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RESUMEN DE LA DOCTRINA DE DIOS Por Sergio Antonio Ramírez Pérez
A. LA EXISTENCIA DE DIOS 1. EL TESTIMONIO BÍBLICO “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:5). Los escritores bíblicos dan como un hecho la existencia de Dios. Nunca tratan de probarla sino que la asumen. Pretender negar la existencia de Dios es necedad, “Dice el necio en corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga el bien” (Sal. 14:1). Por otro lado, toda la Biblia misma es un fuerte testimonio de que Dios existe, ya que la creación de tal Libro se encuentra más allá de los resursos humanos. Al leer la Biblia nos damos cuenta que hay una serie de verdades que sostienen la existencia de Dios.
a) LA EXISTENCIA DE DIOS ES MANIFESTADA POR LAS DECLARACIONES DE DIOS “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí” (Is. 43:10). b) LA EXISTENCIA DE DIOS ES SOSTEINIDA POR SU CREACIÓN “Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado”. (Sal. 100:3) “Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios” (He. 3:4)
c) LA EXISTENCIA DE DIOS ES CORROBORADA POR LA EXPERIENCIA HUMANA “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin” (Ecl. 3:11) “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Ro. 1:20)
d) LA EXISTENCIA DE DIOS ES ATESTIGUADA POR LAS NACIONES “Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos” (Mal. 1:11)
2. LA REFLEXIÓN HUMANA A través de los siglos las mentes más brillantes han tratado de demostrar la existencia de Dios. Estos intentos se conocen como “pruebas teístas”. Éstas son argumentos elaborados a partir de los hechos observables en la naturaleza y que tienen como propósito hacer evidente que Dios existe. Aunque tales argumentos pueden no ser suficientes para algunos, a lo menos demuestran que es más razonable creer que Dios existe que creer que Dios no existe.
a) ENUMERACIÓN DE LOS ARGUMENTOS PARA LA EXISTENCIA DE DIOS a. El argumento cosmológico (cosmos, “mundo, orden”). El universo es un efecto que demanda una causa, la cual es Dios. b. El argumento teleológico (telos, “fin, meta”). La armonía que el universo exhibe y apunta a la existencia de un diseñador. c. El argumento antropológico (antropos, “hombre”). La personalidad del hombre demanda la existencia de un creador personal. d. El argumento ontológico (ontos, “existencia”). El hombre tiene la idea de un ser perfecto. La existencia es uno de los atributos de la perfección, luego, tal ser tiene que existir.
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e. El argumento moral. El sentido del bien y del mal que hay en todo hombre indica que existe un legislador. f. El argumento histórico o etnológico. La religiosidad que se observa en todos los pueblos a través de la historia atestigua la existencia de Dios. g. El argumento sicológico. Es un hecho que el alma no puede hallar descanso sino hasta que reposa en Dios. h. El argumento de congruencia. La mejor explicación de determinados hechos es probablemente la verdad. La existencia de Dios explica mejor que cualquier teoría los hechos de la naturaleza.
b) UNA PRESENTACIÓN DEL ARGUMENTO COSMOLÓGICO ¿Así que eres un ateo? ¿Qué clase de ateo? Puede ser que tu ateísmo sea el de los indecisos. Carl Marx llamó a los agnósticos “ateos con vergüenza”. El agnosticismo descansa en la proposición kantiana de que no podemos conocer las cosas como son sino sólo como aparentan ser. Pero como esta proposición pretende hablar de las cosas como son, se descalifica a sí misma y deja al agnosticismo en el aire. Sí es posible saber si Dios existe. O tu rechazo de Dios puede ser dogmático. Te limitas a repetir tu credo de fe atea sin estar dispuesto a ponerla a prueba quizá por temor a que no vaya a pasarla, como el avestruz del refrán popular, que esconde la cabeza en la arena, o quizá porque te parece demasiado evidente. Pero si la inexistencia de Dios es tan evidente, ¿qué necesidad hay de repetirlo? ¿por qué hay tantos para quienes no lo es? También, puede que tu ateísmo sea el de las trincheras irreductibles de los que sí dialogan pero invalidan desde antes de conocerla la evidencia para la fe en Dios o reniegan de ella una vez han sido refutados. El ateo alemán Nietzche dijo, “Negamos a Dios como Dios. Si alguien nos llegara a probar a este Dios de los cristianos, seríamos menos capaces de creer en él”. 1 Esto recuerda la historia de un hombre que creía que estaba muerto. Para convencerlo de lo contrario, el psiquiatra le mostró información médica que decía que los muertos no sangran. Finalmente le llevó a visitar la morgue donde cortaron varios cadáveres que, en efecto, no sangraron. Entonces, le preguntó, “¿Le convence la evidencia?” “Sí; los muertos no sangran”, fue la respuesta. El médico entonces le hizo al hombre una cortada en el dedo, quien cuando vio la sangre exclamó, “¡Ay! ¡Después de todo, los muertos sí sangran!” Tu renuncia de Dios puede ser la del “conocimiento infinito”. Para afirmar racionalmente “sé que Dios no existe” habría que conocer todo lo que existe. Nadie usa el 100 por ciento de su capacidad mental, pero aun si la usaras, tu conocimiento sería parcial comparado con todo lo que hay por conocerse. Por lo tanto, es razonable admitir que puede ser que Dios exista y que todavía no lo sepas. Cabe también la posibilidad que tu repudio del Creador sea el de los que se sienten “quemados” por la religión y sus representantes pero que no distinguen entre religión y Dios. Tal acción es tan irracional como rechazar a Mozart como músico sólo porque algunos de sus intérpretes hacen añicos composiciones suyas. Quizá tu ateísmo sea el de aquellos que exigen ver a Dios demostrado científicamente en un laboratorio, como si fuera un ser físico. El cosmonauta ruso Yuri Gagarín dijo al volver después de orbitar la tierra, “No vi a Dios alguno allí fuera”. Es como desarmar el reloj en busca del relojero o analizar químicamente el pap el y la tinta del libro en busca del escritor. El reloj y el libro son una cosa y sus creadores, otra. Por otro lado, puede que tu negación de Dios sea la de los que han sido enseñados que la fe en Dios equivale a suicidio intelectual, pero que todavía no se han suicidado intelectualmente cerrándose a la presentación de evidencia racional para la existencia de Dios. Qué bueno. Hay buenas noticias para ti. Una evidencia muy grande 1
Friederich Nietzsche, The Portable Nietzsche (Walter Kaufman, ed. New York: Viking Portable Library, 1977), p. 627.
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El reloj y el libro son cosas distintas a sus creadores y, sin embargo, dan evidencia de la existencia de los que los hicieron. No prueban científicamente al relojero o al escritor, pero hacen razonable la afirmación de su existencia e irrazonable su negación. El universo atestigua de la existencia de Dios. Existen cuatro opciones en cuanto al universo: (1) Es una ilusión; (2) surgió de la nada; (3) es eterno; (4) tuvo un principio. La primera opción se destruye a sí misma. Si todo es una ilusión, tal afirmación también lo es. Además, incluso quienes sostienen tal posición se quitan de enfrente de un supuestamente ilusorio autobús en marcha. La segunda posibilidad, que el universo viene de la nada, es absurda. La razón y la observación nos dicen que de la nada nada viene. Es una suposición infundada que no se puede sostener racionalmente. La tercera proposición, que el universo es eterno, hace necesario que el tiempo también lo sea. Pero no lo es por las siguientes razones: (1) Si existiera un número infinito de momentos antes que hoy, hoy nunca hubiera llegado (porque un número infinito de momentos nunca puede ser completado);2 (2) pero hoy ha llegado; (3) por lo tanto, no existe un número infinito de momentos antes que hoy. Así, el universo no puede ser eterno.3 El universo tuvo un principio Finalmente, queda la cuarta opción, que el universo tuvo un principio. Pero si tuvo un principio, tuvo que haber tenido una causa. Incluso el escéptico David Hume (1711-1776), cuyos argumentos en contra de los milagros todavía hoy son usados por los ateos, vio la verdad de las dos razones necesarias para probar que el universo tuvo una causa. El argumento puede ser puesto así: (1) Todo lo que tiene un comienzo tiene una causa.4 (2) El universo tuvo un comienzo. (3) Por lo tanto, el universo tuvo una causa (Creador).5 Hume insistió que sería absurdo negar la primera declaración: “Pero permitidme deciros que nunca he hecho una proposición tan absurda como la de que cualquier cosa puede surgir sin una causa: Sólo he mantenido que nuestra certeza de la falsedad de esa proposición no procedía de la intuición ni de la demostración; sino de otra fuente”. 6 Hume afirmó la verdad del segundo punto con estas palabras: “Un número infinito de partes reales de tiempo, pasando en sucesión y finalizando una después de la otra, parece una contradicción tan evidente que ningún hombre, cuyo juicio no esté corrompido, en vez de mejorado, por las ciencias, será capaz de admitirlo”. 7 Si las dos primeras declaraciones son ciertas, la tercera también lo es. El universo tuvo una causa. Hay una alternativa con respecto de la causa del universo: (1) Es una causa impersonal,8 o (2) es una causa personal. La necesidad de la personalidad del Creador queda demostrada así: (1) La primera cosa viva tuvo información altamente compleja en ella (el código genético de una ameba equivale a la información contenida en 100 millones de páginas de una enciclopedia). (2) La información altamente compleja viene regularmente de una causa inteligente. (3) Por lo tanto, hubo una causa inteligente para la primera cosa viva que tuvo principio.9 Pero, ¿qué de la casualidad? Desde luego, hay los que dicen que la vida surgió por casualidad; que no es necesario atribuir un universo complejo a un ser inteligente.10 Pero George Wald, el científico ganador del premio Nobel, dice que tal cosa es estadísticamente imposible: “Uno sólo tiene que contemplar la magnitud de la empresa para conceder que la aparición espontánea de un organismo vivo es imposible”. 11 Emil Borel, en su libro sobre probabilidades, dice lo que es la “ley de la probabilidad”: “los eventos cuyas probabilidades son extremadamente pequeñas nunca ocurren”. 12 Atribuir el origen de la vida a la casualidad es como decir que de la explosión de una imprenta salió el Quijote, que el Taj-Mahal es producto de terremotos y la erosión del viento, que el transbordador espacial resultó cuando un huracán sopló en un basurero
Porque es imposible la existencia en la realidad de un infinito real. El matemático alemán David Hilbert dice que la principal diferencia entre un infinito real y uno potencial es que un infinito potencial es algo que siempre está creciendo hacia un límite de infinitud, mientras que un infinito real es una totalidad completa con un número real infinito de cosas [Citado por William Lane Craig, The Existence of God and the Beginning of the Universe, (San Bernardino, California: Here’s Life Publishers, 1979), p. 41]. Un infinito real no puede crecer, mientras que el pasado crece constantemente con cada minuto que pasa. 3 Norman Geisler, False Gods of Our Time (Eugene, Oregon: Harvest House Publishers, 1985), p. 49. 4 Este postulado descarta de entrada la pregunta, “¿quién hizo a Dios?” Preguntar tal cosa es un error categórico. Es como preguntarle a un soltero por el nombre de su esposa. Dios, por definición, es el Ser eterno, sin principio ni fin, de quien todo proviene. 5 Geisler, Op. Cit., p. 50. 6 J. Y. T. Greig, ed., The Letters of David Hume (2 vols.) (Oxford: Clarendon Press, 1932), 1:187. 7 David Hume, Enquiry Concerning Human Understanding (Indianapolis: Bobbs-Merril, 1955), pp. 165-166. 8 Tal como sugieren las religiones orientales: “Dios es todo y todo es Dios”. 9 Geisler, Op. Cit., p. 51. 10 También hay los que mandan la controversia al espacio sideral diciendo que la vida en la tierra es producto de la acción colonizadora de extraterrestres. Tal suposición no resuelve el problema, porque todavía persiste la pregunta, ¿cómo apareció la vida en aquel planeta? 11 Citado por Gaisler, Op. Cit., p. 20. 12 E. Borel, Elements of The Theory of Probability (Nueva Jersey: Prentice-Hall, 1965), p. 57. 2
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industrial. Puedes elegir creer eso, pero no es una decisión racional. El razonamiento científico no está basado en la casualidad, sino en conexiones regulares y causales.13 El antes ateo y eminente científico, Sir Fred Hoyle cambió su modo de pensar sobre la necesidad de un creador inteligente de la vida cuando examinó objetivamente la evidencia:
La verdadera razón
