ser querido, amado, recordado por Dios. • Mujeres: Pero para el rico glotón es nadie. Para nosotros es un don, un tesoro de valor incalculable, aunque parezca un desecho humano. • Todos: Para nosotros el pobre no es una carga molesta, sino una llamada a ser sensibles ante el otro, a convertirse y a cambiar de vida. • Hombre: La primera invitación de Jesús es abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. • Mujer: La Cuaresma es un tiempo propicio para sentir lástima del necesitado y abrirle puerta y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. • Todos: Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. • Un joven: Pero, el pecado nos ciega como al rico indiferente y glotón que no siente lástima del que necesita. • Una joven: Recordemos que la corrupción del pecado se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia • Uno con muchas cosas en la mano: Es que «la codicia es la raíz de todos los males», causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos. • Mujeres: El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo que nos tiraniza y en vez de ser un instrumento para hacer el bien nos puede llevar a ser egoístas con los demás. • Una joven con muchos adornos, collares: La codicia del rico lo hace vanidoso; buscando la apariencia, en hacer ver lo que tiene, prisionero del que dirán. • Uno que llega con saco y privando en grande: El rico cae en la soberbia; se cree que sólo existe su yo y lo lleva a no ver al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación. • Todos: Es que: «nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No pueden servir a Dios y al dinero» (Mt 6,24). • Una mujer vestida de negro: La muerte vino para el rico y para el pobre Lázaro y vale para los dos lo de «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». «sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él» (1 Tm 6,7). • Un hombre vestido de blanco entero: Fue en el más allá que se acordó de Dios, porque aquí en su vida no había lugar para Dios, siendo él mismo su único dios. • Jóvenes: Ahora ve a Lázaro y quiere que vaya a advertirles a sus familiares.

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• Mayores: Pero, se les recuerda que «si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto». • Todos: El verdadero problema del rico está en no prestar oído a la Palabra de Dios; lo que le llevó a no amar a Dios y a despreciar al prójimo. • Un joven con la Biblia: Cerrar el corazón a la Palabra de Dios lleva a cerrar el corazón al don del hermano. • Hombres: la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. • Todos: La Palabra de Dios es un don que nos lleva a sentir lástima de los más necesitados sirviendo a Cristo presente en ellos. • Un joven: Sólo el que es sensible a las necesidades del otro participa con amor en la solución de sus necesidades. • Una joven: Oremos unos por otros, para que sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. • Todos: Así celebraremos la Pascua de verdad viviendo nuestro lema: “Quien se forma y participa a la Iglesia vivifica”.

Primer Encuentro de Evangelización Semana del 6 al 11 de Marzo

Sensibilidad de y con la mujer “Al verla, el Señor se compadeció de ella” (Lc 7,13) Ambientación El mes inicia con el Miércoles de Ceniza, por tanto, en esa primera semana no se realizará Encuentro, y el primero será este, el dedicado a la mujer. Se llevará a cabo en la semana del 6 al 11, lo más cerca posible del día 8, el Día Internacional de la mujer. Por ser el primer Encuentro del mes, ponemos los carteles del lema y el valor de marzo en un lugar bien visible. Pero además se pone un cartel que haga referencia al Día Internacional de la mujer. A cada mujer se le entrega un papelito con una frase referente a los valores y derechos de las mujeres. Los pueden leer e ir intercambiando con las demás mujeres participantes. Cantos: Se cantan o se ponen en un aparato de música los cantos referentes a los valores de las mujeres. Con tiempo se encarga a alguien que busque estos cantos y los lleve preparados a la reunión. Oración inicial

Oración de la Mujer Gracias Dios por darme la vida como una mujer dispuesta a vivir en tu voluntad desarrollando mis capacidades, honrando tu nombre en mi diario caminar, buscando la excelencia y el buen servicio al prójimo.

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Gracias Dios por ayudarme cada día como mujer, quiero tener el equilibrio adecuado para mantener mis emociones bajo control, para ser feliz con lo que me has dado y para tener mi esperanza puesta en ti. Gracias Dios por hacerme mujer, por la sensibilidad que has puesto en mí, por tu manera especial de hablarme, de enseñarme el camino y de protegerme. Te pido que me perdones cuando te he fallado, que me limpies, que se vea en mi reflejado tu amor a través del gozo, la paz, la amabilidad, la bondad y el control propio. Amén. (Tomada de graciasporestedia.com) Canto: María es esa mujer que a tantos inspiró…. Introducción Por ser el primer Encuentro del mes vamos a dar la definición del valor correspondiente, en este caso la Sensibilidad. Sensibilidad tiene una definición general: la capacidad de los seres vivos de ser estimulados a través de cualquiera de los sentidos. Pero aquí, cuando hablamos de sensibilidad como valor nos referimos a asuntos que no tienen que ver con lo físico y externo solamente. Y por tanto en este otro sentido, sensibilidad es la capacidad de las personas humanas de tener emociones y sentimientos. Cuando hablamos del valor de la sensibilidad nos referimos a una capacidad permanente en las personas de darse cuenta y comprender el estado de ánimo y la manera de ser y actuar de los demás. Esta capacidad les lleva a entender las circunstancias y ponerse a actuar en beneficio de los demás. La sensibilidad nos lleva a descubrir en los demás a esa otra persona que está necesitando ayuda por medio de nuestra colaboración y nuestra participación. Iluminación Bíblica del tema Lucas 13,10-17 ¿Quién es la mujer a quien Jesús mira en la sinagoga? ¿La mujer le pide algo a Jesús? ¿Cómo se ve la sensibilidad de Jesús? ¿Qué cosas encorvan o bloquean hoy la vida de las personas, especialmente de las mujeres? Cuento alguna de las experiencias personales de las que fui enderezado o enderezada por la sensibilidad de alguna persona. ¿Esta escena bíblica nos recuerda que como cristianos y cristianas debemos imitar la sensibilidad de Jesús? ¿En qué vemos a nuestras mujeres encorvadas hoy? ¿Qué se le pide a la mujer hoy estar encorvada o derecha? ¿Qué palabras hemos escuchado acerca de las mujeres que se dan a respetar? ¿Cómo podemos ser sensibles a las mujeres que luchan contra quienes la quieren ver torcidas o encorvadas? Canto: A ti mujer (José Luis Perales). Reflexión Para la celebración de nuestra querida Virgen de la Altagracia nuestros obispos publicaron la carta pastoral: La mujer en la sociedad dominicana. A partir de ella reflexionaremos sobre nuestro lema del mes: la sensibilidad. Lo hacemos ligado a la celebración del 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, nos centraremos en la sensibilidad de la mujer.

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Mujer suele ser sinónimo de amor, maternidad, dulzura, belleza… y, sobre todo, sensibilidad: capacidad de conmoverse ante el sufrimiento ajeno, ante las injusticias, atropellos y abusos. El Señor otorgó a la persona humana el don de la compasión, la misericordia y la piedad que fundamentan esa sensibilidad. En palabras del papa Francisco, “la mujer tiene una especial sensibilidad por las cosas de Dios”; y es que cuando las fuerzas decaen y todos parecen desfallecer, ellas mantienen la esperanza. Diferentes mujeres aparecen en la Biblia que perseveran en la esperanza aún y cuando todo parece imposible. Toda mujer es reflejo divino en cuanto a que al igual que el hombre, “fueron creados a imagen y semejanza de Dios”. Es en ella, donde se hacen especialmente patentes cualidades reflejadas por Jesucristo con los demás: misericordia, amor, compasión y, en definitiva, sensibilidad hacia el prójimo, especialmente los más necesitados. Quizás porque históricamente ha sido víctima de una injusta discriminación social, la mujer ha desarrollado especialmente esas cualidades. En nuestro país, República Dominicana donde la mitad de la población son mujeres, son ellas las que en muchas ocasiones son víctimas de abusos y discriminaciones que laceran la dignidad de la mujer y con ello, la de todo ser humano (Carta Pastoral 2017). Numerosas situaciones de violencia familiar, social, discriminaciones laborales perjudican día a día a mujeres de nuestro país. En muchas ocasiones son ellas las que únicamente deben soportar el peso de la familia: proveyendo del sustento necesario y atendiendo y cuidando a los hijos. En ámbitos laborales y políticos un porcentaje muy pequeño desempeñan labores de dirección a pesar de estar perfectamente cualificadas. Durante este mes de marzo debemos trabajar la sensibilidad, especialmente con los necesitados y víctimas de injusticias, por ello nuestra sociedad debe cambiar. Debemos respetar y valorar a la mujer. Ella en igualdad al hombre, es creación de Dios. Evitemos y condenemos todo acto perjudicial para la mujer; trabajemos por una sociedad más justa, donde se promuevan valores sociales más humanos y cívicos; donde haya igualdad de sexos en el campo laboral, político, familiar…. Canto: Magníficat Oración final. (Cada una de las mujeres participantes puede hacer un párrafo) «La fe es la fuerza del corazón». Oremos con todas las mujeres que están luchando con valentía por su bienestar y el de los demás. Oremos con todas las mujeres que, en sus familias, dan a la vida su verdadero significado por el don de un amor gratuito, por las actitudes maternales que ellas desarrollan cada día. Oremos también con las profesoras, educadoras y todas aquellas comprometidas en el servicio a los demás. Señor, hazme un instrumento de Tu Paz: Bendice a todas las mujeres que trabajan cada día para llevar la paz a su comunidad, a sus casas y en sus corazones. Dales la fuerza para continuar cambiando las espadas en arados. Donde hay odio, que lleve yo el Amor. Oramos por todas las mujeres que sufren discriminación de género, la desigualdad y el prejuicio. Ayúdanos a ver y enfrentar la discriminación contra la mujer en cualquiera de sus formas.

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Donde haya ofensa, lleve yo el Perdón. Reconforta a todas las mujeres que sufren el dolor de la guerra, la violencia y el abuso. Que ellas puedan llegar a ser instrumentos de su propia reconciliación y pacificación. Donde haya discordia, lleve yo la Unión. Perdona a todas las mujeres y hombres que han dejado que las diferencias alimenten el odio y la discriminación. Que el ejemplo de su respeto por toda la creación nos ayude a ver que todos somos responsables de nuestro mundo. Donde haya error, que lleve yo la Verdad. Reconforta a todas las mujeres que luchan en las tinieblas del abuso, de la pobreza y de la soledad. Que podamos traerlas a la luz, para reconocer su dolor y tratar de eliminar la carga de vergüenza o incomodidad. Donde haya duda, que lleve yo la Fe. Oramos por todas las mujeres que viven con el temor de sus maridos, su hermano, su padre... y las fuerzas que controlan sus vidas. Ayúdalas a ser capaces de ser ellas mismas, gracias a tu amor eterno y la fe. Donde haya desesperación, que lleve yo la Esperanza. Oramos por todas las mujeres que viven en la desesperación, la pobreza, la violencia, la trata, la esclavitud y el abuso. Que la luz de tu amor les lleve la esperanza. Donde haya tristeza, que yo lleve la alegría. Ayúdanos a ver la fuerza y la bondad en cada mujer y cada hombre. Transforma nuestros corazones para que celebren el amor y la gracia en todas las personas. Que podamos ser bendecidas con el coraje de Santa Clara de Asís, Santa María Eufrasia, Santa Catalina de Sena y otros santos muy importantes en cada país, para seguir nuestro propio camino de amor por Ti y por nuestros hermanos y hermanas... (Tomada de http://www.ibvm.es/) Canto: María, música de Dios.

Segundo Encuentro de Evangelización Semana del 13 al 18 de Marzo

Sensibilidad humana “Sintió lástima de ellos” (Mt 9,36) Ambientación: Los carteles con el valor y el lema, otro con el título de este Encuentro. Una imagen o un cuadro de san José o de la Sagrada Familia. Cantos: Se cantan o ponen cantos de acogida, animación y compromiso. Oración inicial Quien preside la celebración invita a hacer una oración entre todas las personas participantes. Puede ser una oración de alabanza, de petición de acción de gracias, cada quien la hace del modo que considere más conveniente. Canto: Cristo está conmigo.

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Introducción En el Encuentro anterior, el primero de este mes de marzo, hacíamos las definiciones de Sensibilidad, después nos deteníamos en la sensibilidad con la mujer y de la mujer. En este Segundo Encuentro trataremos de mirar la sensibilidad como un valor de todo ser humano, y más, de las personas cristianas; además pondremos como ejemplo de sensibilidad a San José, cuya solemnidad celebramos el día 19 de este mes de marzo. En algunos ambientes, ser sensible es considerado como una debilidad, y sobre todo en los varones. Quien así piensa está completamente equivocado o equivocada; también puede suceder que se quiere aparentar ser duro, insensible, pero es para no comprometerse y no participar en la ayuda y respuesta a las necesidades de los demás. Es verdad que las penas y sufrimientos de los demás resultan incómodas; como yo tengo suficiente con mis problemas, no me meto con los de las otras personas…. La indiferencia es el peor enemigo de la sensibilidad. La sensibilidad nos humaniza, ya que nos lleva a prestar atención a cuanto sucede a nuestro alrededor y a identificarnos con quien está necesitado de ayuda. La sensibilidad es el interés y preocupación por participar en la ayuda a las necesidades de los demás, y de la realidad, tanto de la familia, como del barrio, campo o país. Iluminación Bíblica del tema: Lucas 7,1-10 Les pedimos que nos fijemos en la sensibilidad de Jesús y en la del militar romano. La de Jesús la vemos en toda su vida. ¿En qué y con quién es sensible ese centurión o militar romano? ¿Está atento a la realidad que le rodea? ¿Participa en solucionar algunos problemas? ¿Qué nos enseña la actitud de este militar? Canto: Si yo no tengo amor Reflexión El ejemplo fundamental de sensibilidad y de participación humana es Cristo, no pasó indiferente ante la realidad de ninguna persona, se dejó conmover principalmente por los más necesitados de cualquier tipo de ayuda. Toda su vida así lo demuestra. Es sensible ante las necesidades del pueblo: “andaban como ovejas sin pastor”; ante los enfermos, pequeños, abandonados y expulsados de la comunidad, pecadores, ante los asuntos religiosos, sociales y políticos. Cristo es el ejemplo a seguir en el modo de ser sensibles ante la realidad. Podíamos poner cualquiera de los textos de curación, sanación, perdón o las polémicas por su falta de sensibilidad de los fariseos… Pero vamos a citar dos personajes que aparecen en el Evangelio: uno el centurión del texto puesto para este tema, y otro, San José, cuya fiesta celebramos estos días. El centurión, un rango de la milicia romana, aparece en este texto como una persona sensible ante la persona con necesidades concretas, sensible ante la situación del pueblo, y sensible ante el tema religioso. Veamos el texto. “Había allí un capitán que tenía un sirviente muy enfermo al que estimaba mucho, y que estaba a punto de morir” (7,2). Un militar romano no tenía por

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qué preocuparse de un siervo, un esclavo; no sólo se preocupa, sino que lo estimaba. Es sensible ante la enfermedad, ante un siervo. Hoy día ¿qué hace un jefe insensible con un empleado así? Despide a su siervo enfermo y lo reemplaza por un joven más fuerte. ¿Qué hacen las empresas hoy en día? Te despiden. Y ¿qué hacemos con los empleados en la casa, en el campo, con el que reparte el periódico o el delivery que nos trae el pedido…? “Este hombre se merece que le hagas este favor, pues ama a nuestro pueblo…” (7,4). Un romano, un conquistador, que está por encima y además tiene la fuerza militar… ama al pueblo conquistado. Es una persona sensible en lo social, por lo dicho antes sobre la atención a un siervo, a un esclavo, pero lo es con el pueblo, no le es indiferente lo que está pasando la gente. Así lo reconocen ante Jesús los representantes que van a pedirle ayuda. ¿Qué sensibilidad tienen los grandes de nuestro pueblo por la gente? La preocupación es por enriquecerse y dominar, no tenemos sino mirar la corrupción que conocemos y la que se descubre cada día en los sobornos, la corrupción a todos los niveles. Pero eso mismo debemos mirar en nosotros y nosotras, ¿cuánto nos interesamos por el país, por el barrio, la ciudad, la limpieza, la salud, la vida…? ¿Qué hacemos para mejorar la situación de los demás? Esto indica sensibilidad o insensibilidad ante la realidad. “y nos ha construido una sinagoga.” (7,4). “Les aseguro, que ni siquiera en Israel he hallado una fe tan grande.” (7,9). Sensibilidad que lleva al romano a preocuparse por las cosas de la fe del pueblo, les construye la sinagoga; y le lleva a conocer y creer en el poder de Cristo. Sensibilidad humana y espiritualidad van unidas. El cristiano insensible ante la realidad no puede llamarse cristiano, porque le falta espiritualidad; aunque vaya mucho al templo, aunque cante mucho y levante los brazos con gritos… o se pase horas ante el Santísimo… si no es sensible ante la realidad, le falta espiritualidad, no es cristiano. Se olvida que ser cristiano es amar, y amar es ayudar, ser sensible ante el necesitado, participar en la solución de esa situación negativa de la persona o del país. La otra persona que destacamos por su sensibilidad en el Evangelio es a San José. Para esta reflexión no nos vamos a inventar nada, sencillamente copiamos unas frases del papa Francisco a los pocos meses de su elección para el pontificado. Lo sacamos de las palabras pronunciadas en el Ángelus del 22 de diciembre de 2013. Es un texto que destaca la sensibilidad de San José ante la situación incomprensible en la que se encuentra María: “Y el Evangelio dice: «Como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado» (1, 19). Esta breve frase resume un verdadero drama interior, si pensamos en el amor que José tenía por María. Pero también en esa circunstancia José quiere hacer la voluntad de Dios y decide, seguramente con gran dolor, repudiar a María en privado. Hay que meditar estas palabras para comprender cuál fue la prueba que José tuvo que afrontar los días anteriores al nacimiento de Jesús. … Este Evangelio nos muestra toda la grandeza del alma de san José. Él estaba siguiendo un buen proyecto de vida, pero Dios reservaba para él otro designio, una misión más grande. José era un hombre que siempre dejaba espacio para escuchar la voz de Dios, profundamente sensible a su

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secreto querer, un hombre atento a los mensajes que le llegaban desde lo profundo del corazón y desde lo alto. No se obstinó en seguir su proyecto de vida, no permitió que el rencor le envenenase el alma, sino que estuvo disponible para ponerse a disposición de la novedad que se le presentaba de modo desconcertante. Y así, era un hombre bueno. No odiaba, y no permitió que el rencor le envenenase el alma. ¡Cuántas veces a nosotros el odio, la antipatía, el rencor nos envenenan el alma! Y esto hace mal. No permitirlo jamás: él es un ejemplo de esto. Y así, José llegó a ser aún más libre y grande. Aceptándose según el designio del Señor, José se encuentra plenamente a sí mismo, más allá de sí mismo… José, el hombre fiel y justo que prefirió creer al Señor en lugar de escuchar las voces de la duda y del orgullo humano.” Para terminar, ¿No les parece que la falta de sensibilidad es el espíritu de nuestro tiempo? Es esa indiferencia espiritual que no se identifica con la sensibilidad humana. También mucha gente de iglesia ha perdido la sensibilidad. El negar el bien es insensible; como lo es el dejar de mirar la realidad que nos rodea; y el que descuida sus valores y principios; el que endurece su corazón; el que deja de hacer lo que debe hacer. Muchas personas creyentes hemos perdido la sensibilidad espiritual y humana, ya que nos quedamos en los templos y en nuestras casas y de esta manera no participamos en la solución de nada, a lo sumo nos quejamos; de esta manera no expresamos el corazón misericordioso y tierno de Dios con la gente, con las necesidades. El reino de Dios es un Reino de amor, de gracia, perdón, misericordia, bondad, servicio, compromiso, participación… Sensibilidad, espiritualidad y participación van unidas, de otra manera nos quedaremos en sensiblerías. Canto: Somos un pueblo que camina… Reflexión comunitaria ¿Somos capaces de distinguir sensibilidad de sensiblería? ¿En qué se diferencian? ¿El pueblo dominicano es sensible o sensiblero? ¿Y los católicos y católicas qué somos? ¿Qué relación existe entre sensibilidad y participación? ¿Dónde podemos manifestar la sensibilidad? Hagamos una lista de situaciones en las que podemos unir la sensibilidad y la participación, y esa lista nos la llevamos a casa para poder cumplirla, o para trabajar en alguno de esos aspectos. Que la lista tenga situaciones relacionadas con aspectos personales, sociales y eclesiales. Oración final Se puede hacer una serie de oraciones pidiendo la intercesión de san José. Presentamos las necesidades de la familia, de la comunidad y de la patria. Acabamos con el Padre nuestro y el Ave María. Canto: Hoy, Señor, te damos gracias

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RETIRO DE CUARESMA Hasta los pies de la cruz “Porque donde haya dos o más reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos” Mt 18, 20 Recomendaciones: Ponemos a disposición de la comunidad este retiro con todas sus dinámicas y momentos, en lo que sólo será necesario la plena disponibilidad de los participantes para dejarse invadir del Espíritu santo y entrar en clima de oración, meditación, conversión, paz y reconciliación con nuestra vida, nuestra historia y nuestros hermanos. Se aconseja que para un mayor provecho del mismo se realice en una jornada de un día entero que asegure un tiempo de 6 a 7 horas, sin contar los momentos de comidas y recesos. Otra opción sería realizarlo en tres noches seguidas, con un mínimo de 2 horas cada noche. Es bueno integrar a los miembros y equipos de la propia comunidad, sector o parroquia en la preparación del retiro, además de que los fortalece a ellos espiritualmente, afianza el liderazgo eclesial y religioso de nuestros laicos en la comunidad. Así que este retiro se vuelve un instrumento clave para realizar en concreto nuestro tema de este año 2017, en los valores de la formación y la participación. Desde temprano se han de organizar con tiempo los distintos equipos de trabajo para realizar exitosamente y en comunidad nuestro retiro de cuaresma. También se puede aprovechar el ambiente de retiro para ofrecer el Sacramento de la Reconciliación, a quienes todavía en la cuaresma no han participado de los actos penitenciales. AMBIENTACIÓN Cada cuaresma se convierte en un memorial, en el que acompañamos a Jesús en su dramático proceso, camino al angustioso sufrimiento y dolor que culmina en la con su muerte en la cruz, como tránsito previo a su gloriosa resurrección. Es allí, en la cruz, en la que Cristo-Dios vence para siempre a la muerte, declarando así el señorío de la Vida, con mayúsculas. Desde ese momento, la cruz se convierte en el Árbol de la Vida, cuyo fruto es el amor de Dios a los hombres, a todos los hombres, de una vez y para siempre a la humanidad toda, convertido en realidad verdadera en la promesa de su Hijo: “…yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10, 10). Empero, para llegar a la resurrección es preciso pasar antes por la cruz. En ella se revela la magnanimidad, misericordia, generosidad, delicadeza, caridad y perdón sin límites de Dios, que no hace pagar al hombre por sus pecados, sino que los compra a precio de la sangre de su Hijo Amado, con una Gracia que abarca a toda la humanidad, restaurando de esa manera la

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naturaleza del bien que con sus faltas el hombre ha roto, reconciliándolo con su Creador. Como sabemos, la cruz consta de dos elementos: uno vertical, que se llama stipites orientado hacia el Dios Altísimo, y el otro, un travesaño que lo cruza en dirección horizontal simbolizando la historia del hombre, denominado patibulum, acoplados ambos en un punto superior al mediano, más cerca de Dios, que es quien sale al encuentro del hombre, para que en la cruz se entrecruce su realidad sobrenatural (Divina) con la historia de los hombres, como lo afirmara el Papa francisco, suscitándose en ese cruce la historia de la salvación. En esta ocasión proponemos un ejercicio de sensibilización, consistente en compartir, cuando menos un tramo de la historia de nuestro prójimo, hermanos y hermanas cuyas vidas sufrientes están colgadas en un patibulum, haciendo nuestro su infortunio, estableciendo un cruce con sus vidas, abriéndoles nuestro corazón, acompañándoles en un itinerario que desemboca en la experiencia de reconocernos también crucificados en Cristo, para juntos recuperar la plenitud en la relación con el Altísimo, rememorando en lo personal y comunitario la experiencia de la Resurrección. Porque lo cierto es que no nos salvamos solos. Aquí cabría recordar los versos inspirados del poeta León Felipe: Voy con las riendas tensas/y refrenando el vuelo/ porque no es lo importante llegar primero/ sino llegar con todos/y a tiempo. Una de las variables dependientes, causa y efecto al mismo tiempo del pecado, es el de excluir de nuestras vidas la dimensión del “otro”, fundamentada en la cultura de sobreponer la importancia de la independencia individual a la interdependencia, porque lo cierto es que no existimos sin la otredad. En esa misma medida, también nos cerramos al “Otro”. Por eso, siempre que vamos a Él, desde el principio de los tiempos, Dios sale a nuestro encuentro y nos pregunta por el “otro”: “¿Dónde está tu hermano? (Gn 4, 9). Este retiro de cuaresma se desarrollará, pues, hasta conducirnos a los pies de la cruz, procurando recuperar nuestra dignidad de hijos y de hermanos, en tres momentos que podríamos denominar: Getsemaní con la mujer, Asumiendo la cuaresma con los últimos (que comprende, al final, un gesto concreto con una familia del sector, la parroquia o el distrito parroquial), y Hacia los pies de la cruz con María, que supone una interiorización para un examen profundo de mi conversión, de cara a procurar el alivio del sufrimiento de Jesús en la realidad concreta en que me ha tocado vivir con los otros, pero partiendo de mi experiencia de asumir la cruz, como lo hizo María, la madre. No obstante, cada etapa finalizará con un profundo mirar hacia adentro, para cuestionar en lo íntimo nuestro ser y hacer en el mundo, ante la cruz en la que Cristo padeció por causa de nuestros pecados. Aunque se deja a la libre elección de los participantes, su realización en un solo día de retiro intenso y extenso, creemos más efectivo si se asumen los tres momentos durante algunas horas en jornadas diferentes, en consonancia con gestos concretos, aunque conservando desde ya nuestra mirada en la cruz, de la

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que dice Juan Pablo Duarte que no es signo de padecimiento, sino símbolo de la Redención, precisamente porque en ella se redime y salva la humanidad. Para profundizar en esta experiencia recomendamos preparar una cruz, preferiblemente del tamaño de una persona promedio, como elemento simbólico que presidirá el encuentro de interiorización. El retiro se realizará, pues, frente a esa cruz, despojada de cualquier tipo de adorno o decorado. Conforme nos adentremos en esta experiencia de silencio y oración comunitaria, iremos destacando en ella símbolos que representan las tres etapas a que estarán dedicadas. Conviene disponer a mano de un crayón, por lo menos y de un paquete de post it (o papelitos en blanco) para un uso posterior. Esta misma cruz, presidirá también el Viacrucis que nos sitúa en el escenario de dolor que atravesó Jesús, cuando estemos más cerca de la Pasión en la Semana Santa. Se hace imperativo crear un microclima de relativo silencio en el lugar elegido para el retiro, reverente, de oración profunda. En lo posible evitar la distracción de los celulares, a menos que sean usados para compartir alguna canción o audio relativo al Retiro, por lo tanto: no WhatsApp, ni tampoco figureo subiendo imágenes online en Facebook o distraer a los demás tomando fotos, cosa que se puede hacer oportunamente al final. Ante la experiencia real de la cruz de Cristo, a nadie en su sano juicio se le ocurriría convertirla en una diversión, a menos que se tratara de la mofa de sus verdugos. En la exposición ante el grupo, de alguna reflexión, recordar que tampoco es un escenario para propiciar debates. Solo compartimos el resultado del sentir y pensar profundos, en actitud de oración, para potenciar nuestra fe, saliendo al encuentro de Dios, quien primero sale a nuestro encuentro, conscientes de que la fe es la fuerza del corazón. Actuar igual que lo haríamos en el Huerto de Getsemaní, no como observadores pasivos, sino contempladores orantes, fraternos y solidarios. PRIMER MOMENTO (o Primer día) Un Getsemaní con la mujer dominicana “Al verla, el Señor tuvo compasión de ella, y le dijo: No llores…” (Lc 7, 13) En Getsemaní el Señor se fortaleció con el silencio y la oración intensa, ante las tribulaciones y dificultades que se avecinaban. Lo mismo nosotros, en un momento difícil para las mujeres, debemos fortalecernos interiormente, como una manera de acompañarla en sus dificultades agonías y dificultades. Para iniciar este primer momento, meditaremos en silencio, al tiempo que cantamos una canción apropiada para este tiempo litúrgico de Cuaresma.

