Corresponsabilidad Toma parte en los duros ... - pastoral juvenil sd

3 jul. 2017 - Ordinario el Señor que siembra la Palabra en nuestros ...... Pero dio orden a las altas nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ...
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Valor del Mes:

Corresponsabilidad Lema del Mes:

Toma parte en los duros trabajos del Evangelio (2 Tim 1, 8)

Plan de Pastoral Julio 2017

Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

Acción Significativa del Sector: Feria de los diferentes trabajos de la Iglesia presentando su tarea. Celebrar con los padres en el Sector. Organizar el Campamento de Niños, Adolescentes y Jóvenes Acción Significativa Familiar: Todos juntos preparan la fiesta de los Padres. Presentar las necesidades de la casa y decidir lo que le toca a cada uno para resolverlas. Índice Primera Parte: Lectura orante Lema del Mes: (2 Tim 1, 8) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Celebracion con los Padres del Sector. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 Acción Significativa del Sector: Expo Católica de la Corresponsabilidad. . . . . 20 Segunda Parte: Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria del Evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 Tercera Parte: Conclusiones del II Congreso Nacional de Pastoral Juvenil. . . . . . . . . . . . 94 Colaboradores: Francisca de la Cruz, Diácono José Rosado, P. Juan José Palomino A., Diácono Santiago Lebrón, María del Carmen Pérez, Omar Payano, Diácono Tirso Concepción, Diácono Frank Luna, Diácono Ángel Villanueva, Diácono Julio Reyes, Diácono Ángel Canó, Hortensia Álvarez (Titi), Beatriz Ogo, Carlos Torres, Brenda Tirado, Natalia Michel, Comisión Arquidiocesana de Animación Bíblica, P. Valerio Baines Sanz, oar, P. Gregorio Santana y Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo) Coordinadora: Eugenia López Diagramación y Arte final: Jesús Pérez Portadas: Giantfranco Santos Impresión: Editora Amigo del Hogar / Manuel María Valencia No. 4, Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 / Para contacto Vicaría de Pastoral, Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., [email protected] Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141, Ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo

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Lectura Orante 2 Timoteo 1, 8-9

“Toma parte en los duros trabajos del Evangelio” Orientaciones: Un signo distintivo del cristiano es que comparte la responsabilidad de la misión de Cristo descrita en cada palabra de vida de las Sagradas Escrituras, con la Lectura Orante cada cristiano realiza una meditación personal o comunitaria. Para este encuentro debe haber un responsable, pero su función es dirigir la lectura y organizar el encuentro, pero todos debemos tener una participación activa. Duración: No más de 30 minutos 1. Invocación al Espíritu Santo Uno de los presentes invoca la presencia del Espíritu Santo, para que haciendo morada en nosotros transforme nuestras divisiones en unidad conforme a la Palabra de Dios. 2. Leo el texto de 2 Timoteo 1, 8-9 Leemos detenidamente el texto en dos ocasiones en voz alta y de ser posible en traducciones distintas (Biblia de Jerusalén o la del Pueblo Peregrino, entre otras), luego cada persona lee en silencio. 3. Medita (Qué me/nos dice la Palabra) • Quién habla en la lectura y a quiénes va dirigida? • Qué nos dice? Por qué el escritor le dice al lector que no se avergüence y que soporte junto con él? • Podemos nosotros mismos obtener la salvación por nuestras obras? Reflexión Timoteo es para Pablo como un hijo, al cual constantemente instruye para que se mantenga firme en la fe que ha recibido del Señor a través de su maestro (el mismo Pablo); ahora Timoteo está en una de las Iglesias, fruto de la misión de Pablo, está trabajando para el Señor y se le recuerda que nunca debe sentir vergüenza del Evangelio recibido y ser corresponsable de los trabajos que implica el mismo, pues ser seguidor de Cristo no va a facilitar las cosas. Todo Cristiano debe comprender al igual que Timoteo que cada día tiene su esfuerzo y estar en la Iglesia implica que debemos ser corresponsables de la misión de Cristo y ésta nunca fue algo sencillo; al recibir el bautismo nos hacemos trabajadores del Reino y aunque nuestras obras no tienen poder para nuestra salvación, nuestra fe debe ser viva y fructífera, por eso, debemos tomar parte en los duros trabajos y sufrimientos del Evangelio, recordando que el que nada sacrifica a nada tiene derecho.

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

4. Ora ( Qué le respondo al Señor) ¿Al bautizarme me he hecho coheredero del Reino y trabajador para el mismo, que le digo al Señor sobre mi actitud, qué me hace decirle la Palabra de hoy? 5. Contempla y actúa (+ Qué inspira en mi vida la Palabra) He pensado que ser cristiano es tarea fácil? Me he hecho corresponsable de la misión de Cristo? 6. Concluyamos con el Padre Nuestro, Ave María Gloria. Nos damos un abrazo fraterno y vivamos con gozo y como comunidad la Palabra que Dios ha puesto en nuestros corazones solicitando y acudiendo al llamado que Jesús nos hace.

Primer Encuentro de Evangelización Semana 3 de Julio al 8 de Julio del 2017

Corresponsabilidad personal “Señor, cinco talentos me entregaste, aquí tienes otros…” (Mt 15,20) Ambientación: Es el Primer Encuentro del mes de julio, debemos preparar los carteles con el valor y el lema del mes y se tienen en el suelo. Al llegar al lugar de la reunión no se ha preparado ni ambientado nada, ni siquiera las sillas. Cuando ya hay suficientes personas, alguien invita a organizar el local. Se piden ideas sobre qué hacer y cómo ambientarlo; que alguien ponga la música sobre la reunión. Quienes lo deseen colaboran en el adorno y preparación. Después de sentados, y antes de la oración se hace un análisis sobre cómo se ha trabajado, quiénes lo han hecho y quiénes no; preguntamos si lo realizado se puede llamar corresponsabilidad personal. Cantos de acogida Oración inicial Se puede hacer una oración de alabanza, o unas oraciones voluntarias y cada quien la realiza como mejor le parece. No puede faltar la petición de la presencia del Espíritu Santo. Canto: Un pueblo que camina por el mundo…. Introducción El valor que nos corresponde reflexionar, orar y practicar de manera especial en este mes de julio es la Corresponsabilidad. Solo con leer o

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escuchar la palabra nos damos cuenta que está en relación directa con la Responsabilidad. Corresponsabilidad es la responsabilidad compartida; es decir, la responsabilidad es común a dos o más personas, grupos o instituciones, quienes comparten una obligación o compromiso. La corresponsabilidad es algo amplio, extendido y abarca muchos campos diversos; como hemos dicho hace un momento, no es solo personal, sino que puede ser comunitaria, institucional y hasta de distintos países. Nombramos algunas de las posibles corresponsabilidades, sobre todo las que más tienen que ver con nuestros temas de los siguientes Encuentros: Corresponsabilidad parental: nos dice que tanto el padre como la madre tienen la misma responsabilidad en cuanto al desarrollo, educación, bienestar o salud de sus hijos. Corresponsabilidad familiar: está en relación directa con la anterior, indica que todos los integrantes de una misma familia comparten tareas dentro del hogar; es decir, todos los integrantes son responsables de la marcha de la familia. Corresponsabilidad eclesial: todos y todas formamos la iglesia y somos responsables de su marcha y funcionamiento; somos corresponsables no solo en la ejecución sino también en la planificación y organización de la Iglesia, de sus tareas. Corresponsabilidad social: Las comunidades locales, las provincias, el país y el mundo es responsabilidad de todos y todas, es decir somos corresponsables de lo que se hace o no se hace en el mundo, comenzando por lo de nuestra comunidad barrial, campesina o zonal. Estos son los temas de cada uno de los siguientes Encuentros. Texto bíblico: Mateo 25,14-30 Este texto se acostumbra a llamar “la parábola de los talentos”. ¿Todos y todas tenemos dones de Dios? ¿Seríamos capaces de decirnos algunos de esos dones que el Señor nos ha dado para el bien de los demás? ¿Los dones de Dios tienen algo que ver con la corresponsabilidad? ¿Cómo lo explicaríamos desde ese punto de la corresponsabilidad? ¿Poner en práctica esos dones es ser corresponsable con Dios y con los demás? ¿De qué forma y por qué? Canto: Yo vengo del sur y del norte… Reflexión El punto de partida para entender la Corresponsabilidad es saber qué es responsabilidad. Es un valor que le permite a la persona actuar el bien y hacerse cargo de las consecuencias de sus actos. Por tanto, la responsabilidad supone tomar una decisión de cómo debemos actuar; es participar con nuestra propia conciencia y decir que lo realizado es mío, no de otra persona. En la vida de cada día, todas las personas tenemos diversas responsabilidades personales, que no vienen mandadas o impuestas, pero que sabemos nos corresponde realizar. También la responsabilidad es cumplir con los compromisos adquiridos. Por ello también puede haber responsabilidades impuestas por las leyes o normas, tanto sociales como religiosas; algunas de estas responsabilidades

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se nos pueden imponer, aunque no estemos de acuerdo con su cumplimiento. Si nos damos cuenta, hablamos de responsabilidad cuando tiene que ver con el actuar en conciencia de la propia persona. Hablar de corresponsabilidad personal es cuando ese participar con responsabilidad debe hacerse con otras personas y afecta a otras personas. Por eso utilizamos el término corresponsabilidad cuando la responsabilidad no es individual, sino que se participa con otra u otras personas. Se refiere a la acción de participar en la ejecución de una tarea entre dos o más personas, en las que todas tendrán los mismos o diferentes compromisos al momento de efectuar la tarea. Desde nuestro punto de vista, partiendo del texto bíblico reflexionado antes, la corresponsabilidad se convierte en una virtud por medio de la cual le damos gracias a Dios por los dones recibidos de Él; es poner es práctica, a favor de las demás personas, de la Iglesia y de la sociedad, los dones recibidos de Dios. Dones recibidos para el bien de la comunidad, de los demás, y por tanto dones no usados individualista y egoístamente. Dones divinos que nos llevan a acciones y comportamientos determinados, principalmente a participar en beneficio de los demás, de la Iglesia, de todo el país y de las personas más necesitadas. En este sentido citamos tres textos del documento de la Conferencia de Aparecida: “Los discípulos y misioneros de Cristo promueven una cultura del compartir en todos los niveles en contraposición de la cultura dominante de acumulación egoísta, asumiendo con seriedad la virtud de la pobreza como estilo de vida sobrio para ir al encuentro y ayudar a las necesidades de los hermanos que viven en la indigencia”. (Aparecida 540). “Cada bautizado, en efecto, es portador de dones que debe desarrollar en unidad y complementariedad con los de los otros, a fin de formar el único Cuerpo de Cristo, entregado para la vida del mundo. […] Cada comunidad está llamada a descubrir e integrar los talentos escondidos y silenciosos que el Espíritu regala a los fieles”. (Aparecida 162). “Es necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y corresponsables en su desarrollo” (Aparecida 226 b). La corresponsabilidad no tiene por qué estar mandada por leyes o decretos, aunque en ocasiones puede estarlo, sino que son obligaciones humanas, vecinales, religiosas, etc. Pagar la junta de vecinos no se puede obligar por ley, tampoco el colaborar en las tareas de casa, ni el aportar ayuda personal o material en la Iglesia, y otras, no está mandado ni se puede obligar por ley, pero es una obligación, es corresponsabilidad, y quien no lo hace es un irresponsable… La corresponsabilidad compartida como una idea general y que compromete a participar con toda la humanidad en su conjunto está cada vez más aceptada. Es lógico que sea así porque las relaciones humanas ya tienen un carácter global. Nos podemos referir a muchas corresponsabilidades mundiales, pero citamos dos. El cuidado y la atención por el medio ambiente o la naturaleza, y la globalización de la solidaridad. Dos compromisos, dos corresponsabilidades de cada persona, de todas las personas; por tanto, dos corresponsabilidades para ti, para mí.

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Canto: Amar es darse a todos los hermanos…. Reflexión comunitaria Si la responsabilidad es algo personal, ¿Se puede hablar de corresponsabilidad personal? ¿Cómo la entenderíamos? ¿Qué dones me ha dado el Señor con los que debo ser corresponsable? ¿Qué he aprendido en este tema? ¿A qué me comprometo después de este tema? Oración final Hacemos una oración de acción de gracias por todas las personas que conocemos que son corresponsables. Luego, se hacen peticiones pidiendo para que todos seamos corresponsables en nuestras familias, en nuestra comunidad, en el sector y en el país. Concluimos con el Padre nuestro, el Ave María y Gloria al Padre. Canto final: Hoy, Señor, te damos gracias….

Segundo Encuentro de Evangelización Semana 10 al 15 de Julio del 2017

Corresponsabilidad en la familia Ambientación Como en todos los Encuentros, se ponen el valor y el lema del mes en un lugar visible; se añade el cartel con el título de este Encuentro. Se invita a participar en familia, y principalmente se invita a los varones a formar parte de este encuentro. Se puede poner alguna imagen o cuadro de la Sagrada Familia y pedirles a los que puedan llevar una foto de la familia. Cantos de acogida: Preferiblemente los que se refieran la familia o al hogar (Bendecid oh Señor las familias). Oración inicial Unos días antes del Encuentro se encarga a una familia que prepare la oración, y según la han pensado la realizan ahora. Canto: Iglesia soy Introducción El Encuentro anterior nos hablaba de la Corresponsabilidad en general y la corresponsabilidad personal, este segundo Encuentro se centra en la Corresponsabilidad familiar. Si partimos de la definición dada en el Encuentro anterior, estaríamos hablando de la responsabilidad con los otros miembros de la familia, o la participación en las responsabilidades compartidas dentro de la familia. Ya sé que algunas personas dominicanas, principalmente varones, van a defender que eso es traído de otras culturas, algo impuesto desde fuera…

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aquí somos diferentes y en República Dominicana no se puede imponer eso de la igualdad en el trabajo dentro de la familia. ¿Será verdad que hablar de corresponsabilidad dentro de la familia es una imposición de otras culturas? En casi todas las culturas el varón ha tenido la función de proveedor (quién aporta los alimentos y lo necesario para la vida), era, además, la figura autoritaria en la familia; mientras que las mujeres tenían la función de la reproducción, el criar y dar afecto a los hijos. Esto era así, lo cual suponía que los varones tenían mucha participación en lo público y las mujeres lo tenían en lo privado. La mayor parte del trabajo remunerado lo realizaban los varones y el no pagado (el de casa) lo realizaban las mujeres. Esto era, o ha sido así en muchas, en casi todas las culturas… era, quiere decir que ya no lo es, o que está cambiando a serlo cada vez menos. La corresponsabilidad en familia: ¿cómo tener un hogar corresponsable? La corresponsabilidad en la familia resulta muy necesaria en estos días. Con los cambios sociales que se dan a tanta velocidad, se produce también una modificación en el modelo de familia en la cual van igualándose las funciones de varón y hembra. Cada vez hay más mujeres trabajando fuera de casa, y también más varones encargándose de algunas tareas del hogar; pero este cambio no está siendo todo lo rápido y suficiente que debe ser. Texto Bíblico para la reflexión: Colosenses 3,18-20 Leamos este texto de la carta a los Colosenses, además nos fijamos en todas las enseñanzas de Cristo sobre el comportamiento debido con las demás personas. San Pablo habla de todos los responsables en la familia, ¿Qué nos enseña sobre la corresponsabilidad de cada persona? ¿En la familia quién debe trabajar más por el bien de los demás? ¿Cómo está el trabajo en nuestras casas? Canto: Tus palabras alientan mi vida Reflexión La gran incorporación de las mujeres al trabajo pagado (mercado laboral) planteó la necesidad de acomodar la vida laboral, familiar y personal; esto lleva a la igualdad de oportunidades entre varones y mujeres, también a la necesidad de la corresponsabilidad de todos en la familia. Si las personas deben tener igualdad de oportunidades en lo personal, familiar y laboral, esto supone que la corresponsabilidad lleva a que mujeres y varones participen de las tareas domésticas, del cuidado de los hijos y de las personas que de ellos dependen. Pero esto, uniéndolo a lo dicho en la introducción, supone olvidar la división entre público y privado, donde el espacio público es preferentemente de los varones y el privado lo es de las mujeres. La corresponsabilidad supone que mujeres y varones puedan dedicar su tiempo tanto al trabajo remunerado como al personal y al de la casa. No, no es cuestión de cultura, la corresponsabilidad en el hogar es asunto de conciencia de la igualdad de las personas, independientemente de su sexo. En nuestro país es necesario tomar conciencia, principalmente los varones,

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o muchos varones, de esta igualdad de las personas y de que el trabajo del hogar dignifica tanto o más que el realizado fuera, para que ellos, los varones, se sientan más “hombres”, más personas, por colaborar en la casa. Además, es cuestión de orden y disciplina personal y familiar. También es cuestión de acompañamiento y ayuda. En una pareja de creyentes, este tema de ayudarse mutuamente es una obligación desde la fe. No solo de ayudar en el hogar, sino de ayudar a que la otra parte colabore en el hogar. Conocemos a personas muy creyentes, principalmente a varones muy comprometidos en la Iglesia, con un problema muy grande en su crecimiento espiritual, por faltar a esta corresponsabilidad: son personas muy responsables en su trabajo, en la Iglesia, hasta entregan muchas horas en el trabajo eclesial… y ninguna responsabilidad en las tareas del hogar; a veces pueden usar como excusa ese mucho tiempo empleado en los trabajos de Iglesia. Sin esta corresponsabilidad en el hogar, les está faltando una tarea muy grande en su crecimiento espiritual. El título de este Encuentro es la corresponsabilidad familiar, hasta ahora hemos hablado de la corresponsabilidad parental, de los padres. Es necesario referirnos también a la corresponsabilidad del resto de los miembros de la familia: hijos, abuelos, tíos y todas las personas que viven en el hogar. Para este apartado copiamos un decálogo de corresponsabilidad: 1. Valorar a todos los miembros de la familia. Todos somos capaces de participar en las tareas de la casa, en mayor o menor medida. Tanto hombres como mujeres, niños y niñas, ancianos y ancianas. Cada uno y cada una con su actividad, pero capaces de llevarla a cabo. 2. Repartir las tareas equitativamente, y según las capacidades de cada uno. Obviamente, un niño o niña muy pequeño no podrá hacer la cena, pero seguro que puede ayudar a poner la mesa. 3. Cada uno se ocupa de su espacio. El cuarto de los niños y jóvenes es su territorio, y deben cuidarlo ya que allí pasan la mayor parte del tiempo cuando están en casa. 4. Organización de tareas. Es una buena idea realizar un pequeño horario flexible. Si todos ayudamos, habrá más tiempo para el ocio para todos y todas. 5. No llenar todo el tiempo libre de la familia con tareas domésticas. Hay tiempo para todo, y el principal objetivo de la organización de tareas es no pasarse todo el día pendiente de las labores del hogar. Las tareas de la casa pueden convertirse en un juego. 6. Reforzar positivamente. Valorar y premiar los esfuerzos y los logros, sobre todo, de los más pequeños.

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7. Las tareas de la casa pueden ser una actividad familiar de unión y aprendizaje. Aprovechar esos momentos para reforzar el vínculo con nuestros familiares, y convertirlos en un momento agradable en casa. 8. Enseñar al que no sabe. Si un miembro de la familia no puede o no sabe realizar una tarea en concreto, hay que ayudarle a realizarla y enseñarle para que aprenda de los errores. 9. Delegar y pedir ayuda. Si las actividades laborales, de ocio, etc. de todos los miembros de la familia son muy numerosas, y no se pueden llevar al día las tareas de la casa, quizás llegue el momento de plantear pedir ayuda a profesionales. 10. Predicar con el ejemplo. Si los más pequeños ven que los más mayores hacen las tareas de la casa por igual, sin protestar, equitativamente, con una sonrisa y sin malas caras, ellos responderán actuando de la misma manera. (Tomado de http://www.concilia2.es/decalogo-para-la-corresponsabilidad-en-el-hogar/) Canto: Himno de la familia Reflexión comunitaria ¿La corresponsabilidad en la familia es algo cultural? ¿En República Dominicana se tiene corresponsabilidad en el hogar? ¿Qué podemos hacer con este valor para mejorarlo en nuestra comunidad y familia? ¿Qué debemos enseñar a nuestros hijos e hijas? ¿Existe el machismo en nuestras casas? ¿Qué hacer para ser corresponsables en los trabajos del hogar? Oración final Jesús, María y José, en ustedes contemplamos el esplendor del verdadero amor, a ustedes, confiados, nos dirigimos. Santa Familia de Nazaret, haz también de nuestras familias lugar de comunión y cenáculo de oración, auténticas escuelas del Evangelio y pequeñas iglesias domésticas. Santa Familia de Nazaret, que nunca más haya en las familias episodios de violencia, de cerrazón y división; que quien haya sido herido o escandalizado sea pronto consolado y curado. Santa Familia de Nazaret, haz tomar conciencia a todos del carácter sagrado e inviolable de la familia, de su belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchen, acojan nuestra súplica. Amén. (Oración del papa Francisco por la familia) Canto final: María, llévame a Jesús….

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Tercer Encuentro de Evangelización Semana 17 al 22 de Julio del 2017

Corresponsabilidad en la Iglesia

“Toma parte de los duros trabajos del Evangelio” (2 Tim 1,8) Ambientación Como en los Encuentros anteriores poner en lugar visible el lema y el valor del mes. Se puede tener también el del año y se añade el título del presente Encuentro. Conforme van llegando las personas se hace un cartelito con el nombre y la función, trabajo o ministerio que realiza en la iglesia; si no tiene un trabajo específico se pone la palabra laico o laica. Cantos de acogida y ambientación Oración inicial Quien preside el Encuentro, o alguien de la casa donde se realice, dirige la oración, en la que invita a participar a todas las personas presentes. Canto: Juntos cantando la alegría, de vernos unidos en la fe y el amor…. Introducción Continuando con el tema de la corresponsabilidad, hoy nos toca reflexionar y comprometernos en ser responsables junto con las demás personas dentro de la Iglesia. ¿Merece la pena emplear tiempo en las cosas de Iglesia? Bueno, eso de ir a Misa y a otras celebraciones, tal vez sí, porque allí estamos hablando, relacionándonos con Dios, pero meternos en otros trabajos ya es distinto. Eso les toca a los curas, que además viven de ello… Muchas personas cosas similares. Hasta personas serias creen que quienes se meten en esos trabajos están renunciando a ser laicos y se hacen más clérigos, es decir se meten en trabajos de los sacerdotes y de las monjas. La Iglesia no es sólo cosa de los presbíteros y religiosos; lo es de todas las personas bautizadas, cada una desde su propia vocación es corresponsable de la Iglesia. Todos y todas somos responsables y con una misión por cumplir. “Mi parroquia va mal, o va bien”, lo decimos como lavándonos las manos; eso no sirve, la parroquia, la Iglesia, va bien o mal dependiendo de cómo la estemos haciendo. La construcción de la Iglesia es corresponsabilidad de todos y todas. Quien se contenta con ir a Misa, rezar, participar en algunas celebraciones masivas de Iglesia, cumplir con Pascua… pudiendo hacer más, que no se considere un buen católico o católica, no está cumpliendo con su obligación de bautizado o bautizada.

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Iluminación bíblica del tema: Romanos 16, 1-27. El texto es una despedida de Pablo, va citando con agradecimiento a quienes le ayudaron. Sí, es eso, pero es mucho más. Leamos el capítulo mirando la cantidad de laicos y laicas comprometidas en los trabajos de Iglesia. Miremos qué trabajos tan distintos hacían en la comunidad. Entre todas las personas participantes en el Encuentro dialogamos sobre diversidad de ministerios y trabajos que se hacían y se pueden hacer dentro de la comunidad eclesial. Apliquemos aquellos trabajos de entonces a la Iglesia actual. Canto: Siempre es Pentecostés Reflexión «Los laicos congregados en el Pueblo de Dios e integrados en el único Cuerpo de Cristo bajo una sola cabeza, cualesquiera que sean, están llamados, a fuer de miembros vivos, a contribuir con todas sus fuerzas, las recibidas por el beneficio del Creador y las otorgadas por la gracia del Redentor, al crecimiento de la Iglesia y a su continua santificación. Ahora bien, el apostolado de los laicos es participación en la misma misión salvífica de la Iglesia, apostolado al que todos están destinados por el Señor mismo en virtud del bautismo y de la confirmación.» (Vaticano II, Constitución Lumen gentium 33). Comenzamos con ese texto del concilio Vaticano II para poner doctrina eclesial como punto de partida. El Texto bíblico leído y meditado en este Encuentro nos habla de la diversidad de personas con distintas funciones en la primera comunidad; los textos bíblicos en este sentido podrían ser muchos, todos esos que nos hablan de ser miembros de Cristo, la Iglesia como un cuerpo, la diversidad de ministerios y funciones, etc. La corresponsabilidad y participación de los laicos en la vida de la Iglesia no es una concesión de la Iglesia, o de las autoridades, sino puesta en práctica del mandato de Cristo a todos sus seguidores: “quien me ama, seguirá mis mandatos, mis palabras”. Por tanto, esa corresponsabilidad y partición no depende de si tenemos un obispo o párroco cercano y preocupado por los laicos y sus trabajos; sino que es un derecho y un deber que nacen desde el mismo bautismo. Ahora bien, corresponsabilidad y participación desde su ser laicos, desde sus propios carismas; no se trata de clericalizarse, de hacerse sacerdotes de segunda, sino que colaboran en la construcción de la Iglesia y del mundo desde su vocación de laicos o laicas. Los laicos no somos sacerdotes o ministros de segunda categoría, somos bautizados y bautizadas de primera. Ningún cristiano o cristiana ha de quedar fuera de la corresponsabilidad y del trabajo eclesial; no es espectador pasivo. Esta llamada nace de nuestro bautismo. Todos y todas estamos llamados a la corresponsabilidad y participación activa en las tareas eclesiales, también en las de decisiones importantes. Con la fuerza del Espíritu asumamos nuestra misión.

