Asociarse “Reúnanse todas las gentes y los ... - pastoral juvenil sd

7 ago. 2017 - El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. ...... Jesús decide entregar las llaves como signo de autoridad, que a imagen ...
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Valor del Mes:

Asociarse

Lema del Mes:

“Reúnanse todas las gentes y los pueblos” (Is 43,9)

Plan de Pastoral Agosto 2017

Acción Significativa del Sector: Reunirse con la Junta de Vecinos y otras organizaciones del Sector para formar un Comité de trabajo por el Sector Pertenecer a la Asociación de Padres, Madres y Amigos de la Escuela Acción Significativa Familiar: Asociarse como familia para ahorrar juntos y tener un fondo común para sus necesidades. Colocar la Bandera el 16 de Agosto. Índice Primera Parte: Lectura orante Lema del Mes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 Acción Significativa del Sector: Celebremos la Restauración con nuestra participación en las Organizaciones del Sector . . . . . . . . . . . . 7 Segunda Parte: Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra de cada día y Meditación diaria del Evangelio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 Tercera Parte: Campamento de Verano para Jóvenes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88 Revista Raices . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Colaboradores: Jose Danilo Piña (Diocesis San Juan de la Maguana), Angela de Leon, Martaris Rivas ( Comisión Arquidiocesana Pastoral Juvenil), Comisión Arquidiocesana de Animación Bíblica, P. Valerio Baines Sanz, oar, P. Gregorio Santana y Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo). Coordinadora: Eugenia López Diagramación y Arte final: Jesús Pérez Portadas: Giantfranco Santos Impresión: Editora Amigo del Hogar / Manuel María Valencia No. 4, Santo Domingo, D. N. / Tel.: 809.548.7594 / Para contacto Vicaría de Pastoral, Correo Electrónico: guiamensual.vipastoral@arzsd., [email protected] Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141, Ext. 261-262, 809-221-3126 Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo

Plan de Pastoral - Agosto 2017

Lectura Orante Isaías 43, 8-9.21

“Reúnanse todas las gentes y los pueblos” Orientaciones: Nuestra condición de hijos de Dios nos hace miembros de un pueblo, el pueblo elegido para asociarlo en su obra de salvación, amor y misericordia. Por eso nuestro ser cristiano está siempre en clave de ir hacia los otros, hacia las gentes, creando lazos de cercanía, amistad y fraternidad. Para este encuentro debe haber un responsable, pero su función es dirigir la lectura y organizar el encuentro, en el que todos debemos tener una participación activa. Duración: 30 minutos 1. Invocación al Espíritu Santo Uno de los presentes invoca la presencia del Espíritu Santo, para que haciendo morada en nosotros use nuestros talentos para crear unidad por medio de la escucha de la Palabra de Dios. 2. Leo el texto de Isaías 43, 8-9.21 Leemos detenidamente el texto en dos ocasiones en voz alta y de ser posible en versiones distintas de la Biblia (Biblia de Jerusalén o la del Pueblo Peregrino, Latinoamericana, dios habla Hoy, entre otras), luego cada persona lee en silencio. 3. Medita ¿Qué me/nos dice la Palabra? ¿Quién habla en la lectura y a quiénes va dirigida? ¿Por qué dice el texto que tiene ojos y es ciego, orejas y es sordo? ¿Podemos seguir al Señor de forma individual? ¿A qué nos llama el Señor como pueblo suyo? Reflexión El Señor nos habla a través del profeta Isaías y nos hace ver que en muchas ocasiones actuamos como ciegos y sordos, al no querer ver ni escuchar lo que Dios nos dice. En muchas ocasiones el Señor nos llama y nos invita a ser parte de su pueblo, al mismo tiempo llama a asociarse, a reunirse, a congregarse y es que el cristianismo exige vida de comunidad y fraternidad. Cristo recuerda que el mandamiento más grande es amar a Dios sobre todas las cosas y a mi hermano como a mí mismo y eso solo se consigue al congregarse, al vivir en comunidad y buscando estrechar vínculos con personas de distinta índole. 4. Ora ¿Qué le respondo al Señor? Es momento de hablar a Dios, responderle al llamado que me hace.

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5. Contempla y actúa: ¿Qué inspira en mi vida la Palabra? • ¿Como cristiano vivo en comunidad o prefiero la individualidad? • ¿Me comprometo a investigar sobre las comunidades o grupos de vida en mi sector y a participar de ellos? • ¿Quiénes me necesitan como su aliado o asociado en la labor que hacen? 6. Concluyamos con el Padre Nuestro, Ave María Gloria. Nos damos un abrazo fraterno y vivamos con gozo y como comunidad la Palabra que Dios ha puesto en nuestros corazones solicitando y acudiendo al llamado que Jesús nos hace hoy.

Primer Encuentro de Evangelización Semana del 7 al 12 de Agosto 2017

Asociarse

“No te asocies con el hombre iracundo; ni andes con el hombre violento” Proverbios 22,24 Hagamos con nuestra participación una asociación por la Educación Ambientación: Este mes de agosto tiene como valor el Asociarse, por tanto, es necesario que el cartel correspondiente aparezca en un lugar visible. Además de los carteles del año, se pueden poner unas fotos recortadas de la prensa y de revistas en las que aparecen personas en reuniones, también hay muchos signos en internet que se refieren a este valor, se pueden imprimir y recortar. Poner en algún lugar un cartel con la fecha de inicio de las clases escolares y otros carteles animando a los papás y a los estudiantes a ir a la escuela desde el primer día. Cantos de animación Oración inicial Quien preside la reunión organiza la oración. Si se desea se hace entre todas las personas participantes, o alguien la trae preparada. Hacemos una oración especial por la educación, la escuela, los docentes y los estudiantes en nuestro país. Canto: Amar es darse a todos los hermanos… Introducción Dentro de la Formación y Participación que se nos pide en este año 2017, el mes de agosto tiene como valor el ASOCIARSE. A primera vista u

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oída, eso de asociarse suena como a hacerse socio de algo o de alguien. Conozcamos su significado. Asociarse viene del verbo asociar. Asociar en el diccionario significa reunir o juntar para un mismo fin. Por tanto, asociarse será reunirse o juntarse para un mismo fin. Los seres vivos, muchos seres vivos, desde las plantas a los animales, se asocian para su supervivencia o para su bienestar. Como aquí nos referimos al asociarse de las personas humanas, definiremos el asociarse como el juntarse dos o más personas para conseguir algún fin de la vida humana. La acción de asociarse se llama Asociación, que es unirse o juntarse dos o más personas para participar en algún trabajo y conseguir un mismo fin. Aquí también podemos hablar de asociarse dos o más instituciones o entidades, no solo personas. Las asociaciones se realizan para conseguir fines materiales, espirituales, morales e intelectuales. Si deseamos mejorar la situación del mundo, de la Iglesia, de la patria, de las instituciones (y, a veces de las personas), es necesario trabajar en conjunto, en unidad de personas, en asociación de personas; no podemos lograr esos cambios de manera individual, ya que hay muchos desafíos que no pueden enfrentarse si no es de forma colectiva, si no es asociados. Iluminación bíblica: Salmo 1 Se lee despacio todo el salmo y después se pregunta: ¿Habla algo sobre el asociarse? ¿Qué nos dice? ¿Con quién si se puede asociar y con quién no? ¿Se puede asociar con Dios? Para terminar hacemos el salmo como oración, lo oramos todos juntos o lo hacemos como salmo responsorial y respondemos: Dios cuida el camino de los justos. Canto: Donde hay caridad y amor… Reflexión Agosto es el mes de inicio de las clases escolares, y es una ocasión muy especial primero para participar socialmente, segundo para establecer alianzas con instituciones educativas y por último para garantizar una educación y formación de calidad para nuestros propios hijos. Familia y educadores comparten el mismo objetivo de educar a los niños y adolescentes, pero en muchas ocasiones van por caminos distintos, y despreocupados de lo que hacen o dejan de hacer los otros; esto no puede ser. Hablamos de un nivel de participación en el que la familia se preocupa por la marcha del centro y aporta su parte para mejorar la calidad educativa del mismo. Es colaborar con la buena marcha de la escuela o centro educativo, mirando al bien de todos. Esta asociación entre familia y escuela tiene unos resultados que se notan no solo en la educación en valores y en ética, sino hasta en las calificaciones escolares, en hacer las tareas con más ganas, mayor autoestima y una actitud más positiva hacia la vida.

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Y además de todo esto, también hablamos de la necesidad de asociarse en la escuela o centro educativo, por defender la educación que queremos tener en nuestro país, en estos momentos en que se nos quiere imponer ciertos tipos de educación en valores que van contra nuestros valores y cultura. Los papás y mamás tienen el derecho a elegir la educación de sus hijos. Por todo ello es necesario asociarse en y con la Escuela. Y será necesario unir muchas asociaciones para trabajar en conjunto. No podemos dejar la educación de los niños y adolescentes en manos desconocidas. Nuestras asociaciones de padres y amigos de la escuela es garantía de calidad educativa y espacio de formación que nos ayuda a participar de manera activa en nuestra sociedad, ejerciendo nuestros derechos de ciudadanía. Canto: Reunidos en el nombre del Señor Reflexión comunitaria ¿Qué entendemos por asociarse? ¿Qué es asociarse en la escuela? ¿Pertenecemos a alguna asociación? ¿A cuáles? ¿Qué podemos hacer para mejorar la educación de nuestros niños y jóvenes? ¿Podemos hacer algo para que se enseñen valores en la escuela? ¿Cómo vamos a influir en esa educación de valores? Oración final Después de las oraciones de petición correspondientes se termina con la siguiente oración: Que la educación sea un instrumento para que todos los niños y jóvenes te conozcan. UN punto de partida hacia el crecimiento, el desarrollo personal y la integración. Que la educación transforme al mundo formando una sociedad más justa, más solidaria y más humana, donde cada persona tenga la oportunidad de desarrollar sus cualidades y virtudes y superar sus dificultades. Que la educación tenga directivos y profesores eficientes con una gestión clara, competente que privilegie su clima orden e institucionalidad como una de sus virtudes. Que la educación enseñe en la fe y en la esperanza donde cada alumno pueda sonreír y ser feliz, donde cada maestro pueda sentir aceptación de su misión, y donde cada familia construya desde la fe su compromiso de educar y proteger a cada uno de sus hijos. Amén. Padre Nuestro, Ave María Canto: Cuando era pequeño, muy pequeño…

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Acción significativa del Sector

Celebremos la Restauración con nuestra participación en las Organizaciones del Sector

1. Objetivo: Crear una asamblea festiva con las organizaciones comunitarias o sociales del sector con motivo de la Restauración en la que se expongan los distintos trabajos que realizan nuestras juntas de vecinos, clubes deportivos, asociaciones o fundaciones de otra índole y que sirva para crear con ellos alianzas en sus trabajos o proyectos o pedirles unirse para hacer frente a alguna necesidad urgente de la comunidad. 2. Ambientación: Preparar un cartel con el nombre de la actividad. Poner carteles alusivos a la Restauración y a la participación en las asociaciones. Elegir un moderador que llevará la agenda del encuentro. 3. Himno Nacional 4. Oración: Se da la oportunidad a que uno de los presentes tenga la oración de inicio. 5. Bienvenida: El coordinador o coordinadora del sector da las palabras de bienvenida a la asamblea explicando el motivo del encuentro y expresando el compromiso de la Iglesia de trabajar con todas las organizaciones buscando el bien de las comunidades y sectores. 6. Presentación de logros y proyectos: Se da la oportunidad a cada una de las organizaciones para que expongan el trabajo que realizan en la comunidad y sus planes futuros y el tipo de ayuda humana que están necesitando para fortalecer su labor en el sector. Como son actores de la comunidad se les da un tiempo de 10 a 15 minutos a cada organización. 7. Diálogo. Mirando nuestras necesidades: Se da la oportunidad para que los asistentes de la asamblea presenten inquietudes acerca de lo expuesto por las organizaciones o planteen problemáticas para las piden ayuda o asistencia que pueden irse respondiendo. 8. Compromiso y alianzas: En este momento se pide a los presentes unirse a algunas de las iniciativas de las organizaciones y ponerse de acuerdo para llevar adelante algún proyecto junto para responder a alguna problemática.

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9. Acta de compromiso: Con todas las incidencias del encuentro se levanta un acta con la que se dejan establecidos los acuerdos y compromisos asumidos por la comunidad o sector con sus organizaciones e indicando los nombres de los responsables. 10. Palabras finales: Se pide a alguno de la comunidad que en nombre de todos de las gracias como reconocimiento a labor realizada por las distintas organizaciones del sector (Esta parte puede ser también la entrega en nombre del sector del RECONOCIMIENTO escrito). 11. Oración de la Unidad: Todos se toman de las manos y rezan juntos el Padre Nuestro.

Segundo Encuentro de Evangelización Semana del 14 al 19 de de Agosto 2017

Asociarse en, con y para la Patria “Den al césar lo que es del césar y a Dios lo que es de Dios” (Mt 22,21)

Ambientación El lugar donde se realiza la reunión debe estar adornado con los carteles de los valores del mes y del año. Además se ponen los signos patrios, un mapa de la República Dominicana y algunos otros signos distintivos de la Patria. Se puede entregar a cada participante una pequeña bandera dominicana. Cantos de animación. Se canta el himno nacional. Oración inicial La oración de este Encuentro va dirigida a pedir por la Patria y a pedir fuerzas para comprometernos en trabajar por una mejor República Dominicana. Señor Dios Padre todopoderoso/ que ordenas todas las cosas conforme a tu admirable designio/ recibe con bondad las oraciones que te dirigimos por nuestra patria/para que, por la sabiduría de sus gobernantes/ el liderazgo de sus mejores hombres y mujeres / y la honestidad de los ciudadanos/ se consoliden la concordia y la justicia/ y así sea posible construir, con paz/ un progreso perdurable/ y disfrute total de los bienes y riquezas de todos y todas/ Amén. Canto: Queremos construir una ciudad, una ciudad en paz….

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Introducción Porque agosto es el mes en que se inicia el curso escolar, poníamos como tema del primer Encuentro el asociarse en la escuela; agosto también es el mes de la Restauración de la Patria, por ello nos animamos a poner este segundo Encuentro con el título de asociarnos en y con la Patria. Juan Pablo Duarte decía: “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”. Un hijo, en todo momento, con su vida, actitudes, palabras y acciones es honra o deshonra de su madre. Todo ciudadano, con su vida será siempre honra o deshonra de su patria. Como deseamos ser buenos ciudadanos, además de con la vida normal, debemos tener preocupaciones, trabajos, luchas y esfuerzos especiales por mejorar la patria. Unidos, asociados es como lograremos mejorar mucho a nuestra República Dominicana. Iluminación bíblica: Mateo 22,15-22 En nuestro ser cristianos pensamos que le damos a Dios bastante, no tanto como debíamos darle, pero nos esforzamos en responderle a Dios con nuestra vida. ¿A la patria qué le damos? ¿Le respondemos con generosidad? ¿Qué estoy haciendo por mi patria? ¿Conozco alguna asociación que trabaje en bien del país? ¿Formo parte de alguna asociación que trabaja en bien de la patria? Canto: Cristo nos da la libertad. Reflexión Toda persona que viene a este mundo nace en una familia; aunque sea la mamá sola, ella y la nueva creatura son una familia. Esa misma persona viene al mundo en una patria, sea en la que nace, en la que se acoge, en la que ama… por ello se hace una inscripción en un “registro civil”, con sus datos y su nacionalidad. Hablamos de y con ciudadanos y ciudadanas de República Dominicana, que aman a su patria y desean lo mejor para ella. Suponemos que hablamos también con ciudadanos y ciudadanas que luchan y trabajan por conseguir una mejor República Dominicana. En este Encuentro hablamos de quienes además desean hacerlo en unión con otras personas. Recordemos que esa unión con el fin de mejorar la patria es un Asociarse por el bien y superación de la PATRIA. Pero ¿estamos hablando con patriotas de verdad, o solo con patriotas de palabra? La honra a la Patria no puede ser solo de himno y bandera, sino de la defensa de la vida y dignidad de los hombres y mujeres que viven y pueblan nuestro territorio. Una persona patriota es aquella que ama a su pueblo, su tierra, su cultura, sus instituciones, valores propios… es decir su PATRIA por encima de sí mismo, pero sobre todo su gente. Hemos de ser patriota con nuestra vida para que la patria sea mejor cada día, por eso el patriota debe ser contestatario, debe protestar, ser valiente,

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defensor del bien y de la justicia. Y todo esto, asociados, junto con los que lo están haciendo y las instituciones que se preocupan y luchan por esa patria mejor. Hacer patria es construir un país mejor con mi esfuerzo asociado al de otras personas e instituciones, trabajando y luchando por tener un país de personas honestas, trabajadoras, responsables, para vivir mejor todos sus ciudadanos y ciudadanas. El 16 de este mes celebramos la fiesta de la Restauración de la República Dominicana, es un día apropiado para platearnos qué puedo restaurar en mí que ayude a la Patria, y qué puedo hacer para tener una patria de verdad restaurada. Canto: Todos unidos formando un solo cuerpo…. Reflexión comunitaria ¿Existen asociaciones que buscan el bien de la patria y no sus propios intereses? Citemos algunas. Existen las instituciones intermedias, que trabajan por el bien de algunos aspectos, ¿se pueden considerar instituciones patrias? ¿Qué es ser patriota? ¿Se puede ser patriota sin trabajar por la patria en asociación con otras personas? ¿Qué podemos hacer como personas y como comunidad en bien de la patria? ¿Qué vamos a hacer a partir de ahora? Oración final Señor, Padre de bondad y misericordia, Tú has creado todo, y nos has dado esta patria tan buena y bonita. Danos un buen tiempo, defiende a nuestros campos, montes, ríos, pueblos y ciudades. Bendice a sus habitantes, bendícelos protegiéndolos de todo mal. Bendice a nuestros gobernantes, a quienes tienen todo tipo de poder, que lo pongan al servicio del país, sobre todo de los más necesitados. Ayuda a hacer desaparecer la impunidad, la violencia, la corrupción de todo tipo. Que las injusticias se paguen, los corruptos devuelvan lo robado y los pobres vean defendidos sus derechos; y la justicia sea igual para todos y todas. Danos tu fuerza para que seamos buenos ciudadanos y ciudadanas, respetemos las leyes y exijamos su cumplimiento, ayúdanos a ser un pueblo alegre, feliz y trabajador; amante de nuestra patria y defensor de su soberanía, su ecología, su cultura, sus costumbres y valores, y sobre todo defensor de sus personas para comprendernos y vivir en paz. Amén Padre nuestro • Ave María Canto: Ahora es nuestra oportunidad.

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Tercer Encuentro de Evangelización Semana del 21 al 25 de Agosto 2017

Asociarse en la familia “El bien que hayas hecho a tu padre no será olvidado” (Eclo 3,14)

Ambientación Como en los Encuentros anteriores, se ponen los carteles con el valor del mes y del año. Se ponen fotos de familias. Se invita a participar en familia, que cada persona traiga a toda o parte de su familia, y se pongan juntos en la reunión. Cantos de animación y acogida Oración inicial Con tiempo se ha avisado a una familia para que prepare la oración como mejor les parezca, y esa familia la dirige. Canto: Juntos cantando la alegría de vernos unidos en la fe y el amor… Introducción El tercer Encuentro del mes de agosto lo centramos en la familia, en el asociarse en y con la familia. Los científicos, los estudiosos de la naturaleza hablan en general de la asociación de las especies por familias. Cuentan cómo ciertas plantas y animales se unen para lograr ciertos fines de su especie; a esta unidad la llama asociación. Existen especies y familias de plantas y animales que no pueden existir sin ese asociarse; en la asociación cada miembro cumple la misión que le corresponde; no todos tienen todas las funciones, sino que se dedican a la suya, sin dejar de ser miembros de la misma especie y familia. Algunos de los casos más conocidos son las hormigas, abejas, los corales…. La familia humana es una asociación natural, es decir, las personas nacemos en una familia, y por naturaleza estamos asociados a ella. Normalmente a esa asociación natural se le añade la afectiva, es decir, nos unimos por amor con el resto de las personas de la misma sangre. Además se puede y debe dar el asociarse en la familia por convicción y por mejorar las relaciones y el funcionamiento de la misma familia. Esta última ya es una decisión voluntaria; a ella nos referiremos fundamentalmente en este Encuentro de Evangelización. Nuestro asociarse en familia va mucho más lejos que esa asociación de plantas y animales de la que hemos hablado más arriba. Iluminación bíblica: Eclesiástico 3, 1-16 ¿Qué nos habla esta Palabra sobre la familia? ¿Deben estar unidos y trabajar en conjunto los miembros de la familia? ¿Qué frutos les va a dar

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ese trabajo asociado? ¿Cómo funcionan nuestras familias en este sentido de unidad y asociación? Canto: Hermano entre los hombres. Reflexión Nuestra reflexión sobre el asociarse en y con la familia la dividimos en dos grandes partes: 1, Asociarse dentro de la familia, 2, asociarse unas familias con otras (asociaciones familiares). Asociarse dentro de la familia: Esta primera parte estaría en relación directa con uno de los Encuentros del mes pasado, el de la Corresponsabilidad en la familia, y también se relaciona directamente con el de todo el año 2017, la participación en y con la familia. En resumen podríamos decir que asociarse dentro de la familia es ser y sentirse parte de la sociedad familiar, no estar aparte de ella sino identificarse con su realidad en todas las situaciones. Como decimos, asociarse en la familia es similar a cooperar y colaborar con la familia. El término quiere decir trabajar o colaborar en conjunto en las realidades de la familia. Tal vez este asociarse familiar sea más cotidiano, más común, y hasta más de todo el tiempo que los otros dos conceptos: cooperar y colaborar. Podríamos entender este asociarse familiar como un valor que nos lleva a sentirnos parte y actuar como parte de la familia en todo tipo de trabajos y situaciones. Así entendido este valor es un fruto de la unión familiar, a la vez que contribuye mucho a fomentar y aumentar esa unidad familiar. El asociarse con la situación familiar en general y con cada uno de sus miembros en concreto, nos trae beneficios a corto plazo: la unidad familiar ya citada antes, el aprecio y amor entre todos los miembros familiares, el apoyo en diversas circunstancias, la preocupación por la situación de los demás… todo ello lleva a sentirse mejor en lo personas y en cuanto familia. Cuando nos asociamos por amor hasta las dificultades se vuelven apoyos y soluciones con la presencia de los demás. Asociaciones familiares: El segundo punto a tratar en este Encuentro es el de Asociarse con otras familias. En estos momentos en que la vida y estabilidad familiar se sienten atacadas por tantos y tan diferentes frentes, la defensa de los valores familiares no se pueden realizar de manera aislada, personal y en solitario; la lucha, el trabajo debemos realizarlos asociados, y hasta asociados con otras asociaciones que defienden los fines de la familia y todas sus consecuencias. A nivel de nuestro país, y también mundial, la familia está siendo atacada en sus valores fundamentales, de esto no dudamos porque lo vemos y experimentamos todos los días. Es necesario asociarnos en familias para defender la familia. Desde la Iglesia debemos fortalecer este asociarse en la familia y con las familias. Siempre defendemos que “la primera célula de la sociedad es la familia”, tal vez podamos decir lo mismo de la Iglesia; sin embargo en nuestras comunidades, parroquias y diócesis, una de las áreas más difíciles de trabajar, de hacer funcionar, es la de la familia. Miremos si esta afirmación es exagerada.

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Por tanto, una de las asociaciones, de los grupos, movimientos y pastorales a reforzar en nuestros sectores, comunidades y parroquia debe ser la encargada de la familia o pastoral familiar. Si queremos tener una Iglesia fuerte, una patria fuerte, una sociedad fuerte, hagamos unas asociaciones familiares fuertes, participando directamente en ellas. Canto: Himno a la familia (Bendecid oh Señor las familias). Reflexión comunitaria Revisemos nuestras familias y las de República Dominicana. ¿Qué ataques está recibiendo la institución familiar en nuestra patria? ¿Qué podemos hacer por vivir más unidos en nuestra familia y por la unidad de las familias del país? ¿Cómo está la Pastoral familiar en tu comunidad y parroquia? ¿Formas parte de ella? ¿Qué vamos a hacer por fortalecer esa pastoral familiar y las demás asociaciones familiares? Oración final Hacemos una oración de petición al Señor, cada quien pide por las necesidades más importantes de su familia. Pedimos por todas las familias, por las leyes sobre la familia. Terminamos con el Padre nuestro, Ave María y Gloria. Canto: Quién será la mujer que a tantos inspiró.