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Lectura para meditar En la Carta Pastoral 2017 emitida el 21 de enero pasado, los obispos dominicanos pusieron de relieve la situación crucial de la mujer dominicana. En ella dice que “la mujer está siendo el ser más atacado”. Expresa que, “bajo el pretexto de la sobrepoblación mundial, países poderosos y organismos internacionales se han inventado el concepto de la ideología de género, cuyo objetivo es el de destruir la familia, y arrasar con principios éticos y morales”. Una sociedad sin moral está desarmada en los principios fundamentales que le dan cohesión, siendo vulnerable a cualquier acción contra ella, minando de paso la solidez misma de la sociedad, y ese ataque se centra en sus mujeres, porque una sociedad es tan fuerte e integra como lo sean ellas. Cualquier sociedad diezmada en sus basamentos morales no requiere de ejércitos para ser manejada al antojo de una potencia. La mujer es la que asume la educación más cercana y constante con los hijos. Y como decía Monseñor Juan Félix Pepén: Si la mujer no educa, la sociedad deseduca. Y precisamente esa vocación natural de la mujer, de modelar en la cera tibia del pequeño ser los valores esenciales, el apostolado supremo de ser cocreadora con Dios de la vida de la humanidad, es el aspecto que las grandes corporaciones tratan de socavar. Aquí convendría citar a otro poeta, a Khalil Gibran: “la mujer debe ser la cuna y no la tumba”. Cuando se pervierte esa dimensión de co-creadora, también se pierde la misión de ser co-redentora, como lo fue María, rostro femenino de Dios. Pensemos en la mujer en todos los ámbitos de la sociedad. En la que hace de su vida un Don de amor gratuito, pero corre el peligro de corromper profundamente su capacidad de ser templo de la vida. Meditemos sobre las mujeres que son víctimas de la discriminación, de la violencia social en cualquiera de sus formas, de su soledad, como en el caso de tantas madres solteras, de las viudas, de mujeres abandonadas por sus hijos. Pensemos, en actitud de oración, pidiendo por las mujeres inmigrantes de cualquier país al nuestro, víctimas del tráfico humano, que no han sido acogidas con caridad fraterna y en cambio se les instrumentaliza de modo esclavizador para generar beneficios económicos. Dediquemos unos minutos a pensar en las mujeres que no han tenido la oportunidad de desarrollarse plenamente, capacitándose, y viven para sobrevivir a duras penas, en el cuidado del hogar, generando algún sustento, que si acaso, alcanza para la comida. Con muchas carencias materiales, sicológicas, espirituales y existenciales. No es infrecuente que sobrevivan a una experiencia dolorosa: pérdida de algún familiar cercano que les servía de soporte existencial, padre, madre, esposo, hijos, entre muchos otros. Muchas de las mujeres de nuestra sociedad viven sacrificadascrucificadas. A propósito, centremos nuestra atención, nueva vez en el mensaje de la reciente Carta Pastoral de nuestros obispos, en su párrafo 19: “La gran mayoría de nuestras mujeres dominicanas, tienen que cargar con la cruz de un sistema de salud inoperante para los que no tienen recursos, rebotadas de las clínicas privadas por no tener seguro ni dinero, empujadas a hospitales públicos deficientes, teniendo que pagar los precarios servicios

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que les ofrecen. Otras instancias del Estado creadas para la protección de la mujer, viven entretenidas con la agenda anti-vida internacional encubierta tras la ideología de género y hacen muy poco por asumir y encarar los verdaderos problemas que aquejan a las mujeres dominicanas”. El panorama de la mujer dominicana, a grandes rasgos, no puede ser más desgarrador, y duele pensar que se trata de una situación que todos, todas, incluso no pocas veces ellas mismas han colaborado en crear. Por ello: ENTREMOS EN UNA EXPERIENCIA DE GETSEMANI Pedimos de quienes participen en este retiro a apartarse para vivir a profundidad un momento de encuentro con Dios y sus hermanos, descalzar sus pies (en lo posible), pues vamos a pisar terreno sagrado, vamos a un encuentro con Dios, de modo especial. Convendría también despojarse de los celulares. Sugerimos buscar un lugar cómodo para este momento de meditación personal. Visualicemos en nuestras mentes y corazones alguna circunstancia que involucre a una mujer en situación de sufrimiento. Fijemos nuestros ojos en la cruz, que debe ostentar una corona de espinas y oremos: Por La Mujer Víctima Señor mío y Dios nuestro, hoy me rindo ante tu presencia plantando rodillas en tierra, como lo estabas en el Huerto de Getsemaní, a rezar por el ser más atacado por tantos oscuros intereses de grupos sociales, potencias y organismos. Desde mi corazón, convertido a veces en un desierto con espinas para muchas mujeres que han sido víctimas de la injusticia humana, te pido sentir por ellas y por mí, esa misma compasión y sensibilidad que sentiste Tú tantas veces al ver a mujeres sufriendo por algún motivo, a causa de la injusticia y del pecado. En todo caso, antes que juzgarlas, las sanaste, las curaste, devolviste alegría y vida, y hasta permitiste que una mujer rechazada en público vertiera en tus pies doloridos y cansados por lo duro del camino, el perfume más caro y después, restablecida la paz en su corazón, la convertiste como tu Madre también lo era, en tu principal colaboradora. Hoy, con espíritu contrito quiero derramar en tus pies, mi Señor, el perfume de mi arrepentimiento, sintiendo vergüenza si mis pecados han provocado en una sola mujer lágrimas de dolor; perdóname por las veces cuando, de pensamiento, palabra, silencio, obra u omisión, a través de las redes sociales, de una novela, por películas, en tv, acaso por influencia de un escritos en una revista o de un libro, a causa de un chisme, un sentimiento peregrino, o por simple debilidad humana, he ofendido la dignidad o integridad de la mujer. Te pido que me ayudes a convertir sus lágrimas en perlas, que no permitas que caiga otra vez en la tentación de ser causa de aflicción para ninguna mujer. Te ruego por las mujeres maltratadas, por todas aquellas que han sido asesinadas por las manos de las que esperaban cariño y ternura, por aquellas que no han obtenido comprensión de sus hijos o de uno de los suyos. También ruego consuelo por las envejecientes enfermas, en situación de soledad.

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Invoco tu bendición por la mujer yacente en un hospital, por aquella que padece aquejada por un problema de salud sin solución aparente, por la madre desatendida por sus hijos, por la maltratada por su esposo, o esa otra ignorada por sus más cercanos, vilipendiada por sus yerros, herida en lo más profundo por un aborto, relegada por el machismo… Pero de manera especial, solicito tu misericordia por las almas de todas aquellas que han sido asesinadas de manos de sus parejas o exparejas, ayúdanos a transformar esta realidad tan injusta de oprobio, dolor y sangre, que sembrado con una cosecha de muerte nuestras comunidades. Asimismo, haz caer su misericordia clemente sobre mí, por el pecado de mi pasividad, indiferencia o insensibilidad manifiesta, cuando pudiendo ejercer un acto de caridad, delicadeza, ayuda o solidaridad con una mujer que apuraba la copa de la amargura, necesitada de una mano amiga, o de un Cireneo que le ayudara con su cruz, he volteado el rostro, ciego (a) de propósito. Bendice, Señor, a las mujeres que puedan ser víctimas ocultas de una situación de violencia, a sus hijos enredados en la espiral de la violencia; ayúdalas a redimirse con tu cruz, y a mi dame fuerza, inspiración y valor para ser partícipe de su transformación en colaboradoras eficaces en la construcción de tu Reino, como lo fue tu Madre, María y como lo fue la Magdalena. Amén Cántico apropiado de Cuaresma 10: minutos de oración personal dedicada a una mujer concreta en situación de dificultad: No resultará tarea difícil ubicar en nuestras parroquias, o en un sector cercano, a mujeres que atraviesan por una situación de pobreza o abandono, exclusión social, acaso marcada por el drama desgarrador de la violencia, o que sean víctimas de la presión social. Los participantes en el retiro dedicaremos los momentos de silencio y oración a una mujer conocida por ellos (o ellas), que atraviese por una de estas situaciones u otra. 15 minutos para compartir con otro participante la reflexión personal (sin socializar el nombre de esa mujer): Luego utilizaremos un papelito donde escribiremos su nombre, sin apellido, y lo colocaremos en la cruz. El fin en vista no es socializar nombres y apellidos, antes bien es, como dice Mt 9, 36 enternecer nuestro corazón, hacernos sensibles a su sufrimiento hasta sentir compasión con intensa pasión por el drama de su vida. Oración compartida A seguidas cada uno de los participantes rezará ante el grupo por aquella mujer innominada, pidiendo por un aspecto de su vida que requiera la intervención de Dios y la ayuda de la comunidad. Es menester un acompañamiento espiritual, convirtiéndola en centro de nuestras oraciones, de manera intensa durante el retiro y llevarlas en nuestras oraciones diarias en estos días de cuaresma, así como recordarlas el Día de la Mujer, promoviendo una actividad o misa en la parroquia. Finalmente, si esa mujer que inspira nuestras oraciones es una difunta, entonces proceder a inscribirla en la dedicatoria de la misa, al igual que a las mujeres que han sido víctimas de feminicidio, como efecto colateral de la locura extrema del machismo.

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Para terminar esta etapa, entonamos una canción apropiada para el tiempo litúrgico. Pueden calzarse los pies, nuevamente, quienes han podido completar hasta esta etapa con los pies desnudos, recordando que no es una exigencia sine qua non para participar de este Retiro. Oración Final: Ave María Cántico final SEGUNDO MOMENTO (o Segundo día) Cuaresma con los últimos de los últimos “Lo que hagan con uno de estos, conmigo lo hacen” (Mt, 28, 20) Introducción En este Segundo Momento de nuestro Retiro nos dejaremos acompañar del Papa Francisco quien en su Mensaje de Cuaresma del 2017 que con el lema “La Palabra es un don. El otro es un don”, nos invita a ser sensibles ante las necesidades de los más débiles, pobres y abandonados. Como él nos indica “la Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia. En concreto, quisiera centrarme aquí en la parábola del hombre rico y el pobre Lázaro (cf. Lc 16,19-31). Dejémonos guiar por este relato tan significativo, que nos da la clave para entender cómo hemos de comportarnos para alcanzar la verdadera felicidad y la vida eterna, exhortándonos a una sincera conversión. Leamos Lucas 16, 19-31 Volvamos a leerlo. A) Ahora destaquemos cuáles son los personajes allí presentes. • ¿Qué dice del rico? • ¿Qué detalles da del pobre? ¿En qué situación está el pobre? El Papa nos dice: “La parábola comienza presentando a los dos personajes principales, pero el pobre es el que viene descrito con más detalle: él se encuentra en una situación desesperada y no tiene fuerza ni para levantarse, está echado a la puerta del rico y come las migajas que caen de su mesa, tiene llagas por todo el cuerpo y los perros vienen a lamérselas (cf. vv. 20-21). El cuadro es sombrío, y el hombre degradado y humillado.

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La escena resulta aún más dramática si consideramos que el pobre se llama Lázaro: un nombre repleto de promesas, que significa literalmente «Dios ayuda». Este no es un personaje anónimo, tiene rasgos precisos y se presenta como alguien con una historia personal. Mientras que para el rico es como si fuera invisible, para nosotros es alguien conocido y casi familiar, tiene un rostro; y, como tal, es un don, un tesoro de valor incalculable, un ser querido, amado, recordado por Dios, aunque su condición concreta sea la de un desecho humano (cf. Homilía, 8 enero 2016). B) ¿Qué nos enseña Lázaro a nosotros hoy? (Se deja que algunos digan su respuesta). El Papa nos dice: “Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él o en ella el rostro de Cristo. Cada uno de nosotros los encontramos en nuestro camino. Cada vida que encontramos es un don y merece acogida, respeto y amor. La Palabra de Dios nos ayuda a abrir los ojos para acoger la vida y amarla, sobre todo cuando es débil. Pero para hacer esto hay que tomar en serio también lo que el Evangelio nos revela acerca del hombre rico. C) ¿Qué aprendemos del rico epulón o glotón? (Se deja que algunos digan su respuesta). El Papa nos dice: “La parábola es despiadada al mostrar las contradicciones en las que se encuentra el rico (cf. v. 19). Este personaje, al contrario que el pobre Lázaro, no tiene un nombre, se le califica sólo como «rico». Su opulencia se manifiesta en la ropa que viste, de un lujo exagerado. La púrpura, en efecto, era muy valiosa, más que la plata y el oro, y por eso estaba reservada a las divinidades (cf. Jr 10,9) y a los reyes (cf. Jc 8,26). La tela era de un lino especial que contribuía a dar al aspecto un carácter casi sagrado. Por tanto, la riqueza de este hombre es excesiva, también porque la exhibía de manera habitual todos los días: «Banqueteaba espléndidamente cada día» (v. 19). En él se vislumbra de forma patente la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia (cf. Homilía, 20 septiembre 2013). El apóstol Pablo dice que «la codicia es la raíz de todos los males» (1 Tm 6,10). Esta es la causa principal de la corrupción y fuente de envidias, pleitos y recelos. El dinero puede llegar a dominarnos hasta convertirse en un ídolo tiránico (cf. Exh. ap. Evangelii gaudium, 55). En lugar de ser un instrumento a nuestro servicio para hacer el bien y ejercer la solidaridad con los demás, el dinero puede someternos, a nosotros y a todo el mundo, a una lógica egoísta que no deja lugar al amor e impide la paz.

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La parábola nos muestra cómo la codicia del rico lo hace vanidoso. Su personalidad se desarrolla en la apariencia, en hacer ver a los demás lo que él se puede permitir. Pero la apariencia esconde un vacío interior. Su vida está prisionera de la exterioridad, de la dimensión más superficial y efímera de la existencia (cf. ibíd., 62). El peldaño más bajo de esta decadencia moral es la soberbia. El hombre rico se viste como si fuera un rey, simula las maneras de un dios, olvidando que es simplemente un mortal. Para el hombre corrompido por el amor a las riquezas, no existe otra cosa que el propio yo, y por eso las personas que están a su alrededor no merecen su atención. El fruto del apego al dinero es una especie de ceguera: el rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación. Cuando miramos a este personaje, se entiende por qué el Evangelio condena con tanta claridad el amor al dinero: «Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero» (Mt 6,24). D) ¿En qué nos ayuda esta parábola a prepararnos a la Pascua? (Se deja que algunos digan su respuesta). El Papa nos dice: El Evangelio del rico y el pobre Lázaro nos ayuda a prepararnos bien para la Pascua que se acerca. La liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a vivir una experiencia semejante a la que el rico ha vivido de manera muy dramática. El sacerdote, mientras impone la ceniza en la cabeza, dice las siguientes palabras: «Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás». El rico y el pobre, en efecto, mueren, y la parte principal de la parábola se desarrolla en el más allá. Los dos personajes descubren de repente que «sin nada vinimos al mundo, y sin nada nos iremos de él» (1 Tm 6,7). También nuestra mirada se dirige al más allá, donde el rico mantiene un diálogo con Abraham, al que llama «padre» (Lc 16,24.27), demostrando que pertenece al pueblo de Dios. Este aspecto hace que su vida sea todavía más contradictoria, ya que hasta ahora no se había dicho nada de su relación con Dios. En efecto, en su vida no había lugar para Dios, siendo él mismo su único dios. El rico sólo reconoce a Lázaro en medio de los tormentos de la otra vida, y quiere que sea el pobre quien le alivie su sufrimiento con un poco de agua. Los gestos que se piden a Lázaro son semejantes a los que el rico hubiera tenido que hacer y nunca realizó. Abraham, sin embargo, le explica: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso encuentra aquí consuelo, mientras que tú padeces» (v. 25). En el más allá se restablece una cierta equidad y los males de la vida se equilibran con los bienes. La parábola se prolonga, y de esta manera su mensaje se dirige a todos los cristianos. En efecto, el rico, cuyos hermanos todavía viven, pide a Abraham que les envíe a Lázaro para advertirles; pero Abraham le responde: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen» (v. 29). Y, frente a la objeción del rico, añade: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto» (v. 31).

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De esta manera se descubre el verdadero problema del rico: la raíz de sus males está en no prestar oído a la Palabra de Dios; esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios y por tanto a despreciar al prójimo. La Palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón de los hombres y orientar nuevamente a Dios. Cerrar el corazón al don de Dios que habla tiene como efecto cerrar el corazón al don del hermano. Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor "que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador" nos muestra el camino a seguir. Que el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo presente en los hermanos necesitados. Animo a todos los fieles a que manifiesten también esta renovación espiritual participando en las campañas de Cuaresma que muchas organizaciones de la Iglesia promueven en distintas partes del mundo para que aumente la cultura del encuentro en la única familia humana. Oremos unos por otros para que, participando de la victoria de Cristo, sepamos abrir nuestras puertas a los débiles y a los pobres. Entonces viviremos y daremos un testimonio pleno de la alegría de la Pascua. Oración personal: revisión de su vida en relación a esta parábola (30 minutos) • Lea de nuevo esta parábola. Lea el comentario del Papa Francisco a este Evangelio Revísese sobre lo que dice el Papa: la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia. • ¿En qué muestras amor al dinero? • ¿En qué vives la vanidad? • ¿Cómo actúa la soberbia en ti? • ¿Cuál es tu relación con los más pobres que tú? • ¿Qué puedo hacer para participar en la solución de la pobreza que azota a tanta gente? Cántico: Cuando el pobre nada tiene y aun reparte… Reflexión comunitaria (20 minutos) Conformar grupos de tres personas que compartirán sus reflexiones y testimonios, hasta la medida que prefieran. Puede ser de una o de las tres preguntas que más le impacte o de todas. Debe hacerse conciencia de que no se trata de rebatir a nadie, debatiendo criterios y conceptos. Cada opinión es válida, como punto de vista o experiencia personal que se respeta completa, total y absolutamente. 1- ¿A qué nos invita como Iglesia esta parábola? 2- ¿Qué podemos hacer juntos para ayudar a personas necesitadas? 3- ¿Qué podemos hacer para vencer las causas de tanta pobreza?

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Para finalizar se programa la visita a una familia necesitada del barrio, la parroquia o el distrito parroquial en un gesto post-retiro. Pero sería preferible una visita para compartir un momento de caridad con calidad, acaso una comida, si el grupo visitante se anima, precedido de una oración y preámbulo de un plan de seguimiento pastoral. TERCER MOMENTO (o Tercer día) Hacia los pies de la cruz con María “Y a ti misma, una espada te traspasará el alma” (Lc 2, 33-35) Recomendación: en esta fase ante la cruz, debe estar un signo o una imagen que refleje a María, previamente escogido por los rectores del retiro. Además, de algún recurso que permita al grupo la lectura colectiva de oraciones o de las letras de algunas canciones. Seria de mucho provecho tratar de tener consigo la canción de Rafael Moreno A los pies de la cruz. También, por su proximidad con la Semana Santa debe aprovecharse para la confesión sacramental, como fuente idónea de reconciliación. Introducción Los pintores y escultores han dedicado vidas enteras a reproducir en sus obras la mirada de María frente a la cruz del Calvario. Ya se acerca la Semana Santa, celebración central de los sufrimientos y padecimientos físicos y morales de Jesús en la cruz. Eses patíbulo en el que el Redentor cargó con los pecados de la humanidad, de todos los hombres, los tuyos y los míos incluidos. Y como María no se despegó de su hijo amado en ningún momento, ella también resumía en su dolor todos los sufrimientos. Por ella es que rememoramos esa cruz y ese dolor de manera tan especial en cada Cuaresma. Solo con ver a su hijo amado que colgaba Del madero con madera cruzada, Que tristeza tan grande, le agobiaba Qué cruz tan cruel, tan pesada… La cruz de Cristo quien vive en el pobre, sería menos pesada, más ligera, más llevadera, si la descargáramos de nuestros pecados y ofensas a Dios. Jesús no procuró en momento alguno evitar la cruz… “pase de mi este cáliz, pero hágase Tu voluntad, no la mía”, sin embargo, se rindió a su destino de dolor y escarnio y en la cruz expira, no sin antes emitir su espíritu sobre María, la siempre fiel y Juan, el discípulo más cercano, al que le encarga el cuidado de su Madre. Desde entonces María está en la comunidad, que le ha ido descubriendo. En la Iglesia, María puede ser el modelo perfecto en los trances que experimenta la comunidad, asumiendo la cruz con paciente valentía, con rigurosa esperanza, porque “guardaba todas esas cosas meditándolas en

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su corazón”, incluyendo sus promesas, si bien no sabía cómo se realizarían, creía fielmente en ellas y las meditaba. Esta fase del retiro es de penitente silencio imitando a María, de quien los evangelios no mencionan quejas, protestas, desahogos, ni siquiera una palabra, a los pies de la cruz. Solo silencio. Silencio fiel. Iniciamos esta profundización en el silencio, recitando el grupo una oración de la exaltación de la cruz. Debe convertirse en una lectura meditativa. Despacio, sin prisas, estableciendo momentos de silencio a indicación de quien dirige el retiro. Cántico Dolorosa de pie junto a la cruz u otra a elección del equipo directivo del retiro. Oración del Papa Francisco OH CRUZ DE CRISTO “Oh Cruz de Cristo, símbolo del amor divino y de la injusticia humana, icono del supremo sacrificio por amor y del extremo egoísmo por necedad, instrumento de muerte y vía de resurrección, signo de la obediencia y emblema de la traición, patíbulo de la persecución y estandarte de la victoria. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo alzadas en nuestras hermanas y hermanos asesinados, quemados vivos, degollados y decapitados por las bárbaras espadas y el silencio infame. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los rostros de los niños, de las mujeres y de las personas cansadas y amedrentadas que huyen de la guerra y de la violencia, y que con frecuencia solo encuentran la muerte y a tantos Pilatos que se lavan las manos. Oh, Cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los doctores de la letra y no del espíritu, de la muerte y no de la vida, que, en vez de enseñar la misericordia y la vida, amenazan con el castigo y la muerte y condenan al justo. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los ministros infieles que, en vez de despojarse de sus propias ambiciones, despojan incluso a los inocentes de su propia dignidad. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los corazones endurecidos de los que juzgan cómodamente a los demás, corazones dispuestos a condenarlos incluso a la lapidación, sin fijarse nunca en sus propios pecados y culpas. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los fundamentalismos y en el terrorismo de los seguidores de cierta religión que profanan el nombre de Dios y lo utilizan para justificar su inaudita violencia. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los que quieren quitarte de los lugares públicos y excluirte de la vida pública, en el nombre de un cierto paganismo laicista o incluso en el nombre de la igualdad que tú mismo nos has enseñado. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los poderosos y en los vendedores de armas que alimentan los hornos de la guerra, con la sangre inocente de los hermanos.

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Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los traidores que por treinta denarios entregan a la muerte a cualquier persona. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los ladrones y en los corruptos que en vez de salvaguardar el bien común y la ética se venden en el miserable mercado de la inmoralidad. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los necios que construyen depósitos para conservar tesoros que perecen, dejando que Lázaro muera de hambre a sus puertas. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los destructores de nuestra casa común, que con egoísmo arruinan el futuro de las generaciones futuras. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los ancianos abandonados por sus propios familiares, en los discapacitados, en los niños desnutridos y descartados por nuestra sociedad egoísta e hipócrita. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los emigrantes que mueren en zonas convertidas en un insaciable cementerio, imagen de nuestra conciencia insensible y anestesiada. Oh, cruz de Cristo, imagen del amor sin límites y vía de la Resurrección, aun hoy te seguimos viendo en las personas buenas y justas que hacen el bien sin buscar el aplauso o la admiración de los demás. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los ministros fieles y humildes que alumbran la oscuridad de nuestra vida, como candelas que se consumen gratuitamente para iluminar las vidas de los últimos. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en el rostro de las religiosas y consagrados –los buenos samaritanos– que lo dejan todo para vendar, en el silencio evangélico, las llagas de la pobreza y de la injusticia. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los misericordiosos que encuentran en la misericordia la expresión más alta de la justicia y de la fe. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en las personas sencillas que viven con gozo su fe en las cosas ordinarias y en el fiel cumplimiento de los mandamientos. Oh Cruz de Cristo, aún hoy te seguimos viendo en los arrepentidos que, desde la profundidad de la miseria de sus pecados, saben gritar: Señor acuérdate de mí cuando estés en tu reino” Oh, cruz de Cristo, aun te seguimos viendo en los beatos y en los santos que saben atravesar la oscuridad de la noche de la fe sin perder la confianza en ti y sin pretender entender tu silencio misterioso. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en las familias que viven con fidelidad y fecundidad su vocación matrimonial. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los voluntarios que socorren generosamente a los necesitados y maltratados. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los perseguidos por su fe que, con su sufrimiento siguen dando testimonio autentico de Jesús y del Evangelio. Oh, cruz de Cristo, aun hoy te seguimos viendo en los soñadores que viven con un corazón de niños y trabajan cada día para hacer que el mundo sea un lugar mejor, más humano y más justo.