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Canto: Pescador de hombres Reflexión comunitaria Y yo ¿qué estoy haciendo en la Iglesia? ¿A quién puedo invitar a un trabajo eclesial? Miremos los cartelitos que nos han entregado al principio, y veremos que, además del nombre, nos pone algo más, ¿ese escrito es mi corresponsabilidad en la Iglesia? ¿Puedo ser corresponsable en algo más? ¿Cómo laicos y laicas tenemos participación activa en la toma de decisiones importantes en la parroquia y en la diócesis? Oración final Espontáneamente se tienen oraciones de súplicas por la corresponsabilidad cristiana y luego se concluye con esta oración del Papa Francisco: Virgen y Madre María, tú que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida en la profundidad de tu humilde fe, totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a decir nuestro «sí» ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte. Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos para que llegue a todo el don de la belleza que no se apaga. Tú, Virgen de la escucha y la contemplación, madre del amor, esposa de las bodas eternas, intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo, para que ella nunca se encierre ni se detenga en su pasión por instaurar el Reino. Estrella de la nueva evangelización, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa, de la justicia y el amor a los pobres, para que la alegría del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra y ninguna periferia se prive de su luz. Madre del Evangelio viviente, manantial de alegría para los pequeños,ruega por nosotros. Amén. Aleluya. (Papa Francisco, La alegría del evangelio) Canto final: Nos envías por el mundo a anunciar…

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Acción significativa del mes de julio 2017 Semana del 23 al 29 de Julio

FIESTA A LOS PADRES DEL SECTOR Celebremos la corresponsabilidad de los padres en sus familias Orientación para el encuentro Esta acción significativa está dedicada a todos los padres del sector, por eso se deben hacer invitaciones personalizadas y bien bonitas de manera que todos los padres se sientan incluidos y acogidos. Se debe elegir un espacio céntrico y con amplitud, el cual debe ambientarse con el lema y el valor del año y frases alusivas al don de ser padre, si se pueden conseguir fotos o láminas de los padres se hace un mural de bienvenida con estas colocándoles los valores que los caracterizan , pueden usarse globos, papeles de colores u otros para darle colorido a la fiesta se ponen canciones alusivas a los padres para recibirlos. A la llegada, a cada padre se le coloca una estrella previamente elaborada y se le pone su nombre con anterioridad se debe preparar la música, la dinámica, brindis. Cantos de entrada (Podemos elegir entre estas): Hoy tengo que decirte papá – (Timbiriche), mi querido viejo, Como mi papa (topo Gigio) Soy Tu Padre José Luis Reyes. Oración: Se invoca al Espíritu Santo y se lee (Efesios 4, 29-32) luego se hace algún comentario y como se relaciona con la responsabilidad que conlleva ser padre. Motivación general : Conmemoramos el día de los padres , este año con la invitación a formarnos y a participar más, para asumir el duro trabajo de llevar a los demás el evangelio muy especialmente en nuestra familia y ser ejemplo cristiano para nuestros hijos, ya que el padre es una figura insustituible en el ambiente familiar, cada padre tiene que procurar formar en la mente de sus hijos una buena imagen de manera que puedan tenerla como referencia de vida, y eso se logra estando con ellos cuidándolos protegiéndolos y sobre todo amándolos. Esta es una celebración que surge en 1909 en los Estados Unidos cuando una señora llamada Sonora quiso homenajear a su padre por ser un ejemplo de vida para ella y sus 5 hermanos, después de haberse quedado viudo y haber dedicado su vida a criar a sus 6 hijos. Ella eligió el 19 de junio que era el día de su cumpleaños, pero esta fiesta varía según el país donde se celebra. Dinámica de integración El coordinador se coloca frente al grupo y dice. a todos, hijos y padres, que se pongan de pie y formen un grupo en el frente luego dice: A veces

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es difícil para los padres decir a sus hijos que los quieren, y a veces es difícil también para los hijos decir que aman a sus padres. Sienten que se les hace un nudo en la garganta, y aunque si los aman puede ser difícil demostrárselos. Hoy vas a tener la oportunidad de pensar y hablar sobre las cualidades de tu padre o de tu hijo que amas. Voy a leer algunos enunciados que pueden o no referirse a cosas que has hecho durante la semana. Si el enunciado es verdad para ti, muévete donde está el cartel LO HICE, si no lo es, muévete hacia el cartel que dice NO LO HICE hazlo en silencio y se honesto contigo y con tu hijo. Lee los enunciados de la siguiente lista: 1. Si le dijiste “te quiero” o “te amo” (padre al hijo o hijo al padre) 2. Si discutiste con tu hijo /a o el hijo con el padre... 3. Si ayudaste a lavar trastes... 4. Si peleaste sobre el turno para entrar al baño... 5. Si hablaste sobre cómo le fue en la escuela tu hijo / o el hijo le conto al padre sobre algún problema de la escuela 6. Si pasaste más de cinco minutos hablando a solas con tu padre / hijo(a)... 7. Si le gritaste a tu hijo(a)... o el hijo le grito al padre 8. Si ayudaste a preparar la comida... 9. Si tiraste la puerta... 10. Si le mentiste a tu hijo / hijo(a) mentiste a tu padre, aun si fue una mentira “blanca”... 11. Si dedicaste tiempo a tu hijo para hablar con él/ella: hijo(a) papa estuvo demasiado ocupado como para pasar tiempo contigo... 12. Si discutiste con tu hijo / hijo(a) sobre el uso del teléfono... 13. Si platicaste con tu padre / hijo(a) sobre algún problema... 14. Si lloraste con tu padre / hijo(a)... 15. Si hace oraciones con tu familia... 16. Si tuviste una discusión acalorada con tu padre / hijo(a) sobre el tipo de música que escuchas... Después de que hayas dicho el último enunciado de la lista, reúne a padres e hijos con sus familiares para formar grupos pequeños. Después hazles las siguientes preguntas: • Que aprendiste sobre cómo te relacionas con tus padres o hijos? • Cual es tu parte favorita de tu relación con tu padre / hijo(a)? Explica porque. En cada equipo escoge a una persona que esté vestida con algo de color verde y pídele que lea en voz alta Efesios 6, 1-4. Después pregunta a cada equipo: • Este pasaje de la escritura describe lo que ocurre en tu casa? Explica porque si o por que no. Oración final (todos) Señor Dios, Padre bueno, creador del género humano, Tú enviaste a tu Hijo Jesús para redimir y salvar a los hombres.

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El quiso nacer en una familia como la nuestra, le diste a la Virgen María como madre y a San José como padre. Te pedimos por estos padres para que, a ejemplo de San José, amen a sus hijos, los cuiden y protejan, y sobre todo, les enseñes a amarte a Ti que eres nuestro Padre del Cielo, te sirvan en todo, y alcancen finalmente la vida eterna. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen. Compartir con los padres Luego de la oración se invita a los padres a compartir un brindis algunas canciones o dramatizaciones previamente preparadas o se invita a alguien de la iglesia o la comunidad que cante bien para que le cante a los padres. Si en algún sector se pueden hacer algunas rifas o regalos se hace en este momento.

Cuarto Encuentro de Evangelización Semana 31 de Julio- 4 de Agosto

Corresponsabilidad Social “No amemos de palabra y con los labios, sino de verdad y con hechos” 1Jn 3,18 Ambientación Como en todos los encuentros del mes de julio, también en este tenemos como título la Corresponsabilidad, aunque en cada encuentro le ponemos unos matices distintos. No será fácil inventar alguna ambientación distinta. Además de poner los carteles del mes, sugerimos hacer una dinámica, la preparan entre dos personas sin que lo sepan las demás: En el lugar donde tengamos la reunión se ponen unos papeles y algún plástico en el suelo. Antes de comenzar la reunión una de esas dos personas se resbala y hace como que se cae al suelo. Suponemos que alguien tratará de ayudarle a levantarse. Después que se tranquilizan las personas se hacen algunas preguntas. ¿Quiénes de nosotros nos hemos movido a ayudar a levantar a la persona que se cayó? ¿Alguno de ustedes ha vivido la experiencia ayudar en algo de la comunidad o el país? Cantos de acogida Oración inicial Sugerimos hacer una oración penitencial, es decir, pedir perdón por nuestras faltas, por las faltas de la comunidad y del país. Se puede dejar que voluntariamente cada quien exponga un motivo por el que pide perdón, y a cada una de esas peticiones se canta un Señor ten piedad. Insistimos en pedir perdón fundamentalmente por la falta de compromiso con la sociedad y con las demás personas. Canto: Somos un pueblo que camina….

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Introducción La persona humana tiene una dimensión social, es decir, además de preocuparse por sus “asuntos”, le preocupa el bienestar de los demás, de la comunidad en la que vive (familia, escuela, barrio, ciudad o país). Creemos que esa actitud nace con la persona, por ello decimos que la persona es individual y social por naturaleza; pero esa actitud social se va agrandando en cuanto se da cuenta que pertenece a una sociedad, cuyas alegrías y preocupaciones son también suyas. Cuando la persona, al darse cuenta de la situación de la sociedad toma parte en la solución de los problemas, decimos que es una persona con conciencia social. Pues bien, cuando la persona colabora con la sociedad, es parte de la situación de esa sociedad, la asume y participa en sus respuestas, es cuando podemos decir que la persona está cumpliendo con la corresponsabilidad social; cuando no lo hace la llamaremos una persona pasiva o indiferente social, porque no le preocupa lo sucedido a su alrededor ni las necesidades de las demás personas. Por tanto, la corresponsabilidad social consiste en participar activamente para responder ante la situación de la sociedad, de los demás; será participar, junto con las demás personas, en las alegrías y tristezas, en la marcha de la realidad de la sociedad y hasta del mundo; será ser parte activa en la solución de los problemas sociales. ¿Entre qué grupo de personas me encuentro? ¿Se puede ser buen cristiano o cristiana y ser indiferente social? Iluminación bíblica del tema: Marcos 6,35-44 Ponemos este texto de la multiplicación de los panes, como podíamos poner otros muchos en los que aparece Jesús siendo corresponsable con los demás. En este caso, ¿cómo y con quién es corresponsable Jesús? ¿Quiénes más son corresponsables en esta escena? ¿Quiénes son menos corresponsables? Señalemos otros lugares y otras actitudes por medio de las cuales Jesús nos enseña o nos pide la corresponsabilidad… Canto: Un niño se te acercó aquella tarde…. Reflexión Una persona cristiana corresponsable social será aquel cristiano a cristiana que, partiendo de su ser humano e iluminado por su fe, es capaz de superar el individualismo y la indiferencia para emplear su tiempo, sus esfuerzos y sus talentos, en el bienestar de los demás y en la mejoría de su entorno. Esto supone cambiar actitudes, estilos de vida. Ante el individualismo reinante en nuestra sociedad, que también está entrando en nuestra Iglesia, es necesario quitar la indiferencia y la comodidad para preocuparse por los demás y por la sociedad. La corresponsabilidad social es un valor de mucha importancia; de ponerlo en práctica depende el sentido de la vida de muchas personas y la buena marcha de la sociedad, en algunos casos podríamos decir que

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hasta del mundo. Este valor, en un cristiano o cristiana se convierte en una obligación nacida de la fe y del seguimiento de Cristo. El texto leído más arriba, como el de la parábola del Juicio Final narrada en Mateo 25, la oveja perdida, muchos de los milagros de Jesús, nos hablan de su corresponsabilidad y nos la piden a nosotros. Ningún cristiano o cristiana puede ser indiferente ante la situación de los demás, sobre todo de los más necesitados, porque dejaría de atender al mismo Jesús: “Tuve hambre, sed, estuve desnudo o enfermo…” Cuanto hagamos o dejemos de hacer en este sentido está relacionado directamente con Él. Si los cristianos y cristianas fuéramos más corresponsables con la realidad de nuestra República Dominicana habría menos corrupción, menos violencia, menos injusticia, menos hambre y miseria… y mejores condiciones de vida para este nuestro pueblo. Nos falta mucha participación en la vida social del país, nos falta tomar conciencia de que la patria es nuestra y somos patria; y después participar en los trabajos por cambiarla; así seríamos corresponsables de y con la realidad. Unos cristianos y cristianas corresponsables socialmente no pueden permanecer callados, pasivos, indiferentes ante las injusticias, ante la corrupción; si lo hacen, no pueden considerarse verdaderos seguidores y seguidoras del Jesús que presenta el Evangelio. Estas enseñanzas y mandatos de Jesús, los católicos y católicas los tenemos plasmados principalmente en la Doctrina Social de la Iglesia, que nos habla de esta corresponsabilidad de todos los miembros de la Iglesia en la marcha de la sociedad, especialmente los laicos y laicas. La Doctrina social de la Iglesia, basándose en lo que hace y enseña Jesús, nos invita a comprometernos socialmente. Así podemos decir que la vida de fe en una persona cristiana no es creíble si no vive el compromiso social. El tamaño de la fe se mide por su puesta en práctica. Algunas personas cristianas se dedican a vivir la fe individualistamente, sin compromiso con los demás y la sociedad. Es responsabilidad de cada laico y laica una corresponsabilidad social que participa en mejorar las condiciones de vida propias y de la sociedad. En nuestro país es un “vicio nacional” el criticar a la situación, a los políticos; pero ¿cuántas de esas personas que critican pasan a la práctica? La mayoría se quedan en criticar y no hacen nada más; posiblemente hasta sean parte de la corrupción e impunidad. Si somos corresponsables podremos proponer a los demás que también lo sean ¿con qué derecho, quien no ejercita la corresponsabilidad social, puede exigir a otras personas que cumplan corresponsablemente? Exigimos a los políticos, exigimos a nuestros amigos, exigimos a los empresarios, exigimos a nuestra familia, exigimos a nuestros compañeros.... exigimos tantas y tantas cosas y tantísimas personas, pero con sinceridad ¿qué nivel de compromiso tenemos en nuestras vidas? Nos excusamos “¡Ah, pero es que yo no puedo nada!”. Sí que puedo, sí que podemos, a nuestra medida, a nuestro alcance, a nuestro tamaño, debemos ser corresponsables. Muchas cosas pequeñas quizá no cambien el mundo, pero ayudan a hacerlo más habitable. La corresponsabilidad también se basa en seguir

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la conciencia cuidando los detalles, como ofrecer y acabar un trabajo que me toca realizar, pagar a tiempo los impuestos correspondientes, prestar un servicio con buena cara, cumplir los horarios y normas laborales, ser puntual, participar en las marchas, no comprar al policía, cumplir las normas de tránsito, llevar el casco en el motor, sacar la basura a tiempo y a su lugar, no manchar el país, (pongan más ejemplos de cada día). El país, la ciudad, el campo, el barrio, el sector o la familia no cambiarán si nosotros no cambiamos. Si continuamos haciendo siempre lo mismo tendremos los mismos resultados, la misma realidad. En nuestras manos ha puesto el Señor la República Dominicana, ¿qué estamos haciendo de ella y con ella? Recordemos la frase célebre del único Presidente Católico de los Estados Unidos: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino pregúntate qué puedes hacer tú por tu país” (John F. Kennedy, 20 de enero de 1961). Canto: Cerca está el Señor, cerca está el Señor…. Reflexión comunitaria ¿Qué entendemos por corresponsabilidad social? ¿Tiene algo que ver con nosotros y nosotras? ¿El catolicismo pide algo con relación a la participación social? ¿Qué podemos hacer en concreto, como personas y como comunidad, para responsabilizarnos de alguna situación del lugar donde vivimos? ¿Cómo cambiar el individualismo, el egoísmo hacia caminos de solidaridad, de cuidado de sí, del otro, de la naturaleza y de la sociedad? Oración final Hemos comenzado pidiendo perdón, ahora nos corresponde pedir fuerzas para esta corresponsabilidad social, por ello hacemos una oración de petición. Será oración voluntaria presentando la familia, comunidad, sector, campo, país y mundo. Canto final: Mientras recorres la vida…

Acción Significativa del Sector

Feria de Tareas en la Iglesia y en la Sociedad. Expo Católica de la Corresponsabilidad Recomendaciones: Disponer de un día de convivencia o en su defecto toda una tarde, puede realizarse durante varias noches. (Deberían asegurarse 5 o 6 horas). • Buscar un lugar amplio y despejado • Crear distintos Equipos de Trabajo que coordinen diversos aspectos de la actividad: Dirección general, Logística, Promoción, Animación, Ventas, Secretarías, Espiritualidad, Decoración y limpieza.

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• Asegurar equipos técnicos de audio y electricidad. • Abrir una tiendita o espacio de ventas con el doble propósito de dar el servicio de picaderas o refrigerios y de conseguir fondos para una obra o tarea de la comunidad. • Es oportuno aprovechar esta oportunidad para dar participación a los jóvenes en la organización de este evento, teniendo en cuenta su espíritu activo, sus experiencias en estos tipos de actividades. • Organizar o prever un área infantil. Para vivir el valor de la Corresponsabilidad, valor para este mes de julio, vamos a hacer una hermosa feria o exposición de todas las tareas que hacemos en la Iglesia y en la sociedad, enfocándonos en el ámbito de nuestra comunidad parroquial o de la institución católica a la que pertenecemos. La idea de este evento consiste en alcanzar tres puntos o logros: 1. Mostrar nuestra alegría por los trabajos que hacemos como Iglesia Católica. 2. Dar a otras personas la oportunidad de sumarse a nuestros proyectos parroquiales y sociales. 3. Desarrollar nuestra capacidad festiva y creativa para hacer a todos copartícipes de la actividad. 1. Promoción y visibilidad: Objetivo 1. Una Feria o Expo es como una vitrina en la que se exhibe de la mejor manera posible los bienes, recursos o servicio que queremos dar a conocer. En el ámbito de nuestra fe cristiana la exposición de lo que creemos y el testimonio de lo que hacemos son parte de la evangelización. Por eso esta Feria o Expo no es una expresión de vanidad o de cierta presunción, sino que la podemos entender como una verdadera expresión de nuestra vida de fe, a través de nuestras obras. Como dice Jesús a sus discípulos “por sus frutos los conocerán” (Mt 7, 17a. 20). Así que hagamos visible el trabajo de que realizamos como parroquia o institución, a través de los distintos espacios de trabajo y participación que existen en las comisiones pastorales, equipos de coordinación de áreas, los establecimientos o instituciones de la parroquia (colegios, dispensarios, boticas, club de madres, ministerios, oficinas…) así como la participación social que se tiene en la vida del territorio parroquial y las distintas relaciones con las organizaciones y actores sociales del territorio parroquial. Hagamos las vitrinas o stands a. Cada comisión o área prepara su stand. En el se expondrá todo lo que hace esa comisión o equipo a nivel de trabajo en la parroquia o en la sociedad del sector, para lo cual es necesario poner todas las energías y espíritu creativo para que quede clara la tarea que se hace y sirva para motivar a otras. b. Pueden elaborarse algunos materiales para explicar su misión, los logros que han obtenido y los proyectos que se están desarrollando con

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informaciones y datos que puedan ser ampliados con algún contacto en el stand o luego con el equipo de coordinación. c. Si se tienen imágenes o videos de sus actividades pueden mostrarse en el stand. d. Tener moderadores que expliquen de viva voz todo lo que hacen y puedan responder preguntas. e. Poner en un cartel visible su Meta para este año 2017. 2. Alianzas. Nuevos asociados, amigos y colaboradores: Objetivo 2 La vida cristiana busca siempre desarrollar el liderazgo de los miembros de la comunidad a través del servicio y entrega generosa por el reino de Dios y por los más pobres. En la invitación actual y vigente del apóstol san Pablo: “Toma parte en los duros trabajos del Evangelio” (2Tim 1,8). Por eso es importante que en cada stand tengan algunas propuestas de servicios para aquellas personas que se sientan particularmente llamadas o atraídas por el trabajo o estilo de vida de su comisión o equipo: puede ser el perfil de algún agente que les falte o la descripción de un trabajo específico que se quiera hacer, puede ser a modo de anuncio. Hacer un formulario para tomar los datos de aquellos que quieran sumarse a ese equipo de trabajo o quieran ofrecer algún tipo colaboración económica, material o incluso profesional. 3. La comunidad, un espacio de todos que requiere nuestra corresponsabilidad por medio de la participación: Objetivo 3 Los dos objetivos primeros lo podemos entender como centrados en la particularidad de cada comisión o equipo y en la individualidad de los asistentes. Con este tercer objetivo buscamos la manera de hacer que todos los que están en la feria, expositores y el público que se dé cita, se sientan como parte de una misma actividad y una misma familia. Este paso ha de ser el hilo conductor de toda la actividad, que la llene de gran solemnidad, seriedad, espíritu comunitario y contenido formativo y festivo. Por eso se ha de asegurar lo siguiente: I. Momento de oración al principio y al final (Se recomienda una bendición de la feria). II. Tener momentos de animación musical. III. Pachanga o concursos. IV. Teatro. V. Una charla o tema sobre el apostolado y el servicio a la sociedad que prestamos los católicos (15 Minutos). VI. Tener alguna sorpresa para el cierre. VII. Un guion general con el Programa de toda la actividad y sus moderadores.

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Lectura Julio 2017 Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de: Calendario Litúrgico 2017 de la Conferencia del Episcopado Dominicano. 1

Feria

Sábado Verde 55º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Antonio Camilo González, Obispo Emérito de La Vega Lectura del libro del Génesis 18,1-15 En aquellos días, el Señor se apareció a Abrahán junto a la encina de Mambré, mientras él estaba sentado a la puerta de la tienda, porque hacía calor. Alzó la vista y vio a tres hombres en pie frente a él. Al verlos, corrió a su encuentro desde la puerta de la tienda y se prosternó en tierra, diciendo: «Señor, si he alcanzado tu favor, no pases de largo junto a tu siervo. Haré que traigan agua para que se laven los pies y descansen junto al árbol. Mientras, traeré un pedazo de pan para que cobren fuerzas antes de seguir, ya que han pasado junto a su siervo.» Contestaron: «Bien, haz lo que dices.» Abrahán entró corriendo en la tienda donde estaba Sara y le dijo: «Aprisa, tres cuartillos de flor de harina, amásalos y haz una hogaza.» Él corrió a la vacada, escogió un ternero hermoso y se lo dio a un criado para que lo guisase en seguida. Tomó también cuajada, leche, el ternero guisado y se lo sirvió. Mientras él estaba en pie bajo el árbol, ellos comieron. Después le dijeron: «¿Dónde está Sara, tu mujer?» Contestó: «Aquí, en la tienda.» Añadió uno: «Cuando vuelva a ti, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.» Sara lo oyó, detrás de la entrada de la tienda. Abrahán y Sara eran ancianos, de edad muy avanzada, y Sara ya no tenía sus periodos. Sara se rió por lo bajo, pensando: «Cuando ya estoy seca, ¿voy a tener placer con un marido tan viejo?» Pero el Señor dijo a Abrahán: «¿Por qué se ha reído Sara, diciendo: “De verdad que voy a tener un hijo a mis años.” ¿Hay algo difícil para Dios? Cuando vuelva a visitarte por esta época, dentro del tiempo de costumbre, Sara habrá tenido un hijo.» Pero Sara, que estaba asustada, lo negó: «No me he reído.» Él replicó: «No lo niegues, te has reído.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: Lc. 1,46-47.48-49.50.53.54-55 R/. El Señor se acuerda de la misericordia Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R/. Porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo. R/.

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Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. R/. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 8,5-17 En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: «Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho.» Jesús le contestó: «Voy yo a curarlo.» Pero el centurión le replicó: «Señor, no soy quién para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve” y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace.» Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: «Les aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Les digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos; en cambio, a los ciudadanos del reino los echarán fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.» Y al centurión le dijo: «Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído.» Y en aquel momento se puso bueno el criado. Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles. Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él, con su palabra, expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades.». Palabra del Señor. Meditación Iniciamos hoy el mes de Julio, Mes de los Campamentos infantiles, de adolescentes y jóvenes. También celebramos el Dia de los Padres. Nuestro itinerario de evangelización dentro del año de la Participación, nos invita a cultivar la corresponsabilidad con el lema “Toma parte en los duros trabajos del Evangelio” (2Tim 1,8). En la primera lectura Dios también penetra el deseo del corazón de Sara – nombre que significa princesa. Dios conocía la súplica profunda de su corazón. Dios había prometido una descendencia y Él siempre cumple lo prometido ya que “no hay nada difícil para Dios”. Sara, sin embargo, movida por el miedo, niega haberse reído a pesar de que su risa la había delatado. Y, luego como narra el escritor sagrado: “Yavé visitó a Sara tal como lo había dicho; Yavé hizo con Sara aquello mismo que había prometido. Abrahán le puso por nombre Isaac al hijo que le nació, el hijo que Sara dio a luz.” (Gen. 21 1-3). Y, curiosamente el nombre Isaac significa “aquel con el que Dios reirá” o “el que hace reír”.

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Dios muchas veces se ríe tiernamente de nuestra falta de fe y de nuestra incredulidad. Recuerda que Él conoce tu corazón mejor que tú. Ábrete hoy a la experiencia del diálogo con tu Dios que no necesita escuchar para conocer. Es a ti quien le hará bien hablarle y pedirle con el corazón en las manos. Descúbrete y deja que la desnudez de tu ser- de tu alma- sea auscultado por aquél que todo lo conoce. No tengas miedo dirá Dios, “yo estoy contigo”. Vence tus temores y deja que Él tome tus dolencias y cargue con tus enfermedades. Curiosamente Jesús concede el deseo del corazón de un pagano, un centurión sin que éste haya pedido algo con la boca: “Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: “Ve” y va; al otro: “Ven”, y viene; a mi criado: “Haz esto”, y lo hace.” El centurión simplemente describió lo que estaba viviendo y Jesús examinó la profundidad de su corazón. Los mandatos de Dios son suyos y Él conoce los deseos de cada corazón. De igual manera Jesús también cura a la suegra de Pedro sin ella ni Pedro habérselo pedido. Realmente curioso. Sin embargo, para Dios nada es imposible y mucho menos el hecho de que conoce los anhelos escondidos del corazón humano. Jesús siempre “toma nuestras dolencias” y “carga con nuestras enfermedades” de una manera u otra.

