resumen de doctrina - ObreroFiel

Archer, Jr., y Bruce K. Waltke, (Chicago: Moody Press, 1981). 3 Willis Judson Beecher, The Prophets and the Promise, Págs. 176-177. 4 J. Dwight Pentecost, ...
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RESUMEN DE DOCTRINAS LAS ÚLTIMAS COSAS Por Sergio Antonio Ramírez Pérez Usado con permiso IMPORTANCIA A. EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA NOS AYUDA A TENER UNA VISIÓN GLOBAL DEL PLAN DE DIOS La historia no es cíclica, como enseñaban los griegos, sino lineal. Los eventos no se repiten incesantemente sin sentido de progreso o propósito. La historia tiene un principio y tendrá un final. La Biblia nos enseña que todo lo que ocurre tiene dirección. Creemos no sólo en la doctrina de la creación, sino también en la de la providencia. Dios dirige, sostiene y controla todo el universo. Isaías nos recuerda, “Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré. Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia; Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación no se detendrá. Y pondré salvación en Sión, y mi gloria en Israel” (Isaías 46:9-13). B. EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA NOS AYUDA A ENTENDER LA UNIDAD DE LA BIBLIA Lo que fue introducido en Génesis y desarrollado en el resto de la Biblia es consumado en Apocalipsis. Existe una interdependencia entre el Apocalipsis y el resto de las Escrituras. Sin el Apocalipsis los anteriores 65 libros de la Biblia quedarían inconclusos, y sin los 65 libros precedentes, el Apocalipsis sería ininteligible. En efecto, aunque Juan no cita directamente otras Escrituras, hace más de 300 referencias a por lo menos 23 libros del Antiguo Testamento y varias referencias a las enseñanzas del Señor Jesucristo. Los grandes temas de la bendición y la maldición divinas hallan su cumplimiento final en el último libro de la Biblia. Apocalipsis es un libro de juicios y de alabanzas. Los grandes juicios divinos sobre los impíos son seguidos por las alabanzas de los que son así vindicados. Una comparación de los primeros capítulos de Génesis con los últimos de Apocalipsis ilustra la importancia de éste para hacer que la revelación termine en gloria y no en una nebulosa incertidumbre. Génesis

Apocalipsis

Contrastes Creación de los cielos y la tierra Creación de los nuevos cielos y la nueva tierra Creación transitoria para el cumplimiento de los Creación definitiva en el cumplimiento de los propósitos divinos propósitos divinos Creación del mar No habrá mar en la nueva creación El sol y las lumbreras de la noche son creados El sol y la noche dejan de ser El árbol de la vida creado El árbol de la vida restaurado Acceso del árbol de la vida negado Acceso al árbol de la vida restaurado El hombre pierde acceso a las bendiciones del El hombre ve renovado el acceso a las bendiciones paraíso del paraíso Satanás aparece como vencedor Satanás recibe su condenación La victoria final sobre Satanás es anticipada, 3:15 La victoria final sobre Satanás es consumada, 20:10 La maldición es introducida La maldición es abolida La muerte es introducida como resultado del pecado Por la resurrección de los muertos, la muerte termina para unos y se hace eterna para otros. Los hombres de Dios viven y mueren en Los hombres de Dios reciben su lugar en la ciudad anticipación de la ciudad de Dios (He. 11:14-15) preparada por Dios Los ángeles impiden la entrada al paraíso Los ángeles no cierran la entrada a la Nueva Jerusalén Coincidencias Énfasis en la función creadora y redentora de Dios Énfasis en la soberanía divina Los actos judiciales de Dios abarcan a toda la humanidad Satanás es identificado con la serpiente

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Apocalipsis tiene que ver con la segunda venida de Cristo y puede ser comparado con los Evangelios, que narran su primera venida, así: Evangelios

Apocalipsis

Contrastes Relatan la primera venida de Cristo Relata la segunda venida de Cristo Más históricos Más profético Jesús es visto en su humillación Jesús es visto en su exaltación La gloria de Cristo es velada La gloria de Cristo es manifestada Jesús es presentado como Salvador Jesús es presentado como Juez Desde la perspectiva del mundo incrédulo Jesús Desde la perspectiva del mundo incrédulo Jesús termina en la cruz, como el Rey rechazado. vuelve en gloria, como el Rey exaltado. La iglesia es anticipada La iglesia es glorificada Predicen un tiempo futuro de persecución del pueblo Describe el tiempo futuro de persecución del pueblo de Dios de Dios Énfasis en el amor de Dios Énfasis en la ira de Dios Los apóstoles son elegidos Los apóstoles son recompensados El Señor llora por el juicio que viene El mundo llora por el juicio que le ha venido Coincidencias Israel juega un papel predominante en el avance del programa divino La iglesia no juega un papel predominante Hay un avivamiento de la actividad demoníaca Hay un florecimiento de la actividad milagrosa Describen el cumplimiento de numerosas profecías del Antiguo Testamento Los impíos se unen para oponerse abiertamente al Mesías El Señor Jesucristo usa multiplicidad de nombres y apelativos para describirse a sí mismo y a su obra Satanás es asociado a la serpiente El Señor hace uso de lenguaje figurativo para revelar su verdad a unos y ocultarla a otros C. ES ESTUDIO DE LA PROFECÍA DEBE MOTIVARNOS A LA SANTIDAD Y A LA CONSAGRACIÓN Dios nos informa de las cosas futuras para animarnos a vivir el presente de una forma distinta. Las profecías cumplidas en Cristo deben darnos paciencia, consolación y esperanza, “Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí. Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza” (Romanos 15:3-4). Después de hablar de la resurrección y el arrebatamiento, Pablo concluye, “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58). Pedro exhorta a la sobriedad, la vigilancia, la oración, el amor, el servicio y el gozo en el sufrimiento a partir de la anticipación del fin, “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén. Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” (1 Pedro 4:7-13). También añade, “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz” (2 Pedro 3:11-14). Juan exhorta, “Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados” (1 Juan 2:8). El libro de Apocalipsis concluye con una admonición a perseverar en el bien hacer a la luz de la recompensa prometida, “Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el

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que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:10-12). D. EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA NOS DA DIRECCIÓN EN MEDIO DE UN MUNDO EN TINIEBLAS Pedro nos recuerda, “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19). Pablo establece un contraste entre los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” (1 Tesalonicenses 5:4-8). “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada, y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne” (Romanos 13:1114). E. EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA FORTALECE NUESTRA FE La noche que fue entregado el Señor dijo a sus discípulos, “No hablo de todos vosotros; yo sé a quienes he elegido; mas para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo, levantó contra mí su calcañar. Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy” (Juan 13:18-19). “Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis” (Juan 14:28-29). F. EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA ES UN MANDATO QUE DEBE SER OBEDECIDO “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2:11-13). “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza... Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras” (1 Tesalonicenses 4:13, 18). El Señor Jesucristo acusa a los fariseos diciéndoles, “Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo. Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles. Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!” (Mateo 16:1-3). G. EL ESTUDIO DE LA PROFECÍA NOS MOTIVA AL SERVICIO PERSISTENTE Y FIEL Pablo dice, “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Corintios 4:16-5:10) LOSPACTOS El estudio de la profecía bíblica es motivo de confusión para muchos. La principal razón para la confusión es el aislamiento del pasaje de su contexto. Pedro nos recuerda, “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21). Cualquier profecía

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bíblica es parte de un todo más grande que le da sentido y perspectiva. Las grandes directrices que nos dan el marco de referencia para el entendimiento de cualquier profecía son los pactos bíblicos. La Biblia contiene “los balbuceos de Dios”. Dios nos habla en ella de manera que podamos entender. Dios usó las formas de expresión que eran comunes a las personas a quienes vino originalmente la Palabra. En el mundo antiguo, y todavía hoy, los pactos y las alianzas formalizan compromisos entre las personas y los pueblos. Dios se acomodó usando formas comunes y corrientes de formalización de un compromiso para dar garantías a su pueblo de que cumpliría sus promesas. Por medio de los pactos Dios formalmente jura cumplir lo que ha dicho haría. Los principales pactos bíblicos son (1) el pacto de Dios con Abraham (“pacto abrahámico”), (2) el pacto de Dios con Moisés (“pacto mosaico”), (3) el pacto palestino, (4) el pacto de Dios con David (“pacto davídico”), y (5) el nuevo pacto. A. EL PACTO “MOSAICO” El pacto con Moisés es distinto a los demás pactos bíblicos en que es temporal y condicional. Fue dado sólo por un tiempo y depende de la obediencia del pueblo. Fue establecido en Éxodo 19 y renovado en el libro de Deuteronomio, poco antes de que Israel entrara en la tierra prometida. Fue dado por Dios a Israel para que supiera cómo vivir para recibir la bendición de Dios hasta que viniera el Mesías. En el Nuevo Testamento al pacto mosaico se le denomina por lo general como “la ley” (es decir, la ley de Moisés, o la ley de Dios dada a través de Moisés). En la práctica, el pacto con Moisés resultó en un pacto de muerte, porque “mataba” al israelita al hacer evidente dónde había pecado. Además, no daba poder para obedecerlo. En Romanos 7:7-13 leemos, “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto. Y yo sin la ley vivía en un tiempo; pero venido el mandamiento, el pecado revivió y yo morí. Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte; porque el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, me engañó, y por él me mató. De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. ¿Luego lo que es bueno, vino a ser muerte para mí? En ninguna manera; sino que el pecado, para mostrarse pecado, produjo en mí la muerte por medio de lo que es bueno, a fin de que por el mandamiento el pecado llegase a ser sobremanera pecaminoso”. Pablo llama al pacto con Moisés “antiguo pacto”, “letra escrita en piedras”, “ministerio de condenación” y dice de él, “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios; no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios, el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica. Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer, ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu? Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación. Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente. Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece. Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará” (2 Corintios 3:2-16). B. EL PACTO “ABRAHÁMICO” Los otros cuatro pactos mencionados, el pacto abrahámico, el pacto palestino, el pacto davídico y el nuevo pacto, son pactos incondicionales y tienen que ver con la profecía en cuanto garantizan el cumplimiento de las promesas de Dios en el reinado del Mesías. Estos cuatro pactos son incondicionales. Su cumplimiento no depende de la obediencia de Israel, sino de la fidelidad de Dios. Aunque tienen aspectos que se cumplen en el tiempo, todos ellos esperan a una realización en su totalidad hasta la segunda venida del Señor Jesús. 1. LAS PROMESAS Las promesas garantizadas por el pacto abrahámico aparecen por primera vez en Génesis 12:1-3, “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré