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En ti, Cruz Santa, vemos a Dios que ama hasta el extremo, y vemos el podio que domina y ciega el corazón y la mente de los que prefieren las tinieblas a la luz. Oh, cruz de Cristo, Arca de Noé que salvó a la humanidad del diluvio del pecado, líbranos del mal y del Maligno. Oh, Trono de David y sello de la alianza divina y eterna, despiértanos de las seducciones de la vanidad. Oh, grito de amor, suscita en nosotros el deseo de Dios, del bien y de la luz. Oh, cruz de Cristo, enséñanos que el alba del sol es más fuerte que la oscuridad de la noche. Oh, cruz de Cristo, enséñanos que la aparente victoria del mal se desvanece ante la tumba vacía y frente a la certeza de la Resurrección y del amor de Dios, que nada lo podrá derrotar u oscurecer o debilitar. Amén. Canción: A LOS PIES DE LA CRUZ u otra que se adapte al momento. Para una meditación personal (25 minutos) 1- Todos cargamos una cruz, un dolor, un sufrimiento ¿has identificado los tuyos? 2- ¿Eres indiferente a tu cruz, eres consciente asumiéndola, o te resistes en la desolación? 3- ¿Eres cruz para otros u otros lo son para ti? 4- En tu comunidad de iglesia, ¿cargas una cruz, ayudas a los demás con sus viacrucis? Oración comunitaria Señora del Silencio y de la Cruz, Señora del Amor y la Entrega, Señora de la Palabra recibida Y de la Palabra empeñada; Señora de la Paz y la Esperanza. Señora de todos los que parten, y de los que estamos, porque eres la Señora de la Pascua. Nuestra señora de la Reconciliación, Imagen y principio de la Iglesia: Hoy dejamos en tu corazón, Pobre, silencioso y disponible esta Iglesia peregrina de la Pascua. Una Iglesia esencialmente misionera, fermento y alma de la sociedad en que vivimos, una Iglesia profética que sea el anuncio De que el Reino ha llegado ya. Una Iglesia de auténticos testigos, insertada en la historia de los hombres, Como fuente salvadora del Señor, Fuente de paz, de alegría y de Esperanza. Amén. (Monseñor Pironio) Para concluir, Ave María Canto: Victoria tu reinarás

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VIA CRUCIS 2017 Sensibles al dolor de Cristo en los que sufren hoy En todas las circunstancias de nuestras vidas, podemos rememorar la entrega generosa de Jesús a la muerte, por la única razón del amor que nos tiene. La Cuaresma, es tiempo propicio para meditar sobre ese amor y donación de Jesús. Como cada año, recordamos el caminar pesaroso de su pasión y muerte hacia la cruz, en la que murió. Recorreremos las 14 estaciones que completan el Vía crucis e intentemos identificarnos con cada escena, con cada uno de sus contenidos y relacionarlos con nuestras vidas y la forma en que estamos transparentando ese gran amor de Jesús hacia nosotros que nos rescató del pecado con su propia vida. Que la reflexión y contemplación de ese del calvario de Cristo, el Nazareno, nos ayude a ser sensibles a las realidades de sufrimiento, muerte, dolor e injusticias que sufre nuestra gente, a no ser indiferente ante el drama de ayer y de hoy, donde autoridades y líderes se siguen confabulando para atentar contra la vida de inocentes, condenándolos a la muerte, como sucede con nuestros niños por nacer que ni en el vientre de su propia madre están seguros. Iniciemos nuestro caminar rezando: Señor mío Jesucristo. Dios y hombre verdadero. Creador, Padre y Redentor mío. Por ser Tú quién eres y porque te amo, me pesa de todo corazón, haberte ofendido y propongo firmemente, ayudado de tu gracia, nunca más pecar. Amen. Primera Estación Jesús es condenado a muerte Sensibles al valor inviolable de la vida y su dignidad V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Respondió Pilato: ¿Y qué hago con Jesús llamado el Mesías? Contestaron todos: «Crucifícalo». Pilato dijo: Pero, ¿qué mal ha hecho? Pero ellos seguían gritando: -Crucifícalo. Viendo Pilato que no conseguía nada, al contrario, que se estaban amotinando, pidió agua y se lavó las manos ante la gente diciendo: -No soy responsable de la muerte de este inocente. Es cosa de ustedes. El pueblo respondió: -Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás, y a Jesús, lo hizo azotar y lo entregó para que lo crucificaran. (Mt 27,22-26). Meditación Con más frecuencia de lo pensado, nos vemos enfrentados a situaciones en las que también gritamos “crucifíquenlos”, independientemente de que sean inocentes. Personas indefensas o con limitaciones impedidos

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de realizarse como seres humanos dignos. Tal caso, de las personas con condiciones especiales que no reciben la oportunidad de trabajar o desarrollar alguna actividad específica para la que su limitación no es obstáculo. Igual ocurre con nacionales de otras latitudes que quedan marginados de mejores condiciones. Empleadas/os domesticas/os a quienes les negamos la posibilidad de estudiar. Niños/as no nacidos a quienes la lucha de intereses pretende evitar que nazcan. Situaciones todas en las que gritamos a viva voz “crucifíquenlos”, de la misma manera en que le gritaban a Jesús. Oración Señor, Tú que viviste la sentencia injusta de un pueblo desagradecido, no permitas que nos comportemos igual con otros, cuya única diferencia con nosotros es “no tener las mismas oportunidades. Danos valor para defender la vida, para estar de parte de los indefensos e inocentes, que nunca hagamos causa común con quienes atentan contra la vida de inocentes”. Padre nuestro y Ave María. Segunda Estación Jesús con la cruz a cuestas Sensibles a la pesada carga de la corrupción y la impunidad V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Terminada la burla, le quitaron el manto y le vistieron con su ropa. Después lo sacaron para crucificarlo. (Mt 27,31). Meditación Después de la injusta y miedosa condena, Jesús comienza su largo y tormentoso peregrinar cargando la cruz de madera, pero también de nuestros pecados y de la imperiosa necesidad de ser rescatados de la esclavitud. Sin embargo, hemos intensificado las formas de esclavitud. Trata de seres humanos. Condiciones deplorables de trabajo y salario que desconocen la dignidad humana. Abusos de poder y falta de institucionalización que desconocen el derecho de las personas, determinando injustas sentencias. Aumento de la impunidad frente a desmanes insólitos que favorecen privilegios inconcebibles e insostenibles. Vicios cada vez cerca de la legalidad que matan mentes, voluntades y corazones infantiles y juveniles. Falta de oportunidades de educación y trabajo que llevan a nuestros jóvenes a la delincuencia. Inseguridad ciudadana que crece ante la indiferencia e ineficiencia de las autoridades. Compromiso no continuado de muchos cristianos que, por egoísmo y comodidad, abandonamos nuestra misión de sacerdotes, profetas y reyes.

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Oración Jesús, Tú que cargaste con la cruz que te impusimos por nuestros pecados, ayúdanos a entender que tenemos la oportunidad de disminuir esa carga si nos decidimos y contamos con tu gracia, ayúdanos a vencer la complicidad de nuestro silencio frente a quienes imponen sobre nuestra gente el fardo pesado de la corrupción. Padre nuestro y Ave María. Tercera Estación

Jesús cae por primera vez.

Sensibles con los que caen como víctimas de la violencia V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Decía Sion: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. (Is 49, 14). Meditación Qué triste sentimiento el experimentado y manifestado por Isaías, probablemente interpretando la angustia de Jesús en el camino al calvario, cuando las fuerzas le flaqueaban y no sentía la presencia de su Padre, a quien tanto amaba y cuya voluntad siempre quiso cumplir. Cuántas veces habremos nosotros sentido de la misma manera. Cuántas personas podrán decirnos lo mismo a nosotros, porque no solo los miramos con indiferencia, sino que incluso no los miramos. Pensemos en los nuevos integrantes que llegan a las comunidades, grupos o movimientos. O aquellos cuyas opiniones y propuestas nos parecen descabelladas y le ponemos gestos y actitudes de burla y rechazo. Seamos sensibles al vía crucis de tormentos que sufren los que son víctimas de la violencia generalizada, no de la percepción de violencia, sino la sufrida en carne propia por nuestros ciudadanos. Oración Jesús, caído y abatido en tierra, ayúdanos a no quedarnos en el suelo de la tristeza cuando las cosas no nos salen como queremos y a no favorecer la disminución de ser humano alguno cercano a nosotros. Haz que nos involucremos y participemos en espacios que procuren la paz y la sana convivencia entre nosotros. Padre nuestro y Ave María. Cuarta Estación

Jesús encuentra a su Madre

Sensibles con las angustias y penas de las madres dominicanas V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. ¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? (Is 49,15).

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Meditación Qué oportuna pregunta se hace el Padre Celestial a través de Isaías y cuánto se podría aplicar contra los argumentos que algunos esgrimen en nuestro país para sustentar el aborto de un hijo en diferentes circunstancias. ¿Realmente puede una madre olvidarse del hijo de sus entrañas porque no ha nacido? María nos dio un excelente ejemplo de generosa solidaridad maternal ante el sufrimiento insuperable de su Hijo antes, durante y después de la cruz. Y no tuvo miedo de acompañarlo y apoyarlo hasta su último minuto de vida humana. Es la misma cara de tantas madres de nuestra tierra que cargan sobre el drama de sus hijos sin renegar de ellos. Muchas que desde el vientre asumen a sus hijos totalmente, sin condicionarlos a cómo resulten física o mentalmente. Esas mujeres para las nunca el aborto será una opción ni mucho menos el fraude o engaño de un derecho a quitar vida. Oración Jesús, hijo amado por excelencia, permítenos la gracia de imitar la fidelidad maternal de la Virgen en cualquier momento, lugar o persona que así lo requiera. Que nuestras madres en tu Madre encuentren consuelo. Amén. Padre nuestro y Ave María. Quinta Estación

El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz

“Un pueblo en misión, sensible a la solidaridad…” V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. A la salida encontraron un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a cargar con la cruz. (Mt 27,32). Meditación Cansado, angustiado y sin fuerzas iba Jesús, pero no pidió ayuda. ¿Sería el arrepentimiento o el deseo de humillarlo más que motivó a los guardias a forzar a Simón de Cirene a ayudar al Maestro? Independientemente de la razón que fuere, el hombre ayudó al Nazareno y debió haberse identificado con el dolor que vivía Jesús. Probablemente sintió lástima por El y se sintió útil al ayudarlo, entendiendo o no lo que estaba pasando. Hoy, tenemos en nuestra sociedad otros encadenados por circunstancias diversas y Jesús nos pide ayuda para continuar comunicando la buena noticia del Reino diferente que nos ofrece. Niños abandonados a su suerte, teniendo que enfrentarse en las calles a todo tipo de necesidad y abuso. Padres y madres sin trabajo o ganando salarios de miseria que no le posibilitan mantener su familia con la dignidad que le corresponde.

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En los hombros de hombres y mujeres humildes, de pequeños comerciantes, profesionales y hasta en los inocentes niños, encontramos gestos de solidaridad. Gente que no es indiferente a las penas de otros, familiares que le meten la mano a otros cuando están en desgracias, los vecinos que son los reales y verdaderos primeros auxilios en nuestros barrios. El camino de la cruz, es también camino de esperanza y de lucha. Oración Jesús, que fuiste ayudado por Simón de Cirene, permítenos ser para nuestro prójimo en la familia, en el trabajo, en la comunidad vecinal y en nuestra Iglesia, eficaces Cireneos que aliviemos cargas y llevemos más discípulos a Ti. Padre nuestro y Ave María. Sexta Estación

La Verónica enjuga el rostro de Jesús Sensibles con los enfermos

V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Busquen mi rostro. Mi corazón dice: Tu rostro buscaré, Señor: no me ocultes tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación. (Sal 27,8-9). Meditación La Verónica no solo acompañó a Jesús en su caminar angustioso y humillante. No se conformó con eso. Se acercó a Él en un tierno gesto de auxilio, frescura y limpieza. Y nueva vez se manifiesta la generosa y bondadosa respuesta del Maestro, regalándole el recuerdo de su rostro en el paño que le ofreció. Un gesto delicado y sensible que certifica la afirmación que reza, “Dios no se deja ganar en generosidad”. No sabemos quién era la Verónica, porque no sabemos con seguridad su nombre ni origen. Sin embargo, es la acción decidida de una mujer que no quiere ser parte del problema sino de la solución. Por tanto, y en nuestra época y realidad, todos y cada uno de nosotros podemos ser otra Verónica para quienes están cerca de nosotros, comenzando por nuestra propia familia. Brindemos gestos y actitudes de armonía, paz, verdad, justicia. Gestos, ademanes y palabras refrescantes, sanas, positivamente motivadoras y generadoras de superación, donación, servicio y felicidad. Pensamos en tantas gentes que alivian el dolor de los enfermos con su caridad, que mitigan su soledad y abandono con la visita semanal a los enfermos en sus residencias o en hospitales. Oración Permítenos Jesús, rostro misericordioso del Padre, encontrar tu rostro en los hermanos con quienes compartimos nuestro diario vivir, pero también, manifestarlo con nuestra actitud amable y amistosa, para fortalecimiento de tu Iglesia. Padre nuestro y Ave María.

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Séptima Estación

Jesús cae por segunda vez

Testigos de una sensibilidad que levanta al caído V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Sacúdete el polvo, ponte de pie, Jerusalén cautiva; desátate las correas del cuello. (Is 52,2). Meditación Por segunda vez cae el Maestro. Cuánto le pesaba no solo la cruz, sino la soledad, el abandono de los suyos. Cuánta carga representaba en ese momento la tristeza de que los suyos no le reconocieran. Cuánto pesar generaba la visión de que generaciones futuras tampoco le reconocerían. De que muchos pondríamos la mano en el arado mirando hacia atrás y quejándonos de nuestra suerte o abandonando la misión originalmente asumida. Su caída pareciera el fin de su vida, de su historia, de su proyecto; pero no, sus caídas son las que nos han levantado, elevando nuestra condición a la de hijos de su Padre celestial. Nos compromete con los que caen y encuentran en nosotros brazos que levantan en las caídas, cuando sentimos desplomarse o derrumbarse todo: la caridad y la esperanza cristianas nos enrumban en la victoria del Señor. Oración Pidamos a ese Jesús que se sacudió el polvo de la caída, que nos mantenga firmes en la fe, la esperanza y la caridad como cristianos convencidos de la verdad y felicidad de su mensaje. Padre nuestro y Ave María. Octava Estación Jesús encuentra a las mujeres que lloran por él Sensibles para consolar y sanar desde el dolor a sufridas mujeres V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres llorando y lamentándose por él. Jesús se volvió y les dijo: -Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí; lloren más bien por ustedes y por sus hijos. (Lc 23, 27-28). Meditación “No lloren por mi” expresó Jesús mientras caminaba hacia la muerte. En estos momentos Jesús nos recomienda, no se entristezcan recordando mi dolor. No vivan recordando el dolor que viví por ustedes. Asuman el dolor propio como continuación de mi pasión. Empodérense del dolor, falta de familia, falta de fe, de oportunidad, de educación, de comida, de trabajo de quienes están a su alrededor. Anuncien y testimonien a todos que mi pasión y muerte fue por amor a todos y que no quiero que se pierda uno solo de los que el Padre me encomendó.

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Como señalan nuestros obispos en la Carta Pastoral de este año 2017: “Hemos de señalar que, en el viacrucis de sus vidas, muchas mujeres dominicanas transitan por la calle de la amargura y el sufrimiento, cargando con los pecados y errores de una sociedad que no las valora ni respeta; condenadas a grandes sacrificios de pago de impuestos para mantener la vida de confort de muchos políticos sin escrúpulos. Las garras de la corrupción impenitente las despojan a ellas y a sus familias de las vestiduras, de la comida, de la medicina... y las condenan a tener que vivir debajo de los puentes o a orillas de ríos y cañadas, mientras desde su pobreza observan cómo algunos políticos disfrutan sin consecuencias e impunidad de riquezas mal habidas” (Carta Pastoral 2017, No. 18). Oración Señor, que ni en tu propio dolor te olvidaste de nuestras necesidades, ayúdanos a recordar tu pasión y muerte no sólo como recuerdo, sino como modelo motivador para ser mejores cada día, para no buscarnos a nosotros mismos, sino a Ti, en los que sufren y padecen males e indiferencias de quienes están llamados a protegernos. Padre nuestro y Ave María. Novena Estación

Jesús cae por tercera vez bajo el peso de la cruz

Una sensibilidad sin vencidas ni límites V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Todos errábamos como ovejas, cada uno por su lado y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. (Is 53,6). Meditación En ocasiones vivimos la experiencia de disfrutar la vida de comunidad, pero sin vivirla ciento por ciento. Cada quien sigue sus propios intereses, busca su propio bien y desarrollo. Lucha por obtener el crédito que cree merecer por lo poco o mucho que haya realizado en bien de otros. No antepone el bien de la comunidad. No le importa cómo se desarrollan las cosas. No nos interesamos en la consecución de las metas grupales. Ni en la resolución de los conflictos que enfrentamos como conjunto de seres diferentes y únicos. Cuando se trata de ayudar y darnos otras oportunidades decimos comúnmente “a las tres es la vencida”, pero no son la vencida, porque Jesús sigue cayendo en aquellos que sufren a causa del mal y de las injusticias, pero nuestra solidaridad y sensibilidad no hacen más que renovarse para seguir levantando y ayudando a nuestra gente, muchas veces “haciendo de tripa corazón”. Oración Gracias Jesús porque no sólo has cargado con nuestros pecados, sino también nuestras comodidades y egoísmos en la vida comunitaria.

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Permítenos comprender la necesidad de involucrarnos en el desarrollo de nuestra comunidad pastoral, grupo o movimiento, a fin de favorecer que cada quien aporte lo mejor de sí mismo. Haz que nuestra sensibilidad sea como tu amor, a toda prueba y sin límites. Padre nuestro y Ave María. Décima Estación Jesús es despojado de sus vestiduras Sensible a un pueblo continuamente despojado V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Después de crucificarlo, se repartieron a suerte su ropa. (Mt 27,35). Meditación El público espectador del calvario que vivía Jesús, presenció también el despojo de que fue objeto. Pretendían despojarlo de su autoridad al sentenciarlo a la muerte desacreditadora en la cruz. Le habían reducido su dignidad humana humillándole y arrinconándole cual delincuente. Se habían burlado de El hasta el extremo. Le habían golpeado impunemente sin medir consecuencias. Ahora le quitan las vestiduras, lo último que cubría sus señales corporales de las torturas, pero también su condición de ser humano que anduvo siempre vestido respetuosamente. Es fuerte ver en esta imagen que a Jesús lo desnudan de sus derechos, incluyendo sus ropas. Es mal que a diario sufren nuestras familias dominicanas a quienes se les despojan de las más elementales oportunidades de desarrollo y dignidad humana cada vez gente malvada se aprovecha y roba de las arcas nacionales los bienes que son de todos. Desnudados y vejados los de siempre, los pobres, los humildes, los inocentes, a cuyos hijos se les enrostra en la cara la vida pomposa y lujosa de los nuevos ricos que imponentemente se pasean sin rubor ninguno frente a nuestros ojos. Oración Mi querido Jesús, Tú que fuiste vejado hasta el extremo, desnudado, flagelado y coronado de espinas. Mira a tu pueblo dominicano también desnudo, concédenos, te rogamos vestirnos con tu armadura, que nuestro cinturón sea la verdad, nuestra coraza la justicia, nuestro escudo la fe y nuestra espada tu Espíritu Santo. Amén. Padre nuestro y Ave María. Undécima Estación

Jesús es clavado en la cruz

Del dolor surge y nace una nueva sensibilidad V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Allí lo crucificaron con otros dos: uno a cada lado y en medio Jesús, Pilato había hecho escribir un letrero y clavarlo en la cruz. El escrito decía: Jesús el Nazareno, rey de los judíos. (Jn 19, 18-19).

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Meditación Extraña comunidad las de los tres crucificados. Diferentes en la visión, estilos de vida, compromiso y la actitud. Coinciden en el espacio, lugar y tiempo. Nada más. Los dos ladrones tienen semejanzas entre ellos y ningún parecido con el Maestro. Al extremo de que sólo Él estaba en paz, aunque adolorido. Sólo Él bendecía en vez de maldecir. Sólo a Él le colocaron la inscripción de que era Rey, porque así era y así es. Como Rey se comportó Jesús en medio de los otros dos crucificados. Como Rey le contestó al que, intentando defenderlo, le pidió que lo recordara en su Reino. Como Rey sigue en medio de nosotros engrandeciendo nuestra condición humana, fortaleciéndonos en la convivencia humana y comunitaria y como Rey se quedó en la Eucaristía para nuestro propio bien. Esta es la nueva sensibilidad que ha venido a traer Jesús, la de comprender la vida como un itinerario de relaciones salvíficas, llenas de misericordia y compasión. Murió salvando, integrando, vinculando, afiliando, sanando, perdonando. Oración Jesús, hermano y Rey nuestro, permite que con nuestros gestos, palabras y actitudes te glorifiquemos y alabemos siempre como nuestro único Rey y Señor, que manifestemos al mundo nuestro sometimiento a tu Señorío y Majestad, salvando y reparando el mal del mundo y de los hombres con nuestra compasión, con nuestra inserción cotidiana. Padre nuestro y Ave María. Duodécima Estación

Jesús muere en la cruz

Sensibles decimos no a la cultura de la muerte V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Jesús gritó con voz fuerte: -Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Dicho esto, expiró. (Lc 23,46). Meditación Jesús gritó fuerte previo a su muerte en la cruz. Su último suspiro. Su último grito entregándose al Padre, de quien siempre estuvo cerca y cumpliendo su voluntad. Así vivió y así concluyó su vida terrenal. Era suficiente lo padecido, lo sufrido y experimentado en un camino de dolor que parecía no terminar. No faltaba más. No había algo más por agregar. Todo consumado, finalizado y descansando en su Padre. Su muerte nos hace desafiar a los patronos de la muerte hoy, que desde el poder de sus puestos quieren imponernos una cultura de muerte que viola lo más elemental de un estado constitucional de derechos, cortina de humo

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para granjearse simpatías y blindajes de impunidad en la opinión pública y en agencias foráneas de muerte y sometimiento de los pueblos. Oración Jesús, Hijo predilecto del Padre, infunde en nosotros ese amor filial que nos mantenga siempre en relación orante con el Padre Celestial, que nos vincule con la vida terrena digna que viniste a restaurar como signo de tu Reino de paz y justicia. Padre nuestro y Ave María. Decimotercera Estación Jesús es bajado de la cruz y entregado a su Madre Una muerte que nos une más V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Pilato se extrañó que ya hubiera muerto. Llamó al centurión y le preguntó si ya había muerto. Informado por el centurión, le concedió el cuerpo a José. Este compró una sábana, lo bajó de la cruz. Mc 15,44-46a. Meditación En su homilía del 1 de enero de este año 2017, día de Santa María Madre de Dios, decía el Papa Francisco que “lejos de querer entender o adueñarse de la situación, María es la mujer que sabe conservar, es decir proteger, custodiar en su corazón el paso de Dios en la vida de su Pueblo”. Vemos aquí a María recibiendo silenciosamente el cuerpo inerte de su amado hijo. En silencio guardó en su corazón cada palabra, gesto y decisión de la vida de Él desde su nacimiento hasta su muerte. Todo el tiempo estuvo cerca de su hijo y no podía faltar al final de sus días. María nos trajo al Niño Dios. Lo acompañó todo el tiempo en su crecimiento y compromiso. Ahora lo recibe sin vida, porque la había entregado por amor a los hijos adoptivos a quienes Él nos la entregó como madre. Oración Maestro bueno, Tú que no te reservaste ni siquiera a tu madre, permítenos que con ella aprendamos a ver, sentir y transmitir la ternura de Dios. Padre nuestro y Ave María. Decimocuarta Estación Jesús es sepultado La muerte ha sido sepultada V/. Te adoramos Cristo y te bendecimos. R/. Que por tu santa cruz redimiste al mundo. Lo envolvió en la sábana y lo colocó en un sepulcro excavado en la roca. Después hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María de José observaban donde lo habían puesto. (Mc 16,46b-47).

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Meditación Última morada de Jesús en esta tierra. De la cruz al sepulcro en roca, pasando por los brazos tiernos y amorosos de su Madre. No más dolor, ni humillación. Frio, duro y solitario lugar para estar. Un sepulcro sin calor humano. Seco y árido. Nada merecedor de un Maestro tan misericordiosamente entregado. Pero era tiempo de cerrar y descansar del suplicio hasta que el Padre lo devuelva a nosotros glorioso y victoriosamente resucitado. Se lo recordó a los discípulos de Emaús cuando caminó con ellos y les explicaba las Escrituras. Tenía que ser así. La Buena Noticia, padecer, morir y resucitar. Todo por amor a nosotros y nuestra redención. Su muerte sepulta a la muerte y nos descubre la belleza y trascendencia de la vida humana, Él que con su encarnación nos descubre el misterio en que lo divino se hace humano, y lo humano se hace divino, nos impulsa a descubrir una nueva sensibilidad, unos nuevos ojos para amar y defender la vida en todas sus manifestaciones y con todas sus implicaciones. Oración Jesús, muerto y resucitado, concédenos la gracia de tener un corazón amorosamente tierno y fuerte, diferente al sepulcro, para albergarte, acoger y mostrarte a nuestros hermanos, frente a los que no podemos ser fríos ni indiferentes. Ayúdanos a estar de parte de Ti, de parte de la vida, para gritar al mundo que la muerte no tiene la última palabra, que ha sido sepultada, que ha sido absorbida en tu victoria. Padre nuestro y Ave María. Meditación final Gracias Jesús, crucificado y resucitado por habernos ganado de nuevo el cielo y la gracia de la amistad con Dios mediante tu terrible muerte en la cruz. Gracias por haber estado siempre tan unido al Padre, cumpliendo siempre su voluntad. Gracias por enseñarnos que jamás debemos iniciar una misión sin la comunicación orante con el Padre. Gracias porque también nos has enseñado a terminar todo servicio y trabajo abandonándonos en las manos de tan amoroso Padre. Por tal razón, nos regresamos a nuestros hogares pidiendo a nuestro Padre Celestial que la reflexión recién finalizada, nos llene de su inmensa ternura e incondicional amor para continuar haciendo de los mismos, las iglesias domesticas donde se conozca y viva la noticia del Reino de Jesús, ganado para nosotros a pura sangre, silencio y confianza en su Padre. Padre Amado, ayúdanos a que cada día, aliviemos y evitemos la muerte que tantos dominicanos enfrentan día a día y minuto a minuto en su caminar. .

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CAMINATA PENITENCIAL CUARESMAL 2017 Caminemos con Jesús y en comunidad sensibles al dolor de los demás Recomendaciones Proponemos esta caminata como un modo propio de hacer penitencia, una de las prácticas cuaresmales que nos ofrece este tiempo para movernos al arrepentimiento y la conversión personal, social y pastoral. Se recomienda mantener su carácter penitencial, superando la tentación de hacerla una experiencia de ejercicios o exploración o visita de lugares. Se puede organizar haciéndola concluir en algún lugar de culto, una parroquia hermana, o un lugar que nos mueva por alguna intención especial. Se han de prever el equipo de logística y orden que prepare la ruta y contacte algún auxilio de alguna institución para el trayecto, sonido, animación y lectores. Inicio Nuestra Iglesia dominicana nos propone meditar, vivir y enfatizar durante todo este año, el valor de la participación en pequeños grupos, sean estos comunidades u organizaciones, reconociendo así lo vital que es el vivir unidos a otros y con otros. Igual fundamento gobernó la conducta y vida de los primeros cristianos, que se integraron en comunidades identificadas por el amor, la oración y el compartir permanente que definía su vida en comunidad, poniendo todo en común y resolviendo según las necesidades de cada uno. En nuestra sociedad y época se hace cada vez más urgente luchar por el Bien común, anteponiéndolo a los intereses personales. Sobreabundan los casos en nuestro país en que el egoísmo e individualismo de unos pocos han destruido las oportunidades de realización de muchos. Por eso, peregrinaremos en esta caminata penitencial 2017 reflexionando sobre el valor y lema propuestos en nuestro itinerario de evangelización para este año, pidiendo al Padre Celestial que nos permita la gracia de hacer lo que nos corresponda para hacerlos realidad. Caminemos cantando hasta la primera parada. Primera Parada:

Jesucristo, sensible ante las necesidades de los que sufren actúa a su favor.

Diferentes pasajes evangélicos nos muestran la compasión experimentada por el Maestro ante el dolor, la enfermedad, la opresión por el pecado y el hambre del pueblo que le seguía y aclamaba, aun sabiendo que en el momento crucial lo traicionaría pidiendo su crucifixión. Pasó por Galilea haciendo el bien. Curando, sanando física y espiritualmente a muchos y dando de comer a la multitud que veía como ovejas sin pastor. Aun en el camino del calvario, pidió a su Padre que perdonara a los que le torturaban, asegurando que no sabían lo que hacían.

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Solo una delicada y tierna sensibilidad motiva tan generosa conducta hacia un pueblo que su Padre había escogido como heredad y cuya redención Jesús había asumido derramando la última gota de sangre. Solidario por excelencia, Jesús se encarna como uno nuestro, asumiendo nuestra humanidad, elevándola en dignidad. Por su solidaridad se entrega a la muerte en cruz, sin merecerla. Por solidaridad, resucita para no dejarnos con un Rey y Señor vencido por la muerte. Por solidaridad se queda en el Sacramento Eucarístico, desde donde preside nuestra más excelente acción de gracia y se ofrece como pan que se reparte y comparte entre nosotros. Suplicas penitenciales Pidamos al Señor perdón por nuestras indiferencias, contestando a cada súplica Perdón Señor, perdón. • Por no involucrarnos en la vida y las necesidades de nuestro … • Por no participar en los espacios de lucha y transformación de nuestro país … • Por apoyar con mi voto irresponsable a corruptos y abortista … • Por ignorar a quienes necesitan de nuestra solidaridad … • Por ser insensible a los problemas que atraviesa la nación … • Por buscar como muchos ventajas y privilegios … (Se pueden agregar otras súplicas espontáneamente) Oración Maestro de sensible solidaridad, permítenos la gracia de no ser indiferentes a tu donación por nosotros mismos, pero tampoco serlo ante aquellos seres humanos que necesitan de nuestro apoyo solidario mediante el consejo, la escucha, la compasión y la donación de nuestros dones y recursos. Ayúdanos a ser actores activos y vivos en la transformación social de esta tierra en la que tú nos has plantado para dar frutos, para ser sal y luz del mundo. Amén. Caminemos cantando hasta la segunda parada. Segunda Parada: Unidos a Jesús y con El, participemos en la comunidad La comunidad de Espíritu con Jesús crea con él una comunión vital que Juan la expone en su evangelio como la unión de los sarmientos con la vid (Jn 15,1-5). La productividad de nuestra vida depende de si estamos pegados o no a ese tronco que es Jesús. Damos frutos buenos, si estamos unidos a Él. De lo contrario, nos secamos, porque la participación en y con Jesús es lo que garantiza la eficacia de la productividad. El Padre es origen y fuente de la vida y Jesús la transmite. De ahí que la vida plena la conseguimos en la unión con Jesús, Camino, verdad y vida. Jesús en su Evangelio nos llama “amigos”, porque nos ha dado a conocer lo que escuchó de su Padre. Esa amistad nos posibilita la vivencia de comunidad con Jesús, quien anima nuestra conducta hacia la igualdad y el servicio de todos, características propias suyas.