Estoy seguro que al final del camino reirás ya que en el viaje por la vida entrarás a formar parte de la gran familia, de los que se saben amados, escuchados, valorados y movidos por el Espíritu de Dios quien hace nacer vida en lo viejo, se admira por la fe de un pagano, levanta al enfermo, sana desde el seno de la familia y sabe reír, gozarse y alegrarse de los logros cuando sabemos abrir la puerta de nuestro corazón. ¡Amén!

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XIII Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Semana Liturgia de las Horas Verde 17º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Diómedes Espinal de León, Obispo de Mao-Montecristi. 50º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Pablo Cedano Cedano, Obispo Auxiliar Emérito de Santo Domingo. 34º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Jude Thaddeus Okolo, Nuncio Apostólico en la República Dominicana Somos corresponsables con Jesús cuando acogemos a sus enviados Orientaciones para esta Celebración: Colocar en lugar visible el lema de este Domingo así como el lema del mes. En las ofrendas se puede representar alguien que brinda agua a los misioneros que llegan a su casa. Se puede representar al matrimonio de Sunam con una pareja con un niño en sus brazos como recuerdo de la

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bendición que recibe quien acoge al Señor en sus misioneros. Pueden presentarse a los misioneros que van casa por casa a llevar el Evangelio. Al final, se invita a todos los misioneros a ponerse delante del altar para bendecirlos. Monición ambiental: Queridos hermanos y hermanas: En este Decimotercer Domingo del Tiempo Ordinario, en el primer Domingo del mes de Julio, se nos invita siguiendo nuestro Plan de Pastoral, a vivir la corresponsabilidad con el lema “Toma parte en los duros trabajos del Evangelio” (2 Tim 1,8). Cristo, como los profetas, nos invita a seguirle, y a participar tomando parte en los duros trabajos del Evangelio, incorporados a El desde nuestro Bautismo. Su camino hacia Jerusalén fue camino hacia su muerte. Nuestro camino no es fácil para seguir a Cristo, es que, el único camino hacia la libertad perfecta es la Cruz. Este seguimiento radical, de decidirnos de verdad por El, disponiéndonos a dejarlo todo para seguirlo y a ponerlo a El en primer lugar, parece tan difícil, pero es posible porque El mismo nos alimenta con su Palabra, con su Cuerpo y Sangre y nos hace capaces de dar nuestra vida como El, por nuestros hermanos. Al mismo tiempo, se nos recuerda que quien recibe a uno de los enviados suyos y le apoya en su misión se hace corresponsable de la obra de Dios y recibe sus bendiciones. Con gozo, acojamos a Jesucristo mismo, quien llega a presidir nuestra celebración a través de su ministro. Oración colecta Padre de bondad, que por la gracia de la adopción nos has hecho hijos de la luz; concédenos vivir fuera de las tinieblas del error y permanecer siempre en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera Lectura: II Reyes 4,8-11.14-16a Acoger generosamente a quien se hace corresponsable de la misión de Dios trae vida y bendición, como le ocurrió a este matrimonio sunamita que abrió sus puertas a Eliseo, el profeta de Dios. Escuchemos. Lectura del segundo libro de los Reyes 4,8-11.14-16a Un día pasaba Eliseo por Sunam, y una mujer rica lo invitó con insistencia a comer. Y, siempre que pasaba por allí, iba a comer a su casa. Ella dijo a su marido: «Me consta que ese hombre de Dios es un santo; con frecuencia pasa por nuestra casa. Vamos a prepararle una habitación pequeña, cerrada, en el piso superior; le ponemos allí una cama, una mesa, una silla y un candil, y así, cuando venga a visitarnos, se quedará aquí.» Un día llegó allí, entró en la habitación y se acostó. Dijo a su criado Guejazi: «¿Qué podríamos hacer por ella?» Guejazi comentó: «Qué sé yo. No tiene hijos, y su marido es viejo.»

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Eliseo dijo: «Llámala.» La llamó. Ella se quedó junto a la puerta, y Eliseo le dijo: «El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 88,2-3.16-17.18-19 R/. Cantaré eternamente las misericordias del Señor Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R/. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: camina, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R/. Porque tú eres su honor y su fuerza, y con tu favor realzas nuestro poder. Porque el Señor es nuestro escudo, y el Santo de Israel nuestro rey. R/. Segunda Lectura: Romanos 6,3-4.8-11 Acoger a Cristo en nuestras vidas implica morir al pecado y vivir para él y para su Padre siendo corresponsables de su vida y de su misión. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6,3-4.8-11 Hermanos: Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo ustedes, considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Palabra de Dios. Aleluya IPe 2, 9 Ustedes son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada; proclamen las hazañas del que les llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa. Evangelio: Mateo 10,37-42 Para ser corresponsables de la misión de Jesús, El exige desapego personal de la familia, cargar con su cruz y tomar parte de los duros trabajos del Evangelio. Al mismo, El asegura a quienes acogen a sus enviados una gran recompensa. Aclamemos con el canto a Jesús a quien escucharemos. Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,37-42 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que los recibe a ustedes me recibe

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a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, se lo aseguro.» Palabra del Señor. Meditación Se cuenta de un grupo de cristianos que se reúnen con su guía espiritual para dar las razones por las que quieren ir a misionar. Uno externó con orgullo que deseaba misionar porque es un mandato del Señor, para que vayamos a todo el mundo y prediquemos la buena noticia a toda criatura. Otro, con una sonrisa sabia y casi a gritos, dijo que deseaba ir ya que millones de personas mueren a diario sin haber conocido a Cristo. Unos por uno iban dando sus razones por la cual salir a misionar. Luego, el guía espiritual, Hudson Taylor, da un paso al frente del grupo y con una voz amorosa y ojos llenos de lágrimas dijo con la mayor ternura posible en boca humana “Valoro todos estos motivos, muy buenos, por cierto. Pero cada uno les va a fallar en tiempos de pruebas, en tiempos de tribulaciones y en tiempos de posible muerte. Existe un solo motivo que les va a sostener durante las tribulaciones y la pruebas y esa es que misionamos simplemente PORQUE AMAMOS A CRISTO.” Las lecturas de hoy nos reencausan a la razón verdadera por la cual accionamos dentro la iglesia y somos impulsados hacia el mundo: el amor que tenemos hacia Cristo. Somos esos mensajeros impulsados por el amor, su amor entrelazado con el nuestro, que nos envalentonamos a predicarle, a entrar en la sintonía del mensaje y a convertirnos en un conducto de su amor y no en simples canales del mensaje. El precio, sin dudas a veces es alto: las fatigas físicas, los cansancios mentales, las deshidrataciones espirituales a causa de críticas y celos, los obstáculos que provienen también desde el seno de la familia, las zancadillas de miembros de un mundo que no les conviene un mensaje de salvación para todos… Pero el cristianismo, el seguimiento, el discipulado implica que el mensajero de Cristo debe ser alguien que está enamorado del dueño del mensaje de tal manera que el amor a nuestros padres, hijos, parejas asumen un papel secundario al primer amor: el que le damos a Cristo. Por eso nos llamamos “cristianos”. Tomar la cruz, en clave del discipulado y misión, conlleva subirse a ella en el calvario y encontrar la razón por la cual vivir y morir y esa razón la encontramos en Jesucristo: “El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.” Hoy también se nos invita a dispensar este amor gratuitamente siendo hospitalarios con las demás personas: “El que os recibe a vosotros me recibe a mí.” La ecuación del amor que hoy el profeta Elías recibe y que Cristo nos transmite es muy simple. No hay que ser bueno en matemáticas para entender y aplicarlo: “la persona que es incapaz de recibir amor es

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igualmente incapaz de brindarlo”. Jesús te invita a ser mensajeros generosos y la invitación es la de tomar esta enseñanza “a pecho”. Recuerda que la llamada no radica en dar oro ni plata sino un simple vaso de agua fría basta: “el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo.” ¡Amén! Oración de los fieles: El que preside: Elevemos nuestras súplicas al Padre llenos de confianza diciéndole: Que acojamos con amor a tus enviados. • Por la Iglesia Universal, para que siempre seamos dignos de ser discípulos de Jesús poniéndolo a El como centro de nuestras vidas. Oremos. • Por los gobernantes de las naciones, para que sepan acoger a los enviados de Jesús y respeten la libertad de seguirlo y de contribuir con el desarrollo de sus pueblos. Oremos. • Por los más pobres, para que sepamos acogerlos como a Jesús mismo y les ayudemos a buscar solución a sus necesidades. Oremos. • Por nuestra comunidad reunida celebrando la Eucaristía, para que seamos verdaderos discípulos del Señor que siguen radicalmente a Jesús y lo comuniquen a toda la gente. Oremos. • Por todos los misioneros y por todos los evangelizadores que sufren por el Reino, para que reciban el consuelo y el premio de Dios. Oremos. • Por los jóvenes, para que respondan con generosidad a la llamada del Señor a servir a la iglesia como sacerdotes y religiosos, así como a otros servicios de la Iglesia. Oremos. El que preside: Escucha Padre nuestras oraciones que te hemos presentado y haz que cada día seamos más corresponsables con tu obra salvadora acogiendo a tus enviados y siendo discípulos misioneros de tu Hijo que le siguen con total entrega a El. Te lo pedimos por El, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Oración sobre las ofrendas Oh Dios, que obras con poder en tus sacramentos, concédenos que nuestro servicio sea digno de estos dones sagrados. Por Jesucristo nuestro Señor. Oración después de la comunión La víctima eucarística que hemos ofrecido y recibido en comunión nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti, en caridad perpetua, demos frutos que siempre permanezcan. Por Jesucristo nuestro Señor. 3 Lunes

Fiesta: Santo Tomás, Apóstol Rojo

Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Efesios 2,19-22 Hermanos: Ya no son extranjeros ni forasteros, sino que son ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Están edificados sobre el

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cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él, todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él, también ustedes se van integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 116 R/ “Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio.” Alaben al Señor, todas las naciones, aclámenlo todos los pueblos. R. Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R. Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20,24-29 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor.” Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.” A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: “Paz a ustedes.” Luego dijo a Tomás: “Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.” Contestó Tomás: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús le dijo: “¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.” Palabra del Señor. Meditación Nosotros somos la iglesia de Jesús iniciado por sus discípulosapóstoles, por eso hoy celebramos la Fiesta de Santo Tomás. Cada uno de nosotros es una pieza que le importa a Dios. Muchas veces, sin embargo, pensamos que no somos importantes en ella. Esto me lleva a pensar en algo: cuando notamos la falta de un block o un ladrillo en una construcción, aunque el albañil quiera compensarlo con cemento o con un objeto, reconoce lo importante que es esta pieza que faltó en esa construcción. Jesús también como Buen Pastor busca la pieza faltante pues “deja las 99 ovejas para buscar la que se había perdido. Esa oveja -ese ladrillo- faltante eres tú y soy yo. A veces caminamos aún caminando por el sendero correcto pudiéramos no sentirnos acompañados de Jesús. Quizás nuestra fe no es fuerte o, al igual que los discípulos como Tomás, escuchamos, pero no entendemos que no estamos solos- Él camina con nosotros sus seguidores. Nos pasa en ocasiones que, aun habiéndolo recibido en una prédica, en una adoración, en un retiro nos alejamos sin darnos cuentas y el entusiasmo inicial se apaga sin que nos percatemos. El mundo y sus tentaciones placenteras nos van seduciendo y alejando del “primer amor” y se esfuma como por magia la emoción del encuentro inicial. Sin darnos cuenta nos vamos secando y la aridez se apodera. A Pedro, Felipe y Tomás también les pudo haber ocurrido lo mismo como a nosotros.

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Tomás, quien había participado junto a Jesús en sus curaciones y hasta incluso de la resurrección de Lázaro, todavía no entendía la misión del Maestro hasta en la última cena donde manifiesta su famoso “¡Señor, no sabemos dónde vas!” Reconocer a Jesús implica verlo a través de los ojos del corazón y de la mente e invertir nuestra manera de entenderlo. Primero hay que creer para poder ver y no “ver para creer”. Tomás no entendía ya que era hombre necesitado de solamente “razón”. La fe también entra por la razón, pero no es razón pura. Ver a Jesús es para los que pueden dar el paso de fe de Tomás y saberse equivocados y necesitados de más que la visión ocular. Reconocer el Señorío de Jesús es para los humildes, para los que lo contemplan en la cotidianidad de la vida, para los que dejan que el corazón arrepentido pueda orar como Tomás y decir: “Señor Mío y Dios Mío.” “Dichosos los que crean sin haber visto.” Tú que lees este mensaje eres uno de los dichosos y de los escogidos a vivir el gozo y la alegría de haber creído para poder verlo. La vida de Tomás a partir de haber experimentado el gozo de la realidad del mensaje se concentró en la oración y de llevar el Evangelio del Resucitado llegando a Siria y la India donde culmino su vida en manos de los sacerdotes paganos. Hoy somos Tomás necesitados de aumentar nuestra fe y de creer con la cabeza y el corazón. Hoy somos los “dichosos” que vemos porque creemos. 4 Martes

Feria o Memoria libre: Santa Isabel de Portugal Verde o Blanco

Lectura del libro del Génesis 19,15-29 En aquellos días, los ángeles urgieron a Lot: «Anda, toma a tu mujer y a esas dos hijas tuyas, para que no perezcan por culpa de Sodoma.» Y, como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad. Una vez fuera, le dijeron: «Ponte a salvo; no mires atrás. No te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer.» Lot les respondió: «No. Su siervo goza de su favor, pues me han salvado la vida, tratándome con gran misericordia; yo no puedo ponerme a salvo en los montes, el desastre me alcanzará y moriré. Mira, ahí cerca hay una ciudad pequeña donde puedo refugiarme y escapar del peligro. Como la ciudad es pequeña, salvaré allí la vida.» Le contestó: «Accedo a lo que pides: no arrasaré esa ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues.» Por eso la ciudad se llama La Pequeña. Cuando Lot llegó a La Pequeña, salía el sol. El Señor, desde el cielo, hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra. Arrasó aquellas ciudades y toda la vega con los habitantes de las ciudades y la hierba del campo. La mujer de Lot miró atrás y se convirtió en estatua de sal. Abrahán madrugó y se dirigió al sitio donde había estado con el Señor. Miró en dirección de Sodoma y Gomorra, toda la extensión

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de la vega, y vio humo que subía del suelo, como el humo de un horno. Así, cuando Dios destruyó las ciudades de la vega, arrasando las ciudades donde había vivido Lot, se acordó de Abrahán y libró a Lot de la catástrofe. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 25,2-3.9-10.11-12 R/. Tengo ante los ojos, Señor, tu bondad Escrútame, Señor, ponme a prueba, sondea mis entrañas y mi corazón, porque tengo ante los ojos tu bondad, y camino en tu verdad. R/. No arrebates mi alma con los pecadores, ni mi vida con los sanguinarios, que en su izquierda llevan infamias, y su derecha está llena de sobornos. R/. Yo, en cambio, camino en la integridad; sálvame, ten misericordia de mí. Mi pie se mantiene en el camino llano; en la asamblea bendeciré al Señor. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 8,23-27 En aquel tiempo, subió Jesús a la barca, y sus discípulos lo siguieron. De pronto, se levantó un temporal tan fuerte que la barca desaparecía entre las olas; él dormía. Se acercaron los discípulos y lo despertaron, gritándole: «¡Señor, sálvanos, que nos hundimos!» Él les dijo: «¡Cobardes! ¡Qué poca fe!» Se puso en pie, increpó a los vientos y al lago, y vino una gran calma. Ellos se preguntaban admirados: «¿Quién es éste? ¡Hasta el viento y el agua le obedecen!» Palabra del Señor. Meditación Seguir a Jesús no es fácil en un mundo “roto”, tentador y “atractivo”. Muchas veces iniciamos el camino, pero seguimos sin “abandonar a Sodoma” que representa nuestra vida pecaminosa y con frecuencia superficial. Hoy se nos motiva a seguir, a remar, a enfrentar las tempestades que todos viviremos durante la travesía por lo que llamamos: vida. Pero, el mensaje de Jesús es contundente: podemos vivir dentro de la tempestad con calma. Los apóstoles hoy se suben con Jesús a la barca para atravesar el lago de Genesaret famoso por sus frecuentes tempestades. Son pescadores en su mayoría y hombres conocedores de la zona pero, hombres al fin. Durante el trayecto el cansancio se apodera de Jesús quien es vencido por un profundo sueño. “Señor, sálvanos, que nos hundimos” gritan al sentirse sobrecogidos por las lluvias y la marea que parecen querer hundirles. Jesús, en cambio, increpa el viento y trae la calma en medio de la tormenta. La barca – símbolo de la iglesia – ha sido tambaleada durante toda su historia. Muchas voces han querido hundirla y hacerla desaparecer. Pero a pesar del sufrimiento de muchos dentro de la barca, a pesar de todo tipo de perturbaciones, a pesar de que a veces creemos que va a la deriva o amenaza con naufragar, siempre aparecen hombre y mujeres que escuchan la voz del maestro quien se despierta ante nuestros ojos y le dice

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una y otra vez a la tempestad: “Cállate, cálmate.” El viento se apaciguó y siguió una gran calma.” (Mc. 4, 39). Así es la vida, tempestad-calma, tempestad-calma. Estamos hoy llamados a seguir “despertando” a Jesús para que entre de manera consciente a nuestras vidas. Él no duerme; somos nosotros que nos dormimos y fijamos nuestros ojos en Sodoma, en lo prohibido. Nuestra vida particular es una lucha por levantarnos, por no caer a la deriva y por no naufragar. Muchas veces el entusiasmo merma, flaquean nuestras fuerzas y nos amenaza el naufragio. ¿Pero merecemos ser llamados “cobardes, qué poca fe tienen” cuando sabemos que Cristo está a la cabeza de la barca de nuestras vidas y de la iglesia? ¿Cómo perdernos en el mar cuando tenemos tantos guías espirituales dentro de la iglesia? ¿Cómo perdernos en las olas cuando tenemos la Eucaristía y todos los sacramentos, la comunidad, la palabra, la familia, el camino-la verdad-la vida, el testimonio de tantos santos, santas y mártires, el Espíritu Santo quien nos calienta…? ¿Será nuestra falta de “confianza” o serán nuestras cobardías reales? ¿Será que seguimos atados al pasado y no le despegamos la vista? Hoy sigamos pidiendo como discípulos limitados para que el Maestro nos “salve ya que nos sentimos hundir” con demasiada facilidad. Somos de carne y hueso y flaqueamos. Oremos confiadamente para ser reconducidos al Dios-amor, al Dios-victoria quien se encuentra dentro de la barca. Despertemos nosotros y junto a Él acallemos los vientos y las tempestades venciéndoles con la calma del Resucitado quien siempre transita dentro de nosotros y de la barca de la iglesia, nuestra amada Iglesia Católica. 5

Feria o Memoria Libre: San Antonio María Zaccaría, Presbítero

Miércoles

Verde o Blanco

0 Lectura del libro del Génesis 21,5.8-20 Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac. El chico creció, y lo destetaron. El día que destetaron a Isaac, Abrahán dio un gran banquete. Pero Sara vio que el hijo que Abrahán había tenido de Hagar, la egipcia, jugaba con Isaac, y dijo a Abrahán: «Expulsa a esa criada y a su hijo, porque el hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.» Como al fin y al cabo era hijo suyo, Abrahán se llevó un gran disgusto. Pero Dios dijo a Abrahán: «No te aflijas por el niño y la criada. Haz exactamente lo que te dice Sara, porque es Isaac quien continúa tu descendencia. Aunque también del hijo de la criada sacaré un gran pueblo, por ser descendiente tuyo.» Abrahán madrugó, cogió pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros a Hagar y la despidió con el niño. Ella se marchó y fue vagando por el desierto de Berseba. Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas; se apartó y se sentó a solas, a la distancia de un tiro de arco, diciéndose: «No puedo ver morir a mi hijo.» Y se sentó a distancia. El niño rompió a llorar.

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Dios oyó la voz del niño, y el ángel de Dios llamó a Hagar desde el cielo, preguntándole: «¿Qué te pasa, Hagar? No temas, que Dios ha oído la voz del niño que está ahí. Levántate, toma al niño y tenlo bien agarrado de la mano, porque sacaré de él un gran pueblo.» Dios le abrió los ojos, y divisó un pozo de agua; fue allá, llenó el odre y dio de beber al muchacho. Dios estaba con el muchacho, que creció, habitó en el desierto y se hizo un experto arquero. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 33,7-8.10-11,12-13 R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias.El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. R/. Todos sus santos, teman al Señor, porque nada les falta a los que le temen; los ricos empobrecen y pasan hambre, los que buscan al Señor no carecen de nada. R/. Vengan, hijos, escúchenme: les instruiré en el temor del Señor; ¿hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 8,28-34 En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino. Y le dijeron a gritos: «¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?» Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: «Si nos echas, mándanos a la piara.» Jesús les dijo: «Vayan» Salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados. Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país. Palabra del Señor. Meditación Jesús llega a la orilla opuesta del lago de Genesaret, a la región de Gadara, que es una región pagana. Se ve en el hecho de que crían cerdos, cuando los judíos no lo hacían porque les estaba prohibido. Y en ese lugar, salen al encuentro de Jesús dos endemoniados, que no tardan en reconocer en Jesús al Hijo de Dios, ya que los demonios reconocen a Jesús saben que es Dios. Por eso no basta creer en Jesús porque también los demonios lo reconocen y creen que es Él. Hoy se nos motiva a creerle a Jesús y cumplir los mandatos del Reino. Los demonios piden a Jesús que los deje en paz y que, si los va a expulsar de esos hombres, que los mande a los cerdos. Y el Señor los libera pasando eso “malos espíritus” a los cerdos quienes se arrojan al mar. Lo verdaderamente llamativo es la actitud de los habitantes paganos del pueblo cercano. Ellos se enojan al escuchar que el Señor había liberado de

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los endemoniados y salen “donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.” El sentido del milagro es claro: vale más la vida de un hombre que los bienes materiales. Los porqueros no lo entendieron y se asustaron, y, con los demás miembros de la ciudad. Quizá para ellos valían más los animales que los hombres. Los cristianos debemos de aprender a desprendernos de las cosas materiales y de nuestras actitudes egoístas. Muchos pensamos que somos buenos, que somos educados, pero cuando Jesús llega cerca a través de muchos hermanos, nos mostramos fríos, distantes y poco hospitalarios. No les echamos por cortesía, pero muchas veces rechazamos con el silencio, con las miradas, con nuestros pensamientos y con nuestras palabras. Pidamos a Jesús que verdaderamente entre en nuestras vidas y que esa paz que es la levadura del amor crezca dentro de nuestro corazón para que seamos capaces de testimoniar las grandezas del Dios-amor. Seamos portavoces de lo glorioso del mensaje bueno del evangelio para que pueda transformar las vidas de aquellos que están arruinados por el mal espíritu - el pecado. Nunca dudemos en ayudar a los demás a transformar todo aquello que les ata a una vida desordenada, para que encuentren en Jesús la verdadera salvación, el verdadero descanso y la real esperanza. 6

Feria ó Memoria libre: Santa María Goretti, Virgen y mártir

Jueves Verde o Rojo 21º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Pablo Cedano Cedano, Obispo Auxiliar Emérito de Santo Domingo Lectura del libro del Génesis 22,1-19 En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: «¡Abrahán!» Él respondió: «Aquí me tienes.» Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.» Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: «Quédense aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con ustedes.» Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre.» Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.» El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?» Abrahán contestó: «Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.» Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: «¡Abrahán, Abrahán!»