El problema es que hay unas dos mil enzimas, y la probabilidad de obtenerlas todas ellas en un intento casual es solamente una parte en (1020)2000 = 1040000, una probabilidad escandalosamente pequeña que no podría ser enfrentada aunque todo el universo consistiera de sopa orgánica... No importa lo grande que sea el ambiente que uno considere, la vida no pudo haber tenido un comienzo casual. Tropas de monos manoteando casualmente en máquinas de escribir no podrían haber producido las obras de Shakespeare, por la sencilla razón que la totalidad del universo observable no es lo suficientemente grande para contener las máquinas de escribir necesarias y los cestos de basura necesarios para deshacerse de los intentos equivocados. Lo mismo es verdad para el material vivo.14
Hace falta más fe para no creer en Dios que para creer en él. En último análisis, la negación de Dios no tiene tanto su origen en la ausencia de evidencia para la existencia de Dios cuanto en una reacción emocional de rebelión en contra de él. El ateo y filósofo existencialista francés Jean-Paul Sartre (1905-1981) confesó haber renunciado a su creencia en Dios como resultado del sentimiento de culpa por hacer lo malo: Solamente una vez tuve el sentimiento de que existía. Había estado jugando con fósforos y quemé una pequeña alfombra. Estaba en el proceso de cubrir mi crimen cuando de repente Dios me vio. Sentí su mirada dentro de mi cabeza y en mis manos... Me llené de ira por tan ruda indiscreción, blasfemé... Nunca me volvió a mirar.15 La historia de rebelión de Sartre en contra de Dios no termina aquí. El “Sa bueso del Cielo” siguió persiguiéndolo. Sartre había logrado hacer a un lado a Dios el Padre, pero Dios el Espíritu Santo siguió en su persecución. Sartre escribió, “Tuve mucha más dificultad de deshacerme de él porque se había instalado en el fondo de mi cabeza... (pero) até al Espíritu Santo en el sótano y lo arrojé fuera; el ateísmo es un asunto cruel y de largo alcance: creo que lo he llevado a sus últimas consecuencias”. 16 ¿Fue definitiva la victoria de Sartre contra Dios? Quizá no. Poco antes de la muerte de Sartre pasó mucho tiempo con un ex-maoísta y teísta, Pierre Victor, quien tuvo un gran efecto en el amargado ateísmo del viejo filósofo. En un diálogo entre los dos en las páginas del Nouvel Observateur, Sartre abandonó su ateísmo existencialista, diciendo, “No creo ser producto de la casualidad, una mota de polvo en el universo, sino alguien que fue esperado, preparado, prefigurado. En breve, un ser a quien sólo un Creador pudo haber puesto aquí: y esta idea de una mano creadora se refiere a Dios”. 17 Dios te llama La Biblia explica tu situación con estas palabras: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido... Quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican (Romanos capítulo 1, versículos 18-21, 32). Tu rebelión hace segura tu condenación. Pero Dios te ama y ha hecho todo lo que está de su parte para darte salvación de la condenación que se cierne sobre ti a causa de tus pecados: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Dios muestra su amor para con nosotros en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros. El justo por los injustos, para llevarnos a Dios. En esto consiste el amor: no en
Este hecho ha llevado a los neo-darwinistas a rechazar la creencia en el origen puramente casual de la vida por el determinismo bioquímico. Pero, aparte del hecho de que no hay evidencia de que tal determinismo produzca códigos o información, el que las “letras” del ácido desoxirribonucleico tuviesen preferencias moleculares prevendría la formación de la información compleja necesaria para la aparición de la gran variedad de la vida. Además, hablar de “selección natural” al nivel molecular es absurdo, porque la selección natural presupone la vida. 14 Fred Hoyle y N. C. Wickramasinghe, Evolution from Space, (Nueva York: Dent, s.f.), pp. 24, 148. 15 Jean-Paul Sartre, Words, (Nueva York: George Braziller, 1964), p. 102, citado por Gaisler, Op. Cit, p. 60. 16 Ibid., pp. 252-253. 17 Thomas Molnar, “Jean-Paul Sartre, RIP”, en National Review, Junio, 1982, p. 677, citado por Geisler, Op. Cit., 61. 13
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que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (Juan 3:16; Romanos 5:8; 1 Pe dro 3:18; 1 Juan 4:10). Ábrele la puerta de tu vida al Señor Jesucristo para apropiarte gratuitamente por la fe de los beneficios de su muerte en la cruz en lugar tuyo. Él dice, “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta , entraré a él” (Apocalipsis 3:10). Puedes hacerlo ahora mismo por medio de una oración. Orar es hablar con Dios. Dile en tus propias palabras algo como lo siguiente, “Señor ahora creo en ti. Creo que enviaste a tu Hijo amado a este mundo para pagar por mis pecados muriendo en mi lugar. Quiero que entres a mi vida y me des ese perdón que compraste en la cruz. Quiero que seas mi Salvador. Señor Jesús, en esta hora te recibo en mi vida. Gracias”. Recuerda las palabras del Señor Jesús: “El que oye mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).
3. LAS DIFERENTES TEORÍAS TEÍSTAS a. Teísmo - Creencia en un Dios personal y en su acción providente. b. Panteísmo - Creencia en que Dios es todo y todo es Dios. c. Panenteísmo - Creencia en que Dios está en todo y todo está en Dios. d. Politeísmo - Creencia en el existencia de muchos dioses. e. Henoteísmo - Forma de politeísmo que cree que hay un dios para cada pueblo. f.
Deísmo - Dios existe como creador, pero abandonó su creación a las leyes naturales.
g. Dualismo - Creencia en la existencia eterna del bien y del mal. h. Ateísmo - Negación de la existencia de Dios. i.
Agnosticismo - Negación de la posibilidad de conocer a Dios.
j. Escepticismo - Duda de la posibilidad de conocer a Dios.
4. EL CONOCIMIENTO DE DIOS a) LA NEGACIÓN DE LA POSIBILIDAD DE CONOCER A DIOS Ante la negación dogmática del agnosticismo de la posibilidad de conocer a Dios, dos puntualizaciones son necesarias. EN PRIMER LUGAR, DEBE ADMITIRSE QUE NUESTRO CONOCIMIENTO DE DIOS TIENE QUE SER LIMITADO Dios es infinito y nosotros somos finitos. Esta limitación ha sido llamada la incomprensibilidad de Dios y Dios nos habla de ella en su Palabra. “ Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas” (Ecl. 11:5) “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la prudencia?” (Is. 40:13, 14) “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos” (Is. 55:8, 9) “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos! Porque ¿quién entendió la mente del Señor? ¿O quién fue su consejero? ¿O quién le dio a él primero, para que le fuese recompensado?” (Ro. 11:33 -25) EN SEGUNDO LUGAR, QUE AUNQUE LIMITADO, NUESTRO CONOCIMIENTO DE DIOS ES VERDADERO Dios puede ser conocido porque él ha tomado la iniciativa en darse a conocer y aunque no revela todo de sí mismo, lo que revela es verdadero.
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“Porque pregunta ahora si en los tiempos pasados que han sido antes de ti, desde el día que creó Dios al hombre sobre la tierra, si desde un extremo del cielo al otro se ha hecho cosa semejante a esta gran cosa, o se haya oído otra como ella. ¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer? ¿O ha intentado Dios venir a tomar para sí una nación de en medio de otra nación, con pruebas, con señales, con milagros y con guerra, y mano poderosa y brazo extendido, y hechos aterradores como todo lo que hizo con vosotros Jehová vuestro Dios en Egipto ante tus ojos? A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de él” (Dt. 4:32 -35) “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Mt. 11:25 -27) “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta , la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo” (1 Co. 2:7 -16) No es necesario conocer exhaustivamente para conocer verdaderamente.
b) LA POSIBILIDAD DE CONOCER A DIOS Que la luz brille no implica necesariamente que es vista por todos. La revelación de Dios debe ser apropiada. Packer llama la atención al hecho que no es lo mismo conocer acerca de Dios que conocer a Dios. Transformaremos la información que tengamos acerca de Dios en conocimiento personal de Dios cuando hagamos “lo que aprendamos acerca de Dios en tema de meditación delante de Dios, seg uido de oración y alabanza a Dios”.
B. LOS ATRIBUTOS DE DIOS
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Por llevar implícita la idea de “atribuír”, la palabra atributo puede sugerir que se le adjudica algo a Dios, lo cual no es cierto. Con el término “exelencias” o “virtudes” (1 P. 2:9) se comun ica mejor la idea de perfecciones propias de Dios.
2. DEFINICIÓN “Los atributos de Dios son sus perfecciones reveladas en la Biblia y manifestadas en sus obras”.
3. CLASIFICACIÓN DE LOS ATRIBUTOS Tradicionalmente se acostumbra dividir los atributos de Dios en dos categorías que faciliten su estudio. En una categoría se agrupan los atributos que sólo se dan en Dios y en la otra, los que de alguna manera tienen que ver con sus criaturas. Se llama a los primeros atributos INCOMUNICABLES y a los segundos, COMUNICABLES.
4. DESCRIPCIÓN RESUMIDA DE LOS ATRIBUTOS DE DIOS 18
Teología Sistemática, L. Berkhof, La Doctrina de Dios, H. Bavink
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a) LOS ATRIBUTOS INCOMUNICABLES (a) ASEIDAD Dios existe por sí mismo, Jn. 5:26, “Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo”. (b) INMUTABILIDAD Dios no cambia en su ser, propósito y promesas, Stgo. 1:17: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”. (c) INFINIDAD Dios está libre de todas las limitaciones, 1 R. 8:27: “Pero ¿es v erdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?” (d) ETERNIDAD Dios está libre de las limitacines del tiempo, Sal. 90:2: “Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. (e) INMENSIDAD Dios no tiene limitaciones espaciales, Is. 66:1: “Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo?” (f) OMNIPRESENCIA Dios está en todo lugar, Sal. 139:7-8, “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás”. (g) UNIDAD Dios es una sola esencia, Dt. 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”.
b) LOS ATRIBUTOS COMUNICABLES (1) ESPIRITUALIDAD Dios es inmaterial, invisible, sin composición o extensión, Jn. 4:24, “Dios es Espíritu; y los que le adoran, e n espíritu y en verdad es necesario que adoren”. (2) PERSONALIDAD Dios es personal. Esto se prueba por medio de los atributos intelectuales, morales y volitivos, Gn. 1:26,27, “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semej anza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. (3) ATRIBUTOS INTELECTUALES (a) CONOCIMIENTO Dios sabe todo lo posible y actual, Job 12:13: “Con Dios está la sabiduría y el poder; suyo es el consejo y la inteligencia”. (b) SABIDURÍA Dios aplica el conocimiento al fin que más le glorifique, Ro. 11:33, “¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (c) VERDAD Dios cumple perfectamente la idea de la divinidad, es digno de confianza en su revelación y ve todo como es en realidad, Nm. 23:19: “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. El dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”
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(4) ATRIBUTOS MORALES (a) BONDAD Dios posee absoluta perfección y felicidad en sí mismo, Mr. 10:18: “Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios”. (b) BONDAD HACIA SUS CRIATURAS Sal. 145:9,15. Dios se mantiene solícito y tierno hacia sus criaturas, Sal. 145:9,15: “Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras... Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su comida a su tiempo. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo ser viviente”. (c) AMOR Perfección que le impele a comunicarse, Jn. 3:16: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. (d) GRACIA El favor inmerecido de Dios. , Ti. 2:11: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres”. (E) MISERICORDIA El favor de Dios para con el necesitado, Sal. 136: “Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”. (e) PACIENCIA Dios no juzga inmediatamente el pecado, Ex. 34:6: “Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad”. (f) SANTIDAD Dios eternamente quiere y mantiene su excelencia moral, 1 P. 1:15, 16: “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo” (g) JUSTICIA Dios establece y ve que se cumplan normas según su propio ser, Neh. 9:7, 8, “Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abraham; y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo“ (5) ATRIBUTOS VOLITIVOS (a) VOLUNTAD SOBERANA Dios hace lo que quiere, Sal. 115:3: “Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho”. (b) PODER, OMNIPOTENCIA Dios puede hacer todo lo que quiere, Lc. 1:37, “porque nada hay imposible para Dios”.