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Hacemos comunidad con Jesús en la medida en que aceptamos su mensaje, le seguimos y damos testimonio del mismo. Eso es propio de las personas inquietas, que no se conforman con lo que encuentran o impera en la sociedad, que no se sienten instalados, seguros, sino que ansían una mayor plenitud de vida. Jesús es impulso vital además de modelo a imitar, por su amor ilimitado. Somos llamados como jornaleros a diferentes horas (Mt 19,30-20), aunque con el mismo salario. Jesús nos convoca a una nueva comunidad donde el servicio no se hace por la recompensa a recibir, sino porque es fruto del amor y del Espíritu, como respuesta desinteresada a la gratuidad del Padre amoroso que nos llama. Súplicas penitenciales Pidamos perdón al Señor por las veces que no hemos permanecido firmes y unidos a vida de comunidad. Respondemos: Perdón Señor, perdón • Perdona nuestra lejanía de vida comunitaria y de grupo … • Por buscar mi propio bien antes que el de la comunidad … • Por no hacer lo suficiente para que otros hermanos formen parte de tu Iglesia … • Por ser ocasión de división en la comunidad … • Por buscar en los líderes de la comunidad mi bien antes que en Ti … (Se pueden agregar otras súplicas espontáneas) Jesús, hijo amado y misericordioso, permítenos comprender el alcance de la oración que nos enseñaste, a fin de que, al sabernos hijos de un mismo Padre, nos apoyemos y defendamos como hermanos, transmitiendo siempre la vida que nos conseguiste. Caminemos cantando hasta la tercera parada. Tercera Parada:

Jesús, vivifica su Iglesia para que transforme el mundo.

Para Jesús la Iglesia es la nueva Jerusalén, la nueva humanidad que Él va creando con la fuerza del Espíritu y a la que libera de la esclavitud del pecado, recuperándole la amistad con Dios. Sobre todo, la Iglesia es para Jesús su esposa, a quien le ha dado hasta su propia vida, para purificarla (cf. Ef 5,25-27). Terminada la misión de Jesús en la tierra, prometió la venida del Paráclito (Mt 28,19-20) para santificar y fortalecer continuamente su Iglesia. Después que los apóstoles reciben el Espíritu Santo, se transforman de un grupo cerrado, estático y de pocos miembros (Hch 1, 15); a un grupo abierto y dinámico al que, después del discurso de Pedro, «se unieron unas tres mil almas» (Hch 2, 41). La verdadera y gran novedad no es el notable e importante crecimiento numérico, sino la presencia del Espíritu Santo, que llenó a todos y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, movidos por ese Espíritu (Hch 2,4). Por lo tanto, Cristo es la cabeza de nuestra Iglesia y el Espíritu Santo es su alma, como lo afirmó el Papa León XIII (Divinum illud munus (1897)

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Oh Espíritu de Jesús, defensor y vivificador, permítenos defender siempre nuestra madre, la Iglesia, porque a través de ella hemos sido engendrados por tu Espíritu; y que nuestro compromiso de bautizados, favorezca su misión de atraer testigos a Ti. Que hagamos realidad en nuestras vidas, el lema del año, “quien se forma y participa, a la Iglesia vivifica” Caminemos cantando hasta punto final. Reflexión final Hemos peregrinado en esta caminata cuaresmal como pueblo en misión, recordando la pasión y muerte de Jesús que nos amó hasta entregar su vida para redimirnos y volvernos al Padre Celestial. Lo hemos hecho meditando el valor y lema que nos ha propuesto nuestra Iglesia para este año 2017. Participar en grupos de vida es volver a ser como era la Iglesia primitiva, donde todos se conocían, amaban, compartían, oraban y se ayudaban según sus necesidades. El Tercer Plan de Pastoral nos motiva y conduce a integrarnos, a vivir la espiritualidad de comunión y la situación social que vivimos, nos exige vivir solidariamente hermanados. Que el Padre Celestial nos conceda la gracia de asimilar esa necesidad de unirnos en pequeñas comunidades, que fortalezcan nuestra Iglesia y la hagan cada día más fiel a los fundamentos de Jesús, el Nazareno que vivió formando y sanando en Galilea y nos dejó su Espíritu para que continuara vivificando a sus seguidores. Canto y bendición final

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Acción Significativa del Sector Marzo 2017

Jornada de ayuno y oración por la patria “Procuren el bien de la ciudad a la que les he llevado, y oren por ella” (Jr 29,7) Durante la jornada de oración: Poner la bandera dominicana en las ventanas y balcones de nuestros hogares. Los que conduzcan vehículos encender las luces durante todo el día Introducción “Los tiempos que corren no son buenos” … “Vivimos en la mayor bonanza económica de todos los tiempos y de todos los pueblos de la región…” “La impunidad y la violencia está presente en nuestras calles, nadie puede vivir tranquilo, y todos hemos sido asaltados o conocemos a alguien que lo ha sido recientemente…” “En este año hemos conseguido disminuir los niveles de delincuencia …” “Somos uno de los países con el mayor porcentaje de corrupción a todos los niveles y de menos persecución de la misma…” Frases de estos días sacadas de nuestra prensa, de las redes y de la calle. ¿Con cuales nos quedamos? ¿A cuáles hacemos caso? Los sonados casos de corrupción que nos tiene en la palestra pública internacional y el empecinamiento de querer abrirle las puertas a la industria del aborto en nuestro país no son más que para preocuparnos y pedirle, humillados, a Dios su dirección, compasión y amparo en esta grave situación de muerte, de injusticias e impunidad en esta patria. La realidad es que el pueblo está muy preocupado por la situación propia y la del país. Ante esta situación, estamos invitando a organizar una Jornada de Oración y Ayuno por nuestra patria. Presentamos una propuesta de esa Oración; cada comunidad, sector o parroquia podrá organizarla como sea más conveniente para su situación pastoral. Presentamos la idea de realizar un tiempo de Adoración al Santísimo Sacramento, que puede ser durante todo el día, distribuyéndolo por turnos de oración. Puede iniciarse o concluirse con la celebración de la Eucaristía en aquellos lugares que las condiciones lo permitan, de no ser así se debe asegurar los momentos especiales de inicio y conclusión de la jornada de oración. Adoración, reflexión y petición al Señor por la Patria de todos y todas, por la República Dominicana. Las comunidades que no puedan realizar la Adoración al Santísimo pueden hacerlo delante del Altar, que simboliza a Jesucristo. Y el ayuno puede ser todo el día; o entre comidas o una parte del día, según las posibilidades de cada persona. La Iglesia dice que el ayuno se realiza desde el uso de razón hasta los sesenta años. El ayuno lo pueden realizar todas las personas, independientemente de la edad.

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Orientaciones sobre el ayuno Cada uno siguiendo las indicaciones del Señor e imitando su propio ejemplo de ayunar y agradar solo a Dios, de no estar sometidos al querer y la voluntad de nuestro cuerpo y sus instintos; ayunando para no caer en tentación (Mt. 26,41) y sabiendo que hay demonios y males que solo se vencen con ayuno y oración (Mt. 17,21) ofrezcamos nuestro ayuno cuaresmal de este día por las graves dificultades que atraviesa nuestra nación y para que siempre se preserve la vida de todos los niños y las niñas por nacer en toda circunstancia y en todo tiempo. Modos de ayunar: Los niños menores de 7 años, los ancianos y personas enfermas están dispensadas del ayuno, sin embargo, pueden libremente ofrecer algún sacrificio que no ponga en riesgo su salud. Los demás podemos hacer el ayuno saltando una de las principales comidas (sobretodo el almuerzo), o simplemente comiendo algo ligero en todo el día (un pan con agua o un caldo o sopa). Sería muy provechoso poder hacer este día de ayuno acordando con la familia el cómo hacerlo, qué cosa preparar de comer ese día y lo que se economice en ayuno darlo en ofrenda a una familia necesitada. Oración: el ayuno tiene sentido cuando se hace en un clima de oración, penitencia y pensando en los necesitados. Por eso durante el día tengamos pendiente las intenciones o motivos por los que realizamos el ayuno y sentirnos unidos a los pobres, hambrientos y necesitados. Canto de adoración mientras se expone el Santísimo.

Primera parte: Oración por la Patria Inicio de la Jornada

Gritamos justicia y amor por la vida No a la industria del aborto y a la impunidad 0. Exposición del Santísimo Sacramento 1. Canto del Himno Nacional 2. Saludo inicial y primera oración Señor Jesús nos ha reunido como familia y comunidad para estar un rato contigo. Venimos a adorarte, alabarte, bendecirte, pedirte, pero, sobre todo, venimos a estar contigo y a sentir que tú estás con nosotros y nosotras. Ya sabes que la mayoría de nuestras oraciones son de petición. Venimos a estar contigo y presentarte nuestra patria, nuestra República Dominicana. Te presentamos nuestra patria que tiene graves problemas que deseamos hablar contigo para que intervengas en esas situaciones que nos quitan la paz verdadera. En las Bodas de Caná, tu Madre está allí, te busca, te presenta una situación, no te pide que hagas nada, solo te presenta la situación de la gente diciéndote: “No tienen vino”. Pero María, te conoce, es tu madre, y sabe de tu sensibilidad con los necesitados, sabe que vas a apoyar a quien está en alguna necesidad. Vas a participar en buscar solución.

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Por ello, hoy no vamos a pedirte nada, sólo te decimos: “Jesús, mira a República Dominicana. Jesús aquí tienes a República Dominicana”. A cada frase respondemos: Jesús, te presentamos a República Dominicana - Mira, Jesús, cuánta gente buena hay en nuestra patria: - Mira, Jesús, cuánta gente honrada y trabajadora tiene nuestra patria… - Mira, Jesús, lo bonita que es nuestra Patria… - Mira, Jesús, cuántas personas están luchado por una patria mejor… - Mira, Jesús, a las mujeres de nuestra patria… - Mira, Jesús, cuánta fe hay en nuestra patria… - Mira, Jesús, cuántas familias fuertes se esfuerzan en nuestra patria… - Mira, Jesús, cuántas personas e instituciones trabajan por el bien de los más necesitados en nuestra patria… - Mira, Jesús, todas las bellezas de nuestra patria… - Mira, Jesús, a toda la gente buena y a todo el bien de nuestra patria… - Mira, Jesús, que no tiene paz nuestra patria… - Mira, Jesús, la falta de respeto a la vida, sobre todo con los no nacidos, en nuestra patria… - Mira, Jesús, cómo está la justicia en nuestra patria… - Mira, Jesús, el hambre y la miseria en nuestra patria… - Mira, Jesús, la pobreza de la mayoría del pueblo de nuestra patria… - Mira, Jesús, la falta de trabajo, y los salarios tan bajos en nuestra patria… - Mira, Jesús, la corrupción a todos los niveles en nuestra patria… - Mira, Jesús, las leyes que no se cumplen en nuestra patria… - Mira, Jesús, la impunidad, sobre todo de los más grandes en nuestra patria… - Mira, Jesús, la indiferencia de tantas personas ante la realidad de nuestra patria… - Mira, Jesús, las autoridades que no saben, no pueden o no quieren ayudar a la solución de estos problemas de nuestra patria… - Mira, Jesús, todo lo que cada una de estas personas participantes en esta oración ponemos ante ti - (Unos 5 minutos de silencio en oración ante el Señor para presentarle la vida de cada persona, de la familia y de la patria) (Después del silencio, quien preside dice: Jesús, te presentamos a la República Dominicana) (Quien preside termina esta oración diciendo:) Te presentamos la patria para que hagas con ella lo que sabes te toca hacer, y cuenta con nosotros, como contaste en Caná con los criados para sacar agua, cuenta con nosotros y nosotras, para que saquemos el agua que nos corresponde, para que pongamos cuanto esté de nuestra parte, para sensibilizarnos ante esta realidad de la República Dominicana y participar en el trabajo por mejorarla. Amén Todos juntos decimos: Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. / Nos sentimos heridos y agobiados. /Precisamos tu alivio y fortaleza. Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad/ y el compromiso por el bien común.

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Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios / para amar a todos sin excluir a nadie, / privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, / aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda. / Tú nos convocas. Aquí estamos, Señor, / cercanos a María, la Madre de la Altagracia que intercede por nosotros y por la patria. Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos. Amén 3. Canto de adoración o de compromiso 4. Meditación a partir de la Palabra de Dios: (Lo pueden hacer dos lectores, alternándose y dejando unos segundos de silencio entre texto y texto) Lector 1: “Si mi pueblo, sobre el cual es invocado mi Nombre, se humilla, rezando y buscando mi rostro, y se vuelven de sus malos caminos, yo entonces los oiré desde los cielos, perdonaré su pecado y sanaré su tierra.” 2 Crónicas 7,14 “Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, sin distinción de personas; por los reyes y todos los gobernantes, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, con toda piedad y dignidad. 1 Timoteo 2,1-2 Oración con la Palabra: Señor Jesús, en tu Palabra nos invitas a orar por todos sin distinción, y haces una mención especial que oremos por los dirigentes y gobernantes del país. Oraciones de distinto tipo, petición, acción de gracias, súplicas. Pero junto con las oraciones, nos debemos volver hacia ti, buscar tu rostro con humildad. Nos estás pidiendo humildad, oración y acción. Y con ello lograremos que tú nos escuches, que perdones los pecados, sanes la tierra, que podamos llevar una vida en paz y tranquilidad… ¡Cuánta falta nos hace todo esto, Señor! Esta es la razón por la que estamos ante ti, nos sentimos necesitados y venimos a orar con humildad y confianza. Concédenos cuanto nos prometes en esta tu Palabra que hemos leído. 10 minutos de silencio, para orar con esta Palabra de Dios Canto Lector 2. “Preocúpense por la prosperidad del país donde los he llevado y rueguen por él a Yavé; porque la prosperidad de este país será la de ustedes.” Jeremías 29,7 “Recuerda a los creyentes que se sometan a los jefes y a las autoridades, que sepan obedecer y estén listos para toda tarea provechosa. Que no insulten a nadie, que sean pacíficos y comprensivos y traten a todos con toda cortesía.” Tito 3,1-2 Oración con la Palabra: Señor, somos creyentes, por eso estamos ante ti, Tú eres nuestro centro y por eso te alabamos y bendecimos. Escuchamos tu Palabra, que nos acaba de invitar a estar bajo autoridad. Los creyentes,

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vivimos en la tierra, en esta nuestra tierra, en nuestra patria, y aunque tenemos “una patria en el cielo”, debemos ser responsables aquí en la tierra, ser sensibles ante la realidad; debemos dar ejemplo de seguir a las autoridades, de cumplir las leyes, de ser respetuosos y corteses con los demás. Tú quieres que seamos respetuosos en buscar la prosperidad del país y de participar en las obras buenas que ayuden a las demás personas. Esta palabra nos está invitando a ser pacíficos, a construir la paz, con la paz, no con la guerra, las armas o la violencia. Ayúdanos a no dejarnos derrotar por la violencia que se está institucionalizando; danos fuerza para no dejarnos dominar por el miedo ante los delincuentes y los que favorecen la delincuencia de todo tipo y que seamos pacíficos y trabajemos, para que en nuestros Sectores construyamos la paz y exijamos la protección que nuestras autoridades deben brindarnos. 10 minutos de silencio, para orar con esta Palabra de Dios Canto Lector 3: Lucas, 22,25-26 Jesús sabía lo que estaban pensando, y les dijo: “Todo reino que se divide, corre a la ruina; no hay ciudad o familia que pueda durar con luchas internas.” Mateo 12,25 Jesús les dijo: “Los reyes de las naciones las gobiernan como dueños, y los mismos que las oprimen se hacen llamar bienhechores. Pero no será así entre ustedes. Al contrario, el más importante entre ustedes debe portarse como si fuera el último, y el que manda, como si fuera el que sirve. Oración con la Palabra: Aquí nos tienes, Señor, reflexionando sobre nuestra patria y sobre algo que nos corresponde hacer por ella: orar. Estamos en oración ante ti, porque estás con nosotros y nosotras, nos abrazas y escuchas; ahora te escuchamos en esa Palabra tuya que nos hace mirar a la patria; patria que está dividida sobre todo por la indiferencia de muchos, y de muchos y muchas creyentes también. Tenemos luchas internas y externas, porque se nos quiere imponer la corrupción y la impunidad. Ya que hay claras evidencias de corrupción, pero no se buscan las cabezas corruptas. Además, desde dentro y de fuera nos quieren imponer ciertas ideas sobre cuándo comienza la vida y cuándo es vida humana. No solo las autoridades y los poderes de aquí se imponen, también las potencias y los poderes exteriores desean imponer su fuerza en ideas; para ello tiene armas y poder económico. Pero el humilde, el pobre y el servidor cuenta contigo que no le vas a abandonar. Ayúdanos a ser servidores de tu Reino, a construirlo aquí, en República Dominicana, con nuestra sensibilidad ante la realidad y participando en las alegrías y las penas de la patria, en la solución de sus problemas, y celebrando sus logros, pero con humildad, con servicio. 10 minutos de silencio, para orar con esta Palabra de Dios. Canto

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Oremos: Señor, te presentamos la patria, te presentamos a República Dominicana, y nos presentamos nosotros y nosotras ante ti, acógenos y haz lo que tú sabes que tienes que hacer, hazlo con la Patria y con cada uno de nosotros y nosotras. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos: Amén. TODOS REZAMOS ESTA ORACIÓN POR LA PATRIA Oración por la patria En este día de oración por la Patria, Dios y Padre Nuestro, queremos agradecerte por habernos dado este país en el mundo; donde la belleza de tus manos, se derrama tan generosamente, dándonos unos paisajes cálidos con sus caudalosos ríos; donde no reinan los odios de razas ni religiones; nos diste a la Virgen como Patrona, Protectora y Madre. Te queremos pedir por medio de Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, que bendigas y hagas próspero el trabajo de nuestras manos, de nuestros hombres y mujeres, de los que trabajan en las fábricas, en los campos, en las oficinas, en las carreteras, en las casas; que sostengas a los que no tienen trabajo, que tiendas tu mano poderosa, sobre ellos para alcanzarles, el pan cotidiano; y que toques el corazón de aquellos que administran, para que, con solidaridad cristiana y humanística, se acerquen a los más pobres humildes y necesitados. Sostén a los padres en sus trabajos, y en sus preocupaciones. Ayuda a las madres en sus tareas familiares, y que en ellas colaboren los hombres; guía a los jóvenes, en la elección de su vocación y profesión, sé Tú la esperanza de los enfermos, y el consuelo de los ancianos; que cese la violencia, la impunidad, la corrupción y el hambre; que juntos con María caminemos hacia una sociedad fraterna, y solidaria; que hagamos de este País, el sueño de nuestros mayores; y llenos de amor, hagamos la felicidad de nuestros abuelos, la alegría de nuestros niños y que podamos decirle a Jesús. Gracias, gracias por este hermoso suelo que nos diste, gracias por nuestra querida patria. Amen (Cf. Carlos Artusa) Conclusión de la Jornada de Oración y Ayuno por la Patria Entrega del ayuno al Señor En silencio cada uno entrega su día de oración y ayuno al Señor y le presenta sus propias intenciones personales o particulares a la ya mencionadas. Conclusión Puede concluirse con la bendición Eucarística o con la celebración de la Eucaristía. Cantar el Himno Nacional al final.

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ACCIÓN SIGNIFICATIVA EN LAS FAMILIAS Visitar a una familia más pobre y Compartir con ella Primer momento: Reunión en familia para preparar esta Visita a una familia más pobre. 1. Invoquemos el Espíritu Santo. 2. Cantemos: Con nosotros está o Amemos de corazón. 3. Motivación Estamos en Cuaresma 2017 preparándonos para celebrar la Pascua del Señor Resucitado con vestido de fiesta. Hoy queremos dejarnos llevar por el Espíritu Santo para que El nos guíe siempre a sentir lástima de los más pobres que nosotros y nos ayude a preparar esta visita a una familia del Sector y a compartir con ella. 4. Escuchemos la Palabra: Lucas 16, 19-31 Compartamos entre nosotros: · ¿Cuáles son los personajes que aparecen en esta lectura? · ¿Qué hacía el rico glotón? · ¿Qué hacía el pobre? · ¿Qué les pasó a los dos? · ¿Qué quería el rico? · ¿Qué le respondió Abraham? · ¿A qué nos invita esta Palabra? 5. Planifiquemos nuestra visita a) Elijamos cuál familia de nuestro Sector es la más pobre. b) Hablemos sobre la condición de esa familia c) Decidamos qué compartiremos con esa familia d) Pongamos el día de la Visita e) Hagamos un pequeño programa para compartir con esa familia. Recordemos que lo más importante no es sólo llevar cosas, sino compartir un rato con ellos: conversar, tener un brindis, jugar con los niños… f) Contactemos la familia para combinar el día y la hora de la visita. Segundo momento: Hagamos la visita a) Saludos b) Conociéndonos unos a otros: se presentan unos a otros c) Se intercambia sobre la vida de la familia visitada y la de la visitante d) Se puede hacer un canto o una dinámica e) Se comparte un momento de oración. Se lee Juan 15, 9-14 f) Si hay niños se hace un juego con ellos, si hay ancianos se les pregunta sobre su vida pasada. g) Se les entrega lo que se les ha llevado h) Se comparte un brindis i) Despedida.

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Lecturas Dominicales y Diarias Marzo 2017 Las lecturas están tomadas del Calendario Litúrgico de la Conferencia del Episcopado Dominicano 2017 1

Miércoles de Ceniza

IV Semana de la Liturgia de las Horas

Morado

Inicio tiempo de Cuaresma ALGUNAS ORIENTACIONES PARA ESTA CELEBRACION -Colocar el lema del mes “Sintió lástima de ellos (Mt 9,36) en el lugar de costumbre / Durante este tiempo, el sacerdote vestirá ornamentos morados/ no se canta el Aleluya ni el Gloria /no habrá flores en el altar/En la Misa de hoy se omite el Acto Penitencial, que se realizará en la imposición de la Ceniza, que se hará luego de escuchar las lecturas bíblicas y la homilía del sacerdote, todo debe realizarse en un ambiente de recogimiento, pues se inicia el tiempo de penitencia, de conversión, oración intensa y compartir con los más pobres . Monición ambiental Hermanos y hermanas: Desde hoy Miércoles de Ceniza primer día del mes e inicio de la cuaresma, animados por el lema “Sintió lástima de ellos (Mt 9,36) somos convocados por el Señor a vivir este tiempo de oración intensa y de ayuno acompañado de obras de amor y de servicio a los más pobres, para que purificados por El de nuestros pecados, podamos llegar a la Celebración de la Pascua con un corazón reconciliado, puro y sensible a la solidaridad. El Papa Francisco en su Mensaje para la Cuaresma nos dice: La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. Y en este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a volver a Dios «de todo corazón» (Jl 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos espera pacientemente que volvamos a él y, con esta espera, manifiesta su voluntad de perdonar (cf. Homilía, 8 enero 2016). La Cuaresma es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna. En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar con mayor frecuencia y que estamos llamados a recibir como un don que nos lleva a descubrir que cada persona, especialmente los más pobres, es un don de Dios para cada uno de nosotros. La Iglesia con la imposición de la ceniza en la frente, quiere recordarnos que en lo corporal somos polvo y a polvo hemos de reducirnos con la muerte, y así hagamos penitencia de nuestros pecados y así fructificar la Cuaresma.

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Nos manda guardar exactamente el ayuno y la abstinencia, prepararnos con solicitud a la confesión, para hacer más meritorio el ayuno, para abrirnos a la misericordia de Dios y su perdón, disponiéndonos mejor a la Comunión pascual. Dispongámonos con humildad y sencillez para esta Celebra­ ción recibiendo al mismo Jesucristo quien nos preside a través de su ministro. Primera Lectura: Joel 2,12-18 El pueblo entero participó en la petición del perdón y en la reparación de sus pecados y el Señor sintió lástima de su pueblo y lo perdonó. Es lo mismo que realiza hoy con nosotros, si acogemos su Palabra como un don aceptando también a los otros como un regalo para nosotros. Escuchemos. Lectura de la profecía de Joel 2,12-18 «Ahora, oráculo del Señor, conviértanse a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasguen los corazones y no las vestiduras; conviértanse al Señor, su Dios, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas.» Quizá se arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el Señor, su Dios. Toquen la trompeta en Sión, proclamen el ayuno, convoquen la reunión. Congreguen al pueblo, santifiquen la asamblea, reúnan a los ancianos. Congreguen a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan: «Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde está su Dios? El Señor tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 50 R/ “Misericordia, Señor, hemos pecado” Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R/. Segunda lectura: 2 Corintios 5,20-6,2 Pablo nos invita a reconciliarnos con Dios y a ser sensibles y solidarios con nuestros hermanos y hermanas, para vivir este tiempo de gracia, de purificación y liberación, que se nos regala para nacer nuevamente a la vida renovada en Cristo Jesús. Escuchemos. Lectura de Segunda carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 5,20-6,2 Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo les exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo

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expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, les exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues miren, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación. Palabra de Dios. Aclamación: Mt 4,17 Tu palabra, Señor, es la verdad y tu ley nuestra libertad. Conviértanse, dice el Señor porque está cerca el Reino de los Cielos Evangelio: Mateo 6,1-6 y 16-18 En este Evangelio Jesús nos marca los tres medios santos que son el ayuno, la oración y la limosna. A través de ellos podemos descubrir el don de Dios que es su Palabra, que es la base de nuestra vida cristiana y a volvernos sensibles ante las necesidades de los demás. Aclamemos cantando a Jesús que nos hablará. Lectura del santo evangelio según san Mateo 6,1-6.16-18 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuídense de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendrán recompensa de su Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recen no sean, como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunen, no anden cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Les aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.» Palabra del Señor. Meditación “Tu Padre, que ve lo escondido te lo recompensará” Iniciamos hoy el mes de marzo y nuestro plan de pastoral nos invita a contemplar como valor: la sensibilidad y como lema: Sintió lástima de ellos (Mt. 9, 36). Litúrgicamente también en este mes se da comienzo el tiempo de cuaresma, en el que la Iglesia nos anima con mayor firmeza al arrepentimiento y a la conversión. “Recuerda que polvo eres y en polvo de convertirás”, es el grito que resuena en nuestro interior al comenzar el Tiempo de Cuaresma, que inicia con el

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día de hoy, conocido litúrgicamente como el miércoles de cenizas y termina con la misa de la cena del Señor. La liturgia cuaresmal nos prepara para la celebración del misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo. El tiempo de Cuaresma es un tiempo de conversión y de penitencia; un tiempo propicio para volver al Señor de todo corazón. La cuaresma es un tiempo de ayuno, de limosna y de Oración. Al dar apertura a este tiempo, lo hacemos imponiendo cenizas en nuestras cabezas o en la frente. Las cenizas nos recuerdan la fragilidad humana. Las cenizas son las remembranzas de lo que un día fue y que hoy ya no es. Las cenizas son el signo bíblico del arrepentimiento y del anonadamiento. Con este gesto, la Iglesia nos quiere conducir por el camino de la verdadera penitencia, que ha de comenzar por el reconocimiento profundo de nuestra condición humana. Somos frágiles y débiles, somos de polvo. Necesitamos el auxilio de la gracia para fortalecernos y volver siempre a las manos de nuestro Padre Dios. Todos los días hemos de convertirnos. La conversión tiene un inicio en nuestras vidas, pero no un final, a diario hemos de rechazar el mal y acoger el bien. La Iglesia que es Madre y Maestra nos regala estos cuarenta días, tiempo en el que los cristianos hemos de “reconciliarnos con Dios” y con los hermanos, tal y como nos manda San Pablo en la Segunda Carta a los Corintios. Este es un tiempo favorable, es un tiempo de bendición, “ahora es el día de la salvación”. Oremos por nuestro pueblo dominicano para triunfe la lucha por la vida y por el cese de la impunidad y la corrupción administrativa. Que el Señor nos ayude en este tiempo de gracia a arrepentirnos de todo corazón, a intensificar nuestra oración, a realizar sacrificios espirituales que agraden a Dios, a dar limosna, a compartir fraternalmente lo poco o mucho que podamos tener. Amén. Oración de los fieles Quien preside: Ponemos ante Dios nuestra vida y hoy pedimos que nos conceda vivir una Cuaresma de verdadera conversión. A cada oración respondemos: Señor, conviértenos hacia ti y hacia los hermanos Para que el rito de la ceniza, que inaugura hoy el camino cuaresmal, nos haga sensible a la solidaridad y firmes en la fe, nos recuerde a todos que formamos parte de la santa Iglesia, pero siempre necesitamos de penitencia. Oremos. Para que nos sensibilicemos con los que viven en la tristeza y la desesperación, los que sufren hambre, y nuestro ayuno de este día les procure el alimento necesario. Oremos. Para que todos los gobernantes de las naciones, sean sensibles a la solidaridad y signos reales de la presencia viva y alentadora de Jesús en medio de nosotros y hagan suyas las necesidades de todos especialmente de los más pobres. Oremos. Por todas las familias, y todos los matrimonios, para que sean testimonio del amor de Dios y desde esa experiencia puedan educar a sus hijos en valores y alentarlos, para que surjan vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal. Oremos.