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Él contestó: «Aquí me tienes.» El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.» Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en una maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó a aquel sitio «El Señor ve», por lo que se dice aún hoy «El monte del Señor ve.» El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.» Abrahán volvió a sus criados, y juntos se pusieron en camino hacia Berseba. Abrahán se quedó a vivir en Berseba. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 114, 1-2.3-4.5-6.8-9 R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, porque inclina su oído hacia mí el día que lo invoco. R/. Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo, caí en tristeza y angustia. Invoqué el nombre del Señor: «Señor, salva mi vida.» R/. El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas, me salvó. R/. Arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,1-8 En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: «¡Ánimo, hijo!, tus pecados están perdonados.» Algunos de los escribas se dijeron: «Éste blasfema.» Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: «¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados –dijo dirigiéndose al paralítico–: Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa.» Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad. Palabra del Señor. Meditación Respondemos al llamado de Dios de muchas maneras. Hoy, en la aseveración y respuesta de Abraham- “Aquí me tienes” - hay encubierta una declaración de pertenencia. Se podría encoger cualquier corazón

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al recibir estas palabras que implícitamente ofrecen incondicionalidad y disposición a estar para el otro. Abraham es sinónimo de obediencia, una obediencia de ojos abiertos y de confianza inquebrantable. Cuántas veces hemos declarado estar dispuestos a todo por amor a Dios, pero en realidad nuestro ofrecimiento no es total sino fraccionado, con letras pequeñitas alegando excepciones, con notas al margen. Para Abraham, la petición de Dios implicaba morir en vida, porque entregar a su hijo único: “El que él amaba” era dejarse ejecutar el alma. Hay momentos en que el camino del sufrimiento es uno de obediencia absoluta. El camino de Abraham donde iban dos, volvería solo uno. Isaac lleva la leña, y su padre, con infinito amor, no lo engaña. De algo estaba seguro Abraham: El Señor proveerá. ¿Estás atravesando un abismo de dolor? Sigue adelante, el Señor proveerá, quizás a través de la sanación, fortaleza, conversión, compañía… pero al que espera en el Señor y sobrelleva la leña de su carga, Dios no lo devuelve con manos vacías. ¿Y qué pasa si esa carga es la culpabilidad que te paraliza, tus debilidades y pecados? Escucha la voz del Hijo del hombre y levántate, porque Él te escuchó, te perdonó, y Él lo hace porque tiene potestad para así obrar. Piensa ahora cuánto te ama Dios, que no se ahorró a si mismo aquello de lo que libró a Abraham: su Hijo amado, el cual cargó su madero y fue sacrificado. Piensa ahora que en la obediencia de Jesús, la muerte fue aniquilada para siempre, ya no tiene la última palabra, y junto al suplicio indescriptible de nuestro Señor Jesucristo, una espada atravesaba a María, y el creador del Universo se desgarraba de dolor. Todo para que tú y yo vivamos. Se puede decir que somos la debilidad de Dios. En los valles de dolor y el camino de la obediencia recordaré que mi Padre no permitirá que yo sufra un segundo más del necesario antes de derramarse en bendiciones y promesas cumplidas. ¡Sube al monte con fe y esperanza y bajarás lleno de fortaleza! Tus parálisis cobrarán movimiento; tus pensamientos serán movidos por el ánimo de ser “hijo” del altísimo y te levantarás como Abraham y el paralítico para bajar del monte o desmontarte de tu camilla alabando a Dios y sobrecogiendo a los que te rodean. Levántate y anda, obedece y confía, escucha y pon en práctica en el nombre de Jesús! 7 Viernes

Feria Verde

Lectura del libro del Génesis 23,1-4.19;24,1-8.62-67 Sara vivió ciento veintisiete años, y murió en Villa Arbá (hoy Hebrón), en país cananeo. Abrahán fue a hacer duelo y a llorar a su mujer. Después dejó a su difunta y habló a los hititas: «Yo soy un forastero residente entre ustedes. Denme un sepulcro en propiedad, en terreno suyo, para enterrar a mi difunta.» Después Abrahán enterró a Sara, su mujer, en la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré (hoy Hebrón), en país cananeo. Abrahán era viejo, de edad avanzada, el Señor lo había bendecido en todo. Abrahán

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dijo al criado más viejo de su casa, que administraba todas las posesiones: «Pon tu mano bajo mi muslo, y júrame por el Señor, Dios del cielo y Dios de la tierra, que, cuando le busques mujer a mi hijo, no la escogerás entre los cananeos, en cuya tierra habito, sino que irás a mi tierra nativa, y allí buscarás mujer a mi hijo Isaac.» El criado contestó: «Y si la mujer no quiere venir conmigo a esta tierra, ¿tengo que llevar a tu hijo a la tierra de dónde saliste?» Abrahán le replicó: «De ninguna manera lleves a mi hijo allá. El Señor, Dios del cielo, que me sacó de la casa paterna y del país nativo, que me juró: “A tu descendencia daré esta tierra”, enviará su ángel delante de ti, y traerás de allí mujer para mi hijo. Pero, si la mujer no quiere venir contigo, quedas libre del juramento. Sólo que a mi hijo no lo lleves allá.» Mucho tiempo después, Isaac se había trasladado del “Pozo del que vive y ve” al territorio del Negueb. Una tarde, salió a pasear por el campo y, alzando la vista, vio acercarse unos camellos. También Rebeca alzó la vista y, al ver a Isaac, bajó del camello y dijo al criado: «¿Quién es aquel hombre que viene en dirección nuestra por el campo?» Respondió el criado: «Es mi amo.» Y ella tomó el velo y se cubrió. El criado le contó a Isaac todo lo que había hecho. Isaac la metió en la tienda de su madre Sara, la tomó por esposa y con su amor se consoló de la muerte de su madre. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 105 1-2.3-4ª.4b-5 R/. Den gracias al Señor porque es bueno Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza? R/. Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia. Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R/. Visítame con tu salvación: para que vea la dicha de tus escogidos, y me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,9-13 En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme.» Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: «¿Cómo es que su maestro come con publicanos y pecadores?» Jesús lo oyó y dijo: «No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Anden, aprendan lo que significa “misericordia quiero y no sacrificios”: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.» Palabra del Señor. Meditación Abraham perdió a Sara, su bien amada esposa y compañera. La lloró, hizo duelo por ella. La primera lectura nos habla de cómo ese dolor fue

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compartido con Isaac; mamá había dejado un vacío tan profundo que solo la ternura y el amor incondicional podrían ayudar a subsanar. En momentos de soledad nos sentimos forasteros, no hay sosiego para aquél que junto a su mujer, fue testigo de los portentos de un Dios fiel, receptor de la mayor de las bendiciones: El hijo esperado. En Sara muere la que amó Abraham, aquella que junto a él abandonó todo y formó una sola carne. Previendo que le quedaba poco tiempo, Abraham, deja un encargo muy especial a su sirviente más antiguo: buscar en su tierra natal, la esposa de su hijo. Abraham sabe a ciencia cierta que no hay anhelo mayor en su anciano corazón que su hijo , al igual que él, pueda unirse a una mujer conforme a la voluntad de Dios, y se asegura que la sagrada Alianza que lo sacó a él y los suyos de su casa paterna , no muera con él. Conmueve pensar y meditar que en su sabiduría. Abraham tenía claro que en la ecuación del amor verdadero, la constante siempre es Dios, y la mayor garantía de que su hijo fuese bendecido era que, aún sin estar ya él, mantuviera la fe y la obediencia en el Padre perfecto, quien quiere lo mejor para sus hijos. Una gran lección: Nunca te devuelvas a donde Dios te sacó, ni siquiera para lograr el más noble objetivo. No retrocedas en tu vida espiritual y no abandones la promesa por difícil que se haga la espera. Tu trabajo es creerle a tu Señor, quien manda sus ángeles delante de ti, y multiplicará sus bendiciones develando planes que sobrepasan tus más ardientes sueños. Salir de tu pecado, de tu antigua vida, es una respuesta al Amor; por eso Mateo obedece el llamado de Jesús , y reconoce en Él al que vino a curar su aislamiento y a darle un nuevo sentido a su vida, una nueva plenitud: Obediencia y Fe. Es que en el lenguaje espiritual el que ama se adhiere con fuerza a cada palabra que sale de la boca de Dios y en ellas encuentra la fortaleza de superar todo lo que llegue a su vida con el gozo de saber que quien te guía sabe exactamente el camino por donde te está llevando. Si guardas en tu alma heridas abiertas y culpas que quieren hacer de ti un ser postrado e inmóvil, hoy la buena noticia es que Jesús vino por ti, llega hasta ti habiendo pagado tu rescate y saca la cara por ti ante los que se niegan a creer que puedas cambiar. No dejes que la percepción de los demás perturbe tu alma, solo Dios basta, y si buscas el Reino y su justicia, todo llegará por añadidura. El Señor es bueno. 8

Feria

Sábado Verde 22º Aniversario de Ordenación Presbiteral de Mons. Andrés Napoleón Romero Cárdenas, Obispo de Barahona Lectura del Libro del Génesis 27,1-5.15-29 Cuando Isaac se hizo viejo y perdió la vista, llamó a su hijo mayor: «Hijo mío.» Contestó: «Aquí estoy.»

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Él le dijo: «Mira, yo soy viejo y no sé cuándo moriré. Toma tus aparejos, arco y aljaba, y sal al campo a buscarme caza; después me guisas un buen plato, como sabes que me gusta, y me lo traes para que coma; pues quiero darte mi bendición antes de morir.» Rebeca escuchó la conversación de Isaac con Esaú, su hijo. Salió Esaú al campo a cazar para su padre. Rebeca tomó un traje de su hijo mayor, Esaú, el traje de fiesta, que tenía en el arcón, y vistió con él a Jacob, su hijo menor; con la piel de los cabritos le cubrió los brazos y la parte lisa del cuello. Y puso en manos de su hijo Jacob el guiso sabroso que había preparado y el pan. Él entró en la habitación de su padre y dijo: «Padre.» Respondió Isaac: «Aquí estoy; ¿quién eres, hijo mío?» Respondió Jacob a su padre: «Soy Esaú, tu primogénito; he hecho lo que me mandaste; incorpórate, siéntate y come lo que he cazado; después me bendecirás tú.» Isaac dijo a su hijo: «¡Qué prisa te has dado para encontrarla!» Él respondió: «El Señor, tu Dios, me la puso al alcance.» Isaac dijo a Jacob: «Acércate que te palpe, hijo mío, a ver si eres tú mi hijo Esaú o no.» Se acercó Jacob a su padre Isaac, y éste lo palpó, y dijo: «La voz es la voz de Jacob, los brazos son los brazos de Esaú.» Y no lo reconoció, porque sus brazos estaban peludos como los de su hermano Esaú. Y lo bendijo. Le volvió a preguntar: « ¿Eres tú mi hijo Esaú» Respondió Jacob: «Yo soy.» Isaac dijo: «Sírveme la caza, hijo mío, que coma yo de tu caza, y así te bendeciré yo.» Se la sirvió, y él comió. Le trajo vino, y bebió. Isaac le dijo: «Acércate y bésame, hijo mío.» Se acercó y lo besó. Y, al oler el aroma del traje, lo bendijo, diciendo: «Aroma de un campo que bendijo el Señor es el aroma de mi hijo; que Dios te conceda el rocío del cielo, la fertilidad de la tierra, abundancia de trigo y vino. Que te sirvan los pueblos, y se postren ante ti las naciones. Sé señor de tus hermanos, que ellos se postren ante ti. Maldito quien te maldiga, bendito quien te bendiga.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 134, 1-2.3-4.5-6 R/. “Alaben al Señor porque es bueno” Alaben el nombre del Señor, alábenlo, siervos del Señor, que están en la casa del Señor, en los atrios de la casa de nuestro Dios. R/. Alaben al Señor porque es bueno, tañan para su nombre, que es amable. Porque él se escogió a Jacob, a Israel en posesión suya. R/. Yo sé que el Señor es grande, nuestro dueño más que todos los dioses. El Señor todo lo que quiere lo hace: en el cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 9,14-17 En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: « ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?» Jesús les dijo: « ¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un

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roto peor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así las dos cosas se conservan.» Palabra del Señor. Meditación En este día la Palabra de Dios nos hace una invitación muy particular: reconocer que Dios quiere bendecirnos a cada uno de nosotros; y que esa bendición, para que sea plena, debe estar primero acorde a su voluntad y por otro lado nosotros debemos estar preparados para recibirla. En la lectura del Génesis podemos ver el error que cometemos muchas veces: detenernos más y darle más valor a la bendición que recibe el otro a la propia bendición que Dios, en su plan perfecto, tiene para mí. Nos empeñamos y procuramos hacer lo que esté a nuestro alcance para lograr nuestro objetivo sin tomar en cuenta que siempre que nos alejamos de los planes de Dios dañamos a otros, a veces lejanos o desconocidos, pero en la mayoría de los casos gente de nuestro entorno, gente querida, nuestra propia familia incluso. Decir que Dios es bueno, que es grande, que es nuestro dueño debe verse en nuestro actuar y en nuestra apertura de corazón para que Dios se manifieste y nos muestre el camino que sueña para nosotros. Decir que Dios es bueno, grande, que es nuestro dueño es sinónimo de ver que también los otros pueden y quieren ser bendecidos por Dios y que la bendición del hermano junto con mi bendición, cuando es asumida con amor, se convierten en un torrente de agua viva que incide y transforma nuestro derredor. Pero ¿por qué suceden estas cosas? ¿Por qué si de corazón queremos una relación íntima con Dios no siempre la logramos? El Evangelio nos da una luz a este respecto: “no podemos echar vino nuevo en odres viejos”. Necesitamos transformar la manera vieja de pensar y sustituirla por la novedad que trae la buena noticia. No podemos vivir el mensaje de Jesús desde un corazón falto de conversión. Simplemente no funciona. A lo largo de la historia vemos como Dios prepara y el hombre que así lo desea se deja preparar. Tenemos innumerables ejemplos de esta actitud de entrega a Dios, de descanso en Él, de saber decir que sí aunque lo que se ve a primera vista está divorciado de los planes que habíamos concebido para nosotros. Hacer de nuestra vida un odre nuevo o un manto nuevo lo podemos lograr con una profunda vida de oración, con un acercarnos a los sacramentos, con un vivir en comunidad aquello que Dios nos regala cada día, con el cambio positivo de las relaciones, con la congruencia y alineación de nuestra vida con la de Dios. Pidamos al Señor que nos transforme y nos dé la gracia de aceptar su bendición que nos mueve y motiva a la santidad día a día, para que el vino novedoso del mensaje pueda expandirse sin romper el envase. Seamos portadores bendecidos del Dios de Isaac, de Jacob y de Jesús.

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XIV Domingo del Tiempo Ordinario

II Semana Liturgia de las Horas

Verde

Seamos sencillos corresponsables del Reino Orientaciones para este domingo: Colocar el lema y el valor del mes en un lugar visible. Colocar el lema de este domingo en un lugar destacado. Se traen símbolos de sencillez y humildad como sandalias, vestidos sencillos. Se presentan personas sencillas que se han desarrollado más en la comunidad. Se pueden presentar acciones que acogen a los enfermos y a otras personas con dificultad. Monición de Entrada. Queridos hermanos y hermanas: El Señor nuevamente nos reúne en Asamblea Santa para celebrar la Eucaristía en este Decimocuarto Domingo del Tiempo Ordinario y agradecerle que El nos ha revelado los secretos de su Reino, haciéndonos así corresponsables de su misión en esta tierra. Para poder serlo es necesario obedecer a la invitación de Jesús que nos dice: “Aprendan de mi que soy manso y humilde de corazón”. Sólo así podremos ser corresponsables con El de la realización del Reino del Padre, en el que son acogidos los cansados y agobiados de la vida. Y sólo así dejándonos guiar por el Espíritu Santo y tomando parte de los duros trabajos del Evangelio podremos promover los valores del Reino. Con corazón humilde y agradecido recibamos a Cristo, manso y humilde de corazón, quien viene a presidir esta Celebración a través de su ministro, cantando con gozo. Oración colecta Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad caída, concede a tus fieles la verdadera alegría, para que quienes han sido librados de la esclavitud del pecado alcancen también la felicidad eterna. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera lectura: Zacarías 9,9-10 Dios hace corresponsable de la salvación de su pueblo a los humildes, como nos muestra el profeta Zacarías al anunciar la entrada de un rey humilde que libera a su pueblo, que es profecía de Jesús el Rey Mesiánico humilde y sencillo. Escuchemos. Lectura de la profecía de Zacarías 9,9-10 Así dice el Señor: «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en

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un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.» . Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14 R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás. Día tras día, te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/. El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. R/. Segunda Lectura: Romanos 8, 9. 11-13 El Señor nos invita a ser corresponsables con el Espíritu de Cristo que se nos ha regalado, renunciando a la vida según la carne que nos hace egoístas y orgullosos. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,9.11-13 Hermanos: Ustedes no están sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en ustedes, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también sus cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en ustedes. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si viven según la carne, van a la muerte; pero si con el Espíritu dan muerte a las obras del cuerpo, vivirán. Palabra de Dios. Aleluya Cf. Mt 11, 25 Bendito eres Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los misterios del reino a la gente sencilla. Evangelio: Mateo 11,25-30 Jesús exclama al Padre dándole gracias porque ha elegido a la gente sencilla e invita a los cansados y agobiados a ir a Él, el único camino para conocer al Padre. Escuchemos con atención la proclamación del Santo Evangelio después de aclamar con el canto al Señor. . Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,25-30 En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los

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aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» Palabra del Señor. Meditación “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo… mi carga ligera”. Este pasaje del evangelio de hoy nos remonta a la imagen del yugo del Antiguo Testamento (Jer. 2, 20) que hace referencia a la Ley de Moisés escrita y oral. Jesús hace oposición a la interpretación legalista de los Fariseos y por eso dice que “vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré.” ¿Qué te agobia? Sentimos agobio muchas veces por las demandas y expectativas impuestas por los demás. Por ejemplo, vivimos con la “carga” durante el ciclo de la paternidad, la carga de ser líderes, supervisores, maestros, gerentes, empleados o obreros cumplidores… Muchos viven con la carga impuesta por la vida: las discapacidades, la enfermedad, la viudez, las separaciones…en fin las cargas con las que nos cruzamos por la vida al querer cuidar, ayudar a nuestra pareja- por ejemplo- a cambiar, la carga de cuidar de manera correcta a nuestros padres envejecientes, la carga de querer cumplir para no quedar mal con las demás personas. Pero la gran pregunta que debemos hacernos hoy es la siguiente: ¿cómo respondemos, perseveramos o manejamos las cargas que son parte de la vida? La respuesta ante esta pregunta pudiera haberla dado la actriz filipina Boots Anson-Roa quien contestó la pregunta de por qué seguía vigente después de tantos años en el arte. Anson-Roa respondió, “Por el buen trato hasta a los más pequeños. Las personas que uno conoce durante el trayecto de subida son las mismas personas que encontramos en el trayecto de bajada.” Hoy podemos contestar de tres maneras al reto de las cargas que nos depara la vida como lo hicieron tres grupos de alpinistas quienes juntos salieron un soleado día con miras a trepar la montaña más alta de la región. El primer grupo inició con gran entusiasmo, pero ante las adversidades del terreno-el calor, las piedras, los precipicios- rápidamente perdieron entusiasmo y derrotados y cansados iniciaron el descenso. El segundo grupo subía alegremente la montaña mientras respiraban el aire limpio y puro. Estaban contentos con lo que estaban experimentando y, sin pensarlo mucho, hicieron campamento en medio del viaje. “¿Por qué no quedarnos aquí y disfrutar de este aire y clima?”, pensaron. Así hicieron; montaron campo y se instalaron a medio camino. Estaban contentos de “esta allí”. Pero el tercer grupo de alpinistas arriesgados y dispuestos siguió hacia la cumbre sin perder de vista ese pico deseado. Esa era la meta: seguir a pesar del dolor; seguir a pesar del cansancio; seguir sin mirar atrás. Y llegaron. Una vez en la cima fue cuando pudieron saborear la experiencia única de sentirse merecedores del logro de la victoria. Una vez sentados en el pico pudieron admirarse de la belleza que les aguardaba y se olvidaron

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de los calambres musculares y del cansancio sustituyéndolos por el sabor del haber cruzado la meta. La vida nos interpone las cargas; sin embargo, las cargas no son buenas ni males; simplemente son retos. El cansancio, las angustias, las decepciones, los sufrimientos son los que dan “vida a la vida”. La vida cobra sentido cuando la vivimos desde el seno de la iglesia y juntos con entusiasmo, movidos por el Espíritu, nos esforzamos por superar cada reto. Seamos como el tercer grupo de alpinistas. Dejemos que “cada día traiga su afán” y movámonos hacia la cima de la victoria con Cristo-Jesús quien hace “ligera” la carga. ¡Amén! Oración de los fieles El que preside: A Ti, Padre, te suplicamos diciendo: Haznos corresponsables sencillos de la misión de tu Hijo. • Por la Iglesia y sus pastores, el Papa Francisco, los obispos, presbíteros, diáconos, así como los consagrados y consagradas y laicos comprometidos, para que dejándose llevar del Espíritu Santo sean sencillos como Jesús y acojan como El a los cansados y agobiados Oremos. • Por los gobernantes de las naciones, para que siendo sencillos servidores de sus pueblos los guíen por los caminos que conducen a la paz. Oremos. • Por los hermanos que aún no conocen el evangelio o se han alejado del mensaje de Cristo, para que conociendo al Hijo puedan llegar al Padre, origen y fin de todo lo que existe. Oremos. • Por los enfermos, los encarcelados, los que buscan consuelo, los más pobres, para que encuentren en Jesús a través de nosotros el consuelo y alivio que necesitan para resolver sus necesidades. Oremos. • Por todos nosotros, reunidos aquí para participar en esta eucaristía, para que aprendamos de Jesús a ser mansos y humildes de corazón y así seamos corresponsables de su salvación a favor de los que están cansados y agobiados. Oremos. El que preside: Acoge Padre con amor nuestras peticiones y danos un corazón sencillo y humilde para ser corresponsables de tu Hijo acogiendo a todos los que andan cansados y agobiados. Por Jesucristo nuestro Señor. Oración sobre las ofrendas La oblación que te ofrecemos, Señor, nos purifique, y cada día nos haga participar con mayor plenitud de la vida del reino glorioso. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión Alimentados, Señor, con un sacramento tan admirable, concédenos sus frutos de salvación y haz que perseveremos siempre cantando tu alabanza. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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10 Lunes

Feria Verde

Lectura del Libro del Génesis 28, 10-22 En aquellos días, Jacob salió de Berseba en dirección a Jarán. Casualmente llegó a un lugar y se quedó allí a pernoctar, porque ya se había puesto el sol. Cogió de allí mismo una piedra, se la colocó a guisa de almohada y se echó a dormir en aquel lugar. Y tuvo un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. La tierra sobre la que estás acostado, te la daré a ti y a tu descendencia. Tu descendencia se multiplicará como el polvo de la tierra, y ocuparás el oriente y el occidente, el norte y el sur; y todas las naciones del mundo se llamarán benditas por causa tuya y de tu descendencia. Yo estoy contigo; yo te guardaré dondequiera que vayas, y te volveré a esta tierra y no te abandonaré hasta que cumpla lo que he prometido.» Cuando Jacob despertó, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.» Y, sobrecogido, añadió: «Qué terrible es este lugar; no es sino la casa de Dios y la puerta del cielo.» Jacob se levantó de madrugada, tomó la piedra que le había servido de almohada, la levantó como estela y derramó aceite por encima. Y llamó a aquel lugar «Casa de Dios»; antes la ciudad se llamaba Luz. Jacob hizo un voto, diciendo: «Si Dios está conmigo y me guarda en el camino que estoy haciendo, si me da pan para comer y vestidos para cubrirme, si vuelvo sano y salvo a casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios, y esta piedra que he levantado como estela será una casa de Dios; y de todo lo que me des, te daré el diezmo. » Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 90,1-2.3-4.14-15ab R/. Dios mío, confío en ti Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti.» R/. Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás. R/. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación.» R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,18-26 En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: «Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá.» Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años se le acercó por detrás y le tocó el borde del

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manto, pensando que con sólo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió y, al verla, le dijo: «¡Animo, hija! Tu fe te ha curado.» Y en aquel momento quedó curada la mujer. Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: «¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida.» Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca. Palabra del Señor. Meditación El Evangelio de hoy permite meditar dos milagros de sanación hechos por Jesús en favor de dos mujeres, los cuales parten de dos manifestaciones de fe en Él, que conmovieron a Jesús y provocaron su respuesta inmediata. El primero a favor de una mujer considerada impura por una hemorragia irregular, que padecía desde hacía doce años y el segundo, a favor de una muchacha que acababa de fallecer. Según la mentalidad de la época, cualquier persona que tocara sangre o un cadáver era considerada impura y quedaba impuro. ¡Sangre y muerte eran factores de exclusión! Por esto, las dos mujeres estaban marginadas, excluidas de la participación en comunidad y quien las tocara, quedaría impuro, impedido de participar en la comunidad y no podía relacionarse con Dios. Para poder ser readmitida en la plena participación comunitaria, la persona tenía que pasar por el rito de la purificación, prescrito por las normas de la ley. Ahora bien, curando a través de la fe la impureza de aquella señora, Jesús abrió un camino nuevo para Dios, un camino que no dependía de los ritos de purificación, controlados por los sacerdotes; y al resucitar a la muchacha, venció el poder de la muerte y abrió un nuevo horizonte para la vida. También hoy Jesús sigue haciendo milagros, basta ver a diario nuestra propia vida. Podemos ver estos milagros a diario dependiendo de la fe que se tenga en Dios y en la confianza en Él. Jesús siempre está disponible para el ser humano atribulado que pone todo en manos de Dios, quien se maravilla ante la seguridad con que le piden cosas que para los demás seres humanos parecen imposibles, teniendo la certeza que serán escuchadas y con un desenlace conforme a lo pedido. No se puede olvidar eso nunca y de ahí que se debe pedir a Dios la gracia de la fe y de la confianza en su amor, su Misericordia y su poder de transformar mi alma en total pureza a los ojos de Dios y de los demás, dando la vida que ella carece. ¡Jesús, en Ti confío! 11 Martes

Memoria Obligatoria: San Benito Abad Blanco

Lectura del libro del Génesis 32,22-32 En aquellos días, todavía de noche se levantó Jacob, tomó a las dos mujeres, las dos siervas y los once hijos y cruzó el vado de Yaboc; pasó con

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ellos el torrente e hizo pasar sus posesiones. Y él quedó solo. Un hombre luchó con él hasta la aurora; y, viendo que no le podía, le tocó la articulación del muslo y se la dejó tiesa, mientras peleaba con él. Dijo: «Suéltame, que llega la aurora.» Respondió: «No te soltaré hasta que me bendigas.» Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?» Contestó: «Jacob.» Le replicó: «Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con dioses y con hombres y has podido.» Jacob, a su vez, preguntó: «Dime tu nombre.» Respondió: «¿Por qué me preguntas mi nombre?» Y le bendijo. Jacob llamó aquel lugar Penuel, diciendo: «He visto a Dios cara a cara y he quedado vivo.» Mientras atravesaba Penuel salía el sol, y él iba cojeando. Por eso los israelitas, hasta hoy, no comen el tendón de la articulación del muslo, porque Jacob fue herido en dicho tendón del muslo. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 16, 1.2-3.6-7.8 y 15 R/. Con mi apelación, Señor, vengo a tu presencia Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño. R/. Emane de ti la sentencia, miren tus ojos la rectitud. Aunque sondees mi corazón, visitándolo de noche, aunque me pruebes al fuego, no encontrarás malicia en mí. R/. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras. Muestra las maravillas de tu misericordia, tú que salvas de los adversarios, a quien se refugia a tu derecha. R/. Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas escóndeme. Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 9,32-38 En aquel tiempo, presentaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: «Nunca se ha visto en Israel cosa igual.» En cambio, los fariseos decían: «Éste echa los demonios con el poder del jefe de los demonios.» Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el Evangelio del reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «Las mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rueguen pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.» Palabra del Señor. Meditación El tema de la predicación de Jesús era el nuevo mensaje del Reino de Dios que venía a establecerse en la tierra. Ese era el fin de su venida y debía cumplirse con fidelidad. Nosotros, al igual que los apóstoles

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estamos llamados a tener fidelidad como cristianos comprometidos, y esa es la tarea de la Evangelización, la de instaurar el reino de Dios en nuestro mundo. Hoy somos invitados y motivados a guardar fidelidad a nuestra tarea de Evangelizar al igual que la realizó Jesús. Jesús buscaba dar a conocer al Padre. Al igual que hoy en nuestro hermoso país, la gente se hallaba abatida porque no había quien les diera el pan del mensaje del Reino. Por tanto, Jesús les decía que “la cosecha es abundante y los trabajadores son pocos… Rueguen al dueño de la cosecha que envíe trabajadores para su cosecha”. Nuestro Dios es tan profundo que Él mismo nos envía trabajadores a su cosecha; ésta no es una elección libre. De ahí la necesidad de la misión de parte del Padre; debemos ser enviados y ser misioneros del Dios-Padre. Nuestra vocación al apostolado que surge como cristianos proviene del Padre quien vela por las condiciones, las circunstancias y el lugar donde se debe realizar ese apostolado. La vocación siempre viene de Dios y, por ende, es Dios solamente quien puede cambiarla. Nosotros no tenemos la libertad para modificarla a nuestro antojo o conveniencias. Si la vocación y la misión es un don del Padre, somos hoy llamados primeramente a reconocerla y aceptarla, siendo agradecidos, viviendo y experimentado sus exigencias con alegría. Pero no debemos quedarnos solamente con la alegría de haber sido llamados sino, más bien, seamos conscientes de las exigencias de ese llamado y vivamos de conformidad con ellas. Somos llamados a implantar desde nuestros ambientes el Reino de Amor y Justicia, continuando la misión de Jesús que hoy se prolonga, se actualiza, y se hace presente en el aquí y en el ahora. Que El Señor Jesús nos ayude a descubrir todos los días, y en especial hoy, nuestra vocación para ponerla al servicio de los demás para construir juntos el Reino de Dios en nuestra amada isla. 12 Miércoles

Feria Verde

Lectura del Libro del Génesis 41, 55-57; 42, 5-7.17-24a En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Diríjanse a José y hagan lo que él les diga.» Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra. Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra. Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente: «¿De dónde vienen?» Contestaron: «De tierra de Canaán, a comprar provisiones.»