Cuarto Encuentro de Evangelización Semana del 28 al 1º de Septiembre

Asociarse en la Iglesia “Subió al monte, llamó a los que quiso y ellos vinieron a él” Mc 3,13

Ambientación Este mes de agosto tenemos tiempo para cuatro Encuentros, los signos de todos los anteriores los podemos poner en este. En todo el país, en todas las comunidades y sectores donde se va a realizar este Encuentro tendríamos los mismos carteles con los mismos temas. Esto es ya un signo de unidad y de asociación. Cantos de animación y acogida. Oración inicial Padre, hoy quiero pedirte por mis hermanos de comunidad. Tú los conoces personalmente: conoces su nombre y su apellido, sus virtudes y sus defectos, sus alegrías y sus penas, su fortaleza y su debilidad, sabes toda su historia; los aceptas como son y los vivificas con tu Espíritu. Tú, Señor, los amas, no porque sean buenos, sino porque son hijos tuyos.Enséñame a quererlos de verdad, a imitación de Jesucristo, no por

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sus palabras o por sus obras sino por ellos mismos, descubriendo en cada uno, especialmente en los más débiles, el misterio de tu amor infinito. Te doy gracias, Padre, porque me has dado hermanos. Todos son un regalo para mí, un verdadero “sacramento”, signo sensible y eficaz de la presencia de tu Hijo. Dame la mirada de Jesús para contemplarlos, y dame su corazón para amarlos hasta el extremo; porque también yo quiero ser, para cada uno de ellos, sacramento vivo de la presencia de Jesús. Amén. (Ángel Sanz Arribas, cmf) Canto: Reunidos en el nombre del Señor. Introducción Somos personas creyentes y tenemos la experiencia de reunirnos con otras personas creyentes; lo hacemos con frecuencia o de tiempo en tiempo, por ejemplo para las celebraciones. Podíamos decir que nos asociamos con otras personas para realizar una celebración de culto a Dios. En este cuarto Encuentro de agosto no nos referimos a ese asociarnos, sino a un tipo de asociación estable, con sus normas y fines bien determinados. Los creyentes somos personas humanas, y como tales somos sociales por naturaleza, de ahí le viene el derecho a asociarse y crear asociaciones. Lo social es parte de nuestro ser humano, eso se concreta en comunidades y asociaciones, como la familia, la nación, el estado, el Club, la asociaciones culturales, sindicales, deportivas…. La Iglesia es una comunidad con fines espirituales compuesta por personas que viven asociadas voluntariamente en dicha comunidad; por tanto, la Iglesia en sí podía ser la primera asociación de creyentes. Han existido y existen muchas y muy diversas asociaciones eclesiales: órdenes religiosas, institutos seculares, movimientos eclesiales, grupos, ministerios, comunidades… Iluminación bíblica: Efesios 4,11-16 ¿A quién dio sus dones el Señor? ¿Para qué son esos dones? ¿Los dones trabajan aislados? Según la lectura que hemos escuchado y leído ¿Qué frutos nos da el poner los dones a trabajar en común? ¿Esta lectura tiene algo que decirnos sobre el asociarse en la Iglesia? Canto: Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo…. Reflexión La Iglesia es comunión, es congregación de fieles, por tanto la Iglesia es asociación. Como decíamos en la introducción, dentro de la Iglesia se da el derecho de asociación. De hecho, desde el comienzo de la Iglesia aparecieron ciertos grupos que tenían unos rasgos comunes y buscaban los mismos fines espirituales, apostólicos o de caridad; algunos de ellos ya aparecen en los escritos del Nuevo testamento: vírgenes, viudas, penitentes… estos pueden considerarse las primeras asociaciones eclesiales. En nuestro tiempo, el concilio Vaticano II proclama solemnemente el derecho de asociación cuando nos recuerda que el hombre es social por

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naturaleza y que Dios ha querido unir a los creyentes en Cristo en el Pueblo de Dios… Y que guardada la debida relación con la autoridad eclesiástica, los laicos tienen el derecho de fundar y regir asociaciones y de inscribirse en las ya fundadas (Apostolicam Actuasitatem, 18 y 19). Otro de los motivos por los que en la actualidad han abundado tanto las asociaciones eclesiales de todo tipo es el deseo de ser eficaces en la evangelización. Lo mismo que sucede en lo humano, en lo social, sucede en lo eclesial, se consiguen muchos más frutos trabajando unidos que de manera individual. Una asociación de creyentes bien organizada va a conseguir mejores frutos de evangelización, de misión, que esas mismas personas evangelizando por su cuenta y sin organización. Hoy día podemos hablar de una nueva era asociativa en la Iglesia, el Espíritu Santo está inspirando nuevas formas de asociación eclesial, tanto entre lo que llamamos Vida Consagrada, como entre las personas laicas movimientos apostólicos. Estas agrupaciones la podemos clasificar en cuatro áreas: Asociaciones eclesiales católicas: “Las Asociaciones son conjuntos de personas que comparten fines y compromisos establecidos en Estatutos que determinan con precisión su naturaleza, autoridad, derechos y obligaciones. Se adhieren a ellos formalmente, en base a las normas establecidas” Grupos eclesiales católicos: “Son agrupaciones laicales más independientes; su punto de referencia no son unos estatutos, sino una figura o un valor idénticos. Tienen como finalidad principalmente la promoción humana, la asistencia social y la formación para el servicio al pueblo y la renovación de la sociedad”. Movimientos eclesiales católicos: “Los Movimientos son conjuntos de personas que más que en unos estatutos, se reconocen en una praxis, que tiende a forjar una espiritualidad peculiar muy definida. Tienen un lenguaje común y constituyen una especie de hermandad”. Comunidades eclesiales: Grupos de creyentes, normalmente de la misma zona o sector, que se reúnen con cierta periodicidad para formarse, celebrar y vivir la fe de manera práctica y concreta, siendo fermento en la sociedad en que se desarrollan. Canto: Somos un pueblo que camina…. Reflexión comunitaria ¿Formo parte de algún grupo dentro de la Iglesia? ¿Para qué sirve formar parte de una asociación eclesial? ¿Qué diferencia existe entre un grupo y un movimiento eclesial? ¿Cómo podemos animar a otros hermanos y hermanas a entrar en grupos eclesiales, es decir a asociarse dentro de la Iglesia? Oración final Terminamos el Encuentro haciendo una oración de los fieles; pedimos de manera especial por la Iglesia, por nuestras comunidades y por todos los carismas dentro de la parroquia. Terminamos con el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria. Canto: Vienen con alegría.

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Lecturas Agosto 2017 Las citas de las Lecturas Diarias utilizadas son tomadas de: Calendario Litúrgico 2017 de la Conferencia del Episcopado Dominicano 1 Martes

Memoria Obligatoria: San Alfonso María de Ligorio, Obispo y Doctor de la Iglesia Blanco

Lectura del libro del Éxodo 33,7-11;34,5b-9.28 En aquellos días, Moisés levantó la tienda de Dios y la plantó fuera, a distancia del campamento, y la llamó «tienda del encuentro». El que tenía que visitar al Señor salía fuera del campamento y se dirigía a la tienda del encuentro. Cuando Moisés salía en dirección a la tienda, todo el pueblo se levantaba y esperaba a la entrada de sus tiendas, mirando a Moisés hasta que éste entraba en la tienda; en cuanto él entraba, la columna de nube bajaba y se quedaba a la entrada de la tienda, mientras él hablaba con el Señor, y el Señor hablaba con Moisés. Cuando el pueblo veía la columna de nube a la puerta de la tienda, se levantaba y se prosternaba, cada uno a la entrada de su tienda. El Señor hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con un amigo. Después él volvía al campamento, mientras Josué, hijo de Nun, su joven ayudante, no se apartaba de la tienda. Y Moisés pronunció el nombre del Señor. El Señor pasó ante él, proclamando: «Señor, Señor, Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad. Misericordioso hasta la milésima generación, que perdona culpa, delito y pecado, pero no deja impune y castiga la culpa de los padres en los hijos y nietos, hasta la tercera y cuarta generación.» Moisés, al momento, se inclinó y se echó por tierra. Y le dijo: «Si he obtenido tu favor, que mi Señor vaya con nosotros, aunque ése es un pueblo de cerviz dura; perdona nuestras culpas y pecados y tómanos como heredad tuya.» Moisés estuvo allí con el Señor cuarenta días con sus cuarenta noches: no comió pan ni bebió agua; y escribió en las tablas las cláusulas del pacto, los diez mandamientos. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 102, 6-7.8-9.10-11.12-13 R/. El Señor es compasivo y misericordioso El Señor hace justicia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R/. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. R/. No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. Como se levanta el cielo sobre la tierra,  se levanta su bondad sobre sus fieles. R/. Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles. R/.

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,36-43 En aquel tiempo, Jesús dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle: «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.» Él les contestó: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles. Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga.» Palabra del Señor. Meditación Jesús mismo es quien nos aclara esta parábola del trigo y la cizaña: La buena semilla del trigo que crece y da fruto junto a la mala hierba -nos dice- son ustedes, que están sembrados en el campo del ancho mundo de los hombres. El mensaje de la parábola se extiende hoy hasta nosotros. Hemos sido sembrados por Dios con la misión expresa de dar buenos frutos en la santidad y la justicia, que no son un lujo privilegiado de unos pocos sino una exigencia de todos aquellos que nos reconocemos hijos del reino, miembros de la iglesia, constructores de la nueva humanidad, seguidores de Cristo. Por esta condición de ser católicos, gente de iglesia, en ocasiones estamos tentados a vernos, en toda su dimensión, como trigo bueno en contraste con la mala cizaña. Aquí: nosotros los justos, los buenos, los sanos; allá: los pecadores, malos y enfermos, con todas las debilidades y defectos. Nos creemos los ya salvados, que pueden mirar con desprecio a “los otros” definitivamente condenados. Pero, ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre, porque en la realidad de nuestro mundo conviven entremezclados el trigo y la cizaña. Todas nuestras comunidades, sin excepción, se componen al mismo tiempo de justos y pecadores. Hay entre nosotros, tanto pecadores justos, como justos pecadores. Más todavía, al igual que a la hora de cosechar, la tarea de separar la maleza de cualquier cereal se torna en extremo difícil, resultando más complicado separar el trigo y la cizaña, pues se parecen tanto que a esta mala hierba, que no es cereal, se le llama “trigo malo”. Sería muy conveniente para algunos darle a esta parábola una total interpretación de la cosecha final, cuando el Señor separará los suyos de los que no lo son -aunque se parezcan entre si-, glorificando con el reino a los primeros y reservando la condenación a los hijos del maligno. Pero cristiano o no cristiano, el Señor juzgará a cada uno conforme a sus frutos. Precisamente, por el fenómeno del mal, no el mal institucional, social o de grupos, sino el mal que nace en el corazón de las personas, esta lectura

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también nos toca y nos interpela, porque hay tanto trigo como cizaña en nuestro interior (Jer 14, 20), y si alguno -o alguna- está libre de cizaña, puede tirar la primera piedra. El Señor también reconocerá nuestro esfuerzo, si además de la renovación personal nos empeñamos en lograr la purificación de los demás, transformando su cizaña en trigo que produzca una cosecha de abundante santificación. Cuidémonos de no crecer como cizaña y, como espera el Señor, seamos espigas del pan de la Nueva Humanidad. 2 Miércoles

Feria o Memoria Libre: San Eusebio Vercelli, Obispo y San Pedro Eymard, Presbítero Verde o Blanco

Lectura del libro del Éxodo 34,29-35 Cuando Moisés bajó del monte Sinaí con las dos tablas de la alianza en la mano, no sabía que tenía radiante la piel de la cara, de haber hablado con el Señor. Pero Aarón y todos los israelitas vieron a Moisés con la piel de la cara radiante y no se atrevieron a acercarse a él. Cuando Moisés los llamó, se acercaron Aarón y los jefes de la comunidad, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí. Y, cuando terminó de hablar con ellos, se echó un velo por la cara. Cuando entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo hasta la salida. Cuando salía, comunicaba a los israelitas lo que le habían mandado. Los israelitas veían la piel de su cara radiante, y Moisés se volvía a echar el velo por la cara, hasta que volvía a hablar con Dios. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 98, 5.6.7.9 R/. Santo eres, Señor, Dios nuestro Ensalcen al Señor, Dios nuestro, póstrense ante el estrado de sus pies: Él es santo. R/. Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor, y él respondía. R/. Dios les hablaba desde la columna de nube; oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R/. Ensalcen al Señor, Dios nuestro; póstrense ante su monte santo: Santo es el Señor, nuestro Dios. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,44-46 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.» Palabra del Señor.

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Meditación Imagínese usted por un momento, encontrar un tesoro incomparable que no está buscando, en un campo que no es suyo. O imagínese también buscando una perla de gran calidad y hallarla, al final de mucho esfuerzo. Para poder apropiarse de ambas riquezas se impone vender todas sus posesiones. ¿Qué haría si logra finalmente comprar el campo con el tesoro o adquirir la perla de supremo valor? Es de suponerse que, en todo caso, ambos acontecimientos darían un giro a su vida, experimentando una permanente alegría, tan inmensa que no se puede describir con palabras. Y es que, disfrutar el gozo del reino implica una dinámica de búsqueda y hallazgo constantes en todas las dimensiones de la vida: interior y de relación, con los otros y con la creación; en todos los ámbitos: público y privado; en todos los escenarios: Iglesia y mundo. La primera parte de la parábola es la comparación del reino con un tesoro escondido. Y cuando se le encuentra, se compromete la vida por completo por él. Ahí reside el secreto: invertirlo todo por el Reino, para “comprar” esa realidad que se origina fuera de nuestra voluntad de poseerla y que nos posee por completo. La segunda parte de la comparación es con una perla fina de gran valor que se ha descubierto. Otra vez hay que vender todo para adquirirla y no perderla, solo que en este caso es resultado de la voluntad de buscarla y hallarla, a costa de grandes sacrificios. San Hilario dijo: “Es preciso un largo y penoso esfuerzo, para llegar a la ciencia de la perla”.- Y en Mt 19, 27 Pedro confiesa a Cristo: “Mira, lo hemos dejado todo para seguirte.” La clave reside en arriesgarlo todo por el Reino. ¿No decimos que cualquiera, por su mejoría, hasta su casa votaría? ¿Cuánto más no haríamos -o daríamos- por un patrimonio que supera, incomparablemente, todos los bienes juntos? Que se nos ofrece gratuitamente, aunque no lo busquemos y se encuentra si lo buscamos. Y, la certeza de saber que se tiene oportunidad de adquirir un gran tesoro así, solo un tonto la desaprovecharía. Porque no se trata de una transacción optativa, sin términos medios o ganamos el Sumo Bien, invirtiéndolo todo…o lo perdemos todo sin remedio. Hoy, ahora mismo podemos comenzar el gran negocio de nuestras vidas: Hallar a Dios en el encuentro con Jesús, que hace despreciar las demás riquezas que mueven al mundo, envileciéndolas. Jesús es lo más afortunado que nos puede acontecer, porque supera todas las expectativas humanas. Si somos merecedores del tesoro imperecedero de su amor, tenemos garantías plenas de vida en abundancia, transformándolo todo para siempre: nuestro corazón, nuestra relación con los demás, el modo de convivir con el entorno vital y con el Señor en la instauración de su reino. Si descubriste ya el gran tesoro del Reino, ¿estás comprometiéndolo todo por la perla preciosa de gran valor, perseverando a fondo en comprar ambos tesoros? Es un Don gratuito. Depende de ti.

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3 Jueves

Feria Verde

Lectura del libro del Éxodo 40,16-21.34-38 En aquellos días, Moisés hizo todo ajustándose a lo que el Señor le había mandado. El día uno del mes primero del segundo año fue construido el santuario. Moisés construyó el santuario, colocó las bases, puso los tablones con sus trancas y plantó las columnas; montó la tienda sobre el santuario y puso la cubierta sobre la tienda; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Colocó el documento de la alianza en el arca, sujetó al arca los varales y la cubrió con la placa. Después la metió en el santuario y colocó la cortina de modo que tapase el arca de la alianza; como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Entonces la nube cubrió la tienda del encuentro, y la gloria del Señor llenó el santuario. Moisés no pudo entrar en la tienda del encuentro, porque la nube se había posado sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el santuario. Cuando la nube se alzaba del santuario, los israelitas levantaban el campamento, en todas las etapas. Pero, cuando la nube no se alzaba, los israelitas esperaban hasta que se alzase. De día la nube del Señor se posaba sobre el santuario, y de noche el fuego, en todas sus etapas, a la vista de toda la casa de Israel. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 83,3.4.5-6a.8a.11  R/. ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos! Mi alma se consume y anhela los atrios del Señor, mi corazón y mi carne retozan por el Dios vivo. R/. Hasta el gorrión ha encontrado una casa; la golondrina, un nido donde colocar sus polluelos: tus altares, Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío. R/. Dichosos los que viven en tu casa, alabándote siempre. Dichosos los que encuentran en ti su fuerza; caminan de baluarte en baluarte. R/. Vale más un día en tus atrios que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios a vivir con los malvados. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,47-53 En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entienden bien todo esto?» Ellos les contestaron: «Sí.» Él les dijo: «Ya ven, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo.» Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. Palabra del Señor.

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Meditación La red a que hace referencia Jesús es muy amplia, en este caso se trata de la iglesia, que tiene la misión de llegar a todos sin excepción, con la Palabra, que se echa en el ancho mundo de los hombres (el mar) para ganar corazones y voluntades, reuniendo en torno suyo a los hijos de Dios. En ella entran todos, tanto peces buenos como malos, que deben ser depurados para separar los unos de los otros. A primera impresión, parece un mensaje duro e indolente, sin embargo, es todo lo contrario: trata de advertirnos que el reino es una realidad ajena a nuestros deseos, que debemos no solo tratar de no perdernos, sino que también contribuir a que otros tampoco la pierdan, dando a nuestras vidas un giro definitivo y definitorio al optar por Jesús. Es necesario que la Iglesia mantenga sus puertas abiertas en gesto de universal misericordia para toda persona, no con exclusividad para un grupo determinado, porque es al Señor a quien corresponde juzgar los corazones y depurar a los buenos (los del Reino) y a los que no lo son. No siempre obramos con el bien y lo cierto es que a veces tenemos la doble condición de pecadores y de pescadores (Rom 3, 23). Somos débiles por naturaleza humana, lo que no nos impide ponernos al servicio de Jesús pese a nuestras limitaciones, siendo dóciles a la gracia. En ese sentido, aún resuenan en un eco universal, las palabras del Papa Francisco en el santuario de Cracovia dedicado a su antecesor San Juan Pablo II: “Lo que “busca” realmente Jesús, son corazones abiertos y tiernos con los débiles”. En otro aspecto, lo de escriba puede bien aplicarse a cualquier estudioso que comprende y acepta el anuncio del reino de los cielos, “… como un padre de familia que va sacando del baúl lo nuevo y lo antiguo”, porque conjuga lo novedoso con los valores que hunden su raíz en el pasado, en los principios que mantienen vigencia con un marcado impacto de catequesis. El baúl contiene el tesoro patrimonial de la familia de los hijos de Dios (el mensaje de la Buena Noticia), que se va adaptando a las cambiantes circunstancias en el trabajo apostólico, la predicación comunitaria, la liturgia y la vida social. Conforme resulte necesario: “va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo”, en la riqueza perdurable del mensaje del Evangelio, como plenitud de las promesas desde el Antiguo Testamento. Conciliar los bienes pasajeros a los tesoros inagotables del Reino, se podría aplicar también en la vida personal a otras redes, la de los medios electrónicos, que con el internet han revolucionado casi todo y a todos, tornándose necesario mantener la higiene espiritual, para depurar nuestra conciencia del peso muerto de tanta información anticristiana que circula en ellas. Conviene tirar lo viejo y caduco, lo inútil que nos aturde con esas nuevas tecnologías, para sustituirlo por buena formación, por sana e instructiva información, de fuentes confiables que fortalezcan y resguarden nuestra espiritualidad.

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4 Viernes

Memoria Obligatoria: Santo Domingo de Guzmán, Présbitero y Doctor de la Iglesia Blanco

Lectura del libro del Levítico 23,1.4-11.15-16.27.34b-37 El Señor dijo a Moisés: «Estas son las festividades del Señor, en las que convocarán a asambleas litúrgicas. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la fiesta de la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes sin levadura, dedicada al Señor. Comerán panes sin levadura durante siete días. El primer día de éstos se reunirán en asamblea litúrgica y no harán ningún trabajo. Los siete días harán ofrendas al Señor. El día séptimo se volverán a reunir en asamblea litúrgica y no harán ningún trabajo de siervos». El Señor volvió a hablar a Moisés y le dijo: «Di a los israelitas: Cuando entren en la tierra que yo les voy a dar y recojan la cosecha, le llevarán la primera gavilla al sacerdote, quien la agitará ritualmente en presencia del Señor, el día siguiente al sábado para que sea aceptada. Pasadas siete semanas completas, contando desde el día siguiente al sábado en que lleven la gavilla para la agitación ritual, hasta el día siguiente al séptimo sábado, es decir, a los cincuenta días, harán una nueva ofrenda al Señor. El día diez del séptimo mes es el día de la expiación. Se reunirán en asamblea litúrgica, harán penitencia y presentarán una ofrenda al Señor. El día quince de este séptimo mes comienza la fiesta de los Campamentos, dedicada al Señor, y dura siete días. El primer día se reunirán en asamblea litúrgica. No harán trabajos serviles. Los siete días harán ofrendas al Señor. El octavo día volverán a reunirse en asamblea litúrgica y a hacer una ofrenda al Señor. Es día de reunión religiosa solemne. No harán trabajos serviles. Estas son las festividades del Señor, en las que se reunirán en asamblea litúrgica y ofrecerán al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponde a cada día». Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 80, 3-4.5-6ab R/. Aclamen a Dios nuestra fuerza Acompañen, toquen los panderos, las cítaras templadas y las arpas; toquen la trompeta por la luna nueva, por la luna llena que es nuestra fiesta. R/. Porque es una ley en Israel,  un precepto del Dios de Jacob, una norma establecida por José, al salir de la tierra de Egipto. R/. «No tendrás un Dios extraño, no adorarás un Dios extranjero, yo, el Señor, soy el Dios tuyo, que te saqué del pais de Egipto ». R/. Lectura del santo Evangelio según san Mateo 13,54-58 En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar a la gente en la sinagoga, de tal forma, que todos estaban asombrados y se preguntaban: «¿De dónde ha sacado éste esa sabiduría y esos poderes milagrosos? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es María su madre, y no son sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿No viven entre nosotros todas sus

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hermanas? ¿De dónde, pues, ha sacado todas estas cosas?» Y se negaban a creer en él.  Entonces Jesús les dijo: «Un profeta no es despreciado más que en su patria y en su casa». Y no hizo muchos milagros allí porque les faltaba fe. Palabra del Señor. Meditación Ante la profundidad del mensaje de Jesús, sorprendente, pero de fácil comprensión, hoy como ayer los corazones se abren, el entendimiento se ilumina, la realidad revela matices hasta entonces ocultos. Por eso apela a las parábolas, compartiendo verdades esenciales mensajes sencillos, sacando lecciones prácticas de la vida diaria. Jesús se apoya más en los sentimientos, en lo simbólico e imaginativo, que, en lo lógico, haciendo simple lo complejo. Y por eso todos le entendían. Sin embargo, mientras mucha gente le aceptaba y le seguía con entusiasmo, otros en cambio, le rechazaban y no perdían oportunidad de criticarle, tratando de provocar malquerencia entre sus oyentes. Era el caso de los fariseos, que habían cerrado su corazón al mensaje de Jesús. En tanto otros le escuchaban, le seguían, se convertían al verle curar o realizar signos y prodigios, los letrados, los escribas, de su lado se escandalizan y resisten a creer porque se sentían cuestionados. Con su actitud arrastraban a otros a no creer. Debió ser un golpe muy duro para Jesús no sentirse acogido en su presentación oficial, por la gente que lo vio crecer en su comunidad de origen de Nazaret. Muchos de sus vecinos se resistían a la profundidad del mensaje que predicaba, negándose a reconocer su autoridad. Se escandalizaban por sus prédicas, sus milagros, su comportamiento, sus acciones e incluso alguna vez llegaron a calumniarlo por su silencio. No entendían la transformación que se había operado en aquel hombre, que conocieron desde niño a muchacho, trabajando en el seno familiar junto a su padre, educado e instruido con singular abnegación por su madre María, que en su comportamiento se diferenciaba de todos los demás. De repente, había dejado a su familia cuando comenzó su vida pública. ¿De dónde había sacado su sabiduría y esos poderes milagrosos? Se preguntaban. Y se negaban a aceptarle, cosa que lastimosamente ocurre con algunos hoy. El mensaje del Evangelio ha llegado hasta nuestros días, gracias a los seguidores de Jesús que creyeron en él, quienes al principio repetían sus dichos y hechos en la tradición oral, sobre todo en la catequesis y en la liturgia. Después, con la iluminación de Dios a través del Espíritu Santo, este mensaje se fue poniendo por escrito, en una labor de amor inspirado, para garantizar que el mensaje llegue a través de la Iglesia que se extendió gradualmente por todo el mundo. A veces esperamos grandes prodigios, sin embargo, cada día en el misterio de la consagración ocurre el mayor milagro ante nuestros ojos,

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con Cristo que se hace presencia real en la eucaristía. Pero si no somos dóciles al mensaje profético, si no actuamos con fidelidad al llamado del Evangelio ni se opera una conversión; si oímos y no escuchamos, si no queremos creer, es como si fuéramos ciegos-sordos de propósito, igual que aquellos incrédulos fariseos. Pensemos seriamente que el Señor no puede realizar milagro alguno si no creemos en El ni le creemos a Él. Evitemos la tentación de actuar como fariseos modernos. 5

Feria o Memoria Libre: La Dedicación de la Basílica de Santa María

Sábado

Verde o Blanco

Lectura del libro del Levítico 25,1.8-17 El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí: «Haz el cómputo de siete semanas de años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años. A toque de trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El día de la expiación harás resonar la trompeta por todo el país. Santificarán el año cincuenta y promulgarán la manumisión en el país para todos sus moradores. Celebrarán jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia. El año cincuenta es para ustedes jubilar; no sembrarán ni segarán el grano de ricio ni cortarán las uvas de cepas bordes. Porque es jubileo; lo considerarás sagrado. Comerán de la cosecha de sus campos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Cuando realices operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques. Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años transcurridos desde el jubileo. Él a su vez te lo cobrará según el número de cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas. Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, su Dios.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 66 “Oh Dios que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.” El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros;conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R/. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,1-12 En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús, y dijo a sus cortesanos: «Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas». Es que Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Filipo, porque Juan le

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decía que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías bailó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera.  Ella, aconsejada por su madre, le dijo: «Dame, ahora mismo, en una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista». El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre. Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús. Palabra del Señor. Meditación Nos recordaba la lectura de Mateo ayer, que nadie es profeta en su tierra y que estos personajes que aceptan la misión de dar a conocer los designios de Dios no solo pueden sufrir violencia y menosprecio, sino que algunas veces hasta la muerte. A menudo el profeta debe asumir su misión entre desprecio y rechazo a su mensaje, porque se ve precisado a denunciar situaciones incómodas que involucran al poder y a los poderosos. Tal es el caso de Juan El Bautista, que figura como el último de los profetas en el Nuevo Testamento, que prefigura con su muerte el sacrificio del hijo de Dios y a quien el propio Jesús acredita su status de “el más grande nacido de mujer” por ser profeta-precursor del Mesías. Es el último de los profetas porque marca el límite con la primera alianza entre Dios, Abraham y Moisés y el nuevo pacto entre Dios y los hombres, que encarna Jesucristo. Juan, hijo de Zacarías e Isabel, era primo de Jesús, y el apelativo de Bautista le fue otorgado a raíz precisamente del bautismo del Señor en las aguas del Jordán, escena en que el profeta le reconoce como el Hijo de Dios. Su anuncio de haber sido testigo mediante el baño ritual del inicio del reino mesiánico, llamando al arrepentimiento de corazón como preparación para ese reinado, era la doble plataforma de su misión profética. Su muerte ocurrió durante el reinado de Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande –el mismo personaje que tratara de matar al niño Jesús al enterarse de su nacimiento-, cuyo territorio dominaba todo el norte de Palestina. Consciente de cuales podían ser las consecuencias que le sobrevendrían, Juan denuncia reiteradamente la conducta inmoral de Herodes Antipas, que tenía por mujer a Herodías, la esposa de su hermano Filipo, lo que va en contra de los deseos de Dios. Ni siquiera verse reducido a la cárcel le doblegó su firmeza en las denuncias contra el gobernante adúltero, no se rindió ni se volvió atrás, y por eso se consumó su martirio para silenciar su insistente reclamo de arrepentimiento del gobernante, llamándolo a la conversión del corazón.