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Por todos nosotros, que recibimos en nuestra frente la ceniza que nos recuerda que polvo somos, para que esta celebración Eucarística, nos disponga sinceramente a dar frutos de verdadera conversión, mediante la práctica del ayuno, la oración y la caridad. Oremos. Quien preside: Padre de bondad, todo esto te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. 2 Jueves después de Ceniza

Morado

Lectura del libro del Deuteronomio 30,15-20 Moisés habló al pueblo, diciendo: «Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy cito como testigos contra ustedes al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y vivirán tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 1 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche. R/. Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R/. No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 9,22-25 En aquel tiempo, dijo Jesús: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día.» Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?» Palabra del Señor.

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Sintió lástima de ellos

Meditación “El que pierda su vida por mi causa, la salvará” Tanto el salmo 1 como la primera lectura del libro del Deuteronomio, nos están invitando a poner toda nuestra confianza en el Señor, eso implicará elegirlo a él, que es el que nos conduce hacia la verdadera y auténtica vida, hacia la bendición. Los caminos de Dios siempre desembocan en una gran bendición. Entre todas las cosas que decidimos a diario, elegir a Dios, es sin lugar a dudas, la mejor opción que podemos tomar. Pero cuántas veces optamos por el mal camino, aún a sabiendas del desenlace. Ayer celebramos el miércoles de ceniza y se nos recordaba lo fugaz y débil que es la vida. Nuestras vidas adquieren sentido pleno, si nos decidimos por el Señor y su justicia. Jesús en el evangelio de hoy, es bastante claro: expone nítidamente su misión y sus padecimientos y a la vez, establece condiciones para quien se decida a seguirle. Las condiciones son sencillas, pero requieren unas dosis de renuncias y de desapegos. Se nos pide: seguir a Jesús en libertad, negarnos a nosotros mismos (crucificar nuestras pasiones y deseos lejanos del reino), cargar con nuestra realidad concreta y asumir nuestras vidas de cara al plan de Dios. Si deseamos ser auténticos discípulos de Jesús, ahí está la clave. Ojalá pudiéramos recorrer este camino cuaresmal teniendo en la mente y en el corazón, estas exigencias de Jesús. Que el Señor Jesús nos dé la gracia de elegirlo siempre como el camino, la verdad y la vida! 3 Viernes después de Ceniza

Morado

Lectura del libro de Isaías 58,1-9a Así dice el Señor Dios: «Grita a plena voz, sin cesar, alza la voz como una trompeta, denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Consultan mi oráculo a diario, muestran deseo de conocer mi camino, como un pueblo que practicara la justicia y no abandonase el mandato de Dios. Me piden sentencias justas, desean tener cerca a Dios. “¿Para qué ayunar, si no haces caso?; ¿mortificarnos, si tú no te fijas?” Miren: el día de ayuno busquen su interés y apremien a sus servidores; miren: ayunen entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad. No ayunen como ahora, haciendo oír en el cielo sus voces. ¿Es ése el ayuno que el Señor desea para el día en que el hombre se mortifica?, mover la cabeza como un junco, acostarse sobre saco y ceniza, ¿a eso lo llaman ayuno, día agradable al Señor? El ayuno que yo quiero es éste: Abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos, romper todos los cepos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo y no cerrarte a tu propia carne. Entonces romperá tu luz como la aurora, en seguida te brotará la carne sana; te abrirá camino la justicia, detrás irá la gloria del Señor. Entonces clamarás al Señor, y te responderá; gritarás, y te dirá: “Aquí estoy.”» Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial 50 R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,14-15 En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio y entonces ayunarán.» Palabra del Señor Meditación “Llegará un día en que se lleven al esposo y entonces ayunarán” Todo el tiempo de cuaresma está atravesado de punta a punta por cuatro palabras, y estas son: ayuno, limosna, oración y penitencia o conversión. En la primera lectura el profeta Isaías nos pone en la línea del Señor, que nos manda a dejar de lado la hipocresía, la doble vida y la falsedad y nos invita a encauzar nuestras vidas por el sendero que el Señor quiere para nosotros. El profeta denuncia la situación de injusticia de sus contemporáneos, que viviendo en pecado y sin querer arrepentirse van al Templo a ofrecer un culto “vacío” a Dios. No se puede seguir a Dios si no se está dispuesto a renunciar al pecado y a nuestras malas actitudes de vida. Hoy la palabra nos muestra cuál es el sacrificio o ayuno que le agrada a Dios. Este ayuno consiste no tanto en “dejar de comer”, sino en “despojarnos” de aquellas cosas que sabemos que nos impiden hacer el bien. El ayuno que agrada realmente a Dios es reducir la injusticia, el engaño, el error, el robo, las infidelidades, las mentiras, las humillaciones, los actos de violencia, el apego al dinero y a los bienes materiales, el dejar de hacerme el ciego o el “chivo loco” ante el necesitado, el no tener “tiempo” para las cosas de Dios, el vivir aislado y sin conexión hasta con los miembros de mi propia familia, el guardar odio y rencor por cosas viejas y pasadas, el no andar en la verdad de mi vida. Haga cada uno su propia lista de “cosas” a las que debería ayunar, para poder ofrecer a Dios un sacrificio que de verdad le agrade. Podemos engañar a los demás e inclusive podemos llegar a auto-engañarnos, lo que nunca vamos a poder hacer es engañar a Dios. Él nos “sondea y nos conoce”, sabe muy bien como es el culto que le ofrezco, si es verdadero o si es vacío y mera apariencia. Que el Señor nos ayude a ofrecerle nuestro corazón “quebrantado y humillado” para encontrar misericordia y salvación. Amén.

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Sintió lástima de ellos

4 Sábado después de Ceniza

Morado

Lectura del libro de Isaías 58,9b-14 Así dice el Señor Dios: «Cuando destierres de ti la opresión, el gesto amenazador y la maledicencia, cuando partas tu pan con el hambriento y sacies el estómago del indigente, brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía. El Señor te dará reposo permanente, en el desierto saciará tu hambre, hará fuertes tus huesos, serás un huerto bien regado, un manantial de aguas cuya vena nunca engaña; reconstruirás viejas ruinas, levantarás sobre cimientos de antaño; te llamarán reparador de brechas, restaurador de casas en ruinas. Si detienes tus pies el sábado y no traficas en mi día santo, si llamas al sábado tu delicia y lo consagras a la gloria del Señor, si lo honras absteniéndote de viajes, de buscar tu interés, de tratar tus asuntos, entonces el Señor será tu delicia. Te asentaré sobre mis montañas, te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob.» Ha hablado la boca del Señor. Palabra de Dios Salmo Responsorial 85 R/. Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado; protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti. R/. Tú eres mi Dios, piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día; alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti. R/. Porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende a la voz de mi súplica. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 5,27-32 En aquel tiempo, Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió. Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: «¿Cómo es que come y bebe con publicanos y pecadores?» Jesús les replicó: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan.» Palabra del Señor. Meditación

“No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan” El profeta Isaías nos está alertando a todos nosotros en este tiempo de cuaresma que recién hemos comenzado, a que compartamos fraternalmente lo que tenemos y ayudemos desde nuestra condición a quienes están más necesitados que nosotros. La generosidad de corazón nos hace capaces de dar a los demás, no de lo que nos sobra, o de aquello

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que no queremos, sino dar cosas que realmente son valiosas para nosotros. La palabra nos habla de compartir nuestro pan con el hambriento, no nos habla de dar al otro lo que yo no quiero o lo que me está estorbando en mi casa. En este tiempo de cuaresma todos estamos invitados a dar limosna, a compartir como hermanos lo que tenemos. La limosna no es algo que me está sobrando, es un deber que tengo como cristiano de compartir lo mío con quien necesita más que yo. Dar limosna nos ayuda a ser desprendidos y a no poner nuestro amor en las cosas materiales que pasan y que nunca nos harán felices. El Señor, hoy nos está enseñando cuál es su camino, para que habitemos en la verdad del evangelio, como hemos rezado en el salmo. Jesús en el evangelio que hemos escuchado nos describe el propósito de su misión evangelizadora, ser cercano con todos y tener un corazón abierto y disponible para acoger y compartir incluso con aquellas personas que nadie quería juntarse. Jesús vino al mundo para reconciliarnos con el Padre y para que nosotros descubramos en la otra persona a un hermano, a un hijo amado de Dios. Jesús con su vida y con sus acciones nos muestra que Dios es un Padre cercano y misericordioso, que nos ama tal y como somos y que lo único que quiere de nosotros es que nos arrepintamos de la mala vida, que abandonemos las tinieblas del pecado y andemos en la luz de su Palabra. Que volvamos a él con sincero corazón y dispuesto a no mirar atrás. Que el Señor nos otorgue la gracia de ser desprendidos y nos conceda un verdadero arrepentimiento de corazón, para que podamos recibirlo a él en nuestras vidas. Amén 5

I Domingo de Cuaresma

Primera Semana Liturgia de las Horas Morado Dios tiene lástima de nuestra debilidad y nos hace fuertes para vencer Orientaciones para esta celebración: Destacar el lema del mes “Sintió lástima de ellos (Mt 9,36) y el valor Sensibilidad. Colocar el lema del día en un lugar visible. Se pueden presentar las tres grandes tentaciones: codicia, vanidad y soberbia con símbolos como persona con una canasta llena con papeletas; otra con joyas y coloretes y otra con gestos de grandeza. Recordar hoy a las mujeres, ya que el próximo 8 de Marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, destacando su dignidad y sus aportes. Se puede dar un aplauso o reconocimientos a mujeres destacadas por su sensibilidad por las personas más pobres de nuestra Parroquia o Sector. Se puede dramatizar el Evangelio. Se presentan un grupo de mujeres en las ofrendas.

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Sintió lástima de ellos

1. Monición ambiental: Hermanos y hermanas: Nos congrega el Señor para participar, como bautizados y bautizadas en esta celebración eucarística del primer Domingo de Cuaresma, tiempo de preparación, conversión y solidaridad para la Celebración de la Pascua del Señor, convocados en este mes de Marzo a vivir el valor de la sensibilidad como condición necesaria para participar con su lema” Sintió lástima de ellos (Mt 9,36). En este camino cuaresmal se nos presenta el primer Domingo de Cuaresma, la realidad de las tentaciones, desde el principio de la humanidad pasando por Jesucristo y hasta llegar a nosotros. Dios creador tuvo un plan de felicidad, desde el principio de la creación, para hombres y mujeres, un proyecto de vida para todo el ser humano, que fue roto por la desobediencia del hombre y la mujer que prefirieron oír al Maligno con su propuesta de que desobedeciendo al Padre somos más libres, más grandes y más felices. Esta desobediencia trajo la muerte, la violencia, la destrucción de unos con otros, la desintegración interior, la injusticia, la corrupción, el deterioro de la naturaleza y la infelicidad. Pero, como nos recuerda San Pablo, Dios le dio lástima de la humanidad y compadecido no nos abandonó a la muerte, sino que envió a su Hijo a redimirnos del pecado, siendo obediente a la voluntad de su Padre hasta entregar su vida en la cruz y venciendo al Maligno nos abrió camino para ser libres del pecado, de la muerte y de toda opresión. Él lo derrotó con su obediencia, indicándonos el camino a seguir: sólo quien acoge la Palabra y a los demás como un don de Dios, puede salir victorioso de todas las tentaciones que se nos presenten y verse libre de la corrupción del pecado, que se realiza en tres momentos sucesivos: el amor al dinero, la vanidad y la soberbia (cf. Homilía, 20 septiembre 2013). Con un corazón dispuesto a una verdadera conversión, llenémonos en esta Eucaristía del poder del Señor, para que podamos vencer toda tentación, e iniciemos aclamando a Jesucristo victorioso, que llega a presidirnos esta Celebración a través de su ministro. 2. Proclamación del pregón cuaresmal 3. Procesión de entrada 4. Oración colecta Concédenos, Dios todopoderoso, que las prácticas anuales propias de la Cuaresma nos ayuden a progresar en el conocimiento de Cristo y a llevar una vida más cristiana. Por nuestro Señor Jesucristo. 5. Liturgia de la palabra Primera Lectura: Génesis 2,7-9; 3,1-7 Escuchemos con atención este relato del pecado primero y original de la humanidad que hemos heredado, que consiste en la desobediencia a la voluntad de Dios, buscando así una falsa libertad, que pretende disponer

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sobre lo que es bueno y malo, olvidándonos que somos sus criaturas, dependientes de Él y que sólo en la medida que le obedecemos y participamos en su obra de amor somos personas felices y realizada. Escuchemos Lectura del libro del Génesis 2,7-9;3,1-7 El Señor Dios modeló al hombre de arcilla del suelo, sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre se convirtió en ser vivo. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia oriente, y colocó en él al hombre que había modelado. El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos de ver y buenos de comer; además, el árbol de la vida, en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal. La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Cómo es que les ha dicho Dios que no coman de ningún árbol del jardín?» La mujer respondió a la serpiente: «Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: “No coman de él ni lo toquen, bajo pena de muerte.”» La serpiente replicó a la mujer: «No morirán. Bien sabe Dios que cuando coman de él se les abrirán los ojos y serán como Dios en el conocimiento del bien y el mal.» La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Palabra de Dios Salmo Responsorial 50 R/. Misericordia, Señor: hemos pecado Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/. Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R/. Segunda Lectura: Romanos 5,12-19 San Pablo en la carta a los Romanos hace una comparación entre Adán, el ser humano pecador y Jesucristo enviado del padre que vino a liberarnos del pecado. Dios que ha sentido lástima de nuestra debilidad por medio de su Hijo, nos hace participar de su salvación, mostrándonos que en la obediencia a Él, es que está nuestra grandeza y nuestra verdadera felicidad. Escuchemos Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5,12-19 Lo mismo que por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.

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Porque, aunque antes de la Ley había pecado en el mundo, el pecado no se imputaba porque no había Ley. A pesar de eso, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso sobre los que no habían pecado con una transgresión como la de Adán, que era figura del que había de venir. Sin embargo, no hay proporción entre el delito y el don: si por la transgresión de uno murieron todos, mucho más, la gracia otorgada por Dios, el don de la gracia que correspondía a un solo hombre, Jesucristo, sobró para la multitud. Y tampoco hay proporción entre la gracia que Dios concede y las consecuencias del pecado de uno: el proceso, a partir de un solo delito, acabó en sentencia condenatoria, mientras la gracia, a partir de una multitud de delitos, acaba en sentencia absolutoria. Por el delito de un solo hombre comenzó el reinado de la muerte, por culpa de uno solo. Cuanto más ahora, por un solo hombre, Jesucristo, vivirán y reinarán todos los que han recibido un derroche de gracia y el don de la justificación. En resumen: si el delito de uno trajo la condena a todos, también la justicia de uno traerá la justificación y la vida. Si por la desobediencia de uno todos se convirtieron en pecadores, así por la obediencia de uno todos se convertirán en justos. Palabra de Dios. Aclamación: Mt 4, 4b No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Evangelio: Mateo 4, 1-11 Al igual que Jesús nosotros también somos tentados y nuestras tentaciones tienen en nuestra vida una sola raíz, que es no prestar oído a la Palabra de Dios y hasta manipularla a nuestro antojo. Jesús nos enseña a rebatir el Maligno siendo sensibles a la Palabra del Padre que nos hace obedientes sólo a Él y no a nuestros deseos de placer egoísta, de poder, de vanidad y de soberbia que nos destruyen y nos hace destructores de los demás. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Mateo 4,1-11 En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.» Pero él le contestó, diciendo: «Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.”» Entonces el diablo lo lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.”» Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios.”» Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras.» Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.”»

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Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían. Palabra del Señor. 6. Rito de entrada al catecumenado (ver Ritual de la Iniciación Cristiana de Adulto) 7. Oración de los fieles El que preside: Presentemos con toda confianza al Padre nuestras oraciones por medio de su Hijo vencedor del Maligno diciéndole: Padre, danos tu Espíritu para vencer al Maligno. Por la Iglesia y sus Pastores, para que no caigan en la tentación de descuidar su misión de evangelizar y de ser sensible a la solidaridad de todos sin distinción alguna. Oremos. Por todos los Gobernantes de las naciones, y los de nuestro país, para que no caigan en la tentación de involucrarse en las diferentes formas de corrupción y de no esforzarse por erradicar de raíz la impunidad. Oremos. Por los pobres, los enfermos y todos los que sufren, para que sientan la presencia y el consuelo de Jesús y el amor sensible y solidario de todos nosotros. Oremos. Por todas las familias, para que eduquen a sus hijos en valores y no descuiden la oración, para que el Señor suscite en sus hijos vocaciones a la vida religiosa y sacerdotal. Oremo. Por nosotros, que participamos en este banquete eucarístico, para que, siendo sensibles a las necesidades de los más pobres, participemos en la solución de tantas desigualdades que existen en nuestro país. Oremos. Para que la Sociedad dominicana sea sensible antes la problemática de violencia contra las mujeres y se procure desde las familias educar en valores, para que seas respetadas y tratadas con dignidad e igualdad en el trabajo, en todas las instituciones públicas y privadas, y que aquellos que juraron amarlas no se conviertan en sus verdugos. Oremos El que preside: Acoge, Padre, nuestras oraciones que te presentamos con amor y danos la fuerza de tu Espíritu Santo para vencer como Jesús toda tentación que nos quiere conducir a desobedecerte y a tener un corazón indiferente ante el dolor de los que sufren. Por Jesucristo, nuestro Señor. Despedida de los catecumenos: Después de esta oración son despedidos de la Asamblea porque todavía no pueden participar de la Eucaristía. Un catequista los acompaña y sigue con ellos en otro lugar profundizando la Palabra de Dios que han escuchado. 8. Oración sobre las ofrendas Te pedimos, Señor, que estos dones que vamos a ofrecerte, nos dispongan convenientemente para el santo tiempo de la Cuaresma, que estamos iniciando. Por Jesucristo, nuestro Señor. 9. Oración después de la comunión Que este pan celestial alimente, Señor, en nosotros la fe, aumente la esperanza, refuerce la caridad, y nos enseñe a sentir hambre de Cristo, que

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es el pan vivo y verdadero, y a vivir de toda palabra que proceda de tu boca. Por Jesucristo, nuestro Señor. 6

Feria

Lunes

Morado

Lectura del libro del Levítico 19,1-2.11-18 El Señor habló a Moisés: «Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: “Serán santos, porque yo, el Señor, su Dios, soy santo. No robarán ni defraudarán ni engañarán a ninguno de su pueblo. No jurarán falso por mi nombre, profanando el nombre de Dios. Yo soy el Señor. No oprimirás ni explotarás a tu prójimo. No retendrás hasta el día siguiente el jornal de tu obrero. No maldecirás al sordo y al ciego no le pondrás tropiezos. Temerás a tu Dios. Yo soy el Señor. No será injusto en la sentencia: ni para favorecer al pobre, ni por respeto al poderoso. Juzgarás con justicia a tu prójimo. No andarás calumniando a los tuyos, ni darás testimonio contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.”» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 18 R/. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/. Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 25,31-46 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: “Vengan ustedes, benditos de mi Padre; hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me hospedaste, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, en la cárcel y viniste a verme.” Entonces los justos le contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos

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forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?” Y el rey les dirá: “Les aseguro que cada vez que lo hiciste con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hiciste.” Y entonces dirá a los de su izquierda: “Apártense de mí, malditos, vayan al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me diste de beber, fui forastero y no me hospedaste, estuve desnudo y no me vestiste, enfermo y en la cárcel y no me visitaste.” Entonces también éstos contestarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?” Y él replicará: “Les aseguro que cada vez que no lo hiciste con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hiciste conmigo.” Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.» Palabra del Señor. Meditación

“Lo que hicieron con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicieron” Dios nos da leyes y normas que nos orientan para vivir la santidad en la vida diaria para poder ser llamados a la “derecha” y ser contados entre “los benditos del Padre”, entre los amigos de Dios. Los mandamientos del Señor nos ayudan a vivir más felices. Quien los vive con honestidad y autenticidad está bien cerca del reino de Dios. Los mandamientos, una parte se refieren a Dios directamente y la otra parte se refieren al prójimo. Jesús en el Evangelio va a resumirlos todos en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. En el evangelio de hoy nos topamos con el “juicio de las naciones”. La intención de este relato no es describir los acontecimientos finales, sino que trata de inculcarnos cuál es la preparación necesaria para superar con éxito la prueba final. En este juicio Jesús separa a los “buenos” y a los “malos”. Siempre me ha llamado mucho la atención que en este juicio el criterio fundamental es el amor al prójimo expresado en obras de misericordias concretas; y como Jesús se identifica él mismo con todos los pobres, sufridos y necesitados de la tierra. Los que son recibidos en el reino son los que tuvieron amor misericordioso con el prójimo. Las seis maneras de manifestar el amor al prójimo que nos muestra el evangelio de hoy, se encuentra en el Antiguo Testamento (Is. 58, 7; Job 22, 6s), pero aquí son manifestación del precepto fundamental del amor. La sentencia definitiva se apoya en los motivos del servicio caritativo y fraterno al prójimo necesitado. Las obras de misericordia por amor aparecen como criterio de entrada en el reino de Dios. En esta escena del evangelio vemos también la dimensión universal de la salvación ofrecida en Cristo y por Cristo. Este relato nos hace comprender que muchos sin conocer la persona de Jesús, se ajustan a los valores del reino en la entrega radical en el amor y cuidado fraterno al prójimo, y eso decidirá su destino final. El juez universal está “escondido” en el rostro humilde del necesitado, del pobre, del desposeído y se manifiesta oculto en tantos rostros doloridos. Esta enseñanza de Jesús nos debe alertar a todos los cristianos a revisar nuestro compromiso práctico con el hermano. Recordemos lo que dice el

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Sintió lástima de ellos

Apóstol Santiago: “Muéstrame tu fe sin obras, que yo a través de mis obras te mostrare mi fe” Debemos despertar del letargo en el que muchas veces vivimos nuestra fe y recordar que nuestro destino se decide a diario dependiendo de la actitud interior y exterior que tengamos ante los necesitados. El tiempo de cuaresma es un espacio propicio para renovar nuestro compromiso fraterno de solidaridad con todos aquellos que están en situaciones vulnerables. Que el Señor nos de la gracia de saberle reconocer en todos los rostros sufrientes y que sepamos socorrer a todo aquel que está necesitando de una mano amiga. Amén 7 Martes

Feria Morado

Se puede hacer la conmemoración de Santas Perpetua y Felicidad, Mártires Lectura del Profeta Isaías 55,10-11 Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.» Palabra de Dios Salmo Responsorial 33 R/. El Señor libra de sus angustias a los justos Proclamen conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/. Contémplenlo, y quedarán s radiantes, su rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/. Los ojos del Señor miran a los justos, sus oídos escuchan sus gritos; pero el Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. R/. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias; el Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 6,7-15 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recen, no usen muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No sean como ellos, pues su Padre sabe lo que les hace falta antes de que lo pidan. Ustedes recen así: “Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno.” Porque si perdonan a los demás sus culpas, también su Padre del cielo les perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco su Padre perdonará sus culpas.» Palabra del Señor.

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Meditación

“Ustedes recen así” El profeta Isaías nos muestra la eficacia de la Palabra de Dios, que crea y construye, que es capaz de transformar y de dar vida. Jesús en el evangelio nos dice que pasarán el cielo y la tierra pero que su palabra de vida nunca pasará. En este tiempo de gracia y bendición estamos convocados por Dios a vivir intensamente y en clima fraterno su Palabra. El tiempo de Cuaresma, como todos sabemos, es un tiempo de penitencia, es un tiempo de ayuno, de limosna y es tiempo de mucha oración. La oración en el cristiano ha de ser el alimento de cada día. Todos los días debemos estar en contacto con Dios a través de nuestra oración ferviente. En este tiempo se nos invita a todos, a orar más y con mayor intensidad. Hoy es un día propicio para revisar ¿Cómo es mi oración?, ¿Qué tiempo dedico a la oración? ¿Qué es lo que suelo pedir en mi oración? Jesús hoy nos enseña a orar, nos manda a huir del palabreo y a orar desde el corazón, desde lo más profundo de nuestro interior, tratando de evitar el pedir cosas que no nos convienen. Dios que nos sondea y nos conoce, sabe muy bien cuáles son nuestras necesidades más importantes y siempre viene en nuestro auxilio. Jesús es el modelo del orante, pues dedicaba largas horas en oración, nunca emprendía ninguna acción sin antes orar, oraba en todo tiempo y en todo momento sin desanimarse jamás. El Padre Nuestro, es la oración por excelencia de los cristianos, con ella damos gracias a Dios, glorificamos su nombre y pedimos hacer siempre su voluntad. La oración del Padre Nuestro nos une fraternalmente a todos los que lo rezamos, pues reconocemos tener un Padre común y si tenemos un padre común, entonces todos somos hermanos y hermanas, hijos e hijas de un mismo Dios y Señor. Me llama la atención que en el Padre Nuestro Jesús nos pone como condición para que Dios nos perdone, que nosotros también perdonemos a los demás. En este tiempo de cuaresma la oración con fe y de modo constante debe llevarnos a reconciliarnos con los demás. Hay un canto muy conocido que dice: como tú puedes orar, enojado con tu hermano, Dios no oye la oración, si no estás reconciliado. Que el Señor nos otorgue el don de la oración y nos de la gracia de reconciliarnos con El y con los demás. Amén 8 Miércoles

Feria Morado

Lectura del Profeta Jonás 3,1-10 Vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.» Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»

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Sintió lástima de ellos

Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se vistió de sayal y se sentó en tierra y mandó a proclamar a Nínive en nombre suyo y del gobierno: « Que Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; vístanse de sayal hombres y animales; invoquen con ahínco a Dios, conviértanse cada cual de su mala vida y de las injusticias cometidas. ¡Quién sabe si Dios se arrepentirá y nos dará respiro, si aplacará el incendio de su ira, y no pereceremos!» Y vio Dios sus obras y como se convertían de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 50 R/. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu. R/. Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32 En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.» Palabra del Señor. Meditación

“A esta generación no se le dará más signos que el de Jonás” La cuaresma es un tiempo de conversión profunda, un tiempo de volvernos a Dios y arrepentirnos de nuestras malas conductas. Durante estos cuarenta días se nos da la voz de alerta para que abracemos el camino que nos conduce de vuelta hacia el Padre. La palabra de Dios nos ofrece signos y señales que nos conducen al arrepentimiento, que orientan nuestras vidas hasta la verdadera penitencia, la penitencia interior. La palabra nos invita a tomar una actitud de frente a Dios. Tenemos que morir al pecado, renunciar a nuestras malas obras para poder resucitar como hombres y mujeres nuevos, revestidos de la gracia de Cristo.