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Y los hizo detener durante tres días. Al tercer día, les dijo: «Yo temo a Dios, por eso harán lo siguiente, y salvarán la vida: si son gente honrada, uno de ustedes quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a sus familias hambrientas; después me traerán a su hermano menor; así probarán que han dicho la verdad y no morirán.» Ellos aceptaron, y se decían: «Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia.» Intervino Rubén: «¿No se lo decía yo: “No pequen contra el muchacho”, y no me hicieron caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre.» Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos. Palabra de Dios Salmo Responsorial: 32,2-3.10-11.18-19 R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti Den gracias al Señor con la cítara, toquen en su honor el arpa de diez cuerdas; cántenle un cántico nuevo, acompañando los vítores con bordones. R/. El Señor deshace los planes de las naciones, frustra los proyectos de los pueblos; pero el plan del Señor subsiste por siempre, los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/. Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 1-7 En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayan a tierra de gentiles, ni entren en las ciudades de Samaria, sino vayan a las ovejas descarriadas de Israel. Vayan y proclamen que el reino de los cielos está cerca.» Palabra del Señor. Meditación Nuestro Señor Jesucristo para llevar a cabo su plan de salvación encomendado por el Padre organiza su apostolado y reúne en torno a Él un número de personas, a las que forma para esta misión y los dota de todos los poderes y cualidades requeridas. Jesús envía a sus apóstoles para destruir el mal en el mundo y les dotó de poderes para luchar contra el mal- los “Espíritus impuros”. La voluntad salvífica de Dios rebasa el horizonte de Palestina mucho más allá de las fronteras terrestres donde una vez Jesús realizó en vida su misión dentro de Palestina.

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Quizás la voluntad de Dios sea que yo me limite en mi apostolado a determinado sector, quizá mi campo de acción se vea reducido al hogar, la comunidad, mi parroquia, o quizá se me haya concedido el carisma de Pablo, enviado a los gentiles, a los que no tienen fe. La palabra de Dios no está encadenada a ningún lugar, ni persona, ni circunstancia. Proclama la palabra de Dios, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. (2 Tim 4,2). Proclamen que el reino de Dios está cerca. Jesús eligió a los doces apóstoles o enviados. El nombre de Apóstol era usual entre los rabinos y de esta manera era que el sumo sacerdote se comunicaba con distintas comunidades judías mediante sus enviados o apóstoles. Nosotros cumplimos con la misión de ser portadores de la carta de Jesucristo a la humanidad, que es el Evangelio, y somos participantes de los poderes de Jesús que nos inserta en su triple misión: sacerdote, profeta y Rey. Un Apóstol es una persona llena de aquel que lo envío pues dice la máxima que el que no arde, no enciende. El Reino de los cielos está cerca dice El Señor, no tanto en tiempo, sino más bien en cuanto a la vivencia de cada uno de nuestros actos. Somos nosotros los que debemos hacer del Reino de Dios uno cercano y presente dando a nuestra vida un sentido escatológico- de la venida de un mundo nuevo a través de la llegada definitiva de Jesús. No vivimos para este mundo por más que estemos en este mundo. ”Como no son del mundo, sino que yo lo elegí y los he sacado del mundo. El mundo los odia porque ellos no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo” Jn 17,14. Si nosotros como cristiano no somos del mundo, no podemos vivir para el mundo, sino para el futuro Reino de Dios. Construyamos Reino en esta tierra; soñemos y construyamos juntos el paraíso desde donde salimos y así implantaremos futuro en el presente que nos ha tocado vivir. Hoy como cristianos tenemos que sentirnos constructores del Reino de Dios construyéndolo con cada una de nuestras obras. Todos debemos orientarnos y proyectarnos de manera prospectiva – mirando al futuro y construyendo en el presente – con la esperanza puesta en el más allá, hacia la Parusía o venida del Señor victorioso y fiel. 13

Feria o Memoria Libre: San Enrique

Jueves Verde o Blanco 42º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Príamo Pericles Tejeda Rosario, Obispo Emérito de la Diócesis de Baní Lectura del libro del Génesis 44,18-21.23b-29;45,1-5 En aquellos días, Judá se acercó a José y le dijo: «Permite a tu siervo hablar en presencia de su señor; no se enfade mi señor conmigo, pues eres como el Faraón. Mi señor interrogó a sus siervos: “¿Tienen padre o algún hermano?”, y respondimos a mi señor: “Tenemos un padre anciano y un

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hijo pequeño que le ha nacido en la vejez; un hermano suyo murió, y sólo le queda éste de aquella mujer; su padre lo adora.” Tú dijiste: “Tráiganmelo para que lo conozca. Si no baja su hermano menor con ustedes, no volverán a verme.” Cuando subimos a casa de tu siervo, nuestro padre, le contamos todas las palabras de mi señor; y nuestro padre nos dijo: “Vuelvan a comprar unos pocos víveres.” Le dijimos: “No podemos bajar si no viene nuestro hermano menor con nosotros”; él replicó: “Saben que mi mujer me dio dos hijos: uno se apartó de mí, y pienso que lo ha despedazado una fiera, pues no he vuelto a verlo; si arrancan también a éste de mi presencia y le sucede una desgracia, darán con mis canas, de pena, en el sepulcro.”» José no pudo contenerse en presencia de su corte y ordenó: «Salgan todos de mi presencia.» Y no había nadie cuando se dio a conocer a sus hermanos. Rompió a llorar fuerte, de modo que los egipcios lo oyeron, y la noticia llegó a casa del Faraón. José dijo a sus hermanos: «Yo soy José; ¿vive todavía mi padre?» Sus hermanos se quedaron sin respuesta del espanto. José dijo a sus hermanos: «Acérquense a mí.» Se acercaron, y les repitió: «Yo soy José, su hermano, el que vendiste a los egipcios. Pero ahora no se preocupen, ni les pese el haberme vendido aquí; para salvación me envió Dios delante de ustedes.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 104, 16-17.18-19.20-21 R/. Recuerden las maravillas que hizo el Señor Llamó al hambre sobre aquella tierra: cortando el sustento de pan; por delante había enviado a un hombre, a José, vendido como esclavo. R/. Le trabaron los pies con grillos, le metieron el cuello en la argolla, hasta que se cumplió su predicción, y la palabra del Señor lo acreditó. R/. El rey lo mandó desatar, el Señor de pueblos le abrió la prisión, lo nombró administrador de su casa, señor de todas sus posesiones. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,7-15 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Vayan y proclamen que el reino de los cielos está cerca. Curen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos, echen demonios. Lo que han recibido gratis, denlo gratis. No lleven en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entren en un pueblo o aldea, averigüen quién hay allí de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar en una casa, saluden; si la casa se lo merece, la paz que le desean vendrá a ella. Si no se lo merece, la paz volverá a ustedes. Si alguno no los recibe o no los escucha, al salir de su casa o del pueblo, sacudan el polvo de los pies. Les aseguro que el día del juicio les será más llevadero a Sodoma y Gomorra que a aquel pueblo.» Palabra del Señor. Meditación Los apóstoles, palabra que quiere decir enviados, son enviados por Jesús a proclamar el reino de Dios a todo el mundo y anunciar que “el reino

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de Dios está cerca”. Los instruye para la misión sin ocultarles que tendrán dificultades, rechazos de las gentes y contratiempos; pero les asegura que Dios cuidará siempre de ellos. Estamos viviendo en un mundo – nuestro mundo- rodeados de “enfermos”, de “muertos”, “leprosos”, y muchos “confundidos” necesitados de curación, de ser “resucitados”, limpiados de lepras y de “demonios”. Pero la invitación pareciera ser difícil: “No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto, ni sandalias, ni bastón.” Dios parece decirnos que debemos enfrentar tantos problemas desprovistos de lo que nos brinda seguridad. Pues bien, nuestro Dios confía en nuestras capacidades y se hace cómplice de nuestras andanzas por el mundo sabiendo que lo que haremos por los necesitados mediante su misericordia retornará a nosotros en paz. Esta invitación es para nosotros también en el día de hoy. Tenemos que dar gratis lo que gratis hemos recibido como le dice el Maestro. La evangelización no es solamente responsabilidad de los sacerdotes y religiosos, es una misión de todo bautizado. No somos dueños de las respuestas que nos darán los demás cuando reciban el mensaje. Simplemente somos responsables de invitar, motivar y preparar el terreno para que las demás personas reciban el mensaje de salvación. Evangeliza con tus hechos, con tu actitud con el hermano; no es necesario hablar mucho ni conocer mucho de la Biblia; lo más importante es predicar con el ejemplo de vida de y dar testimonio de que Cristo vive en mí. Por el Sacramento del Bautismo nos convertimos en discípulos, seguidores del Maestro y discípulos, enviados anunciar la buena nueva. El milagro que nos pide hoy Jesús a nosotros es que podamos ser instrumentos de conversión para los demás a través de nuestro testimonio de vida para que otros lo conozcan, lo amen, para que sus vidas sean transformadas. De esta manera tendremos maneras concretas de saber que estamos llevando la Buena Noticia de salvación a todo el mundo como nos lo pide el Señor. Le pedimos al Señor que nos de la Gracia de poder cumplir con la misión que nos encargó ya que solos no podemos. , con Santo Espíritu lo podremos lograr. “Recuerda hoy las maravillas que hizo el Señor” y no te dé apuro en regalar el mensaje y Espíritu que Dios un día te dio para compartir. ¡Comienza o continúa hoy! 14 Viernes

Feria o Memoria Libre: San Camilo de Lelis, Presbítero Verde o Blanco

Lectura del Libro del Génesis 46, 1-7. 28-30 En aquellos días, Israel, con todo lo suyo, se puso en camino, llegó a Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Dios le dijo a Israel en una visión de noche: «Jacob, Jacob.» Respondió: «Aquí estoy.»

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Dios le dijo: «Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajaré contigo a Egipto, y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos.» Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre, con los niños y las mujeres, en las carretas que el Faraón había enviado para transportarlos. Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán y emigraron a Egipto Jacob con todos sus descendientes, hijos y nietos, hijas y nietas, y todos los descendientes los llevó consigo a Egipto. Jacob despachó por delante a Judá, a visitar a José y a preparar el sitio en Gosén. Cuando llegaban a Gosén, José mandó preparar la carroza y se dirigió a Gosén a recibir a su padre. Al verlo, se le echó al cuello y lloró abrazado a él. Israel dijo a José: «Ahora puedo morir, después de haberte visto en persona, que estás vivo.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 36,3-4.18-19.27-28.39-40 R/. El Señor es quien salva a los justos Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón. R/. El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia durará siempre; no se agostarán en tiempo de sequía, en tiempo de hambre se saciarán. R/. Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles. Los inicuos son exterminados, la estirpe de los malvados se extinguirá. R/. El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 16-23 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Miren que los mando como ovejas entre lobos; por eso, sean sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no se fíen de la gente, porque los entregarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas y los harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así darán testimonio ante ellos y ante los gentiles. Cuando los arresten, no se preocupen de lo que van a decir o de cómo lo dirán: en su momento se les sugerirá lo que tienen que decir; no serán ustedes los que hablen el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. Todos los odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Porque les aseguro que no terminarán con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre.» Palabra del Señor. Meditación Hoy Jesús nos envía como ovejas entre los lobos siendo sencillos como las palomas pero astutos o precavidos como la serpiente. Vivimos

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en un mundo, en una sociedad donde nos encontramos constantemente con lobos que les conviene fomentar una cultura de la muerte donde el aborto, la drogadicción, los anti valores que dañan la familia, la ambición del dinero, el poder, la corrupción, el egoísmo, la avaricia… parecen apoderarse del hombre moderno. Entre los lobos, muchos se visten de ovejas para engañar al pueblo sencillo así logrando sus deseos obscuros. Son los falsos profetas que nos llevan por el camino equivocado. Solamente bastaría abrir cualquier periódico de cualquier parte del mundo para ver titulares donde reina la avaricia y deseo de tener del hombre. Titulares que hablan de muertes, engaños, luchas de poder, egoísmos por deseos de tener… Parece que el hombre vive para “tener” y no para llegar a “ser”. El hombre del mundo que vive voluntariamente o inconscientemente alejado de la Buena Nueva parece vivir del placer sin pensar en las consecuencias. Hoy estamos llamados a ser esas ovejas que debemos cuidarnos de que esos lobos no nos ataquen y nos hagan daño. Somos ovejas necesitadas de la voz siempre estable del Pastor siempre fiel llamado Jesús. Nuestro Pastor nos cuida y nunca permitirá que ningún lobo nos devore. Protegernos implica conocer los “signos de los tiempos” y prepararnos para saber luchar la buena batalla. Jesús bien lo sabe y nos motiva hoy a ser sencillos como las palomas lo cual no quiere decir que nos dejemos engañar por el mal espíritu. De lo contrario; seamos astutos y precavidos para darnos cuenta cuando el mal quiere entrar en nuestras vidas y para poder identificarlo. Auxiliémonos de las armaduras de Dios con la oración, la palabra, las buenas enseñanzas de la iglesia, los sacramentos y, en especial, la eucaristía para poder salir más que victorioso en el nombre del Hijo Amado del Dios Padre. En nuestra misión de discípulos, el Señor sabe que encontraremos dificultades en el camino, rechazos y hasta persecuciones por proclamar y vivir su palabra. Sin embargo, no te desanimes, pues Él ha vencido el mundo y fue perseverante hasta el final. Pongamos nuestra “esperanza en Dios”, “practiquemos el bien”, “busquemos en Dios nuestra alegría” y “viviremos tranquilos en esta tierra”. Estamos rodeados de lobos, pero si creemos con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente y con todo el ser que Jesús es nuestro pastor y nosotros somos sus ovejas, aprenderemos a practicar el bien, a realizar las obras que a Él les agrada y estaremos siempre prestos a velar por nuestros hermanos. Entonces venceremos y construiremos un mundo más “justo” y esperanzador. 15

Memoria Obligatoria: San Buenaventura, Obispo y Doctor de la Iglesia

Sábado

Blanco

Lectura del Libro del Génesis 49, 29-33; 50, 15-26a En aquellos días, Jacob dio las siguientes instrucciones a sus hijos: «Cuando me reúna con los míos, enterradme con mis padres en la cueva del

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campo de Efrón, el hitita, la cueva del campo de Macpela, frente a Mambré, en Canaán, la que compró Abrahán a Efrón, el hitita, como sepulcro en propiedad. Allí enterraron a Abrahán y a Sara, su mujer; allí enterraron a Isaac y a Rebeca, su mujer; allí enterré yo a Lía. El campo y la cueva fueron comprados a los hititas.» Cuando Jacob terminó de dar instrucciones a sus hijos, recogió los pies en la cama, expiró y se reunió con los suyos. Al ver los hermanos de José que había muerto su padre, se dijeron: «A ver si José nos guarda rencor y quiere pagarnos el mal que le hicimos.» Y mandaron decirle: «Antes de morir tu padre nos encargó: “Esto diréis a José: Perdona a tus hermanos su crimen y su pecado y el mal que te hicieron”. Por tanto, perdona el crimen de los siervos del Dios de tu padre.» José, al oírlo, se echó a llorar. Entonces vinieron los hermanos, se echaron al suelo ante él, y le dijeron: «Aquí nos tienes, somos tus siervos.» Pero José les respondió: «No tengáis miedo; ¿soy yo acaso Dios? Vosotros intentasteis hacerme mal, pero Dios intentaba hacer bien, para dar vida a un pueblo numeroso, como hoy somos. Por tanto, no temáis; yo os mantendré a vosotros y a vuestros hijos.» Y los consoló, hablándoles al corazón. José vivió en Egipto con la familia de su padre y cumplió ciento diez años; llegó a conocer a los hijos de Efraín, hasta la tercera generación, y también a los hijos de Maquir, hijo de Manasés; los llevó en las rodillas. José dijo a sus hermanos: «Yo voy a morir. Dios cuidará de vosotros y os llevará de esta tierra a la tierra que prometió a Abrahán, Isaac y Jacob.» Y los hizo jurar: «Cuando Dios cuide de vosotros, llevaréis mis huesos de aquí.» José murió a los ciento diez años de edad. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 104,1-2.3-4.6-7 R/. Humildes, busquen al Señor, y revivirá su corazón Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas a los pueblos. Cántenle al son de instrumentos, hablen de sus maravillas. R/. Gloríense de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurran al Señor y a su poder, busquen continuamente su rostro. R/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido! El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 24-33 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengan miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que les digo de noche díganlo en pleno día, y lo que escuchen al oído, pregónenlo desde la azotea. No tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, teman al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de

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gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga su Padre. Pues ustedes hasta los cabellos de la cabeza tienen contados. Por eso, no tengan miedo; no hay comparación entre ustedes y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.» Palabra del Señor. Meditación En las lecturas de hoy recordamos como Jacob al sentir que llega el final de sus días en la tierra por la llamada del Señor, reúne a sus hijos y les instruye sobre su sepultura y éstos, al morir su Padre, piensan en cómo decirlo a su hermano José quien es funcionario en Egipto. Los hermanos de José se acercan temerosos y piden perdón cumpliendo el deseo de su Padre mostrando arrepentimiento por los daños que le pudieron causar cuando lo tiraron al pozo. Se ponen a su disposición para recibir las penas por el mal causado. José actúa contra todas sus lógicas y mostrando con su testimonio cómo funcionan los designios de Dios. José sigue a un Dios donde en donde no reside la maldad; da ejemplo de un Dios que hace sobreabundar la Gracia, a pesar del daño que una vez sus hermanos le desearon por envidia y debilidades humanas. José se ha dejado inundar de un Dios, quien ha convertido lo que una vez le pareció un tremendo mal en una bendición para su pueblo y su familia. José da el paso al perdón divino venciendo su mayor obstáculo: su miedo y el de sus hermanos. De la misma manera en el Evangelio de hoy el Señor nos instruye sobre el “valorar” del Ministerio de cada quien. Es Dios quien nos ha instituido y dotado de dones y carismas para actuar o ejercer nuestra Misión. Algunos serán llamados a guiar o pastorear, otros a sembrar, otros a recoger, otros a regar…cada uno según sus dones particulares. Sin embargo, todos trabajando sin miedo en la construcción del Reino. Hoy se nos ordena a ser coherentes y consistentes en nuestro accionar, que nuestro “sí”, sea “sí”, y nuestro “no”, sea “no”. Estamos siendo motivados constantemente, y hoy no es la excepción, a no tener miedo a los hombres que pueden matar el cuerpo, sino a quien puede matar el alma, porque a quien guarda los mandatos del Padre, jamás le podrán matar el alma. Vivo, supero mis miedos, doy el paso hacia la reconciliación y el perdón cuando asumo desde la profundidad de mi ser que es Cristo quien vive en mí. Jesús hoy nos exhorta a dar testimonio de Él aquí en la tierra porque quien así lo hiciera Cristo dará testimonio de el ante su Padre el día en que sea llamado a su presencia. Que Dios nos ilumine y nos dé su paz para reconocer sus designios y obrar a favor del bien. Que el paso al perdón sea nuestra fuerza y que podamos aclarar, dar gracias y cantar la victoria de nuestro Dios en todos los confines de la tierra. ¡Levántate y da el paso!

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XV Domingo del Tiempo Ordinario

III Semana Liturgia de las Horas Verde 12º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Julio César Corniel Amaro, Obispo de la Diócesis de Puerto Plata Toma parte en los duros trabajos del anuncio del Evangelio Orientaciones para este domingo: Colocar el lema de este domingo en un lugar destacado. Pedirles a los del equipo de orden (o designar un equipo) que reciban a los fieles con palabras de acogida. Se puede dramatizar el Evangelio del sembrador. Se pueden dar semillas al final para sembrar en sus hogares. Se puede colocar una imagen de Jesús como sembrador. Se puede llevar la Palabra de Dios abierta en la procesión de entrada. También, luego de proclamar la Palabra se puede pasear la Palabra en medio de la Asamblea que le ofrece su amor con aplausos, cantos, besos y brazos extendidos hacia ella. En las ofrendas se pueden presentar semillas, tierra y se puede rociar agua sobre la Asamblea como signo de la Palabra que se derrama como lluvia. Monición de entrada: En este Decimoquinto Domingo del Tiempo Ordinario el Señor que siembra la Palabra en nuestros corazones, nos invita a ser corresponsables con El, tal como nos dice el lema del mes: “Toma parte en los duros trabajos del Evangelio” (2 Tim 1,8). El Señor nos confirma que esos trabajos por el Evangelio siempre serán eficaces porque la Palabra sembrada y proclamada dará sus frutos en el momento oportuno. Aunque parezca inútil nuestro trabajo Dios hará su obra. El desea que nuestros corazones estén abiertos a escucharla, como tierra buena que facilita que crezca la semilla sembrada. El Señor nos anima, asegurándonos que esa Palabra fecunda la humanidad y un día se verá la plena manifestación gloriosa del Reino de Dios. Ahora bien, El espera que seamos corresponsables con El siendo tierra buena y trabajando por su Reino, aunque nos toque sufrir por ver realizado el Reino de Dios. Con esos propósitos sinceros iniciemos nuestra Celebración cantando a Jesús, Palabra viva del Padre sembrada en nuestros corazones, quien viene a presidirla a través de su ministro. Oración colecta Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor Jesucristo.