5. DESCRIPCIÓN AMPLIADA DE LOS ATRIBUTOS DE DIOS a) ASEIDAD 1. Definición “Dios existe por sí mismo” .
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2. Descripción La Biblia nos enseña que Dios es distinto, libre, de una existencia independiente. Él existe antes de todas las cosas y todas las cosas exiten por él, Sal. 90:2; 1 Co. 8:6; Ap. 4:11. En el sentido más absoluto, él es Señor de toda la tierra, Ex. 23:17; Dt. 10:17; Jos. 3:13. Él no depende de nada todo depende de el, Ro. 11:36. El mata y da vida, forma la luz y crea las tinieblas, Dt. 32:39; Is. 45.5-7; 54.16. Él hace conforme su propia voluntad con los habitantes de los cielos y de la tierra, Dn. 4:35, de forma que la gente es en sus manos como el barro en manos del alfarero, Is. 64:8; Jr. 18:1; Ro. 9:21. Su consejo, su buena voluntad, es la base final para todo lo que ocurre, Sal. 33:11; Prov. 19:21; 1s. 46:10; Mt. 11:26; Hch. 2:23; 4:28. Ef. 1:5,9,11. Él hace todo por causa de su nombre y para su gloria, Dt. 32:27, Jos. 7:9; 1 Sam. 12:22; Sal. 25:11; 31:3; 79:9; 106:8; 109:21; 143:11; Prov. 16:4; 1s. 48:9; Jr. 14:7,21; Ez. 20:9,14,22,44. Él no necesita nada y es todo suficiente, Job 22:2,2; Sal. 50:18ss; Hch. 17:25. El tiene vida en sí mismo, Jn. 5:26. Él es absolutamente independiente no sólo en su existencia, sino consecuentemente también en sus virtudes y perfecciones, en sus decretos y obras. Él es independiente en su consejo, Ro. 11:34,35; en su voluntad, Dn. 4:35; en su amor, Os. 14:5; en su poder, Sal. 115:3, etc. así, independiente de todas las cosas. Él es la única fuente de la vida y de la existencia, de toda luz y amor, la fuente de toda bendición, Sal. 36:9; Hch. 17:25. Por medio de su aseidad, Dios es absolutamente diferente de toda criatura. Toda criatrua es dependiente de Dios en cuanto a su origen, subsistencia y desarrollo.
b) INMUTABILIDAD 1. Definición “Dios no cambia en su ser, propósito y promesas”. 2. Descripción En un sentido, pudiera parecer la inmutabilidad de Dios no tiene apoyo bíblico. La Biblia representa a Dios por todos lados como estando en un contacto muy cercano con su creación. En el principio él creó los cielos y la tierra; por lo tanto, de un estado de no creatividad él pasó a uno de actividad creadora. Desde ese principio, por así decirlo, el vive la vida del mundo. En un sentido muy especial, él vive la vida de Israel; él viene y va; se revela a sí mismo y se esconde a sí mismo; él retira su apoyo y lo proporciona. Él se arrepiente, Gn. 6:6; 1 S. 15:11; Am. 7:3,6, etc.; cambia su propósito, Ex. 32:10-14; Jon. 3:10; se enoja, Nm. 11:1,10; Sal. 106:40 y se vuelve del ardor de su ira, Dt. 13:17; 2 Cro. 12:12; 30:8; Jr. 18:8,10; 26:3. Él asume una relación distinta con el creyente que con el no creyente, Prov. 11:20; 12:22, con el puro se muestra puro, y con el perverso, severo, Sal. 18:25,26; en la consumación del tiempo se hace carne en Cristo y por medio del Espíritu Santo viene a morar en la iglesia. Sin embargo, a pesar de todo lo anterior, la Biblia testifica que en todas estas variadas relaciones y experiencias, Dios permanece el mismo. Aunque todo perece, él permanece, Sal. 102:26-28. Él es Jehová, que permanece eternamente el mismo. Él se describe como “Yo Jehová el primero, y yo mismo con los postreros”, Is. 41:4; 43:10; 46:4; 48:12. Él es quien es, Dt. 32:39 (comp. Jn. 8:58; He. 13:8), el Dios inmortal, el único y sabio, el que permanece siempre el mismo, Ro. 1:23; 1 Ti. 1:17; 6:.16; He. 1:11,12. Además, siendo inmutable en su esencia, él es inmutable en sus pensamientos y voluntad, en sus propósitos y decretos: Él no es hombre para que se arrepienta. Él cumple sus amenazas, Nm. 15:29; 1 S. 11:29. Los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables, Ro. 11:29. Él no ha de-sechado a su pueblo. Él perfecciona lo que principia, Sal. 138:8; Fil. 1:6. En una palabra, “Yo Jehová, no cambio”, Mal. 3:6. En él no hay mudanza ni sombra de variación, Stgo. 1:17. En la Biblia, Dios es llamado la Roca, Dt. 32:4,15,18,30,31,37; 1 S. 2:2; 2 S. 22:3,32; Sal. 19:14; 31:2; 62:2,16; 73:26. En Dios, el hombre puede descansar firmemente. A la luz de estas verdades, es claro que el lenguaje bíblico que presenta a Dios involucrado en una actividad cambiante con su creación, ha de considerarse antropomórfico o antropopático. Hay cambio alrededor de Dios, hay cambio en sus relaciones con los hombres, pero no hay cambio en su ser. La inmutabilidad de Dios no debe de ser confundida con inmovilidad. Varias ilustraciones han sido sugeridas para explicar esta verdad. El sol permanece el mismo, sea que calcine y queme, o que caliente y entibie; una moneda permanece una moneda, sea que se le llame un precio o un préstamo; un pilar permanece quieto, se le llame la columna de la derecha o de la izquierda; un artista no cambia cuando da expresión a su concepción por medio de un discurso o una canción, o por medio del tono o del color; tampoco cambia un erudito porque escriba o deje de escribir un libro. Aunque imperfectas, estas comparaciones muestran que algo puede cambiar en sus relaciones sin cambiar en sí mismo.
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c) INFINIDAD 1. Definición “Dios está libre de todas las limitaciones”. 2. Infinidad Dios se mantiene por encima de las limitaciones de las criaturas. Él posee cada virtud en un grado absoluto, perfecto. La infinidad de Dios es cualitativa, no cuantitativa; intensiva, no extensiva; positiva, no negativa. La infinidad en relación con el tiempo es eternidad; en relación con el espacio, omnipresencia. En un sentido, infinidad es sinónimo con perfección.
d) ETERNIDAD 1. Eternidad “Dios está libre de las limitac iones del tiempo” 2. Descripción La Biblia no habla ni de un principio ni de un fin de la existencia de Dios. Aunque a veces Dios es representado como inmanente en el tiempo, él es, sin embargo, trascendente al mismo. Él es el primero y el Último, Is. 41:4; Ap. 1:8; existía antes del mundo, Gn. 1:1; Jn. 1:1; 17:5,24 y permanece para siempre, Sal. 102:26,27. Él es Dios desde el siglo y hasta el siglo, Sal. 90:2; 93:2. El número de sus años es inescrutable, Job 36:26. Mil años a sus ojos son como el día de ayer, Sal. 90:4; 2 P. 3:8. Él es Dios eternamente, Is. 40.28; Ro. 16:26 y mora en la eternidad, Is. 57:15. Él es inmortal, l Ti. 6:16, el que es, y que era y que ha de venir, Ex. 3:14; Ap. 1:4,8. La Biblia habla de Dios, en estos pasajes, de forma antropomórfica, y de la eternidad en forma del tiempo. Sin embargo, claramente enseña que Dios trasciende el tiempo y que no puede ser medido por medio de la medida del tiempo. El concepto de eternidad tiene tres características: excluye “principio”, “fin” y ‘”sucesi ón de momentos”. Dios no está sujeto al tiempo, sino que lo usa para el cumplimiento de sus propósitos, por así decirlo, el tiempo es un siervo de la eternidad, de donde se prueba que Dios es el “Rey de los siglos” ( 1 Ti. 1: 17).
e) OMNIPRESENCIA, INMENSIDAD 1. Definición “Dios está en todo lugar”; Inmensidad, “Dios no tiene limitaciones espaciales”. 2. Descripción La infinidad aplicada al espacio es la inmensidad. El corolario de la inmensidad es la omnipresencia. En la Biblia Dios es visto como el Señor de los cielos y de la tierra, Gn. 14:19,22. Dt. 10:14. Los cielos y la tierra no le pueden contener, 1 R. 8:27; 2 Cro. 2:6; Is. 66:1; Hch. 7:48. Esto no significa que Dios está excluído del espacio. Por el contrario, él llena los cielos y la tierra; nadie se puede escapar de su presencia; Jr. 23:23,24; Sal. 139:7-10. En él vivimos, nos movemos y somos, Hch. 17:27,28. Además, él no está presente en el mismo grado y en la misma manera en todo lugar. La Biblia enseña que el cielo, aunque creado, ha sido la morada de Dios y su trono desde el momento de su creaci6n, Dt. 26:15; 2 S. 22:7; 1 R. 8:32; Sal. 11:4; 33:13; 115:3, 16; Is. 63:15; Mt. 5:34; 6:9; Jn. 14:2; Ef. 1:20; He. 1:3; Ap. 4:11ss, etc. Pero Dios desciende desde el cielo, Gn. 11:5,7; 18:21; Ex. 3:8; camina en el huerto, Gn. 3:8; aparece con frecuencia en varios lugares, Gn. 12:15, 18,19, etc. ; y en un sentido especial, desciende a su pueblo en el Sinaí, Ex. 19:9,11,18,20; Dt. 33:2.; Ju. 5:4. Mientras permite que las naciones caminen según su propio parecer, Hch. 14:16. Él mora en un sentido especial en medio de Israel, Ex 19:6; 25:8; Dt. 7:6; 14:2; 26:19; Jr. 11:4; Ez. 11:20; 37:21; en la tierra de Canaán, Ju. 11:24; 1 S. 26:19; 2 S. 14:16; 2 R. 1:3.16; 5:17; en Jerusalén, Ex. 20:24; Dt. 12:11; 14,23, etc. 2 R. 21:7; Ez. 1:3; 5:16; 7:1; Sal. 135:21; Is. 24:23; Jr. 3:17; Jo. 3:16; etc. Ap. 21:10; el tabernáculo y en el templo de Sión, el cual es llamado su casa, Ex. 40:34,35; 1 R. 8:10; 11:2.; 1 Cro. 5:14; Sal. 9:12; encima del arca, en medio de los querubines, 1 S. 4:4; 2 S.6:2; 2 R. 19:15; 1 Cro. 13:6; Sal. 80:1; 99:1. Pero vez tras vez los profetas protestan de la confianza del pueblo en la presencia de Dios en medio de Israel, Is. 48:1,2; Jr. 3:16.; 27:16; porque Dios está lejos de los malvados, Sal. 11:5; 35:10ss; 50:15ss; 145:20; pero los justos verán su faz, Sal. 11:7. Él habita con los contritos y humildes de corazon, Sal. 51:11; 57:15. Cuando los Israelitas lo abandonan, Él vuelve a ellos en Cristo, en quien habita la plenitud de la deidad, Col. 2:9. A través de Jesucristo y de su Espíritu, él habita en la iglesia como en su templo, Jn. .14:23; Ro. 8:9,11; 1 Co. 3:16; 6:19; Ef. 2:21; 3:17; hasta que habite con su pueblo y sea todo en todos, 1 Co. 15:28, Ap. 21:3. Existen diferentes puntos de vista con respecto de la omnipresencia de
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Dios: (1) el politeísmo, el gnosticismo y el maniqueísmo niegan la omnipresencia de Dios. (2) Algunos de los primeros teólogos aceptaban la omnipresencia de la voluntad de Dios, no del ser de Dios. (3) Los arminianos por lo general, rehúsan comprometerse en este asunto. (4) El deísmo confina a Dios al cielo. (5) Agustín y otros enseñan que Dios es trascendente al espacio porque el espacio es un modo de existencia propio de las criaturas e inmanente en el espacio: llenando cada unidad del espacio con el todo de su ser, no difuso a través del espacio como la luz o el éter. (6) Teólogos posteriores, tanto católicos como reformados concuerdan con Agustín. Algunas de las implicaciones de la doctrina de la omnipresencia de Dios: (1) Dios es trascendente por encima del espacio. (2) Él es inmanente en todo espacio. (3) El espacio mismo presupone la inmensidad de Dios. (4) Dios no está presente en el mismo sentido en cada criatura. Debemos distinguir entre su inmanencia física y la espiritual; también en su inmanencia en el malo y en el creyente; y entre su inmanencia en el creyente y en Cristo. (5) El pecado separa de Dios no espacialmente, sino espiritualmente, no es con respecto de lugar sino con respecto de no ser como él lo que aleja a un hombre de Dios. Por lo tanto, el acercare a Dios y el buscar su presencia no requiere un peregrinaje literal, sino arrepentimiento y humillación.
f) UNIDAD 1. Definición “Dios es una sola esencia”. 2. Descripción La unidad de Dios es el último de los atributos incomunicables. Este atributo incluye tanto la unidad de Dios como su simplicidad. Por lo primero se quiere decir que hay sólo un Dios, que su naturaleza hace imposible la existencia de varios Seres Divinos, y, consecuentemente, que todos los otros seres existen por él y para él. La simplicidad de Dios hace referencia de su unicidad interna o cualitativa. Jehová es el creador del universo, Gn. 1 y 2; el poseedor y juez de toda la tierra, Gn. 14:19,22; 18:25; el único Señor, Dt. 6:4; quien no aceptará a otros dioses delante de él, Ex. 20:3. Además de él no hay otro Dios, Dt. 4:35; 32:39; Sal. 18:31; 83:17; 1s. 43:10; 44: 6; 45:5, etc; los dioses de los paganos son llamados “aqeullos que no son dioses”, vanidades, cosas de nada, viento y confusión, ídolos desposeídos de valor alguno, Dt. 32:21; Sal. 96:5; Is. 41:29; 44:9, 20; Jr. 2:5,11; 10:15; 16:19; 51:17,18; Dn.5:23; Hab. 2:19; etc., y hasta donde poderes verdaderos son adorados como ídolos, son considerados malignos en carácter, Sal. 106:37; 1 Co. 10:20. En el Nuevo Testamento la unidad de Dios se hace más clara en la persona del Señor Jesucristo, Jn. 17:3; Hch. 17:24; Ro. 3:30; 1 Co. 8:5,6; Ef. 4:5,6; 1 Ti. 2:5. La unicidad de Dios incluye más que la unidad numérica. Incluye también su simplicidad. Esto es claro cuando consideramos que cuando la Biblia nos da una descripción de la plenitud del ser de Dios usa tanto adjetivos como nombres. La Biblia no sólo nos dice que Dios es fiel, justo, viviente, omnisciente, amante, etc., sino que el es verdad, justicia, vida, luz, amor, justicia, etc. , Jr. 10:10; 23:6; Jn. 1:4,5,9; 16:6; 1 Co. 1:30; 1 Jn. 1:5; 4.8; y que cada atributo es idéntico con el ser de Dios por razón del hecho de que cada una de sus virtudes es absolutamente perfecta.
