Espectáculos

Miércoles 1º de octubre de 2008

LA NACION/Sección 4/Página 3

TEATRO (Bambalinas)

(Primer Plano)

Por Pablo Gorlero

La vie bohème. Pocas veces quien esto escribe vio tantas lágrimas sobre un escenario sin que sean producto de la actuación. Apenas comenzó la última función de Rent, Andrés Bagg y Germán Tripel no pudieron contener las lágrimas. De hecho, en muchas oportunidades tuvieron que arreglárselas para poder cantar con la angustia a flor de piel. Lo mismo le pasó a Angel Hernández, quien apenas entró, recibió una ovación al mejor estilo de una estrella del rock. Cada uno de los que hicieron la obra vivieron sus momentos de emoción y de risas, ya que se jugaron varias bromas e imprevistos en escena. Sobre el final de la obra, en lugar de la proyección habitual que forma parte del espectáculo, los productores prepararon un compilado de recuerdos y fotos que hizo moquear a todos los actores y músicos. Hasta el último técnico subió para saludar, incluso el bombero que todas las funciones cuidaba el fuego de los indigentes. Todos (bombero sensible incluido) entonaron “Ciclos de amor”, junto con los cientos de fans que también se lamentaron por despedir esta obra de culto. Su productor, Andy Ovsejevich no pudo estar porque quedó varado en el aeropuerto de Nueva York. “Es una obra que se va a extrañar mucho”, dijo Julia Zenko, como espectadora, que presenció la función junto con Oscar Barney Finn, Alicia Zanca, Claribel Medina, Virginia Innocenti, Mónica Buscaglia y Diego Jaraz, entre otros famosos.

El humor negro, en la mirada de Claudio Pazos Un actor que también se anima a escribir y a dirigir

El elenco de Rent se emocionó con sus recuerdos proyectados MARCELO GOMEZ

Público eufórico en una última función muy especial

Conforte y Déborah Turza (también protagonistas del mismo musical) se volverán a unir a Romina Groppo para reestrenar Amantes odiosas, un pequeño musical que les ha dado muchas satisfacciones el año pasado, en el Velma. Las dirige Diego Hodara, la dirección musical es de Gaby Goldman, la coreografía de Gustavo Carrizo y las letras de Marcelo Kotliar, estos tres últimos, también de Rent.

La “tribu” de Rent. Ya se ha dicho que Rent forma “tribus” de actores, como lo hizo Hair en los años 60 y 70. Por eso, muchos de sus integrantes siguen unidos en otros proyectos. Un caso es el de Germán Tripel y Angel Hernández que, a fines de este mes, estrenarán el musical Solsticio, de Samanta Lewin, en El Cubo. La supervisión artística es de Valeria Ambrosio (directora de Rent) y junto con ellos estará Celeste Gauna Caldiz. Es una historia de un amor entre tres personajes en un ambiente de fantasía con mucha música y danza. Por su parte, Laura

Jorge Schubert

Flavia irá en Taxi 2

Celeste Gauna Caldiz, Angel Hernández y Germán “Tripa” Tripel

El Coelho argentino. Despertar en la Tierra, el libro que escribió Jorge Schubert, se presenta hoy, a las 19, en el Ateneo Grand Splendid. El actor de Visitando al Sr. Green disfruta con un amor que grita a los cuatro vientos su nuevo paso como escritor. Silvia Freire quedó fascinada con su novela y accedió a presentarla junto con él y, del mismo modo, Gastón Pauls escribió un prólogo contundente. A su vez, el escritor ya tuvo comentarios elogiosos de personalidades, como Mirtha Legrand y Víctor Hugo Morales. Su compañero de obra, Pepe Soriano, y otros actores que lo quieren le prometieron su asistencia. Elenco completo. Pasadas las 19 de ayer, Flavia Palmiero y Daniela Cardone estuvieron bastante tiempo en la oficina del productor Javier Faroni, para firmar los contratos que les garantizará trabajo durante toda la temporada veraniega (y, tal vez, más). Serán parte del elenco de Taxi, segunda parte, la historia continúa, que debutará en diciembre en el Güemes de Mar del Plata, y que protagonizarán Carlos Calvo y Fabián Gianola. Ambas completan el elenco, puesto que ya están confirmados Martín Slipak, Mario Alarcón y Dalma Maradona.

La propuesta de Noralih Gago divierte y tiene tres buenas actuaciones

★★★

Varieté de las tabas. Intérpretes: Matilde Campilongo, Marcelo Keller, Silvia Villazur. Vestuario: Marcelo Silvera. Escenografía: Silvina De Gennaro, Juan Manuel Maseda, Silvina De Gennaro. Diseño de luces: Ignacio Spaggiari. Música original, arreglos y producción musical: Alberto Horst. Asistencia de escenario: Javier Gómez. Asistente de producción: Julieta Alfonso. Asistencia de dirección: Guillermina Schauman. Coreógrafo adjunto: Gustavo Monje. Coreografía: Matilde Campilongo, Marcelo Keller. Dirección y puesta en escena: Noralih Gago. En Anfitrión (Venezuela 3340). Jueves, a las 21. Duración: 60 minutos.