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Primera Lectura: Isaías 55,10-11 La Palabra de Dios es palabra edificante que una vez proclamada siempre dará frutos abundantes tarde o temprano. Esta seguridad nos anima a tomar parte de los duros trabajos de la evangelización como corresponsables con el Señor, para que esta Palabra llegue a todos y a todas. Escuchemos. Lectura del libro de Isaías 55,10-11 Así dice el Señor: «Como bajan la lluvia y la nieve del cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será mi palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 64,10.11.12-13.14 R/. La semilla cayó en tierra buena y dio fruto Tú cuidas de la tierra, la riegas y la enriqueces sin medida; la acequia de Dios va llena de agua, preparas los trigales. R/. Riegas los surcos, igualas los terrones, tu llovizna los deja mullidos, bendices sus brotes. R/. Coronas el año con tus bienes, tus carriles rezuman abundancia; rezuman los pastos del páramo, y las colinas se orlan de alegría. R/. Las praderas se cubren de rebaños, y los valles se visten de mieses, que aclaman y cantan. R/. Segunda Lectura: Romanos 8, 18-23 Pablo nos transmite unas palabras edificantes que nos llenan de esperanza, para tomar parte en los duros trabajos del Evangelio, convencidos de que los sufrimientos de ahora no son nada en comparación con la gloria que nos espera cuando se logre la plena manifestación de los hijos de Dios y su libertad gloriosa. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,18-23 Hermanos: Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Palabra de Dios. Aleluya La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo encuentra vive para siempre

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Evangelio: Mateo 13, 1-23 Jesús, es el sembrador de la Palabra del Padre que trae vida y salvación para quien la recibe. Esa palabra necesita nuestra corresponsabilidad de recibirla siendo tierra buena en la que ella pueda dar frutos abundantes. Aclamemos con el canto a Jesús, el buen sembrador de la Palabra que la sembrará ahora en nuestros corazones. Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,1-23 Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.» Palabra del Señor. Meditación El tercero de los tres libros de los escritos de Isaías, llamado el Libro de la Consolación, nos presenta hoy la manera eficaz del obrar y accionar de Dios a través de su palabra. Nos dice Isaías que la lluvia es capaz de hacer fecundo hasta los lugares más duros y áridos dando de la tierra mediante el agua que llega desde el cielo y que fue recibido desde la tierra. Es el ciclo del dar y recibir que fertiliza el campo para que pueda ser cultivada. Así es la palabra de Dios cuyo propósito es la de hacer fértil el campo para el cultivo. La palabra comunicada por Dios se dirige a los “terrenos cultivados” que son las personas dispuestas a abrir la mente y el corazón a los efectos de vida que trae el mensaje. Esta palabra transmitida por tantos profetas y discípulos motiva hoy a dejar que la tierra de nuestra vida sea lugar donde repose y crezca el mensaje transformador de la vida. De algo estamos seguros: la calidad de la semilla – de la palabra – siempre es de primera y eso será así siempre. La pregunta entonces es la siguiente: ¿y cuál es la calidad del terreno? El sembrador lanza su semilla de excelente calidad y con toda generosidad para que sea cultivada desde la esperanza y la fe en que va a crecer. El sembrador nunca duda de las semillas, no ahorra esfuerzos en lanzar lo mejor de sí, tiene paciencia para dejar que germine, se interesa por el receptor pero no puede hacer lo más importante: responder por el terreno. El éxito, por tanto, no radica en la semilla que siempre es buena, sino más bien en el terreno quien es responsable de dar respuesta. Pues bien, la disposición del terreno hace referencia a nuestras actitudes. Algunos nos dejamos cultivar y nos ofrecemos para que pueda crecer el mensaje y transformarnos. Otros, en cambio, nos hacemos duros,

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nos descuidamos, nos mostramos superficiales o hasta negligentes. Pero todos somos parte de la misma parcela y, por tanto, difícil es el justificarnos por tan poca acogida y respuesta a la semilla- a la palabra. Nuestra comunidad, la parcela, la componen muchos terrenos- personascada una con diferentes actitudes, sueños, proyectos e historias. Cada uno da su propia respuesta a “la semilla” sin ser forzados por el sembrador, por Dios. El que deja que la palabra crezca dentro del corazón fomenta nuevas relaciones humanas donde el amor, la solidaridad, la justicia, el bien común y el servicio generoso y desinteresado a los excluidos y pobres se hace parte de la historia de cada uno. Así como Jesús y Pablo en la Carta a los Romanos, hoy se nos pone a reflexionar sobre la creación, el terreno fértil que Dios ha dado al ser humano en la historia (Gn. 2, 4-25) y se nos motiva a aguardar la realización de la obra de Cristo en toda la humanidad. El sembrador nos propone a abrirnos con esperanza al futuro para que las parcelas con sus diferentes terrenos den frutos de justicia y amor solidario y no de guerra y muerte. El terreno lo tienes tú, la semilla es de excelente calidad…entonces, ¿qué harás tú con la semilla? Oración de los Fieles El que preside: Con toda confianza nos dirigimos al Padre diciéndole: Padre, que seamos tierra buena para tu Palabra. • Ilumina con tu gracia al Papa Francisco, a nuestros obispos, y presbíteros y a todos los que trabajan por tu Reino, para que llenos de Ti continúen regando la semilla del Evangelio por el mundo entero. Oremos. • Te pedimos Señor que tu Palabra llegue a los que gobiernan las naciones, para que colaboren con la plena manifestación de los hijos, destierren la corrupción de sus gobiernos y faciliten la transformación de sus pueblos. Oremos. • Por todos los que sufren y son más pobres que nosotros, para que abriéndose a la Palabra del Señor encuentren fuerza y transformen su dolor en camino de salvación. Oremos. • Por todos nosotros tu pueblo fiel, para que seamos siempre tierra buena en la que la Palabra dé muchos frutos buenos para gloria de Dios y bien para todo el pueblo. Oremos. • Por los que tienen hambre y sed de la palabra de Dios, para que el Señor haga surgir vocaciones de hombres y mujeres comprometidos, enamorados de su proyecto del Reino y que se atrevan a ser testigos de la verdad en todos los ambientes. Oremos. El que preside: Escucha Padre nuestras oraciones y haz que tengamos tu fuerza para tomar parte de los duros trabajos del anuncio y realización de tu Reino. Por Jesucristo nuestro Señor. Oración sobre las ofrendas Mira, Señor, los dones de tu Iglesia en oración, y concede a los que van a recibirlos crecer continuamente en santidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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Oración después de la comunión Alimentados con esta eucaristía, te pedimos, Señor, que cuantas veces celebramos este sacramento se acreciente en nosotros el fruto de la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 17 Lunes

Feria Verde

Lectura del Libro del Éxodo 1, 8-14.22 En aquellos días, subió al trono en Egipto un Faraón nuevo, que no había conocido a José, y dijo a su pueblo: «Miren, el pueblo de Israel está siendo más numeroso y fuerte que nosotros; vamos a vencerlo con astucia, pues si no, cuando se declare la guerra, se aliará con el enemigo, nos atacará, y después se marchará de nuestra tierra.» Así, pues, nombraron capataces que los oprimieron con cargas, en la construcción de las ciudades granero, Pitom y Ramsés. Pero, cuanto más los oprimían, ellos crecían y se propagaban más. Hartos de los israelitas, los egipcios les impusieron trabajos crueles, y les amargaron la vida con dura esclavitud: el trabajo del barro, de los ladrillos, y toda clase de trabajos del campo; les imponían trabajos crueles. Entonces el Faraón ordenó a toda su gente: «Cuando nazca un niño, échenlo al Nilo; si es niña, déjenla con vida.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 123,1-3.4-6.7-8 R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte –que lo diga Israel–, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. R/. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó en presa a sus dientes. R/. Hemos salvado la vida, como un pájaro de la trampa del cazador; la trampa se rompió, y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10, 34-42; 11,1 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No piensen que he venido a la tierra a sembrar paz; no he venido a sembrar paz, sino espadas. He venido a enemistar al hombre con su padre, a la hija con su madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de su propia casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de

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profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, se lo aseguro.» Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Palabra del Señor. Meditación El Libro del Éxodo o salida del Pueblo elegido por Dios de Egipto, nos presenta como en aquellos tiempos, al igual que en nuestros días, los “poderosos” usan de manera deliberada y con fines impuros, el control de la natalidad para mantener el poder. La envidia, el ansia de tener, el poder llevado desde la corrupción siempre ha existido. Sin embargo, somos testigos de cómo el Señor obrando hacia el bien, saca su Pueblo de Egipto donde los tenían esclavizados. Dios convierta a un grupo de esclavos en una nación numerosa, haciendo cumplir en ellos la promesa dada a Abraham de que su descendencia sería tan grande como las estrellas del Cielo o la arena del Mar. Vivimos en una sociedad que parece “adorar” el dinero y que tiene como punto de referencia al dios-dinero como símbolo del éxito. La explotación del hombre, la acumulación de bienes materiales por unos poco a costa de la gran mayoría, los chantajes, la corrupción parecen ser temas comunes y recurrentes en los titulares de los periódicos. Al igual que en la primera lectura de hoy parece que algunos pocos desean ahogar el futuro del Reino en nuestro paraíso terrestre: la República Dominicana. Jesús, sin embargo, nos interpela y ofrece el sentido de la paz y lo que significa su llegada a la tierra la cual trae contradicciones entre seres queridos. Es una llegada que lucha por la justicia y esto tiene como consecuencia el rechazo- hasta de personas cercanas. Pero Él nos asegura que solo quien lo ame a Él más que a nadie en este mundo y cargue con su cruz y lo siga, podrá habitar con El en la casa del Padre. Su mensaje nos recuerda que quien da recibirá en su justa medida porque dando es cuando más recibimos y amando es cuando somos amados. ¿Quieres recibir? ¿Quieres paz? ¿Quieres un mundo mejor para ti, los tuyos y los hijos de los tuyos? Pues recuerda que quien intente salvar su vida pensando en los bienes terrenales la perderá y quien la pierda por Él la salvará. El mensaje de hoy es de paz, de transformación de nuestra manera de pensar y nos motiva a asumir nuestra misión personal y comunitaria cargando nuestra cruz y dando la vida por el Evangelio de Cristo. No existe otra manera de cambiar nuestro mundo y gozar de Reino sino a través de una entrega total al mensaje siempre fiel del Dios de Jesús quien desea la justicia y el gozo de los suyos en este país nuestro y en el cielo.

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18 Martes

Feria Verde

Lectura del Libro del Éxodo 2, 1-15 En aquellos días, un hombre de la tribu de Leví se casó con una mujer de la misma tribu; ella concibió y dio a luz un niño. Viendo qué hermoso era, lo tuvo escondido tres meses. No pudiendo tenerlo escondido por más tiempo, tomó una cesta de mimbre, la embadurnó de barro y pez, colocó en ella a la criatura, y la depositó entre los juncos, junto a la orilla del Nilo. Una hermana del niño observaba a distancia para ver en qué paraba. La hija del Faraón bajó a bañarse en el Nilo, mientras sus criadas la seguían por la orilla. Al descubrir la cesta entre los juncos, mandó a la criada a recogerla. La abrió, miró dentro, y encontró un niño llorando. Conmovida, comentó: «Es un niño de los hebreos.» Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del Faraón: «¿Quieres que vaya a buscarle una nodriza hebrea que críe al niño?» Respondió la hija del Faraón: «Anda.» La muchacha fue y llamó a la madre del niño. La hija del Faraón le dijo: «Llévate al niño y críamelo, y yo te pagaré.» La mujer tomó al niño y lo crió. Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del Faraón, que lo adoptó como hijo y lo llamó Moisés, diciendo: «Lo he sacado del agua.» Pasaron los años, Moisés creció, fue adonde estaban sus hermanos, y los encontró transportando cargas. Y vio cómo un egipcio maltrataba a un hebreo, uno de sus hermanos. Miró a un lado y a otro, y, viendo que no había nadie, mató al egipcio y lo enterró en la arena. Al día siguiente, salió y encontró a dos hebreos riñendo, y dijo al culpable: «¿Por qué golpeas a tu compañero?» Él le contestó: «¿Quién te ha nombrado jefe y juez nuestro? ¿Es que pretendes matarme como mataste al egipcio?» Moisés se asustó pensando: «La cosa se ha sabido.» Cuando el Faraón se enteró del hecho, buscó a Moisés para darle muerte; pero Moisés huyó del Faraón y se refugió en el país de Madián. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 68,3.14.30-31.33-34 R/. Humildes, busquen al Señor, y revivirá su corazón Me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie; he entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente. R/. Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día de tu favor; que me escuche tu gran bondad, que tu fidelidad me ayude. R/. Yo soy un pobre malherido; Dios mío, tu salvación me levante. Alabaré el nombre de Dios con cantos, proclamaré su grandeza con acción de gracias. R/. Mírenlo, los humildes, y alégrense, busquen al Señor, y revivirá su corazón. Que el Señor escucha a sus pobres, no desprecia a sus cautivos. R/. . Lectura del Santo Evangelio según San Evangelio Mateo 11, 20-24 En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti,

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

Corozaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en ustedes, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Les digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a ustedes. Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Les digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti.» Palabra del Señor. Meditación Jesús, que había crecido en Galilea, se lamenta amargamente de la incredulidad dé algunas poblaciones de esa región. Él había intentado abrir el corazón de esa gente no sólo con su predicación, sino también con muchos milagros, ya que en esas poblaciones “había hecho la mayoría de sus milagros, pero no se arrepintieron” (v. 20). Y Jesús quiere hacerles notar que su incredulidad e indiferencia es peor que la de Tiro, Sidón y Sodoma. ¿A qué se debe esta comparación? Tiro y Sidón eran centros de comercio. Desde allí salían naves que surcaban todo el Mediterráneo y allí llegaba gran cantidad de productos que se comerciaban en Oriente. Representaban un poder comercial y, con él, la adoración a los bienes materiales. Se entendía entonces que Tiro y Sidón no eran el ambiente adecuado para el florecimiento de profundas actitudes religiosas, para la conversión del corazón. Sodoma era una ciudad que simbolizaba el pecado, una depravación moral que finalmente la llevó a la ruina (Gn 19). Sin embargo, Jesús se dirige a las poblaciones de Galilea que no se convertían para hacerles notar que no tienen nada que criticar a Tiro, Sidón o Sodoma, porque la dureza del corazón de ellos era superior a la de esas ciudades. Si esas ciudades hubieran presenciado los prodigios de Jesús, se habrían convertido rápidamente. La mención de la penitencia con sayal y ceniza recuerda la conversión de Nínive por la predicación de Jonás. Ante este texto cabe que nos preguntemos si todo lo que hemos recibido del Señor, todo lo que él nos ha manifestado, todos los regalos de su amor, no exigirían una mayor entrega de nuestras vidas, una conversión más profunda de nuestro corazón. En todo caso, no deberíamos escandalizarnos ante la incredulidad de otros, que quizás no han recibido del Señor tantos regalos como los que Dios y la vida nos han regalado a nosotros. Que Dios nuestro Señor, sea siempre prioridad en nuestras vidas. ¡Bendecido Martes! 19 Miércoles

Feria Verde

Lectura del Libro del Éxodo 3, 1-6.9-12 En aquellos días, Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desierto hasta

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llegar a Horeb, el monte de Dios. El ángel del Señor se le apareció en una llamarada entre las zarzas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: «Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver cómo es que no se quema la zarza.» Viendo el Señor que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza: «Moisés, Moisés.» Respondió él: «Aquí estoy.» Dijo Dios: «No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el sitio que pisas es terreno sagrado.» Y añadió: «Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob.» Moisés se tapó la cara, temeroso de ver a Dios. El Señor le dijo: «El clamor de los israelitas ha llegado a mí, y he visto cómo los tiranizan los egipcios. Y ahora marcha, te envío al Faraón para que saques a mi pueblo, a los israelitas.» Moisés replicó a Dios: «¿Quién soy yo para acudir al Faraón o para sacar a los israelitas de Egipto?» Respondió Dios: «Yo estoy contigo; y ésta es la señal de que yo te envío: cuando saques al pueblo de Egipto, darán culto a Dios en esta montaña.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 102, 1-2.3-4.6-7 R/ “El Señor es compasivo y misericordioso.” Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/. Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R/. El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11, 25-27 En aquel tiempo, Jesús exclamó: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Si Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar». Palabra del Señor. Meditación El motivo del agradecimiento de Jesús es muy particular. Jesús se alegraba contemplando cómo los más pequeños y sencillos recibían la buena noticia y captaban los misterios más profundos del amor de Dios. Y Jesús se goza porque es su Padre amado el que manifiesta a los sencillos las cosas que permanecen ocultas para los sabios de este mundo. Toda la palabra de Dios es también un testimonio permanente de esta predilección del Padre y de Jesús por los pequeños, los olvidados, los despreciados de la sociedad, pero que albergan en su sencillez un tesoro Divino de sabiduría que el Padre les revela.

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

Jesús es el instrumento de esta revelación porque sólo él conoce íntimamente al Padre y puede revelar sus misterios. Hoy se nos habla de la maravillosa intimidad que había, y hay, entre Jesús y el Padre. Por esa relación única existente entre ellos, sólo Jesús nos puede revelar al Padre para que podamos conocer su verdadero rostro y participar de esa intimidad preciosa. De hecho, si estamos atentos a la predicación de Jesús, veremos que su preocupación era que el Padre fuera amado y obedecido. Y por eso mismo, cuando quiso enseñarnos a orar nos dijo que debemos decir “Padre nuestro…” Que Dios nuestro Señor, sea siempre prioridad en nuestras vidas. ¡Bendecido Miércoles! 20 Jueves

Feria o Memoria Libre: San Apolinar, Obispo y Mártir Verde o Rojo

Lectura del Libro del Éxodo 3, 13-20 En aquellos días, Moisés, después de oír la voz del Señor desde la zarza ardiendo, le replicó: «Mira, yo iré a los israelitas y les diré: “El Dios de sus padres me ha enviado a ustedes.” Si ellos me preguntan cómo se llama, ¿qué les respondo?» Dios dijo a Moisés: «“Soy el que soy”; esto dirás a los israelitas: “Yo-soy me envía a ustedes.”» Dios añadió: «Esto dirás a los israelitas: “Yahvé (Él-es), Dios de sus padres, Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamarán de generación en generación.” Vete, reúne a los ancianos de Israel y diles: “El Señor, Dios de sus padres, de Abrahán, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido y me ha dicho: ‘Los tengo presentes y veo cómo los tratan los egipcios. He decidido sacarlos de la opresión egipcia y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, fereceos, heveos y jebuseos, a una tierra que mana leche y miel’.” Ellos te harán caso, y tú, con los ancianos de Israel, te presentarás al rey de Egipto y le dirás: “El Señor Dios de los hebreos nos ha encontrado, y nosotros tenemos que hacer un viaje de tres jornadas por el desierto para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios.” Yo sé que el rey de Egipto no los dejará marchar si no es a la fuerza; pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces los dejará marchar.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 104, 1.5.8-9.24-25.26-27 R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente Den gracias al Señor, invoquen su nombre, den a conocer sus hazañas a los pueblos. Recuerden las maravillas que hizo, sus prodigios, las sentencias de su boca. R/. Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R/.

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Dios hizo a su pueblo muy fecundo, más poderoso que sus enemigos. A éstos les cambió el corazón para que odiasen a su pueblo, y usaran malas artes con sus siervos. R/. Pero envió a Moisés, su siervo, y a Aarón, su escogido, que hicieron contra ellos sus signos, prodigios en la tierra de Cam. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 11, 28-30 En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán su descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» Palabra del Señor. Meditación Hoy, Jesús me lleva a pensar en lo difícil que fue su vida sobre la tierra, pues en su condición humana padeció hambre, frío, cansancio, desprecio, insultos, murmuraciones y el dolor de la cruz. Y a pesar de todo, Él siempre permaneció fiel y con un corazón humilde. Hay veces en que es tanto lo que traemos cargando, ya sea por nuestra culpa o por las circunstancias, que nos olvidamos que Jesús siempre está junto a nosotros, dándonos la opción de acercarnos a Él para aligerar nuestra carga, por muy pesada que esta sea. Darle nuestra carga a Dios no significa que le dejemos toda la responsabilidad a Él, por eso dice: “aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón.” Para despojarnos de las cargas, necesitamos tener una actitud correcta como la tuvo siempre nuestro Señor. Darle la carga implica un cambio de actitud donde nos levantemos de la cama, aunque mi deseo es el de seguir acostado. Darle la carga significa saberme amado, acompañado y fortalecido por su palabra que nunca cambia. Mi actitud- esa manera de estar dispuesto a comportarse u obrar – que en clave cristiana implica un actuar desde la esperanza- nos debe motivar a pensarnos amados y comprendidos por un Dios-caminante que viaja con nosotros. Finalmente nos dice Jesús: “Mi yugo es suave y mi carga ligera”. Cuando en verdad conocemos a Dios no es difícil obedecerlo, pues lo hacemos por amor y podemos dejarle a Él nuestras cargas y tomar nosotros la carga ligera de cumplir con su palabra porque “a los que amamos a Dios todo nos ayuda a bien”. Si quieres alivio, confía y ámalo más. Si quieres descanso, pues escucha, sigue y piénsate hijo, profeta, sacerdote y rey. Si quieres alivio, cambia tus pensamientos catastróficos y negativos sustituyéndolos por los pensamientos de vida eterna que nos regala Jesús. Cambia tus pensamientos limitantes por los de Dios y mágicamente, te digo sin dudas alguna, la carga se hará muchísimo más ligera sin dejar de ser carga. Los verdaderos apóstoles son aquellos que han logrado transformarse en Cristo y no hay mejor camino de identificación con Él que el de cumplir por encima de todo la voluntad de Dios. Trabaja hoy para que tu corazón sea humilde y puedas volverte digno de tomar el yugo que la vida nos ofrece.

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

Feria o Memoria Libre: San Lorenzo de Brindis, Presbítero y Doctor de la Iglesia Viernes Verde o Blanco 10º Aniversario del fallecimiento de Mons. Juan Félix Pepén Solimán, Obispo Auxiliar Emérito de Santo Domingo 25º Aniversario del fallecimiento de Monseñor Tomas Reilly, CSSR, Obispo Emérito de San Juan de la Maguana

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Lectura del Libro del Éxodo 11, 10- 12, 14 En aquellos días, Moisés y Aarón hicieron muchos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio. Dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: «Este mes será para ustedes el principal de los meses; será para ustedes el primer mes del año. Digan a toda la asamblea de Israel: “El diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo. Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito. Lo guardarán hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomarán la sangre y rociarán las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayan comido. Esa noche comerán la carne, asada a fuego, comerán panes sin fermentar y verduras amargas. No comerán de ella nada crudo ni cocido en agua, sino asado a fuego: con cabeza, patas y entrañas. No dejarán restos para la mañana siguiente; y, si sobra algo, lo quemarán. Y lo comerán así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y se lo comerán a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor. Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor. La sangre será su señal en las casas donde estén; cuando vea la sangre, pasaré de largo; no les tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a Egipto. Este día será para ustedes memorable, en él celebrarán la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones.”» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 115 12-13.15-16be.17-18 R/. Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Siervo tuyo soy, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. R/. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/. Lectura del Santo Evangelio según Mateo 12, 1-8 Un sábado de aquéllos, Jesús atravesaba un sembrado; los discípulos, que tenían hambre, empezaron a arrancar espigas y a comérselas. Los fariseos, al verlo, le dijeron: «Mira, tus discípulos están haciendo una cosa que no está permitida en sábado.»

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Les replicó: «¿No han leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y comieron de los panes presentados, cosa que no les estaba permitida ni a él ni a sus compañeros, sino sólo a los sacerdotes. ¿Y no han leído en la Ley que los sacerdotes pueden violar el sábado en el templo sin incurrir en culpa? Pues les digo que aquí hay uno que es más que el templo. Si comprendieran lo que significa “quiero misericordia y no sacrificio”, no condenarían a los que no tienen culpa. Porque el Hijo del hombre es señor del sábado.» Palabra del Señor. Meditación Aprovecha Jesús su enfrentamiento con los fariseos para una reflexión que iba a preocupar mucho a las primeras comunidades cristianas: la relación entre las normas religiosas (de culto) y la vida. Alrededor del sábado se daban infinidad de normas reguladoras para asegurar el cumplimiento de esta institución sabática. Escribas y fariseos llegaron a distinguir TREINTA Y NUEVE (39) clases de trabajos para poder aclarar el significado de la Ley. En el caso, que se nos presenta hoy, de arrancar las espigas por parte de los discípulos en sábado, para los escribas y fariseos habían quebrantado la Ley del Sábado 4 veces: 1. Arrancar las espigas equivalía a “cosechar” (lo que estaba prohibido). 2. Frotar las espigas con las ramas equivalía a “trillar” (también prohibido). 3. Tirar la cáscara equivalía a “aventar” (prohibido igualmente). 4. Preparar las espigas para comerlas equivalía a “preparar una comida” (prohibido). Para responder a esta condena de sus enemigos, les recuerda Jesús cómo David (aun transgrediendo la Ley) ante un hambre que no perdona, comieron él y los suyos los panes de la ofrenda, que estaban reservados sólo para los sacerdotes. David era el rey santo para los judíos. Y Dios no les envió ningún castigo por ello y por eso calmaron el hambre y pudieron seguir adelante. Lo primero, dice Jesús, es el ser humano, la persona, y hay que responder a sus necesidades remediándolas. Por encima del culto y de la Ley, ya que ni los lugares ni las cosas se pueden colocar por encima de la vida; su razón de existir está en función de servir y mejorar la vida y no de disminuirla u oprimirla. Nada, por tanto, debe ser absolutizado. Lo que se absolutiza produce muerte. Y nadie se hace más bueno o más malo sólo por cumplir las prescripciones religiosas. Por todo ello, la actitud de Jesús con la gente sencilla es de misericordia, superior a todos los conflictos. El culto a Dios sólo puede brotar de la misericordia y del sentimiento de ayuda al otro. Sólo así llegaremos a ser libres y señores sobre el Culto y la Ley, pues la medida del cristiano es su capacidad de misericordia y justicia con los demás. Por consiguiente, el culto a Dios (la auténtica liturgia cristiana, que es la Eucaristía) se ratifica en la solidaridad, es decir, en el amor y en la entrega a los demás. Vivamos hoy en clave de solidaridad sin ser jueces de los demás.