g) ESPIRITUALIDAD 1. Definición “Dios es inmaterial, invisible, sin composición o extensión”. 2. Descripción Aunque la Biblia habla de Dios en lenguaje antropomórfico y adscribe a él varios órganos físicos, no lo hace indis-criminadamente. Se dice únicamente que Dios tiene corazón (1 S. 13:14) y entrañas (Is. 63:15), con respecto de los órganos itnernos. Nunca se dice que tenga órganos de la digestión o reproductivos. Se dice también que Dios tiene ojos (2 Cro. 16:9), oídos (Nm. 11:1) y olfato (2 Co. 2:15), pero no se dice que tenga los sentidos del gusto o del tacto. En ningún lado se dice que Dios tenga cuerpo. Aunque en el Antiguo Testamento no se dice específicamente que Dios sea espíritu, su espiritualidad es implicada por todos lados. Él existe es sí mismo, Ex. 3:13; Is. 41:4; 44:6; es eterno, Dt. 32:40; Sal. 90:1ss; 102:27; omnipresente Dt. 10:14; Sal. 139:1ss; Jr. 23: 23,24; incomparable, Is. 40:18,25; 46:5-9; Sal. 89:6,8; invisible, Ex. 33:20,23; de quien ninguna representación se puede hacer, Ex. 20:4; Dt. 5:8, ya que no posee forma, Dt. 4: 12 ,15-16; Dios y el hombre están relacionados entre sí como el espíritu y la carne, Is. 31:3. Aunque Dios se reveló frecuentemente por medio de teofanías, sueños y visiones, y en cierto sentido llegó a ser visible, Gn. 32:30; Ex. 24:10; 33:11; Nm. 12:8; Dt. 5:24; Ju. 13:22; 1 R. 22:19; Is. 6:1; sin embargo, es a través de su Espíritu, y por ende, de manera
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espiritual, que él está presente en la creación, y que él crea y preserva todas las cosas, Sal. 139:7; Gn. 2:7; Job 33:4; Sal. 33:6; 104:30, etc. En el Nuevo testamento la espiritualidad de Dios es más evidentemente revelada. De forma implícita, la espiritualidad de Dios es enseñada cada vez que se le atribuyen tanto eternidad como omnipresencia, Ro. 16:16; 1 Ti. 6:16; 1 P. 1:23; Ap. 1:8; 10:6; 15:7; Hch. 17:29; Ro. 1:22. Sin embargo, explícitamente el Señor Jesucristo dice que Dios es espíritu (Jn. 4:24). Los apóstoles no lo dice así de explícito, pero sí dicen que Dios es invisible, Jn. 1:18; 6:46; Ro. 1:20; Col. 1:15; 1 Ti. 1:17; 6:16; 1 Jn. 4:12,20, lo cual no está en conflicto con la visión de Dios en la faz de Jesucristo (Jn. 14:7-9), Job 19:26; Sal. 17:15; Mt. 5:8; 1 Co. 13:12; 1 Jn. 3:2; Ap. 22:4. Dentro de los que aceptan la enseñanza bíblica de la invisibilidad de Dios en el sentido de que él no puede ser visto por los ojos físicos, una pregunta surgió: “¿Es posible la visión directa y espiritual de la esencia de Dios?”. El consenso de opinión fue que tal visión es imposible en la tierra. Sin embargo, los teólogos católico-romanos mantienen que es posible en el estado de gloria. Pero esta visión directa y espiritual de la esencia de Dios está en conflicto con la enseñanza bíblica de la incomprensibilidad de Dios.
h) OMNISCIENCIA, CONOCIMIENTO 1. Definición “Dios sabe todo lo posible y ac tual de forma directa e inmediata”. 2. Descripción Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él, 1 Jn. 1:5, el habita en luz inaccesible, 1 Ti. 6:16 y es la fuente de toda luz, Sal. 4:7; 27:1; 36:10; 43:3; Jn. 1:4,9; 8:12, etc. Cuando Dios es llamado “luz” , se hace referencia mayormente a la perfección del conocimiento de su ser, de forma que nada está escondido a su conciencia. En la Biblia, la palabra “luz” es también un símbolo de pureza, castidad, santidad, y de gozo, alegría y bendición, Sal. 27:1; 36:9; 97:11; Is. 60:19; Jn. 1:4; Ef. 5:8. Por otro lado, la palabra “tinieblas” no sólo simboliza error e ignorancia, sino también de corrupción moral, pecado y miseria, Sal. 82:5; Ecl. 2:13,14; Is. 8:22; Mt. 8:12; Lc. 22:53; Jn. 3:19; Ro. 3:12; Ef. 5:8ss; 1 P. 2:9, Etc. Sin embargo, el significado simbólico de “luz “ que permanece en el trasfondo es el de “conocimiento” .La razón de esto es que la mayor función de la luz es la de revelar aquello que está escondido en las tinieblas, Ef. 5:13. De ahí que la conciencia sea llamada “luz”, Mt.: 6:22,23. La cognotación moral de la palabra sigue muy naturalmente de su significado intelectual. Así como nos escondemos, y amamos las tinieblas, y nos atrevemos a manifestarnos, y no nos vemos como realmente somos cuando estamos contaminados por el pecado, también, cuando ganamos el valor de vernos a como somos, empezamos a amar la luz, y andamos en luz, y Dios, por medio de Cristo, la luz verdadera, brilla en nuestros corazones para darnos la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo, Gn. 3:8; Jn. 1:5; 3:19; Jn. 1:4; 5:8,12; 9:5; 12:35; 2 Cro. 44:4,6; Mt. 5:14,16; Jn. 3:21; Ro. 13:12; Ef. 5:8; Fil. 2:15; 1 Tes. 5:5; 1 Jn. 1:7, etc. Por lo tanto, cuando se aplica el término “luz” a Dios, significa p rimero que todo, que Dios posee un perfecto conocimiento de sí mismo, ya que nunca ha sido contaminado por el pecado. La existencia trinitaria de Dios es una de perfecto conocimiento, Mt. 11:27; Jn. 1:17; 10:15; 1 Co. 2:10. Además, Dios es consciente de y conoce perfectamente todo aquello que posee una existencia distinta a él mismo. La Biblia no da ninguna evidencia de que exista algo desconocido para Dios. Aunque el método de Dios para adquirir conocimiento es a veces descrito de forma atropomórfica, Gn. 3:9ss; 11:5; 18:21; etc., él es omnisicente, Sal. 94:9, Job 12:13; 28:12-27; Sal. 17:5; Ro. 11:33; 16:27; Ef. 3:10. Sus ojos están sobre toda la tierra, 2 Cro. 16:9; todas las cosas están puestas delante de sus ojos, He. 4:13. Conoce aún las cosas de menor importancia, Mt. 6:8,32; 10:30, así como los objetos más escondidos, Jr. 11:20; 17:9,10; 20:12; Sal. 7:10; 1 R. 8:39; Ez. 11:5; 1 Co. 3:20; 1 Tes. 2:4; Ap. 2:23. Conoce al hombre desde su origen, Sal. 139; el día y la noche, Sal. 139:11,12; el seol y el abadón, Prov. 15:11; la maldad y el pecado, Sal.69:6; Jer. 16:17; 18:23; 32:19; lo que puede llegar a ser, 1 S.. 23:10-13; 2 S. 12:8; 2 R. 13:19; Sal. 81:14,15; Jr. 26:2,3; 38:17-20; Mt. 11:21; y el futuro, Is. 41:22ss; 42:9; 43:9-12; los días de nuestra vida, Sal. 31:15; 39:5; 139:6,16; Job 14:5; Hch. 17:26. Él sabe todas las cosas, 1 Jn. 3:20. Este conocimiento de Dios no es el resultado de estudio y observación, sino es un conocimiento eterno, 1 Co. 2:7; Ro. 8:29; Ef. 1:4,5; 2 Ti. 1:9; por lo tanto, su conocimiento no puede crecer, Is. 40:13ss; Ro. 11:34; es un conocimiento cierto y definido, Sal. 139:1-3; He. 4:13; de manera que las revelaciones de Dios son siempre verdad, Jn. 8:26; 17:17; Tit. 1:2; y todas sus obras nos dan a conocer su sabiduría, Sal. 104:24; 136:5; y deben llevarnos a la adoración, Sal. 139:17ss; Is. 40:28; Job 11:7ss; Ro. 11:33; 1 Co. 2:11. El conocimiento de Dios lo abarca todo, He. 4:13, es intuitivo, es decir, no procede de observación, ya que él conoce las cosas antes de que existan, Is. 46:l0. Todas las cosas están eternamente presentes en su mente .
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i) SABIDURÍA 1. Definición, “Dios aplica el conocimiento al fin que más le glorifique” . 2. Descripción. La sabiduría es el conocimiento visto desde otro ángulo, pero tiene, en el hombre, su origen en diferentes capacidades del alma. La fuente del conocimiento es el estudio, mientras que la de la sabiduría es el discernimiento. El conocimiento es teórico, la sabiduría es práctica. La sabiduría usa de alguna forma el conocimiento. El conocimiento tiene que ver con la mente únicamente. La sabiduría involucra tanto la mente como la voluntad. La sabiduría de Dios es su inteligencia, tal como se manifiesta en la adaptación de los medios para el logro de los fines determinados. Siendo que el fin mayor que Dios tiene para todo lo que hace es su propia gloria, se dice que sabiduría es la aplicación del divino conocimiento al fin que más le glorifique. Tanto la creación como la redención son producto de la sabiduría de Dios, Job 9:4; 12:13,1’,37, 38; Is. 40:28; Sal. 104:24; Bt. 4:6-8; Jer. 10:12. En Pr. 8:22ss. y Job 28:23ss., la sabiduría por medio de la cual Dios creó el mundo es personificada. En el Nuevo Testamento también se dice que Dios es sabio, Ro. 16:27; 1 Ti. 1:17; Jud. 25; Ap. 5:12; 7:12 y se alaba la sabiduría de Dios revelada en la locura de la cruz, 1 Co. 1:18; en Cristo, 1 Co. 1:24; en la iglesia, Ef. 3:10; y en la providencia divina en beneficio de Israel y de los gentiles, Ro. 11:33.
j) VERDAD 1. Definición. “Dios cumple perfectament e la idea de la divinidad, es digno de confianza en su revelación y ve todo como es en realidad”. 2. Descripción. El último de los atributos intelectuales es el de la verdad de Dios. La palabra hebrea mth munh, emmeth, se deriva del verbo mn, “confirmar, s ostener, estar firme, aferrarse a, confiar, tener seguridad de algo” y significa subjetivamente, “el hecho de aferrarse a algo, fe” ; mientras que objetivamente significa, “firmeza, fidelidad, la veracidad de la persona en quien uno ha puesto su conf1anza” . El nombre Jehová implica la veracidad de Dios: un Dios de fidelidad, sin iniquidad o perversidad, Dt. 32:4; Jr. 10:10; Sal. 31:6; 2 Cro. 15:3. Esto implica (a) que él es real, el verdadero Dios, en contraste con los dioses falsos, los ídolos, que son vanidades, Dt. 32:21, y (b) que él siempre permanecerá fiel a sus palabras y sus promesas: que él las establecerá, de forma que siempre es digno de confianza. Él no es hombre para que mienta o se arrepienta, Nm. 23:19; 1 S. 15:29. Todas sus acciones llevan el sello de genuinidad. Repetidamente se hace referencia a su misericordia, hesed, y verdad, Gn. 24:49; 47:29; Jos. 2:14; 2 S. 2:6; 15: 20; Sal. 40:11; 57.:3; 89:14; etc. Sus palabras, mandamientos, caminos, obras, ordenanzas y leyes son todos fieles, 2 S. 7:28; Sal. 19:9; 25:10; 33:4; 111:7; 119:86; 142, 151; Dn. 4:37. Su verdad y su fidelidad alcanzan hasta los cielos, Sal 36:5; Ex. 34:6. Para confirmar su palabra jura por sí mismo, Gn. 22:16-; He 6:13. De ahí que él sea frecuentemente llamado una Roca, en quien, a causa de su firmeza inconmovible, su pueblo puede refugiarse, Dt. 32:4; 15,18, 30; 3:35; 34:28; 2 S. 22:3,32; Is. 26:4. Siendo un Dios de verdad y fidelidad, él guarda su pacto, Dt. 4:31; 7:9; Sal. 40:11; Os. 12:1, etc. En el Nuevo Testamento Dios es llamado el “verdadero Dios” quien se ha revelado a sí mismo en Cristo, Jn. 1:17; 1 Jn. 5:20. Todo lo que él revela es verdad, Jn. 14:6; 17:17; Ef. 1:13. Él es hallado verdadero y todo hombre mentiroso, Ro. 3:4; Jn. 3:33. Él es hoy lo que siempre ha sido. El NT es el cumplimiento y la confirmación de las promesas hechas en días del AT. Dios ha re-cordado su pacto, Lc. 1:68-73. Su fidelidad es evidente en que permanece como el Dios del pacto y que otorga plena salvación, 1 Co. 1:9; 10:13; 1 Tes. 5:24; 2 Tes. 3:3; He. 10:23; 11:11; 1 Jn. 1:9. Él no se puede negar a sí mismo, 2 Ti. 2:13. Todas las promesas de Dios en Cristo son sí y en él amén, 2 Co.1:18,20. Cristo es el “testigo fiel” Ap. 1:5; 3:14; 19:11. Por esta razón, él es y puede ser el objeto incambiable de nuestra fe. La Biblia usa la palabra “verdad” en más de un sentido. Se puede hacer una distnición entre veracidad metafísica, ética y lógica. Cuando se adcribe verdad metafísica a Dios se quiere decir que él es verdadero en contraste con todos los demás dioses que son falsos; por verdad ética se quiere decir que la revelación de Dios corresponde a su ser; por verdad lógica se indica que Dios conoce todas las cosas como ellas son en realidad.