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Asimismo, ante el descalabro moral que caracteriza hoy a nuestras sociedades, ante el cuadro de deterioro de la familia, las injusticias sociales que van en aumento, con el fantasma cruel de la guerra, que sobrepone intereses de países poderosos frente a otros más débiles, frente al pecado de la indiferencia que nos convierte en testigos mudos y distantes del drama de violencia contra la mujer, del abandono de los niños, de la corrupción rampante, se necesitan voces proféticas como la del precursor de Cristo, que no solo denuncien, sino que también anuncien con ardor. Que proclamen la verdad sin ataduras, que exalten a Dios con convicción, que anticipen el advenimiento del bien, que allanen los caminos de la esperanza y la paz, declarando la hermandad entre todos los hombres, como preludio del reino que palpitaba desde antiguo en el anuncio de Juan El Bautista. 6

Fiesta: La Transfiguración del Señor

Domingo

Blanco

Asociados con Jesucristo, nos transfiguramos en El y se transfigura nuestro mundo Algunas orientaciones: Colocar el lema del mes en un lugar visible:”Reúnanse todas las gentes y los pueblos” (Is 43,9) / Resaltar el lema de este Domingo/ destacar los símbolos de este día; luz y vestiduras blancas. Monicion de Entrada Hermanos y hermanas: nos reunimos hoy fiesta de la Transfiguración del Señor, en la que recordamos aquel momento en que El se da a conocer como el enviado de Dios, el hijo amado , el predilecto, ya anunciado por los profetas, ante aquellos discípulos entristecidos por el anuncio de su pasión y muerte que les había dado. En este mes de Agosto, estamos llamados a participar, asociándonos con otros, para realizar el Reino de Dios en nuestro pueblo dominicano al celebrar las fiestas de la Restauración de la República Dominicana. Asociados con el Señor y en grupos, juntas de vecinos y pequeñas comunidades trabajemos juntos, enfrentando los problemas sociales y respondiendo a las necesidades de nuestro sector, de nuestro país y motivados por el mandato del Señor recogido en el lema del mes “Reúnanse todas las gentes y los pueblos” (Is. 43,9). Con gozo, dispongámonos para recibir cantando a Jesús transfigurado que se hace presente en la persona de quien preside.

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ORACIÓN COLECTA Oh Dios, que en la gloriosa Transfiguración de tu Unigénito confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra perfecta adopción como hijos tuyos, concédenos, te rogamos, que, escuchando siempre la palabra de tu Hijo, el Predilecto, seamos un día coherederos de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo. Liturgia de la Palabra Primera Lectura: Daniel. 7, 9-10.13-14 El profeta Daniel con esta profecía, anuncia cómo el Hijo del Hombre reunirá con el poder que le ha dado su Padre a todos los pueblos y naciones en su Reino eterno. Escuchemos Lectura de la Profecia de Daniel 7, 9-10.13-14 Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego; sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 96 R/. El Señor reina, altísimo sobre la tierra El Señor reina, la tierra goza, se alegran las islas innumerables. Tiniebla y nube lo rodean, justicia y derecho sostienen su trono. R/. Los montes se derriten como cera ante el dueño de toda la tierra; los cielos pregonan su justicia, y todos los pueblos contemplan su gloria. R/. Porque tú eres, Señor, altísimo sobre toda la tierra, encumbrado sobre todos los dioses. R/. Segunda lectura: II Pedro. 1: 16-19 Pedro, asociado a Jesús de modo especial como testigo de su transfiguración, nos invita a tener fe firme en su victoria final, que se mostrará como luz que brilla y lucero que nace en nuestros corazones. Escuchemos. Lectura de la Segunda Carta del Apostol San Pedro 1, 16-19 Queridos Hermanos: Cuando les dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria, cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: «Éste es mi Hijo amado, mi predilecto.» Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacen muy bien en prestarle atención, como a una

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lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en sus corazones. Palabra de Dios. Aleluya Mt. 17,5c Este es mi hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo Evangelio: Lucas 9,28b-36 Jesús quiere mostrarles a sus discípulos entristecidos que lo suyo no era algo propio, sino que estaba asociado a Moisés y a Elías y más aún a su Padre, quien manifiesta que El es su Hijo predilecto. Al mismo tiempo asocia a Pedro y a Juan y a todos nosotros en su victoria sobre la muerte. Puestos de pie, con el canto aclamemos a Jesús quien nos da a conocer su misterio en su transfiguración. Lectura del Santo Evangelio según san Lucas 9,28b-36 En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»  Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: «Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escúchenlo.»  Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: «Levántense, no teman.» Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.  Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No cuenten a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.» Palabra del Señor. Meditación Se acercaban los días del escándalo de su muerte en la cruz, cuando Jesús toma a tres de sus apóstoles: Pedro, Santiago y Juan, dirigiéndose con ellos a la montaña, lugar por excelencia para el encuentro con Dios, donde tiene lugar un acontecimiento glorioso que no se puede traducir fielmente en palabras. De acuerdo a lo que nos narra Lucas, en un resplandor inexplicable Jesús aparece hablando con Elías y Moisés acerca de su muerte, que acontecerá en Jerusalén, en una visión de la gloria, que anticipa frente a sus seguidores la resurrección. La transfiguración prepara espiritualmente a los discípulos ante el inminente impacto dramático de la pasión, señalando el final de la vida terrena de Jesús. El Papa San León Magno declara que en la transfiguración Jesús “trataba sobre todo de alejar de los corazones de los discípulos el escándalo de la cruz”.

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Varios signos en esta lectura, nos aportan importantes claves para su discernimiento: Dos hombres conversaban con Jesús, eran Moisés y Elías: Los dos personifican la Ley y los profetas, y ambos experimentaron teofanías o manifestaciones de Dios en el Monte Horeb y en el Sinaí. El Señor dijo a Moisés: “Me presentaré a ti en una densa nube” (Ex 19, 9). Los dos personajes bíblicos, que tuvieron encuentros con Dios, eran los más calificados para acompañar a Jesús en su Cristofanía o manifestación gloriosa. Se caían de sueño: igual que en el Monte de los Olivos, los tres discípulos se quedan vencidos por el sueño mientras Jesús, que sabe lo cerca que está de su pasión y muerte, se mantiene orando. En esta escena de la Transfiguración despiertan y ven la gloria de Dios manifestarse, prueba pasajera de la dicha que espera al final del sufrimiento en la cruz. Únicamente a través de la oración puede vislumbrarse dicha glorificación. Ajenos los apóstoles al verdadero propósito de Jesús, que anuncia su muerte, piensan haber llegado a la plenitud, se sienten como en el cielo y le proponen quedarse allí permanentemente en tres tiendas, junto a los dos profetas transfigurados. Llegó una nube que los cubrió: la nube es una teofanía o signo de la presencia de Dios entre los hombres, como lo señalan diversos pasajes en el Antiguo Testamento. Cuando el pueblo elegido atravesó el desierto en busca de la tierra prometida, la nube le acompañaba en su peregrinar. Una voz desde la nube: ¡Escúchenlo! es la confirmación de Dios de que Cristo posee la plenitud del poder del Padre porque ha cumplido fielmente su voluntad hasta el final. ¡Escúchenlo! significa en este caso ¡síganlo! Jesús ya está solo cuando se oye la voz. Estar a la escucha es una actitud fundamental del que quiera seguir a Cristo. Por eso afirma el Papa Francisco: “El cristiano que no sabe escuchar a Dios en su conciencia, no es libre”. Si no sabe escuchar, no puede testimoniar, por eso: a nadie contaron, porque no estaban aún preparados para comprender el sentido de lo que había ocurrido, y guardaron silencio. Oración de los fieles El que preside: Padre te presentamos por medio de tu Hijo Amado nuestras súplicas confiadas. Por el Papa Francisco, nuestros Obispos, Sacerdotes y Diáconos, Laicos y Laicas, para que asociados con Cristo sean testigos de su transfiguración y anuncien su Palabra que transfigura los corazones. Oremos.  Por todos los que gobiernan, los que tienen responsabilidad en el manejo de los recursos económicos, para que actúen con transparencia y asociados a las comunidades trabajen por la transformación de sus pueblos. Oremos. Por los que sufren por cualquier circunstancia, para que la gloria de Cristo que se nos ha manifestado a nosotros, les ilumine también a ellos en medio de sus penas y les fortalezca seguros de la victoria final. Oremos. Por nosotros, para que en este año de la participación, nos asociemos en comunidades, pequeños grupos de vida y organizaciones, para que con la ayuda del Señor transfiguremos nuestra patria. Oremos.

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Por todas las familias, y todos los matrimonios, para que sean testimonio del amor de Dios, y en Cristo transfigurado sus hijos sean iluminados y encuentren su vocación en la vida religiosa o sacerdotal. Oremos. Por los que asociados al sistema educativo: los padres, profesores, los estudiantes y personal administrativo, para que, al inicio del presente año escolar miren con esperanza el futuro, se eduque en valores y se responda a las transformaciones que Cristo desea para todas las gentes y los pueblos. Oremos. El que Preside: Acoge, Padre, nuestras oraciones y transfíguranos cada vez más a imagen de tu Hijo amado para unidos a Ti transformemos nuestro mundo. Por El que contigo vive y reina glorioso por los siglos de los siglos. Oración sobre las ofrendas Santifica, Señor, las ofrendas que te presentamos en la gloriosa Transfiguración de tu Unigénito, y límpianos de las manchas del pecado con el resplandor de tu luz. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión Los celestes alimentos que hemos recibido, Señor, nos transformen en imagen de tu Hijo, cuya gloria nos has manifestado en el misterio de su Transfiguración. Por Jesucristo, nuestro Señor. Feria o Memoria Libre: San Sixto II, Papa y sus compañeros Mártires o San Cayetano, Présbitero II Semana Liturgia de las Horas Verde, Rojo o Blanco 7

Lectura del libro de los Números 11,4b-15 En aquellos días, los israelitas dijeron: «¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná.»  El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban en el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.  Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: «¿Por qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: “Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres”? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: “Danos de comer carne.” Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas.» Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 80 12-13.14-15 R./”Aclamen a Dios, nuestra Fuerza” Mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer: los entregué a su corazón obstinado, para que anduviesen según sus antojos. R/. ¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino! En un momento humillaría a sus enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios. R/.  Los que aborrecen al Señor te adularían, y su suerte quedaría fijada; te alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel silvestre. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,13-21 En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos.  Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer.»  Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, denles ustedes de comer.» Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces.»  Les dijo: «Traigánmelos.» Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Palabra del Señor. Meditación ¡Qué manera tan hermosa de conducirnos, con este relato, a suscitar el deseo de alimentarnos con el banquete celestial de la eucaristía! La historia da comienzo cuando Jesús recibe la triste noticia de la muerte de Juan el Bautista. Él sabe que también su vida corre peligro, porque está en la lista negra de Herodes, lo que le hace retirarse discretamente en una barca a la otra orilla del lago, al culminar la primera misión evangélica. Desea estar a solas con sus discípulos en un sitio distante, pero la gente llega por tierra primero que ellos. Jesús se da cuenta de que están tan sedientos y hambrientos de escucharle predicar el mensaje de salvación, como de alimentarse, porque llevan mucho tiempo sin comer. Siente verdadera compasión por la muchedumbre y deja manifestar esa sensibilidad, animando a los discípulos a que les den de comer. Los cinco panes y dos pescados recolectados son insignificantes para la gran multitud. Y he aquí que toma los panes y los peces, alzó la mirada al cielo, los bendijo, partió únicamente el pan -detalle que nos evoca la eucaristía- y los dio a los discípulos, quienes a su vez los repartieron a la gente. La misma

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expresión, idéntica invocación, igual formula litúrgica que en la última cena. Comieron todos, unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños hasta quedar saciados, y recogieron doce cestos llenos de sobras, el mismo número de las tribus de Israel, una cesta por cada tribu. Las milagrosas alimentaciones multitudinarias son para el creyente un signo elocuente de la eucaristía, que vinculan a los episodios del maná en el desierto (Éxodo 16) con Jesús, el nuevo Moisés, pastor de las tribus. Los grandes banquetes de Jesús son postes indicadores que nos señalan al cielo, las grandiosas comidas por las que lo acusaban de comer con publicanos y pecadores, son un preámbulo de la eucaristía, que a la vez nos introduce a este sacramento de salvación, como anticipo del gran banquete del Reino. Ese signo de amor se reproduce hoy en cada sacramento del altar, en grandes catedrales como en pequeñas capillas, o a campo abierto en comunión con la naturaleza, cuando Jesús se multiplica como pan partido y compartido, con poder de saciar el anhelo espiritual de toda la humanidad. El milagro de la eucaristía nos da la certeza de ser salvados y bendecidos, porque hace posible lo imposible, abriéndonos a un porvenir inesperado, al mundo definitivo que sobrepasa -más que mucho más- nuestras limitadas previsiones humanas. La humanidad, hambrienta de pan y Palabra de vida, está permanentemente invitada a la misa, la multiplicación milagrosa del Pan del Cielo, aquel que lo come no muere de anhelo. 8 Martes

Memoria Obligatoria: San Juan María Vianney, Presbítero Blanco

Lectura del libro de los Números 12,1-13 En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa la mujer cusita que había tomado por esposa. Dijeron: «¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?» El Señor lo oyó. Moisés era el hombre más sufrido del mundo. El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María: «Salgan los tres hacia la tienda del encuentro.» Y los tres salieron. El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María. Ellos se adelantaron, y el Señor dijo: «Escuchen mis palabras: Cuando hay entre ustedes un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando, contempla la figura del Señor. ¿Cómo se han atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?» La ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida. Entonces Aarón dijo a Moisés: «Perdón, señor; no nos exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como un

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aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida.» Moisés suplicó al Señor: «Por favor, cúrala.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 50, 3-4.5-6.12-13 R/. Misericordia, Señor: hemos pecado Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R/. Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás inocente. R/. Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu Santo Espíritu. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,22-36 Después que se sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!» Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.» Él le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.» En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.» Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados. Palabra del Señor. Meditación Esta lectura está cargada de símbolos teológicos referidos al surgimiento de la comunidad eclesial, porque el evangelio de Mateo es el Evangelio de la Iglesia por excelencia. Después de dar de comer a la multitud por el milagro de los panes y los peces, Jesús despide a las gentes, y a los discípulos que se retiran en la barca, mientras él sube a la montaña a orar, pasando largas horas a solas con Dios, dando ejemplo de la necesidad de hacer oración. La barca simboliza la iglesia, que mientras atravesó el mar interior con Cristo, no tuvo contratiempo alguno, pero ahora, sin él a bordo, se ve

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zarandeada por un viento en contra, lo mismo que acontece a lo largo de toda su historia. Así como Yahvé condujo al pueblo elegido atravesando en dura marcha el desierto hasta llegar a la tierra prometida, de la misma manera le corresponde a Cristo llevar a buen puerto la barca de Pedro, en quien está centrada la acción de socorro de todos los apóstoles, quienes después darán origen a las diversas comunidades de creyentes. Jesús reaparece caminando sobre las aguas, como Señor que ejerce dominio absoluto sobre la naturaleza, en sentido amplio Él es el amo de la creación. El relato tiene sabor de anuncio pascual que lo declara vencedor incluso de los abismos de la muerte, ya que Mateo escribe una catequesis para guiar a la Iglesia post-pascual. Cuando los apóstoles divisan a Jesús caminando sobre la superficie del lago, Pedro, que actúa como el apóstol de apóstoles que toma la iniciativa, apenas lo reconoce cuando deja escuchar su voz, y condiciona ir a su encuentro con un cierto asomo de dudas, poniendo a prueba las palabras de Jesús: Si eres tú… Ante la confirmación de la identidad del Señor, Pedro comienza a caminar sobre las aguas, pero por un instante deja de mirar a Jesús para mirarse a sí mismo sobre las ondulantes aguas, poniendo más atención en el milagro que en la palabra del Señor y, como era de esperarse, comienza a hundirse. Presa del pánico clama por salvación y Jesús lo rescata. Lo mismo ha experimentado la iglesia más de una vez: cuando sigue fiel y dócil la voz clara del Buen Pastor supera las adversidades; cuando ha dudado, guiándose por criterios eminentemente humanos, ha sido bamboleada cual velero en tormenta y si no ha zozobrado, es por la intervención salvadora de Cristo. Es significativo que cuando Jesús y Pedro suben a la barca, el viento y el oleaje se calman, lo que lleva a los apóstoles a reconocerlo, en confesión de fe, como verdadero Hijo de Dios. El final del relato pone de relieve, la importancia de la fe en Jesús como Señor de la comunidad. Cuando llegan a la orilla, al pueblo de Genesaret, la fama precede a Jesús por su poder milagroso. Llevan a todos los enfermos y todos son curados prodigiosamente, señal de que el Reino de Dios ha comenzado. 9 Miércoles

Feria o Memoria Libre: Santa Teresa Benedicta de la Cruz, Virgen y Mártir Verde o Rojo

Lectura del libro de los Números 13,1-2.25–14,1.26-30.34-35 En aquellos días, el Señor dijo a Moisés en el desierto de Farán: «Envía gente a explorar el país de Canaán, que yo voy a entregar a los israelitas: envía uno de cada tribu, y que todos sean jefes.» Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país; y se presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad israelita, en el desierto de Farán, en Cadés. Presentaron su informe a toda la comunidad y les enseñaron

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los frutos del país. Y les contaron: «Hemos entrado en el país adonde nos enviaste; es una tierra que mana leche y miel; aquí tienen sus frutos. Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas (hemos visto allí hijos de Anac). Amalec vive en la región del desierto, los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, los cananeos junto al mar y junto al Jordán.» Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés y dijo: «Tenemos que subir y apoderarnos de esa tierra, porque podemos con ella.» Pero los que habían subido con él replicaron: «No podemos atacar al pueblo, porque es más fuerte que nosotros.» Y desacreditaban la tierra que habían explorado delante de los israelitas: «La tierra que hemos cruzado y explorado es una tierra que devora a sus habitantes; el pueblo que hemos visto en ella es de gran estatura. Hemos visto allí gigantes, hijos de Anac: parecíamos saltamontes a su lado, y así nos veían ellos.» Entonces toda la comunidad empezó a dar gritos, y el pueblo lloró toda la noche. El Señor dijo a Moisés y Aarón: «¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada protestando contra mí? He oído a los israelitas protestar de mí. Pues diles: «Por mi vida –oráculo del Señor–, que les haré lo que me han dicho en la cara; en este desierto caerán sus cadáveres, y de todo su censo, contando de veinte años para arriba, los que protestaron contra mí no entraran en la tierra donde juré que los establecería. Sólo exceptúo a Josué, hijo de Nun, y a Caleb, hijo de Jefoné. Contando los días que exploraste la tierra, cuarenta días, cargarán con su culpa un año por cada día, cuarenta años. Para que sepan lo que es desobedecerme. Yo, el Señor, juro que trataré así a esa comunidad perversa que se ha amotinado contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 105, 6-7a.13-14.21-22.23 R/. Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo Hemos pecado con nuestros padres, hemos cometido maldades e iniquidades. Nuestros padres en Egipto no comprendieron tus maravillas. R/. Bien pronto olvidaron sus obras, y no se fiaron de sus planes: ardían de avidez en el desierto y tentaron a Dios en la estepa. R/. Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios en Egipto, maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R/. Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 15,21-28 En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.» Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.»

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Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.» Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.» Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.» Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.» En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor. Meditación En este relato entra en acción la salvación universal, el amor de Dios que no tiene muros ni fronteras, porque la misión mesiánica de Jesús no está reservada únicamente a los pueblos que se declaran cristianos, sino a todos aquellos que cumplan la voluntad de Dios. Desde el Antiguo Testamento las ciudades de Tiro y Sidón eran señaladas como tierra de paganos. Una mujer Siria procedente de Tiro, de Canaán, también llamada la ciudad de los paganos, se acerca desesperada para rogar a Jesús por la curación de su hija, que estaba poseída por un demonio perturbador. Al silencio inicial de Jesús le sigue la dureza de palabras a la mujer pagana, estableciendo una poco usual distinción entre el privilegio de los hijos -los de Israel- como merecedores de la eucaristía, en oposición a los perritos -los gentiles- que no deben comer el pan reservado a los hijos. Es indudable que Jesús somete a prueba la fe de la madre desesperada, que en su reclamo, humilde aunque insistente, reconoce la principalía de Israel en el plan de salvación, que no es exclusivo en el proyecto del reino que se propone a todos los hombres, e incluye a los gentiles que tienen fe auténtica, pudiendo comer las migajas de pan que caen debajo de la mesa. Jesús llegará a puntualizar la grandeza de fe de esta cananea, que igual al centurión romano confía profundamente en Dios. Además, debe haber impactado a Jesús ser llamado con el título mesiánico Hijo de David por la cananea, que al parecer conocía los salmos de Salomón. Y es que, fiarse y confiarse por completo en el Señor que se ofreció como víctima por todos los hombres, es el factor común que identifica a los ciudadanos del reino, porque el amor de Dios no es excluyente ni exclusivista, sino disponible a la universalidad de todos los seres humanos. No podemos reducir un amor tan grande a la medida de nuestra pequeñez humana, con frecuencia mezquina y egoísta. A condición de que el centro gravitacional de la vida sea la fe en el Señor, sin importar raza, color, credo, ideología, status económico, nacionalidad o condición social, todos entran en la dinámica de la redención. El universalismo de Mateo choca de frente con el particularismo que a veces asoma en el ámbito de algunas de nuestras iglesias que dicen ser cristianas, o en movimientos al interior de la iglesia, cuyo fundamento es Jesucristo, el mismo que mostró compasión con la cananea. Sin embargo están afectadas de grupismo, que les impulsa a promover la división en el Pueblo de Dios, en lugar del pluralismo abierto a la unidad

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en la diversidad, que nos impulsa a comportarnos como hijos del mismo Padre. Siendo miembros de la fraternidad universal, que se dirigen a su Padre común por medio de la oración, ¿Cómo podría siquiera decir Padre Nuestro, quien no exalta la fidelidad sin límites del Señor a quien invoca, cuyo atributo principal es la misericordia, pidiendo venga a nosotros tu reino? 10 Jueves

Fiesta: San Lorenzo, Diácono y Mártir Rojo

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios 9,6-10 Hermanos: El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmarlos de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, les sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: «Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta.» El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer les proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de su justicia. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 111,1-2.5-6.7-8.9 R/. Dichoso el que se apiada y presta Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. R/.  Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. R/.  No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. R/.  Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 12,24-26 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.» Palabra del Señor. Meditación Somos el grano de trigo, que igual puede dar mucho fruto, muriendo a sí mismo en obras concretas por los demás, como quedar solo, estéril, perdido, desgastado, inútil, egoísta. Depende de nuestra capacidad de entrega.