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de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”. Las promesas del pacto con Abraham tienen que ver con (1) tierra (“la tierra que te mostraré”), (2) descendencia (“haré de ti una nación grande”), (3) “bendición”. Dios promete bendiciones (1) nacionales; (2) personales; (3) universales. En términos generales, las bendiciones personales se cumplen en Abraham, las bendiciones nacionales se cumplen en Israel, y las bendiciones universales en la iglesia. Cada uno de los tres aspectos del pacto con Abraham es desarrollado por los pactos subsecuentes que son sólo una ampliación del pacto abrahámico. a) EL PACTO PALESTINO GARANTIZA LA TIERRA En Deuteronomio 30:1-6 leemos, “Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas”. b) EL PACTO DAVÍDICO GARANTIZA LA DESCENDENCIA En 2 Samuel 7:11-16 dice, “Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa. Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino. Él edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente”. c) EL PACTO NUEVO GARANTIZA LA BENDICIÓN En Jeremías 31:31-34 leemos, “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”. Para poder identificar qué bendiciones del pacto abrahámico se cumplen en Israel y qué bendiciones se cumplen en la iglesia, hay que distinguir los distintos aspectos de la descendencia de Abraham. La descendencia de Abraham es (1) física solamente (los hijos de Ismael y otros hijos de Abraham fuera de Isaac); (2) física en Isaac (los judíos); (3) física y espiritual (los judíos creyentes de todos los tiempos); (4) Cristo; (5) espiritual (los creyentes gentiles). Las bendiciones del pacto abrahámico que tienen que ver con los gentiles están comprendidas en el aspecto “bendición” y nos llegan por medio del Señor Jesucristo y el nuevo pacto. El nuevo pacto fue (1) anunciado por Jeremías y Ezequiel (Jeremías 31; Ezequiel 36); (2) fue instituido por el Señor la noche que fue entregado (Mateo 26:28); (3) fue realizado por el Señor Jesús por medio de su sacrificio en la cruz (Hebreos 9, 10); (4) es ministrado por la iglesia en cuanto a que predica los beneficios de la sangre de Cristo, la base del nuevo pacto (2 Corintios 3); (5) hallará su cumplimiento final en Israel en el milenio cuando el Señor vuelva por segunda vez. La relación del nuevo pacto y la muerte de Cristo es explicada así por el escritor de Hebreos, “Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal... en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo; dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie... Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención... Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo

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muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna... Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan... Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre” (Hebreos 9:1-10:10). 2. RELACIÓN ENTRE EL PACTO ABRAHÁMICO Y EL PACTO MOSAICO El pacto abrahámico garantizaba la llegada del Mesías y su reino. El pacto mosaico fue dado después del pacto abrahámico, pero no lo anula. El pacto mosaico fue dado “para mientras” el Mesías llegaba. Israel falló al hacer un fin de lo que sólo era un medio. La ley tenía la intención de “llevar de la mano” a Israel al Mesías. Israel llegó a pensar que la ley tenía como propósito funcionar como una escalera para ganarse la salvación por méritos propios. Pero la ley sólo servía como una niñera para llevar a Israel al Cristo. Este servicio de “niñera” era cumplido por la ley cuando “mataba” al israelita y le hacía claro que no podía salvarse a sí mismo. Pablo explica esta relación entre los dos pactos en Gálatas 3:9-26, “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Hermanos, hablo en términos humanos: Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade. Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por la ley, ya no es por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham mediante la promesa. Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador. Y el mediador no lo es de uno solo; pero Dios es uno. ¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley. Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”. INTERPRETACIÓN 1. LA NATURALEZA DEL PROFETA Y SU MENSAJE La idea básica del profeta bíblico es dada en Éxodo 7:1: “Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta.” Un profeta recibía revelación de Dios que debía transmitir al pueblo: “...os he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de Israel” (Isaías 21:10). El pasaje clave en cuanto al profeta es Deuteronomio 18:1-22, “Los sacerdotes levitas, es decir, toda la tribu de Leví, no tendrán parte ni heredad en Israel; de las ofrendas quemadas a Jehová y de la heredad de él comerán. No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho... porque le ha escogido Jehová tu Dios de entre todas tus tribus, para que esté para administrar en el nombre de Jehová, él y sus hijos para siempre... ministrará en el nombre de Jehová su Dios como todos sus hermanos los levitas que estuvieren allí delante de Jehová... Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no

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aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera. Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho. Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta. El profeta que tuviere la presunción de hablar palabra en mi nombre, a quien yo no le haya mandado hablar, o que hablare en nombre de dioses ajenos, el tal profeta morirá. Y si dijeres en tu corazón: ¿Cómo conoceremos la palabra que Jehová no ha hablado?; si el profeta hablare en nombre de Jehová, y no se cumpliere lo que dijo, ni aconteciere, es palabra que Jehová no ha hablado; con presunción la habló el tal profeta; no tengas temor de él”. En este pasaje el profeta (1) es distinguido del sacerdote, cuyo ministerio en la enseñanza era expositivo (Dt. 18:1-8); (2) es contrastado con el ocultista, cuyo mensaje no viene de Dios (Dt. 18:9-14); (3) es comparado con Moisés, quien fue escogido por Dios de entre el pueblo para transmitir su mensaje (Dt. 18:15-19); (4) es puesto a prueba por el cumplimiento necesario de toda predicción suya (Dt. 18:20-22)1. Los términos “vidente”, y “profeta” son usados en el Antiguo Testamento indistintamente para la misma persona. Por profeta se hace referencia a la doble función de recibir la revelación y comunicarla, y por vidente, a la manera en que la revelación se recibió.2 La expresión “varón de Dios” aparece como equivalente de profeta (Dt. 33:1; 1 S. 9:6-7; 1 R. 12:22; 2 Cr. 8:14; 2 R. 1:9). En cuanto al mensaje, los dos elementos básicos de la profecía son (1) que viene de Dios mismo: en correspondencia con la frase “varón de Dios” está la frase “palabra de Jehová” (Gn. 15:1, 4; Dt. 5:5; Is. 2:3; Mi. 1:1; Jon. 1:1; 3:1), y (2) que es dada en armonía con el propósito de Dios para la historia que se discierne a partir del programa de los pactos de Dios con su pueblo: Dios se compromete a juzgar el pecado y librar y bendecir a los fieles por medio del Mesías. Se ha sugerido3 que el todo de la profecía bíblica puede ser visto como una sola predicción repetida y desarrollada en el transcurso de los siglos. El propósito de las varias especificaciones de la misma predicción básica es preparar el camino al Mesías e identificarlo con el cumplimiento de la profecía: “...que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lc. 24:44). Cuando los hombres de Dios hablan en el Nuevo Testamento de “...la promesa que hizo Dios a nuestros padres...” (Hch. 26:6), se refieren al pacto que Dios hizo con Abraham y su simiente (Gn. 12, 15, 17, 21; Cf. Lc. 1:54-55, 69-73; Hch. 7:1; He. 6:13-14). ...Este pacto tiene la más grande implicación en la doctrina de la escatología. Los aspectos eternos de este pacto, que garantizan a Israel una existencia nacional permanente, el título perpetuo a la tierra de la promesa, y la certeza de bendiciones materiales y espirituales por medio de Cristo, y que garantiza a las naciones gentiles una parte en estas bendiciones, determina el todo del programa escatológico de la Palabra de Dios. Este pacto llega a ser la semilla de la que emanan los posteriores pactos hechos con Israel.4 La profecía bíblica, por lo tanto, tiene su origen en Dios. Es Dios quien autentica a su profeta por medio de un cumplimiento que puede ser evaluado objetivamente en función de su literalidad. La profecía bíblica es el medio por 1

En relación con esta prueba para determinar la genuinidad de las pretensiones del profeta, cabe preguntarse, ¿qué criterio objetivo de cumplimiento habría si la predicción fuese interpretada de otra forma que no fuese literal? La “prueba del profeta” asume que tiene que haber una correspondencia exacta, literal, objetiva entre el sentido único de la predicción y la persona, actividad o evento que pretenda ser su cumplimiento. Si no hay cumplimiento literal, no hay evidencia objetiva para sostener la genuinidad de la profecía. Es, por ejemplo, la situación en que se hubieran encontrado los apóstoles si, tal como lo hacen los Testigos de Jehová, hubiesen dicho que el Señor Jesucristo cumplió la predicción de su resurrección de entre los muertos no de forma literal, sino espiritual. Al no haber podido presentar la evidencia objetiva que presentaron de la realidad del cumplimiento literal de la profecía, ¿habrían sido capaces de convencer a sus suspicaces contemporáneos de la realidad de su pretensión? Parece muy improbable. Sólo la interpretación literal de la profecía admite comprobación objetiva de su cumplimiento. 2 William White, “haer”, Theological Wordbook of the Old Testament, Ed. Por R. Richard Harris, Gleason L. Archer, Jr., y Bruce K. Waltke, (Chicago: Moody Press, 1981). 3 Willis Judson Beecher, The Prophets and the Promise, Págs. 176-177. 4 J. Dwight Pentecost, Things to Come: A Study of Biblical Eschatology, Pág. 71.