k) BONDAD I. Definición. (a) “Dios posee absoluta perfec ción y felicidad en sí mismo. (b) “Dios se mantiene solícito y tierno hacia sus criaturas” . 2. Descripción. Existen diferentes interpretaciones del término “bondad”. De acuerdo con Sócrates, la bondad está identificada con la utilidad. Es bueno lo que es útil para algún propósito. De acuerdo con esta interpretación, la bondad absoluta no existe; es siempre relativa. La utilidad es la norma para determinar qué es bueno y qué es malo. Sin embargo, a la luz de la Biblia, es posible hablar del bien en un sentido ético, sin tomar en cuenta su “utilidad” , sus ventajas o desventajas. Es aquello que es bueno en y por sí mismo. Es un valor
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absoluto, Mr. 10:18. De acuerdo a la Biblia, Dios es la suma total de todas las perfecciones. Todas las virtudes están presentes en él en un sentido absoluto. Él es “perfecto”, Mt. 5:48, y el único bueno, Mr. 10:18; Lc. 18:19. La bondad de Dios es una con su absoluta perfección. Él no necesita llegar a ser nada, porque lo que es, lo es desde la eternidad. Él no tiene un propósito fuera de sí mismo, sino que es “suficiente, todo -suficiente, autosuficiente” Sal. 50:8ss; 1s. 40:28ss; Hab. 2:20. Dios es la suma total de toda bondad, de todo bien y lo que es bueno en sí mismo es bueno para los demás. Dios es el bien mayor para sus criaturas, la meta de toda bendición, Sal. 4:7,8; 73:25,26. Agustín subrayó que Dios es bien supremo para todas las criaturas. Él es Aquel a quien todas las criaturas anhelan, consciente o inconscientemente. La criatura no halla descanso sino en Dios solamente, Sal. 42:1. Como el bien supremo, Dios es la fuente de toda virtud. No hay ningún bien en la criatura excepto aquel que viene de Dios. La Biblia está llena de alabanza a Dios por su bondad para con sus criaturas, Sal. 8, 19, 36:5-7; 65:12; 147:9; Mt. 5:45; Hch. 14:17; Stgo. 1:17; la bondad de Dios está sobre todas sus obras y permanece para siempre, Sal. 145:9, Sal. 136.
l) AMOR I. Definición, “Es la perfección de Dios que le impele eternamente a comunicarse. 2. Descripción. Berkhof señala que cuando la bondad de Dios se manifiesta hacia sus criaturas racionales asume el más alto carácter de amor. El amor de Dios no es condicional, sino incondicional. Puesto que Dios es absolutamente perfecto en sí mismo, su amor no puede hallar perfecta satisfacción en ningún objeto que carezca de perfección. Dios ama a sus criaturas racionales por causa de sí mismo. No retira su amor del pecador porque aún en ese estado el hombre es poseedor de Su imagen, Jn. 3:16; Mt. 5:44,45. El AT hace referencia al amor de Dios, Dt. 4:37; 7:8,13; 10:15; 23:5; 2 Cro. 2:11; 1s. 31:3; 34:4: 48:14; 63:9; Jr. 31:3; Os. 11:1,4; 14:5; Sof. 3:17; Mal. 1:2. Este amor es manifestado en la elección, relación y pacto con Israel; esta relación es vista como la de marido y mujer, de padre e hijo y madre e infante, Sal. 103:13; 1s. 49:15; Os. 2. Son objetos del amor de Dios no sólo virtudes y atributos, Sal. 11:7; 33:5; 37:28; 45:7, sino también personas, Sal. 78:68; 146:8; Pro. 3:12; Dt. 4:37; 7:8; 2 Cro. 2:11; Mal. 1:2. En el NT la palabra hebrea ahabhah no fue traducida eros, el término común para afecto físico, ni filía, el amor entre parientes, sino agape, el amor puro y perfecto de Dios. Este amor halla perfecto cumplimiento en la Trinidad. La relación entre el Padre y el Hijo es una relación de amor, Jn. 3:35; 5:20; 10:17; 14:31; 15:19; 17:24,26. A través de Jesucristo, quien nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, Jn. 15:13; Ap. 1:7, el amor de Dios es derramado no sólo sobre el mundo o la iglesia en general, Jn. 3;16; Ro. 5:7; 8:37; 1 Jn. 4:9, sino sobre individuos, Jn. 14:23; 16:27; 17:23; Ro. 9:13; Gá. 2:20. Además, Dios no sólo ama, sino que él mismo es amor, 1 Jn. 4:8, y su amor es la fuente y base de nuestro amor, 1 Jn. 4:10. El amor es idéntico con el ser de Dios. Es, por lo tanto, independiente, eterno e inmutable, como lo es Dios mismo. El amor tiene su origen en Dios y por medio de la criatura, vuelve a él.
m) GRACIA 1. Definición. “Es el favor inmerecido de Dios” . 2. Descripción. Cuando la bondad de Dios se manifiesta a aquellos que no merecen sino solamente el mal, ella es llamada “gracia”, traducción del hebreo hen, tehinnah, de hanan, “inclinarse” . Esta palabra también indica el favor que una persona encuentra a los ojos de otra, o el favor que un individuo proporciona a otro, Gn. 30:27; 33:8,10; 47:29; 50:4; Lc.2:52. Con referencia a la gracia de Dios, su objeto nunca es la creación en general o los paganos, sino solamente su pueblo. Es dada a Noé, Gn. 6:8; a Moisés, Ex. 33:12,17; 34:9; Job 8:5; 9:15; Dn. 1:9, a los humildes, Pr. 3:34; Dn. 4:27, especialmente a Israel su siervo. El hecho de que Dios escogiera, dirigiera, librara, redimiera y derramara bendiciones sobre Israel y no sobre otras naciones se debe a la gracia de Dios, Ex. 15:13; 16; 19:4; 34:6,6; Dt. 4:37; 7:8; 8:14,17; 9:5, 27; 10:14ss, 33:3; Is. 35:10; 42:21; 43:1, 15, 21; 54:5; 63:9; Jr. 3:4,19; 31:9,20; Ez. 16; Os. 8:14; 11:1. Dios hace todas las cosas por causa de su nombre, Nm. 14:13; Sal. 115:1; Is. 43:21,25ss; 48:9,11; Ez. 36:22. En el NT “gracia” es la t raducción de charis, que objetivamente significa “belleza, encanto, perdón”, Lc. 4:22; Col. 4:6; ef. 4:29, y subjetivamente indica “favor o inclinación favorable de parte del dador, gratitud, devoción, de parte del recipiente”. Referida a Dios, la gracia e s su favor inmerecido, voluntario hacia los pecadores culpables, proporcionándoles justificación y vida en vez de muerte, Ro. 5:15; 1 P. 5:10. Esta gracia se hace manifiesta en el envío de Jesucristo, quien está “lleno de gracia”, Jn. 1:14ss; 1 P. 1:13, y en la dádiva de toda clase de bendiciones, todas las cuales son regalos de gracia, y son llamadas “gracia”, Ro. 5:20; 6:1; Ef. 1:7;
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2:5,8; Fil. 1:2; Col. 1:2; Tit. 3:7, todo lo cual excluye los méritos humanos totalmente, Jn. 1:17; Ro. 4:4, 16; 6:14, 23; 11:15ss; Ef. 2:8; Gá. 5:3,4.
n) MISERICORDIA, COMPASIÓN 1. Definición, “El favor de Dios para con el necesitado” 2. Descripción. Hay dos sentidos principales en que la palabra “misericordia” es usada en la Bib1ia. En primer lugar, hace referencia al amor leal de Dios, hesed en hebreo. En este sentido, indica mayormente el favor de Dios para con su pueblo como resultado de la relación de pacto que él mantine con ellos, Gn. 39:21; Nm. 14:19; 2 S. 7:15; 22:51; Sal. 18:50; 1 Cro. 17:13; Neh. 1:5. Ella es el principio del perdón, Sal. 6:4; 31:17; 44:26; 109:26; Lam. 3:22, de la gracia, Sal. 51:1, del consuelo, Sal. 119:76, permanece para siempre, 1s. 54:8,10, y es mejor que la vida, Sal. 63:3. Ha revelado todas sus riquezas en Cristo, Ro. 2:4; 2 Co. 10:1; Ef. .2:7; Col. 3:12; Ti. 3:4; y es impartida a todos los creyentes, guiándoles al arrepentimiento, Ro. 2:4;11:22; Gá. 5:22. Un segundo sentido en que la palabra “misericordia” es usada es en el sentido de “compasión”, la bondad de Dios hacia aquellos que están en necesidad. Una y otra vez la Biblia hace mención de la compasión, la misericordia de Dios, Ex. 34:6; Dt. 4:31; 2 Cro. 30:9; Sal. 86:15; 103:8; 111:4; 112:4; 145:8, etc. Esta compasión está en contraste con la actitud del hombre, 2 S. 24:14; Prov. 12:10; Dn. 9:9,18. La misericordia de Dios es multifacética, Sal. 119:156, grande, Neh. 9:19; Sal. 51:12; nunca falla, Lam. 3:22; es tierna, Sal. 103:13, se manfiesta a millares, Ex. 20: 6, y vuelve después del castigo, Is. 14: 1; 49:13ss. En el NT Dios es llamado el Padre de misericordias, 2 Co. 1:3; ha revelado su compasión en Jesucristo, Lc. 1:50ss, quien es miericordioso y compasivo en su función sumosacerdotal, Mt. 18:27; 20:24; He. 2:17; y revela las riquezas de su gracia (“misericordia”), Ef. 2:4, en la salva ción del los creyentes, Ro. , 9:23; 11:30; 1 Co. 7:25; 2 Co. 4:1; 1 Ti. 1:13; He. 3:16.
o) PACIENCIA 1. Definición, “Dios no juzga inmediatamente el pecado” . 2. Descripción. La Biblia hace referencia a otro aspecto de la bondad de Dios, “en virtud del cua l él soporta al obstinado y malvado a pesar de su desobediente persistencia”. Es la paciencia o longanimidad de Dios, Ex. 34:6; Nm. 14:18; Neh. 9:17; Sal. 86:15; 103:8; 145:8; Jn. 4:2; Jo. 2:13; Neh. 1:3. Esta paciencia fue hecha manifiesta en todo el período del AT, Ro. 3:25, y aún ahora es hecha manifiesta a los pecadores, según el ejemplo del Señor Jesucristo, 1 Ti. 1:16; 2 P. 3:15; Ro. 2:4; 9:22; 1 P. 3:20. Sin embargo, esta paciencia no debe de ser interpretada como si Dios ignorase el pecado y se olvidase de dar justa retribución al mismo, Sal. 50:21. La Biblia claramente enseña que Dios, habiendo dado bondadosamente oportunidad para el arrepentimiento, juzgará a los que no se hubiesen arrepentido, Ro. 2:4-5; Mt. 25:46.
p) SANTIDAD 1. Definición, “Dios e ternamente quiere y mantiene su excelencia moral”. 2. Descripción. La palabra “santo” es usada primeramente con referencia a toda clase de personas y cosas que han sido separadas de su esfera ordinaria, y han sido colocadas en una relación especial con Dios y con su servicio. Se habla de tierra santa, Ex. 3:5; santa convocación, Ex. 12:16; santo día de reposo, Ex. 16:23; nación santa, Ex. 19:6; lugar santo, Ex. 29:31; aceite de la santa unción, Ex. 30:25; santo jubileo, Lev. 25:12; casa santa, Nm. 5:17, etc. En todos estos casos la palabra santo no significa un atributo ético, sino que las personas y los objetos designados santos han sido apartados para Dios y su servicio y que han sido separados de la esfera común. Esta relación especial con Dios no es natural. El mundo está por naturaleza opuesto a Dios. Es Dios quien santifica a Israel, es él que elige separarlo para sí y su servicio , “Yo soy Jehová, que os santifico” Ex. 31:13; Lv. 20:8; 21:8; 22:9,16,32; Ez. 20:12; 37:28. Este proceso de santificación incluye, negativamente, que la persona o cosa es separada de los demás, y, positivamente, que es dedicada al servicio de Dios por medio de ciertas regulaciones. Sin embargo, santificación es más que solamente separar. Significa que por medio de estas regulaciones (lavamientos, rociamientos de sangre, etc.), la cosa pierde su carácter común y recibe un nuevo sello o distintivo, que debe manifestar en todo lugar. Las ceremonias necesarias para la santificación indican que también las impurezas y el pecado de la criatura entra bajo consideración y es quitado por medio de ellas, Lv. 8:15; 16:16; Job 1:5; etc. Por lo tanto, santo y puro son sinónimos, Ex. 30:35; Lv. 16:19, pero no significa que pureza cubre todo lo que se quiere decir con santidad.