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Colectivamente, como iglesia, estamos llamados a dar mucho fruto, pero para ello es preciso salir de la zona de confort, sacrificarse mucho, sufrir mucho, renunciar, orar y servir bastante. No es fácil vivir esa hondura del amor hecho entrega, exigente pero formidable. Hay actos de generosidad para el aplauso y las relaciones públicas, y hay obras de caridad con calidad. Nos damos cuenta de la diferencia entre una y otra, cuando en el servicio al necesitado se le trata como a un hermano, en comunión de igual a igual, sin crear dependencia. Y además la obra es discreta, además de fraternal, porque en su ejercicio se ha puesto tiempo, empeño, manos, alma, corazón y respeto. A propósito, Miguel de Unamuno llegó a implorar: “Señor, santificado se tu nombre, no con vanas palabras, sino con actos y con palabras que sean actos, palabras de caridad”. El mundo actual se ha convertido en un territorio de misión que demanda la entrega y el compromiso efectivo y afectivo que se hace justicia eficaz y amor práctico. El tiempo de la vida humana es como un soplo, pasajero y fugaz, que solo encuentra sentido cuando nuestra conducta está orientada a la negación y desprendimiento propios, en favor de quienes nos necesitan, de los que más necesitan. Las carencias no son únicamente de tipo material, sino que tocan a las personas en su núcleo más íntimo. La pobreza material casi siempre coexiste con la pobreza espiritual y no pocas veces quienes pierden el sentido de la vida recobran el entusiasmo de vivir, cuando pueden salir de sí mismos a tener contacto humano con personas que necesitan ayuda. La experiencia de vulnerabilidad compartida les devuelve el sentido del otro, actuando con un efecto altamente terapéutico. Hacer el bien nos hace sentir bien, porque la vida es un don, un maravilloso regalo para compartir. Pero además está la promesa del amor de Dios siempre fiel, de estar presente, hecho carne y sangre, actualidad humana en y con nosotros, en el servicio desinteresado a los demás. El amor que ponemos en obras, a ejemplo de Jesús, nos descubre los lazos que nos ligan a Dios y nos transfiguran para la vida que no tiene fin. El poeta místico Tagore lo sintetizó con esta reflexión: “Dormía y soñaba que la vida era alegría; desperté y vi que tenía que servir; serví y descubrí que servir era la alegría”. 11 Viernes

Memoria Obligatoria: Santa Clara, Virgen Blanco

Lectura del libro del Deuteronomio 4,32-40 Habló Moisés al pueblo y dijo: «Pregunta, pregunta a los tiempos antiguos, que te han precedido, desde el día en que Dios creó al hombre sobre la tierra: ¿hubo jamás, desde un extremo al otro del cielo, palabra tan grande como ésta?; ¿se oyó cosa semejante?; ¿hay algún pueblo que haya oído, como tú has oído, la voz del Dios vivo, hablando desde el fuego, y haya sobrevivido?; ¿algún Dios intentó jamás venir a buscarse una nación entre

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las otras por medio de pruebas, signos, prodigios y guerra, con mano fuerte y brazo poderoso, por grandes terrores, como todo lo que el Señor, su Dios, hizo con ustedes en Egipto, ante sus ojos? Te lo han hecho ver para que reconozcas que el Señor es Dios, y no hay otro fuera de él. Desde el cielo hizo resonar su voz para enseñarte, en la tierra te mostró aquel gran fuego, y oíste sus palabras que salían del fuego. Porque amó a tus padres y después eligió a su descendencia, él en persona te sacó de Egipto con gran fuerza, para desposeer ante ti a pueblos más grandes y fuertes que tú, para traerte y darte sus tierras en heredad, cosa que hoy es un hecho. Reconoce, pues, hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos después de ti, y prolongues tus días en el suelo que el Señor, tu Dios, te da para siempre.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 76,12-13.14-15.16.21 R/. Recuerdo las proezas del Señor Recuerdo las proezas del Señor; sí, recuerdo tus antiguos portentos, medito todas tus obras y considero tus hazañas. R/.  Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro Dios? Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos. R/.  Con tu brazo rescataste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. Guiabas a tu pueblo, como a un rebaño, por la mano de Moisés y de Aarón. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,24-28 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla? Porque el Hijo del hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del hombre con majestad.» Palabra del Señor. Meditación Esta lectura ilumina el quehacer de los discípulos de Jesús de ayer y de hoy, con el dilema entre perder o ganar la vida. Dicho a sus apóstoles, fue trazar el destino riesgoso de seguirlo a Él, a contracorriente de un mundo que lo rechazó y persiguió, hasta culminar con la pena de muerte en la cruz. A la distancia de más de dos mil años, el sacrificio de Jesús ha derivado en asumir la cruz del sacrificio. Seguir las huellas de Jesús supone, frecuentemente, sufrir grandes adversidades y dificultades, aunque sabiendo que al final El y nosotros seremos vencedores, que todo este mal es pasajero. Muchos toman a la ligera el nombre de cristianos, olvidando que la misión de Cristo consistió en hacer la voluntad de su Padre y que la

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misión del seguidor de Cristo no es otra que hacer cumplir la voluntad del Hijo de Dios, a quien se concede todo el señorío, así en la tierra como en el cielo. Si la vida de Jesús en su meta terrestre fue de servicio y entrega por los demás, si su muerte fue un acto de redención para reconciliar al hombre con su Creador, cuya relación estaba rota por causa del pecado, por consiguiente la vida del cristiano no debe agotarse en la inutilidad del pecado, del egoísmo, para entonces vivir conforme y contento con tener asegurados sueldo, casa y comida. En muchos hogares dominicanos se acostumbra guardar en la nevera sobras de comida para dar a los indigentes cada cierto tiempo, tan solo “para evitar que se pierda porque el pan no se vota”. Pero asimismo hay quienes “cumplen” en la iglesia con el tiempo que les sobra. Se sienten cómodos en las ofrendas desprendiéndose de algunas monedas contantes y sonantes. O descartan una ropa usada para los menesterosos de la calle, porque les sobra en el armario o el guardarropa. Con estas acciones de falsa caridad, sobra decir que tienen la conciencia tan tranquila, porque han dado algo, y eso los hace sentir buena gente. Y no está mal. Pero no se trata de poner al servicio de los otros únicamente lo que tenemos para el descarte, sino y sobre todo, lo que somos. Incluso si nos empeñamos en actualizar nuestros conocimientos en una profesión, debe ser para ofrecer un servicio de óptima calidad a los demás. La verdad es que desvivirse por los otros, a la manera en que lo exige Jesús, es hacer de nuestra vida un acto de donación constante. Los que se han desprendido de sí mismos, saben que pierden la vida para encontrarla. ¿Cuál es la medida de nuestro amor por los demás, a donde conduce nuestra meta terrestre de servicio y entrega? La recompensa tendrá la misma medida que nuestra capacidad de amor. No perdamos de vista que un día el Señor dirá: “Vengan, benditos de mi Padre; yo les aseguro que cuánto hicieron con el más insignificante de mis hermanos, a mí lo hicieron” (Mt 25, 33 ss). 12

Feria o Memoria Libre: Santa Juana Francisca de Chantal, Religiosa

Sábado

Verde o Blanco

Lectura del libro del Deuteronomio 6,4-13 Moisés habló al pueblo, diciendo: «Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales. Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra que juró a tus padres –a Abrahán, Isaac y Jacob– que te había de dar, con ciudades grandes y ricas que tú no has construido, casas

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rebosantes de riquezas que tú no has llenado, pozos ya excavados que tú no has excavado, viñas y olivares que tú no has plantado, comerás hasta hartarte. Pero, cuidado: no olvides al Señor que te sacó de Egipto, de la esclavitud. Al Señor, tu Dios, temerás, a él sólo servirás, sólo en su nombre jurarás.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 17,2-3a.3bc-4.47.51ab R/. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;  Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador. R/.  Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío, mi fuerza salvadora, mi baluarte. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos. R/.  Viva el Señor, bendita sea mi Roca, sea ensalzado mi Dios y Salvador: tú diste gran victoria a tu rey, tuviste misericordia de tu Ungido. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,14-20 En aquel tiempo, se acercó a Jesús un hombre, que le dijo de rodillas: «Señor, ten compasión de mi hijo, que tiene epilepsia y le dan ataques; muchas veces se cae en el fuego o en el agua. Se lo he traído a tus discípulos, y no han sido capaces de curarlo.»  Jesús contestó: «¡Generación perversa e infiel! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo los tendré que soportar? Tráiganmelo.»  Jesús increpó al demonio, y salió; en aquel momento se curó el niño. Los discípulos se acercaron a Jesús y le preguntaron aparte: «¿Y por qué no pudimos echarlo nosotros?»  Les contestó: «Por su poca fe. Les aseguro que, si fuera su fe como un grano de mostaza, le dirían a aquella montaña que viniera aquí, y vendría. Nada les sería imposible.» Palabra del Señor. Meditación En sus relatos Mateo une muy estrechamente la fe, la súplica y los milagros, a manera de lección para sus apóstoles y para las comunidades., nos muestra como el maestro pasa de educar a los discípulos de tener una fe pequeña, hasta lograr una confianza absoluta en Dios. Prolongada esta enseñanza en el tiempo para todas las generaciones, incluida la nuestra, la fe pasa por un proceso que va desde adentrarse confiada en el misterio de Dios, hasta abandonarse por completo en él. Después de la Pascua esa confianza inicial debe iluminar toda la vida, reflejándose en los pensamientos, los actos y las palabras. Mateo pone de relieve en esta escena el caso del padre de un muchacho epiléptico, que implora desesperado una sanación para su hijo porque sus discípulos no han podido lograrlo. La enseñanza se desarrolla en forma de diálogo, con el reproche de Jesús a sus seguidores por la falta de fe. “Si tan siquiera tuvieran fe como una semilla de mostaza”, les amonesta tras sanarlo, porque su poca fe les hizo incapaces de exorcizar el mal del muchacho. Si creyeran -o creyéramos- con total confianza en el poder

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y amor sin límites de Dios, sin miedo o incredulidades, lograríamos lo imposible, hasta mover montañas. La fe es fuerza del corazón, energía del alma y potencia de la mente unidos en una sola convicción. El combustible de la fe es la oración. Si acostumbramos a orar solo de vez en cuando, nos pasará lo mismo que a los discípulos: que entretanto el Señor oraba profundamente, reuniendo fuerzas para los eventos de su Pasión y Cruz que se avecinaban, ellos dormían. Por eso, al surgir las primeras dificultades están preocupados, cuando comienzan los problemas se asustan, huyen en el momento que apresan a Jesús, porque su espíritu está debilitado. La oración es el misterio de entablar con Dios un diálogo de corazón a corazón, escuchándole, más que hablándole, porque El conoce más que nosotros nuestras necesidades, aún antes de que se conviertan en ruegos en la hondura del alma. La contemplación es dejarse ver por Dios en la oración, pero sin hablarle. La oración vivifica con intensidad todo nuestro ser, por eso debemos orar siempre, así en el templo como en cualquier momento y circunstancia. Como la mostaza, un arbusto que se origina de una semilla muy pequeña crece rápido, se reproduce con gran facilidad, se adapta a cada clima o ambiente y termina adueñándose de cualquier terreno, venciendo todas las barreras, una fe así propaga rápidamente su efecto multiplicador en todas direcciones: interiormente y en la realidad exterior. La fe de un grano de mostaza, que, de menos a más, de adentro hacia afuera, creciera en la iglesia irradiándose al ancho mundo de los hombres, reclamaba Jesús para sus discípulos y lo mismo nos pide a nosotros hoy. ¿Cuánto tiempo dedicas a orar fuera del templo, a conectarte con Dios, fuente primaria de todas las bienaventuranzas y milagros, tan necesarios hoy como ayer, para no desfallecer? 13

XIX Domingo del Tiempo Ordinario

III Semana Liturgia de las Horas

Verde

Asociados a Jesucristo podemos vencer el miedo y realizar su Reino Algunas orientaciones: Colocar el lema del día en un lugar visible/Recordar el lema y el valor del mes /Como nos acercamos a la celebración de la fiesta Restauradora, resaltar esta celebración como fiesta de la dominicanidad/Colocar una bandera dominicana y motivar para que se coloque en todos los hogares , que siempre este en alto nuestro escudo dominicano y en nuestro corazón su lema: Dios Patria y libertad./ Motivar para que todos coloquen en sus hogares nuestra Bandera Nacional /y motivar para que se celebre la acción significativa en los sectores.

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Monición de entrada: Hermanos y hermanas nos reúne el Señor, para que asociados a toda la Iglesia participemos con gozo de esta celebración eucarística y experimentemos esa misma brisa suave que experimentó Elías, como presencia del Señor en medio de nosotros. Así, como el Señor fortaleció al profeta Elías, a Pablo y a Pedro, quienes en algunas circunstancia de sus vidas experimentaron dudas, miedo y turbulencia, nos sigue hoy liberando del miedo, para poder seguir adelante en la misión del Reino a la que hemos sido llamados. Motivados con el lema: ”Reúnanse todas las gentes y los Pueblos”(Is. 43,9) sigamos trabajando, para que cada vez más nos asociemos entre nosotros para realizar la obra de Dios. Con Alegría, recibamos a Jesús que llega a esta Asamblea en la persona de su ministro. Oracion colecta Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre,aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo. Liturgia de la Palabra Primera Lectura: 1 Re 19, 9ª.11-13a En esta misión de asociarnos y buscar que otros se asocien con el Señor, como pueblo podemos sentirnos desanimados como Elías. Pero, siempre el Señor nos muestra su presencia de diferentes maneras, para que sigamos su misión. Escuchemos. Lectura del primer libro de los Reyes 19,9a.11-13a En aquellos días, cuando Elías llegó al Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va pasar!»  Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hizo trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 84, 9ab-10. 11-12. 13-14 R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación Voy a escuchar lo que dice el Señor: «Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos.» La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra. R/. La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo. R/. El Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto. La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos. R/.

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Segunda Lectura: Romanos 9,1-5 Como Pablo, que sufre por sus hermanos judíos que no reconocieron a Jesús, como el hijo de Dios, estamos llamados a trabajar, para que todas las gentes y pueblos se asocien con Jesús y entre sí y se realice su Reino en la humanidad. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 9,1-5 Hermanos: Digo la verdad en Cristo; mi conciencia, iluminada por el Espíritu Santo, me asegura que no miento. Siento una gran pena y un dolor incesante, en mi corazón, pues por el bien de mis hermanos, los de mi raza según la carne, quisiera incluso ser un proscrito lejos de Cristo. Ellos descienden de Israel, fueron adoptados como hijos, tienen la presencia de Dios, la alianza, la ley, el culto y las promesas. Suyos son los patriarcas, de quienes, según la carne, nació el Mesías, el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos. Amén. Palabra de Dios. Aleluya: Cf. Sal 129,5 Espero en el Señor, espero en su palabra Evangelio: Mateo 14, 22-23 Hoy pasamos por muchas dificultades, la barca parece hundirse, por fuerte oleajes, sin embargo, Jesús nos repite como a los discípulos de ayer: “no tengan miedo”, “animo” y nos extiende su mano, para que asociados a El, trabajemos sin miedo, para que su reino se realice en medio de nosotros. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,22-33 Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.  Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengan miedo!» Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»  Él le dijo: «Ven.» Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.»  En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.» Palabra del Señor.

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Meditación Esta lectura está cargada de símbolos teológicos referidos al surgimiento de la comunidad eclesial, porque el de Mateo es por excelencia el Evangelio de la Iglesia. Después de dar de comer a la multitud por el milagro de los panes y los peces, Jesús despide a las gentes, y pide a los discípulos que se retiren en la barca mientras él sube a la montaña a orar, pasando largas horas a solas con Dios, dando así ejemplo de la importancia de la oración. La barca simboliza la iglesia, que mientras atravesó el lago con Cristo no tuvo contratiempo alguno, pero ahora, sin él a bordo, se ve zarandeada por un viento en contra, lo mismo que acontece a lo largo de toda su historia. Así como Yahvé condujo al pueblo elegido atravesando el desierto hasta llegar a la tierra prometida, de la misma manera le corresponde a Cristo llevar a buen puerto la barca de Pedro, en quien está centrada la acción de socorro de todos los apóstoles, quienes después darán origen a las diversas comunidades de creyentes. Jesús reaparece caminando sobre las aguas, como Señor que ejerce dominio absoluto sobre la naturaleza. En sentido amplio él es el amo de la creación. El relato tiene sabor de anuncio pascual al declararlo vencedor incluso de los abismos de la muerte, ya que Mateo escribe una catequesis destinada a guiar a la Iglesia post-pascual. Cuando los apóstoles divisan a Jesús caminando sobre la superficie del lago, Pedro, que actúa como cabeza de los apóstoles tomando la iniciativa, apenas lo reconoce cuando deja escuchar su voz, y condiciona ir a su encuentro, con un cierto asomo de dudas, poniendo a prueba las palabras de Jesús: Si eres tú… Ante la propia identificación del Señor Pedro comienza a caminar sobre las aguas, pero por un instante deja de mirar a Jesús para mirarse a sí mismo pisando la ondulante superficie, poniendo más atención en el milagro que en la palabra del Señor y, como era de esperarse, comienza a hundirse. Presa del pánico, clama por salvación y Jesús lo rescata. Lo mismo ha experimentado la iglesia: cuando sigue fiel y dócil la voz clara del Buen Pastor supera todas las adversidades; cuando ha dudado, guiándose por criterios eminentemente humanos, ha sido bamboleada cual velero en tormenta y si no ha zozobrado, es por la intervención salvadora de Cristo. La imagen de Cristo rescatando de las aguas al apóstol que se hunde por dudar, apunta también a significar que quien distrae la mirada del salvador en los momentos de dificultades, puede sucumbir, pero si cree de corazón en su presencia como don y llamada, participa ya de la resurrección. Es además un claro testimonio de que el Señor está presente en medio de su pueblo, no en sentido futuro, sino desde ya comunicando su vida inmortal, en los trances y momentos cruciales de la existencia humana y tan solo basta con clamarle con fe viva para que su auxilio se haga operante.

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Oracion de los fieles Quien preside: Presentemos con toda confianza nuestras peticiones al Señor diciéndole al Padre: Fortálecenos para realizar tu Reino. Por la Iglesia, por el papa Francisco, por los obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, Laicos y laicas, para que en medio de las dificultades se mantengan firmes en la fe y cumpliendo su misión. Oremos. Por nuestra nación, que se prepara a celebrar un año más de su gesta restauradora, para que el Señor en estos momentos de fuertes tempestades de corrupción, desigualdades, impunidad y delincuencia nos fortalezca para seguir trabajando por una patria justa y de todos. Oremos. Por los enfermos, los que sufren por la violencia, por la exclusión social, los que vacilan en su fe, por los que tienen miedo, los que pasan hambre, para que se asocien al Señor y entre ellos para resolver su situación. Oremos. Por esta asamblea reunida en el día del Señor, para que El nos dé una fe firme y decidida, para continuar siendo signo e instrumento del Reino de Dios asociando a todos a Cristo y entre sí. Oremos. Para que las familias, los sectores, juntas de vecinos y toda la sociedad aúnen esfuerzos para dar respuestas a las necesidades comunitarias. Oremos. El que preside: Escucha, Padre, nuestras súplicas. Fortalece nuestra debilidad. Danos fuerza para vencer el miedo, los desánimos, la depresión y el cansancio para seguir adelante. Por Jesucristo nuestro Señor. Oración sobre las ofrendas Acepta, Señor, los dones que le has dado a tu Iglesia para que pueda ofrecértelos, y transformarlos en sacramento de nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión La comunión en tus sacramentos nos salve, Señor, y nos afiance en la luz de tu verdad. Por Jesucristo nuestro Señor. 14

Memoria Obligatoria: San Maximiliano Kolbe, Présbitero y Mártir

Lunes

Rojo

Lectura del libro del Deuteronomio 10,12-22 Moisés habló al pueblo, diciendo: «Ahora, Israel, ¿qué es lo que te exige el Señor, tu Dios? Que temas al Señor, tu Dios, que sigas sus caminos y lo ames, que sirvas al Señor, tu Dios, con todo el corazón y con toda el alma, que guardes los preceptos del Señor, tu Dios, y los mandatos que yo te mando hoy, para tu bien. Cierto: del Señor son los cielos, hasta el último cielo, la tierra y todo cuanto la habita; con todo, sólo de sus padres se enamoró el Señor, los amó, y de su descendencia los escogió a ustedes entre todos los pueblos, como sucede hoy. Circunciden su corazón, no endurezcan su cerviz; que el Señor, vuestro Dios, es Dios de dioses y Señor de señores,

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Dios grande, fuerte y terrible; no es parcial ni acepta soborno, hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al forastero, dándole pan y vestido. Amarán al forastero, porque forasteros fuiste en Egipto. Temerás al Señor, tu Dios, le servirás, te pegarás a él, en su nombre jurarás. Él será tu alabanza, él será tu Dios, pues él hizo a tu favor las terribles hazañas que tus ojos han visto. Setenta eran tus padres cuando bajaron a Egipto, y ahora el Señor, tu Dios, te ha hecho numeroso como las estrellas del cielo.» Palabra de Dios Salmo Responsorial: 147,12-13.14-15.19-20 R/. Glorifica al Señor, Jerusalén Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión: que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.  Ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina. Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz. R/. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,22-27 En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.  Cuando llegaron a Cafarnaúm, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: «¿Su Maestro no paga las dos dracmas?»  Contestó: «Sí.» Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: «¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?» Contestó: «A los extraños.»  Jesús le dijo: «Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.» Palabra del Señor. Meditación Con el segundo anuncio de Jesús de la proximidad de su muerte, los discípulos se acongojan y parecen aceptar a regañadientes la penosa realidad. Aquel al que siguen, siendo testigos de tantos milagros y prodigios, tiene para ellos una imagen de poder y autoridad tan fuerte, que no da cabida a la debilidad o al fracaso, pese a estar conscientes del odio y la persecución de los grandes de Israel. Lo cierto es que no pocos de los apóstoles acariciaban la idea de un reinado mesiánico, confundiendo la misión salvadora de Jesús con un plan de liberación humana respaldado por Dios. Confiaban en que Jesús -Dios salva-, como rey todopoderoso tomaría el control del poder político y religioso de la nación judía y de allí gobernaría

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todas las naciones del mundo, lo que les aseguraría a ellos buenos puestos administrativos. Creían firmemente que se cumpliría lo dicho por el profeta Daniel (713), esperanza del antiguo Israel: “a él se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron”. Sin embargo, luego del anuncio de su muerte, el comentario de un recaudador de impuestos lo hace abordar el tema del pago de la cotización. De acuerdo a la ley judía, cada ciudadano debía contribuir con la conservación del templo y el pago del servicio sacerdotal, que cada año se cobraba, con urgencia o sin ella, dependiendo de las grandes fiestas religiosas. Estaban obligados todos a cumplir con el tributo pagando el impuesto en dracmas, una moneda griega de relativo escaso valor, equivalente a dos jornadas de trabajo de un obrero. El episodio tiene varias lecciones, comenzando con el título de Hijo del Hombre que se atribuye Jesús, una designación en que se reconoce unido a la raza humana y a su historia, condicionado y encarnado en ella. Ser una persona humana, que vive en una realidad temporal, sujeta a condiciones materiales y sociales, condicionan a Jesús a someterse a las reglas de la sociedad en que le ha tocado vivir. Igual que nosotros, cristianos de este tiempo, que vivimos en una sociedad conforme a las normas que la rigen. Pero aunque somos ciudadanos del mundo, no pertenecemos únicamente de este mundo, como sentencia Juan 2-15. Queremos asumir desde ya los valores del Reino esforzándonos por cumplirlos a cabalidad, pero encarnados en la realidad social, política y económica de la sociedad en que nos desenvolvemos. Caeríamos en un error de tipo moral, que por aspirar a tener morada en el cielo nos neguemos a pagar la renta, sumado a todas las otras consecuencias que nos acarrearía. Muy al contrario, Jesús como encarnación de Dios en medio de su pueblo, tenía que dar muestras de realización plena como hombre, para luego enseñar a los suyos la plenitud de su divinidad. Al final de esta lectura, Jesús reafirma su condición de Mesías con poderes celestiales, ordenando a Pedro atrapar un pez para sacar de su boca la moneda del pago. Porque de alguna manera hay que cumplir. 15 Martes

Solemnidad: Asunción de la Virgen María Blanco

Lectura del libro del Apocalipsis 11, 19a; 12, 1-6a.10ab Se abrió en el cielo el santuario de Dios y en su santuario apareció el arca de su alianza. Después apareció una figura portentosa en el cielo: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal, coronada con doce estrellas. Apareció otra señal en el cielo: Un enorme dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos y siete diademas en las cabezas. Con la cola barrió del cielo un tercio de las estrellas, arrojándolas a la tierra. El dragón estaba enfrente de

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la mujer que iba a dar a luz, dispuesto a tragarse el niño en cuanto naciera. Dio a luz un varón, destinado a gobernar con vara de hierro a los pueblos. Arrebataron al niño y lo llevaron junto al trono de Dios. La mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar reservado por Dios.  Se oyó una gran voz en el cielo: «Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.» Palabra de Dios.  Salmo Responsorial: 44 10bc.11-12ab.16 R/. De pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir Hijas de reyes salen a tu encuentro, de pie a tu derecha está la reina, enjoyada con oro de Ofir. R/.  Escucha, hija, mira: inclina el oído, olvida tu pueblo y la casa paterna;  prendado está el rey de tu belleza: póstrate ante él, que él es tu señor. R/.  Las traen entre alegría y algazara, van entrando en el palacio real. R/. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 15,20-27a Hermanos: Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida. Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies. Palabra de Dios. Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,39-56 En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»  María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa. Palabra del Señor.