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el que Dios anuncia su propósito en la historia. La meta de la historia es su reino en el que el Señor Jesús cumplirá la promesa de liberación y bendición garantizada en los pactos. La revelación bíblica es un todo armonioso del que la profecía predictiva es parte integral. La interpretación de una profecía particular debe ser consecuente con la interpretación del resto de la revelación y con la interpretación de otras profecías. Todas las profecías bíblicas están vinculadas entre sí. Interpretar unas profecías de forma literal, como las que tienen que ver con los cuatro reinos gentiles de Daniel, por ejemplo, y otras de forma no literal, como las que tienen que ver con la restauración nacional de Israel y el quinto reino de Daniel, por ejemplo, es pasar por alto la unidad del propósito de Dios en la historia y la unidad de la revelación por medio de la cual lo ha comunicado. El cumplimiento literal de las profecías bíblicas que se han cumplido debe, consecuentemente, guiar la interpretación de las profecías que todavía quedan por cumplirse. 2. LA INTERPRETACIÓN LITERAL Existe consenso generalizado de que los tres factores que tienen que ver con el significado de un texto son el autor, el texto, y los lectores.5 La divergencia empieza al decidir cuál de los factores determina el significado. Hay un movimiento creciente a ver al lector y a la situación moderna como los determinantes del significado. Esto resulta en falta de certeza, incremento del relativismo y en posiciones tentativas. Sin embargo, el criterio básico de interpretación en círculos evangélicos ha sido que el sentido lo determina la intención del autor reflejada en el texto de la Biblia como libro teantrópico. Esta intención del autor es identificada a través de la interpretación gramático histórica. De este método de interpretación hay dos vertientes: el método gramático histórico literal y el método gramático histórico teológico. La diferencia entre uno y otro se hace evidente al llegar al estudio de la profecía. a) LA INTERPRETACIÓN EN SÍ Cuando se habla de interpretación literal (gramático histórico literal) hay que distinguir entre (1) el método de interpretación literal y (2) la interpretación literal en sí. La interpretación literal en sí es el descubrimiento del sentido único que el escritor quiso dar al pasaje leyendo cada palabra como era normalmente entendida en armonía con las leyes de la gramática y la información histórica de los tiempos bíblicos. A este sentido único que el escritor quiso dar al pasaje se llega por la determinación de (a) la denotación (los posibles sentidos léxicos del término; por ejemplo, en el Juan 10:1, “puerta” tiene los significados léxicos de “espacio en la pared a partir del suelo usado para entrar o salir” y “armazón que sirve para aislar un lugar o impedir la entrada y la salida”), (b) la connotación (los posibles sentidos además del léxico que el término puede tener en su contexto; en Juan 10:1, “acceso”, “entrada”), y (c) el referente (la correspondencia entre el término y la realidad histórica indicada por el contexto que limita los significados léxicos del término; en Juan 10:1, el referente es Cristo, no un hombre, ni una cosa, ni una idea; por lo tanto, los significados puramente léxicos del término tienen que ser matizados para dar lugar a connotaciones figurativas). La denotación, la connotación y el referente determinan lo que se llama el “área de significado” de un término. Además, existen las llamadas “implicaciones”. Son los elementos expresados sin mucha claridad por el texto de los cuales pueden ser deducidas inferencias válidas. Hay (1) implicaciones de significado e (2) implicaciones de significación. Significado es lo representado por un texto. Es lo que el autor quiso decir por su uso de una secuencia particular de signos; es lo que el signo representa. Significación, por otro lado, nombra una relación entre ese significado y una persona, o una concepción, o una situación, o en efecto, cualquier cosa imaginable.6 El significado, por lo tanto, tiene que ver con el sentido único determinado por el autor. La significación, con la aplicación del sentido de un texto a distintas personas o situaciones. Las implicaciones de significado son los sentidos no expresados del sentido único y las implicaciones de referencia. Con respecto de las últimas, Johnson dice, ...Existen implicaciones en la referencia dependiendo del área referencial. Aunque es posible referirse a Dios y algunos hombres como “amantes”, las implicaciones de referencia en el amor de Dios no tienen ninguno de los límites que están necesariamente asociados con el amor humano. El uso del lenguaje involucra implicaciones (rasgos) comunes que definen el sentido para ambos, pero el alcance de las implicaciones de referencia varía ampliamente. Estas implicaciones de referencia tratan con la naturaleza en la que el sentido se aplica al área referencial. Pero estos significados son aún sentidos contenidos en el sentido determinado por el autor....7 5

Elliott E. Johnson, book review of New Horizons in Hermeneutics in Bibliotheca Sacra (October-December, 1993): 501. 6 E. D. Hirsch, Validity in Interpretation, Pág. 8.

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Las implicaciones de significación hablan de los aspectos del mensaje del texto que pueden tener un significado para alguna persona o concepto o situación no referidas en el área de referencia textual. Es importante distinguir entre ambas clases de implicación porque las implicaciones de significado tienen la autoridad del autor, mientras que las de significación, sólo la del intérprete. En la interpretación de la profecía es importante tener en cuenta que el área de referencia determinada por Dios puede ir más allá que el área de referencia entendida por el autor humano. Esta área de referencia más amplia puede ser entendida por el intérprete a la luz de nueva revelación. En parte, es debido a falta de entendimiento de este hecho que muchos evangélicos usan un método distinto de interpretación cuando estudian las profecías. La nueva revelación puede iluminar la riqueza de contenido del área de referencia original de una profecía, pero nunca sustituirla. Si tal cosa ocurriera, jamás podría ser verificada objetivamente la genuinidad de una profecía. Por vía de clarificación ha de decirse que la interpretación literal (1) se contrapone a la interpretación “espiritual”, “alegórica” o “teológica” sin negar que el contenido de la Biblia sea espiritual o que la sistematización de su enseñanza sea necesaria para su correcto entendimiento; (2) no ignora las figuras del lenguaje, pero llama la atención al hecho que todo significado secundario depende del estrato literal del lenguaje; (3) reconoce que las riquezas latentes de significado de la Biblia son iluminadas y no contradichas ni anuladas por la revelación progresiva; (4) es la práctica normal en la interpretación de la literatura; (5) es la única que posibilita verificación objetiva de cumplimiento; (6) es sostenida por el cumplimiento literal de las profecías de la primera venida de Cristo; (7) sirve de barrera en contra del liberalismo teológico; no hay intérpretes literalistas entre ellos. b) EL MÉTODO LITERAL Por otro lado, el método de interpretación literal es el nombre que se da al sistema que aplica consecuentemente la interpretación literal. El confundir estos dos usos del término “literal” ha llevado a algunos a acusar de (a) inconsecuencia y de (b) “letrismo” a quienes usan el método de interpretación literal. Se acusa a los literalistas de inconsecuencia porque dicen que aunque pretenden aplicar consecuentemente la interpretación literal, a veces reconocen las figuras del lenguaje, por un lado, y a veces hacen uso del método de espiritualización al hablar de los tipos bíblicos, por el otro. Pero, en primer lugar, el método de interpretación literal sólo dice que aplica consecuentemente la interpretación literal, y, como se ha visto, la interpretación literal no desconoce usos normales del lenguaje, como puede ser el figurativo. En segundo lugar, los literalistas no ven los tipos bíblicos como sustitutos del sentido literal del pasaje, sino sólo como ilustración de una verdad bíblica después de que el sentido literal ha sido determinado. También se acusa a los literalistas de “letrismo” porque, se dice, si usaran consecuentemente la interpretación literal llegarían a situaciones insostenibles al no reconocer los símbolos, las metáforas y las analogías literarias. Esta ridiculización, igual que la anterior, también confunde los dos usos que el literalista hace de “literal” y pasa por alto que la más extensa obra existente sobre las figuras del lenguaje fue escrita por un literalista, E. W. Bullinger, quien catalogó e ilustró por lo menos 215 de ellas. 3. LA INTERPRETACIÓN LITERAL Y LA PROFECÍA El asunto central en la interpretación de la profecía tiene que ver con la consecuencia en la aplicación de la interpretación literal. Bernard Ramm, autor de una obra ampliamente usada como libro de texto sobre la interpretación de la Biblia, dice: “El verdadero asunto en la interpretación profética entre los evangélicos es, ¿puede la literatura profética ser interpretada por el mismo método de exégesis gramatical, o es necesario algún principio especial?”8 Al responder a su propia pregunta, dice, “el intérprete debe tomar el significado literal de un pasaje profético como su guía limítrofe o controladora”9; sin embargo, admite la necesidad de “un principio adicional además del principio estricto, literal”10. Identifica la postura que demanda “un principio adicional” para la interpretación de la profecía con los intérpretes no dispensacionalistas: ...debemos estar de acuerdo... en que la venida de Jesucristo nos da una nueva perspectiva para la interpretación del Antiguo Testamento. El Antiguo Testamento fue dado en una forma dispensacional Elliot E. Johnson, “Principles of Exegesis” (notas de clase no publicadas en 316 Interpretation of Prophecy, Dallas Theological Seminary, Summer, 1983), Pág. 3. 8 Bernard Ramm, Protestant Biblical Interpretation, Pág. 244. 9 Ibid., Pág. 253. 10 Ibid., Pág. 258. 7

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específica y si la verdad del Antiguo Testamento arrastra hasta el Nuevo Testamento algo de la forma dispensacional debe ser abandonada como lo es en la tipología propia. Es decir, que el cumplimiento de la profecía no debe esperarse que se dé en la forma exacta de la profecía. Los amilenaristas son los que hacen el divorcio más grande entre la forma y el cumplimiento de la profecía y esta es la razón por la que los postmilenaristas y los premilenaristas que son más dados al literalismo se hallan incómodos con él. Los dispensacionalistas juzgan que la distinción entre la forma y el cumplimiento de la profecía es espuria y, por lo tanto, anticipan el cumplimiento de la profecía como siendo muy semejante a la forma precisa en que fue dada en el Antiguo Testamento.11 Dos razones, pues, para el abandono en mayor o menor grado de la interpretación literal al llegar al estudio de las profecías es que (1) se cree que ellas introducen significados en conflicto con el sentido único de la tradición literal y (2) que está asociada con el dispensacionalismo (que en muchos círculos es visto con desconfianza debido a la versión caricaturizada que de él presentan frecuentemente sus detractores12). Aquí procuraremos mostrar que estas razones no son suficientes para tal abandono de la literalidad y que la nueva perspectiva que la venida de Jesucristo nos da para la interpretación del Antiguo Testamento es, en realidad, la literalidad de su cumplimiento. 4. LA PROFECÍA Y EL SENTIDO ÚNICO La difundida creencia de que una revelación posterior puede cambiar el sentido de algo revelado anteriormente es errónea. “El problema comienza cuando términos tales como «doble cumplimiento» o «doble referencia» son usados como sinónimos de «doble sentido» o «doble significado» y los intérpretes empiezan a hablar de un significado anterior en contraposición a uno posterior”13. De círculos católico romanos viene la también socorrida expresión sensus plenior (sentido “pleno” o “más completo”), que en realidad nació en apología de la alegorización14. Lo que se pretende no es sólo permitir que el Nuevo Testamento interprete el Antiguo, sino que en muchos lugares, lo reemplace. Se dice que el Nuevo Testamento proporciona la base teológica para cambiar el sentido original. De ahí el nombre de gramático histórico teológico dado por algunos a este método de interpretación. De los varios problemas de esta posición, uno de los principales es su falta de objetividad: Esto puede producir una forma de razonamiento hermenéutico circular. Tales individuos interpretan las profecías del Antiguo Testamento como que si fueran simbólicas porque creen que es la forma en que el Nuevo Testamento interpreta el texto del Antiguo Testamento. Pero si el “cumplimiento” no tiene clara correspondencia con la profecía real, ¿cómo puede uno saber que el Antiguo Testamento estaba, en efecto, prediciendo ese evento específico? ¿Cómo, entonces, puede uno saber cuándo interpretar literalmente y cuándo interpretar simbólicamente? Parece que un intérprete simbólico determina que el cumplimiento neotestamentario de un pasaje dado debe ser interpretado simbólicamente observando la palabra pleroo en el Nuevo Testamento o buscando un lenguaje similar. En otras palabras, asume que el uso de pleroo o de lenguaje similar por un escritor del Nuevo Testamento es “prueba” de que el escritor está diciendo que el pasaje se ha cumplido. Con esta prueba en la mano, es capaz de vaciar retrospectivamente el sentido simbólico en el pasaje del Antiguo Testamento.15 Sin embargo, reteniendo la interpretación literal, es mejor empezar determinando el significado del pasaje del Antiguo Testamento en su contexto original. Una vez hecho esto, ha de discernirse si el pasaje señala al futuro o no. Ha de recordarse que una misma declaración es potencialmente capaz de múltiples usos y múltiples referencias. El nuevo sesgo que en el Nuevo Testamento se le de a una profecía del Antiguo no tiene que ser interpretado como un 11