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El evangelio nos invita a reconocer que la salvación y el perdón de nuestros pecados nos vienen a través de Jesús. Dios tiene más deseos de salvarnos que de condenarnos. Es un Dios que nos ama y que está siempre dispuesto a acogernos con los brazos abiertos siempre y cuando nosotros deseemos de todo corazón retornar a Él. Jonás fue para Nínive un signo del amor y de la misericordia de Dios para con sus hijos, un signo del arrepentimiento y del perdón de Dios. Fue como mensajero aun en contra de su propia voluntad, pero fue porque Dios le llamó para esa misión. Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad y de la vida. De ese mismo modo es Jesús, el Hijo de Dios encarnado, es un signo para nosotros del amor misericordioso del Padre, que tanto nos ha amado que ha enviado a su Hijo único a morir como cordero para quitar nuestros pecados. Que el Señor nos da la gracia de arrepentirnos de nuestras malas obras y de volver con un corazón quebrantado y humillado hacia Él. Amén 9 Jueves

Feria Morado

Lectura del libro de Ester 14,1.3-5.12-14 En aquellos días, la reina Ester, temiendo el peligro inminente, acudió al Señor y suplicó al Señor, Dios de Israel en estos términos: «Señor mío, único rey nuestro. Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor que tú. Yo misma me he expuesto al peligro. Mi padre me ha contado como tú, Señor escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre pueblos más poderosos, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido. Nosotros hemos pecado contra ti, por eso nos entregaste a nuestros enemigos, por haber dado culto a otros dioses. ¡Justo eres, Señor!, Atiende, Señor, muéstrate a nosotros en la tribulación, dame valor, Señor, rey de dioses y poderosos: Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león; que cambie y aborrezca a nuestro enemigo y a todos sus cómplices. A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 137 R/. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario. R/. Daré gracias a tu nombre, por tu misericordia y tu lealtad; cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R/. Tu derecha me salva. El Señor completará sus favores conmigo: Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 7,7-12 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá; porque quien pide recibe,

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quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de ustedes le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Traten a los demás como quieren que ellos les traten; en esto consiste la Ley y los profetas.» Palabra del Señor. Meditación

“Quien pide recibe” La reina Ester ante el peligro que se le avecinaba puso todas sus esperanzas de salvación en Dios. Reconoció que su vida estaba en las manos del Padre y en un gesto humildad imploró a El diciendo que no tiene otro defensor. Y fue capaz de confiar y de pedir con fe firme. Dios siempre que clamamos nos escucha. Quien pide con fe y con amor encuentra siempre en El su respuesta y esa es la experiencia de Ester; Dios salvó su vida y la de todo su pueblo. Tenemos que invocar la presencia del Espíritu Santo para que él nos ilumine y nos ayude a pedir lo que conviene en nuestra oración. Tenemos que pedirle a Dios, pero también tenemos que dejar a Dios ser Dios, dejar que El actúe en nosotros según su voluntad. A veces no recibimos, porque pedimos mal y porque pedimos cosas que no nos convienen. El Evangelio que hemos escuchado nos invita a la oración, a pedirle a Dios y a esperar en El. Al final de este relato del evangelio Jesús nos invita al trato fraterno para poder encontrar la felicidad. Toda la “ley y los profetas”, es decir toda la palabra de Dios, se resume en amar a Dios y al prójimo como a uno mismo. Esa es la regla de oro, que todos estamos llamados a cumplir y a vivir intensamente. La fraternidad es descubrir en el prójimo a mi hermano, es acercarme a las personas sin mirar rostros, condición socio-económica, nacionalidad, preferencias políticas o religiosas. La fraternidad es saberme unido al otro, es querer todo lo que deseo en bien para mí, que el otro también pueda poseerlo. A veces nos podemos volver cristianos “teóricos”. Y amamos mucho al otro, pero solo en nuestra mente, en la realidad vivimos una fraternidad fingida y revestida de mucha falsedad. En este tiempo de cuaresma la palabra nos invita a la oración, a la confianza en Dios y vivir la verdadera fraternidad cristiana, amando a todos e incluso a los que nos ha hecho mal. Tratando a todos sin distinción y sin preferencia, amar al hermano solo por el hecho de que al igual que yo, él es un hijo predilecto de Dios. Que el Señor nos ayude en este tiempo de cuaresma a vivir profundamente la fraternidad cristiana. Amen

10 Viernes

Feria Morado

Lectura de la profecía de Ezequiel 18,21-28 Así dice el Señor Dios: «Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente

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vivirá y no morirá. No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado –oráculo del Señor–, y no que se convierta de su conducta y que viva? Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, imitando las abominaciones del malvado, ¿vivirá acaso?; no se tendrá en cuenta la justicia que hizo: por la iniquidad que perpetró y por el pecado que cometió, morirá. Comentan: “No es justo el proceder del Señor.” Escuchen, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder?, ¿o no es su proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 129 R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Desde lo hondo a ti grito, Señor; Señor, escucha mi voz; estén tus oídos atentos a la voz de mi súplica. R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir? Pero de ti procede el perdón, y así infundes respeto. R/. Mi alma espera en el Señor, espera en su palabra; mi alma aguarda al Señor, más que el centinela la aurora. Aguarde Israel al Señor, como el centinela la aurora. R/. Porque del Señor viene la misericordia, la redención copiosa; y él redimirá a Israel de todos sus delitos. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,20-26 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si no son mejores que los escribas y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos. Han oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será procesado. Pero yo les digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “renegado”, merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras van todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.» Palabra del Señor. Meditación

“Vete primero y reconcíliate con tu hermano” El profeta Ezequiel nos hace ver el rostro misericordioso de Dios, que como dice el salmo responsorial, no lleva en cuenta nuestros delitos pues perdona siempre al pecador pero que también exige la conversión autentica del corazón y la permanencia en las buenas obras de justicia. La conversión, tiene unos signos inequívocos, quien se ha convertido o mejor

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dicho aun, quien se está convirtiendo siempre a Dios, es una persona que intenta hacer visible los mandamientos de Dios y los valores del reino. Somos llamados por Dios a vivir según la justicia divina, ahí está la vida del creyente, en buscar el reino y su justicia, en vivir el evangelio. Jesús recomienda a sus discípulos a ser mejores en su búsqueda de la santidad, quien se ha encontrado con el Señor busca siempre ser mejor persona de lo que ya es. Para seguir a Jesús hay que dar siempre más de lo que se exige. Las personas que no asisten a la Iglesia suelen esperar mucho de quienes vamos a la Iglesia y a veces nos recriminan cuando actuamos de forma inapropiada con nuestra fe. El evangelio habla hoy de reconciliación con nuestros hermanos, para que nuestra ofrenda a Dios tenga mayor significado. En este tiempo propicio de la cuaresma, debemos practicar la reconciliación y el perdón con nuestros hermanos, evitar tantos pleitos, discordias, enemistades, rencillas, resentimientos, odios y rencores que no nos dejan ser felices, que no nos permiten ser amigos y vivir en paz. Quien sigue a Jesús debe perfeccionarse en el amor y en el perdón. Que el Señor nos ayude a perdonar y no recordar con dolor las ofensas de los demás. Amén 11 Sábado

Feria Morado

Lectura del libro del Deuteronomio 26,16-19 Moisés habló al pueblo, diciendo: «Hoy te manda el Señor, tu Dios, que cumplas estos mandatos y decretos. Guárdalos y cúmplelos con todo el corazón y con toda el alma. Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone: Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y decretos, y escucharás su voz. Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le propones Que serás su propio pueblo, como te prometió, que guardarás todos sus preceptos, que él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y que serás el pueblo santo del Señor, como ha dicho.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 118 R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor; dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón. R/. Tú promulgas tus decretos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus consignas. R/. Te alabaré con sincero corazón cuando aprenda tus justos mandamientos. Quiero guardar tus leyes exactamente, tú, no me abandones. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,43-48 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Han oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo” y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, les digo:

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Amen a sus enemigos, y recen por los que los persiguen. Así serán hijos de su Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si aman a los que los aman, ¿qué premio tendrán? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto.» Palabra del Señor. Meditación

Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto. Nos deslumbra la actualidad de la Palabra de Dios que es viva y eficaz, en la primera lectura en tres ocasiones se repite la palabra HOY, dando a entender que la Palabra de Dios no pasa nunca te moda, porque es una Palabra con fuerza liberadora, con un poder de salvación para todos aquellos que acepten vivir una vida con Dios en sus corazones, guardando la Palabra de Dios y viviendo el evangelio tal y como Dios nos lo propone. Hoy Dios quiere reafirma la alianza de amor que ha hecho con nosotros, hoy Dios nos da una nueva oportunidad para decidirnos por él, para tener un encuentro personal con el Señor que cambie radicalmente el rumbo de nuestras vidas. Hoy la palabra nos muestra en este tiempo de cuaresma que la santidad y la perfección humana están en acoger de corazón la propuesta de salvación que Dios nos hace y caminar según la voluntad de nuestro Dios que a pesar de nuestras debilidades y nuestras limitaciones nos conduce por el camino que nos lleva a la salvación. Jesús en el evangelio que hemos escuchado, se presenta como el nuevo Moisés, aquél que no vino a abolir la ley sino a dar plenitud. Hacer de la ley del Antiguo Testamento algo más humana y más misericordiosa. El camino cristiano, no es el camino de los que son perfectos, sino el camino de aquellos que descubriendo sus limitaciones avanzan decididamente y con la fuerza del Espíritu a ser lo mejor que humanamente pueden ser. La perfección cristiana consiste en acoger la Palabra de Dios, vivirla y llevar a la práctica. En dar siempre más de lo que ya estoy dando, en no conformarme con lo que ya soy, ya tengo, ya sé, ya hago o ya doy. Si queremos ser perfectos hemos de dejarnos guiar y conducir por la Palabra que es luz para nuestros pasos y que nos muestra el verdadero camino que conduce hasta los brazos del Padre, que hoy nos está invitando en este tiempo de cuaresma a amar mucho más y a perdonar mucho más. Que el Señor nos conceda la gracia de dejar que la Palabra sembrada en nuestros corazones germine y de su fruto en nosotros; frutos de perfección en el bien obrar, en el amor, la fraternidad, la fe, la generosidad y el perdón. Amén

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II Domingo de Cuaresma

II Semana Liturgia de las Horas Morado Con la esperanza puesta en Jesús transfigurado seamos sensibles con los necesitados. Orientaciones para esta celebración: Colocar el lema del día en un lugar visible, el valor y lema del mes. Se presenta en las ofrendas un vestido blanco y varias luces alrededor. También, se pueden presentar algunas acciones buenas que se están realizando en el Sector y en la comunidad que dejan ver la transformación que el Señor está realizando en medio de nosotros. Hagamos algún compromiso por ayudar a que alguien se vaya transformando en Cristo. 1. Monición ambiental: Hermanos y hermanas: Nos congrega el Señor para participar del gran banquete eucarístico en este segundo Domingo de Cuaresma, en el que contemplamos la transfiguración de Jesús ante los entristecidos discípulos, teniendo lástima de ellos y mostrándoles su futuro glorioso, como un anticipo de su resurrección y al mismo tiempo promesa y esperanza para todos los creyentes. Nosotros, que participamos de los duros trabajos del Evangelio y que sentimos lástima de tanta gente que va por la vida como ovejas sin pastor y en situaciones físicas y espirituales muy dolorosas, experimentamos hoy un motivo para seguir luchando, amando y esperando porque, aunque hay motivos de desaliento la victoria es del Señor. Pasemos lo que pasemos, hagan lo hagan, digan lo que digan, la victoria es de nuestro Dios y de su Cristo, nuestro Señor y Salvador. Caminamos hacia esa transformación, a esa transfiguración personal, familiar, comunitaria y social, hasta la manifestación plena de los hijos de Dios y del Reino del Padre, que ya Jesús ha iniciado en nosotros. En cada Eucaristía Él nos transfigura y se manifiesta transfigurado a través de su Palabra, de su Eucaristía, de la Asamblea y de su ministro por quien se hace presente. Cantemos y alabemos al Señor transfigurado que se acerca a celebrar con nosotros. 2. Oracion colecta Señor, Padre santo, que nos mandaste escuchar a tu amado Hijo, alimenta nuestra fe con tu palabra y purifica los ojos de nuestro espíritu, para que podamos alegrarnos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. Liturgia de la palabra Primera lectura: Génesis 12, 1-4ª Abraham, vivía triste por no haber tenido un hijo ni tener tierra, Dios lo mira con lástima y le promete un futuro hermoso de ser el padre de un pueblo

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numeroso y de una tierra fecunda. Sólo se necesita que tenga fe y se ponga en camino hacia donde El le indique. Es lo que necesitamos nosotros para ser transfigurados en su Hijo. Lectura del libro del Génesis 12,1-4a En aquellos días, el Señor dijo a Abrán: «Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.» Abrán marchó, como le había dicho el Señor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 32 R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/. Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R/. Segunda lectura: Timoteo 1,8b-10 El Señor nos convoca a participar en los duros trabajos del Evangelio, con la alegría de servirle al Señor, para que todos los hombres y mujeres sean iluminados, transfigurados por Cristo. Escuchemos Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 1,8b-10 Querido Hermano: Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por medio de Jesucristo; y ahora, esa gracia se ha manifestado al aparecer nuestro Salvador Jesucristo, que destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal, por medio del Evangelio. Palabra de Dios Aclamación Mt 17,5 En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: Este es mi hijo, el amado; escúchenlo Evangelio: Mateo 17, 1-9 Jesús sintió lástima de sus discípulos que se entristecieron por el anuncio de su pasión y muerte y les permite contemplar su futuro victorioso. También, en tantos momentos de nuestras vidas y de tantos sufrimientos tiene compasión de nosotros y nos hace gustar anticipadamente su victoria resplandeciente, que nos reconforta y nos hace seguir amándolo a El y a nuestros hermanos. Aclamemos a Jesús transfigurado con el canto y dispongámonos a escuchar su Palabra.

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,1-9 En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Sí quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo.» Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levántense, no teman.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No cuenten a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Palabra del Señor. 4. Oración de los Fieles El que preside: Acudamos confiados al Padre e imploremos su compasión sobre nosotros: Padre, transfigúranos con la Palabra de tu Hijo. Por el Papa, los obispos, sacerdotes, Diáconos Laicos comprometidos, para que participen en los duros del Evangelio, con la mirada puesta en Jesucristo, seguros de que la pasión termina en la resurrección. Oremos Para que los que gobiernan las naciones, sean instrumentos de transfiguración de sus pueblos en la justicia, la paz y la conservación de nuestros recursos naturales. Oremos. Por los que sufren por cualquier circunstancia, para que esa gloria que hoy se nos ha manifestado a nosotros, les ilumine también a ellos y les ayude a luchar con esperanza. Oremos. Por todos nosotros, los aquí presentes, para que, animados por esta manifestación resplandeciente del Señor, continuemos su misión participando activamente de los duros trabajos del Evangelio, para la transformación de nuestro mundo. Oremos. Por todas las familias, y todos los matrimonios, para que sean testimonio del amor de Dios, protejan a sus niños, adolescentes y jóvenes y que la luz de Cristo les ilumine y encuentren su vocación en la vida religiosa o sacerdotal. Oremos. El que preside: Recibe, Padre, nuestras súplicas. Purifícanos, transfórmanos, restáuranos, transfigúranos en tu Hijo a cada uno de nosotros, a nuestras familias, a nuestros Sectores, comunidades y toda nuestra sociedad. Por El que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. 5. Oración por los catecúmenos que se bautizarán en la Pascua. Después de esta oración son despedidos de la Asamblea porque todavía no pueden participar de la Eucaristía. Un catequista los acompaña y sigue con ellos en otro lugar profundizando la Palabra de Dios que han escuchado.

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6. Oración sobre las ofrendas Que esta ofrenda, Señor, nos obtenga el perdón de nuestros pecados y nos santifique en el cuerpo y en el alma, para que podamos celebrar dignamente las festividades de la Pascua. Por Jesucristo, nuestro Señor. 7. Oración después de la Comunión Te damos gracias, Señor, porque al darnos en este sacramento el Cuerpo glorioso de tu Hijo, nos permites participar ya, desde este mundo, de los bienes eternos de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor 13 Lunes

Feria Morado

Lectura de la profecía de Daniel 9,4b-10 Señor, Dios grande y terrible, que guardas la alianza y eres leal con los que te aman y cumplen tus mandamientos. Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos. No hicimos caso a tus siervos, los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, padres y terratenientes. Tú, Señor, tienes razón, a nosotros nos abruma hoy la vergüenza: a los habitantes de Jerusalén, a judíos e israelitas, cercanos y lejanos, en todos los países por donde los dispersaste por los delitos que cometieron contra ti. Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti. Pero, aunque nosotros nos hemos rebelado, el Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona. No obedecimos al Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por sus siervos, los profetas. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 78 R/. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto, pues estamos agotados. R/. Socórrenos, Dios, salvador nuestro, por el honor de tu nombre; líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre. R/. Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R/. Mientras, nosotros, pueblo tuyo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre, contaremos tus alabanzas de generación en generación. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,36-38 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Sean compasivos como su Padre es compasivo; no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados; den, y se les dará: se verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que usen, la usarán con ustedes.»

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Meditación Perdonen y serán perdonados El profeta Daniel nos regala esta página impresionante sacada de la vida misma del pueblo de Dios. Este texto revela en sí un verdadero examen de conciencia no de carácter personal sino histórico. En el Antiguo Testamento la conciencia del pecado abarca dos grandes dimensiones: la personal y la comunitaria. Todo pecado afecta nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con los demás y muchas veces con el medio que nos rodea. Nos consuela la inmensa misericordia de Dios. A pesar de nuestros pecados, el Señor nos ama con un amor eterno y como dice el salmista: él nunca nos trata como mereces nuestros pecados. Ustedes se imaginan hermanos, que sucedería con nosotros, si Dios nos tratara según nuestras faltas… Dios es un padre compasivo y misericordioso, pero hemos de tener en cuenta que no podemos “abusar” de su misericordia. Hay que convertir el corazón de las malas acciones. Hay que arrepentirse del pecado que nos encadena. Hay que volver a él de todo corazón. La cuaresma es un tiempo idóneo para pedirle perdón a Dios y a los hermanos, a quienes hemos maltratado al pecar. Un tiempo para acercarme a recibir la gracia del perdón a través del sacramento de la confesión. En este tiempo hay actos penitenciales en todas las parroquias y comunidades. Haz un buen examen de conciencia y acércate al sacramento de la penitencia que es un sacramento de curación. La cuaresma es un tiempo para crecer en el arduo, pero provechoso camino del perdón, que tiene que ser necesariamente un camino recíproco. Recibo y doy. Qué el Señor nos ayude a ser compasivos y misericordiosos como él- Amén. 14 Martes

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Lectura del Profeta Isaías 1,10.16-20 Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: «Lávense, purifíquense, aparten de mi vista sus malas acciones. Cesen de obrar mal, aprendan a obrar bien; busquen el derecho, enderecen al oprimido; defiendan al huérfano, protejan a la viuda. Entonces, vengan y litigaremos dice el Señor. Aunque sus pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana. Si saben obedecer, lo sabroso de la tierra comerán; si rehúsan y se rebelan, la espada los comerá. Lo ha dicho el Señor. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 49 R. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios No te reprocho tus sacrificios, pues siempre están tus holocaustos ante mí, pero no aceptaré un becerro de tu casa, ni un cabrito de tus rebaños. R.

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¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos? R. Esto haces, ¿y me voy a callar? ¿Crees que soy como tú; El que me ofrece acción de gracias, ése me honra; al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios?» R. Lectura del santo Evangelio según San Mateo 23,1-12 En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: hacen y cumplen lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su maestro, y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar consejeros, porque uno solo es su consejero, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Palabra del Señor Meditación Ellos no hacen lo que dicen La Cuaresma es un tiempo especial para aprender a obrar el bien y a buscar la justicia tal y como nos lo dice el profeta Isaías. Es un momento oportuno para hacer obras de misericordia en favor del hermano. Dar desde nuestra pobreza, dar de lo que tenemos y socorrer a quienes necesitan más que nosotros. Hay mucha gente que necesita una mano amiga que le ayude a suplir algunas de sus necesidades más imperantes. Este tiempo es un espacio para practicar más la fraternidad y la solidaridad, para abandonar el camino de la injusticia y darle a cada quien lo que es debido. Tratar con igualdad y con respeto a todas las personas sin importar su condición o su status social. En el Evangelio Jesús nos invita a huir de la hipocresía y de la vanagloria y nos impulsa a vivir nuestra fe coherentemente, no debe existir distanciamiento, ni separación alguna entre el evangelio y mi vida. Debe haber una estrecha unidad entre lo que yo digo ser y lo que soy. El testimonio de vida sigue siendo el arma evangelizadora más eficaz. Pues como dijo alguien en una ocasión: “Este mundo está cansado de maestros, necesita testigos”. No basta con decir que somos cristianos, hay que vivir como cristianos. No es suficiente escuchar la palabra, hay que encarnarla, es decir, hacerla vida en mí. Nos dice el evangelio que “no todo el que diga, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos”. El reino es de aquellos que sepan ser humildes,

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sencillos, pobres de espíritu, aquellos que abran su corazón y sus oídos a la palara y con sinceridad y autenticidad la lleva a práctica en su diario vivir, en medio de las situaciones en las que les ha tocado vivir. Como cristiano hemos de evitar a toda costa el hacer cosas para brillar o sobresalir en la comunidad, la palabra nos invita a ser servidores humildes y a no enorgullecernos por los dones o por los servicios que prestamos en las comunidades en las que vivimos, ya que quien tiene algún don, lo posee para el servicio a la comunidad y no para servirnos a nosotros mismos o imaginarnos que por eso somos más importantes que los demás. Que el Señor nos ayude a vivir en la verdad de nuestra vida y a rechazar cualquier tipo de dualidad entre fe, evangelio y vida. Amén 15

Feria

Miércoles

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20º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Francisco Ozoria Acosta, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo, Primado de América 25 º Aniversario de la Dedicación de la Catedral de La Vega Lectura del Profeta Jeremías 18,18-20 Dijeron: “Vengan, maquinemos contra Jeremías, porque no falta la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta; vengan, lo heriremos con su propia lengua y no haremos caso de sus oráculos.” Señor, hazme caso, oye cómo me acusan. ¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa para mí? Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu enojo. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 30 R/ Sálvame, Señor, por tu misericordia Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás. R. Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo; se conjuran contra mí y traman quitarme la vida. R. Pero yo confío en ti, Señor, te digo: “Tú eres mi Dios.” En tu mano están mis azares: líbrame de los enemigos que me persiguen. R. Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 20,17-28 En aquel tiempo, mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: “Miren, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará.” Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: “¿Qué deseas?” Ella contestó: “Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.” Pero

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Jesús replicó: “No saben lo que piden. ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber?” Contestaron: “Lo somos.” Él les dijo: “Mi cáliz lo beberán; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.” Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: “Saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.” Palabra del Señor Meditación Lo condenarán a muerte El profeta Jeremías experimenta en su propia vida las adversidades que muchas veces da el predicar la palabra. Su vida se ve amenaza por ser un signo de la presencia de Dios en medio de su pueblo. Siempre habrá quienes se resistan al anuncio y quienes se incomodarán por la denuncia de aquellas cosas que no están haciendo bien. Pero al profeta le toca anunciar las maravillas de Dios y también denunciar las situaciones que van en contra de ese plan de Dios. Muchas veces nos tocará llamar a la atención a alguien que no está haciendo las cosas como debe, muchas veces nos tocará enfrentarnos con personas que solo viven de oportunistas, buscando su propio beneficio en todo, inclusive hasta en las actividades caritativas de la Iglesia. Como profetas que somos por nuestro compromiso bautismal, hemos de denunciar aquellas situaciones adversas al plan de Dios. En el evangelio vemos el tercer anuncio de la pasión. Jesús sube a Jerusalén a dar la vida en rescate por todos. Va a morir por su labor evangelizadora. Como siempre le vemos acompañado de sus amigos, porque para él la amistad y la fraternidad es algo muy importante. Llamó a sus discípulos para que estén con él, para compartir juntos la vida. Sus amigos no siempre supieron entender su proyecto, pero aun así él continuaba creyendo en ellos, enseñándoles e instruyéndoles para que luego ellos contaran lo que había visto y oído del Señor. La fe cristiana nos enseña a ser hermanos sin importar lengua, raza, color, condición social, género y edades. Jesús con su sacrificio nos unió a todos, nos hizo hermanos y hermanas en el amor. Un pueblo que tiene una sola fe, un mismo Señor y unos mismos sacramentos. Un pueblo que se sabe redimido por el sacrificio pascual de Cristo. La palabra de Dios en este tiempo de Cuaresma nos invita a descubrir que la grandeza está en el servicio a los hermanos, servicio que ha de ser desinteresado y de todo corazón. Es el mismo Jesús que nos enseña como hemos de comportarnos en medio de las comunidades. Jesús es el que sirve a los hermanos, incluso dando su propia vida. Que el Señor nos ayude a ser verdaderos servidores los unos de los otros. Amén

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16 Jueves

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Lectura del libro de Jeremías 17,5-10 Esto dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor. Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto. Nada hay más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo conoce? Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el corazón de los hombres para pagar a cada cual su conducta según el fruto de sus acciones.» Palabra de Dios Salmo Responsorial 1 R/. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se sienta en la reunión de los cínicos; sino que su gozo es la ley del Señor, y medita su ley día y noche/. R Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas; y cuanto emprende tiene buen fin. R/. No así los impíos, no así; serán paja que arrebata el viento. Porque el Señor protege el camino de los justos, pero el camino de los impíos acaba mal. R/. Lectura del santo evangelio según san Lucas 16,19-31 En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: – «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico. Y hasta los perros venían y le lamían las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán. Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo: – “Padre Abrahán, ten piedad de mi y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas.” Pero Abrahán le dijo: – “Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado. Y además, entre nosotros y ustedes se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia ustedes no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros.” Él dijo: – “Te ruego, entonces, padre,

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que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”. Abrahán le dice: – “Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen”. Pero él le dijo: – “No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán.” Abrahán le dijo: – “Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni, aunque resucite un muerto.”» Palabra del Señor Meditación Tú recibiste bienes en vida y Lázaro a su vez males: por eso encuentran aquí consuelo mientras tú padeces. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor, hemos rezado con el salmo. Muchas veces ponemos nuestra confianza en otras muchas cosas y no en Dios. Nos olvidamos que uno de los mandamientos centrales es: amar a Dios sobre todas las cosas, con toda la mente y con toda el alma. En Dios debo depositarme por completo y confiar ciegamente en él, porque Dios a nadie engaña y a nadie defrauda. Dios siempre cumple lo que promete, porque él es siempre fiel, pero yo debe esperar firme y constante en él. Cuando mudamos nuestras esperanzas y la ponemos en bienes materiales pasajeros, en promesas que nos aseguran el bienestar momentáneo, nos sobrevienen las frustraciones, los desencantos y las desilusiones. Nos damos cuenta que los bienes materiales no nos dan la felicidad que tanto anhelamos. Nos damos cuenta que muchas de las promesas que nos hacen, son sólo para utilizarme y sacar algún provecho de mí. Ante todo, esto, es muy importante en este tiempo de Cuaresma que sepamos reconocer, que la verdadera alegría está en creerle a Dios, en vivir su palabra. En el evangelio, Jesús nos muestra la incompatibilidad entre seguirle a él (seguirle, equivale a poner en él nuestra confianza) y poner nuestra confianza en el dinero. Tenemos que comprender de una vez y para siempre que las cosas de la tierra son pasajeras, por lo que no debemos apegarnos tanto a ellas. Para el evangelista Lucas, el acumular riquezas es ya un pecado, especialmente cuando se convive al lado de gente pobre y rodeada de tanta miseria. Nos dice el evangelio que el que se apega al dinero acaba excluyendo a Dios de su vida, porque no se puede servir a dos señores. El servicio a los bienes de este mundo se convierte en una esclavitud, hasta tal punto que se pierde muchas veces la sensibilidad por el que sufre, por el que necesita. Como cristianos estamos llamados a socorrer a los necesitados, a practicar la caridad. Este tiempo es oportuno para compartir lo que tenemos con otros que tienen menos que yo. Es un tiempo para saber reconocer a Jesús en el rostro de tantos necesitados, que están ante nuestros ojos y que nosotros muchas veces ignoramos. Ignorar al que me necesita, es ignorar al mismo Dios. Que el Señor nos ayude a poner nuestra confianza en él y a descubrirle como nuestra única riqueza. Amén