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Cuando se habla de la santidad de Dios, ella tiene también este doble aspecto. En primer lugar, la santidad de Dios hace referencia a su majestad, a su exaltación y separación de todo lo creado. Así, santidad es sinónimo con divinidad, Am. 4:2. Jehová es Dios y no hombre, es el Santo en medio de ellos, Os. 11:9. La santidad de Dios es revelada en su relación con su pueblo, en la elección, en el pacto; en la revelación especial en su morada en medio de ellos, Ex. 29:43-46; Lv. 11:44,45; 20:26; Sal. 114:1,2. La ley dada a Isarel tiene como propósito la santificación del pueblo y como base, la santidad de Dios. En segundo lugar, la santidad de Dios hace referencia a su pureza y ausencia total de pecado. Este aspecto de la santidad de Dios incluye también la idea de separación, pero esta vez, del pecado, Job. 34:10; Hab. 1:13. Pero la idea de santidad moral no es solamente negativa, en el sentido de separación del pecado, sino también positiva, en el sentido de su excelencia moral o ética, que revela al hombre su pecaminosidad, Is. 6:5. Por lo tanto, la santidad de Dios se convierte en el principio del castigo del pecado, Lv. 11:44,45; 19:2; 20:7,26; 1 R. 9:3-7; 2 Cr. 7:16-20. Santificar a Dios significa temerle, Is. 8:13; 29:23. Cuando el hombre quebranta su nombre y su pacto, Dios se santifica a sí mismo por medio de la justicia y el castigo, Is. 5:16; Ez. 28:22. En el NT, el Espíritu Santo es el principio de santificación de la iglesia mediante la aplicación de la obra redentora de Cristo, Ef. 5:125,26 y la Palabra, Jn. 17:17. La iglesia consiste de individuos santos y sin mancha, Ef.1:1, 4; Col. 1:2, 22; 3:12; 1 Co. 7:14.
q) JUSTICIA I. Definición, “Dios establece y ve que se cumplan normas según su propio ser”. 2. Descripción. Existe una estrecha relación entre la santidad y la justicia de Dios. La palabra saddiq, “justo” , indica el estado de una persona que obedece la ley, que está en armonía con ella, Gn. 30:33; 38:26; 1 S. 24:18; Sal. 15:2. El Pentateuco contiene solo dos ocasiones en las cuales esta palabra se aplica a Dios, Ex. 9:27; Dt. 32:4. Esto es porque la justicia de Dios es revelada primeramente en la historia, en el gobierno del mundo, y en su dirección providencial de Israel. Por lo tanto, la justicia de Dios recibe un mayor tratamieto en los salmistas y en los profetas. La justicia de Dios es revelada por doquier, aún en la preservación de los animales del campo, Sal. 36:6. Dios es el juez de la tierra, Gn. 18:25. Se ha llamado la atención a que en la Biblia la justicia remunerativa (que recompensa) de Dios es mucho más prominente que la justicia retributiva (que castiga). Sin embargo, sí se hace referencia a la justicia retributiva de Dios. Dios no tiene por inocente al culpable, Ex. 20:7; Nah. 1:3; él no perdona, Ez. 7:4,9,27; 8:18; 9:10. Él no hace acepción de personas, ni toma cohecho, Dt. 10:17; su juicio es imparcial, Job 13:6-12; 22:2-4; 34:10-12; 35:6,7. Él es justo y todos sus juicios son juicios justos, Sal. 119:137; 129:4. El castigo de los malos es con frecuencia referido a la justicia de Dios, Ex. 6:5; 7:4; Sal. 7:12; 9:5-9; 28:4; 52:13,73; 96:10; 2 Cro. 12:5-7; Neh. 9:33; Lam. 1:18; Is. 5:16; 10:22; Dn. 9:14; Ro. 2:5: 2 Tes. 1:5-10. Sin embargo, el castigo de los impíos es más frecuentemente referido a la ira de Dios, y que la justicia de Dios es en la Biblia representada como el principio de de la salvación de su pueblo. Las palabras hebreas qwceph, “ira, enojo”, hemah, “furia”, ebhrah, “ira” y las griegas, thumos“ira interna” y orge “ira que se manifiesta externamente”, Ro. 2:18, vienen de ra íces que significan quemar, y que por lo tanto, designan una emoción fuerte e incontrolable, y que es frecuentemente comparada con quemar, Lv. 10:6; Dt. 32:22; Sal. 21:9; con fuego, Dt. 32:22; 2 R. 23:26; Sal. 2:12; Is. 30:27; Jr. 15:14; 17:4, y es, por ello, con ardor, Sal. 58:9; Dt.13:17; 2 Cro. 28:11; Job 20:23; Is. 13:9,13, y con humo, Dt. 29:30; Sal. 74:1. Esta ira es despertada por los pecados de Israel, como perjurio, Jos. 9:20; la desacración del servicio del Señor, Lv. 10:6; Nm. 1:53; 16:46; la idolatría, Dt. 9:19; el pecado de Manasés, 2 R. 23:26; de David, 2 Cro. 27:24; y especialmente por los pecados del pueblo, ls. 42:24, 25; Jr. 7:20; 21:5; 32:31. Esta ira es terrible, Sal. 76:7; causa temor, Sal. 2:5; 90:7, angustia, Job 21:17; Sal. 102:10, castigo, Sal. 6:1; 38:1; Jr.10:24; destrucción, Jr. 42:18; 2 Cro. 29:8. De acuerdo con Dt. 6:15; 29:20; 32:21; Job 16:9; Nah. 1:2, el enojo, el furor, la ira y los celos de Dios están íntimamente ligados. Dios aborrece usualmente los hechos pecaminosos, Dt. 16:22; Sal. 45:7; Prov. 6:16, aunque de forma excepcional, se dice que aborrece a individuos, Sal. 5:5; Mal. 1:3; Ro. 9:13. La ira de Dios se revela a veces en juicios, Nm. 31:2,3; Ju. 5:2; 11:36; 2 S. 4:8; Sal. 18:48, pero se revelará con toda su fuerza en el día de la ira, Dt. 32:41, 42; Sal. 94:1; 149:7; Is. 34:8; 35:4; 59:17; 61:2,4; Jr. 46:10; 50:15,28; Ez. 25:14. El celo de Jehová, Ex. 20:9; 34:14; Dt. 4:24; 5:9; 6:15; Jos. 24:19, resulta del hecho de que Israel, la esposa de Jehová, es infiel al adorar otros dioses, Dt. 32:16,21; 2 R. 14:22; Sal. 78:58, y se revela en el hecho que Jehová, por su parte, provoca a Israel a celos al escoger a otro pueblo, Dt. 32:21; Sal. 79:5; Ez. 5:13; 16:38; 23:25; Ro. 10:19. Con respecto de la justicia remunerativa de Dios, el aspecto de ella por medio del cual Dios justifica al justo (aquel que por su obediencia a los mandamientos de Dios está del lado de la justicia), la Biblia también contiene amplia enseñanza. En la ley todo juez y todo israelita es advertido a no torcer la justicia del pobre, a no perseguir al justo, a no tomar cohecho, a no perseguir al extranjero, a la viuda y al huérfano, Ex. 23:6-9. La justicia consiste en que todos reciben justo juicio, que el grande y el pequeño son tratados de la misma manera,
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Dt. 1:16,17; 16:19; Lv. 19:20. La realidad, sin embargo, fue distinta, Los escritores bíblicos denuncian que no hay justicia para los desposeídos ni para el justo. Por lo tanto, ellos ven hacia el futuro, al Mesías, quien será el Renuevo Justo, Jr. 23:5, Zac. 9:9; quien no juzgará según las apariencias, sino con justo juicio, Is. 11:3-5, ya que “tendrá piedad del pobre y el necesitado [aquellos que eran abusados], y salvará el alma del necesitado”, Sal. 72:12-14. Dios es el juez verdadero. Él es justo porque hace justicia al justo, Sal. 7:9, lo ayuda, 31:1, le responde, 65:5, lo oye, 143:1, lo libra, 143:11, lo vivifica, 119:40, lo redime, 34:22, les concede la justicia que merecen, 35:23. Así, en estos casos, la justicia de Dios es sinónimo con su misericordia, su amor leal, Sal. 22:31; 33:5; 35:28; Is. 45:21; Jr. 9:24; os. 2:18; Zac. 9:9. La manifestación de la justicia de Dios es la manifestación de su misericordia, Sal. 112:4; 116:5; 119:15-19. Aún el perdón de pecados es debido a la justicia de Dios, Sal. 51:14; 103:17; 1 Jn. 1:9. Por eso el pueblo de Dios, aunque pecaminoso, favorece una causa justa, confía en Dios, y espera por lo tanto, que él le conceda su justicia, que pelee sus batallas, y les de la victoria de la salvación, Sal. 17:1ss; 18:20,21; 34:15; 103:6; 140:12. Israel recibirá justicia de Jehová a través del Mesías, quien también traerá justicia a las naciones, Is. 42:1 y creará nuevos cielos y nueva tierra en los cuales mora la justicia, Is. 65:17ss. La justicia de Dios en relación con su pueblo consiste en que él les concede su justicia a ellos. La justicia de Dios a través del Mesías trae justicia a su pueblo, y esta justicia, en Cristo, es el medio para la reconciliación. Reconciliación en virtud de la cual él sigue siendo justo cuando justifica al impío que cree, Ro. 3:21-31.
r) VOLUNTAD 1. Definición: “Dios hace lo que quiere”. 2. Descripción. Varias palabras se usan en la Biblia para hacer referencia a la voluntad de Dios. En el AT se usan manyormente hapes, reson y aba; en el NT, thelo, thelema, boulomai, boule y edokia, con los sentidos de voluntad, deseo, favor, beneplácito y consejo. Las tres palabras griegas aparecen en Ef. 1:5, 9, 11. Ya que la Biblia es principalmente la historia del desarrollo del propósito redentor de Dios, la mayoría de alusiones a la voluntad de Dios se refieren a él. Sin embargo, hay oportuniddes cuando el propósito de Dios, su voluntad, es visto como la causa última de todo lo que ocurre, Ap. 4:11. Es necesario hacer algunas distinciones al estudiar la voluntad de Dios. Se dice que la voluntad de Dios es tanto necesaria como libre. Es necesaria con respecto de sí mismo y es libre con respecto de la creación. La voluntad necesaria de Dios significa que él no se puede negar a sí mismo, que él debe actuar consecuentemente con su naturaleza. Su voluntad está completamente en armonía con todo su ser, su santidad, su justicia, su bondad y verdad. Hay ciertas cosas que Dios no puede hacer (2 Ti. 2:13, He. 6:18; Stgo. 1:13; 1 S. 15:29; Nm. 23:19), porque son contrarias a su propio ser. La voluntad de Dios no es arbitraria. La voluntad de Dios es libre con respecto de la creación. Él no tenía que crear el mundo. La creación, la preservación y la salvación son producto de la libre voluntad de Dios. Se puede decir que si Dios tiene que responder en contra del pecado debido a su naturaleza santa, Él no tiene que salvar. La salvación es un hecho de la voluntad libre de Dios. La voluntad de Dios es dividida también en decretiva y preceptiva. La voluntad decretiva es a veces llamada su voluntad secreta. Es el atributo divino por medio del cual él ha decretado y determinado lo que va a hacer. Se le llama secreta porque sólo él la conoce, aparte de los detalles que le ha placido revelar. Su voluntad preceptiva es el atributo por medio del cual Dios expresa lo que debemos hacer. Dt. 29:29 se refiere a esta distinción en la voluntad de Dios. Se hace referencia su voluntad decretiva en Sal. 115:3; Dn 4:17, 25, 32, 35; Ro. 9:18-19; 11:33;34; Ef. 1:5,9,11. Se hace referencia a su voluntad preceptiva en Mt. 7:21; 12:50, Jn. 4:34; 7:17; Ro. 12:2; Dt. 30:14. Otra distinción en la voluntad de Dios ha sido llamada su voluntad antecedente y subsecuente o consecuente. En la misma línea de pensamiento, otros distinguen entre la voluntad intencional, circunstancial y última de Dios. Los que favorecen esta distinción creen que Dios ofrece suficiente gracia salvadora a toda la humanidad; entonces, después de la decisión personal de la criatura, Dios ajusta su voluntad a esa decisión y determina salvar a los que creen y condenar a los que no, y determina qué más hará bajo las nuevas ciarcumstancias. Los casos de sufrimiento son explicados diciendo que no es causado por la voluntad antecedente o intencional de Dios sino por la circunstancial. Porque Dios es Dios, él alcanzará su meta final; así, su voluntad consecuencial es cumplida. Esta última distinción es inadecuada a la luz de la enseñanza bíblica de que Dios está en absoluto control de todo lo que pasa. Esta distinción reconoce la realidad del mal que existe en contra del deseo divino, y que Dios permite ciertas cosas sin desearlas, pero falla en ver que la voluntad de Dios es más que disposición, y que el sentido bíblico más común de ella es “buena voluntad” , la cual es soberanamente e ficaz, inmutable e idéntica con el ser de Dios.