Ibid., Pág. 260. Dentro del campo dispensacionalista han surgido en los últimos tiempos quienes prefieren hablar de hermenéutica “complementaria” más que de interpretación literal. Estos así llamados dispensacionaslistas “progresivos”, entienden que el Nuevo Testamento “introduce cambio y avance; no meramente repite la revelación del Antiguo Testamento”, pero “al hacer las adiciones complementarias, no obstante, no echa por la borda las antiguas promesas. La mejora no es a expensas de la promesa original”. Craig A. Blaising and Darrell L. Bock, “Dispensationalism, Israel and the Church: Assessment in Dialogue,” en Dispensationalism, Israel and the Church: The Search for Definition, Pág 393. Citado por Thomas D. Ice, “Dispensational Hermeneutics” en Issues on Dispensationalism, Pág. 36. Hablar de tal complementación, sin embargo, no es necesario si se tienen en cuenta las implicaciones de significado y de significación de las que hemos hablado aquí. 13 Walter Kaiser Jr., “Legitimate Hermeneutics”, en Inerrancy, Pág. 118. 14 Ramm, Pág. 242. 15 Charles H. Dyer, “Biblical Meaning of «Fulfillment»”, en Issues in Dispensationalism, Págs. 62-63. 12

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cumplimiento “espiritual” de la misma. Las múltiples referencias pueden ser diferentes casos del cumplimiento progresivo del sentido único de una profecía. Además, y muy importante, la mayor parte de las referencias que los escritores del Nuevo Testamento hacen al Antiguo Testamento tienen que ver más con implicaciones de significación que con implicaciones de referencia. Es decir, la mayor parte de las referencias del Nuevo Testamento al Antiguo Testamento no tienen que ver con el cumplimiento de profecías. 5. PROFECÍA Y CUMPLIMIENTO a) NO TODO CUMPLIMIENTO ES CUMPLIMIENTO DE PROFECÍA No es necesario concluir que todo “cumplimiento” en el Nuevo Testamento es cumplimiento de una profecía. Hacerlo es limitar la denotación de pleroo (“cumplir”) a uno de sus varios sentidos léxicos y cerrar la puerta a connotaciones especiales que el contexto pueda añadir. Un estudio del término pleroo en el léxico griego revela los siguientes usos: (1) Hacer lleno, llenar (lleno); (a) de cosas, (b) de personas, llenar con poderes o cualidades. (2) De tiempo, llenar, completar un período de tiempo, llegar a su fin. (3) Llevar algo a su culminación, terminar algo empezado. (4) Cumplir, por hechos, una profecía, una obligación, una promesa, una ley, una petición, un propósito; (a) del cumplimiento de predicciones o promesas divinas; (b) una oración. (5) Completar, terminar, llevar a su fin. (6) Completar un número.16 De los seis usos de “cumplir”, sólo uno tiene que ver con el cumplimiento de la profecía. Además, de las 90 veces que pleroo sucede en el Nuevo Testamento, sólo 28 aparecen en alguna de las 12 distintas fórmulas introductorias para cumplimiento.17 A veces los escritores inspirados han sacado implicaciones de significación (aplicaciones) de algún pasaje del Antiguo Testamento y las han introducido con fórmulas donde pleroo es usado con una implicación figurativa de “analogía”, “comparación”, o “aplicación”. Por ejemplo, Mateo 2:15 dice, “para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo”. En Oseas 11:1, la frase es una referencia literal al éxodo. Dyer hace notar que Mateo usa la frase para desarrollar el paralelismo que viene trazando entre Israel y el Señor Jesús: La Historia de Israel

La Vida de Cristo

Israel fue llamado de Egipto como un “hijo” (Os. 11:1). Israel fue “bautizado” como nación en el Mar Rojo (Ex. 14; 1 Co. 10:12)

Cristo fue llamado de Egipto como un Hijo (Mt. 2:15). Cristo fue bautizado por Juan el Bautista (Mt. 3)

Israel fue al desierto donde fue tentado por cuarenta años (ÉxodoNúmeros). Israel subió al Monte Sinaí para recibir la ley de Dios (Ex. 19ss.).

Cristo fue al desierto donde fue tentado cuarenta días (Mt. 4) Cristo “subió al monte” y explicó la ley (Mt. 5-7).

La Comparación o el Contraste Israel fue un hijo desobediente; Cristo no lo fue (Os. 11:2-5). Israel desobedeció a Dios tres días después de su bautismo en el Mar Rojo (Ex. 15:22-26). Cristo fue “Mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia” (Mt. 3:17). Israel falló en la tentación y se acarreó la ira de Dios; Cristo pasó toda tentación victoriosamente. Israel transgredió la ley antes de que Moisés pudiera bajar las tablas del monte (Ex. 32); Cristo dijo, “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir” (Mt. 5:17). 18

BAG, ” pleroo”, Págs. 676-678. Dyer, Págs. 52-54. 18 Ibid., Pág. 55. 16 17

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También, Mateo 2:17-18 dice, “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron”. El pasaje citado es Jeremías 31:15 y tiene que ver con la descripción poética del lamento de las mujeres de Judá que han visto partir a la cautividad a sus hijos y con la promesa divina de que volverán de allí (vv. 16-17). Mateo usa la frase, bajo la inspiración del Espíritu, para establecer un paralelismo entre el dolor experimentado por ambos grupos de mujeres. No lo usa para indicar cumplimiento de una profecía que, para empezar, no es profecía en su contexto original. Es la elaboración de una implicación de significación. Un uso más elaborado del desarrollo de implicaciones de significación aparece en Mateo 2:23, “Para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado nazareno”. En el siglo primero los habitantes de Nazaret eran despreciados por los habitantes de Judea. Nazaret era una ciudad abierta a mayores influencias externas que otras en Israel debido a estar localizada en un cruce de caminos y a ser sede de un acuartelamiento romano importante. “Nazareno” era un término peyorativo. Mateo usa el plural “profetas” para recoger en una frase el sentir inferido de muchas profecías del Antiguo Testamento que anticipaban que el Mesías sería despreciado. No está espiritualizando las profecías, sino sacando aplicaciones válidas derivadas del entendimiento literal de las mismas. “Cumplimiento”, por lo tanto, no siempre significa cumplimiento de una profecía. A veces se usa figurativamente para introducir una aplicación (implicación de significación). Desde luego, no todas las implicaciones de significación hechas por los escritores del Nuevo Testamento son introducidas con una fórmula de cumplimiento. A veces hacen la alusión, la referencia, o la cita del pasaje del Antiguo Testamento sin fórmula introductoria alguna. Pero estos tres ejemplos de implicaciones de significación ilustran el uso más común del Antiguo Testamento en el Nuevo. Contrariamente a lo que se cree, el Antiguo Testamento se usa relativamente poco en el Nuevo Testamento para cumplimiento de profecías. Zuck identifica diez maneras en que los escritores del Nuevo Testamento usan el Antiguo Testamento: (1) Para señalar el cumplimiento o la realización de una predicción del Antiguo Testamento. (2) Para confirmar que un incidente del Nuevo Testamento está en armonía con un principio del Antiguo Testamento. (3) Para explicar un punto dado en el Antiguo Testamento. (4) Para sostener un punto hecho en el Nuevo Testamento. (5) Para ilustrar una verdad del Nuevo Testamento. (6) Para aplicar el Antiguo Testamento a un incidente o verdad del Nuevo Testamento. (7) Para resumir un concepto del Antiguo Testamento. (8) Para hacer uso de la terminología del Antiguo Testamento. (9) Para trazar un paralelo con un incidente del Antiguo Testamento. (10) Para asociar una situación del Antiguo Testamento a Cristo.19 Es importante notar que sólo el primero de los diez usos que el Nuevo Testamento hace del Antiguo Testamento tiene que ver con el cumplimiento de una profecía. Los escritores del Nuevo Testamento derivan aplicaciones del Antiguo Testamento y las aplican a la iglesia. El Antiguo Testamento puede tener significado para eventos en el Nuevo Testamento, pero eso no quiere decir que el significado del pasaje del Antiguo Testamento está atado a los eventos del Nuevo Testamento. Así, Pablo pudo relacionar el fracaso de Israel en el desierto a la iglesia de Corinto porque los eventos que rodeaban a Israel en el desierto tenían gran significado para la iglesia en Corinto en su lucha con el pecado. Esto es consecuente con la amonestación de Pablo a Timoteo que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, redargüir, corregir e instruir en justicia” (2 Ti. 3:16). El cumplimiento bíblico ocurre cuando el significado de una profecía específica del Antiguo Testamento halla su correspondencia exacta en una persona, actividad, o evento del Nuevo Testamento. Si el escritor del Nuevo Testamento mira retrospectivamente al Antiguo Testamento y deriva significado del Antiguo Testamento para su audiencia específica, esto es aplicación del Antiguo Testamento, no cumplimiento del Antiguo Testamento.20 b) CLASES DE CUMPLIMIENTO DE UNA PROFECÍA Finalmente, cuando se habla del cumplimiento de una profecía hay que distinguir entre (1) El cumplimiento completo. Por ejemplo, la profecía de Miqueas 5:2 acerca del lugar del nacimiento del Señor. Muchas profecías bíblicas fueron cumplidas literalmente poco después de ser enunciadas. (2) El cumplimiento parcial. Hay que tener cuidado en no interpretar este tipo de cumplimiento como queriendo decir que una profecía puede tener varios significados. Cuando se habla de cumplimiento parcial se apunta a las referencias a varios hechos futuros distintos que en una sola profecía pueden estar contenidos. Por ejemplo, la profecía del nacimiento del Señor Jesús hecha por 19 20

Roy B. Zuck, Basic Bible Interpretation, Págs. 260-270. Citado por Dyer, Op. Cit., Pág. 61. Dyer, Pág. 67.

