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INFORMACION GENERAL
I
Sábado 24 de julio de 2010
Sociedad
Todo es motivo para festejar Se suman más momentos para celebrar a lo grande Lejos quedaron los tiempos en que la vida ofrecía una o dos ocasiones para “tirar la casa por la ventana”. Al calendario de eventos se incorporaron fiestas de décadas, aniversarios y baby showers EVANGELINA HIMITIAN Y LAURA REINA LA NACION La vida ya no tiene uno o dos momentos para ser celebrados a lo grande sino cinco, diez y... hasta ¿uno por año? Esa parece ser la tendencia en lo que a festejos se refiere. En los grandes salones en los que tradicionalmente se celebran casamientos o cumpleaños de 15, hay fechas disponibles solamente para fines de 2011. Las fiestas infantiles no son la excepción: para hacerle el cumpleañitos de cinco a un niño, los padres tienen que ocuparse al menos de conseguir el lugar unos seis meses antes. Sobre todo, si se quiere una fecha determinada, en un horario puntual y con la animación de moda. Ocurre que los festejos íntimos que hace unos años reunían en casas a unos cuantos miembros de la familia y a los amigos más íntimos se convirtieron en complejos eventos que tienen ambientación, catering, disc jockey y, por lo menos, uno o dos espectáculos. Las ocasiones por las que la gente hace una fiesta se han diversificado más de la cuenta, según confirman los organizadores y los responsables de salones consultados por LA NACION. Cumpleaños de 15 y de décadas, aniversarios de casados, fiesta de compromiso, bautismos, Bar o Bat Mitvzá, baby showers, y hasta fiesta de divorcio y cumpleaños de mascotas forman parte del calendario de festejos. Gran Córdoba Eventos lleva 45 años en el rubro y posee seis salones en Palermo. “Hasta el año pasado, nos contrataban mayoría de parejas o quinceañeras, pero este año hemos notado que la mitad de las fiestas son por motivos como cumpleaños de décadas, aniversarios y otro tipo de ocasiones que antes no se celebraban. En 2009, tuvimos cerca de 50; este año, 80, y para 2011, ya tenemos 50 días reservados para grandes fiestas, que no son ni de 15 ni casamientos”, grafica Rodrigo Zabalegui, gerente de la firma. Para un casamiento se destinan unos 45.000 pesos en promedio; para un cumpleaños de 15, se gastan más de 50.000, y para esta otra clase de festejos, se invierten entre 15.000 y 25.000 pesos. Claro que la cantidad de invitados es menos: 80 cubiertos. Florencia Méndez Acuña, coordinadora de Plan V, una empresa que se dedica a la organización de fiestas, también confirmó la tendencia. “Hemos notado que se ha diversificado el mercado. Nos contratan mucho para armar fiestas de aniversario, para festejar los 40 años o los 50, y hasta los 90. También para Bar y Bat Mitzvá, todo con videos, vestuario, ambientación y shows en vivo.”
de pañales hecha de ropita para el futuro bebe, mucha comida y una ambientación que puede estar inspirada en películas, como Alicia en el País de las Maravillas, o algo más general, como puede ser el estilo romántico o pop. “Después del baby shower me piden que organice el bautismo y primer cumpleaños”, dice Roitberg, que reconoce que muchas mujeres la contratan por lo que ven en las revistas. Liliana Ortiz no se rigió por ninguna revista para celebrar sus 50 años, sino por un deseo personal. “La idea surgió con mis hijos. Quería hacer algo más sencillo, pero de pronto se fue ampliando y terminamos haciendo una gran fiesta, con shows y baile. Fue una de las cosas más divertidas, porque fue como la gran fiesta que no hicimos cuando nos casamos”, contó . Hugo y Carmen Alori tuvieron su noche hace algunos meses y festejaron sus Bodas de Oro en un salón en Palermo con 70 personas. No faltaron los shows, la torta y el fotógrafo oficial. “Nunca pensé que a mis 73 años iba a ser la chica de los 15”, bromea Mencita, como le dicen sus amigos. Las formas de festejar abarcan una gran variedad de posibilidades, como la que eligió la familia Kiss, que para celebrar el 50° aniversario de casados viajó a Córdoba con sus cinco hijos y una multitud de nietos para hospedarse en El Castillo, un hotel cinco estrellas, y tuvieron una fiesta medieval. “Nos vestimos de época, tuvimos un banquete en una mesa larga y bailamos toda la noche”, contó Gabriela, una de las hijas. Después, aprovechando las vacaciones se quedaron una semana y pudieron disfrutar la experiencia de vivir “como reyes”.