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Lo anterior parece sugerir que la voluntad de Dios es la razón de ser del pecado y que por lo tanto, puede decirse que Dios es su autor, mientras que la Biblia dice que el pecado está diametralmente opuesto a su naturaleza santa. A la luz de esta dificualtad, algunos han dicho que Dios únicamente previó el pecado, pero que en ningún sentido puede decirse que esté relacionado con su voluntad. Otros, con psajes como Hch. 2:23 y 4:28 en mente, sostienen que de alguna manera aún la maldad está comprendida dentro de la voluntad permisiva de Dios. Él es Señor, aún de un mundo en rebelión en contra suya, y Él cumplirá su propósito, Is. 46:8-11. Cuando se habla de la voluntad permisiva de Dios, se hace referencia mayormente a su no impedir el mal, físico o moral, por razones comprendidas en su sabio propósito. Lacueva nota que el termino “permisiva” no debe de ser tomado en el sentido que tiene cuando hablamos de “una sociedad permisiva” , que aprueba o se hace de la vista gorda del pecado. Dios siempre aborrece y sanciona el mal con toda la fuerza de su ser santo. Al no impedirlo, Él simplemente está cumpliendo su propósito para el establecimiento del mejor posible de los mundos con seres racionales libres. De acuerdo a lo que la Biblia nos dice, hay un mundo mejor venidero donde no existirá más el pecado, 2 P. 3:13. Geisler en su libro Las Raíces del Mal responde a la acusación de que Dios es el autor del pecado señalando lo siguiente. En primer lugar, echa mano del argumento de Agustín, que se resume así, Dios es autor de todo lo que existe en el universo; el mal no es una cosa o sustancia, sino la privación o falta en las cosas. Por lo tanto, no debe concluírse que Dios es el autor del mal. Por privación Agustín quiere decir la falta de algo que debiera estar ahí. La enfermedad es la falta de salud. Si Dios es bueno, todo lo hecho por Dios es bueno. El mal que existe existe sólo como la privación de algo a aquello que fue creado bueno por Dios. Pero privación no es lo mismo que ausencia o negación del bien. La vista no se encuentra ni en el ciego ni en la piedra. Pero es privación para el ciego y mera ausencia en la piedra. Privación es la ausencia o falta de algo que debiera estar ahí. (págs. 46,47). Pero si Dios es creador de todo lo que existe y todo lo que él hizo es bueno, ¿de dónde viene esta privación? La respuesta es que toda cosa creada tiene dentro de sí la posibilidad (aunque no la necesidad) de ser destruída o sufrir privación. Lo que causó la privación en las cosas buenas que Dios hizo fue la capacidad de autodeterminación, la voluntad libre que Dios dio a la criatura. Es bueno el ser libre de tomar decisiones, pero con esa capacidad viene también el poder hacer el mal. El libre albedrío es la causa del mal. Las criaturas libres escogieron hacer lo malo cuando se apartaron del bien infinito del Creador al bien menor de las criaturas, deseando existir para sí mismas y no para Dios. El orgullo es el principio de todo pecado. Cuando la criatura considera su propio bien más importante que el de Dios (pág. 49). Luego Geisler pasa a considerar la pregunta de ¿por qué un Dios absolutamente bueno hizo criaturas con libre albedrío si él sábía que ellos escogerían el mal? La respuesta es que esta es la única forma de alcanzar un mundo moralmete superior con criaturas libres. Un mundo donde el pecado nunca ocurriese no proporcionaría la oportunidad de alcanzar las virtudes más grandes o grados mayores de otras virtudes. Donde no hay tribulación, no hay paciencia. El valor sólo es posible donde existe miedo del mal. (pág. 50) Esto lleva a otra pregunta, ¿cómo puede ser permitido el mal en casos donde habrán los que no respondan positivamente? El dolor y el mal hacen a algunos mejores personas, pero a otros los convierte en amargados. La respuesta es que se consigue un bien mayor cuando a lo menos se concede la oportunidad de alcanzar virtudes más grandes, aunque estas virtudes no siempre sean alcanzadas por todos. Un mundo malo ofrece oportunidades para la experienia y la expresión de la bondad y el amor que no ofrece un mundo donde el mal no existe. En conclusión, un mundo hipotético donde el pecado nunca hubiese existido puede ser lógicamente posible, aunque puede ser imposible de alcanzar en la realidad. Además, un mundo sin pecado no es el mejor de todos los mundos posibles. El mejor de los mundos posibles es uno donde los hombres son libres y los bienes mayores asequibles mientras que una solución final será alcanzada. Este mundo caído no es el mejor de todos los mundos posibles, sino es el mejor camino para alcanzar el mejor de los mundos posibles. Por el mejor de los mundos no se debe entender el mejor de los mundos concebibles, sino el mejor de los mundos alcanzables con criaturas moralmente libres (pág. 59,60). Dios “ no quiere que nadie perezca sino que todos vengan al arrepentimiento”, 2 P. 3:9. Pero él no salvará a los que no quiren en contra de su voluntad, “¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!” (Mt. 23:37).
s) PODER 1. Definición: “Dios puede hacer lo que quiere”.
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2. Descripción: La idea del poder de Dios está en el trasfondo de nombres de Dios tales como El, Elohim, ,ElShadai, Adonai. Además, Dios es llamado Dios grande y temible, Dt. 7:21; el Fuerte de Israel, Is. 1:24; Dios grande y poderoso, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, Jer. 32:18; poderoso en fuerzas, Job 9:4, 36:5; fuerte y poderoso, Sal. 34:8; Rey de reyes y Señor de señores, 1 Ti. 6:15. La omnipotencia de Dios es manifiesta en todas sus obras, la creación, la providencia, la redención de Israel de Egipto, en las leyes de la naturaleza. Los escritores bíblicos hacen referencia a este atributo de Dios con el propósito de que su pueblo pueda ser consolado. Dios es poderoso en fortaleza, Is. 40:26; creó los cielos y la tierra, Gn. 1; Is. 42:5; 44:24; 45:12,18; Zac. 12:1; y los establece por medio de sus decretos eternos, Jr. 5:22; 10:10; él hace que la lluvia descienda y crea el viento; cambia la sombra de muerte en la mañana y hace el día oscuro con la noche; él hace la paz y crea la adversidad; Am. 3:6; 4:13; 5:8; Is. 45:5-7; 54:16. Él crea y hace el habla; el mata y da vida; él libera y destruye, Ex. 4:11; Dt. 32:39; 1 S. 2:6; 2 R. 5:7; Ex. 15; Dt. 26:8; 1 S. 14:6; Mt. 10:28. Él posee poder absoluto sobre todo, de manera que nada puede resistir su mano, Sal. 8, 18,19, 24, etc.; Job 5:9-27; 12:14-21; nada es muy difícil para él, sino que todo le es posible, Gn. 18:14; Zc. 8:6; Jr. 32:27; Mt. 19:26; Lc. 1:37; 18:27. Él puede levantar hijos a Abraham aún de las piedras, Mt. 3:9 y hace lo que quiere, Sal. 115:3; Is. 14:24. Su poder se manifiesta en la redención y la resurrección de Cristo, Ro. 1:4; Ef. 1:20, en la dádiva de lo que pedimos más allá de lo que pedimos o entendemos, Ef. 3:20; 2 Co. 9:8, y en la resurrección del último día, Jn. 5:25. El poder de Dios es la fuente de todo poder y autoridad, capacidad y destreza en las criaturas, Gn.. 1:26; Sal. 8, del gobierno de los reyes, Pr. 8:15; Ro. 13:1-16; de la fuerza de su pueblo, Dt. 8:17, 18; Sal. 68:35; del poder del caballo, Job 39:22, del sonido del trueno, Sal. 29:4; 68:33. En una palabra, el poder pertenece a Jehová, Sal. 62:11, gloria y fuerza son sus posesiones, Sal. 96:7; Ap. 4:11; 5:12; 7:12; 19:1.
t) OBSERVACIONES a. Los atributos no deben ser considerados como partes de Dios. b. Los atributos se relacionan unos con otros. c. Un atributo no limita a otro. d. Los atributos no pueden separarse. Se hace por razones de estudio. e. Todos los atributos son propios de cada Persona de la Trinidad. f.
Los atributos son características esenciales de Dios. Dios no sería Dios si le hiciera falta uno de ellos.
g. Los atributos no son virtudes que el hombre adjudica a Dios. h. Por estar basados en la revelación, y por ser la revelación limitada, no debemos concluir necesariamente que los atributos que conocemos son los únicos atributos que Dios posee.
C. LOS NOMBRES DE DIOS I. IMPORTANCIA a) PARA LA REVELACIÓN A. EN LA BIBLIA EL NOMBRE CORRESPONDE A LA ESENCIA DE QUIEN LO LLEVA 1 S. 25:25, “ No haga caso ahora mi señor de ese hombre perverso, de Nabal; porque conforme a su nombre, así es. El se llama Nabal (necio), y la insensatez está con él”. B. EL NOMBRE DE DIOS REVELA ASPECTOS DE SU SER “ Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos” (Éxodo 3:13-15).
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“Habló todavía Dios a Moisés, y le dijo: Yo soy JEHOVÁ. Y aparecí a Abraham, a Isaac y a Jacob como Dios Omnipotente, mas en mi nombre JEHOVÁ no me di a conocer a ellos” (Éxodo 6:2, 3). C. EL NOMBRE DE DIOS REVELA MOTIVACIONES PARA HACER SU OBRA “Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban, en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de Egipto” (Ezequiel 20:9) “Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado” (Ezequiel 20:21 -22). “Y haré notorio mi santo nombre en me dio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, el Santo en Israel” (Ezequiel 39:7). “Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y me mostraré celoso por mi santo nombre” (Ezequiel 39:25). D. EL NOMBRE DE DIOS REPRESENTA A DIOS MISMO Y A SUS ATRIBUTOS “No haréis así a Jehová vuestro Dios, sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis” (Deuteronomio 12:4, 5) “Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de Jacob te defienda” (Salmo 20:1) “He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rost ro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume” (Isaías 30:27) “Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano está tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas” (Salmo 75:1)
b) PARA LA RELACIÓN E. EL NOMBRE DE DIOS DA CONFIANZA A SU PUEBLO “Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo” (1 Samuel 12:22) “Todas las naciones me rodearon; Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré. Me rodearon y me asediaron; Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré. Me rodearon como abejas; se enardecieron como fuego de espinos; Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré” (Salmo 118:10 -12) “ ¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios” (Isaías 50:10) F. EL NOMBRE DE DIOS PROVEE DIRECCIÓN A SU PUEBLO “Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Salm o 23:1) “Porque tú eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me encaminarás” (Salmo 31:3)
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G. EL NOMBRE DE DIOS ES FUENTE DE GOZO PARA SU PUEBLO “Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos confiado” (Salmo 33:21) H. EL NOMBRE DE DIOS ES AMADO POR SU PUEBLO “Mírame, y ten misericordia de mí, Como acostumbras con los que aman tu nombre” (Salmo 119:132) I.