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Gabriel a María en Lc. 1:31-33 sólo vio cumplimiento a parte de lo prometido en la primera venida, mientras que parte espera a su segunda venida. Por otro lado, no se debe descartar el cumplimiento de la totalidad de una profecía sólo porque una parte de la misma se haya realizado y otra parte no. Las bendiciones del pacto con Abraham que la iglesia disfruta en el presente proporcionan otra ilustración de cumplimiento parcial. En lo que respecta al pacto con Abraham, el asunto gira en torno de la interpretación de la expresión, «la descendencia de Abraham» y los específicos que son prometidos... En general... el punto de vista premilenarista requiere que las promesas hechas a Abraham sean cumplidas en Abraham. Las promesas hechas a la descendencia de Abraham sean cumplidas en sus descendientes físicos, y que las promesas hechas a «todas las familias de la tierra» sean cumplidas en los gentiles, e. d., los que no son descendientes físicos de Abraham. Por lo tanto, mucho cuidado debe de tomarse al determinar precisamente qué promesas son dadas a todos los pueblos. Dirigidos por estos principios, pueden observarse ciertas promesas que se refieren sólo a Abraham e. d., la bendición personal sobre él, la promesa de que su nombre sería grande, y de que Dios hará una gran nación de él. La promesa dada a todas las naciones está limitada a la idea de que serán bendecidas a través de Abraham. Esto, desde luego, es subsecuentemente ampliado en el programa total de Dios en gracia para los gentiles creyentes en general y la iglesia en particular. El meollo del problema interpretativo, no obstante, radica en la definición de «la descendencia de Abraham». ¿Cómo debe ser entendida esta expresión? Un examen de las referencias a la simiente de Abraham en las Escrituras revela que la expresión es usada en tres sentidos distintos. Primero, está su uso natural, e. d., la descendencia natural de Abraham hace referencia a los que son realmente descendientes físicos de Abraham. Aunque hay un sentido en que todos los descendientes físicos de Abraham son incluidos, tal como Ismael y sus descendientes e Isaac y sus descendientes a través de Esaú, es claro que las promesas particulares de Dios a la descendencia son limitadas primero a Isaac y luego a Jacob y por medio de Jacob a las doce tribus de Israel. A ellos Dios promete en un sentido especial ser su Dios. A ellos fue dada la ley de Moisés, y el título perpetuo a la tierra prometida fue dado a ellos. Segundo, la expresión «la descendencia de Abraham» es usada con referencia especial al linaje espiritual que viene de Abraham, es decir, aquellos en Israel que confiaron en Dios, que guardaron la ley, que calificaron para muchas de las bendiciones del pacto. Es evidente, por ejemplo, que no todos los israelitas heredaron la tierra y que sólo el Israel espiritual entrará en futuro reino milenial y cumplirá la promesa. La distinción entre el Israel natural y el Israel espiritual es revelada en pasajes importantes como Romanos 9-11 y específicamente en Romanos 9:6-8: «No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: no los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino los que son hijos según la promesa son contados como descendientes». Es evidente entonces que las promesas más particulares del pacto con Abraham no serán cumplidas en toda su descendencia, sino en aquellos de Israel natural que califiquen como descendencia espiritual. Además, la provisión de la soberanía divina es que Dios, aparte del mérito humano, determina la selección de Jacob en vez de Esaú (Ro. 9:12-13). Con el propósito de calificar, por lo tanto, para la completa promesa de Dios a Israel, un individuo tiene que ser, primero, de la descendencia natural de Abraham, e. d., un descendiente de Jacob, y, segundo, uno que ha confiado en Dios, y por ello calificando como perteneciendo a la descendencia espiritual. Una tercera división, relativa a la descendencia espiritual de Abraham es revelada en Gálatas 3:6-9 que dice, «Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham». Aquí aprendemos que también existe una descendencia de Abraham que son gentiles, quienes no son descendientes físicos de Abraham. Algunos, sobre la base del pasaje de Gálatas, han sacado la conclusión infundada de que todas las distinciones entre la descendencia natural y espiritual de Abraham han sido por lo tanto borradas. El pasaje mismo, sin embargo, deja claro que los gentiles que son reconocidos como descendientes de Abraham quedaban bajo la promesa dada a los gentiles y no bajo promesas dadas a la descendencia física de Abraham. La parte del pacto con Abraham que es citada por Pablo se refiere a los gentiles en las palabras, «En ti serán benditas todas las familias de la tierra». La conclusión de Pablo, por lo tanto, es: «Así que los que son de fe son bendecidos con el creyente Abraham». Eso significa que ellos llegan a estar bajo la

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bendición prometida a todas las naciones, pero no significa que están bajo las promesas dadas a Abraham personalmente o a su descendencia en el sentido físico. Un gentil en la edad presente es descendiente de Abraham porque está «en Cristo Jesús» (Gá. 3:28). Es sobre esta base que Gálatas 3:29 dice, «Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según las promesas». Un cristiano gentil, por lo tanto, llega a ser descendiente de Abraham no por relación física alguna a Abraham mismo ni simplemente por imitar la fe de Abraham, sino porque es considerado por Dios como estando en Cristo quien en verdad es un descendiente físico de Abraham. Las promesas aseguradas de esta manera son las promesas dadas a los gentiles, no las promesas particulares a Israel.21 Las bendiciones que la iglesia disfruta en base del pacto con Abraham, por lo tanto, no agotan las bendiciones profetizadas en el mismo. Hay bendiciones que todavía han de ser derramadas sobre la descendencia física de Abraham en cumplimiento de aquellas promesas. (3) El cumplimiento progresivo, que tiene que ver con profecías de múltiple referencia, es otra forma de ver el mismo asunto que el cumplimiento parcial. Por ejemplo, la profecía del día de Jehová: Cinco profetas, que abarcan unos cuatro siglos, cada uno proclamó que el día de Jehová estaba “cerca”, “cercano”, y que había sido cumplido a lo menos en parte--la plaga de langostas de Joel, la destrucción de Jerusalén en el 586 en Isaías y Sofonías (Ab. 15; Jl. 1:15; 2:1; Is. 13:6; Sof. 1:7, 14; Ez. 30:3). Todos hablaron de un cumplimiento todavía por suceder, cuando nuestro Señor vuelva por segunda vez (Joel 3:14; Zc. 14:1; Cf. 2 P. 3:10). Así, el día de Jehová es un término genérico, colectivo, por el que el profeta vio el evento cercano, algunos de los eventos intermedios, y el cumplimiento culminante final todo en un sentido único literal.22 (4) El cumplimiento típico. Este ocurre cuando un tipo bíblico halla su antitipo. Por ejemplo, la prefiguración profética de la resurrección de Cristo en la descripción figurativa de la experiencia de David en el Salmo 16:10 (Cf. Hch. 2:25-31). (5) El cumplimiento potencial. Este cumplimiento se da en relación con profecías que tienen incorporado un elemento de condicionalidad. Por ejemplo, el anuncio de la destrucción de Nínive (Jon. 3:5) llevaba implícita la anulación del cumplimiento en función de la respuesta (Cf. Jr. 18:7-11). Es importante saber distinguir entre profecías que son condicionales y las que no lo son. La discusión de condicionalidad e incondicionalidad gira mayormente en torno del tema de los pactos bíblicos. Los intérpretes no literales ven estos pactos (que prometen un futuro glorioso a Israel) como condicionales y contingentes a la obediencia de Israel. Como evidencia, citan el caso del profeta Jonás cuyas predicciones contra Nínive supuestamente dependían del arrepentimiento de los ninivitas. También citan la promesa que Dios hizo con la casa de Elí y que fue subsecuentemente abrogada (1 S. 2:30). Los intérpretes literales, por otro lado, afirman que todos los pactos bíblicos (excepto el sinaítico) son incondicionales y absolutos, dependiendo sólo de Dios para su cumplimiento. El caso de Jonás en realidad no viene al caso porque nunca se hizo pacto alguno con los ninivitas en el mensaje de Jonás. Con respecto de Elí, él vivía bajo la ley mosaica, y esa economía estaba cubierta por un pacto condicional. La creencia en la incondicionalidad de los pactos bíblicos viene de un estudio literal e inductivo de las Escrituras, tal como se verá del caso representativo del pacto con Abraham... En Génesis capítulos 12, 13 y 15, el pacto que Dios hizo con Abraham promete que Abraham tendrá una posteridad que llegará a ser una gran nación, que la tierra de Palestina será la posesión permanente de sus descendientes, y que las naciones gentiles participarían de las bendiciones prometidas. Existen varias razones por las que los intérpretes literales consideran este pacto con Abraham incondicional. Algunas de las más significativas son:

21 22

John F. Walvoord, Israel in Prophecy, Págs. 34-36. Kaiser, Págs. 137-138.