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Meditación Celebramos la solemnidad de la Gloriosa Asunción de la Virgen María, a la que todas las generaciones han llamado bienaventurada porque el Señor hizo en ella la obra más grandiosa de la historia de la salvación, uniendo el cielo con la tierra. Esta fiesta está iluminada hoy por la escena de la visitación, el anuncio jubiloso de María exaltando la fecundidad de una triple obra de amor compartida: De Dios a la humanidad a través de ella misma, de María a la humanidad a través de Cristo y de Cristo por la salvación de la humanidad. Luego del anuncio del ángel, María no se queda ensimismada en la propia complacencia como inefable portadora del misterio que daba inicio al último capítulo de la historia de la salvación, sino que por un impulso interior del Espíritu se pone en camino, para participar su dicha con su añosa prima Isabel también embarazada, para testimoniar la grandeza del Señor. María brilla como modelo de virtudes dignas de cultivar en todos los tiempos, lo dice la Constitución Lumen Gentium, y su actitud nos invita como iglesia a desacomodarnos poniéndonos en camino. En camino de solidaridad, como lo hizo ella con su anciana prima, quien estaba embarazada desde hacía seis meses, quedándose otros tres meses a acompañarla. Aunque los evangelios no dan más detalles, sugieren que María estuvo asistiendo a su prima en los cuidados de una embarazada de avanzada edad, hasta que dio a luz a quien luego pondría por nombre Juan. La virgen resplandecía como un prodigio de humildad. Cuando recibe el saludo su prima Isabel exaltando la bendición sinigual de concebir en su vientre al Señor, en lugar de presumir, responde con un cántico que sobrepone la grandeza misericordiosa de Dios a su pequeñez poniendo su mirada en ella, una pobre criatura del Señor, llamándola a convertirse en la madre del Mesías. Las palabras del cántico “porque ha mirado la humildad de su sierva” dejan claro que la sorprendente humildad de María es lo que atrae sobre ella la sobreabundante benevolencia de Dios. Aunque se sabe depositaria de un milagro grandioso, no se da excesiva importancia ni se recrea en su ego, sino en la magnificencia de Dios. El Magnificat es el cántico profético de los pobres sin poder, los humildes sin fortuna, los sencillos, que se saben protegidos por Dios frente a los intereses de los poderosos del mundo. Pero así también es un testimonio, desde la alabanza de María, por todos aquellos que viven desprendidos de sí entregados a Dios, que han renunciado al amor demasiado cómodo, entregados al servicio de los demás. ¿Cuántas veces habrá pasado de largo la mirada del Señor, porque nuestra soberbia y altivez nos han hecho indiferentes a su decisión gratuita? ¿Cuántos habrán cerrado las puertas a la benevolencia misericordiosa del Altísimo por falta de disposición a su divina solicitud? ¿Cómo María, has reconocido que cuanto tienes y eres, son un reflejo de la fidelidad del amor misericordioso de Dios en tu vida?

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Feria o Memoria Libre: San Esteban de Hungría

Miércoles Verde o Blanco 154º Aniversario de la Restauracion de la Independencia Nacional 45º Aniversario de la dedicacion de la Basilica-Catedral Nuestra Señora de la Altagracia Lectura del Libro del Deuteronomio 34,1-12 En aquellos días, Moisés subió de la estepa de Moab al monte Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, el territorio de Neftall, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el mar occidental, el Negueb y la comarca del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar; y le dijo: «Ésta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: “Se la daré a tu descendencia.” Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.» Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor; y hasta el dia de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años; no había perdido vista ni había decaído su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días, hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés. Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos; los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés. Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel. Salmo Responsorial: 65, 1-3ª.5 y 8. 16-17 R/ “ Bendito sea Dios, que nos ha devuelto la vida Aclama al Señor, tierra entera; toquen en honor de su nombre, canten himnos a su gloria. Digan a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R/. Vengan a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres. Bendigan, pueblos, a nuestro Dios, hagan resonar sus alabanzas. R/. Fieles de Dios, vengan a escuchar, les contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. R/. Lectura del Santo Evangelio según san Mateo 18,15-20 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano. Les aseguro que todo lo que aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. Les aseguro,

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además, que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» Palabra del Señor. Meditación Con frecuencia olvidamos que la comunidad primitiva, origen de la iglesia, se formó con pequeños grupos de personas afines o cercanas, que se reunían a participar de la fracción del pan, -eucaristía- en celebraciones comunitarias. La comunidad pasó a ser el nuevo lugar sagrado para el encuentro con Dios, con los mismos atributos que Jesús da a Pedro (Mt 16-16 ss): la facultad de atar y desatar en el cielo y en la tierra. Por esa razón la reconciliación adquiere status de sacramento comunitario, solo reservado a Cristo antes de la Pascua. Adquiere la promesa “del acuerdo”, que le concede una nueva dimensión a la oración comunitaria: donde dos o más se pongan de acuerdo, en el centro estará la presencia de Jesús. Adquiría así la facultad de conciliación y también la capacidad de lograr la reconciliación. Es decir, que la comunidad se convierte en el lugar sagrado de encuentro con Dios, concepto que antes se atribuía al templo, ahora la oración comunitaria ha desplazado del centro de interés a la Ley. A medida que fueron creciendo estos grupos comunitarios, en algunos casos en medio de hostilidades y persecución, se hizo necesario establecer reglas claras de profesión de fe, para mantener la cohesión y la coherencia. En ocasiones someter a cuestionamientos a quienes se apartaban de las enseñanzas cristianas extraviando el camino correcto, así como incurriendo en inconductas que ponían en cuestionamiento a la comunidad. Para ello, crearon unos procedimientos prácticos que no seguían el rigorismo farisaico vigente en las sinagogas, que apartaba de las congregaciones a todo aquel que entrara en contradicción con las enseñanzas judaicas como el único medio de salvación. En las primeras comunidades entendieron que debían ser misericordiosos en la corrección fraterna, y aplicar sanciones o penitencias conforme a la gravedad de la falta cometida, adoptando el mecanismo de recurrir a instancias o grados de corrección. El fin era readmitir en la comunidad al pecador o infractor si demostraba estar arrepentido, porque a decir verdad todos somos pecadores, nos equivocamos, cometemos errores. Desde esa perspectiva, el primer grado de corrección consistía en un contacto personal dialogando con el hermano en falta, animándole a la rectificación bajo un ambiente de oración. Si el infractor se arrepentía y corregía, entonces ocurría la necesaria reconciliación que debe primar entre hermanos, integrándosele nueva vez al grupo. Pero si tras la reprensión la persona recaía en la impenitencia, se convocaba a uno o dos más en calidad de testigos y si aun así el resultado seguía siendo negativo, se llevaba el caso a la asamblea, con riesgo de ser expulsado en excomunión.

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En nuestro país, a imitación de las primeras iglesias, también se está concediendo un lugar de primerísima importancia a las pequeñas comunidades y grupos de vida, en los que se acrecienta la fe animados por la parroquia y por la iglesia diocesana. Profundicemos la caridad fraterna en unión con Cristo y con la Virgen María, que participaron, en espíritu de oración y comunión, en pequeñas comunidades primitivas. 17 Jueves

Feria Verde

Lectura del libro de Josué 3,7-10a.11.13-17 En aquellos días, el Señor dijo a Josué: «Hoy empezaré a engrandecerte ante todo Israel, para que vean que estoy contigo como estuve con Moisés. Tú ordena a los sacerdotes portadores del arca de la alianza que cuando lleguen a la orilla se detengan en el Jordán.»  Josué dijo a los israelitas: «Acérquense aquí a escuchar las palabras del Señor, su Dios. Así conocerán que un Dios vivo está en medio de ustedes, y que va a expulsar ante ustedes a los cananeos. Miren, el arca de la alianza del Dueño de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de ustedes. Y cuando los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del Dueño de toda la tierra pisen el Jordán, la corriente del Jordán se cortará: el agua que viene de arriba se detendrá formando un embalse.»  Cuando la gente levantó el campamento para pasar el Jordán, los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza caminaron delante de la gente. Y, al llegar al Jordán, en cuanto mojaron los pies en el agua –el Jordán va hasta los bordes todo el tiempo de la siega–, el agua que venía de arriba se detuvo, creció formando un embalse que llegaba muy lejos, hasta Adam, un pueblo cerca de Sartán, y el agua que bajaba al mar del desierto, al mar Muerto, se cortó del todo. La gente pasó frente a Jericó. Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor estaban quietos en el cauce seco, firmes en medio del Jordán, mientras Israel iba pasando por el cauce seco, hasta que acabaron de pasar todos. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 113A,1-2.3-4.5-6 R/. Aleluya Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente, Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. R/.  El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás; los montes saltaron como carneros; las colinas, como corderos. R/.  ¿Qué te pasa, mar, que huyes, a ti, Jordán, que te echas atrás? ¿Y a ustedes, montes, que saltan como carneros; colinas, que saltan como corderos? R/.

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 18,21–19,1 En aquel tiempo, se adelantó Pedro y preguntó a Jesús: «Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?» Jesús le contesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y a propósito de esto, el reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Al empezar a ajustarlas, le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo.” El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: “Págame lo que me debes.” El compañero, arrojándose a sus pies, le rogaba, diciendo: “Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré.” Pero él se negó y fue y lo metió en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Sus compañeros, al ver lo ocurrido, quedaron consternados y fueron a contarle a su señor todo lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: “¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?» Y el señor, indignado, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda la deuda. Lo mismo hará con ustedes mi Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.»  Cuando acabó Jesús estas palabras, partió de Galilea y vino a la región de Judea, al otro lado del Jordán. Palabra del Señor. Meditación Si la reflexión de ayer se centraba en la corrección entre hermanos, hoy hace particular énfasis en el perdón ilimitado, mediante un discurso de Jesús que se origina en la pregunta de Pedro de si hay que perdonar hasta siete veces, número perfecto que simboliza la plenitud. A continuación Jesús plantea una parábola en varias escenas entre un rey y sus empleados deudores. En un caso dramático, perdona a uno que le adeudaba una gran cantidad de dinero pero este, una vez liberado del pago trata con dureza a uno de sus compañeros que le debía dinero a él, llegando incluso a meterlo a la cárcel. Entonces el rey, indignado cuando se entera del caso, le pide cuentas otra vez al empleado deudor y lo hace pagar sin la menor compasión. Así describe Mateo la relación de Dios con los hombres y de los hombres entre sí que tiene como meta el fundamento de la comunión, que se rompe sin remedio a no ser por la reparación oportuna del perdón. Esta historia aleccionadora se desarrolla sobre cuatro ejes progresivos, característica en el estilo del evangelista Mateo para la enseñanza moral: Deuda, misericordia, crueldad y justicia, advirtiendo que Dios

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será implacable con los inmisericordes, con los duros de corazón que no perdonen a sus hermanos. En la cultura del oriente la venganza era una ley de vida, mientras que el perdón se tenía como un signo de debilidad y de humillación. Por eso la respuesta de Jesús irrumpe como una novedad que rompe con ese concepto cultural de cobrarse inflexiblemente las deudas: se debe perdonar hasta setenta veces siete, es decir siempre. Nuestro Señor fue el mejor ejemplo con su actitud misericordiosa de perdón, y así lo hizo con sus verdugos, hasta el último instante antes de exhalar el último suspiro agonizando en la cruz: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Y en la oración del Padrenuestro pedimos a Dios constantemente que nos perdone nuestras ofensas de la misma manera como perdonamos a quienes nos ofenden. El perdón de todo corazón, es la regla básica de la ley universal del amor, indispensable para acceder al reino que está cada vez más cerca, en construcción. La vida es una escuela de falibilidad y pecados constantes que revela la natural debilidad humana. Todos estamos hechos del mismo barro. La perfección solo corresponde a Dios, por eso el creador, que conoce nuestras debilidades, se ha mostrado misericordioso, capaz de perdonar nuestras faltas y de exigirnos perdonar a nuestros iguales que acusan, en esencia, las mismas debilidades. Cuando uno se sabe perdonado por Dios, el único que puede juzgar con justicia, también tiende a perdonar y a comprender sin juzgar a los demás, asumiendo la bondad que nos permite entrar confiados en el dinamismo del reino. “Ama y no juzgues, si ves que un hombre peca mortalmente, odia el pecado pero no al pecador; no desprecies al hombre, puesto que no sabes los juicios de Dios”. Chancerel. 18 Viernes

Feria Verde

Lectura del libro de Josué 24,1-13 En aquellos días, Josué reunió a las tribus de Israel en Siquén. Convocó a los ancianos de Israel, a los cabezas de familia, jueces y alguaciles, y se presentaron ante el Señor.  Josué habló al pueblo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Al otro lado del río Éufrates vivieron antaño sus padres, Teraj, padre de Abrahán y de Najor, sirviendo a otros dioses. Tomé a Abrahán, su padre, del otro lado del río, lo conduje por todo el país de Canaán y multipliqué su descendencia dándole a Isaac. A Isaac le di Jacob y Esaú. A Esaú le di en propiedad la montaña de Seír, mientras que Jacob y sus hijos bajaron a Egipto. Envié a Moisés y Aarón para castigar a Egipto con los portentos que hice, y después los saqué de allí. Saqué de Egipto a sus padres; y llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a sus padres con caballería y carros hasta el mar Rojo. Pero gritaron al Señor, y él puso una nube oscura entre ustedes y los egipcios;

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después desplomó sobre ellos el mar, anegándolos. Sus ojos vieron lo que hice en Egipto. Después vivieron en el desierto muchos años. Los llevé al país de los amorreos, que vivían en Transjordania; los atacaron, y los entregué. Tomaron posesión de sus tierras, y yo los exterminé ante ustedes. Entonces Balac, hijo de Sipor, rey de Moab, atacó a Israel; mandó llamar a Balaán, hijo de Beor, para que los maldijera; pero yo no quise oír a Balaán, que no tuvo más remedio que bendecirlos, y los libré de sus manos. Pasaron el Jordán y llegaron a Jericó. Los jefes de Jericó los atacaron: los amorreos, fereceos, cananeos, hititas, guirgaseos, heveos y jebuseos; pero yo los entregué; sembré el pánico ante ustedes, y expulsaron a los dos reyes amorreos, no con tu espada ni con tu arco. Y les di una tierra por la que no habían sudado, ciudades que no habían construido, y en las que ahora viven, viñedos y olivares que no habían plantado, y de los que ahora comen.”» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 135,1-3.16-18.21-22.24 R./Den gracias al Señor, porque es bueno Porque es eterna su misericordia. Den gracias al Dios de los dioses. R/.  Den gracias al Señor de los señores. R/. Guio por el desierto a su pueblo. R/. Él hirió a reyes famosos. R/. Dio muerte a reyes poderosos. R/. Les dio su tierra en heredad. R/. En heredad a Israel, su siervo. R/. Y nos libró de nuestros opresores. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,3-12 En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Es lícito a uno despedir a su mujer por cualquier motivo?»  Él les respondió: «¿No han leído que el Creador, en el principio, los creó hombre y mujer, y dijo: “Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne”? De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»  Ellos insistieron: «¿Y por qué mandó Moisés darle acta de repudio y divorciarse?»  Él les contestó: «Por lo tercos que son les permitió Moisés divorciarse de sus mujeres; pero, al principio, no era así. Ahora les digo yo que, si uno se divorcia de su mujer –no hablo de impureza– y se casa con otra, comete adulterio.»  Los discípulos le replicaron: «Si ésa es la situación del hombre con la mujer, no trae cuenta casarse.» Pero él les dijo: «No todos pueden con eso, sólo los que han recibido ese don. Hay eunucos que salieron así del vientre de su madre, a otros los hicieron los hombres, y hay quienes se hacen eunucos por el reino de los cielos. El que pueda con esto, que lo haga.» Palabra del Señor.

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Meditación Los fariseos intentaron hacer caer en trampas a Jesús varias veces, para hacerle dar algunos traspiés en lo relativo al cumplimiento de la Ley que daba fundamento a la nación judía. Durante su viaje a Jerusalén, vuelven con una pregunta para ponerlo a prueba: le cuestionan si está permitido al hombre repudiar a su mujer por cualquier motivo. Dos escuelas se contradecían respecto del divorcio: Una defendía el divorcio como valedero en algunos casos, mientras que la otra lo recomendaba por cualquier motivo. Sobre todo, porque a la mujer en la sociedad de Israel y Palestina de aquel entonces, se le asignaba un lugar de segunda categoría. Ambas corrientes se apoyaban en Dt 24, 1: “Si un hombre toma a una mujer y se casa con ella, y resulta que esta mujer no halla gracia a sus ojos, porque descubre en ella algo que le desagrada, le redactará un certificado de repudio, se lo pondrá en su mano y la despedirá de su casa”. A este cuestionamiento Jesús responde que no es lícito, basándose en Gn (1-17: 2-24 ss.): “el hombre dejará a su padre y madre, y será una sola carne con su mujer. Por lo tanto lo que Dios une que no lo separe el hombre.” Entonces aluden al acta de divorcio permitida por Moisés, que Jesús atribuye a la dureza de corazón, y que tuvo un carácter transitorio, por lo que el matrimonio debe ser indisoluble; a menos que el hombre se separe estando en concubinato para casarse con otra, también peca de adulterio. Estas controversias llegan hasta nosotros en el mundo de hoy, en que ya no son dos escuelas de pensamiento, sino incontables ideologías que niegan el plan original de Dios, de que el matrimonio tiene la vocación de que el hombre y la mujer permanezcan unidos con carácter de permanencia. El catecismo de la iglesia (46, 2) establece: el matrimonio y su vínculo sagrado no dependen del arbitrio del hombre. El matrimonio no es una institución puramente humana. El mismo Dios es el autor del matrimonio. En ese sentido, la dureza machista de que habla Jesús, no es contra el matrimonio en sí mismo, también es dureza contra las leyes de Dios. Por eso convendría que haya un número mayor de convencidos como los discípulos, que manifiestan al escuchar la respuesta de Jesús de que el divorcio no es lícito ante los ojos de Dios: “…mejor convendría no casarse”. De la misma manera en que Jesús eleva el matrimonio al grado de sacramento, San Pablo, en Ef 5-25, 32 lo compara con la entrega de Cristo por amor a su iglesia: “Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa”. Debemos estar alertas contra todas las manipulaciones y criterios eminentemente humanos, que pretenden colocar en un segundo plano, después de los juicios del hombre, los mandatos de Dios, ya sea por la dureza del corazón o por el ablandamiento de la conciencia.

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19 Sábado

Feria o Memoria Libre: San Juan Eudes, Presbítero y San Ezequiel Moreno, Obispo Verde o Blanco

Lectura del libro de Josué 24,14-29 En aquellos días, Josué continuó hablando al pueblo: «Pues bien, teman al Señor, sírvanle con toda sinceridad; quiten de en medio los dioses a los que sirvieron sus padres al otro lado del río y en Egipto; y sirvan al Señor. Si no les parece bien servir al Señor, escojan hoy a quién quieren servir: a los dioses que sirvieron sus padres al este del Éufrates o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitan; yo y mi casa serviremos al Señor.»  El pueblo respondió: «¡Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a dioses extranjeros! El Señor es nuestro Dios; él nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la esclavitud de Egipto; él hizo a nuestra vista grandes signos, nos protegió en el camino que recorrimos y entre todos los pueblos por donde cruzamos. El Señor expulsó ante nosotros a los pueblos amorreos que habitaban el país. También nosotros serviremos al Señor: ¡es nuestro Dios!» Josué dijo al pueblo: «No podrán servir al Señor, porque es un Dios santo, un Dios celoso. No perdonará sus delitos ni sus pecados. Si abandonan al Señor y sirven a dioses extranjeros, se volverá contra ustedes y, después de haberlos tratado bien, los maltratará y los aniquilará.»  El pueblo respondió: «¡No! Serviremos al Señor.» Josué insistió: «Son testigos contra ustedes mismos de que han elegido servir al Señor.» Respondieron: «¡Somos testigos!»  Josué contestó: «Pues bien, quiten de en medio los dioses extranjeros que conservan, y pónganse de parte del Señor, Dios de Israel.»  El pueblo respondió: «Serviremos al Señor, nuestro Dios, y le obedeceremos.»  Aquel día, Josué selló el pacto con el pueblo y les dio leyes y mandatos en Siquén. Escribió las cláusulas en el libro de la ley de Dios, cogió una gran piedra y la erigió allí, bajo la encina del santuario del Señor, y dijo a todo el pueblo: «Miren esta piedra, que será testigo contra ustedes, porque ha oído todo lo que el Señor nos ha dicho. Será testigo contra ustedes, para que no puedan renegar de su Dios.» Luego despidió al pueblo, cada cual a su heredad.  Algún tiempo después murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 15,1-2a.5.7-8.11 R/. Tú, eres, Señor, mi heredad Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R/.  Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/.

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Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 19,13-15 En aquel tiempo, le acercaron unos niños a Jesús para que les impusiera las manos y rezara por ellos, pero los discípulos los regañaban. Jesús dijo: «Déjenlos, no impidan a los niños acercarse a mí; de los que son como ellos es el reino de los cielos.» Les impuso las manos y se marchó de allí. Palabra del Señor. Meditación Ocurre que, en tiempos de Jesús, al niño no se le concedía mucha importancia, eran ciudadanos de segunda categoría, al que se dedicaban los cuidados elementales, pero realmente importante era el adulto. Se tenía una mentalidad funcional para el infante, que podía significar una garantía de manutención de sus padres en el futuro, en el caso de los varones industriosos y las hembras una posibilidad de cambio provechoso para la familia, si se unía a un hombre adinerado de un clan poderoso. En esta escena, unos adultos acercan a unos niños, para que Jesús los bendiga, sin embargo los discípulos tratan de alejarlos para mantener una relativa tranquilidad en torno al maestro, que para su mentalidad, no tiene tiempo de tratar con niños, sino con adultos, a lo que el Señor reacciona para que los dejen acercarse a él sin impedimento alguno. “De los que son como ellos es el reino de los cielos”, afirma para sorpresa de sus seguidores y de quienes escuchan la afirmación. De los que son como niños, significa que son humildes, dóciles, confiados, sencillos, no guardan malos sentimientos y saben, además, que dependen de sus padres. El primer rasgo de los niños que salta a la vista es su espontaneidad. Se comportan de manera natural, sin simulación alguna. Saltan y ríen, porque todo es novedad para ellos, buscan el lado agradable de las circunstancias. Son humildes y no temen preguntar ni mostrar su ignorancia. Y tampoco son nada complicados. Saben que sus padres les proveen de sustento, si sienten frio los abrigas, los protegen de cualquier peligro y están atentos a ellos. Aceptan de buen grado que están creciendo, que no se han desarrollado como los adultos y que necesitan crecer. De consiguiente, los adultos que deseen llegar al reino de los cielos tienen que hacerse como ellos: libres de malicia, ver la vida con ojos nuevos, confiar plenamente en la providencia del Padre que está en los cielos. Descubrirse delante de Dios como un niño, sin embargo no significa volver a la infancia, o adoptar un comportamiento infantil; antes bien requiere de una conversión completa, total y absoluta del corazón, la mente y la conciencia. Jesús nos recomienda volver a hacernos como niños, cambiando nuestra mentalidad.

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Asumir un cambio de postura existencial, colocándonos como adultos frente al reino, en la obediente actitud de un niño ante su padre, aceptando que el control definitivo de su vida no está en sus manos, sino en los designios de Dios, reconociendo su carencia de poder y autoridad más allá de ciertos límites. El mandato de ser como niños encuentra eco también en los sentimientos de gozo, pobreza y sencillez de los anawim (los pobres del Señor), cristianos que se convierten como en pequeños niños en el espíritu, cuya única riqueza es Dios y su ideal de verdad, caridad, justicia y amor. Volvamos a ser como niños, inocentes y creativos, capaces de ver el reino de Dios levantándose en torno nuestro en los detalles más pequeños. 20

XX Domingo del Tiempo Ordinario

IV Semana Liturgia de las Horas

Verde

La fe rompe fronteras y reúne a los pueblos y naciones Algunas orientaciones: Colocar el lema del Domingo en un lugar visible/ mantener del lema del mes a la vista de todos “Reúnanse todas las gentes y los pueblos” (Is. 43,9)/Tener algún gesto de acogida a los hermanos y hermanas de otros países/se puede colocar diferentes banderas de otros países, manteniendo la nuestra durante todo éste mes / se puede dramatizar el evangelio. Monición de entrada: Hermanos y hermanas: Con mucha alegría nos reunimos para participar de esta fiesta del Señor en este vigésimo Domingo del Tiempo Ordinario, en el que aparece claro el mandato del Señor: “Reúnanse todas las gentes y los pueblos” (Is. 43,9) El Señor quiere que todos nos asociemos a El como pueblo y así realicemos su Reino en esta tierra. Sólo se necesita la fe verdadera que rompe las fronteras y nos abre a todas las gentes y a todos los pueblos, ya que para Dios no hay extranjeros, porque todos somos ciudadanos de su Reino. Con el corazón abierto a todas las personas y a todos los pueblos, dispongámonos a participar en esta acción de gracias a Dios Padre, por su Hijo que llega a nosotros a través de quien preside esta Celebración. Oración colecta Oh Dios, que has preparado bienes inefables para los que te aman, infunde tu amor en nuestros corazones, para que, amándote en todo y sobre todas las cosas consigamos alcanzar tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor Jesucristo.