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17 Viernes

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Lectura del Libro del Génesis 37,3-4.12-13a.17b-28 José era el preferido de Israel, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José: «Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos.» José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos. Antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros: «Ahí viene el de los sueños. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños.» Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: «No le quitemos la vida.» Y añadió: «No derramen sangre; échenlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongan las manos en él.» Lo decía para librarlo de sus manos y devolverlo a su padre. Cuando llegó José al lugar donde estaban sus hermanos, lo sujetaron, le quitaron la túnica con mangas, lo cogieron y lo echaron en un pozo vacío, sin agua. Y se sentaron a comer. Levantando la vista, vieron una caravana de ismaelitas que transportaban en camellos goma, bálsamo y resina de Galaad a Egipto. Judá, propuso a sus hermanos: «¿Qué sacaremos con matar a nuestro hermano y con tapar su sangre? Vamos a venderlo a los ismaelitas y no pondremos nuestras manos en él, que al fin es hermano nuestro y carne nuestra.» Los hermanos aceptaron. Al pasar unos comerciantes madianitas, tiraron de su hermano, lo sacaron del pozo y se lo vendieron a los ismaelitas por veinte monedas. Estos se llevaron a José a Egipto. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 104 R “Recuerden las maravillas que hizo el Señor” Llamó al hambre sobre aquella tierra: cortando el sustento de pan; por delante había enviado a un hombre, a José, vendido como esclavo. R/ Le trabaron los pies con grillos, le metieron el cuello en la argolla, hasta que se cumplió su predicción, y la palabra del Señor lo acreditó. R/. El rey lo mandó desatar, el señor de pueblos le abrió la prisión, lo nombró administrador de su casa, señor de todas sus posesiones. R/. Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 21,33-43.45-46 En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchen otra parábola: Había un propietario que plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, construyó la casa del guarda,

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la arrendó a unos labradores y se marchó de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, envió sus criados a los labradores, para percibir los frutos que le correspondían. Pero los labradores, agarrando a los criados, apalearon a uno, mataron a Otro, y a Otro lo apedrearon. Envió de nuevo otros criados, más que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo. Por último, les mandó a su hijo, diciéndose: “Tendrán respeto a mi hijo.” Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron: “Éste es el heredero: vengan, lo matamos y nos quedamos con su herencia.” Y, agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron. Y ahora, cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Le contestaron: «Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará la viña a otros labradores, que le entreguen los frutos a sus tiempos.» Y Jesús les dice: « ¿No han leído nunca en la Escritura: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente”. Por eso les digo que se les quitará a ustedes el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos.» Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que hablaba de ellos. Y, aunque buscaban echarle mano, temieron a la gente, que lo tenía por profeta. Palabra del Señor. Meditación “Este es el heredero, venga, matémosle” La liturgia de la Palabra, nos muestra dos relatos similares, al menos en lo que traman los malvados y en el desenlace de los personajes. En la primera lectura, la conocidísima historia de José el hijo de Jacob, al que Dios se le manifestaba en sueños y al que sus hermanos querían quitar de en medio. Este relato me hace reflexionar que Dios conduce toda nuestra historia, y si somos fieles a él, nunca nos desampara. Dios es fiel, nunca nos deja solos. Dios obra grandes maravillas para quienes confían siempre en su misericordia y en las adversidades no reniegan de su fe, sino que brillan por su esperanza en el Señor. En las dificultades que nos presenta a diario la vida, hemos de saber como bien dice Sta. Teresa: quien a Dios tiene nada le falta, solo Dios basta. La “ruina” momentánea de José, terminó siendo la salvación de un pueblo. El sacrificio de Jesús, que murió siendo inocente para cumplir el designio salvífico de Dios nos ha purificado a todos. El aparente fracaso de Jesús, ha sido la gran victoria de Dios, que al ofrecer al Hijo en la Cruz ha salvado al género humano de la perdición, ya lo dice el Pregón Pascual en una de sus partes: “¡oh!, feliz culpa que mereció tan grande redentor… Por salvar al esclavo has sacrificado al Hijo. “Qué el Señor nos dé la gracia de servirle con fidelidad en su presencia”. Amén

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18 Sábado

Solemnidad: San José, Esposo de la Virgen María Blanco

56º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Arzobispo Emérito de Santo Domingo y Mons. Jesús María de Jesús Moya, Obispo Emérito de San Francisco de Macorís Lectura del segundo libro de Samuel 7,4-5a.12-14a.16 En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor: “Ve y dile a mi siervo David: “Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza. Él construirá una casa para mi nombre, y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre.” Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 88 R/“Su linaje será perpetuo” Cantaré eternamente las misericordias del Señor, / anunciaré tu fidelidad por todas las edades. / Porque dije: “Tu misericordia es un edificio eterno, / más que el cielo has afianzado tu fidelidad.” R. Sellé una alianza con mi elegido, / jurando a David, mi siervo: / “Te fundaré un linaje perpetuo, / edificaré tu trono para todas las edades.” R. Él me invocará: “Tú eres mi padre, / mi Dios, mi Roca salvadora.” / Le mantendré eternamente mi favor, / y mi alianza con él será estable. R. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 4,13.16-18.22 Hermanos: No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura: “Te hago padre de muchos pueblos.” Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se le había dicho: “Así será tu descendencia.” Por lo cual le valió la justificación. Palabra de Dios Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 1,16.18-21.24ª Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.

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El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.” Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor. Palabra del Señor. Meditación José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor Hoy la Iglesia nos presenta la Solemnidad de San José esposo de la Virgen y padre terreno de Jesús. Se podría decir que de la misma manera que el ángel del Señor anunció a María su futura y divina maternidad, también se puede decir que el ángel del Señor anunció a José su deber de aceptar a María como su esposa y mujer. Así lo dice literalmente el evangelio de Mateo que hemos escuchado. Y así como María dijo su famoso y trascendental “hágase”, así José “hizo como el ángel del Señor le había mandado”. Y las mismas dificultades que había tenido María para rendirse a la voluntad del Señor, las tuvo José, y quizá mayores, para obedecer la voz del Ángel. De San José son muchas las cosas que podemos destacar, la que más me impresiona a mí es el silencio de este hombre justo, que inclusive decidió repudiar a María en secreto. San José fue capaz de hacer que sus acciones hicieran más ruido que sus propias palabras. En una sociedad en la que se habla tanto y se vive tan poco, San José debe enseñarnos y guiarnos por el camino de una vida más coherente con nuestros principios y valores. José es el prototipo de hombre dedicado al trabajo honesto, buscando el sustento de él y de los suyos. Es San José un hombre justo, modelo de obediencia, de trabajador, de padre, de esposo y de fiel custodio. En una sociedad en la que el valor del matrimonio se ha relajado y la paternidad se ha vuelto un tanto irresponsable. José es modelo del hombre que se deja guiar por la voluntad de Dios. San José es modelo de una vida de contemplación. El, con su silencio (meditando y haciendo lo que al Padre le agrada) es una especie de místico, por así decirlo (Dios se le revela en un sueño). San José, hermanos, juega un papel importantísimo en la historia de la Salvación, pues conecta a Jesús con el linaje davídico, dando cumplimento a la promesa de Dios. San José sigue estando en nuestro camino como esa luz que desde el silencio y el trabajo activo es patrón del que trabaja y de los padres de familia. Que el Señor nos ayude a imitar los valores que hicieron Santo a José, esposo de la Virgen María. Amén

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III Domingo de Cuaresma

III Semana Liturgia de las Horas

Morado

4º Aniversario del inicio del ministerio del Papa Francisco Jesús sensible a nuestra sed se nos da como agua viva Orientaciones para la Celebración: Colocar el lema del día en un lugar visible/Los jóvenes pueden dramatizar el evangelio. Se lleva agua en abundancia en las ofrendas. Se puede llevar agua sucia para compararla con el agua nueva y pura que es Cristo. Se puede dramatizar el Evangelio. Se podrían preparar vasitos para dar agua al final de la celebración como signo de esa nueva agua viva que es Jesucristo. Se puede presentar algunos problemas con el agua que hay en nuestro Sector. Resaltar la importancia del agua, educar desde la familia para crear conciencia de la importancia de velar por el agua y que todos como ciudadanos tenemos que aportar para preservar este recurso natural que se nos agota. 1. Monición de Entrada Hermanos y hermanas: Nos reúne el Señor como comunidad de fe en este Tercer Domingo de Cuaresma, donde Jesús manantial de agua viva nos invita a acercarnos a él y a convertirnos en fuente de agua viva para los más necesitados, animados por el lema: “sintió lastima de Ellos” (Mt.9,36). Para participar en la liberación y salvación de los otros, necesitamos ser sensibles a sus necesidades. Como Jesús, rompiendo los prejuicios propios de nuestro tiempo, estamos llamados a escuchar el grito de los sedientos y a la súplica de tantas personas que suplican como la samaritana: “Dame de esa agua para ya no tener sed”. Busquemos con sincero corazón a Cristo, la Roca y el pozo del que brota y mana el agua viva, para que saciados podamos servirle más y mejor en las tareas del Reino al servicio de los más necesitados. Dispongámonos a recibir la gracia y bendición que gratuitamente nos ofrece en esta Eucaristía, y que El viene a presidir a través de su ministro. 2. Oración Colecta Dios misericordioso, fuente de toda bondad, que nos has propuesto como remedio del pecado el ayuno, la oración y las obras de misericordia, mira con piedad a quienes reconocemos nuestras miserias y estamos agobiados por nuestras culpas, y reconfórtanos con tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.

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3. Liturgia de la Palabra Primera lectura: Éxodo 17, 3—7 El pueblo de Israel es probado en el desierto, y reclama a Moisés porque tienen sed. Dios a pesar de ser tentado por ellos, siendo sensible a su necesidad y a la petición de Moisés, sacia su sed, haciendo brotar agua de la roca. Dios no es insensible ante nuestras necesidades y nunca nos abandona. Escuchemos Lectura del libro del Éxodo 17,3-7 En aquellos días, el pueblo, torturado por la sed, murmuró contra Moisés: «¿Nos has hecho salir de Egipto para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?» Clamó Moisés al Señor y dijo: «¿Qué puedo hacer con este pueblo? Poco falta para que me apedreen.» Respondió el Señor a Moisés. «Preséntate al pueblo llevando contigo algunos de los ancianos de Israel; lleva también en tu mano el cayado con que golpeaste el río, y vete, que allí estaré yo ante ti, sobre la peña, en Horeb; golpearás la peña, y saldrá de ella agua para que beba el pueblo.» Moisés lo hizo así a la vista de los ancianos de Israel. Y puso por nombre a aquel lugar Masá y Meribá, por la reyerta de los hijos Israel y porque habían tentado al Señor, diciendo: «¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 94 R/. Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: «No endurezcan su corazón.» Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R/. Entren, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/. Ojalá escuchen hoy su voz: «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras.» R/. Segunda lectura: Romanos 5, 1-2. 5-8 En Jesús, encontramos el modelo para ser sensibles ante las necesidades de los demás, entregando nuestra propia vida por su salvación, fortalecidos por el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. Escuchemos Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 5,1-2.5-8 Hermanos: Ya que hemos recibido la justificación por la fe, estamos en paz con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo. Por él hemos obtenido con la fe el acceso a esta gracia en que estamos: y nos gloriamos, apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. En efecto, cuando todavía estábamos sin fuerza, en el tiempo señalado, Cristo murió por los impíos; en verdad, apenas habrá quien muera por un justo; por un hombre

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de bien tal vez se atrevería uno a morir; más la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. Palabra de Dios. Aclamación Jn 4,42 y 15 Señor, tu eres de verdad el Salvador del Mundo; Dame agua viva; así no tendré más sed. Evangelio: Juan 4,5-42 Jesús sintió lástima de toda la gente, que necesitaba beber de esa agua viva que es El mismo. Por eso, rompe todas las discriminaciones presentes contra la mujer y contra los samaritanos considerados enemigos y actúa a favor de ellos, comunicándole su salvación. Sólo exige la sinceridad que hace reconocer los propios pecados y que llevará a la verdadera adoración en cualquier lugar en espíritu y en verdad. Cantando aclamamos a Jesús que nos comunicará su Palabra, fuente de agua viva para que actuemos como El. Lectura del santo evangelio según san Juan 4,5-42 En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaria a sacar agua, y Jesús le dice: «Dame de beber.» Sus discípulos se habían ido al pueblo a comprar comida. La samaritana le dice: «¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Porque los judíos no se tratan con los samaritanos. Jesús le contestó: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva.» La mujer le dice: «Señor, si no tienes cubo, y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas agua viva?; ¿eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, y de él bebieron él y sus hijos y sus ganados?» Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.» La mujer le dice: «Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. Veo que tú eres un profeta. Nuestros padres dieron culto en este monte, y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén.» Jesús le dice: «Créeme, mujer: se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén darán culto al Padre. Ustedes dan culto a uno que no conocen; nosotros adoramos a uno que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad.»

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La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo.» Jesús le dice: «Soy yo, el que habla contigo.» En aquel pueblo muchos creyeron en él. Así, cuando llegaron a verlo los samaritanos, le rogaban que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Todavía creyeron muchos más por su predicación, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el Salvador del mundo.» Palabra del Señor 4. Rito de elección e inscripción de los catecúmenos (ver Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos) 5. Oración de los Fieles El que preside: Con un corazón sincero acerquémonos al Dios misericordioso y presentemos nuestras necesidades diciéndole: Quita nuestra sed con el agua viva que es Jesucristo. Por el Papa, Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Religiosos y Religiosas, y todos los que realizan algún servicio dentro de la Iglesia, para que llenos del agua viva que es Cristo, seamos sensibles a la sed de nuestros pueblos. Oremos. Por los que gobiernan las Naciones, especialmente nuestras autoridades, para que sensibles a los grandes problemas sociales, se dejen llenar del agua viva que sacia toda sed y trabajen por el bienestar de todos y la conservación del agua. Oremos. Para que las familias y los diversos grupos sociales, sensibilicen y promuevan acciones de solidaridad a favor de los pobres y todos los que sufren. Oremos. Por nosotros, que participamos de esta Cuaresma con actitud de renovación, para que animados por el amor y solidaridad saciemos a todos los sedientos del agua material y de Cristo, que es el agua viva que sacia nuestra sed. Oremos. Por un aumento en las vocaciones en la Vida Religiosa y Sacerdotal, en toda la Iglesia Oremos. Para que a todas las personas les llegue el servicio del agua potable y trabajemos juntos para conservar nuestras fuentes acuíferas. Oremos. El que preside: Acoge nuestras oraciones. Escucha el grito de tantos sedientos de agua potable en nuestros pueblos y campos. Haznos instrumentos para saciar la sed física y espiritual de nuestra gente. Por Jesucristo nuestro Señor. Después de esta oración son despedidos de la Asamblea porque todavía no pueden participar de la Eucaristía. Un catequista los acompaña y sigue con ellos en otro lugar profundizando la Palabra de Dios que han escuchado. 6. Oración sobre las ofrendas Que esta Eucaristía, Señor, nos obtenga a quienes imploramos tu perdón, la gracia de saber perdonar a nuestros hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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7. Oración después de la Comunión Tú que nos has alimentado, ya desde esta vida, con el pan del cielo, prenda de nuestra salvación, concédenos, Señor, manifestar en todos nuestros actos el misterio de tu Eucaristía. Por Jesucristo, nuestro Señor. 20 Lunes

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Lectura del segundo libro de Reyes 5,1-15a En aquellos días, Naamán, General del ejército del rey de Siria, era un hombre que gozaba de la estima y del favor su señor, pues, por su medio, había dado el Señor la victoria a Siria. Pero, este gran guerrero, era leproso. En una de las correrías, una banda de sirios había traído cautiva de Israel a una jovencita, que paso al servicio de Naamán. Dijo ella a su señora: – «Ojalá mi señor fuera a ver al profeta de Samaria: Él lo libraría de la lepra». Fue (Naamán) y se lo comunicó a su señor diciendo: – «Esto y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel». Y el rey de Siria contestó: – «Vete, que yo enviaré una carta al rey de Israel.» Entonces tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos y una carta al rey de Israel que decía: – «Al llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra». Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó las vestiduras, diciendo: -«¿Soy yo un dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un hombre de su lepra. Dense cuenta y verán cómo está buscando querella contra mí». Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y mandó a que le dijeran: – «¿Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel.» Llego Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle: – «Ve a lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio». Naamán se puso furioso y se marchó diciendo: – «Yo me había dicho: “Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra”. El Abana y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio». Dándose la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle: – «Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: “Lávate y quedarás limpio!”» Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio. Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando: – «Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel». Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 41 R Mi alma tiene sed del Dios vivo: ¿cuándo veré el rostro de Dios? Como busca la cierva corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. R. Tiene sed de Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R. Envía tu luz y tu verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. R. Que yo me acerque al altar de Dios, al Dios de mi alegría; que te dé gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. R. Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 4,24-30 Habiendo llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga: – «En verdad les digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo asegurarles que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio». Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino. Palabra del Señor. Meditación “Ahora reconozco que no hay Dios en toda la tierra más que el de Israel”, con estas palabras se despide aquél general del ejército sirio, que fue sanado de la lepra (impureza) por mediación del profeto Eliseo. A Naamán le hizo falta ser sanado para reconocer el poder de Dios. A ti, qué es lo concretamente te hace falta para descubrirlo vivo y real en tu vida y entregarte a él con un “corazón contrito y humillado”, ¿Es que acaso necesitas algún signo como Naamán?, pues fíjate en el gran milagro que Dios hace por ti todos los días. En la noche al acostarte, no sabes si te vas a levantar al otro día. Si al amanecer te levantas y vez el clarear del nuevo día, es Dios quien lo ha hecho. ¿Qué más signos quieres para decir: reconozco que no hay Dios fuera de ti? A partir de hoy, no seguiré otros dioses, ni tendré otros señores (dinero, apego desordenado a los bienes temporales, placeres, tecnologías, partidos políticos, modas…). Por otra parte, durante este tiempo de cuaresma, celebramos los ritos preparatorios de los catecúmenos para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana (adultos que no han sido instruidos en la fe cristiana). Naamán es símbolo de lo que acontece en la vida de la persona que es bautizado. Ya que por la gracia del bautismo se le perdonan los pecados y se le borra la mancha del pecado original. Renace como niño a la vida sobrenatural. Y es llamado por la Iglesia a reconocer y a profesar que no

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hay otro Dios fuera del Dios que en Jesús se nos ha manifestado como Padre de todos. Que el Señor Jesús nos dé la gracia de reconocerlo siempre y darle el lugar que él merece en nuestras vidas. Amén 21 Martes

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Lectura del profeta Daniel 3,25.34-43 En aquellos días, Azarías oró al Señor diciendo: «Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre, no rompas tu alianza, no apartes de nosotros tu misericordia. Por Abrahán, tú amigo; por Isaac tu siervo; por Israel, tu consagrado; a quien prometiste multiplicar su descendencia como las estrellas del cielo, como la arena de las playas marinas. Pero ahora, Señor, somos el más pequeño de todos los pueblos; hoy estamos humillados por toda la tierra a causa de nuestros pecados. En este momento no tenemos príncipes, ni profetas, ni jefes; ni holocausto, ni sacrificios, ni ofrendas, ni incienso; ni un sitio donde ofrecerte primicias, para alcanzar misericordia. Por eso, acepta nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde, como un holocausto de carneros y toros o una multitud de corderos cebados. Que éste sea hoy nuestro sacrificio, y que sea agradable en tu presencia: porque los que en ti confían no quedan defraudados. Ahora te seguimos de todo corazón, te respetamos y buscamos tu rostro, no nos defraudes, Señor. Trátanos según tu clemencia, y tu abundante misericordia. Líbranos con tu poder maravilloso y da gloria a tu nombre, Señor.». Palabra de Dios. Salmo Responsorial 24 R “Señor, recuerda tu misericordia” Enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y salvador. R/. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R Lectura del santo Evangelio según san Mateo 18,21-35 En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?» Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Les propuso esta parábola: Se parece el Reino de los Cielos a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.” El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda.

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Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: “Págame lo que me debes.” El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré.” Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?” Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.» Palabra del Señor. Meditación

El padre no les perdonará si cada cual no perdona de corazón a su hermano. La primera lectura y el salmo nos recuerdan que la misericordia del Señor es eterna y que todos podemos alcanzar esa misericordia inagotable del Padre. La misericordia de Dios se expresa amando y perdonando. Al leer este evangelio, vino a mi mente una frase muy escuchada y repetida por más de un “buen cristiano”, me refiero al muy famoso: yo perdono, pero no olvido. Una expresión que se aleja mucho de las enseñanzas de Jesús. Nos encanta ser perdonados, pero no perdonar. Nos encanta confesarnos y recibir el perdón de Dios, pero cuán duros y orgullosos solemos ser para perdonar y para acercarnos a los demás. Hay personas que tienen años guardándole rencor a otra persona. Hay personas que les guardan rencor a personas inclusive, ya fallecidas. En este tiempo de cuaresma (… y siempre), hemos de tomar la iniciativa en el perdón. Sal al encuentro de aquél con quien tienes desavenencias. No importa quién empezó o quien ofendió primero a quién. Quien perdona de corazón se libera. Quien perdona de corazón siempre gana. Jesús a propósito de la pregunta que le hace Pedro, aprovecha como es costumbre en él, para enseñar con una parábola, para iluminar la vida de sus discípulos de ayer y de hoy con el mensaje liberador del evangelio. El contenido de esta parábola es introducido de manera perenne en la oración del “Padre Nuestro”, enseñándonos que, si me perdonan sin límites y sin tenerme en cuenta mis ofensas, yo también debo perdonar en esa misma magnitud. En materia de perdón hemos sido enseñados por Dios. Que en este tiempo de Cuaresma sepamos pedir perdón y perdonar a otros de corazón. Amén 22 Miércoles

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Lectura del libro de Deuteronomio 4, 1.5-9 Moisés habló al pueblo diciendo: «Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo les mando cumplir: Así vivirán y entrarán a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de nuestros padres, les va a dar.

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Miren, yo les enseño los mandatos y decretos que me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumplan en la tierra donde van a entrar para tomar posesión de ella. Pónganlos por obra, que ellos son su sabiduría y su inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos ellos dirán: “Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente. Y, en efecto, ¿Hay alguna nación y tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos? Y ¿Cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean tan justos como toda esta ley que hoy les doy? Pero, cuidado, guárdate muy bien de olvidar los sucesos que vieron tus ojos, que no se aparten de tu memoria mientras vivas; cuéntaselo a tus hijos y a tus nietos». Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 147 R. “Glorifica al Señor, Jerusalén.” Glorifica al Señor, Jerusalén, alaba a tu Dios, Sión. Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R. Él envía su mensaje a la tierra, y su Palabra corre veloz; manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza. R. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel. Con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. R Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 5, 17-19 En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Les aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más última letra o tilde de la ley. El que salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los cielos». Palabra del Señor. Meditación

Quien cumple los mandamientos y los enseñe será grande en el reino de los cielos. La liturgia de la Palabra del día de hoy nos está hablando de cumplir (guardar) los preceptos, normas, leyes y mandamientos del Señor. Los mandatos del Señor son espíritu y vida. Los mandamientos divinos van siempre asociados a una promesa, a una gran bendición. Es como la motivación extrínseca que nos da Dios para que sigamos el camino correcto. La promesa para el que guarde los mandatos del Señor, es la vida plena, la realización como persona y la posesión el reino. Los mandamientos orientan la vida del cristiano por el sendero de la verdadera justicia; la divina. Los mandamientos hay que guardarlos, pero más que guardarlos, vivirlos y enseñárselo a los demás de palabra, pero sobretodo con obras. No podemos desfigurar o mutilar el evangelio, hemos de vivir la Palabra de manera íntegra, evitando en todo lugar cualquier tipo de práctica rigorista-fundamentalista.

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Por otra parte, hay cristianos que dicen que son buenos: porque ni matan ni roban… Hay que saber que esos son solo dos de los diez mandamientos y de la multitud de enseñanzas hechas por Jesús y por las primeras comunidades cristianas a la luz de su mensaje. No podemos saltarnos los mandatos de Jesús, si es que queremos vivir como él vivió. El cristiano ha de encarnar también la Palabra de Dios y descubrir la fuerza renovadora del Evangelio. Jesús no era un esclavo de la ley, pero le dio plenitud y rostro humano a los mandatos del Padre. En el evangelio, dijo a sus discípulos: ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando (Jn. 15, 14-15). En este tiempo de cuaresma hemos de analizar nuestras vidas y de examinar nuestra conciencia constantemente a la luz de los mandamientos de Jesús. Que el Señor nos dé la gracia de vivir según el evangelio. Amén 23 Jueves

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Lectura del Profeta Jeremías 7, 23-28 Así dice el Señor: «Esta fue la orden que di a mi pueblo: Escuchen mi voz. Yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen por el camino que les mando, para que les vaya bien. Pero no escucharon ni prestaron oído; caminaban según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, me daban la espalda y no la frente. Desde que salieron sus padres de Egipto hasta hoy, les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero no me escucharon, ni prestaron oído: endurecieron la cerviz, fueron peores que sus padres. Ya puedes repetirles este discurso, que no te escucharán; ya puedes gritarles, que no responderán. Les dirás: Aquí está la gente que no escuchó la voz del Señor su Dios y no quiso escarmentar. La sinceridad se ha perdido, se la han arrancado de la boca». Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 94 R. “Ojalá escuchen hoy la voz del Señor: no endurezcan su corazón.” Vengan, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva. Entremos en su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R. Entren, postrémonos por tierra bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que el guía. R. «No endurezcan el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto: Cuando sus padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras». R. Lectura del santo Evangelio según san Lucas 11, 14-23 En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: «Si echa los demonios es por el arte de Belzebú, el príncipe de los demonios».

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Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. El leyendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa tras casa. Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo echo los demonios con el poder de Belzebu y ustedes hijos, ¿por arte de quien los echan? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero si viene otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo, está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama». Palabra del Señor. Meditación

El que no está conmigo, está contra mí. El tiempo de cuaresma es un tiempo de profunda intimidad con el Señor. Somos llamados constantemente por el Padre a la renovación interna de nuestras costumbres y forma de vivir y de ver la vida. La liturgia de la Palabra, nos insiste hoy en saber escuchar al Señor. Oír su voz, entender lo que él nos está pidiendo para que entremos en comunión con las tres divinas personas. Hoy debe resonar y hacer eco en nuestra mente, las palabras del salmista: ojalá escuchen hoy la voz del Señor, no endurezcan el corazón. La primera lectura también nos hace un llamado a vivir cultivando el valor de la sinceridad. El cristiano debe ser sincero consigo mismo, con Dios y con los demás. La sinceridad se opone a la hipocresía y a la “falsa actitud diplomática” que nos hace fingir a los demás cosas que no son ciertas, solo por el simple hecho de quedar bien y de ser simpáticos. Por otra parte, el evangelio nos invita a estar con Jesús, a no negarlo, a confesar valientemente que somos de él, que vivimos en él y por él. Vivimos en tiempos muy difíciles en los que los auténticos cristianos hemos de estar dando testimonio constante de que Cristo vive en nosotros y hemos decidido escucharlo sólo él. Abrirle nuestro corazón de par en par, darle las llaves, el pin, la clave, la contraseña, la huella de desbloqueo para que Jesús y su mensaje tenga pleno acceso y dominio total a todo lo mío. Habla Señor que tu siervo escucha. (1 Sam. 3, 9ss). Que el Señor nos ayude a oír su voz y a decidirnos por él. Amén

24 Viernes

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Lectura del Profeta Oseas 14, 2-10 Así dice el Señor Dios: «Conviértete, Israel, al Señor Dios tuyo, porque tropezaste por tu pecado. Preparen su discurso y vuelvan al Señor y díganle: “Perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios. No nos salvará Asiria, no volveremos a montar a caballo, no volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos. En ti encuentra piedad el huérfano”.