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(1) El pacto con Abraham es expresamente descrito como «perpetuo» en Génesis 17:13, 17, 19; 1 Crónicas 16:17; y Salmo 105:5, 10. En el Nuevo Testamento es llamado «inmutable» (He. 6:13-18). (2) El pacto es solemnizado por un ritual altamente irregular y parcial. Justamente antes de la institución del pacto, cuando Abraham pregunta al Señor acerca de la tierra de Canaán, diciendo, «Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?» (Gn. 15:8), Dios le dice que tome una becerra, una cabra, un carnero, una tórtola, y un palomino, y que divida a cada animal por la mitad (excepto las aves), y que coloque las piezas una enfrente de la otra para el sacrificio del pacto. Pero una cosa extraña sucede... «Cuando el sacrificio estaba preparado Abraham debía haber esperado caminar con Dios a través de los animales divididos, porque la costumbre demandaba que los dos que entraban en un pacto de sangre debían caminar juntos entre las partes del sacrificio.... Sin embargo, cuando se entró en el pacto, Abraham fue puesto a dormir de manera que no pudiera ser un participante del pacto, sino sólo un recipiente». (3) El pacto es repetido a Abraham aun durante sus varios actos de desobediencia (Cf. Gn. 12:10-20; 16:116). ¿Por qué? Porque la promesa de Dios a Abraham no depende de factores humanos como la obediencia, sino en su propia capacidad para cumplirlas. Cuando Dios entra en pacto para dar a Abraham una descendencia y una tierra para siempre, él compromete su propia integridad para llevar a cabo la prueba. El pacto con Abraham nunca fue anulado debido a la desobediencia de Abraham... (4) Aun durante los tiempos del Nuevo Testamento, el apóstol continúa refiriéndose a los judíos incrédulos de su día como aquellos «de lo cuales son la adopción, la gloria, el pacto» (Ro. 9:4). Más tarde, el apóstol añade que «en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres» (Ro. 11:28).23 6. CUMPLIMIENTO Y POSPOSICIÓN PROFÉTICA El estudio del cumplimiento de la profecía bíblica incluye el tema del cumplimiento no inmediatamente consecutivo de parte de una profecía. A esto se le llama posposición profética. Ocurre posposición profética cuando hay cumplimiento parcial de una profecía, pero no sólo en ese caso. Por su pertinencia a la exposición de los libros de Daniel y Apocalipsis, recomiendo el estudio del ensayo, “Prophetic Postponement in Daniel 9 and Other Texts”24 («Posposición Profética en Daniel 9 y Otros Textos»). LAS DISPENSACIONES La profecía bíblica “es la historia escrita con antelación”. Mucho de lo que hoy es historia pasada desde nuestro punto de vista, fue historia futura al momento de ser anticipada por Dios en las Escrituras proféticas. Las profecías nos permiten contemplar la historia del mundo desde el principio hasta el fin. Esta visión de la historia nos permite apreciar más fácilmente los cambios en el trato de Dios con los hombres. El reconocimiento de estos cambios nos lleva a distinguir las llamadas “dispensaciones”. Una dispensación es “una administración distintiva en el cumplimiento de los propósitos de Dios” (Ryrie). Pablo da evidencia de reconocer estas administraciones distintivas cuando en Efesios 3:10 dice, “de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. La forma más fácil de apreciar las dispensaciones es notar los grandes cambios que se dan en la historia bíblica debido a intervenciones especiales de Dios. El primer gran cambio se da con la Caída. Hay un antes y un después a partir de Génesis 3. El segundo gran cambio viene con el Diluvio. Es difícil no darse cuenta de la transición en la relación de Dios con el hombre después de los acontecimientos de Génesis 6-9. El tercer gran cambio en la relación de Dios con el hombre se da con el llamamiento de Abraham en Génesis 12. Los capítulos de Génesis 1-11 hablan de la humanidad como un todo. Génesis 12-50 habla de Abraham y su familia. Hay un cambio obvio del trato de Dios con la humanidad como un todo al cambio de Dios con la humanidad a través de Abraham. El cuarto gran cambio viene con la entrega de la ley en el Sinaí por medio de Moisés. Éxodo 19 se convierte así en un punto de inflexión inescapable. Hay un antes y un después de la Ley. El quinto gran cambio tiene que ver con la primera venida del Señor Jesucristo. ¿Quién va a decir que las cosas no cambiaron con él? Lo mismo puede decirse del derramamiento del Espíritu en Pentecostés. Así, pues, hay un antes y un después de la venida del Señor y del Espíritu. En sexto lugar, la profecía nos ayuda a anticipar un antes y un después de la segunda venida del Señor Jesús. Con estos seis

23

Paul Lee Tan, Interpretation of Prophecy, Págs. 190-192. J. Randall Price, “Prophetic Postponement in Daniel 9 and Other Texts”, Issues in Dispensationalism, Págs. 133165. 24

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eventos cruciales podemos identificar las siete dispensaciones generalmente reconocidas: (1) la dispensación de la inocencia, hasta la Caída. (2) La dispensación de la conciencia, hasta el Diluvio. (3) La dispensación del gobierno humano, hasta el llamamiento de Abraham. (4) La dispensación de la promesa, hasta la entrega de la Ley. (5) La dispensación de la Ley, hasta la primera venida del Señor Jesús. (6) La dispensación de la iglesia, hasta la segunda venida del Señor Jesús. (7) La dispensación del reino milenial, después de la segunda venida del Señor y hasta la destrucción de estos cielos y esta tierra y la nueva creación. A la hora de estudiar la Biblia, es importante reconocer la dispensación donde determinado pasaje ocurre. De esta manera podremos hacer más fácilmente la identificación del contexto histórico para interpretar las Escrituras correctamente. Por otro lado, la visión que debemos tener de las dispensaciones no es de compartimientos estancos, sin conexión alguna entre una y otra. Recordemos la definición “... en el cumplimiento del propósito divino”. Son siete dispensaciones, pero es un propósito. Dios está llevando adelante una sola cosa en la historia. Él es el mismo. El hombre es el mismo. El pecado es el mismo. La salvación es la misma. El Salvador es el mismo. El reino que será establecido es el mismo. Pero la relación de Dios con la humanidad ha experimentado cambios en cada época. Si estos cambios no son notados caemos en confusión y contradicción. Por ejemplo, el Adán es instruido a comer sólo del fruto de los árboles antes de la Caída, pero después del Diluvio Noé es instruido a comer sólo de los animales limpios, y después de la venida del Señor se le instruye a Pedro a comer de todo. Si vemos estas instrucciones fuera de su dispensación, hay contradicciones e inconsecuencias en ellas. Lo mismo puede decirse en un sin número de casos. PRINCIPALESPUNTOSDEVISTA Debido a la falta de consecuencia en la aplicación del método gramático-histórico-literal de interpretación de las Escrituras, han surgido diversos puntos de vista con respecto de los acontecimientos futuros. A.

EN RELACIÓN CON EL MILENIO

1. AMILENARISMO Literalmente, a “sin” milenio. Los proponentes de este punto de vista no creen que vaya a haber un reinado terrenal de Cristo, ni que este vaya a durar mil años. Creen que las promesas hechas a Israel en el Antiguo Testamento se están cumpliendo en un reino espiritual. Unos creen que este reino espiritual es la iglesia sobre la tierra. Otros, que es el gobierno de Dios sobre los creyentes que están en el cielo. 2. POSMILENARISMO Quienes sostienen este punto de vista creen que hay un milenio verdadero. Este reino de Cristo es resultado de la predicación del evangelio y la salvación de la mayoría de los habitantes del planeta. Cristo volverá por segunda vez al final de este período. 3. PREMILENARISMO Este punto de vista es sostenido por los que creemos en un reinado literal de mil años de Cristo en la tierra. El Señor vendrá antes de este tiempo, después de que la iglesia haya sido arrebatada al cielo. B.

EN RELACIÓN CON EL ARREBATAMIENTO

1. PRETRIBULACIONISMO Este punto de vista sostiene que el arrebatamiento de la iglesia ocurrirá no sólo antes del milenio, sino antes de los siete años de la tribulación. La iglesia no va a sufrir ninguno de los juicios de este período. 2. MIDTRIBULACIONISMO Hay quiénes sostienen que la iglesia será arrebatada al cielo antes del milenio, pero a la mitad de los siete años de la tribulación. La iglesia sufrirá los juicios menos severos de este período, la ira de Satanás, pero no la ira de Dios. 3. POSTRIBULACIONISMO Esta posición también sostiene que el arrebatamiento de la iglesia será antes del milenio, pero después de los siete años de la tribulación. La iglesia sufrirá todos los juicios de este período. C.

PUNTOS DE COINCIDENCIA

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Las distintas posiciones escatológicas (es escatón, “fin”, “final”, lo que tiene que ver con las últimas cosas) coinciden, en términos generales, en muchas cosas básicas que tienen que ver con el futuro. He aquí las más importantes. 1. ESTAMOS DE ACUERDO EN CUANTO A LA MUERTE Hebreos 9:27-28 “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”. 2. ESTAMOS DE ACUERDO EN QUE HAY UN CIELO Desde luego, las características con que este cielo es entendido dependen del grado de literalidad de la interpretación de las Escrituras. En la Biblia se habla de “cielo” para hacer referencia a (1) la atmósfera (Génesis 1:20; Deuteronomio 33:13; Salmo 147:8); (2) el espacio exterior (Génesis 1:14; Salmo 33:6); (3) la morada de Dios (Mateo 6:9; 2 Corintios 12:2; Apocalipsis 4:4-5). Es el lugar donde hoy está el Señor Jesucristo sentado a la diestra del Padre y desde donde volverá por segunda vez. Si los creyentes al morir van a la presencia del Señor, van al cielo. En Filipenses 1:21-24 leemos, “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en la carne es más necesario por causa de vosotros”. También 2 Corintios 5:6-8 dice, “Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor”. No obstante, la Biblia habla de nuevos cielos y nueva tierra como el lugar de habitación de los creyentes en la eternidad: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13). También la Biblia habla de la Nueva Jerusalén en Apocalipsis 21 y 22. Esta ciudad celestial empezará a ser morada de los creyentes glorificados durante el milenio y seguirá siéndolo durante la eternidad. 3. ESTAMOS DE ACUERDO EN CUANTO A QUE HAY UN INFIERNO Existen varias palabras para hacer referencia al lugar de castigo de los hombres después de la muerte. El hebreo seol y el griego hades hacen referencia al lugar a donde van los muertos no creyentes en general.25 Es un lugar de castigo temporal del cual no hay salida sino al lago de fuego (Apocalipsis 20:14-15). Se usa doce veces en el Nuevo Testamento el término gehena, del hebreo ge hinnom, o “valle de Hinom”, que corre al lado sur-este de Jerusalén y que era usado como basurero. Estaba ardiendo continuamente y por eso llegó a ser sinónimo de juicio eterno (Mateo 23:15, 33; 25:41, 46). Se traduce como “infierno”. También se usan las expresiones “fuego que nunca se apaga” (Mateo 3:12; Marcos 9:43, 48); “horno de fuego” (Mateo 13:42, 50); “lago que arde con fuego y azufre” (Apocalipsis 21:8); y “lago de fuego” (Apocalipsis 19:20; 20:10, 14, 15). 4. ESTAMOS DE ACUERDO EN CUANTO A QUE EL SEÑOR JESUCRISTO VOLVERÁ POR SEGUNDA VEZ La creencia en la segunda venida del Señor Jesucristo es un denominador común entre los cristianos. En lo que no nos ponemos de acuerdo es en los detalles relacionados con ella, como se ha visto. 5. ESTAMOS DE ACUERDO EN QUE LOS MUERTOS RESUCITARÁN El Antiguo Testamento da poca información sobre el más allá en general, y sobre la resurrección en particular. No obstante hay algunos pasajes importantes como el Salmo 16:9-11 y especialmente Daniel 12:2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”. El Nuevo Testamento arroja mucha más luz sobre la resurrección a partir de la enseñanza del Señor Jesucristo. Igual que el Antiguo Testamento, básicamente habla de dos resurrecciones, “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28-29). Más adelante se habla de una primera resurrección en contraste con una segunda. La primera tiene que ver con todos los que resucitan para vida. La segunda, con todos los que resucitan para muerte. La primera resurrección tiene varias etapas: (1) la resurrección de Cristo (1 Corintios 15:20); (2) la resurrección de los santos de la iglesia (1 Tesalonicenses 4:16-17); (3) la resurrección de los creyentes del Antiguo Testamento y los santos de la tribulación (Apocalipsis 20; y (4) la resurrección de todos los que hayan muerto en el milenio. ORDENDELAS COSASPRINCIPALESQUEESTÁNPORSUCEDER

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En algunos lugares puede también hacer referencia al sepulcro o a la muerte como estado.