CUMPLEAÑOS DE DECADAS Ya no se espera a cumplir 50, años. Hoy se celebran a partir de los 30 años. Los 40, son los más festejados
$ 15.000 HASTA $ 25.000 DESDE
FIESTA ANIVERSARIO Las bodas de plata y de oro son las más festejadas. Algunas opciones que se ofrecen incluyen ceremonia y puede ser religiosa o no
$ 15.000 HASTA $ 25.000 DESDE
Pequeños y costosos La diversidad es tal que hay organizadores de eventos que se especializan en organizar cumpleaños de niños, en los que se gasta arriba de 2500 pesos. Precisamente, los cumpleaños infantiles son uno de los rubros que más se han complejizado en los últimos años. Las posibilidades para festejar el cumpleañitos del pequeño son infinitas. Los varones optan por el fútbol o alguna actividad al aire libre, mientras que las nenas eligen servicios como los que ofrece Plaza Delivery Event Planners. Se puede hacer un minispa para 12 chicas ($ 1500) o un cumpleaños de Las Princesas, desde 2500 pesos. También están los temáticos, como los que organiza Ciencia en Acción. Se llaman Cumpleaños Científicos, y proponen a los pequeños crear Miky Moco, champú o perfumes (800 pesos para 25 chicos). El hecho de que un simple cumpleaños infantil ahora incluya rubros, como la ambientación (cuesta unos $ 600 con una variedad de livings infantiles con puff de colores), catering de chicos ($ 450); shows (de 700 a 800 pesos), disc jockey (desde 500 pesos) encarecen la tradicional fiestita infantil. El video y las fotos pueden salir otros 500 pesos. Pero las fiestas para chicos ahora empiezan inclusive antes del nacimiento. Los baby showers, celebraciones que le organizan las amigas de la futura mamá a partir del séptimo mes de embarazo, se sumaron al calendario de festejos. Andrea Roitberg es una de las organizadoras más solicitadas por las celebridades locales para organizar estas reuniones, que cuestan entre 2000 y 5000 pesos para 20 mujeres. “Es una tradición norteamericana, que se instaló acá. Es un encuentro entre mujeres que lo organizan las amigas de la embarazada para darle la bienvenida al bebe. Hay juegos y se comen cosas ricas”, describe Roitberg, que contó que organiza entre dos y cuatro baby showers por semana. La cita en un salón incluye una torta
FIESTAS INFANTILES
BABY SHOWER
En los últimos años surgieron infinidad de alternativas con entretenimientos y menús para cumpleaños de niños.
Es una fiesta importada de Estados Unidos que empezó a ser furor en la Argentina hace tres años y que agasaja a las embarazadas.
$ 1500 HASTA $ 3000 DESDE
$ 2000 HASTA $ 5000 DESDE
Entre el exceso de banalización y la necesidad colectiva de divertirse Para algunos, los agasajos perdieron contenido; otros los reivindican como refugios ¿Necesidad colectiva o banalización de la vida? La cultura del festejo es algo tan antiguo como la humanidad. Lo que cambia es el modo y las formas de celebrar. Aunque nadie duda de que festejar es bueno y forma parte de la vida, algunos especialistas cuestionan las formas actuales y hasta hablan de la banalización e importación de festejos ajenos. El periodista, escritor y psicólogo, Sergio Sinay, habló de “vaciamiento” y la necesidad de que todo sea festejable, es decir, divertido. “Necesitamos inventar un día de cualquier cosa para festejar cualquier cosa. Esto corre paralelo con la forma en que lo divertido se ha instalado en la sociedad. Todo tiene que ser divertido. ¿Hay algo más absurdo que festejar San Patricio o Halloween o San Valentín?, Pronto vamos a tener el Día de Acción de Gracias”, dijo Sinay, que
es columnista de LA NACION Revista. También se refirió a la confusión que existe entre festejo, celebración y conmemoración. “Ultimamente todo es festejo, no hay celebraciones ni conmemoraciones. El Bicentenario no se debería haber festejado, sino conmemorado. Son 200 años que incluyen momentos muy dolorosos. El festejo y la celebración no son lo mismo. El festejo remite a fiesta, a algo divertido. En cambio, se puede celebrar la vida de alguien que acaba de morir, aunque el momento sea triste.” El médico y psicoanalista Andrés Rascowski, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), destacó, en cambio, la función social de la fiesta en toda comunidad. “La fiesta significa un triunfo sobre la adversidad. Es algo pulsional, instintivo. La necesidad de festejo es una necesidad básica de la comunidad”, dijo a LA NACION.