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

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Fiesta: Santa María Magdalena

Sábado Blanco 39º Aniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Diómedes Espinal de León, Obispo de Mao-Montecristi Lectura del libro del Cantar de los Cantares 3,1-4a Así dice la esposa: «En mi cama, por la noche, buscaba al amor de mi alma: lo busqué y no lo encontré. Me levanté y recorrí la ciudad por las calles y las plazas, buscando al amor de mi alma; lo busqué y no lo encontré. Me han encontrado los guardias que rondan por la ciudad: “¿Viste al amor de mi alma?” Pero, apenas los pasé, encontré al amor de mi alma.» Palabra de Dios. O bien: 2 Cor 5,14-17 Salmo Responsorial: 62,2.3-4.5-6.8-9 R/. Mi alma está sedienta de ti, mi Dios Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua. R/. ¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida, te alabarán mis labios. R/. Toda mi vida te bendeciré y alzaré las manos invocándote. Me saciaré como de enjundia y de manteca, y mis labios te alabarán jubilosos. R/. Porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo; mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene. R/. Lectura del Santo Evangelio según san Juan 20,1.11-18 El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.» Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.» Jesús le dice: «¡María!» Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa: «¡Maestro!» Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: “Subo al Padre mío y Padre de ustedes, al Dios mío y Dios de ustedes.”» María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto.» Palabra del Señor. Meditación Muchas veces somos protagonistas de episodios muy similares al de María Magdalena en el Evangelio de San Juan. Vamos caminando por

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la vida buscando al Señor por todas partes. Nuestra alma sedienta se entristece y languidece cuando no podemos encontrarle. A menudo en ese camino el Señor se presenta ante nosotros, pero no le reconocemos y seguimos de largo, porque nuestra mirada está puesta en otros señores: relación de pareja, reconocimiento de los demás, trabajo, títulos académicos, pasatiempos, dinero, posesiones materiales, entre otros. Nos esforzamos y gastamos cada día, con la esperanza de que nos den algún sentido de plenitud y felicidad. Estas cosas no son malas en sí mismas. Por el contrario, son fuente de gran bendición en la vida del cristiano. No obstante, cuando toda nuestra vida gira en torno a ellas, es señal de que algo no anda bien en nuestra salud espiritual. Pero aun cuando apartemos nuestra mirada de Él, hay una realidad que no cambia y es consuelo perfecto para nuestra alma: ¡Jesús está vivo! En tus alegrías y en tus penas; en tu salud y en tu enfermedad; en tu prosperidad y en tus problemas económicos; en tus victorias y en tus derrotas; en tus aciertos y desaciertos… ¡Jesús está vivo! Y Él, que está vivo, no se conforma con presentarse ante nosotros, sino que nos llama. A cada uno. De manera individual. A ti… ¡Jesús te llama por tu nombre! Con tus virtudes y tus defectos; con tu historia y tu presente; en tu estado de gracia y de pecado; ¡Jesús te llama por tu nombre! Que en ello encontremos el motivo de la verdadera alegría de nuestra vida: en sabernos amados por el Señor, que nos llama y nos envía en misión a anunciar que él está vivo y que reina por siempre, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. 23

XVI Domingo del Tiempo Ordinario

IV Liturgia de las Horas

Verde

Somos corresponsables de la siembra, crecimiento y realización del Reino Orientaciones para la Celebración: Colocar el lema de este domingo a la entrada del templo y en lugares estratégicos. Ambientar el templo con espigas de trigo y ramas con espinas (trigo y cizaña) o espigas de arroz y de la yerba mala que se le entra. Se puede presentar el trigo bueno que hay ya entre nosotros y la cizaña que está sembrada en nuestras familias, sectores, comunidades y en nuestra sociedad. Presentar semillas, harina y levadura y granos de mostaza. Se puede dramatizar. Monición ambiental: En este Decimosexto Domingo del Tiempo Ordinario el Señor nos reúne en comunidad, para participar de nuestra fiesta de fe y de amor en este mes en que estamos llamados a vivir la

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

corresponsabilidad con el lema “Toma parte en los duros trabajos del Evangelio” (2 Tim 1,8. Jesús nos presenta con hermosas imágenes lo que es el Reino de Dios desde su siembra, crecimiento, desarrollo, sus obstáculos y su capacidad de fermentarlo. Este Reino es la soberanía de Dios aceptada y reconocida en nuestras vidas haciendo su voluntad en todo lo hacemos, decimos, pensamos y sentimos. Y, también, implica ser humanos con los que caen en el mal siendo misericordiosos como El. Dejemos que en esta Celebración el Espíritu Santo ore en nosotros y por nosotros, para que cada vez más seamos parte del Reino y corresponsable con el Señor Jesús, para extenderlo más y más en nuestro alrededor. De pie recibamos cantando al Señor que llega a presidir esta fiesta del Reino a través de su ministro. Oración colecta Muéstrate propicio con tus hijos, Señor, y multiplica sobre ellos los dones de tu gracia, para que, encendidos de fe, esperanza y caridad, perseveren fielmente en el cumplimiento de tu ley. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera Lectura: Sabiduría 12, 13. 16-19 Vivir en el Reino de Dios es disponerse a realizar la voluntad del Dios vivo y soberano de cielo y tierra, que al mismo tiempo es Dios comprensivo y misericordioso con el pecador y volvernos humanos capaces de perdonar al que ha caído. Escuchemos. Lectura del libro de la Sabiduría 12,13.16-19 Fuera de ti, no hay otro dios al cuidado de todo, ante quien tengas que justificar tu sentencia. Tu poder es el principio de la justicia, y tu soberanía universal te hace perdonar a todos. Tú demuestras tu fuerza a los que dudan de tu poder total, y reprimes la audacia de los que no lo conocen. Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres. Obrando así, enseñaste a tu pueblo que el justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 85,5-6.9-10.15-16a R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia, con los que te invocan. Señor, escucha mi oración, atiende la voz de mi súplica. R/. Todos los pueblos vendrán a postrarse en tu presencia, Señor; bendecirán tu nombre: «Grande eres tú, y haces maravillas; tú eres el único Dios.» R/. Pero tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí. R/. Segunda Lectura: Romanos 8,26-27 Pablo nos recuerda que para ser corresponsables en la realización del Reino es necesaria la ayuda del Espíritu Santo que ora e intercede por nosotros. Escuchemos.

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Plan de Pastoral - Julio 2017

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,26-27 Hermanos: El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los santos es según Dios. Palabra de Dios. Aleluya Cf. Mt 11, 25 Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los misterios del reino a la gente sencilla. Evangelio: Mateo 13,24-43 Jesús nos habla en parábolas para explicarnos el Reino de Dios desde su siembra en los corazones y su crecimiento desde la pequeñez de la mostaza, de la harina fermentada y en medio de la cizaña para entusiasmarnos con él y para que nos hagamos corresponsables en su realización aquí en la tierra hasta llegar a su plenitud. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,24-43 En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?” Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho.” Los criados le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y el trigo almacénenlo en mi granero.”» Les propuso esta otra parábola: «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.» Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente.» Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré los secretos desde la fundación del mundo.» Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será el fin del tiempo: el Hijo del

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Toma parte en los duros trabajos del Evangelio

Hombre enviará sus ángeles y arrancarán de su reino a todos los corruptos y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su padre. El que tenga oídos, que oiga.» Palabra del Señor. Meditación En Mateo 22, 39 Jesús nos dice: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Y si cambiáramos la palabra “amarás” por “juzgarás” reformarías el mensaje a: “Juzgarás a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Qué piensas sobre este cambio? En el mensaje de hoy es lo que hacen los trabajadores – criados - al juzgar: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Posiblemente de lo que no nos demos cuenta es que constantemente clasificamos a las personas en dos grupos: los “buenos” y los “malos”. Fray Rubén Villote describe hermosamente lo que es la cizaña y el trigo. El trigo son las personas a las cuales les mostramos estima, respeto y buen trato. Son las personas que queremos o agradan ya que es “bueno” estar con ellas. Les tenemos en alta estima, por tanto. La cizaña son aquellas que no valoramos o no mostramos la misma estima o buena voluntad y, a veces, preferimos no estar con ellas por vergüenza, porque les vemos como “al menos” o porque se les considera “malos”. A éstas tendemos a evitarlas. A veces evitamos la cizaña por estar peleados con ellas- por rabia o ira. La ira es posiblemente uno de las emociones que mal manejadas más nos acercan al pecado como diría el Pastor Billy Graham: “La ira es padre del asesinato. Según Tomás Jefferson, “Cuando estamos molestos cuenta hasta diez antes de hablar. Si estamos muy molestos cuenta hasta cien.” Hoy nos vemos reflejados en aquellos que no saben dejar crecer la cizaña con el trigo. Sin embargo, Jesús nos llama la atención diciéndonos: “Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.” No nos toca ser jueces de las personas sino, más bien, mostrar paciencia genuina sin excepción. La paciencia nos ayuda a ser generosos al responder, suaves en el trato y prestos a comprender. Para no “arrancar” la cizaña cultivemos la compasión mediante el perdón hasta setenta veces siete. Perdona las ofensas de aquellos que consideras cizaña e inicia eliminando, mediante el amor, el sinsabor que a veces crece en tu corazón. Esfuérzate en no eliminar la cizaña que existe en tu vida sino más bien en transformarla pacientemente en trigo. El corazón nunca es totalmente malvado. En cada corazón, hasta en el más “cruel”, siempre crece la semilla del bien. Todos estamos necesitados de limpieza- sin excepción alguna. Todos necesitamos de la misericordia de Dios quien hace salir el sol para los justos como para pecadores. Luchemos por preservar sano el corazón. No des cabida al mal, a la perversión, al egoísmo…al pecado. Ningún corazón es totalmente negro. Dios nos da cada día la oportunidad de hacer germinar el trigo de su amor. Ahora nos toca cuidar la parcela para que todos tengamos las mismas oportunidades- TODOS.

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Oración de los Fieles El que preside: Presentemos con esperanza nuestras oraciones a Dios Padre por intercesión de su hijo Jesucristo. • Por el Papa, obispos y presbíteros, diáconos, consagrados, consagradas y todos los que sirven al Pueblo de Dios para que sean siempre corresponsables de la siembra, crecimiento y realización del Reino entre nosotros. Oremos. • Por los que gobiernan las naciones para que sean corresponsables del Reino de Dios creando condiciones de justicia y de seguridad social de todos los ciudadanos y de manera especial los más pobres. Oremos. • Por los pobres y abandonados que sufren los ataques de la cizaña del mal para que sepan cultivar el trigo de Dios uniéndose y trabajando por el Reino de Dios. Oremos. • Por todos nosotros, que luchamos por el reino de Dios, para que seamos firmes en el servicio a los demás y desde la pequeñez vayamos construyendo el Reino de Dios. Oremos. • Por todos los misioneros y misioneras que siembran el trigo bueno del Reino en nuestra sociedad, para que llenos del Espíritu Santo continúen con entusiasmo y alegría siendo corresponsables del Reino en todo momento y lugar. Oremos. El que preside: Padre, escucha nuestra oración para que llenos de amor a Ti y a tu proyecto del Reino siempre lo vivamos y lo comuniquemos a toda la gente siendo corresponsables contigo, Dios misericordioso y paciente. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Oración sobre las ofrendas Oh Dios, que has llevado a la perfección del sacrificio único los diferentes sacrificios de la antigua alianza, recibe y santifica las ofrendas de tus fieles, como bendijiste la de Abel, para que la oblación que ofrece cada uno de nosotros en honor de tu nombre sirva para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión Muéstrate propicio a tu pueblo, Señor, y a quienes has iniciado en los misterios de tu reino concédenos abandonar el pecado y pasar a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor. 24 Lunes

Feria Verde

Lectura del libro del Éxodo 14,5-18 En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: «¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas.»

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Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos saltan triunfantes. Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Safón. Se acercaba el Faraón, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor. Y dijeron a Moisés: «¿No había sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: “Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto”?» Moisés respondió al pueblo: «No tengan miedo; esten firmes, y verán la victoria que el Señor les va a conceder hoy: esos egipcios que están viendo hoy, no los volverán a ver jamás. El Señor peleará por ustedes; ustedes esperen en silencio.» El Señor dijo a Moisés: «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: Ex 15,1-2.3-4.5-6 R/. Cantemos al Señor: sublime es su victoria Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R/. El Señor es un guerrero, su nombre es «El Señor». Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes. R/. Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible, tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 12,38-42 En aquel tiempo, algunos de los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Maestro, queremos ver un signo tuyo.» Él les contestó: «Esta generación perversa y adúltera exige un signo; pero no se le dará más signo que el del profeta Jonás. Tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre del cetáceo; pues tres días y tres noches estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra. Cuando juzguen a esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que la condenen, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Cuando juzguen a esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que la condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra, para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.» Palabra del Señor.

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Meditación El pueblo de Israel parecía tener problemas de memoria selectiva. Este era el pueblo que llevaba 400 años viviendo en la esclavitud, en Egipto, cuando Dios envía a Moisés a hablar con el faraón y convencerle de permitir al pueblo salir al desierto a rendirle culto (primer signo). Ya estando en camino Dios les guiaba a través de una columna de nube de día (segundo signo) y una columna de fuego en la noche (tercer signo), cuando se presenta la primera dificultad. Acto seguido comienzan a reprochar a Moisés por haberles apartado de la seguridad que les daba la esclavitud. La ingratitud de los Israelitas muestra que no estaban conscientes de quien los había liberado. No fue el Faraón. No fue Moisés. No fue Aarón. ¡Fue el Señor! Constantemente les acompañaba por medio de signos, pero no podían entender. Por eso el Señor consideró necesario manifestar su gloria haciendo galas de su poder para que de una vez por todas reconocieran que Él era el Señor. Lo mismo sucedía en tiempos de Jesús. Los escribas y fariseos pedían un signo para manifestar su fe. Pero ¿qué signos esperaban? ¿Cuáles eran los signos que comúnmente hacía Jesús? Convertía agua en vino, multiplicaba panes y peces, sanaba a los enfermos, resucitaba los muertos, liberaba a los poseídos, etc. Los signos que pedían, no tenían por objetivo verificar si Él era realmente el que había de venir. Simplemente buscaban saciar sus necesidades terrenas, pues para ellos, el Mesías estaba llamado a ser una especie de “resuélvemelo todo”. Pero Jesús les responde de manera desconcertante, haciendo referencia al mayor signo de todos: que, para la redención de nuestros pecados, iba a morir, sería sepultado y resucitaría al tercer día. La Resurrección de Cristo. ¡Esa es la verdadera razón de nuestra fe! Bien lo dijo el apóstol San Pablo en la primera carta a los Corintios «Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación y vana es la fe». Por eso cuando lleguen las dificultades de la vida y nos veamos tentados a pedirle al Señor una señal como muestra de su fidelidad, sigamos el itinerario de Moisés, cuando en momentos de tribulaciones exhortaba al pueblo: no temer, permanecer firmes y esperar en la victoria; victoria que se manifiesta de manera poderosa en nuestras vidas, al son del más contundente grito de guerra: ¡Jesucristo Vive! 25 Martes

Fiesta: Santiago Apóstol Rojo

Lectura del Libro de los Hechos 4, 33; 5, 12.27-33; 12.2 En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio

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del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: ¿No les habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ese? En cambio, han llenado Jerusalén con su enseñanza y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre. Pedro y los apóstoles replicaron: Hay que obedecer a Dios antes que los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes mataron, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da los que le obedecen. Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Palabra de Dios. Salmo responsorial: 66,2-3.5.7-8 R/ “Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben” El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine tu rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R. Lectura de la segunda carta a los Corintios 4, 7-15 Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en ustedes. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: Creí, por eso hablé, también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con ustedes. Todo es para su bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios. Palabra de Dios. Lectura del Santo Evangelio según Mateo 20, 20-28 En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: ¿Qué deseas? Ella contestó: Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Pero Jesús replicó: No sabes lo que pides. ¿Son capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Contestaron: Lo somos. Él les dijo: Mi cáliz lo beberán; pero el puesto a mi derecha o a mi

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izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre. Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: Saben que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Palabra del Señor. Meditación Hoy la Iglesia recuerda el martirio de Santiago, el único que aparece descrito en los Hechos de los Apóstoles y que se corresponde con la primera lectura. Santiago era, junto a Juan, uno de aquellos hijos de la madre que en el evangelio de este día se acerca a Jesús para pedir un puesto preferencial para sus hijos. La naturaleza humana queda expuesta en esta petición de la madre, que aspira a lo máximo para ellos, en su limitada comprensión de lo que Jesús representaba y promovía, y que no era un reino temporal con honores, dignidades y puestos privilegiados, visión que todavía hoy presenta nuestra sociedad. En los asuntos del Reino la dinámica no está basada en la ambición y los privilegios, los que quedan descartados. Viendo el disgusto que esta petición provocó entre los otros discípulos, fruto de la misma incomprensión del Reino, Jesús aprovecha esa oportunidad para una vez más darle un giro distinto a esa aspiración, a ese sentimiento de superioridad, sin humillarlos y ponerlos en contexto con su mensaje y su vida. Solo Dios decide los asientos del Reino, Jesús no se abroga ese poder de asignar puestos, para los cuales ni siquiera el martirio da derecho a ocupar. Nuestra fe y seguimiento a Jesús no nos confiere derecho para “exigir” recompensa o privilegio alguno. El único camino para llegar a esos “asientos”, para ser dignos de recompensa, es ponerse al servicio de los demás, y es precisamente lo que dice Jesús a todos los apóstoles en la segunda parte de la escena que se narra donde Él mismo se presenta como el primer servidor. Santiago el discípulo, hijo del Zebedeo, nunca imaginó que responder a la llamada de Jesús y dedicarse al servicio de la palabra, de la evangelización, tendría su fundamento en vivir la experiencia de la cruz vencida por Cristo, y que de ella brotarían las fuerzas necesarias para enfrentarse hasta la muerte por ser creyente. Y eso no ha cambiado pues en el mundo de hoy muchos experimentan persecuciones y muerte por ser cristianos. Jesús es el siervo que por todos nosotros ha sufrido hasta dar la vida. Solo mirando la misión de Jesús, en su entrega por nosotros con un amor que no se para ante la muerte de cruz, se entiende que la ambición religiosa es lo más alejado al evangelio. Como Santiago, que se hizo merecedor de un asiento en el Reino, no por el pedido de su madre, sino por el servicio fiel, así también nosotros

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hoy estamos llamados ser parte de una Iglesia que siendo cada vez más servidora es creyente. El servicio al que como Iglesia estamos llamados, tiene un modelo muy claro: Jesús. Solo así alcanzaremos la herencia que Él mismo nos ha prometido. 26

Memoria Obligatoria: San Joaquín y Santa Ana, Padres de la Virgen María

Miércoles

Blanco

Lectura del Libro del Éxodo 16, 1-5.9-15 Toda la comunidad de Israel partió de Elim y llegó al desierto de Sin, entre Elim y Sinaí, el día quince del segundo mes después de salir de Egipto. La comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto diciendo: «¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos alrededor de la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos han sacado a este desierto para matar de hambre a toda la comunidad.» El Señor dijo a Moisés: «Yo haré llover pan del cielo; que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba, a ver si guarda mi ley o no. el día sexto prepararán lo que hayan recogido, y será el doble de lo que recojan a diario.» Moisés dijo a Aarón: «Di a la comunidad de los israelitas: “Acérquense al Señor, que ha escuchado sus murmuraciones”.» Mientras Aarón hablaba a la asamblea, ellos se volvieron hacia el desierto y vieron la gloria del Señor que aparecía en una nube. El Señor dijo a Moisés: «He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles de mi parte: “Al atardecer comerán carne, por la mañana se hartarán de pan, para que sepan que yo soy el Señor, su Dios “.» Por la tarde una bandada de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana había una capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas se dijeron: «¿Qué es esto?» Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: «Es el pan que el Señor les da de comer.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 77,18-19.23-24.25-26.27-28 R./ El Señor les dio pan del cielo Tentaron a Dios en sus corazones, pidiendo una comida a su gusto; hablaron contra Dios: «¿Podrá Dios preparar una mesa en el desierto?» R./ Pero dio orden a las altas nubes, abrió las compuertas del cielo: hizo llover sobre ellos maná, les dio un trigo celeste. R./ Y el hombre comió pan de ángeles, les mandó provisiones hasta la hartura. Hizo soplar desde el cielo el Levante, y dirigió con su fuerza el viento sur. R./ Hizo llover carne como una polvareda, y volátiles como arena del mar; los hizo caer en mitad del campamento, alrededor de sus tiendas. R./

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,1-9 Aquel día salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Acudió tanta gente, que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol. se abrasó, y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos ciento, otros sesenta, otros treinta. El que tenga oídos, que oiga.» Palabra del Señor. Meditación Se recuerda hoy a San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María, quienes resultan ser un referente para comprender la necesidad de un entorno familiar que promueva el conocimiento de Dios y el crecimiento en valores. Mirando a María no podemos dejar de ver la labor que, como en toda familia tuvieron que hacer sus padres en su crianza. Esta mirada hacia María nos descubre lo que tuvieron que haber realizado sus padres durante su crecimiento, quienes quizás sentían la certeza de que, en esa niña, llena de dones humanos y sobrenaturales, Dios tenía reservado algo grande. No sabemos cómo incidieron los padres de María en todo el Plan de Dios, pero es claro que ellos fueron instrumentos para preparar el alma de esa hija suya para que pudiera estar disponible a Dios y a sus planes. La fortaleza de María tuvo que haber bebido de la fortaleza y entrega de unos padres deseosos de respetar la voluntad Dios sobre ella. San Joaquín y Santa Ana se presentan como un referente para los padres. También hoy encontramos una de las parábolas de Jesús con una multiplicidad de elementos: el sembrador, los oyentes y la palabra (la tierra y la semilla), los que cosechan. Sabemos que el sembrador natural es Cristo, pero también los somos nosotros portadores de su palabra y de sus enseñanzas. El trabajo del sembrador siempre es abundante, sin medida, sin distinciones. Es un trabajo que, a nosotros mismos, mirando esta sociedad, a veces nos parece inútil, que no dará frutos, y más en una sociedad que se presenta con un desprecio o indiferencia a las cosas de Dios. A nosotros también nos llega el desánimo en el trabajo por el Reino, y nos quejamos como los Israelitas en la primera lectura, porque no vemos los resultados que esperamos y con la rapidez que quisiéramos. Pero el fracaso es aparente y el mismo Jesús nos dice que llegarán los frutos en abundancia. La hora de Dios llegará con una cosecha abundante, no la fijamos nosotros a nuestra conveniencia. Mientras tanto, nos corresponde comprender que no podemos hacer los cálculos del éxito o del fracaso de la siembra, que tampoco podemos ser selectivos del terreno o a dónde

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tirar las semillas, ni decidir en unos “sí” y otros “no”. Lo importante es nuestra apertura y sensibilidad a los valores del Reino y fortalecer nuestra disposición interior y personal para que la palabra escuchada sea entendida y crezca. Es de eso que se nos pedirá cuentas, porque el resto lo hace Dios. Hoy San Joaquín y Santa Ana sembraron en la tierra fértil del corazón de María. Sembraron dentro de la familia y todos los frutos los estamos disfrutando nosotros. Sembremos de igual modo en el seno de nuestras familias para que nuestras comunidades también coman del fruto de la buena enseñanza y educación del hogar. ¡A sembrar! 27 Jueves

Feria Verde

Lectura del Libro del Éxodo 19, 1-2. 9-11. 16-20 Aquel día, a los tres meses de salir de Egipto, los israelitas llegaron al desierto de Sinaí: saliendo de Rafidín, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon allí, frente al monte. El Señor dijo a Moisés: «Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo, y te crea en adelante.» Moisés comunicó al Señor lo que el pueblo había dicho. Y el Señor le dijo: «Vuelve a tu pueblo, purifícalos hoy y mañana, que se laven la ropa y estén preparados para pasado mañana; pues el Señor bajará al monte Sinaí a la vista del pueblo.» Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar. Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña. Palabra de Dios. Interleccional: Daniel 3, 52.53.54.55.56 R/. A ti gloria y alabanza por los siglos Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre, santo y glorioso. R/. Bendito eres en el templo de tu santa gloria. R/. Bendito eres sobre el trono de tu reino. R/. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos. R/. Bendito eres en la bóveda del cielo. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 10-17 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?» Él les respondió: «A ustedes se les

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ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no. Porque al que tiene se le dará más y tendrá de sobra, y al que no tiene, se lo quitará hasta lo que tiene. Por eso, les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías que dice: “Oirán con los oídos sin entender; mirarán con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure.” ¡Dichosos sus ojos, porque ven, y sus oídos, porque oyen! Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no lo vieron, y oír lo que oyen y no lo oyeron.» Palabra del Señor. Meditación A Jesús le encantaba hablar a través de cuentos. Contar historias en donde todos los que lo escuchaban se sintieran identificados. A los niños por ejemplo les fascinan las parábolas, los cuentos, ellos se emocionan cuando una historia comienza y prestan toda su atención a quien la cuenta. Jesús quería que a través de parábolas aprendiéramos sobre el Reino de los Cielos, el servicio y la caridad. Nos habla con las mismas realidades de nuestra vida diaria y se identifica con nosotros. Muestra un Dios que nos ama y se involucra en nuestra vida. No un Dios que está sentado dando órdenes y mostrándose enojando condenando como un juez. ¡NO! Jesús se muestra una persona cercana, que llora con el que sufre, que está cerca del enfermo, que se alegra de nuestros logros. Nos muestra un Dios comprometido, pero también que nos hace comprometernos en su misión. Jesús con sus parábolas nos acerca a Dios y ya no lo vemos como alguien difícil de entender, ni como una persona lejana y desconocida, sino que muestra el camino para un encuentro con un Dios que nos ama y nos cambia la vida por completo. Así también lo presenta el redactor del pasaje del Éxodo: «Voy a acercarme a ti en una nube espesa, para que el pueblo pueda escuchar lo que te digo y tenga siempre fe en ti». Dios no dejó solo a Moisés. ¿Cómo podrá dejarte solo a ti, que eres también su hijo? En el evangelio Jesús dice “Al que tiene se le dará de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene” Al leer este pasaje sorprende y hasta nos pone a pensar ¿qué clase de Dios es éste? Pero esto más bien quiere expresar la capacidad que tienen algunos de recibir, entender el mensaje de Jesús y aplicarlo, así como existen otras personas que no les interesa entenderlo ni escucharlo. Estas lecturas son una invitación a usar tus ojos y tus oídos para escuchar atentamente la palabra de Dios y ponerla en práctica, para saber que eres amado por él y que él te acompaña todos los días. Tal vez has escuchado muchas veces estas lecturas, pero hoy Dios te invita a abrir bien tus oídos y prestar atención a su mensaje y orar por aquél que todavía no ha logrado escucharle.