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El estudio de la Biblia siguiendo el método gramático-histórico-literal lleva a una posición pretribulacionista premilenarista. He aquí el orden de los eventos futuros profetizados en la Biblia a la luz de este entendimiento. A.

EL ARREBATAMIENTO DE LA IGLESIA Y SUS EVENTOS RELACIONADOS

1. EL ARREBATAMIENTO EN SÍ Así como las profecías del Antiguo Testamento parecían hacer referencia sólo a una venida del Mesías, pero en realidad hablaban de dos, de la misma manera las profecías del Nuevo Testamento pueden ser entendidas como anticipando sólo una segunda venida del Señor, aunque en realidad hablan de dos. Lo que permitió distinguir con más claridad que el Antiguo Testamento hacía referencia a dos venidas del Mesías fue (1) el cumplimiento de los eventos profetizados, por un lado, y (2) la iluminación que nueva revelación arrojó sobre las antiguas profecías. La revelación del Nuevo Testamento difícilmente puede ser armonizada sin reconocer los dos aspectos de la segunda venida del Señor: la venida por sus santos y la venida con sus santos. Los principales pasajes son Juan 14:1-3, “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. Primera Tesalonicenses 4:1318, “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabra”. Primera Corintios 15:51-54, “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”. 2. EL TRIBUNAL DE CRISTO Una vez en la presencia del Señor, y mientras en la tierra se inician los juicios de la tribulación, los creyentes de la iglesia compareceremos delante del Señor para el juicio de nuestras obras. El juicio no es para determinar quién es salvo, sino para determinar qué recompensas recibiremos. A la luz de estos pasajes, las recompensas es mejor entenderlas como oportunidades de expresar gratitud al Señor a través del servicio. Los pasajes principales son, Romanos 14:10-12, “Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo. Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios. De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”. Segunda Corintios 5:10, “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Primera Corintios 3:12-15, “Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. Si permaneciere la obra de alguno que sobreedificó, recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego”. 3. LAS BODAS DEL CORDERO Y LA FIESTA DE LAS BODAS DEL CORDERO Dios utiliza tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento la figura del matrimonio para ilustrar aspectos de su relación con su pueblo. Una distinción importante entre el Antiguo Testamento y el Nuevo es que Israel es llamado la esposa de Dios, mientras que la iglesia es llamada la novia de Cristo. Desde el punto de vista de la revelación del Nuevo Testamento, el matrimonio entre Cristo y la iglesia todavía es algo futuro. En el antiguo cercano oriente las bodas incluían tres etapas: (1) el arreglo del compromiso matrimonial entre los padres de la novia y el novio, y el pago de la dote; después de este momento se consideraba a los novios “desposados”; (2) cuando había pasado el tiempo convenido, durante el cual el novio preparaba la casa donde vivirían, el novio viajaba con sus amigos a la casa de la novia para reclamar a la novia y llevarla a su casa en medio de un desfile público por las calles del pueblo; (3) la fiesta de las bodas, o la cena de las bodas, que duraba varios días y durante la primera noche de la cual el matrimonio era consumado.

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Siguiendo la analogía, la iglesia se encuentra en la primera etapa de la relación. El Novio celestial ha venido, ha pagado el precio de la dote, y ha partido a la casa del Padre para preparar lugar para la novia (Juan 14:1-3). Al momento preparado, el Novio celestial volverá para llevar a la novia consigo. Esto corresponde al arrebatamiento. Finalmente, el novio llega con la novia a la casa preparada y celebran la fiesta de las bodas. Esto sucederá hasta el tiempo de la segunda venida, cuando “los amigos” del novio (Israel y los santos de otras dispensaciones resucitados juntamente con los creyentes sobrevivientes de la tribulación) celebrarán la fiesta. Aunque repetidas veces se hace referencia en el Nuevo Testamento a Cristo y a su iglesia como el novio y la novia (Juan 3:29; Romanos 7:4; 2 Corintios 11:2; Efesios 5:25-33), el pasaje central de este evento es Apocalipsis 19:7-9, “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Éstas son palabras verdaderas de Dios”. Siendo que a la esposa se le viste de “lino fino” y este tiene que ver con “las acciones justas de los santos”, parece ser que el tiempo de las bodas del Cordero es posterior al del tribunal de Cristo, donde serán determinadas las obras que merezcan ser reconocidas como “justas” y recompensadas con “lino fino”. Las bodas del Cordero serán seguidas de la fiesta de las bodas del Codero. La fiesta de las bodas del Cordero es el milenio. A esta realidad hacen referencias pasajes como los que siguen: “Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus negocios; y otros, tomando a los siervos, los afrentaron y los mataron. Al oírlo el rey, se enojó; y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mateo 22:1-14). “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite, mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir” (Mateo 25:1-13). “Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa. Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustará mi cena” (Lucas 14:16-24). B. LA GRAN TRIBULACIÓN La gran tribulación es la semana setenta de la profecía de Daniel 9:24-27, “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las

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devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”. Esta semana ha sido explicada en detalle en las páginas 207 a la 214 de estas notas. En el Nuevo Testamento los pasajes principales en relación con la gran tribulación son Mateo 24 y Apocalipsis 6-19. Este período comienza con la firma del tratado de paz entre el anticristo e Israel (Daniel 9:27) y finaliza con la segunda venida del Señor (Apocalipsis 19). Existe un notable paralelismo entre las especificaciones cronológicas de Apocalipsis 11:2, 3; 12:6, 14; y 13:5 y las de Daniel 7:25 y 9:27. Si la correspondencia es demostrada, dos hechos debieran quedar claros: (1) que Apocalipsis 4-19 tiene que ver con un tiempo todavía futuro porque que no hay evidencia de que los eventos profetizados allí y en Daniel 9, interpretados literalmente, se hayan cumplido en la historia; y (2) que esos acontecimientos tienen que ver principalmente con Israel y no con la iglesia, porque las 70 semanas de Daniel 9 específicamente “están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad” (Dn. 9:24). Cohen apunta, Las especificaciones de tiempo en Apocalipsis aparecen de la manera siguiente: Apocalipsis 11:2

“cuarenta y dos meses”

Apocalipsis 11:3

“mil doscientos sesenta días”

Apocalipsis 12:6

“mil doscientos sesenta días”

Apocalipsis 12:14

“un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo”

Apocalipsis 13:5

“cuarenta y dos meses”

Los gentiles hollarán la ciudad santa bajo sus pies este tiempo. Los dos testigos de Dios profetizarán hasta que la bestia los mate (11:2-13). La mujer, Israel, huye del dragón que la persigue, Satanás. La mujer, Israel, huye del dragón que la persigue, Satanás. La bestia recibe autoridad para actuar por este tiempo.

De inmediato se ve que cada una de las cinco declaraciones listadas arriba son uniformemente iguales a un número, 3½ años. Calculando treinta días por cada mes profético, 1260 días es igual a cuarenta y dos meses, que es igual a 3½ años. “Un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (Ap. 12:14) es el equivalente griego para el mismo dicho en Daniel 7:25, que representa 3½ años (Cf. Dn. 4:25, 32). También, ya que Apocalipsis 12:14 con sus 3½ “tiempos” es el equivalente obvio de Apocalipsis 12:6 con sus 1260 días, siendo Apocalipsis 12:7-13 un episodio parentético y que el versículo 14 simplemente repite el pensamiento esencial del versículo 6 al continuar la narración principal, es claro que los 3½ “tiempos” son idénticos con los 1260 días, lo que a su vez es igual a 3½ años. Cuando existen cinco expresiones diferentes que citan la misma duración de 3½ años, sin concluir necesariamente que coincidan en el tiempo, ¿por qué ha de negar alguien que la duración de que se habla sea 3½ años? El principio del año-día es defendido por los historicistas porque su esquema cronológico lo demanda a priori, y los que sostiene el acercamiento tópico prefieren entender que estos 3½ años representan la presente edad de dos milenios porque su esquema cronológico lo requiere a priori. El texto de Apocalipsis, sin embargo, haciendo uso de varias expresiones, cada una de las cuales indica la misma duración, parece demandar que el período en cuestión sea 3½ años literales. Una vez que esto es aceptado, se percibe de inmediato la notable armonía que existe entre la cronología de la tribulación y las especificaciones del Apocalipsis, como un examen de la tabla [siguiente] mostrará. El mérito de la sincronización es inescapable y confirma el hecho de que las designaciones de 3½ años deben de ser tomadas literalmente. Una Comparación Entre la Cronología del Período de Siete Años de la Tribulación y las Cinco Especificaciones Cronológicas de Apocalipsis

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La Tribulación Comienzo - El anticristo hace un pacto de siete años con Israel (Dn. 9:27) Primera Mitad - 3½ años de duración (Dn. 9:27) Mitad - El anticristo comete la abominación de la desolación (Dn. 9:27; Mt. 24:15; 2 Ts. 2:4). Segunda Mitad - El anticristo persigue a Israel y a los santos (Jr. 30:4-7; Dn. 7:25; Mt. 24:15-22), durante 3½ años (Dn. 9:27; 7:25).

Final - El anticristo es destruido por Dios quien establecerá su reino (Dn. 7:22, 26-27; 8:25; Mt. 24:29-31).