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Liturgia de la Palabra Primera lectura: Isaías 56,1.6-7 El profeta Isaías nos presenta una visión universal de salvación que se concreta en Jesús, que vino a reunir a todas las gentes y los pueblos, para que se asocien al Señor y a su pueblo elegido. Escuchemos. Lectura del libro de Isaías 56,1.6-7 Así dice el Señor: «Guarden el derecho, practiquen la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 66,2-3.5.6.8 R/. Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra. R/.  Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/. Segunda Lectura: Romanos 11,13-15.29-32 Como el apóstol Pablo, nos entristece cuando nuestros hermanos y hermanas no viven la fe, no entran en el proceso de conversión, ni aceptan la misericordia de Dios que llega a todas las gentes y pueblos sin distinción. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11,13-15.29-32 Les digo a ustedes, los gentiles: Mientras sea su apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos. Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida? Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Ustedes, en otro tiempo, eran rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, han obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por ustedes, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos. Palabra de Dios. ALELUYA: MT. 4,23 Jesús proclama el evangelio del Reino, curando las dolencias del pueblo Evangelio: Mateo 15,21-28. Es la fe de la mujer cananea la que conmueve a Jesús y hace que su acción salvadora no tenga límites de ninguna clase y que se reúnan alrededor

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de El, todos los pueblos y naciones. Sólo se necesita la fe para asociarse a Jesús y a su Reino. Escuchemos. Lectura del santo evangelio según san Mateo 15,21-28 En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón.  Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo.» Él no le respondió nada.  Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando.»  Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel.» Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme.»  Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos.»  Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos.»  Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas.»  En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor. Meditación Las lecturas de este día giran en torno al horizonte de la gracia y la salvación, que se ofrece en gratuidad por igual a los hombres de todos los pueblos, de todas las razas y culturas, siempre que perseveren en su santa alianza. En la lectura profética, Isaías resume la situación de los judíos cuando se ven obligados a convivir con pueblos extranjeros, desterrados como ellos en el desierto, y al regresar encuentran que en su ausencia su patria también ha sido ocupada por otros extranjeros. Entonces se dan cuenta de que viven una situación novedosa que los identifica con otras culturas, con las cuales entran en alianza, reconociendo unidos al único Dios: el de Israel, porque no hay otro sino el que une fraternamente a todos los hombres, en la salvación que alcanza a todos los pueblos. También ese es el anuncio del salmo 66, en el que vemos a Israel consciente del privilegio de ser el pueblo escogido, pero deseoso de hacer partícipes a todas las naciones, invitando a todos los hombres de hoy a unirse en un coro universal de alabanza al Señor a una sola voz. Este salmo era entonado en las primeras iglesias a propósito de las fiestas de cosecha de Pentecostés y Tabernáculos, invitando a todos los hombres a dar gracias por los frutos de la bendición divina. El conjunto de la carta a los Romanos del apóstol Pablo se dirige a los griegos cristianos, considerando su integración al pueblo de Israel en la alabanza a Dios, como una resurrección de los muertos que los incorpora a la salvación. De hecho, en la declaración del proyecto divino, la reconciliación en Cristo de los griegos y de otros pueblos por medio de Israel, garantiza que la salvación del pueblo elegido sea irrevocable. Le lectura evangélica de la mujer cananea, también de cultura griega que implora un milagro de exorcismo para su hija, contiene una lección de

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apertura aún más piadosa de Cristo a los pueblos que tenían una legión de ídolos mitológicos en oposición con el único Dios viviente, porque en una demostración de gran humildad ella reconoció a Israel como el único pueblo que se alimentó del plan de la salvación, que por sus migajas también podía salvar a los otros pueblos que han tejido lazos de unidad reconociendo como suyo al mismo Dios. Esta lectura abre un porvenir de salvación y reconciliación cósmicouniversal, a todos los pueblos que reconozcan a Cristo como Dios Salvador, aun perteneciendo a otras culturas y a otros conceptos religiosos. También es una invitación a sostener un diálogo ecuménico que dé un nuevo giro a la relación fraterna entre religiones que dirigen su mirada en alabanza al mismo Dios, aunque tengan modos diferentes de expresión, siempre que acepten de buen grado entrar en el ideal de la fraternidad cristiana por intermedio de la reconciliación de Cristo. Unamos nuestra alabanza a Dios para que seamos un solo pueblo hermanado en comunión con la bendición del único Dios Padre. Oración de los fieles El que preside: Presentemos al Padre nuestras peticiones diciéndole: Auméntanos la fe. Por el Papa Francisco, los Obispos, Sacerdotes, Diáconos, Consagrados y Consagradas, Laicos y laicas, para que, a imagen de Jesús, sean servidores de toda la gente eliminando toda frontera. Oremos. Por los que gobiernan las Naciones, nuestras autoridades, para que comprendan que su principal misión es velar por la seguridad y el bienestar de todas las gentes sin exclusión alguna. Oremos. Por los enfermos, los afectados por la violencia, la injusticia y exclusión, para que no pierdan nunca la esperanza y la fe en Jesús y reciban nuestra solidaridad. Oremos. Por nosotros, para que nos reunamos y participemos en familia, pequeños grupos de vida y comunidades y con fe viva quitemos todos los muros que nos separan. Oremos. Por nuestros jóvenes, para que asocien su modo de vida a la de Jesús y se despierte en ellos la vocación a la vida consagrada y sacerdotal que tanto necesita la Iglesia y el mundo de hoy. Oremos. El que preside: Escucha Padre nuestras oraciones que te presentamos. Haz que como Jesús sepamos romper fronteras entre nosotros y sepamos acoger a los de otros pueblos y naciones. Por Jesucristo nuestro Señor. , 6. 12-14. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. Oración sobre las ofrendas Comentario Acepta, Señor, nuestros dones, en los que se realiza un admirable intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión Señor, después de haber recibido a Cristo en estos sacramentos, imploramos de tu misericordia que, transformados en la tierra a su imagen,

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merezcamos participar de su gloria en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. . 12-14. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten. 21 Lunes

Memoria Obligatoria: San Pio X, Papa Blanco

Lectura del Libro de los Jueces 2,11-19 En aquellos días, los israelitas hicieron lo que el Señor reprueba, dieron culto a los ídolos; abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los habla sacado de Egipto, y se fueron tras los otros dioses, dioses de las naciones vecinas, y los adoraron, irritando al Señor. Abandonaron al Señor y dieron culto a Baal y a Astarté. El Señor se encolerizó contra Israel: los entregó a bandas de saqueadores que los saqueaban, los vendió a los enemigos de alrededor, y los israelitas no podían resistirles. En todo lo que emprendían, la mano del Señor se les ponía en contra, exactamente como él les habla dicho y jurado, llegando así a una situación desesperada. Entonces el Señor hacía surgir jueces, que los libraban de las bandas de salteadores; pero ni a los jueces hacían caso, sino que se prostituían con otros dioses, dándoles culto, desviándose muy pronto de la senda por donde habían caminado sus padres, obedientes al Señor. No hacían como ellos. Cuando el Señor hacia surgir jueces, el Señor estaba con el juez; y, mientras vivía el juez, los salvaba de sus enemigos, porque le daba lástima oírlos gemir bajo la tiranía de sus opresores. Pero, en cuanto moría el juez, recalan y se portaban peor que sus padres, yendo tras otros dioses, rindiéndoles adoración; no se apartaban de sus maldades ni de su conducta obstinada. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 105 R/ “Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo No exterminaron a los pueblos que el Señor les había dado; emparentaron con los gentiles, imitaron sus costumbres. R/. Adoraron sus ídolos y cayeron en sus lazos; inmolaron a los demonios sus hijos y sus hijas. R/. Se mancharon con sus acciones y se prostituyeron con sus maldades. La ira del Señor se encendió contra su pueblo, y aborreció su heredad. R/. Cuántas veces los libró; mas ellos, obstinados en su actitud, perecían por sus culpas; pero él miró su angustia, y escuchó sus gritos. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 19,16-22 En aquel tiempo, se acercó uno a Jesús y le preguntó: «Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?» Jesús le contestó: «¿Por qué me preguntas qué es bueno? Uno solo es Bueno. Mira, si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.» Él le preguntó: «¿Cuáles?» Jesús le contestó: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no

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darás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.» El muchacho le dijo: «Todo eso lo he cumplido. ¿Qué me falta?» Jesús le contestó: «Si quieres llegar hasta el final, vende lo que tienes, da el dinero a los pobres –así tendrás un tesoro en el cielo– y luego vente conmigo.» Al oír esto, el joven se fue triste, porque era rico. Palabra del Señor. Meditación Pobre joven rico. Tiene todo cubierto en el orden material, y ahora le gustaría saber cómo comprar el cielo, ganar la vida eterna, que no se compra ni se vende por dinero. Sabe que Jesús tiene la respuesta, pero cuando la escucha se entristece, porque significa el desafío de hacerse pobre, dando todo lo que ha atesorado a los pobres, para acumular tesoros en el cielo; pero está muy apegado a sus posesiones, con el afán de tener mucho echando profundas raíces en la tierra. No es una mala persona: Guarda los mandamientos, no ha cometido crimen de sangre contra ser humano alguno; ha sabido resguardarse del adulterio manteniendo la fidelidad a una sola mujer y respetando las mujeres ajenas; todo cuanto tiene lo ha producido con criterio de honradez, no ha cometido robo, ni tampoco engañado a nadie. Pese a todo eso, colocado en el dilema de convertirse en discípulo o seguir con su vida de rico, incapaz de anteponer los valores del Evangelio a sus tesoros materiales, lo vence su ambición y se decide por el diosriqueza, en lugar de seguir a Jesús. Había logrado una victoria relativa sobre sí mismo cumpliendo con algunas exigencias de estos valores del reino de Dios, pero eran como una gracia barata, que no pudo superar la fuerte atracción que sentía por las riquezas materiales. De haber confiado en la misericordia de Dios, antes que en sus monedas de oro y plata, se habría convertido en multimillonario en bienaventuranzas, porque el Señor promete el ciento por uno a los que le sigan. Y el Señor es fiel a sus promesas. La pobreza y los pobres ocupan un lugar privilegiado en las sagradas escrituras: en el Antiguo Testamento el Pueblo de Dios surgió de la pobreza extrema, cuando vivió su peregrinaje en el desierto durante cuarenta años. En el Nuevo Testamento el Hijo de Dios nace, no solamente en un sector pobre de Nazaret, sino que en el lugar más pobre, en un pesebre, donde se guardaba a los animales. Cuando proclama su misión deja claro que es “anunciar la Buena Nueva a los pobres”. Por eso el cristiano no tiene un mensaje, el mensaje es Jesucristo, “el pobre de Yaveh”. Es de imaginarse el desconcierto del pobre muchacho rico cuando Jesús le recomienda vender “lo que tiene”, no algo, no un poco, sino todas sus propiedades y posesiones materiales para luego “darlo a los pobres”. Debe haberle parecido un sinsentido, pero es que el Evangelio no sigue la lógica del mundo.

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El Papa Francisco dijo en una homilía que si quitan la pobreza del Evangelio, no se entiende el mensaje de Jesús. Entristece darnos cuenta de que el afán de ambiciones materiales, como el de aquel joven rico, mueve a muchas voluntades y adormece a no pocas conciencias. En cualquier momento podemos caer, por eso pidamos al Señor, que nos libre de la tentación del pobre joven rico, que perdió los tesoros de Dios por un tesoro en la tierra. 22 Martes

Memoria Obligatoria: Santa María Virgen, Reina Blanco

Se utilizarán las lecturas de la Memoria de Santa María Virgen, Reina Lectura del Profeta Isaías 9,1-3.5-6 El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, y el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva a hombros el principado, y es su nombre: «Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de la paz.» Para dilatar el principado, con una paz sin límites, sobre el trono de David y sobre su reino. Para sostenerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo realizará. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 112, 1-2.3-4.5-6.7-8 R/ “ Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre” Alaben, siervos del Señor, alaben el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre. R/. De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor. El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos. R/. ¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra? R/. Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo. R/. Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 1,26-38 En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás

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por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel. Palabra del Señor. Meditación La escena del relato de la Anunciación no tiene lugar en el templo, solo sabemos que ocurrió en Galilea, que el Ángel entró en la presencia de María y que le hace partícipe del mensaje de Dios con la revelación de que se convertirá en la madre del hijo del Altísimo, el Mesías esperado por todas las generaciones. Una sencilla muchacha de fe, de un pueblo humilde que tenía un horizonte de expectativa de Dios muy amplio, esperaba un acontecimiento de origen divino, un signo de salvación muy grande, en el que se sentía llamada a colaborar de modo especial Dios había posado su mirada en María, la criatura más hermosa por sus muchas virtudes, por su fidelidad, humildad y gran devoción. Aquella joven se empeñaba en escudriñar los textos sagrados y en discernir en oración el mensaje que contenían para su vida. De algún modo estaba receptiva al llamado del cielo para responder a los designios de Dios, dejándose guiar misteriosamente por el Espíritu Santo, que antecede de forma maravillosa pero inexplicable al anuncio del Ángel. Llegado el momento, aunque queda sobrecogida por la presencia divina, creyó en la palabra del Señor con total obediencia, hasta el abandono a su providencia, sobreponiéndose a la prudencia humana. LA Virgen comprendió que no era Dios que debía acomodarse a sus esperanzas, sino que ella tenía que desacomodarse por las decisiones de Dios. María reunía todas las cualidades y virtudes de santidad que hacen posible la intervención del Espíritu Santo para entrar a vivir la experiencia de Dios. -Cuando el enviado de Dios descubre su presencia ante ella, no teme preguntar ni tampoco aceptar la respuesta, por eso el Ángel la declara llena de Gracia. -Ella, la sin-mancha, cuando se declara “esclava del Señor” da inicio a un proceso de liberación de los pobres que hallará su plenitud con la instauración del reino. -Con el “hágase” se pone en marcha la realización del plan de Dios en toda la humanidad, rebasando las fronteras de aquel pueblito, abriendo las puertas a la eficacia de la salvación de Cristo, que solo se realiza con

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nuestra corresponsabilidad y disponibilidad, porque Dios no interviene en nuestra existencia sin pedirnos permiso. Por eso, María es la humildad manifiesta de Dios, porque el Señor abaja su divinidad al nivel humano para pedirle el consentimiento de ser la corredentora de toda la humanidad y ella lo acepta incondicionalmente. Si hemos captado la hondura formidable de la generosidad de Dios, alegrémonos de ser parte del plan de salvación de su hijo, poniéndonos en camino para comunicar la Buena Nueva a todas las comunidades, que hoy experimentan un renovado y progresivo descubrimiento de su eficaz intermediación, precediéndolas y animándolas con perseverancia constante en el arduo camino de la fe. Los discípulos de hoy descubrimos su presencia en la vida de las comunidades, que transforma la esterilidad en fecundidad de oración y acción liberadora, colaborando fielmente con nosotros en el servicio eficaz por los más necesitados. 23 Miércoles

Feria Verde

Lectura del libro de los Jueces 9,6-15 En aquellos días, los de Siquén y todos los de El Terraplén se reunieron para proclamar rey a Abimelec, junto a la encina de Siquén.  En cuanto se enteró Yotán, fue y, en pie sobre la cumbre del monte Garizín, les gritó a voz en cuello: «¡Óiganme, vecinos de Siquén, así Dios los escuche! Una vez fueron los árboles a elegirse rey, y dijeron al olivo: “Sé nuestro rey.” Pero dijo el olivo: “¿Y voy a dejar mi aceite, con el que engordan dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?” Entonces dijeron a la higuera: “Ven a ser nuestro rey.” Pero dijo la higuera: ¿Y voy a dejar mi dulce fruto sabroso, para ir a mecerme sobre los árboles?” Entonces dijeron a la vid: “Ven a ser nuestro rey.” Pero dijo la vid: “¿Y voy a dejar mi mosto, que alegra a dioses y hombres, para ir a mecerme sobre los árboles?» Entonces dijeron a la zarza: «Ven a ser nuestro rey.» Y les dijo la zarza: «Si de veras quieren ungirme como su rey, vengan a cobijarse bajo mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.”» Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 20,2-3.4-5.6-7 R/. Señor, el rey se alegra por tu fuerza Señor, el rey se alegra por tu fuerza, ¡y cuánto goza con tu victoria! Le has concedido el deseo de su corazón, no le has negado lo que pedían sus labios. R/.  Te adelantaste a bendecirlo con el éxito, y has puesto en su cabeza una corona de oro fino. Te pidió vida, y se la has concedido, años que se prolongan sin término. R/.  Tu victoria ha engrandecido su fama, lo has vestido de honor y majestad. Le concedes bendiciones incesantes, lo colmas de gozo en tu presencia. R/.

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 20,1-16a En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El reino de los cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña, y les pagaré lo debido.” Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: “¿Cómo es que están aquí el día entero sin trabajar?” Le respondieron: “Nadie nos ha contratado.” Él les dijo: “Vayan también ustedes a mi viña.” Cuando oscureció, el dueño de la viña dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros.” Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno. Él replicó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?» Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos.» Palabra del Señor. Meditación En las sagradas escrituras encontramos con mucha frecuencia la expresiones “reino de Dios”, “reinado de Dios” y otras que se refieren al Señor como rey, al que se le supone la facultad de actuar con autoridad, plena libertad, en una sola palabra, potestad. En la soberanía reside el núcleo de la parábola de los obreros con salario igualado. El reino de los cielos se comparta con el dueño de una viña que sale a contratar obreros al amanecer y a media mañana. En una tercera ocasión sale a emplear más obreros a mediodía y pese a la diferencia de horario en integrar los obreros a las labores, el patrón dueño de la viña les paga a todos, el mismo salario por igual. Aquí parece plantearse dos modos de retribución o pago, lo mismo que dos maneras de entender la justicia que no se ponen de acuerdo. La primera manera tiene que ver con el cumplimiento del pago. El otro modo se puede mirar desde la perspectiva de la bondad del propietario del viñedo. El pago del salario normal tenia valor de un denario, la tarifa convenida para los trabajadores del primer horario con el dueño empleador. Pero recordemos que también están los demás obreros de los horarios de media mañana y de mediodía.

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La disputa de los trabajadores surge en el momento en que el dueño de la viña envía al capataz a pagar en orden inverso a la contratación: paga primero a los que entraron al último turno, y luego a los de media y, finalmente a los del amanecer, pero a todos reciben el mismo jornal de un denario, pese a la diferencia de horas trabajadas. Cuando los obreros que trabajan desde el amanecer comprueban que el dueño paga a los de las tandas que han rendido menos horas trabajando la misma cantidad que a ellos, los de la jornada completa, acusan de injusto al contratista dueño del viñedo. Desde su óptica los obreros pretendían que el dueño aplicara una justicia retributiva. Pero el dueño pensaba de otra manera, justa, libre y soberana: había cumplido con el pago contratado. La frase: “¿no puedo yo hacer con lo mío lo que quiero? es el núcleo de la parábola. En el sentido que se expresa el dueño, si quiere pagar la misma cantidad que fue acordada no se le puede calificar de injusto. La parábola no da detalles del tipo de tareas, de la especialidad de los obreros, tan solo se refiere a la diversidad en el horario, que también puede corresponder a la diversidad en la tareas. Como demostración de soberanía dispone pagar primero a los últimos. Así es Dios en su señorío, plenamente soberano reina, gobierna y domina. Es el dueño de la viña (la iglesia), Señor de la historia y sabe lo que más conviene a cada obrero, del reino que está en construcción. Dejemos a Dios ser Dios y nosotros, seamos simplemente obreros, de verdad comprometidos a trabajar con obediencia y desinterés, sin reclamos. 24 Jueves

Fiesta: San Bartolomé Apóstol Rojo

Lectura del libro del Apocalipsis 21,9b-14 El ángel me habló así: «Ven acá, voy a mostrarte a la novia, a la esposa del Cordero.»  Me transportó en éxtasis a un monte altísimo, y me enseñó la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo, enviada por Dios, trayendo la gloria de Dios. Brillaba como una piedra preciosa, como jaspe traslúcido. Tenía una muralla grande y alta y doce puertas custodiadas por doce ángeles, con doce nombres grabados: los nombres de las tribus de Israel. A oriente tres puertas, al norte tres puertas, al sur tres puertas, y a occidente tres puertas. La muralla tenía doce basamentos que llevaban doce nombres: los nombres de los apóstoles del Cordero. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 144,10-11.12-13ab.17-18 R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.  Explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y la majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/. 

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El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente. R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 1,45-51 En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»  Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»  Felipe le contestó: «Ven y verás.»  Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»  Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»  Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.»  Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»  Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.» Palabra del Señor. Meditación “¡Hemos encontrado al Mesías!” con este anuncio de la manifestación de Jesús a Israel como el Mesías, comienzan a reunirse los discípulos. Primero dos, que van llevando a otros. Es aquí donde se unen dos de los apóstoles que no estaban originalmente en el grupo, que son Natanael y Felipe. Este último -Natanael- representa simbólicamente al pueblo israelita, que había esperado el cumplimiento de la promesa de la antigua tradición, la ley y los profetas, por eso habla en plural: “lo hemos encontrado, es Jesús, hijo de José, el de Nazaret”, a lo que Felipe cuestiona: ¿de Nazaret puede salir algo bueno? Cuando los dos discípulos deciden encaminarse a ver a Jesús -a iniciativa de Felipe-, el encuentro de Natanael, con el Mesías, le provoca gran admiración, atribuyéndole una selección de títulos: Maestro (por la tradición), Hijo de Dios (por los profetas), Rey de Israel (por el pueblo). Mientras que el propio Jesús se da a sí mismo el reconocimiento de hijo del Hombre, que en este evangelio tiene un sentido especial inspirado en la visión de Jacob, quien había visto una escalera que unía el cielo y la tierra por la que bajaban y subían ángeles. “Veras cosas más grandes que esas”, promete Cristo, refiriéndose en ese contexto a su condición de vínculo entre el cielo y la tierra, por el que se manifiesta la gloria de Dios. Hoy como ayer, tener un encuentro con el Señor resucitado, ya sea llevado por el testimonio de otros -Felipe: “ven y lo verás”-, por vocación personal (Juan-Bautista: “¿Y Tú vienes a mí?”) o por cualquier circunstancia

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(Zaqueo: “Baja del árbol”), impulsa a comunicar la buena noticia, porque nadie queda indiferente en el encuentro con Jesús. Jesús inaugura un nuevo modo de ser hombre, con un cambio de perspectiva que hace ver la salvación de Israel integrada a toda la humanidad, pero no exclusiva ni prioritaria. Lo que Dios quiere ante todo es que exista una humanidad en plena unión con él, para que cada uno y todo el género humano puedan alcanzar la plenitud. Tenemos la misión de propagar el Reino de Dios entre los hombres, por eso Dios nos ha escogido, bendecido e inspirado con ejemplos como el de estos discípulos y apóstoles. “Para que fuésemos santos e irreprochables en su presencia”, según expresión del Papa Francisco. “Pero, con el pecado, el hombre desfiguró aquella belleza natural; destruyó también la unidad y la belleza de nuestra familia humana, dando lugar a estructuras sociales que perpetúan la pobreza, la falta de educación y la corrupción”. En un mundo con estructuras injustas que alientan de muchas formas el pecado, hemos de discernir como servir mejor para transformar esa realidad que ofende a Dios e hiere al hombre en su dignidad, despojándolo de sus atributos más nobles y rebajándolos a condiciones lamentables. Ser discípulos o apóstoles en nuestros días, sigue siendo el empeño en la tarea de crear el cielo en la tierra. 25 Viernes

Feria o Memoria Libre: San Luis de Francia o San José de Calasanz, Presbítero Verde o Blanco

Comienzo del libro de Rut 1,1.3-6.14b-16.22 En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país, y un hombre emigró, con su mujer Noemí y sus dos hijos, desde Belén de Judá a la campiña de Moab. Elimelec, el marido de Noemí, murió, y quedaron con ella sus dos hijos, que se casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut. Pero, al cabo de diez años de residir allí, murieron también los dos hijos, y la mujer se quedó sin marido y sin hijos. Al enterarse de que el Señor había atendido a su pueblo dándole pan, Noemí, con sus dos nueras, emprendió el camino de vuelta desde la campiña de Moab. Orfá se despidió de su suegra y volvió a su pueblo, mientras que Rut se quedó con Noemí.  Noemí le dijo: «Mira, tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a su dios. Vuélvete tú con ella.»  Pero Rut contestó: «No insistas en que te deje y me vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios.» Así fue como Noemí, con su nuera Rut, la moabita, volvió de la campiña de Moab. Empezaba la siega de la cebada cuando llegaron a Belén. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 145,5-6ab.6c-7.8-9a.9be-10 R/. Alaba, alma mía, al Señor Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, el que espera en el Señor, su Dios, que hizo el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay en él. R/. 