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Feria

Viernes Verde 5º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Fausto Ramón Mejía Vallejo, Obispo de San Francisco de Macorís Lectura del Libro del Éxodo 20,1-17 En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí. No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificado. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él.» Palabra de Dios Salmo responsorial: 18,8.9.10.11 R/ “Señor, tú tienes palabras de vida eterna” La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R/. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/. Más preciosos que el oro, más que el oro fino; más dulces que la miel de un panal que destila. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13,18-23 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Ustedes han oído lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la

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palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.». Palabra del Señor. Meditación Jesús hoy nos habla del corazón. ¿Qué clase de corazón tenemos? ¿Un corazón duro en donde somos incapaces de acoger la palabra como se debe, ya que nuestros terrenos son como un camino, uno pedregoso o lleno de espinas? O al contrario, ¿tenemos el mejor terreno para la siembra? Para entender sobre la comparación de Jesús tenemos que dar un viaje a Palestina. Los campos de los cuales habla Jesús eran cruzados por senderos pisoteados por peatones, y en donde por lo regular se tropieza con rocas. En donde tal vez sería muy complicado que crecieran las semillas sembradas, de regarse ahí. Pero ¿qué tipo de hombres y mujeres somos: ¿los de corazón- camino, corazón- pedregal o corazónespinas? Nos podemos preguntar ¿Qué hemos hecho nosotros con la palabra de Dios? ¿Cómo es que escuchamos las palabras proclamadas, predicadas e indicadas para nuestro corazón en el templo, pero cuando salimos de la iglesia éstas desaparecen? ¿Cómo es que nos sentimos amados y protegidos al escuchar su palabra y al menor problema cambiamos de parecer? La palabra de Dios es creadora; Dios ha creado al mundo con la palabra. “Y dijo Dios: Hágase la luz…” La palabra de Dios es salvadora al enviarnos a Jesús. “La palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”. A veces queremos pulir la palabra de Jesús y acomodarla a nuestra vida sin querer adentrarnos en ella. Jesús nos invita, por tanto, a ser como niños porque los niños aceptan la palabra sin ataduras y la ponen en práctica. La palabra de Dios es ¡fuego! Y nosotros la apagamos; es espada afilada y nosotros nos apresuramos a despuntarla. La palabra es luz y con frecuencia nos encargamos de taparla con las manos. A veces somos hasta perezosos para levantarnos e ir a misa o no tenemos prudencia y cometemos actos que contradicen el deseo de la palabra. A veces somos falto de misericordia y no servimos ni amamos al hermano que sufre según las enseñanzas y ejemplos del Maestro. Jesús escogió a 12 apóstoles que tal vez no eran los más calificados para la tarea, sin fijarse en su cultura, en sus estudios, en su preparación. Jesús te escoge a ti hoy, para que ames su palabra, para que te preguntes ¿Qué clase de corazón tengo? ¿Está mi corazón dispuesto a recibir su palabra y dejar que crezca como un gran árbol de mango y de muchos frutos dulces de los que todos puedan disfrutar? Las lecturas hoy te invitan a evaluar tu corazón, tus actos y a seguir al sembrador – el Maestro – amándole y ayudando a otros a encontrar la “tierra buena” de la Palabra de Salvación y vida eterna.

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29 Sábado

Memoria Obligatoria: Santa Marta Blanco

Lectura del libro del Éxodo 24,3-8 En aquellos días, Moisés bajó y contó al pueblo todo lo que había dicho el Señor y todos sus mandatos; y el pueblo contestó a una: «Haremos todo lo que dice el Señor.» Moisés puso por escrito todas las palabras del Señor. Se levantó temprano y edificó un altar en la falda del monte, y doce estelas, por las doce tribus de Israel. Y mandó a algunos jóvenes israelitas ofrecer al Señor holocaustos y vacas como sacrificio de comunión. Tomó la mitad de la sangre, y la puso en vasijas, y la otra mitad la derramó sobre el altar. Después, tomó el documento de la alianza y se lo leyó en alta voz al pueblo, el cual respondió: «Haremos todo lo que manda el Señor y lo obedeceremos.» Tomó Moisés la sangre y roció al pueblo, diciendo: «Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con ustedes, sobre todos estos mandatos.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 49,1-2.5-6.14-15 R/. Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza El Dios de los dioses, el Señor, habla: convoca la tierra de oriente a occidente. Desde Sión, la hermosa, Dios resplandece. R/. «Congreguen a mis fieles, que sellaron mi pacto con un sacrificio.» Proclame el cielo su justicia; Dios en persona va a juzgar. R/. «Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza, cumple tus votos al Altísimo e invócame el día del peligro: yo te libraré, y tú me darás gloria.» R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,24-30 En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?” Él les dijo: “Un enemigo lo ha hecho.” Los criados le preguntaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” Pero él les respondió: “No, que, al arrancar la cizaña, podrán arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: ‘Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y el trigo almacénenlo en mi granero’.”» Palabra del Señor. Meditación Dios que es compañía constante, que vela por todos por nuestro bienestar y que conoce la naturaleza humana permite- asiste desde la libertad el crecimiento y desarrollo de nosotros sus hijos.

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Con el paso de los años hemos tenido la oportunidad de relacionarnos y vivir todo tipo de situaciones en las que la presencia del amor de Dios ha hecho la diferencia en el rumbo de nuestro comportamiento y toma de decisiones. ¿Cuántas veces hemos sido trigo y otras tantas cizañas? Solo desde la visión del amor de Dios, es que podemos vivir oportunidades de real cambio y transformación; es a partir de su misericordia y cuando nos dejamos llenar por Él y desde la libertad, que aprendemos a bien utilizar el tiempo de gracia hasta la siega, momento para el que todos y todas estamos llamados a ser trigo. El reto que enfrentamos es el que nuestras decisiones de vida nos identifiquen como el trigo que el sembrador anhela cosechar, que se robustece en la libertad de crecer alimentándose del amor que solo Dios nos da. Sintámonos capaces de lograr la transformación de vida que nos hace falta y que de la mano de Dios que es refugio, resguardo, fuerza y sustento nos provee. Dejémosle sembrar en el corazón, despojémonos de nuestras propias cizañas y abrámonos a la novedad que nos trae la semilla de la salvación. 30

XVII Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Semana Liturgia de las Horas

Verde

Abba, Padre, haznos corresponsables de tu Reino Ambientación: Colocar el lema de este domingo en un lugar destacado. Preparar en un lugar visible algunos signos: Un cofre de tesoro, algunas joyas o representaciones de perlas preciosas, colocar una red con peces grandes, la Biblia. Se puede representar una escena del evangelio narrando y dramatizando a Jesús y las parábolas. Se asigna un equipo para recibir con amabilidad a los padres en las puertas del templo. Se puede al final de la misa impartir una bendición especial para los padres. Se puede colocar a cada padre una frase bonita dedicada a él a la entrada del templo y al final de la celebración se puede pedir a los hijos presentes que le lean la frase y le den un abrazo y un beso. Organizar con anticipación que las lecturas sean proclamadas por padres de familia. Dedicar una canción especial por el día de los Padres. Monición ambiental: Queridos hermanos y hermanas: En este Ultimo Domingo de Julio celebramos en nuestro país el día de los padres. Por eso felicitemos a los todos los padres dominicanos con un fuerte aplauso. Es hermoso que Jesús compare el Reino de Dios con un padre de familia que sabe con sabiduría sacar del armario lo nuevo y lo antiguo. Pidamos para que nuestros padres como Salomón pidan y reciban el don de la sabiduría

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para llevar a su familia por los caminos del Reino de Dios, cultivando el valor de la corresponsabilidad. Ese Reino de Dios que Jesús nos lo presenta como tesoro, perla preciosa, pesca de todos y de todas y selección final. Descubrirlo nos llena de una alegría tan grande que hasta de las dificultades y sufrimientos que se nos presentan podemos obtener bendición para nuestras vidas. Pero, el Reino exige una decisión completa hasta venderlo todo y ser peces buenos en el mar de este mundo, para así ser corresponsables de su realización. Cantando recibimos a Jesucristo, Reino de Dios realizado, que preside esta Celebración a través de su ministro. Oración colecta Oh Dios, protector de los que en ti esperan, sin tí nada es fuerte ni santo; multiplica sobre nosotros los signos de tu misericordia, para que, bajo tu guía providente, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros, que podamos adherirnos a los eternos. Por nuestro Señor Jesucristo. Primera Lectura: Reyes 3, 5. 7-12 Como Salomón, sepamos pedir al Señor el don de la Sabiduría que nos permite descubrir la voluntad de Dios, reconocerla y realizarla que es lo mismo que decir vivir en el Reino de Dios y al mismo tiempo, nos capacita para ser corresponsables en este proyecto de Dios. Escuchemos. Lectura del primer libro de los Reyes 3,5.7-12 En aquellos días, el Señor se apareció en sueños a Salomón y le dijo: «Pídeme lo que quieras.» Respondió Salomón: «Señor, Dios mío, tú has hecho que tu siervo suceda a David, mi padre, en el trono, aunque yo soy un muchacho y no sé desenvolverme. Tu siervo se encuentra en medio de tu pueblo, un pueblo inmenso, incontable, innumerable. Da a tu siervo un corazón dócil para gobernar a tu pueblo, para discernir el mal del bien, pues, ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?» Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, y Dios le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas ni la vida de tus enemigos, sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni lo habrá después de ti.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 118,57.72.76-77.127-128.129-130 R/. ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor! Mi porción es el Señor; he resuelto guardar tus palabras. Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata. R/. Que tu bondad me consuele, según la promesa hecha a tu siervo; cuando me alcance tu compasión, viviré, y mis delicias serán tu voluntad. R/. Yo amo tus mandatos más que el oro purísimo; por eso aprecio tus decretos y detesto el camino de la mentira. R/.

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Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma; la explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes. R/. Segunda Lectura: Romanos 8, 28-30 Para quien ha entrado ya en el Reino de Dios todo lo que le pasa le sirve para bien y lo fortalece para continuar tomando parte de los duros trabajos del Evangelio. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,28-30 Hermanos: Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien: a los que ha llamado conforme a su designio. A los que había escogido, Dios los predestinó a ser imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito de muchos hermanos. A los que predestinó, los llamó; a los que llamó, los justificó; a los que justificó, los glorificó. Palabra de Dios. Aleluya Cf. Mt 11, 25 Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los misterios del reino a la gente sencilla. Evangelio: según san Mateo 13, 44-52 Jesús nos presenta el Reino de Dios con palabras que nos animan a dejarlo todo por ese tesoro, esa perla fina, esa pesca que luego se selecciona y esa sabiduría del padre de familia. Este descubrimiento del Reino produce gran alegría que llena el corazón para siempre y nos lleva a ser corresponsable con su anuncio y su realización. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,44-52 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra. El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entienden bien todo esto?» Ellos le contestaron: «Sí.» Él les dijo: «Ya ven, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.» Palabra del Señor. Meditación El poeta nos dice: “Cuando tratamos de encontrar a Dios en medio de un mundo ocupado, Él se hace silencio.

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A veces lo tratamos de encontrar en las repuestas ya preconcebidas, pero Él se hace el escondidizo. Muchas veces le pedimos que nos conteste los deseos del corazón, pero Él parece no escuchar. Solo cuando me mantuve en silencio y dejé de buscarle lo encontré sentado a mi lado mostrándome todo el esplendor de lo creado para mí.” Pues a veces esto nos ocurre: cuando estamos muy preocupados, las cosas parecen no llegar. Llegamos a entender, poco a poco, que cuando lo dejamos todo a Él -sin dejar de hacer lo que nos corresponde- las “cosas de Dios” llegan a veces sin darnos cuenta y sin grandes expectativas. En las parábolas de hoy encontramos el tesoro escondido, la perla y la red para recoger los peces. El Reino de Dios en el Antiguo Testamento hace referencia a la providencia y protección del pueblo elegido. El fruto de este Reino lo encontramos en la paz, la justicia y en la misericordia. Jesús es muestra de que el Reino “está cerca” y, por tanto, nos llama a la conversión y al arrepentimiento a todos: pecadores, excluidos, pobres y despreciados. En el Nuevo Testamento Jesús proclama la cercanía del Reino y nos impulsa a estar vigilantes. También es un Reino para los pequeños, extraviados, excluidos y pecadores. En fin, para todos. Ahora bien, ¿cómo se entra en este Reino? La respuesta la encontramos dando respuesta al prójimo cuando entramos en el mundo de sus necesidades. Los apóstoles identificaron la entrada en este Reino de Dios en la iglesia. Pues bien, el Reino lo encontramos en la iglesia. Pero también lo encontramos en el reinado de Dios en la tierra cuando la humanidad es bendecida por el plan salvífico de un Dios-padre-madre quien nos libera desde todas las dimensiones: la socio-cultural, religiosa, económica, política y ecológica. En este Reino predominan el amor y el tierno toque del Dios de la vida quien siempre escucha y da respuesta al “clamor de su pueblo”. El Reino, por tanto, se gesta y ocurre en esta tierra cuando aceptamos y hacemos la voluntad del Padre. Lo encontramos en cualquier lugar y en todo momento en que se promocionan los valores de Dios: en la verdad, la justicia, el amor y la paz. Cuando estos valores dirigen la vida de las persona entonces el Reino de Dios encamina el corazón para el bien común de nuestras comunidades y de nuestra sociedad. Pero una mirada a nuestro entorno debe cuestionarnos y redirigir nuestros esfuerzos hacia un mundo donde reine la “civilización del amor”. Todavía estamos dirigidos por las ansias de poder, de prestigio, del dinero y de la seguridad. Entonces, volvemos a la pregunta inicial, ¿cómo puedo vivir desde estos valores? La respuesta también la encontramos cuando somos capaces de compartir nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros tesoros con todas las personas. Lo encontramos en el dar a los necesitados, en amar con la simpleza de un niño, en el “estar presente” para el que se encuentra solo, en la paciencia ante el dolor y el sufrimiento. Lo descubrimos como tesoro o perla cuando visitamos al enfermo o somos paño de lágrimas del sufrido, cuando liberamos el corazón del odio, cuando nos liberamos de

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las preocupaciones que nos paralizan, cuando vivimos desde la sencillez, cuando esperamos menos y damos más, cuando oramos por los vivos y los muertos, cuando…Son ideas simples, prácticas y duraderas que engendran felicidad. No son imposibles de obtener. Encuentra estos tesoros en la cotidianidad de la vida y descubre hoy lo “hermoso que es amar y hacer la voluntad del Señor”. Eso hará toda la diferencia para ti y los tuyos. ¡Amén! Oración de los Fieles El que preside: Digamos confiados al Padre: Abba, Padre, venga tu Reino. • Por la Iglesia, por quienes la dirigen el Papa, los obispos, presbíteros y diáconos, para que llenos de la sabiduría del Padre guíen al pueblo santo de Dios a ser corresponsable del Reino de Dios en todo momento y lugar. Oremos. • Por los gobernantes y por los servidores públicos, para que llenos de la sabiduría de Dios trabajen por la promoción y vivencia de los valores del Reino en sus pueblos. Oremos. • Por los que sufren y por los más pobres, predilectos en el Reino de Dios, para que descubriendo el gran tesoro y perla fina que es ese mismo Reino, se conviertan en corresponsables, para que el Reino crezca en el mundo. Oremos. • Por cada uno de nosotros, para que seamos colmados de sabiduría y sepamos discernir lo que es del Reino y no es del Reino. Oremos. • Por los padres de familia, a quienes dedicamos este día, para que sepan ofrecer a sus hijos el Reino de Dios y así puedan guiar y orientar a sus hijos por el camino de la verdad y del amor. Oremos. • Por todos los padres que el Señor llamó a su presencia, para que estén gozando de la plenitud del Reino. Oremos. El que preside: Recibe nuestras súplicas que te presentamos Padre con amor filial. Bendice a los padres que caminan con nosotros en esta tierra. Llénalos de tu amor, de tu fuerza y de todas tus bendiciones. Da la plenitud de tu Reino a los padres que han pasado por la muerte. Por Jesucristo nuestro Señor. Oración sobre las ofrendas Recibe, Señor, estas ofrendas que podemos presentar gracias a tu generosidad, para que estos santos misterios, donde tu Espíritu actúa eficazmente, santifiquen los días de nuestra vida y nos conduzcan a las alegrías eternas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión Hemos recibido, Señor, este sacramento, memorial perpetuo de la pasión de tu Hijo; concédenos que este don de su amor inefable nos aproveche para la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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31 Lunes

Memoria Obligatoria: San Ignacio de Loyola, presbítero Blanco

Lectura del Libro del Éxodo 32, 15-24. 30-34 En aquellos días, Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano. Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios y la escritura era escritura de Dios grabada en las tablas. Al oír Josué el griterío del pueblo dijo a Moisés: Se oyen gritos de guerra en el campamento. Contestó él: «No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son cantos lo que oigo». Al acercarse al campamento y ver el becerro y las danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte. Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas. Moisés dijo a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo para que nos acarreases tan enorme pecado? Contestó Aarón: No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo es perverso. Me dijeron: haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado. Yo les dije: quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé; yo lo eché al fuego y salió este becerro. Al día siguiente Moisés dijo al pueblo: Han cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar su pecado. Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo: Este pueblo ha cometido un pecado gravísimo haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas su pecado o me borras del libro de tu registro. El Señor respondió: Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu pueblo al sitio que te dije: mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado. Palabra de Dios. Salmo responsorial: Sal 105, 19-20.21-22.23 R/“Den gracias al Señor porque es bueno”. En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba. R/. ¡Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto! Maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R/. Dios hablaba ya de aniquilarlos, pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13, 31-35 En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.

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Les dijo otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente. Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo. Palabra del Señor. Meditación Jesús nos presenta en la sencillez de las parábolas el interés de Dios por hacerse cercano y entendible para todos. El Reino de los Cielos se presenta en lo sencillo y solamente es perceptible para aquellos que están dispuestos a ver en los detalles el amor y la riqueza de su Presencia entre nosotros. Este Reino se hace visible cuando contemplamos la Gloria de Dios rodearnos y su SER en nuestro entorno cotidiano, en la simplicidad del contacto entre las personas, en el compartir y en la profundidad del servicio por amor. El Reino de Dios no sigue los criterios del mundo en donde lo pomposo y deslumbrante es lo que llama la atención, más bien está hecho de la sencillez que acrecienta la esperanza. Y hoy el mensaje gira en torno a una semilla. La semillita de mostaza es diminuta y de ella surge un árbol frondoso que sirve hasta para cobijar aves. Esta semillita crece mucho más allá de todo lo que pudiera imaginarse, como el Reino de Dios que en medio de nosotros se encuentra, que trasciende toda expectativa y que logra servir como fuente y puente para que todos podamos ver la grandeza en la sencillez. De igual modo crece la levadura. Contemplar como la levadura en sí misma no tiene ningún fin y solo al ser mezclada surge la grandeza. Desde una acción tan habitual en ese momento, se crea el alimento que da fuerzas y genera energía para las tareas diarias. Propongámonos hacer de nuestro entorno el espacio en el que Dios reina y procuremos identificar cómo ser levadura para así propagar la certeza de la presencia de Dios en medio nuestro. Contemplemos el Reino crecer en nuestro entorno mediante el diálogo, el compartir el pan, el trabajo en favor de los más pequeños- los pobres- el esfuerzo común por lograr justicia social…De esa manera el Reino crecerá entre nosotros y la paz, la justicia y el amor serán norte para que sigamos “dando gracias a Dios por ser bueno”.

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Conferencia del Episcopado Dominicano Comisión Nacional de Pastoral Juvenil Conclusiones del: II Congreso Nacional De Pastoral Juvenil La Comisión Nacional de Pastoral Juvenil realizó su II Congreso Nacional, con el lema “Joven, Sal y Participa”, los días 12, 13 y 14 de mayo del año 2017, en el municipio Salvaleón de Higüey, Provincia la Altagracia. Se contó con la presencia de los sacerdotes, religiosas, jóvenes delegados, responsables todos de la pastoral juvenil a nivel nacional. Hemos reflexionado y discernido sobre la participación social y misionera de la pastoral juvenil, al igual sobre su protagonismo como discípulos misioneros. Nos hemos aproximado a las diferentes realidades sociales de nuestro país que afectan directamente a nuestros jóvenes para identificarlos como lugares vitales para la evangelización, y así con los brazos abiertos misericordiosos del padre, guiarlos a través de nuestro testimonio de vida hacia la construcción de la “Civilización del Amor”. Durante estos tres días, vivimos diferentes experiencias que marcaron nuestro ser como jóvenes cristianos, tales como: celebraciones eucarísticas en la Basílica de Ntra. Sra. dela Altagracia; trabajos en grupos; cantos, dinámicas, bailes, presentaciones folclóricas, momentos de oraciones profundas, con la única finalidad de mostrarle a nuestros jóvenes que no deben ser meros espectadores, sino actores protagonistas de la evangelización. “Incidencia y participación del joven en la sociedad dominicana” El protagonismo de nuestros jóvenes en las incidencias sociales, ha de ir en pro de la transformación democrática de nuestro país. Necesitamos jóvenes capaces de ser parte activa del cambio en el ambiente donde se desarrollan, actuando proactivamente con ellos, es decir, sin atacarlos de forma negativa. La historia no nos deja mentir cuando afirmamos que las grandes revoluciones mundiales han sido lideradas por jóvenes, tal es el caso de nuestra Independencia Nacional, la cual fue lograda teniendo al frente a un grupo de jóvenes formados en valores y con grandes ideales, lo que nos lleva a atestiguar que si tenemos una juventud bien formada, contaremos con la transformación social tan anhelada. Hoy en día la sociedad nos presenta una atracción juvenil muy fuerte hacia cuestiones que no son meramente cristianas, y no por ello debemos observarlo como derroteros o negatividades, sino más bien como retos a superar llevándonos a la inclusión, formación y promoción juvenil mediante un testimonio de un Cristo Vivo. Nuestra Iglesia pide nuevos mártires. Este martirio no se gana con meras palabras, sino con nuestra coherencia de vida. Los jóvenes están en el mundo, pero no son del mundo (cf. Jn 15,19), nuestro compromiso con ellos es de integrarlos a la vida plena de la Iglesia,

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sobre todo en su labor social, aterrizada en la ayuda a los pobres, asistencia a los ancianos y enfermos, evangelización de “jóvenes problemas”, en fin, para que sean el rostro de aquellos jóvenes que no tienen rostro ante la sociedad. República Dominicana y cada una de nuestras diócesis deben dar el voto de confianza que necesitan nuestros jóvenes para que puedan asumir ese compromiso de transformación, bajo la verdad del Cristo Buen Pastor. Destacando que no basta crear nuevas estructuras, sino cambiar nuestro corazón. “Realidad social del joven en la República Dominicana” Debemos partir de la afirmación de que el ser humano es un ser naturalmente social, es decir, nacemos inmersos en una realidad social determinada. Por tanto, los jóvenes dominicanos no están exentos de la misma. Hoy por hoy, nuestros jóvenes están siendo bombardeados por una mala distribución de las riquezas, pocas oportunidades de empleos, que abren brechas que alimentan la agitación y descontento entre la masa juvenil. La corrupción imperante es un aliciente para que el joven no quiera incurrir en el ejercicio de la política, ya que la misma corroe la confianza pública ante la democracia, por lo que cerrar los ojos ante estas realidades sería un error. No obstante, dentro de la tormenta ha surgido la confianza, y con ímpetu abrumador, muchos jóvenes proclaman con sus vidas que podemos cambiar. Los movimientos emergentes que han surgido en nuestro país recientemente nos dejan claro que no todo está perdido, ya que estos movimientos han sido iniciados por los jóvenes. Si bien es cierto que existe una marcada tendencia de querer empujar a la juventud a adquirir las cosas fáciles, al descarte y a la mala práctica social, no menos cierto es que existen muchos jóvenes a los que les duele la realidad propia en nuestra sociedad. No es justo seguir pensando que nuestros jóvenes no sirven para nada o, erróneamente, que en ellos no haya futuro. Al contrario, existe la voluntad de incidir positivamente en los problemas sociales que nos afectan. Ante todos estos problemas, la Pastoral Juvenil, a través de este II Congreso, queremos dejar claro y de manera contundente que aún la Iglesia sigue creyendo en nuestros jóvenes y que tienes muchas cosas más que ofrecerles. Los jóvenes no son el futuro, son más bien el presente de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad. Así las cosas, teniendo a los jóvenes como centro de la acción pastoral, y haciendo una opción preferencial por ellos, podemos decir que no hay sociedad sin los jóvenes y que esta se fortalece a través de su vivencia y accionar. De manera que existe una correlación entre iglesia y sociedad.

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Las Diócesis necesitan las revoluciones y cambios que necesariamente deben ser impulsados por la juventud, los jóvenes tienen mucho que ofrecer y aportar, son la alegría que Jesús quiere en las Diócesis. La mayor felicidad de un joven no es lo que el mundo tiene para ofrecerle, sino lo que él tiene para ofrecerle al mundo. Como decía John F. Kennedy, primer Presidente Católico de los Estados Unidos, no te preguntes que puede hacer tu país por ti, sino que puedes hacer tú por tú país. En consecuencia, los jóvenes necesitan ser introducidos a un estilo de vida distinto a la que ofrece el mundo; ese estilo de vida ya ha sido inscrito en nuestros corazones por nuestro Creador. Lo que motiva a que pueda surgir una espiritualidad no con muchas palabras, pero con más acciones concretas, introduciéndoles a la creación de proyectos de vida que les ayude a humanizarse, enriquecerse y a insertarse a las distintas esferas sociales para lograr su transformación sin perder su identidad de joven cristiano. Discipulado misionero para dar respuesta a los problemas sociales El mundo y todo lo creado están cimentado bajo normas y leyes que les rigen. Sin embargo, para poder defendernos de los embates de los problemas sociales actuales, cambiar las estructuras no es la solución más adecuada, sino que requiere de un cambio del corazón. Uno de los inconvenientes que presentan nuestros jóvenes hoy en día es, precisamente, el no tener coherencia de vida. El Señor nos ha dicho que no podemos servirle a dos dioses, porque amaríamos a uno y aborreceríamos a otro (cf. Mt 6,24). De manera que, el discipulado misionero exige una opción fundamental por Jesucristo y por su proyecto, para poder anunciarlo eficazmente a aquellos jóvenes que esperan de nosotros un testimonio y vivo y vivificante. Necesitamos jóvenes valientes que anuncien a Jesús con sus vidas, que vivan la alegría del amor, que transformen sus ambientes desde la fe de la Iglesia y que sean sal y luz. Jóvenes discípulos-misioneros capaces de salir y fascinar a otros jóvenes, para que sean parte del proyecto salvífico de Jesús, amigo que nunca falla. Por tanto, asumimos la invitación del papa Francisco: “hacer líos organizados, romper barreras y salir de nuestra zona de confort, para que, desde el Evangelio y nuestro testimonio de vida, cada una de nuestras diócesis y cada una de nuestros grupos juveniles puedan salir y participar activamente en la misión permanente de nuestra Iglesia Católica. Que Ntra. Sra. de la Altagracia, Protectora de nuestro país nos cubra con su santo manto y nos guíe hacia una sociedad en la cual podamos vivir la tan anhelada “Civilización del Amor”. En el Municipio Salvaleón de Higüey, Provincia La Altagracia, a los 14 días del mes de mayo del año 2017.

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