Apocalipsis

Apocalipsis 11:3 - Los dos testigos de Dios profetizan por 42 meses (3½ años) hasta que la bestia los mata. Apocalipsis 13:5 - La bestia recibe poder para continuar por 42 meses (3½ años). Apocalipsis 12:6 - La mujer, Israel, huye del dragón que la persigue, Satanás, por 1260 días (3½ años). Apocalipsis 12:14 - La mujer, Israel, huye del dragón que la persigue, Satanás, por “un tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo” (3½ años). Apocalipsis 11:2 - Los gentiles hollarán la ciudad santa bajo sus pies por 42 meses (3½ años).26

Evidencia adicional de que la tribulación tiene que ver más con Israel que con la iglesia se deriva del hecho que (1) la palabra “iglesia”, no es mencionada en los capítulos del 4-19; los redimidos de ese tiempo son descritos como israelitas convertidos y gentiles convertidos y no como la iglesia, por lo que, a menos que se demuestre conclusivamente lo contrario, no es precipitado decir que la iglesia no estará en la tierra para ese tiempo; (2) la palabra “Israel” sí se menciona (Ap. 7:4-8; Cf. Jr. 30:7). Quienes dicen que en el Nuevo Testamento “Israel” hace referencia a la iglesia deben de tener en cuenta que (a) de las 73 ocurrencias de la palabra “Israel” en el Nuevo Testamento ninguna hace referencia a la iglesia; Gálatas 6:16, “y el Israel de Dios”, hace referencia a los judíos creyentes (Cf. Gá. 2:7-9), tal como Pablo y otros (Cf. Ro. 11:1, 5; 9:6) que han llegado a ser una nueva creación (Gá. 6:15) sin importancia de la posición racial, social, o sexual (Gá 3:28), la que, sin embargo, no es eliminada (1 Co. 10:32; Ef. 6:5; 1 Ti. 2:11-12); el significado primario del “y” es continuativo o conjuntivo, no explicativo; la forma más sencilla de haber puesto una aposición sería no haber incluido el “y”; a la iglesia nunca se le llama en el Nuevo Testamento “Israel espiritual” o “nuevo Israel”; (b) para el Señor Jesús la iglesia era todavía futura (Mt. 16:18), en palabras de Pablo, un “misterio” no revelado en el Antiguo Testamento (Ef. 3:3-5, 9; Col. 1:26-27), para la realización del cual hacía falta su muerte, resurrección (Ef. 1:20-23) y ascensión (Ef. 4:7-11); (c) el ministerio distintivo del Espíritu Santo en la iglesia es su bautismo (1 Co. 12:13), que no ocurrió sino hasta Pentecostés (Cf. Hch. 1:5 con Hch. 11:16); (d) la abolición de la pared intermedia de separación entre Israel y los gentiles creó un nuevo pueblo llamado “nuevo hombre” y no “nuevo Israel” (Ef. 2:14-18); (e) repetidas veces Pedro y Pablo hablan de los judíos incrédulos como “Israel” (Hch. 2:22, 36; 3:12; 5:21, 31; 9:15; 13:16; 21:28; Ro. 9:4; 11:25, 26; 1 Co. 10:18; 2 Co. 11:22); (f) a los creyentes de la iglesia se les llama en el Nuevo Testamento “linaje de Abraham” (Gá. 3:29), pero nunca “linaje de Jacob” o “linaje de Israel” porque, aunque entre otros varios linajes, hay un linaje puramente espiritual de Abraham, de Jacob sólo hay un linaje físico, que puede ser físico solamente, o físico espiritual (Cf. Ro. 2:25-29); (3) la tribulación es un tiempo único de ira divina y satánica (Ap. 6:16-17; 12:12--notar que sólo el cuarto sello mata a ¼ de la humanidad: Ap. 6:8, y que sólo los sufrimientos de la quinta trompeta duran 5 meses: Ap. 9:5), ira de la que específicamente se ofrece liberación a la iglesia (1 Ts. 1:10; 5:9; Ap. 3:10), y de la que no se salva la gran mayoría de los creyentes de la tribulación (Ap. 6:9-11; 13:7; 7:9-17 habla de una multitud de mártires en el cielo - v. 11), en contraste con la protección que los israelitas sí tuvieron de las plagas de Egipto, en las que ninguno de ellos murió; (4) si la iglesia fuera a pasar la tribulación y su arrebatamiento y su resurrección ocurrieran hasta Apocalipsis 20:4, después de la segunda venida de Cristo a la tierra, la destrucción de sus enemigos y la atadura de Satanás y no antes de su llegada a la tierra, como lo requiere 1 Ts. 4:13-18, sería de esperar que así se indicara y no que se hablara exclusivamente de la resurrección de los mártires de la tribulación, cuya resurrección se llama “primera” para distinguirla de la resurrección para condenación, aunque es una de varias etapas de la resurrección para vida (Cf. 1 Co. 15:23-24); (5) por otro lado, si los mártires de Apocalipsis 20:4 son la iglesia, entonces la iglesia no ha sido salva de la ira (contra 1 Ts. 5:9); (6) si los creyentes de la tribulación son la iglesia, y son arrebatados inmediatamente después o al momento de la segunda venida de Cristo, no quedan creyentes gentiles con cuerpos no glorificados para poblar la tierra en el milenio; decir que hay una segunda oportunidad entre el fin de 26

Gary G. Cohen, Understanding Revelation, Págs. 43-46.

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la tribulación y el principio del milenio (Cf. Dn. 12:11-12) para los judíos incrédulos que sobrevivan la tribulación es infundado y no resuelve el problema; decir que Mateo 25:31-32 se refiere al juicio del trono blanco (para dar lugar a que incrédulos sobrevivientes de la tribulación pueblen la tierra) es pasar por alto que el pasaje dice que sucederá, “cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria”, y que responde a la pregunta, “¿qué señal habrá de tu venida y del fin del siglo?” (Mt. 24:3), que específicamente sólo a las ovejas el Señor dice, “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros” (Mt. 25:34), y que es muy improbable que existan hambrientos, sedientos, forasteros, desnudos, enfermos o en la cárcel (Mt. 25:44) en el milenio; (7) apelar a la falta de una clara distinción terminológica en el Nuevo Testamento para la división de la segunda venida de Cristo en por sus santos y con ellos, para unir las dos en un mismo evento, es cerrar los ojos al hecho que el Antiguo Testamento también habla en términos indistintos de las dos venidas del Mesías (Cf. Is. 61:1-2 con Lc. 4:16-18); (8) si la iglesia pasara la tribulación, de lo único que el arrebatamiento al momento de la segunda venida la libraría sería de disfrutar el milenio, lo cual poco consuelo daría al creyente (Cf. 1 Ts. 4:18--mayor consuelo tendrían los tesalonicenses muriendo antes de la tribulación que siendo arrebatados después de ella); (9) si la iglesia fuera a pasar por la tribulación, ¿por qué no se lo advirtió Pablo a los corintios y a los tesalonicenses (1 Co. 15:51-58; 1 Ts. 4:13-18)? ¿Por qué presentó el arrebatamiento como inminente si iba a ser precedido por la hecatombe de la tribulación? (10) la falta de referencia al arrebatamiento en los pasajes que hablan de la segunda venida de Cristo a la tierra es más fácil de explicar si el arrebatamiento ha ocurrido antes de la tribulación que si ocurre simultáneamente con la segunda venida. (11) La expresión “He aquí yo vengo pronto” (Ap. 3:11; 22:12, 20) no aparece en la sección que tiene que ver con la tribulación (4-19). Allí aparece, “He aquí vengo como ladrón” (Ap. 16:15). Esto es significativo al ser comparado con 1 Tesalonicenses 5:4, “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón”, cosa que, sin embargo, sí se dice de la iglesia profesante (Ap. 3:3).27 C. LA SEGUNDA VENIDA DE JESUCRISTO Y SUS EVENTOS RELACIONADOS Muchos pasajes anticipan la segunda venida del Señor en gloria. Quizá los más importantes son Zacarías 14:1-7, “He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está enfrente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz”. Mateo 24:27-30, “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. Apocalipsis 19:11-21, “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios, para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos”. 1. JUICIO DE LOS GENTILES 27

Adaptado de John Walvoord, The Blessed Hope and The Tribularion (Grand Rapids: Zondervarn Publishing House, 1976).

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Los sobrevivientes no creyentes de la tribulación serán arrebatados para comparecer ante el Juez y escuchar su veredicto. Mateo 24:36-43, “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa”. Mateo 25:31-46, “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. Daniel 12:11-12 hace dos puntualizaciones cronológicas que pueden ser importantes en este contexto ya que parecen indicar tanto el tiempo que llevará este juicio como la limpieza de la tierra para el inicio del milenio: “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días”. Ryrie apunta: “En la mitad de la tribulación el Anticristo abolirá los sacrificios judíos (9:27; Mt. 24:15; 2 Ts. 2:4). Desde ese momento hasta el final habrá 1,290 días. Normalmente, 3 ½ años de 360 días por año sumarán sólo 1,260 días. Los 30 días adicionales mencionados aquí permiten el tiempo necesario para los juicios que tendrán lugar después de la segunda venida de Cristo... Puesto que el que vive 75 días después de la segunda venida de Cristo (1,335 días desde el punto medio de la tribulación) se le denomina bienaventurado, ese debe ser el punto de partida o el comienzo del reino milenial de Cristo”.28 2. RESURRECCIÓN DE LOS CREYENTES DEL ANTIGUO TESTAMENTO En algún momento entre el final de la tribulación y el inicio del reino milenial, los santos del Antiguo Testamento van a resucitar. También serán resucitados en este momento los santos de la tribulación, sean judíos o gentiles. Apocalipsis 20:4-6, “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Ésta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Daniel 12:2, 12-13, “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua... Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al fin de los días”. 3. LA CONFINACIÓN DE SATANÁS AL ABISMO Apocalipsis 20:1-3, “Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo”. 4. ESTABLECIMIENTO DEL REINO MILENIAL

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Charles C. Ryrie, Biblia de Estudio Ryrie, pág. 1223.

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Apocalipsis 20:6, “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años”. Los que reinen con Cristo serán los santos de la iglesia y del Antiguo Testamento que sean dignos de recibir posiciones de responsabilidad en cumplimiento de las palabras del Señor, “Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:20-23). El requisito para reinar con Cristo es sufrir con Cristo, “Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará” (2 Timoteo 2:12). “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Romanos 8:17-18; notar el diferente requisito para ser heredero y coheredero). D. EL MILENIO Multitud de profecías del Antiguo Testamento que anticipan y describen el reino del Mesías serán cumplidas durante el reinado de Cristo. Un ejemplo nos puede dar una idea resumida: “Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar. Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa. Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam, Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará pendón a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín; sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (Isaías 11). E. EL JUICIO DEL TRONO BLANCO Al final del milenio, la tierra será destruida y Dios convocará a todos los muertos no creyentes a su presencia para escuchar juicio e ir a condenación. Apocalipsis 20:11-15, “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. F. LA CREACIÓN DE LOS NUEVOS CIELOS Y LA NUEVA TIERRA Después del milenio, una vez Dios haya cumplido todas sus promesas en relación al Mesías y su reino, Dios pondrá punto final a la historia como la conocemos. 1. LA DESTRUCCIÓN DE LA CREACIÓN PRESENTE Pedro anticipa que todo lo que existe será consumido por fuego, “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa

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manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:9-13).

2. LA INSTAURACIÓN DE UNA NUEVA CREACIÓN Isaías 65:17, “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”. Isaías 66:22, “Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre”. Apocalipsis 21:1, “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”. En varios de estos pasajes las condiciones del milenio se proyectan hacia la eternidad futura y es difícil determinar en qué momento se está hablando del milenio y en qué momento se está hablando de los nuevos cielos y la nueva tierra. ObreroFiel.com – Se permite reproducir este material siempre y cuando no se venda.