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Que mantiene su fidelidad perpetuamente, que hace justicia a los oprimidos, que da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R/.  El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos. El Señor guarda a los peregrinos. R/. Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 22,34-40 En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?»  Él le dijo: «“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser.” Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.» Palabra del Señor. Meditación Los fariseos no descansan en sus pretensiones de hacer quedar mal a Jesús y en esta oportunidad es un doctor de la ley quien le pregunta acerca del mandamiento principal de la ley, esperando que su respuesta deje insatisfecha a una parte de quienes le escuchaban. El cuerpo de preceptos estaba integrado por cientos de normas, por lo tanto, una pregunta tan amplia -pensaban-no se podría responder con argumento suficiente para dejar complacido a todo el auditorio. “Amarás a Dios con toda tu alma, mente y corazón”, es el mandamiento esencial que se complementa con el segundo: “amarás a tu prójimo tanto como a ti mismo”, dice Jesús, puntualizando que al mismo tiempo la Ley y los profetas están fundados sobre ambos mandamientos. La respuesta tiene dos dimensiones: una evidente que es unir estrechamente el amor a Dios, como el sentimiento más elevado y el amor al prójimo, como lo más cercano. La dimensión oculta o sugerida es que ambos mandatos se sintetizan en el propio Cristo. A ese grado el amor se manifiesta con gestos concretos más que con palabras, y las palabras deben resultar un modo de expresión de los gestos, de la misma forma que los pensamientos deben articularse como un apoyo de las palabras. En ese aspecto, los pensamientos y las intenciones tienen tanto peso como las palabras y los gestos. Es decir, todas las facultades del hombre: voluntad, intelecto, espíritu, sensibilidad deben estar orientadas a Dios y al prójimo. El amor a Dios debe impregnar el amor de nuestras relaciones humanas: esposas, hermanos, padres, entre otros. Se impone amar más allá de la correspondencia afectiva, amar al prójimo en el amor cristiano nos lleva a la consecuencia de amar a quien no nos ame e incluso a quien nos odie.

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Si Dios nos impone tal exigencia, es porque nos ha dotado de la capacidad de sobrepasar nuestras capacidades, como lo afirma Romanos 5, 5: «El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, por medio del Espíritu Santo que nos ha sido dado». Lo que hay de misericordia, benignidad, comprensión y de perdón en el amor del Padre, se nos ha dado también y por eso se nos exige en el amor cristiano. Se debe amar, por eso, con el amor que el Padre da en Cristo. Está condenada en el ideal cristiano, cualquier deficiencia de amor por pequeña que nos parezca, porque en esencia el amor humano está emparentado con el amor divino, ya que no hay mas que un solo amor. En esto está la grandeza del amor cristiano: nos ha dado su amor y su bondad, para que, vivamos la hondura del amor del Padre y actuemos conforme a ello. Dios se nos da de esta manera, porque no puede actuar diferente a su naturaleza, porque Dios es amor. Feria o Memoria Libre: Santa Teresa de Jesús Jornet E Ibars, Virgen Patrona de la Ancianidad Sábado Verde o Blanco 26

Lectura del libro de Rut 2,1-3.8-11;4,13-17 Noemí tenía, por parte de su marido, un pariente de muy buena posición, llamado Boaz, de la familia de Elimelec. Rut, la moabita, dijo a su suegra Noemí: «Déjame ir al campo, a espigar donde me admitan por caridad.» Noemí le respondió: «Anda, hija.» Ella marchó y fue a espigar en las tierras, siguiendo a los segadores. Fue a una de las tierras de Boaz, de la familia de Elimelec.  Boaz dijo a Rut: «Escucha, hija. No vayas a espigar a otra parte, no te vayas de aquí ni te alejes de mis tierras. Fíjate en qué tierra siegan los hombres y sigue a las espigadoras. Dejo dicho a mis criados que no te molesten. Cuando tengas sed, vete donde los botijos y bebe de lo que saquen los criados.»  Rut se echó, se postró ante él por tierra y le dijo: «Yo soy una forastera; ¿por qué te he caído en gracia y te has interesado por mí?»  Boaz respondió: «Me han contado todo lo que hiciste por tu suegra después que murió tu marido: que dejaste a tus padres y tu pueblo natal y has venido a vivir con gente desconocida.» Así fue como Boaz se casó con Rut. Se unió a ella; el Señor hizo que Rut concibiera y diese a luz un hijo. Las mujeres dijeron a Noemí: «Bendito sea Dios, que te ha dado hoy quien responda por ti. El nombre del difunto se pronunciará en Israel. Y el niño te será un descanso y una ayuda en tu vejez; pues te lo ha dado a luz tu nuera, la que tanto te quiere, que te vale más que siete hijos.» Noemi tomó al niño, lo puso en su regazo y se encargó de criarlo.  Las vecinas le buscaban un nombre, diciendo: «¡Noemí ha tenido un niño!» Y le pusieron por nombre Obed. Fue el padre de Jesé, padre de David. Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 127,1-2.3.4.5 R/. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. R/. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 23,1-12 En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Ustedes, en cambio, no se dejen llamar maestro, porque uno solo es su maestro, y todos ustedes son hermanos. Y no llamen padre nuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es su Padre, el del cielo. No se dejen llamar consejeros, porque uno solo es su consejero, Cristo. El primero entre ustedes será su servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Palabra del Señor. Meditación Jesús se dirige en el templo a la multitud y a los discípulos, criticando duramente a los fariseos y a los escribas, que componían un grupo dirigente de gran influencia. Los fariseos -que significa separados- no eran considerados como una clase, pero vivían seguros al tener establecido un código que regulaba completamente los órdenes civil y religioso, tanto en lo social como en lo individual. Una particularidad de los fariseos era que se consideraban puros, santos puritanos de cumplimiento estricto de las leyes de Dios, que administraban justicia con rigurosidad, y como eran influyentes, con frecuencia procuraban atraer sobre sí la atención de los demás, para ganar fama y nombradía. También buscaban los primeros puestos en los banquetes y los primeros asientos en el templo. Su piedad aparente en realidad impedía su verdadera conversión. De su lado, los escribas eran grandes conocedores de las leyes porque debían copiarlas constantemente, con el paso del tiempo las aprendían, y si eran veteranos dictaban sentencias en los tribunales. Coincidían con los fariseos en administrar justicia y en la formación en torno a las leyes. La pertenencia de uno y otro grupo se entrecruzaban,

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pues había escribas que eran fariseos igual que fariseos que ejercían como escribas. Jesús los criticó sin piedad, porque apoyados en sus influencias y su fama de grandes conocedores de leyes, eran incapaces de aceptar al mesías e imponían fuertes preceptos a la gente, que ellos mismos no cumplían. Adoptaban títulos pomposos, ropajes y detalles para hacerse notar. Más que atraer la atención de Dios por la sinceridad de sus plegarias, pretendían atraer las miras de la gente a sus plegarias. El reproche de Jesús en esta lectura de Mateo, es como una catequesis que se dirige a la posteridad, y también a nosotros, para advertirnos que no actuemos como ellos, aunque sí nos sugiere hacer lo que ellos dicen. El cristiano -si de verdad lo es- tiene el privilegio de entablar una relación de tú a tú con el único Dios viviente mediante una fe viva, sin necesidad de simular una gran religiosidad en los templos. Sus oraciones y rezos no tienen que ser espectaculares, sino un discreto dialogo, sencillo y sincero con su creador. Importa más para el seguidor de Cristo vivir entregado al servicio de los que necesitan, antes que juzgarlo a la luz de reglas que le dificultan estar disponibles a servir Ser cristiano, más que un ideal de vida es una vivencia en amistad con el Dios cercano, que me invita a dar un paso desde la oscuridad del mal a la luz del Cristo que venció la muerte y, con todo, ser humildes, reconociendo nuestras debilidades y limitaciones, porque el que presume acaba siendo humillado. Y, sobre todo, seamos coherentes acatando la única ley suprema que condiciona nuestro vivir que es el amor, porque el que ama no muere, renace a la realidad universal del reino de Dios, en comunión con todos los que han hecho del amor su única ley. 27

XXI Domingo del Tiempo Ordinario

Primera Semana Liturgia de las Horas

Verde

Con la fe de Pedro, asociados a todos los pueblos y naciones Orientaciones para esta Celebración: Colocar el lema del día en un lugar visible/ Presentar como símbolo una llave que indica un papel de responsabilidad y autoridad al servicio del reino de Dios. Una roca como el fundamento sobre la cual Jesús edifica su Iglesia. Monición de entrada Hermanos y hermanas una vez más nos reunimos como Pueblo en misión, unidos en la fe, para celebrar el día del Señor, y reafirmar así nuestra fe en Jesús, nuestro salvador y Mesías. La liturgia de hoy Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario nos recuerda la misión de Pedro, Piedra sobre la cual Jesús edifica su Iglesia,

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aquel que confiere que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo a quien Jesús decide entregar las llaves como signo de autoridad, que a imagen de la del rey es concebida al servicio del pueblo. Como ilustración de los poderes que Jesús confía a Pedro, quien se convirtió en el primer Papa, su tarea, al igual que sus sucesores, es obedecer la voluntad del Señor, mantener la iglesia de Jesucristo, siguiendo su misión de madre y maestra comprometida con el Reino. Oremos por el Papa Francisco sucesor de Pedro, pastor al Servicio de los planes de Dios, para que con la fuerza del Espíritu Santo pueda conducir la iglesia de Jesús y para que anuncie con autoridad la buena nueva del Reino. Pidamos al Señor que aumente nuestra fe y nos de fortaleza, para que asociados con todas las comunidades, trabajemos por la reestructuración de la sociedad, desde valores indispensables como el amor, la justica, la paz, para que todas las gentes y los pueblos reunidos clamen que Jesús es el mesías el hijo de Dios vivo que entregó su vida por todos. Con la alegría y la fe que recibimos del Señor, nos disponemos para alabar y bendecir a Dios Padre, hijo y Espíritu Santo. Oración colecta Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo, inspira a tu pueblo el amor a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por nuestro Señor Jesucristo. Liturgia de la Palabra Primera Lectura: Isaías 22, 19-23 Quien recibe autoridad de Dios para gobernar, es para responder a las necesidades de todas las gentes y pueblos, no para lucrarse indebidamente, sino el Señor le retira las llaves. Escuchemos. Lectura del libro de Isaías 22,19-23 Así dice el Señor a Sobná, mayordomo de palacio: «Te echaré de tu puesto, te destituiré de tu cargo. Aquel día, llamaré a mi siervo, a Eliacín, hijo de Elcías: le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda, le daré tus poderes; será padre para los habitantes de Jerusalén, para el pueblo de Judá. Colgaré de su hombro la llave del palacio de David: lo que él abra nadie lo cerrará, lo que él cierre nadie lo abrirá. Lo hincaré como un clavo en sitio firme, dará un trono glorioso a la casa paterna.» Palabra de Dios. Salmo Responsorial 137,1-2a.2bc-3.6.8bc R/. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos Te doy gracias, Señor, de todo corazón; delante de los ángeles tañeré para ti, me postraré hacia tu santuario, daré gracias a tu nombre. R/. 

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Por tu misericordia y tu lealtad, porque tu promesa supera a tu fama;  cuando te invoqué, me escuchaste, acreciste el valor en mi alma. R/.  El Señor es sublime, se fija en el humilde y de lejos conoce al soberbio. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos. R/. Segunda Lectura: Romanos: 11, 33-36 El Apóstol Pablo, en su carta a los Romanos, reconoce a Dios como el Origen, sentido y meta de todo lo creado, quien tiene la llaves del mundo y quien reúne todas la gentes y pueblos. Escuchemos. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 11,33-36 ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén. Palabra de Dios. ALELUYA: MATEO 16,18 Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi Iglesia y el poder del infierno no la derrotará. Evangelio: Mateo 16, 13-20 Pedro por su fe en Jesucristo, como el Mesías, el Hijo de Dios vivo, es constituido en piedra sobre la que Jesús edificó su iglesia, con la misión de reunir todas las gentes y los pueblos, para asociarlos al proyecto del Reino. Alabemos al Señor a quien escucharemos en este Evangelio. Lectura del santo evangelio según san Mateo 16,13-20 En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesárea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»  Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?»  Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo.» Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías. Palabra del Señor. Meditación Cuando llega Jesús a Cesarea de Filipo, interrogó con dos preguntas claves a los discípulos para determinar cómo iban creciendo en el proceso de preparación en la fe, hasta ese momento.

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A la primera interrogante de qué dice la gente hacer acerca de su identidad, responden con vaguedad, confundiéndole con alguno de los profetas, lo que no ocurre cuando la pregunta va dirigida directamente al examen de la fe de ellos: -¿y ustedes, quien dicen que soy yo? -¡Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo! Se adelanta Pedro a responder sin vacilar. Toda la plenitud en la fe revelada en los evangelios se podría resumir en esa frase. De la misma forma como el Antiguo Testamento está patente en el Nuevo Testamento, y el Nuevo, latente en el Antiguo Testamento, esa revelación palpita en toda la Biblia. Por eso Cristo reacciona sorprendido con la afirmación, solo comparable al reconocimiento que hace el Padre de su hijo amado, en el momento del baño ritual en el rio Jordán por Juan el Bautista. Si el primer título de hijo de Dios lo recibe directamente de su Padre ahora, con la respuesta de Pedro, el reconocimiento lo recibe Cristo de la iglesia por revelación del Padre, no de nadie de carne y hueso, una señal que confirma al pescador hijo de Simón, como cabeza del cuerpo de apóstoles. Así recibe Pedro la encomienda de ser piedra fundamental o fundacional de su iglesia. ¿Quién es este, al que le obedecen el viento y el mar, que sana en nombre de Dios, que levanta de la muerte, que los poderes mundanos en complot no han podido detener? Es el hijo de Dios. La pregunta de Cristo a sus apóstoles que no pide una simple respuesta, sino que exige una revelación de procedencia sobrenatural, se prolonga hasta nosotros, en la presente hora de la iglesia. La asamblea de Dios ha recibido la misión de proclamar las verdades fundamentales que no provienen de carne y sangre, con autoridad de atar y desatar, prohibir y permitir, perdonar y condenar, en el cielo y en la tierra, de ser sacramento vivo de comunión entre los hombres, de constituirse en el nuevo pueblo de Dios y las fuerzas del infierno no prevalecerán contra ella. Pedro recibe de manos de Cristo las llaves del reino, que la confirma como un poder espiritual con el poder de confesar a Cristo delante de los hombres, profesar la doctrina de los apóstoles y proclamar las verdades de salvación del Evangelio delante de los hombres. A la luz de la resurrección. Es imperioso que también nos preguntemos y nos respondamos, ¿Quién decimos hoy que es para nosotros este Cristo de nuestra fe? ¿Qué diría que eres para El? Oración de los Fieles El que preside: Presentemos al Padre nuestras suplicas y necesidades. Para que el Señor sostenga y ayude al Papa Francisco, sucesor de Pedro, en esta misión que le ha confiado, de guardar la unidad de la Iglesia. Oremos. Por los que gobiernan, legislan y juzgan en la sociedad, investidos de poderes, para que sepan, que es de Dios de quien proviene todo poder y autoridad. Oremos.

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Por cuantos sufren, especialmente los que carecen de lo necesario para vivir con dignidad, para que trabajemos y renovemos con urgencia las estructuras políticas, económicas y sociales, para una mejor distribución de los bienes que son para todas las gentes. Oremos. Por todos nosotros aquí reunidos, para que en comunión con toda la Iglesia, anunciemos sin temor que Jesucristo es el Mesías, el enviado, el hijo de Dios vivo, que entregó su vida para el rescate de todas las gentes y todos los pueblos. Oremos. Por los padres y madres de familias, para que con sabiduría y la fuerza del Espíritu, puedan con la autoridad que viene de Dios, guiar y ser ejemplo para sus hijos y despierten en ellos el deseo de servir a través del sacerdocio o la vida consagrada. Oremos. El que preside: Acoge Padre nuestras súplicas que te presentamos con amor. Danos una fe decidida como la de Pedro que nos haga reconocer a tu Hijo como nuestro Mesías y Señor de todos los pueblos y de las naciones. Por El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo. Oración sobre las ofrendas Por el único sacrificio de Cristo, tu Unigénito, te has adquirido, Señor, un pueblo de hijos tuyos; concédenos propicio los dones de la unidad y de la paz en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Oración después de la comunión Te pedimos, Señor, que lleves en nosotros a su plenitud la obra salvadora de tu misericordia; Condúcenos a perfección tan alta y mantennos en ella de tal forma que en todo sepamos agradarte. Por Jesucristo, nuestro Señor. 28

Memoria Obligatoria: San Agustin, Obispo y Doctor de la Iglesia

Lunes Blanco 41º Aniversario de la Ordenacion Episcopal de Mons. Fabio Mamerto Rivas, SDB, Obispo Emérito de la Diócesis de Barahona Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 1,1-5.8b-10 Pablo, Silvano y Timoteo a la Iglesia de los tesalonicenses, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo. A ustedes, gracia y paz. Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar la actividad de su fe, el esfuerzo de su amor y el aguante de su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor. Bien sabemos, hermanos amados de Dios, que él los ha elegido y que, cuando se proclamó el Evangelio entre ustedes, no hubo sólo palabras, sino además fuerza del Espíritu Santo y convicción profunda. Saben cuál fue nuestra actuación entre ustedes para su bien. Su fe en Dios había corrido de boca en boca, de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada, ya que ellos mismos cuentan los detalles de la

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visita que les hicimos: cómo, abandonando los ídolos, se volvieron a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra del castigo futuro. Palabra de Dios. Salmo Responsorial 149,1-2.3-4.5-6a.9b R/. El Señor ama a su pueblo Canten al Señor un cántico nuevo, resuene su alabanza en la asamblea de los fieles; que se alegre Israel por su Creador, los hijos de Sión por su Rey. R/.  Alaben su nombre con danzas, cántenle con tambores y cítaras; porque el Señor ama a su pueblo y adorna con la victoria a los humildes. R/.  Que los fieles festejen su gloria y canten jubilosos en filas: con vítores a Dios en la boca; es un honor para todos sus fieles. R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 23,13-22 En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el reino de los cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quieren. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que viajan por tierra y mar para ganar un prosélito y, cuando lo consiguen, lo hacen digno del fuego el doble que ustedes! ¡Ay de ustedes, guías ciegos, que dicen: “Jurar por el templo no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga!” ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: “Jurar por el altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga.” ¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura por el altar jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el templo jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo jura por el trono de Dios y también por el que está sentado en él.» Palabra del Señor. Meditación Mateo escribe como un teólogo cuyo eje de acción está centrado y concentrado en Jesús, en su pedagogía y en la iglesia. En el capítulo 23 el Mesías continúa sus ataques contra los fariseos y los escribas. En esta ocasión les dedica siete dichos polémicos tildándolos de hipócritas, a quienes les ha sido confiada una misión que incumplen por estar perdiendo el tiempo en simulaciones. A consecuencia de ello, no podrán entrar al reino de los cielos, acarreándose la desdicha eterna, sobre todo porque cierran la posibilidad de dejar entrar a otros al reino con su autoritarismo y malas enseñanzas, poniéndole muchos obstáculos a la fe de la gente. De la misma manera, se dedican a buscar seguidores o discípulos y después que los consiguen, los pierden por la perversión del mensaje y por dedicarse a promoverse ellos mismos antes que al anuncio de salvación, poniendo más empeño en su vanagloria que en la gloria de Dios.

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Las siguientes maldiciones están referidas a los escribas y fariseos con relación al santuario, por ejemplo, para absolver a la gente que había hecho votos, a quienes estos profesionales de la Ley engañaban con engaños ingeniosos; lo mismo que a quienes hacían ofrendas muy costosas; el engaño con el precepto evangélico del diezmo, entre otras actitudes que falsificaban la fe, desviando del camino correcto a muchos que buscaban con sinceridad la santificación. El núcleo del mensaje de hoy deja ver claro que el reino de Dios llega a los hombres por medio de Jesús, sin embargo, a este, no lo recibieron, que es, al mismo tiempo, camino y puerta de salvación. Ese camino y esa puerta están hoy a plena disposición nuestra, y el gran riesgo que corremos no es tanto el resultar desviados a la meta incierta de la perdición por otros hipócritas, sino por la simulación y falta de sinceridad de nosotros mismos. Y si llegásemos a estar influenciados por una mala enseñanza o enseñados por una mala influencia, gozamos de la oportunidad de rectificar y corregir el rumbo, porque como dice Romanos 8-35 ¿Quién me separará del amor de Cristo? Por otro lado, ¿Qué es más importante, la ofrenda en oro o el altar, el santuario o Aquel que en él habita? Haz conciencia de que a partir del momento en que recibiste el Sacramento del Bautismo eres un ser habitado, eres un santuario, eres el altar en el que mora el espíritu de santidad, a menos que tengas el pecado de las dos caras de la hipocresía: una dimensión para Dios que se agota en un ritual y otra cara para la sociedad o el ambiente. ¡Ay de ti, pobre ciego, si pudiendo evitarlo, te permites perder el reino como le ocurre a los hipócritas! 29

Memoria Obligatoria: El Martirio de San Juan Bautista

Martes Rojo etti  Lectura del libro de Jeremías 1,17-19 En aquellos días, recibí esta palabra del Señor: «Cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando. No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos. Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo. Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte.» Oráculo del Señor. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17 R/. Mi boca contará tu auxilio A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R/.  Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/. 

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Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R/.  Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R/. Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,17-29 En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.  El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»  Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»  Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»  Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»  El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron. Palabra del Señor. Meditación La palabra que hoy nos ha descrito a grandes rasgos el proceso que culminó con el martirio de Juan el Bautista, nos interroga acerca de la seriedad de nuestra fe, disponibilidad y confianza. ¿Vivimos conscientes del precio a pagar y las duras condiciones que a veces exige la fe? Herodes sentía una mezcla de respeto y temor por la figura de Juan el Bautista. Lo respetaba porque hablaba con autoridad en la denuncia de comportamientos y situaciones que no agradaban a Dios y le admiraba escuchándolo, pero al mismo tiempo temía que un día surgieran desórdenes causados por los seguidores del hombre que se dedicaba a la actividad bautismal en el rio Jordán, llamando al arrepentimiento. Preso a buen resguardo en la cárcel, se minimizaba el problema, porque limitaba el contacto del profeta con sus adeptos, coyuntura que aprovechó Herodías para pedirle a Herodes la cabeza de Juan como regalo. Con sus pronunciamientos en contra de la relación carnal entre ella

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y el gobernante, siendo la esposa del hermano de Herodes, la colocaba en una difícil situación, evidenciándola como adúltera ante los ojos del pueblo. En un momento favorable, la mujer logra convencer a Herodes de hacerle un regalo, cortándole la cabeza a Juan. Juan es un ejemplo del riesgo que se corre en aceptar la experiencia del amor de Dios y sus consecuencias. De la misma manera en que Jesús lavó con su sangre el Gólgota, camino hacia la cruz, para limpiarnos de la mancha del pecado, antes Juan el Bautista, quien le precedió en el martirio, abonó con la suya el camino de Jesús. Desde la perspectiva de los hombres parecería que este martirio del profeta es un fracaso, pero Juan fue elegido de un modo particular por Dios “hubo un hombre enviado por Dios, de nombre Juan” Jn 1, 6. El Bautista es el profeta que marca el tiempo mesiánico del Señor, podría decirse que además de ser el precursor del camino hacia la cruz, fue iniciador del cristianismo, pues sus discípulos pasan a serlo de Jesús y forman la primera comunidad mesiánica en el ideal misionero. En el cuarto testamento, Juan el Bautista aparece como el primer apóstol y discípulo, con él es que finaliza el periodo del Antiguo Testamento y su proclamación prepara el camino para la segunda fase de la historia de la salvación que inaugura Cristo. Muchos miden su entrega a una causa, dependiendo de los resultados y la seguridad que les ofrece. Tienen bajo la manga un plan B y hasta un plan C. Ese no era el caso de Juan el Bautista, quien solo tenía el plan de Dios con todas sus consecuencias. Bienaventurados los limpios de corazón y conciencia, los que esperan contra toda esperanza, como él, porque han visto a Dios. Pero, nuestra generosidad con Dios, que no se ahorró la muerte de su hijo por nuestra causa, ¿hasta dónde llega? 30 Miércoles

Memoria Obligatoria: Santa Rosa de Lima, Virgen Blanco

Lectura de la Primera Carta del Apostol San Pablo a los Tesalonicenses 2, 9-13 Recuerden, hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas; trabajando día y noche para no serle gravoso a nadie, proclamamos entre ustedes el Evangelio de Dios. Ustedes son testigos, y Dios también, de lo leal, recto e irreprochable que fue nuestro proceder con ustedes, los creyentes; saben perfectamente que tratamos con cada uno de ustedes personalmente, como un padre con sus hijos, animándolos con tono suave y enérgico a vivir como se merece Dios, que los ha llamado a su reino y gloria. Ésa es la razón por la que no cesarnos de dar gracias a Dios, porque al recibir la palabra de Dios, que les predicamos, la acogieron no como palabra de hombre, sino, cual es en verdad, como palabra de Dios, que permanece operante en ustedes, los creyentes. Palabra de Dios.