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Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan, mi cólera se apartará de ellos. Seré rocío para Israel; florecerá como azucena, arraigará como un álamo. Brotarán sus vástagos, como de olivo será su esplendor, su aroma como del Líbano. Volverán a descansar a su sombra, cultivarán el trigo, florecerán como la viña, será su fama como la del vino del Líbano. Efraín, ¿Qué me importan los ídolos? Yo le respondo y lo miro: Yo soy ciprés frondoso, de mi proceden tus frutos. ¿Quién será el sabio que lo comprenda, el prudente que lo entienda? Rectos son los caminos del Señor, los justos andan por ellos, los pecadores tropiezan en ellos». Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 80 R. “Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.” Oigo un lenguaje desconocido: «Retiré sus hombros de la carga, y sus manos dejaron la espuerta. Clamaste en la aflicción, y te libré. R/. Te respondí oculto entre los truenos, te puse a prueba junto a la fuente de Meribá. Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti; ¡ojalá me escuchases, Israel! R/. No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué de la de Egipto. R/. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino! Los alimentaría con flor de harina, los saciaría con miel silvestre.» R/. Lectura del Santo Evangelio según san Marcos 12, 28-34 En aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: - «¿Qué mandamiento es el primero de todos?» Respondió Jesús: - «El primero es: “Escucha, Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser. “ El segundo es éste: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay mandamiento mayor que éstos». El escriba replicó: - «Muy bien, Maestro, sin duda tienes razón cuando dices que el Señor es uno solo y no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todo el ser, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios». Jesús, viendo que había respondido sensatamente, le dijo: - «No estás lejos del reino de Dios.» Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Palabra del Señor. Meditación El Señor nuestro Dios es el único Señor y lo amarás El profeta Oseas, llama a la conversión y nos recuerda que el Señor nos ama y nos espera. El tiempo de cuaresma es un gran recuerdo de que debemos cambiar el rumbo de nuestras vidas, dejarnos conducir por el Señor. desterrando cualquier tipo de culto idolátrico a personas, ideologías o instituciones. Rápidamente “endiosamos” a algunas realidades y personas concretas.

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El Señor quiere que le conozcamos, le amemos y le sigamos. Pero para eso necesitamos tener un encuentro personal con él. Un encuentro que nos haga amarlo a profundidad y que seamos capaces de dar y gastar a vida por él. El evangelio nos coloca ante una decisión fundamental: amar. El cristianismo no es solo un conjunto de normas y doctrinas. El cristiano es una persona, es un mensaje que hay que vivir con amor. Una enseñanza liberadora a la que hay que adherirse. Jesús nos dice que toda las Sagradas Escrituras (plenitud de la Ley y los Profetas) se resumen en amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a nosotros mismos. Si entendiéramos eso y lo viviéramos más, nuestro mundo fuera totalmente distinto. Me llega a la mente una canción de un cantante puertorriqueño que dice: “amar o morir el amor es el alma de todo”. Hoy y siempre somos invitados por Jesús a amar sin medida, a vivir amando y a amar aún hasta cuando las circunstancias se muestren desfavorables. Amar a Dios y al hermano, valen más que todos los holocaustos y sacrificios. Que en este tiempo de gracia y bendición crezcamos en el amor a Dios y al prójimo. Amén 25

Solemnidad: La Anunciación del Señor

Sábado Blanco 52º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Rafael Leónidas Felipe Núñez, y Mons. Fabio Mamerto Rivas Santos, Obispos Eméritos de Barahona Lectura del Profeta Isaías 7,10-14; 8,10 En aquel tiempo, el Señor habló a Acaz: “Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.” Respondió Acaz: “No la pido, no quiero tentar al Señor.” Entonces dijo Dios: “Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa “Dios-connosotros”. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 39 R/ “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, / y, en cambio, me abriste el oído; / no pides sacrificio expiatorio, / entonces yo digo: “Aquí estoy.” R. “-Como está escrito en mi libro- / para hacer tu voluntad.” / Dios mío, lo quiero, / y llevo tu ley en las entrañas. R. He proclamado tu salvación / ante la gran asamblea; / no he cerrado los labios: / Señor, tú lo sabes. R. No me he guardado en el pecho tu defensa, / he contado tu fidelidad y tu salvación, / no he negado tu misericordia y tu lealtad / ante la gran asamblea. R.

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Lectura de la carta a los Hebreos 10,4-10 Hermanos: Es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quite los pecados. Por eso, cuando Cristo entró en el mundo dijo: “Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: “Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad.” Primero dice: “No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias”, que se ofrecen según la Ley. Después añade: “Aquí estoy yo para hacer tu voluntad.” Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre. Palabra de Dios Lectura del santo Evangelio según san Lucas 1,26-38 A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.” Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.” María contestó: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Y la dejó el ángel. Palabra del Señor. Meditación Hoy celebramos la solemnidad de la anunciación del Señor, Dios se ha encarnado, se ha hecho nosotros. Si contamos del 25 de marzo hasta el 25 de diciembre nos da nueve meses, por lo que esta solemnidad, aunque ha caído en el tiempo de cuaresma, está colocada en esta fecha por su sentido litúrgico y porque logra expresar el cumplimiento de la gran promesa del Padre. Con el anuncio de la Encarnación del Verbo, se dio inicio a la obra de la redención trazada desde antiguo. Dios es fiel y siempre cumple lo que promete. Su plan de salvación se ha ido desarrollando a través del tiempo. Este “sí” de María hizo posible el gran misterio. El Dios anunciado por los profetas, entró en la historia humana para salvarnos desde adentro. Este anuncio no sólo debió llenar de alegría a la Virgen María, sino a todo el género humano. El Salvador prometido, ha entrado ya. No ha

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habido ningún anuncio que haya superado el que celebramos hoy, ni que haya tenido mayor significatividad en la historia. Desde este misterio, la humanidad participa de la divinidad. El milagro se repite hoy. Cuando la Palabra de Dios es acogida por los pobres, algo nuevo acontece por el poder del Espíritu Santo. Algo tan nuevo y sorprendente como que un hijo va a nacer de una virgen o un hijo va a nacer de una mujer ya entrada en edad como Isabel, de la que todos decían que ¡no podía tener hijos! Y el ángel añade: “¡Ahí tienes a tu parienta, Isabel: se encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Hoy nosotros estamos llamados a seguir comunicando el evangelio como un anuncio gozoso, que da alegría y salvación. Que el Señor nos ayude a ser portadores de buenas noticias. Amén 26

IV Domingo de Cuaresma (Laetare)

IV Semana Liturgia de las Horas Morado o Rosado Abre nuestros para verte en los que sufren y viven en las tinieblas Orientaciones para la Celebración: Colocar el lema del día en un lugar visible. Se puede dramatizar el Evangelio. Se pueden llevar varias luces en las ofrendas. Preparar velas para encenderlas al final y todos salgan con las luces encendidas a iluminar sus familias, sectores y sus ambientes. Se pueden presentar acciones de la comunidad que están iluminando el Sector. Y se pueden presentar las cosas oscuras que hay entre nosotros para que el Señor las ilumine. 1. Monición de Entrada Hermanos y hermanas: bienvenidos sean todos y todas a participar de nuestra celebración eucarística de este cuarto domingo de Cuaresma, en la que paso a paso avanzamos hacia la Pascua del Señor, cultivando el valor de la sensibilidad que nos mueve a participar en favor de los necesitados y que se expresa en nuestro lema: “Sentía lástima de ellos”. El pasado domingo Jesús se nos presentaba como fuente de agua viva y en la liturgia de este domingo se nos manifiesta como la luz del mundo. Con la curación de la vista del ciego de nacimiento contemplamos a Jesús que se muestra sensible ante el dolor del que sufre, del pobre, los desamparados, los excluidos de la sociedad, sentía compasión de ellos, es por lo que aquí lo vemos dando luz al que con fe pide salir de las tinieblas. Como discípulos y discípulas, somos llamados para vivir como hijo de la luz, para ver con claridad y nos dejarnos llevar por las apariencias, disponiéndonos, desde nuestra debilidad, como David a servir a los demás iluminándolos con la luz del Señor. De pie aclamemos con el canto de entrada a Jesús, Luz del mundo, que nos ilumina con su Palabra y que nos abre los ojos para reconocerlo al partir

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el pan y a servirle en los más pobres. El se hace presente entre nosotros y nos preside a través de su ministro. 2. Oración Colecta Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo. 3. Liturgia de la Palabra Primera lectura: Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a Como Dios, sepamos ver las personas en su profundidad y no por las apariencias, descubriendo lo que El, ha puesto en ellas para servir a sus hermanos. Escuchemos Lectura del primer libro de Samuel 16,1b.6-7.10-13a En aquellos días, el Señor dijo a Samuel: «Llena la cuerna de aceite y vete, por encargo mío, a Jesé, el de Belén, porque entre sus hijos me he elegido un rey.» Cuando llegó, vio a Eliab y pensó: «Seguro, el Señor tiene delante a su ungido.» Pero el Señor le dijo: «No te fijes en las apariencias ni en su buena estatura. Lo rechazo. Porque Dios no ve como los hombres, que ven la apariencia; el Señor ve el corazón.» Jesé hizo pasar a siete hijos suyos ante Samuel; y Samuel le dijo: «Tampoco a éstos los ha elegido el Señor.» Luego preguntó a Jesé: «¿Se acabaron los muchachos?» Jesé respondió: «Queda el pequeño, que precisamente está cuidando las ovejas.» Samuel dijo: «Manda por él, que no nos sentaremos a la mesa mientras no llegue.» Jesé mandó a por él y lo hizo entrar: era de buen color, de hermosos ojos y buen tipo. Entonces el Señor dijo a Samuel: «Anda, úngelo, porque es éste.» Samuel tomó la cuerna de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. En aquel momento, invadió a David el espíritu del Señor, y estuvo con él en adelante. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 22 R/. El Señor es mi pastor, nada me falta El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar, me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. R/. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. R/. Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. R/.

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Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. R/. Segunda lectura: Efesios 5, 8-14 Como nos recuerda San Pablo, nosotros hemos sido iluminados por Cristo y, por lo tanto, estamos llamados a caminar en la luz y a ser sensibles con los que andan en tinieblas, para atraerlos hacia Cristo, Luz del mundo. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 5,8-14 Hermanos: En otro tiempo eran tinieblas, ahora son luz en el Señor. Caminen como hijos de la luz –toda bondad, justicia y verdad son fruto de la luz–, buscando lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas, sino más bien poniéndolas en evidencia, pues hasta ahora da vergüenza mencionar las cosas que ellos hacen a escondidas. Pero la luz, denunciándolas, las pone al descubierto, y todo lo descubierto es luz. Por eso dice: «Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz.» Palabra de Dios. Aclamación Jn 8,1 Yo soy, la luz del mundo dice el Señor, el que me sigue tendrás la luz de la vida Evangelio: Juan 9, 1-41 Jesús luz del mundo, se muestra sensible y solidario con aquel ciego de nacimiento y le abre los ojos, para que sea capaz de ver físicamente y sepa verlo a El y convertirse en su testigo. También, a nosotros El nos ha abierto los ojos para verlo y ver a los hermanos más necesitados. Puesto de pie aclamemos con el canto a Jesús, luz del mundo, que nos iluminará con su Palabra. Lectura del santo evangelio según san Juan 9,1.6-9.13-17.34-38 En aquel tiempo, al pasar Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento. Y escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa Enviado).» Él fue, se lavó, y volvió con vista. Y los vecinos y los que antes solían verlo pedir limosna preguntaban: « ¿No es ése el que se sentaba a pedir?» Unos decían: «El mismo.» Otros decían: «No es él, pero se le parece.» Él respondía: «Soy yo.» Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego. Era sábado el día que Jesús hizo barro y le abrió los ojos. También los fariseos le preguntaban cómo había adquirido la vista. Él les contestó: «Me puso barro en los ojos, me lavé, y veo.» Algunos de los fariseos comentaban: «Este hombre no viene de Dios, porque no guarda el sábado.» Otros replicaban: « ¿Cómo puede un pecador hacer semejantes signos?» Y estaban divididos. Y volvieron a preguntarle al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te ha abierto los ojos?» Él contestó: «Que es un profeta.»

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Le replicaron: «Empecatado naciste tú de pies a cabeza, ¿y nos vas a dar lecciones a nosotros?» Y lo expulsaron. Oyó Jesús que lo habían expulsado, lo encontró y le dijo: « ¿Crees tú en el Hijo del hombre?» Él contestó: « ¿Y quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo: «Lo estás viendo: el que te está hablando, ése es.» Él dijo: «Creo, Señor.» Y se postró ante él» Palabra del Señor. 4. Oración de los fieles El que preside: Oremos ahora al Padre, nuestro Dios, para que la luz de Cristo aleje de nuestro mundo las tinieblas del pecado y de la muerte, diciéndole: Abre nuestros ojos, Señor. Por la Iglesia y sus pastores, para que manteniéndose firmes en la fe e iluminados con la luz de Cristo, hagan ver su amor a los que viven en las tinieblas del pecado, de la pobreza y del dolor. Oremos. Para que Cristo ilumine a los gobernantes de las naciones, y de nuestro país, para que sean sensibles ante los más pobres y desamparados y sepan buscar soluciones a tantas situaciones oscuras de corrupción, delincuencia y desigualdad económica y social. Oremos. Por todos cuantos necesitan de una mano amiga y solidaria y una luz que les ilumine en la incertidumbre del dolor, el sufrimiento y la miseria, para que encuentren a través de nosotros en Cristo esa luz que les ilumine y sostenga. Oremos. Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y reforcemos nuestro ayuno, penitencia, y oración, para que con ojos abiertos y sensibles, veamos la necesidad de los otros y acudamos en su ayuda. Oremos. El que preside: Escucha, Padre de bondad, estas súplicas que te presentamos con amor y esperanza de que mantengas nuestros ojos abiertos para contemplarte y para ver a todos los que sufren y llevarlos a la luz. Por Jesucristo nuestro Señor. 5. Rito de exorcismo y unción con el óleo de los catecúmenos a los que serán bautizados en la Pascua. Después de esta oración son despedidos de la Asamblea porque todavía no pueden participar de la Eucaristía. Un catequista los acompaña y sigue con ellos en otro lugar profundizando la Palabra de Dios que han escuchado. 6. Oración sobre las ofrendas Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. 7. Oración después de la Comunión Dios nuestro, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Lectura del Profeta Isaías 65,17-21 Así dice el Señor: «Miren voy a crear un nuevo cielo y una nueva tierra: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear”. Miren, voy a transformar a Jerusalén en alegría, y su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén, y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados, ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán los frutos». Palabra de Dios. Salmo Responsorial 29 R/. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado Te ensalzaré, Señor, porque me has librado y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R. Tañan para el Señor, fieles suyos, celebren el recuerdo de su nombre santo; su cólera dura un instante; su bondad, de por vida; al atardecer nos visita el llanto; por la mañana, el júbilo. R. Escucha, Señor, y ten piedad de mí; Señor, socórreme. Cambiaste mi luto en danzas. Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 4,43-54 En aquel tiempo, salió Jesús de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria.» Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: - «Si no ven signos y prodigios, no creen». El funcionario insiste: - «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive» El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: -«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre.» El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho: «Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judéa a Galilea. Palabra del Señor.

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Meditación

Anda tu hijo está curado La liturgia de la Palabra del día de hoy nos llena de esperanza. En medio de este tiempo cuaresmal, nos invita a confiar más plenamente en el Señor. Dios está de nuestro lado. Dios está con nosotros. Su vida y su Palabra, nos bastan para vivir y ser felices. Dentro de poco celebraremos la Pascua, el paso de la muerte a la vida. Y eso es lo que presagia el profeta Isaías en la primera lectura, Dios restaura nuestra vida, nos asegura cambiar nuestro llanto en gozo. Ésta ha de ser nuestra gozosa esperanza. El profeta Isaías, le dice al pueblo que “camina en las tinieblas”, que habitarán en un cielo nuevo y en una tierra nueva pero este cielo nuevo; esta tierra nueva también requiere un hombre nuevo, con un corazón más dócil a la Palabra y más sensible a las necesidades de los más pobres de nuestro entorno. Pero para esto se necesita tener actitudes concretas de conversión al Señor y estar comprometido con la fe en el Dios de la vida. Dios es un Dios de liberación. Que escucha y tiene piedad de su pueblo. Él puede perdonarnos sin importar cuáles hayan sido nuestros pecados. Es por esto que Jesús en el evangelio de hoy, realiza este segundo signo, tal como nos lo narra San Juan. Jesús se presenta como fuente de la verdadera salud (salvación) y de la verdadera vida. Por tal razón nos dijo: “Yo he venido para que tenga vida y la tenga en abundancia” (Jn. 10, 10b). Las palabras de Jesús cuando son escuchadas, aceptadas a la luz de la fe, son capaces de vivificar y de sanar. Vayamos con fe a los pies de Jesús para ser confortados por él y por su palabra. Que el Señor nos ayude a vivir con él y en él. Amén

28 Martes

Feria Morado

Lectura del Profeta Ezequiel 47, 1-9.12 En aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo el Señor. De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este - el templo miraba a levante -. El agua iba bajando por el lado derecho del templo, al mediodía del altar. Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por fuera hasta el pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho. El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos metros: era ya un torrente que no se podía vadear, sino cruzar a nado. Entonces me dijo: - «¿Has visto, hijo de hombre?» Después me condujo por la ribera del torrente. Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda.

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Me dijo: - «Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacía la estepa y desembocan en el mar de la Sal. Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán saneadas. Todo ser viviente se agita, allí donde desemboque la corriente, tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan llegado hasta allí, habrán saneado el mar, y habrá vida allí donde llegue el torrente. En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se marchitarán sus hojas ni se acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes, porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su fruto será comestible y sus hojas medicinales». Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 45 R. “El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.” Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, poderoso defensor en el peligro. Por eso no tememos aunque tiemble la tierra, y los montes se desplomen en el mar. R. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada. Teniendo a Dios en medio, no vacila; Dios la socorre al despuntar la aurora. R. El Señor del universo está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. Vengan a ver las obras del Señor, las maravillas que hace en la tierra. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 5,1-3.5-16 Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?». El enfermo le contestó: - «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado». Jesús le dice: - «Levántate, toma tu camilla y echa a andar». Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar. Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano: - «Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla». El les contestó: - «El que me ha curado es quien me ha dicho: Toma tu camilla y echa a andar». Ellos le preguntaron: - «¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?» Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del gentío que había en aquel sitio, se había alejado. Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: - «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor». Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado. Palabra del Señor.

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Meditación

Al momento el hombre quedó sano. Esta primera lectura del profeta Ezequiel tiene un trasfondo bautismal. Esa agua que manaba del templo “ saneaba, daba vida, creaba abundancia y hacía crecer todo tipo de frutos”. Nosotros fuimos bautizados en la fuente viva de Cristo, de cuyo costado brotó agua junto con la sangre. Hemos sido bautizados para ser hijos de Dios, miembros de una Iglesia y herederos de la vida eterna en el cielo. Cristo es la fuente de la vida. El bautizado por la gracia recibida queda saneado, lleno de vida en Cristo, capacitado para realizar cualquier obra buena. La vida del bautizado en la fe cristiana debe ser una vida de testimonio. Una vida que produzca frutos buenos. Frutos que hablen del amor a Dios y al prójimo. Como bautizados estamos llamados a seguir colaborado en el plan de redención. Aportando con nuestro testimonio de vida a que el reino de Dios se siga haciendo presente. Como bautizados tenemos un compromiso con los pobres y necesitados de este mundo. Hoy Jesús en el evangelio cura a un paralítico que tiene muchos años padeciendo una enfermedad que le impide moverse por sí mismo. También nosotros hemos de tender la mano a tantos hermanos nuestros que se encuentran postrados por alguna enfermedad ya sea en sus casas o en los hospitales y clínicas. Muchos que no tienen quien los “mueva”, los impulsen y le lleven una palabra de aliento y les ofrezcan una mano amiga. El compromiso con la solidaridad nos apremia. Nuestra fe en Jesús, así como nuestro compromiso bautismal exigen de nosotros estar cerca del que sufre. Que en este tiempo de cuaresma podamos ser capaces se socorrer a aquellos que más necesitan de nosotros. Amen 29 Miércoles

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Lectura del Profeta Isaías 49, 8-15 Así dice el Señor: «En tiempo de gracia te he respondido, en día de la salvación te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: “Salgan “, a los que están en tinieblas: “Vengan a la luz.” Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán. Mírenlos venir de lejos; mírenlos del Norte y del Poniente, y los otros del país de Sin. Exulta, cielo; alégrate, tierra; rompan a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados». Sión decía: «Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado» ¿Puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvidará, yo no te olvidaré.». Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 144 R. “El Señor es clemente y misericordioso.” El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R. Lectura del santo Evangelio: según san Juan 5, 17-30 En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: - «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo». Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo quebrantaba el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: - «En verdad, en verdad les digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta sino lo que viere hacer al Padre. Lo que hace este, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que esta, para su asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo todo el juicio, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió. En verdad, en verdad les digo: quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado ya de la muerte a la vida. En verdad, en verdad les digo: llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre tiene vida en sí mismo, así ha dado también al Hijo tener vida en sí mismo. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No les sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió». Palabra del Señor. Meditación

Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Estamos ya en la cuarta semana del tiempo de cuaresma; un tiempo que por demás se entiende y se debe vivir como ese “tiempo de gracia y salvación” del que nos habla hoy el profeta Isaías. Somos invitados por la Iglesia a salir de la oscuridad de nuestros pecados hacia la luz de la gracia

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de Cristo. A dar este paso “de la muerte a la vida”. Pero no nosotros solos, sino junto con los demás hermanos. No debemos olvidar nunca estas palabras del salmista: “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas”. Goza de su amor y de su misericordia. Déjate guiar por él y por su Palabra. Dios no se ha olvidado de ti. Dios no te ha abandonado. Él nos sigue conduciendo a todos a través de su santa Iglesia y de sus pastores. Dios sigue actuando, consolando, conduciéndonos por el camino de la vida verdadera. En este tiempo de cuaresma, síguete acercando al Señor. Escucha con oídos atentos la Palabra de Dios. Medítala día y noche. Haz de la Palabra tu “pan”, ya que quien la escucha y la lleva a la práctica tiene vida y vida eterna. Permite que la Palabra de Dios entre en tu interior y te “resucite”. Te levante y te haga caminar por los senderos del amor, del servicio, de la caridad, del perdón, de la entrega y de la justicia. El Dios de la vida nos llama a entregarnos a él. Recibir la vida que procede de él para comunicarle esa vida a los demás. Tenemos que tener el corazón cargado con una experiencia profundo e intensa de Cristo para podérsela pasar a otros; como quien comparte su clave de wifi; como quien “jumpea” la batería a otro auto. Que el Señor nos dé la gracia de pasar de la muerte a la vida; de la oscuridad a la luz. Amén 30 Jueves

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Lectura del libro del Éxodo 32,7-14 En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: - «Anda, baja del monte, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Éste es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto “».Y el Señor añadió a Moisés: -«Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz. Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo». Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: - «¿Por qué, ¿Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? ¿Por qué han de decir los egipcios: “Con mala intención los sacó, ¿para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré su descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a su descendencia para que la posea por siempre». Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo. Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial 105 R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba. R. Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en la tierra de Cam, portentos junto al mar Rojo. R. Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R. Lectura del santo evangelio según san Juan 5,31-47 En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: - «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es verdadero el testimonio que da de mí. Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio en favor de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido llevar a cabo, esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca han escuchado su voz, ni visto su rostro, y su palabra no habita en ustedes, porque al que él envió no le creen. Estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no quieren venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, los conozco y sé que el amor de Dios no está en ustedes. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibieron; si otro viene en nombre propio, a ése si lo recibirán. ¿Cómo podrán creer ustedes, que aceptan gloria unos de otros y no buscan la gloria que viene del único Dios? No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre, hay uno que los acusa: Moisés, en quien tienen su esperanza. Si creyeran a Moisés, me creerían a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no creen en sus escritos, ¿cómo van a creer en mis palabras?». Palabra del Señor. Meditación Moisés, en quien tienen su esperanza, será su acusador. La primera lectura y el salmo nos hablan de la paciencia de Dios con su pueblo. A lo largo de la historia de la salvación, Dios ha tenido que ser misericordioso con nosotros, pues nuestro corazón tiende a alejarse de él. Somos débiles y pecadores por tal motivo, debemos de permanecer en él. De no olvidarnos de su amor, debemos de venir a él, que es la fuente de la salvación y la alegría plena del ser humano. Nada ni nadie fuera de él, pueden darnos verdadera vida, auténtica alegría. El evangelio de hoy, nos presenta este diálogo que Jesús sostiene con los judíos, en torno a un tema particular: los distintos testimonios que ellos han

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Plan de Pastoral - Marzo 2017

recibido acerca de la persona de Jesús. Se han esforzado en mirar y sin querer ver. Dios ha estado con ellos y en medio de ellos, pero no lo han sabido ver. En Jesús se resumen y completan todas las esperanzas y las promesas de Dios. Él es el revelador del Padre, conocerlo a él es conocer al Padre que lo envió al mundo para nuestra salvación. Conocer a Jesús a través de la palabra, de la fe, de la oración, del encuentro con el hermano, en el pobre y oprimido, sigue siendo el objetivo más importante de la vida de un cristiano. ”. El testimonio que da Jesús de sí mismo carecería de valor si no tuviera como garante supremo de la verdad, el Padre. El Padre da por bueno, garantiza y firma lo que hace Jesús. Jesús no necesita que otros den testimonio de él, sus obras son las que mejor hablan de él. Pasa lo mismo con nosotros no es necesario que digamos que creemos en Jesús. Nuestras obras, nuestros hechos deben hablar si solos. Que en este tiempo de gracia y bendición podamos acercarnos más íntimamente a Jesús, Amén 31 Viernes

Feria Morado

Lectura del libro de la Sabiduría 2, 1a.12-22 Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente: «Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo de Dios. Es un reproche contra nuestros criterios, su sola presencia nos resulta insoportable. Lleva una vida distinta de todos los demás y va por caminos diferentes. Nos considera moneda falsa y nos esquiva como a impuros. Proclama dichoso el destino de los justos, y presume de tener por padre a Dios. Veamos si es verdad lo que dice, comprobando cómo es su muerte. Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos. Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia. Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues según dice, Dios lo salvará». Así discurren, pero se equivocan, pues los ciega su maldad. Desconocen los misterios de Dios, no esperan el premio de la santidad, ni creen en la recompensa de una vida intachable. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 33 “El Señor está cerca de los atribulados.” El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su recuer­do. Cuando uno grita, el señor lo escucha y lo libra de todas sus angustias. R. El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos los libra el Señor. R. El cuida de todos sus huesos, ni uno solo se quebrará. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él. R.

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Sintió lástima de ellos

Lectura del Santo Evangelio según san Juan 7, 1-2.10.25-30 En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: -«¿No es éste el que intentan matar? Pues miren cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene». Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: - «A mí me conocen, y conocen de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese ustedes no lo conocen; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado». Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Palabra del Señor. Meditación Intentaban agarrarlo, pero todavía no había llegado su hora. Nos situamos hoy en el último día del mes y próximo a la última semana del tiempo de cuaresma. Y las lecturas del día de hoy nos están introduciendo al misterio de la pasión de Cristo. Nos presentan a un Jesús (al justo) a quien quieren matar. Un Jesús que tiene que ser perseguido y condenado falsamente, todo por vivir la vida y el proyecto del reino como “Dios manda”. Por eso Jesús nos dijo a todos sus discípulos en el Sermón del Monte: “Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt. 5, 10). Es inevitable vivir el proyecto de Jesús (el amor a Dios y al prójimo, la justicia, el servicio, la paz, la caridad, la humildad, el perdón, el bien común…), y no ser perseguido por ello. El bien siempre es perseguido por el mal. Por eso al reino se le hace violencia. La Iglesia (santa y pecadora) sigue siendo perseguida y nuestro discurso cae mal cuando denunciamos. Todo bautizado tiene el compromiso de ser profeta (anunciar y denunciar). Si quieres “caer” bien en esta sociedad, baila al son que te toquen; ahora bien, si quieres caer pesado, ser mal visto y perseguido, haz el bien, se justo, honesto y serio. Hay segmentos de nuestra sociedad dominicana en dónde vivir estos valores resulta un crimen y quienes lo viven y lo practican son tipificados por quienes no lo viven, como “criminales”. El justo molesta con su simple conducta. Nuestra vida honrada y decente debe convertirse en una denuncia constante de las estructuras de pecado y opresión presentes en una sociedad marcada por la desigualdad y flagelada por la corrupción y la impunidad. Cuanta oposición recibimos por hacer lo correcto en el trabajo, en la escuela o universidad, en el barrio, en el sector, en la familia y hasta en el seno de la misma Iglesia. Pero entre ser complaciente con el mundo y en vivir una vida cristiana como Dios quiere, siempre elegir el reino y su justicia será la mejor opción de vida. Que el Señor nos siga conduciendo por los caminos de la justicia. Amén

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