Tres intérpretes buscan recorrer el mundo del varieté. Y, en sus miradas hacia el pasado, rescatan a seres incuestionables que, a través de sus trabajos, han aportado algo importante a esa historia del género. Está el cantante glamoroso que pone en su sensualidad más compromiso que en su propia voz; la sexy vedette tonta que invita a participar de un espectáculo que dice ser fundamental; la artista veterana que sólo traerá algunos recuerdos vencidos y, los de siempre, los infaltables, esos bailarines que, entre rutina y rutina de los actores y los cantantes, darán continuidad al show con puro histrionismo.

La contraescena, mientras tanto, dará cuenta de ciertos preparativos para ingresar al show, pero sólo veremos las piernas de los artistas. Esa parte del cuerpo que se planta en la escena y que obliga a un impulso mayor a la hora de mostrarse a la platea y conseguir de ésta la aceptación. El espectáculo está conformado por una serie de sketches y, entre ellos, una pareja de baile o un cantante algo desaforado irán construyendo un varieté, cuya mayor riqueza está en la capacidad de los actores para transformarse en ricos personajes, cuyas aristas están explotadas al máximo. Una pequeña dramaturgia impo-

Perfil Teatro. Entre otras obras, actuó en Crímenes del corazón (2000), de Beth Henle, con la dirección de Virginia Lago; Rey Lear (2006), de William Shakespeare, que puso en escena Jorge Lavelli, y Lo frío y lo caliente (2006/2007), de Pacho O’Donell, que montó Carlo Argento. Preparación. Pazos estudió teatro con Luis Romero, Joy Morris, Carlos Gandolfo y Augusto Fernandes.

Docencia. Desde 2003 dicta clases de teatro de acción, dentro del Plan Cultural en Barrios del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Pazos, multifacético GUSTAVO SEIGUER

PARA AGENDAR

Subió la carne, viernes y sábados, a las 23.15, en La Comedia, Rodríguez Peña 1062. Hermanecidos, viernes, a las 21, en Boedo XXI, Boedo 853.

viernes se puede ver en Boedo XXI. “La obra cuenta el vínculo de dos hermanos en relación con una madre monstruosa. A todos, en mayor o menor medida, nuestra madre nos arruinó la vida. Después, fuimos perdonando”, dice. Pazos se formó como actor con Carlos Gandolfo y Augusto Fernandes. Viene de una escuela, según cuenta, en la que cada escena se prepara con mucho tiempo de antelación. Y eso se ve en Subió la carne, sobre todo a la hora de componer a los personajes. “Nos inspiramos en la realidad pura. Hay que abrir un poco los ojos y ahí está todo”, relata quien junto a su grupo viajará la primera semana de noviembre al Festival de Teatro Hispano que se realiza en Washington. –¿Cuál es el límite con el humor negro? –Tratamos de no ser livianos porque si no nos quedaríamos a mitad de camino. Vemos cada situación con profundidad y tratamos de no ofender o burlarnos del otro. Ese es el límite. Cuando termina la función de Subió…, el público recupera la respiración perdida ante tanto esfuerzo puesto en la risa. Para Pazos, tanta euforia, sin embargo, traerá un dejo de tristeza y una duda ante lo tremendo de lo que se vio: “Al día siguiente les caerá la ficha y se preguntarán: «¿De qué me reí?»”.

Carlos Sanzol

Retratos del teatro de variedades Buena

Una jueza, vestida con un Chanel acompañado de una estola de piel de zorro sobre los hombros, va a unir civilmente a dos hombres. “¡Un horror! Estoy por casar a dos putos”, dice salteando todo tipo de corrección política. Un ángel orgulloso de su blancura porque “ser blanco es sinónimo de pureza y de bondad”, está a punto de ser pintado de negro por un artista; idea que de sólo pensarla lo exaspera y avergüenza. Ante estas situaciones que propone el espectáculo Subió la carne, el público no se horroriza. Al contrario: son tan grotescas que lo que único que queda es reírse a más no poder. “El humor permite digerir algo así de patético”, justifica la elección de los temas de la obra Claudio Pazos, uno de los dos actores que la protagonizan en La Comedia. Junto con Francisco Pesqueira y el director Carlo Argento, integran el grupo Carne de Crítica, responsable del espectáculo. Hace cinco años invadieron la escena under, cuando estrenaron la pieza homónima en un sótano de San Telmo, donde para entrar, como cuenta Pazos, “había que ponerse la antitetánica”. El reconocimiento llegó, en 2005, al aparecer en el Maipo Club con Correte que chorrea. En ese momento, paradójicamente, el grupo entró en crisis. “Cuanto mejor nos iba, más nos peleábamos. Lo que pasa es que los actores somos insoportables con o sin razón”, señala. Por eso, buscaron una solución muy freudiana. “Empezamos a hacer terapia de grupo. Es como la de pareja pero de a tres”, cuenta mientras se ríe. “Trabajamos en cómo enfocarnos en la tarea para no perdernos en lo mezquino y en los problemas propios de la convivencia”, describe. A veces, en los grupos las individualidades desaparecen. Algo con lo que Pazos no coincide. Por eso, en Carne de Crítica, los tres respetan el trabajo por separado de cada uno. En su caso, la dirección y dramaturgia de Hermanecidos, que los

Campilongo, Keller y Villazur

sibilita un desarrollo mayor a la propuesta en su concepción integral. Pero todo lo que en escena sucede tiene precisión, está bien planteado y entretiene. Los tres actores –guiados por Noralih Gago– demuestran una seria adhesión a ese juego que transitan con ganas y también con mucho talento. Como los viejos artistas de varieté, salen a escena dispuestos a conquistar a los espectadores, y lo logran.

Carlos Pacheco