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Salmo Responsorial: 138,7-8.9-10.11-12ab R/. Señor, tú me sondeas y me conoces ¿Adónde iré lejos de tu aliento, adónde escaparé de tu mirada? Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.  Si vuelo hasta el margen de la aurora, si emigro hasta el confín del mar, allí me alcanzará tu izquierda, me agarrará tu derecha. R/.  Si digo: «Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí», ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día. R/. Lectura del Santo evangelio según san Mateo 23,27-32 En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: «¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que se parecen a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos y podredumbre; lo mismo ustedes: por fuera parecen justos, pero por dentro están repletos de hipocresía y crímenes. ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que edifican sepulcros a los profetas y ornamentan los mausoleos de los justos, diciendo: “Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres, no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas”! Con esto atestiguan en contra de ustedes, que son hijos de los que asesinaron a los profetas. ¡Colmen también ustedes la medida de sus padres!» Palabra del Señor. Meditación El evangelio de hoy nos presenta dos lamentos más de Jesús contra los fariseos y los escribas, sus socios en la hipocresía, por la falta de coherencia entre sus hechos y sus palabras. El precepto del diezmo más insignificante era cobrado con exageración por estos hipócritas, y dedicaban gran parte de su tiempo a motivar a las gentes al tributo, sobre todo a advertirles de las exigencias de no atrasarse cumpliendo con el pago. La ley establecía, solo para judíos, el pago en ofrecimiento al templo de una décima parte de lo producido en el campo en las cosechas. Pero los fariseos se habían servido de su conocimiento muy al detalle de la ley para aumentar el impuesto de manera exagerada y les hacían pagar hasta las hierbas y las especias. Por eso descuidaban las cosas más importantes: la fe, la justicia y la misericordia. La Ley preveía que cada agricultor debía ofrecer al Templo el “décimo” -el diezmo- de la cosecha. Los fariseos lo habían encarecido al aplicar esta regla incluso a la menta, el hinojo, el comino y otras. Para Jesús hay cuestiones más importantes que eso, por la gravedad de la situación y lo serio que era para las gentes tener que atender estos pequeños detalles, les robaba el tiempo que podían dedicar a responder a la generosidad de Dios, a las necesidades de muchos y a las situaciones que ameritaban justicia. También los que vivimos en una sociedad de consumo estamos sobrados para cuestiones que no son realmente importantes y disminuidos

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para otras que son trascendentes. Vivimos cargados de materialismo y vacíos de espiritualidad, enredados en las redes engañosas del egoísmo. Podríamos decir que vivimos en la superficialidad, descuidando la hondura de la fe, la plenitud en la realización humana. Si prestáramos el mismo grado de interés a la pureza interior, si fuéramos conscientes de la necesidad de purificar nuestra vida para hacerla una ofrenda agradable al Señor, que no quiere sacrificios por ofrenda, sino misericordia (Mt 12-1, 8), estaríamos muy lejos de la queja de Jesús con los fariseos: ¡…hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! En apenas el tiempo de una generación, hemos sido testigos de cómo y cuánto han cambiado los criterios de la generosidad que se expresaban en el compromiso desinteresado de muchos laicos, ha dado un giro extraordinario. Hasta los propios actos de la fe, el culto y la liturgia, en ocasiones se ven afectados por un cierto acomodamiento conforme al beneficio y la utilidad que puedan deparar. Dudamos, a la hora de servir a Dios si coincide con otras cosas menos importantes. Es duro admitirlo, pero así andan las cosas, Dios tiene que competir con la televisión, las novelas, el juego de pelota, el internet, las redes, el asueto y otras cuestiones de interés pasajero. Por eso hay casos en que muchos van a la misa, pero no a la eucaristía. 31 Jueves

Feria o Memoria Libre: San Ramón Nonato, Religioso Verde o Blanco

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses 3,7-13 Hermanos: En medio de todos nuestros aprietos y luchas, ustedes, con su fe, nos animan; ahora nos sentimos vivir, sabiendo que se mantienen fieles al Señor. ¿Cómo podremos agradecérselo bastante a Dios? ¡Tanta alegría como gozamos delante de Dios, cuando pedimos día y noche verlos cara a cara y remediar las deficiencias de su fe! Que Dios, nuestro Padre, y nuestro Señor Jesús nos allanen el camino para ir a verlos. Que el Señor los colme y los haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros los amamos. Y que así los fortalezca internamente, para que, cuando Jesús, nuestro Señor, vuelva acompañado de todos sus santos, los presenten santos e irreprensibles ante Dios, nuestro Padre. Palabra de Dios. Salmo Responsorial: 89,3-4.12-13.14.17 R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres Tú reduces al hombre a polvo, diciendo: «Retornen, hijos de Adán.» Mil años en tu presencia son un ayer, que pasó; una vela nocturna. R/.  Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/.  Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

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Lectura del santo evangelio según san Mateo 24,42-51 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Esten en vela, porque no saben qué día vendrá su Señor. Comprendan que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Les aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.» Palabra del Señor. Meditación Siempre, en cualquier todo momento y lugar podemos caer. Quizás hoy, más que nunca, porque la distracción se ha convertido en cultura. Por eso la lectura de este día nos invita a velar, seriamente. Aunque Jesús hace la advertencia a los responsables de la iglesia, su interés debe extenderse hasta todos, tanto administradores como siervos fieles de la iglesia. Sabemos, a ciencia y a conciencia, que ser cristianos nos exige santificación y purificación constantes por nuestra naturaleza humana imperfecta. Tendemos a fallar, caer, nos dejamos llevar, pecamos y vivimos un constante caernos y levantarnos, desde que sale el sol hasta el ocaso. De ahí la rigurosidad de la advertencia, al que tal cosa le ocurra desprevenido en una falta grave: “llegará el amo y lo hará pedazos”. Tanto el que está al frente de un ministerio importante como al feligrés que no desempeña una posición, deben recurrir siempre a la oración, procurando el fortalecimiento interior, disciplinando todas su facultad y potencialidad humana y espiritual. Conviene tener dominio de la voluntad, para dar testimonio en nuestro ser y actuar. Es ineludible desempeñar las tareas que nos corresponden, sin dar lugar a caer en la mínima tentación. Buscar el rostro de Dios en donde quiera que nos encontremos sirviendo a la voluntad de nuestro Señor, nos mantiene alejados de apetencias sospechosas. Aquí destaca la eucaristía de modo especial, porque la presencia real de Cristo nos fortalece interiormente. Cultivar el don de la integridad, el estado de conciencia más elevado, nos ayuda a comportarnos con fidelidad a los más altos valores, aunque no haya testigos, porque Dios está pendiente de cada hebra de cabello. Aquí entra en acción la humildad, el sabernos pequeños, vulnerables, necesitados de ayuda. Por eso el sacramento de la reconciliación tiene la triple virtud de comprometernos ante nosotros mismos, ante un ministro

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confiable y ante el mismo Dios, en la de solicitar el auxilio espiritual para poder crecer conforme al ideal cristiano. Pero también resulta de vital importancia la contemplación. Desnudar el ser espiritual, el alma, dejándonos mirar por Dios. Abandonados a su Gracia, no hablar nada ante El, no pedir ni justificar nada. Solo callar y dejarnos mirar por dentro. El cristiano tiene un ritmo esencial de renovación, de muerte y resurrección constantes. Hay que dejar morir ese hábito que no nos corresponde, para resucitar a ese otro, aunque implique sacrificio, para crecer y ser mejores. Empoderarse, una palabra muy de moda, se aplica en el dominio de las facultades propias, lo que siempre implica dolor y esfuerzo, pero al final los frutos son provechosos. La vida es un soplo y el tiempo pasa sin remedio. Evitemos pensar como el criado desprevenido que el amo tardará. Hay que velar siempre, estar preparados, atentos a esperar lo inesperado, porque no sabemos el día ni la hora y puede presentarse el Señor, a pedirnos cuenta.

ORGANIZA TU CAMPAMENTO

Lo primero que debemos saber es ¿QUÉ ES UN CAMPAMENTO? Para poder saber en base a que concepto debemos organizar la actividad, el concepto es “Es una actividad en el medio natural, generalmente al aire libre que implica pernoctar una o más veces en una tienda de campaña, carpa o caravana, con el fin de disfrutar de la naturaleza o como parte de un recorrido o excursión. En el medio natural puede acamparse desde un parque, zona ecológica, en la playa, sobre un cerro o montaña, sobre nieve, en un bosque, selva o incluso dentro de una gruta”; bajo este concepto es bueno saberlo para elegir el lugar y las actividades acorde al mismo. En Pastoral Juvenil organizamos campamentos temáticos abordando un tema de intereses religioso, para que el Joven aumente su fe en Dios y se desarrolle su personalidad de manera integral tomando en cuenta los valores del reino de Dios; a través de los años hemos visto en pastoral Juvenil que

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los Campamentos son siempre una experiencia que marcan profundamente a los miembros del Grupo Juvenil. Podemos aprovechar cada uno de los momentos para fortalecer el grupo. El proceso de preparación constituye una buena oportunidad para unirnos, crecer y aprender como jóvenes discípulos misioneros de Jesús. Lo primero es definir mi campamento con los siguientes aspectos: • Objetivos y resultados que queremos lograr. • Presupuesto del campamento incluyendo los imprevistos • Descripción de campamento. • Los aspectos dentro del campamento que se necesitaran para lograr objetivos. • Temas Formativo-Religioso. • Análisis del perfil Psico-Social. • Equipos Técnicos • Actividades Físicas • Compartir y dinámicas, nivel del grupo Intelectual-Cultural. • Ciclo de trabajo, metodología. Actividades a preparar y a realizar en los campamentos: • Dinámicas de profundización en el conocimiento mutua, de confianza y de trabajos de grupos. • Caminatas, momentos de desierto y visiteo misionero en el vecindario del lugar del campamento. • Actividades deportivas • Actividades de crecimiento personal • Juegos de educación ambiental • Noches culturales (dramas, socio dramas, Cristoteca, cine católico, etc...) • Actividades al aire libre (ejercicios físicos, aeróbicos con música cristiana...) • Planes de acción misionera o trabajo social • Eucaristías, celebración penitencial, Vigilia de oración Equipos Del Campamento: En cuanto a la preparación del Campamento, el equipo de Animadores debe elegir un lema que esté de acuerdo sobre el tema principal y fecha (preferiblemente un fin de semana) y formar equipos responsables de: • Encargado de Logística: responsable de buscar el lugar para el campamento, transporte, gestionar y preparar los equipos de luces, sonido, Comida etc. • Secretaría: Es quien lleva el listado de los participantes y los distribuye en sus lugares correspondiente, toma nota de las tomas de decisiones en el campamento. • Encargado de Finanzas: Gestionar los fondos necesarios para la actividad. Preparar actividades pro fondo, controlar los ingresos y gastos. • Equipo de Contenido: Preparar el Programa de la Actividad, contactar a los animadores, preparar el material de apoyo ayudados del folleto y los documentos de Aparecida, etc.

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• Publicidad y Redes Sociales: Diseña la línea gráfica y crea las estrategias en las redes sociales, toma fotografía antes durante y después del campamento, presenta un video final donde recoge la historia para compartir en las redes sociales. Designar un fotógrafo oficial. • Animación: Preparar la ambientación de acuerdo al sentido del día, preparar los cantos, dramatizaciones, etc. • Liturgia: Preparar los momentos de oración de cada día y la Eucaristía de cierre. • Coordinador: Debe velar que el proyecto este escrito y dar seguimiento a todos los responsables de este equipo de que cumplan con su función. Dar seguimiento a lo planificado, Gestionar, coordinar, ejecutar y representar el campamento. Antes del Campamento: Se organizará una reunión Pre-Campamento para dar las informaciones, responder las preguntas que existan y motivar a los que todavía no estén convencidos de asistir. La reunión tendrá lugar al aire libre, en el jardín de la parroquia o algún área verde cercana. Se abrirán casas de campaña para ir entrando en sintonía, crear el ambiente de lo que sucederá. Se presenta canción y oración del campamento. Después del Campamento: Se organizará una fiesta Post-Campamento y se invitará a toda la comunidad. Habrá una sección de anécdotas. Se leerá la crónica del Campamento y puede prepararse una parodia dramatizada de los momentos más importantes del fin de semana. Procurarán tener una computadora para presentar las fotos, habrá música animada, algún brindis sencillo y concluirán con la oración con toda la comunidad y la bendición del Párroco.

TEMAS DE CAMPAMENTO Vivifica tu Misión

1. Descubro mi Misión Descubrí a Jesús Canciones – Todo Mi Amor es para ti de Alfareros/ Eres Santo, Militantes del Señor/ Dame Tu Amor, de Luna Eikar. Vivimos la fe porque hemos tenido un encuentro con Jesús, muchos lo descubren en su historia de vida y otros en un encuentro o retiro, con alguna experiencia de vida comunitaria que nos marca y deja huellas para siempre. La pregunta es ¿Cómo descubriste a Jesús? ¿Qué significado tiene en tu vida cada día? Porque de nada vale que descubramos quien es El y vivamos igual, los cambios son cada días más profundos Él nos da pan de vida, nos da vida en abundancia. La fuerza de su presencia en nuestra vida se hace más importante y va tomando protagonismo en nuestras

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vidas si dejamos que tome control de lo que somos, morimos para que Jesús viva. ¿Qué hay que hacer cuando se ha conocido a Dios? Cuando se ha conocido a Dios hay que ponerlo en el primer lugar de la vida. Con ello comienza una nueva vida. A los cristianos se les debe conocer porque aman incluso a sus enemigos. Ante las carencias psico-afectivas que generan en el joven problemas de autoestima, relativismo ético sexual e incapacidad de realizar un proyecto de vida, debemos fomentar el desarrollo integral del joven fortaleciendo la experiencia personal y comunitaria del encuentro con Dios que es Amor; a través de la escucha, atención y acompañamiento desde sus diferentes ambientes y considerando su realidad familiar, porque revalorando y dignificando su vida el joven encontrará su plenitud. Ante la fuerte experiencia de la capacidad de amar del joven, debemos ofrecer espacios y procesos en donde se desarrolle y vivencie de manera profunda el amor a Dios, al prójimo y a sí mismo, porque sólo la maduración de éste, lo llevará a convertirse en sujeto-constructor de la Civilización del Amor. Las sociedades del mundo, llenas de diversidades y elementos únicos, parecen gravitar cada vez más rápido. Globalización, información, tendencias, noticias, tecnología, computadoras, aplicaciones móviles, teléfonos celulares, moda, etc. Son palabras que laten constantemente y marcan la “modernidad”. Nuestra iglesia, no ajena a esto, es más consciente de que el trabajo pastoral para abordar algunos fenómenos sociales es vital. Empero, para ello es de gran relevancia “caminar juntos”, de forma que los lineamientos que se desprendan del estudio de un fenómeno “X” sean de carácter universal, es decir para toda la iglesia. En el año 2016 el Santo Padre, luego de escuchar diversos órganos de corte episcopal determinó establecer para octubre del año 2018 la XV Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos cuyo tema será: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Trabajo de Grupo: Leer Salmo 139, 13-16 y preguntar a los jóvenes si Dios le ha hecho alguna invitación a través de ese salmo. Desafíos ante la Misión: Ante la violencia social que involucra al joven como víctima y victimario debemos salir a su encuentro en los ambientes de situaciones críticas a los cuales nuestras prácticas pastorales no llegan (cárceles, tribus urbanas, pandillas, entre otros) y denunciar todas las formas de agresión, porque creemos en el Dios de la Vida y en la construcción de una sociedad que respete la dignidad de la persona a ejemplo del Maestro. Ante el fuerte impacto de la cultura post moderna que ofrece de manera seductora modelos no auténticos y pseudo valores debemos proponer a Jesús y su Evangelio como estilo de vida, porque a partir de esta opción se propicia en el joven la toma de conciencia y su posterior respuesta en la transformación de la sociedad.

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Ante el interés en la participación política del joven que lo lleva a involucrarse en agrupaciones políticas convirtiéndose en referente de participación, debemos suscitar, acompañar y formar en espíritu colectivo, el ejercicio del protagonismo del cambio social favoreciendo la búsqueda del bien común, porque está llamado a asumir el compromiso transformador y liberador de las diferentes estructuras sociales. El documento conclusivo del II Congreso Nacional de Pastoral Juvenil, expresa el deseo de los líderes juveniles del país: “El protagonismo de nuestros jóvenes en las incidencias sociales, ha de ir en pro de la transformación democrática de nuestro país. Necesitamos jóvenes capaces de ser parte activa del cambio en el ambiente donde se desarrollan, actuando proactivamente con ellos, es decir, sin atacarlos de forma negativa. República Dominicana y cada una de nuestras diócesis deben dar el voto de confianza que necesitan nuestros jóvenes para que puedan asumir ese compromiso de transformación, bajo la verdad del Cristo Buen Pastor. Destacando que no basta crear nuevas estructuras, sino cambiar nuestro corazón. Los jóvenes no son el futuro, son más bien el presente de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad. Necesitamos jóvenes valientes que anuncien a Jesús con sus vidas, que vivan la alegría del amor, que transformen sus ambientes desde la fe de la Iglesia y que sean sal y luz. Jóvenes discípulos-misioneros capaces de salir y fascinar a otros jóvenes, para que sean parte del proyecto salvífico de Jesús, amigo que nunca falla. Por tanto, asumimos la invitación del papa Francisco: “hacer líos organizados, romper barreras y salir de nuestra zona de confort, para que, desde el Evangelio y nuestro testimonio de vida, cada una de nuestras diócesis y cada una de nuestros grupos juveniles puedan salir y participar activamente en la misión permanente de nuestra Iglesia Católica. Que Ntra. Sra. de la Altagracia, Protectora de nuestro país nos cubra con su santo manto y nos guíe hacia una sociedad en la cual podamos vivir la tan anhelada “Civilización del Amor”. Tenemos un proyecto en común y es la revitalización de nuestra pastoral juvenil. Somos Convocados para el Camino de “La Pastoral de Juventud en América Latina y el caribe” que ha recorrido un hermoso y prolongado trayecto a través de la historia, que le ha permitido ir elaborando todo un proceso pastoral organizado, que facilite a nuestros jóvenes católicos latinoamericanos descubrir el llamado que Dios les hace a ser sus discípulos y misioneros. Aparecida a su vez, reconoce en la juventud el “enorme potencial para el presente y el futuro de la Iglesia y de nuestros pueblos, como discípulos y misioneros del Señor Jesús” y afirma que los jóvenes “son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo.” Y “están llamados a ser *centinelas del mañana*, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios” (Ap.443). Y ante los desafíos propone las siguientes líneas de acción: “renovar, en estrecha unión con la familia, de manera eficaz y realista, la opción preferencial por los jóvenes, en continuidad con las Conferencias Generales anteriores, dando nuevo impulso a la Pastoral de Juventud en las comunidades eclesiales (diócesis, parroquias, movimientos, etc.)”

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Trabajo en grupos: Compartir la lectura del santo evangelio según san Mateo 9, 36-10, 8 y preparar carteles que nos recuerden cual es nuestra corresponsabilidad partiendo de la lectura, usar colores y la creatividad, luego pegar alrededor del salón explicando cada cartel. 2. Conozco a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo Canciones – Santo, Jesús eres digno de alabar y Espíritu Santo de artista Athenas Veneca, Canción Jesús (ministerio: DTB) Organizamos un Foro de la Santísima Trinidad, donde un personaje represente a Dios Padre, otro al Dios Hijo “Jesús”, y otro al Dios Espíritu Santo. Al final de la exposición de cada uno, los jóvenes deben hacer preguntas sobre cada personaje, sus curiosidades, sus inquietudes, así que es muy importante que cada personaje asuma bien su rol. Dios Padre: ¿Qué quiere decir que Dios es amor? Si Dios es amor no hay nada creado que no sea sostenido y abrazado por una benevolencia infinita. Dios no sólo explica que él es amor, sino que lo demuestra: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13). Ninguna otra 0 RELIGIÓN dice lo que dice el cristianismo: “Dios es Amor” (1 Jn 4,8.16). La fe se apoya en esta palabra, aunque la experiencia del dolor y del mal en el mundo hace dudar a los hombres si verdaderamente Dios es bueno. Va en el ANTIGUO TESTAMENTO Dios comunica a su pueblo, por boca del profeta Isaías: “Porque eres precioso ante mí, de gran precio y yo te amo. Por eso entrego regiones a cambio de ti, pueblos a cambio de tu vida. No temas, porque yo estoy contigo” (Is 43,4 5a), y añade: “¿puede una madre olvidar al niño que amamanta, no tener compasión del hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré. Mira, te llevo tatuada en mis palmas” (ls 49,15-16a), Que este lenguaje sobre el amor divino no son palabras vanas lo demuestra Jesús en la cruz, donde entrega su vida por sus amigos. ¿Por qué es Dios «Padre»? Veneramos a Dios como padre por el hecho de que es el Creador y cuida con amor de sus criaturas. Jesús, el Hijo de Dios, nos ha enseñado además a considerar a su Padre como nuestro Padre y a dirigirnos a él como “Padre nuestro”. Muchas RELIGIONES anteriores al cristianismo conocen ya el trato a Dios como “Padre”. Ya antes de Jesús se hablaba en Israel de Dios como el Padre (Dt 32,6; Mal 2,10) y se sabía que es también como una madre (Is 66,13). El padre y la madre son en la experiencia humana la representación del origen y la autoridad, de aquello que protege y sostiene. Jesús nos muestra de qué modo es Dios realmente Padre: “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre” (Jn 14,9). En la parábola del hijo pródigo, Jesús responde al deseo más hondo que el ser humano tiene de un Padre misericordioso.

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Dios Hijo “Jesús”: Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios… ¿Qué significa el nombre “Jesús”? Jesús en hebreo significa “Dios salva”. En los Hechos de los Apóstoles dice san Pedro: “Bajo el cielo no se ha dado a los hombres otro nombre por el que debamos salvarnos” (Hch 4,12). Todos los misioneros, en el fondo, llevaron a los hombres esta noticia. ¿A quién promete Jesús el “reino de Dios”? Dios quiere “que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim 2,4). El “reino de Dios” comienza en las personas que se dejan transformar por el amor de Dios. Según la experiencia de Jesús son sobre todo los pobres y los pequeños. Incluso las personas que están alejadas de la Iglesia encuentran fascinante que Jesús, con una especie de amor preferencial, se dirija primero a los excluidos sociales. En el sermón de la montaña son los pobres y los que lloran, las víctimas de la persecución y de la violencia, todos los que buscan a Dios con un corazón puro, todos los que buscan su misericordia, su justicia y su paz, los que tienen un acceso preferente al reino de Dios. Los pecadores son especialmente invitados: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Mc 2,17). Dios Espíritu Santo: ¿Qué quiere decir: Creo en el Espíritu Santo? Creer en el Espíritu Santo es adorarle como Dios, igual que al Padre y al Hijo. Quiere decir creer que el Espíritu Santo viene a nuestro corazón para que como hijos de Dios conozcamos a nuestro Padre del cielo. Movidos por el Espíritu Santo podemos cambiar la faz de la tierra. Antes de su muerte Jesús había prometido a sus discípulos enviarles “otro Paráclito” (Jn 14,16), cuando ya no estuviera con ellos. Cuando después se derramó el Espíritu Santo sobre los discípulos de la Iglesia primitiva, entendieron lo que Jesús había querido decir. Experimentaron una seguridad profunda y la alegría de la fe y recibieron determinados CARISMAS; es decir, podían profetizar, sanar y hacer milagros. Hasta hoy existen personas en la Iglesia que tienen estos dones y estas experiencias. ¿Qué hace el Espíritu Santo en la Iglesia? El Espíritu Santo construye la Iglesia y la impulsa, le recuerda su o MISION. Llama a hombres a su servicio y les concede las gracias necesarias. Nos introduce cada vez más profundamente en la comunión con el Dios trino. Aunque la Iglesia, en su larga historia, en ocasiones haya dado la impresión de estar “dejada de la mano de Dios”, a pesar de todas las faltas y deficiencias humanas, siempre está actuando en ella el Espíritu Santo. Es el Espíritu Santo quien mantiene a la Iglesia en su conjunto en la verdad y la introduce cada vez más profundamente en el conocimiento de. A las personas que se abren totalmente a él, les otorga también hoy sus gracias y dones (CARISMAS). ¿Qué hace el Espíritu Santo en mi vida? El Espíritu Santo me abre a Dios; me enseña a orar y me ayuda a estar disponible para los demás. “El huésped silencioso de nuestra alma”, así llama san Agustín al Espíritu Santo. Quien quiera percibirlo debe hacer silencio.

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Con frecuencia este huésped habla bajito dentro de nosotros, por ejemplo en la voz de nuestra conciencia o mediante otros impulsos internos y externos. Ser “templo del Espíritu Santo” quiere decir estar en cuerpo y alma a disposición de este huésped, del Dios en nosotros. Inicia el debate, los jóvenes hacen preguntas a los tres representantes de cada persona de la Santísima Trinidad. Trabajo de grupo, escribimos en un papelografo o cartulina una lista de personas que vemos en la historia que han vivido bajo la presencia de cada persona de la Santísima Trinidad. 3. Anuncio del Evangelio Canciones – Alma Misionera/ Militantes del Señor “Vamos Pa La Calle”/ Himno de la JMJ Rio 2013 “Esperanza del Amanecer” ¿Por qué es Jesucristo Señor del mundo entero? Jesucristo es Señor del mundo y Señor de la historia porque todo fue creado para él. Todos los hombres han sido salvados por él y serán juzgados por él. Él está sobre nosotros como el único ante quien doblamos la rodilla en adoración; está junto a nosotros como Cabeza de su Iglesia, en la que comienza ya ahora el reino de Dios; va por delante de nosotros como Señor de la historia, en quien los poderes de las tinieblas serán definitivamente derrotados y los destinos del mundo se cumplirán según el plan de Dios; sale a nuestro encuentro en gloria, en un día que no conocemos, para renovar y llevar a consumación el mundo. Su cercanía se puede experimentar sobre todo en la Palabra de Dios, en la recepción de los SACRAMENTOS, en la atención a los pobres y allí “donde dos o tres están reunidos en mi nombre” (según Mt 18,20). En el santo Evangelio según san Marcos 16, 9-15 resaltamos las palabras de Jesús cuando dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creatura” una invitación directa a ser misioneros de su mensaje y El papa dijo a los jóvenes en la JMJ Rio 2017: “Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.” Compromiso: Hacer lista de acciones misioneras que pueden hacer en su comunidad.

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