Según Rascowski, la fiesta actúa como válvula de escape del malestar cultural. “El desarrollo cultural implica una renuncia. La fiesta habilita permisos que en otros contextos no se podrían dar. Todos nos merecemos festejar la alegría de vivir. Nadie puede aceptar la abrumadora realidad. Por eso están los refugios como los sueños, la literatura y la fiesta. La fiesta es un refugio”, aseguró el presidente de APA. Sin embargo, Sinay criticó las formas en que hoy se festeja. “Hoy importa quién es más ostentoso. Los cumpleaños de 15 son ocasiones para que los padres compitan entre sí. Los hijos son instrumentos del narcisismo de sus padres. Así, el festejo se vacía de contenido. A este paso, vamos a tener que reformular la famosa frase de John Lennon «la vida es eso que pasó mientras hacías otras cosas» por «es eso que pasó mientras te estabas divirtiendo».”
Fiestas para divorcios y cumpleaños de perros Cómo son los agasajos más raros e insólitos Como lo había hecho cinco años antes, Andrea entró, impecable y sonriente, en el salón donde la esperaban sus amigas y familiares. Llevaba puesto su vestido de novia. Pero estaba sola, y su hermoso traje de un famoso diseñador lucía tajeado y teñido de negro. Lo que antes era motivo de tristeza o desazón, hoy se convirtió en una excusa para el festejo. Desde hace cinco años, las fiestas de divorcio son un boom en la Argentina. Después de firmar los papeles que ponen fin a la relación conyugal, muchas mujeres deciden festejar su nueva soltería. Y lo hacen como si fuera un casamiento... pero sin novio. En los últimos tres años, Laura Ares organizó por lo menos 25 fiestas de divorcio al estilo boda... “La mayoría de las que vienen a averiguar son amigas, pero con la complicidad de la divorciada. Y en la mayoría de los casos, la que festeja es la mujer de 45 a 55 años”, contó Ares a LA NACION. Como en todos los festejos, aquí también se manejan diferentes alternativas y presupuestos. La opción más completa y más costosa es la que incluye la fiesta y un cambio de look previo para llegar divina a ese día. “Las que eligen un relookeo se hacen desde extensiones, electrodos, mesoterapia y botox hasta un tratamiento para bajar de peso”, dijo Ares, que llegó a organizar estas fiestas casi de casualidad. “Siempre organicé eventos. Hace tres años, mi prima se había separado y me pidió organizar algo. A las amigas les gustó y me empezaron a llamar y se armó la cadena”, dijo Ares. En el día de la fiesta hay una parte previa exclusiva para la agasajada y sus amigas que incluye un cóctel, la firma del libro de divorcio (con copia de los papeles de la desvinculación), un encuentro de tuppersex, donde se muestran diversos juguetes sexuales o una clase de seducción. “El catering puede ser desde una exclusiva mesa viva con un modelo del que se puede comer piezas de sushi hasta algo menos sofisticado, como un pizza party con mozo sexy y musculoso que atiende en tanga”, describió Ares. Después de las 0 horas, llega el resto de los invitados –hombres y otras mujeres que no formaron parte de la primera parte– y se comen delicias dulces, entre ellas la famosa torta de divorcio. “Es como una torta de casamiento, pero en el piso más alto hay una novia muy sexy y abajo, el novio está tirado en el piso, patas para arriba y bañado en sangre”, dijo la organizadora de eventos. El costo de estas fiestas varía, pero parten de los 5000 pesos (si se hacen puertas adentro, o en el SUM del edificio) hasta los 15.000 (con el relookeo, el catering y el alquiler de un salón). “La fiesta más cara de este tipo que organicé tuvo un costo de $ 50.000, pero no es lo habitual. Cada fiesta es particular. Están las más conservadoras y las más jugadas. Siempre digo que este tipo de fiestas son como las de casamiento, pero llevadas a la liberación”, dijo Ares. Como recuerdo de ese día, el clásico suvenir es la bombonería erótica, aunque también se imponen las remeras con leyendas. “100% libre”, “Just divorced” o “Libre”, con el característico cartelito de taxi.
Un evento guau... Ahora los festejos no se reservan sólo a las personas. El mejor amigo del hombre también tiene su agasajo el día de su cumpleaños. Varias boutiques y veterinarias de Buenos Aires incluyen entre sus servicios la organización del cumpleaños del can en un salón al aire libre, donde puede celebrar a pata suelta su nuevo año. Una fiesta de estas características, en un salón de la capital con jardín, torta de cumpleaños para el perro y diez amigos perrunos más, suvenires, y algo de tomar y comer para 20 invitados humanos cuesta unos 700 pesos, según la propuesta de La Boutique Guau, una de las primeras tiendas para mascotas en organizar este tipo de festejos. El perro, además de la fiesta, recibe regalos que pueden ser desde ropa y juguetes hasta almohadones y lonas personalizadas con su nombre, caricaturas, CD de música para perros y hasta un perfume.