EL NOMBRE DE DIOS ES FUENTE DE PROVISIÓN PARA SU PUEBLO “ Y él estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora será engrandecido hasta los fines de la tierra” (Miqueas 5:3) J. EL NOMBRE DE DIOS ESTIMULA LA ALABANZA DE SU PUEBLO “ Conforme a tu nombre, oh Dios, Así es tu loor hasta los fines de la tierra” (Sal mo 48:10) “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre” (Salmo 10:1) K. EL NOMBRE DE DIOS GARANTIZA LA SALVACIÓN DE SU PUEBLO “ Pero él los salvó por amor de su nombre, Para hacer notorio su poder” (Salmo 48:10) “ Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él correrá el justo, y será levantado” (Proverbios 18:10) “Pero tú eres nuestro padre, si bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová, eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre” (Isaías 63:16) L. EL NOMBRE DE DIOS DEBE SER REVERENCIADO POR SU PUEBLO “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano” (Éxodo 20:7) “Todos los que están bajo el yugo de esclavitud, tengan a sus amos por dignos de tod o honor, para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina” (1 Timoteo 6:1) M. EL NOMBRE DE DIOS SERÁ LA RECOMPENSA DE LOS VENCEDORES DE ENTRE SU PUEBLO “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo” (Apocalipsis 3:12)
2. LOS NOMBRES DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO a) EL En realidad este no es un nombre de Dios, sino un título. Este nombre designa la deidad entre los semitas. 1. Significado “El fuerte”. 2. Uso bíblico
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Se usa principalmente en poesía como apelativo (Gn. 49:25; 1 S. 2:3; Ex. 20:5) y en nombres teóforos (en los que el nombre de Dios aparece) como Samuel (“pedido a Dios”) o Elías (“Jehová es mi Dios”). En algunos pasajes aparece la forma aramea Elah del nombre El (Es. 5:1, 8; 6:9; 7:12, 26; Dn. 2:4; 6:22, 23, 25, 26). En otros, aparece la variante hebrea Eloah del nombre El (Dt. 32:15; Neh. 9:17; Job 4:17; Sal. 50:22). 3. Nombres compuestos con El (a) El-Olam, Gn. 21:33,”Dios Antiguo” ó “El Dios Eterno”. (b) El-Roi, Gn. 16:13, “Dios que me ve” (con favor) (c) El-Betel, Gn. 35:7. “Dios que se manifiesta en Betel” (d) El-Sadai, Gn. 17:1, “Dios Todopode roso”. (e) El-Elion, Gn. 14:18-20, “Dios Altísimo”. (f) El-Elohe-Israel, Gn. 33:20, “Dios, el Dios de Israel”.
b) ELOHIM Este nombre es el plural de El. En hebreo no hay singular y plural, como en el español, sino singular, dual y plural. El plural significa tres o más. Aunque puede ser explicado como un “plural de intensidad”, con lo cual el nombre querría decir que Dios posee todos los atributos de la deidad, este nombre es un claro testimonio de la Trinidad (Gn. 1:1; 1:26,27). Elohim aparece más de 2 mil veces en el Antiguo Testamento. Como El, es más un título que un nombre. Como tal, este nombre no es usado sólo de Dios, sino de hombres (Sal. 82:6 como Jn. 10:34,35) y de ídolos (Ex. 34:17). 1. Significado “El fuerte” 2. Uso bíblico Es el nombre más usado de Dios. En Gn. 1 Dios aparece manifestando su poder creando, formando, moviendo, diciendo, viendo, llamando, dividiendo, poniendo, cesando y bendiciendo.
c) JEHOVÁ Nombre propio del Dios de Israel. Jehová en hebreo es escrito YHWH y fue escrito pero nunca pronunciado, por lo que no hay seguridad de cuál pueda ser la pronunciación correcta del nombre. 1. Significado Ex. 3:14, “el Dios que manifiesta eficazmente su existencia en hechos libertadores por su pueblo”. 2. Uso bíblico El nombre aparece estrechamente relacionado con la acción libertadora de Dios para con Israel a partir del Éxodo y con base en el pacto (Ex. 3:14; 6:4; Mal.3:6). En Ex. 2:2 leemos, “Yo soy Jehová tu Dios”, ,..’..’. “Yo soy Jehová tu Elohim”. Hay muchos Elohim, pero sólo un Jehová. En el libro de Jonás, cuando los hombres que no pertenecen al pueblo de Dios oran, lo hacen a Elohim. Jonás ora a Jehová. En el libro de Daniel, el nombre aparece sólo en el capítulo donde se invoca al pacto (Dn. 9). 3. JAH Este nombre que aparece cerca de 50 veces en el AT, parece ser una abreviatura de Jehová. 4. Nombres compuestos con Jehová (a) Jehová-Tsebaot, Jue. 5:20, “Dios de los Ejércitos”.
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(b) Jehová-Jireh, Gn. 22:14, “Dios proveerá” (c) Jehová-Nissi, Ex. 17:15, “Dios es mi bandera”. (d) Jehová-Shalom, Jue. 6:24, “Dios es paz” (e) Jehová-Qadash, Lv. 20:8, “Dios santificador” (f) Jehová-Raah, Sal. 23:1, “Dios es mi pastor” (g) Jehová-Tsidkenu, Jr. 23:6, “Dios es nuestra justicia”. (h) Jehová-Omolah, Jr. 51:56, “Dios recompensador”. (i) Jehová-Naken, Ez. 7:9, “ Dios que castiga” (j) Jehová-Shammah, Ez. 48:35, “Dios que está presente”. (k) Jah-Jehová, Is. 12:2
d) ADON 1. Significado “Señor”, “El que tiene autoridad”. 2. Uso bíblico El título se usa para referirse tanto a hombres como a Dios (Ex. 23:17; 34:23). ADONAI, “mi Señor” se usa con frecuencia de Dios y en combinación con el nombre Jehová (Gn. 15:2; Is. 1:24).
e) ILLAI Este es un nombre arameo de Dios que aparece en Dn. 4:17, 24, 32, 34; 7:25 y que se traduce por “Altísimo”. A veces aparece en combinación con el nombre arameo Elah (Dn. 3:26; 4:2...), “Dios Altísimo”.
3. LOS NOMBRES DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO a) THEOS “Dios”, equivalente a El y Eloim en el AT
b) KURIOS “Señor” , equivalente a Adon, Adonai en el AT
c) PADRE Los títulos de la primera persoña están mayormente asociados a la palabra Padre.
d) PANTOCRATOR, THEOS PANTOCRATOR “Dios Todopoderoso”, 2 Co. 6:18.
e) HUPSISTOS THEOS ” Dios Altísimo”, Mr. 5:17.
f) SEÑOR JESUCRISTO Señor, título de la deidad; Jesús, nombre de la humanidad; Cristo, título mesiánico. g) ESPÍRITU SANTO Nombre de la tercer persona. Se verán otros nombres del Espíritu en el estudio de esa doctrina.
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4. OTROS NOMBRES DE DIOS EN LA BIBLIA Además de estos nombres, se dan a Dios muchos nombres descriptivos en la Biblia que suman más de cien para Dios y más de trescientos para Cristo. El estudio de estos nombres corrobora lo dicho en relación del propósito de los nombres: dar a conocer los atributos de Dios, explicar sus obras y subrayar aspectos de su relación con su pueblo. Dentro de estos nombres podemos mencionar Anciano de Días (Dn. 7:9), Dios celoso y vengador (Nah. 1:2), Dios bendito (1 Ti. 1:11), Dios compasivo y misericordioso (Ex. 34:6), Dios fiel (Dt. 7:9), Temor de Isaac (Gn. 31:42), Dios perdonador (Sal. 99:8), Dios mi Hacedor (Job 35:10), Dios de Abraham (Sal. 47:9), Dios de Abraham y Dios de Nacor (Gn. 31:53), Dios de Abraham, Isaac, e Israel (1 R. 18:36), Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Ex. 3:6), Padre de misericordias (2 Co. 1:3), Dios de toda consolación (2 Co. 1:3), Dios de toda gracia (1 P. 5:10), Dios de todo hombre (Jr. 32:27), Dios de toda la tierra (Is. 54:5), Dios de gloria (Sal. 29:3), Dios de los dioses (Dt. 10:17), Dios del cielo (Gn. 24:7), Dios del cielo y de la tierra (Gn. 24:3), Dios de Israel (Sal. 68:35), Dios de Jacob (2 S. 23:1), Dios de paz y de amor (2 Co. 13:11), Dios de los hebreos (Ex. 3:18), Dios de los espíritus de toda carne (Nm. 27:16), Dios de los espíritus de los profetas (Ap. 22:6), Dios de verdad (Sal. 31:5), Dios grande y terrible (Dt. 7:21), Dios grande y poderoso (Jr. 32:18), Santo de Israel (2 R. 19:22), Dios inmortal (Ro. 1:23), Dios invisible (Col. 1:15), Dios celoso (Ex. 20:4), Dios celoso y vengador (Nah. 1:2), Dios viviente (Dt. 5:26), Dios vivo y verdadero (1 Tes. 1:9), Señor de toda la tierra (Jos. 3:11), Señor del cielo (Dn. 5:23), Señor de la mies (Mt. 9:37), Majestuosa gloria (2 P. 1:17), Majestad en los cielos (He. 8:1), Único y Sabio Dios (Ro. 16:27), etc.
5. ¿QUÉ NOMBRE HEMOS DE INVOCAR? Copio a continución parte de una carta que envié a un testigo de Jehová con quien tuve un intercambio a lo largo de varios meses. Creo que vale la pena considerar lo que allí digo, porque en este momento son los que más ruido hacen en relación con el nombre de Dios. El bosquejo de “Los creyentes llamados a ser testigos...” lo adapté de un libro que se llama Mentiras y Disparates de los Testigos de Jehová por Antonio Carrera. Pasando ahora a tu cuestionamiento del contenido de los folletos. Me asombra que al señalar en tu anotación que la cita correcta de Joel 2 es Hechos 2 y Romanos 10, pases por alto el contexto en estos dos pasajes del Nuevo Testamento. En primer lugar, Hechos 2. Pedro cita Joel 2 y concluye la cita con la frase “Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (v. 21). Luego, contin úa su explicación con una cita del Salmo 16 y otra del Salmo 110. Las palabras de Pedro producen convicción de pecado en los oyentes, quienes “dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de pecados...” (vrs. 37, 38). Según Pedro, ¿invocando qué nombre serían salvos los oyentes? ¿El de Jehová o el de Jesucristo? En segundo lugar, Romanos 10:13, “porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo”. Según el contexto inmediato, ¿quién debe ser invocado como Señor?: “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor... serás salvo” (v. 9). Todo el pasaje es una unidad y tiene el confesar a Jesús como Señor como centro. Te apunto a continuación algo que ya te dí en una oportunidad y que creo debe ser tenido en cuenta en relación con esta discusión: Los Creyentes Cristianos Llamados a Ser Testigo de Cristo, no de Jehová ¿Qué es un testigo? Lev. 5:1 Prov. 6:16, 17 Prov. 14:5 Prov. 14:25 Prov. 19:5
Testigo es quien vé, oye, o sabe algo de otros Dios odia a los falsos testigos Un testigo fiel no miente Un testigo verdadero libra las almas Un testigo falso será castigado
Testigos en el Antiguo Testamento Jos 24:22 Rut 4:9 Isa. 43:12
Los israelitas fueron testigos contra ellos mismos El pueblo fue testigo de la compra de Rut por Booz Los judíos serían testigos de su Dios quien les creó (43:15) y les libró (40:1-2)
44 Ex. 26:33-34 Ex. 30:6 Ex. 38:21
El arca “del testimonio” porque guardaba la ley Arca del testimonio Tienda del testimonio
Testigos en el Nuevo Testamento Lc. 21:12-13 Lc. 24:46, 38 Jn. 1:15 Jn. 5:37; 8:18 Jn. 5:39 Jn. 10:25 Jn. 18:37 Jn. 21:24 Hch. 1:8 Hch. 3:15-16 Hch. 10:42-43 Hch. 13:31 Hch. 18:5 Hch. 22:15-16 Hch. 23:11 Hch. 26:16 1 Co. 1:6 2 Tim. 1:8 1 Pe. 5:1 1 Jn. 1:2 Ap. 1:9 Ap. 2:13 Ap. 12:17 Ap. 17:6 Ap. 19:10 Ap. 20:4
Darían testimonio del nombre de Cristo Sería predicado el evangelio en el nombre de Cristo y se daría testimonio de su resurrección Juan dio testimonio de Cristo Dios es testigo de Cristo Las Escrituras dan testimonio de Cristo Las obras de Cristo dan testimonio de él Cristo fue testigo de la verdad Juan fue testigo de Cristo Los discípulos llamados a ser testigos de Cristo Juan y Pedro son testigos de Cristo resucitado y en su nombre sanan Los apóstoles ordenados a ser testigos de Cristo Los apóstoles comisionados como testigos de Cristo Pablo da testimonio de Cristo Pablo lavaría sus pecados invocando el nombre de Cristo y debería ser testigo suyo Cristo ordena a Pablo ser su testigo Cristo escoge a Pablo para ser su testigo Pablo predica el testimonio de Cristo Timoteo no debe avergonzarse de dar testimonio de Cristo Pedro testigo de Cristo Juan da testimonio de Cristo Juan encarcelado por testimonio de Cristo Los de Pérgamo tenían asido el nombre de Cristo y Antipas fue su testigo Dragón ataca a los testigos de Cristo Habla de los testigos de Jesús Tarea de los cristianos dar testimonio de Jesús Mártires cristianos por ser testigos de Cristo
El Nombre a Santificar, el Nombre de Cristo Mt. 12:21 Mt. 10:22; 24:9 Mt. 18:20 Mt. 19:29 Mr. 9:38 Mr. 16:1 Lc. 10:17 Lc. 21:12 Lc. 24:47 Jn. 1:12 Jn. 3:18 Jn. 20:31 Hch. 3:6, 16 Hch. 4:12 Hch. 4:18 Hch. 5:21 Hch. 9:14 Hch. 9:15 Hch. 9:28 Hch. 10:43 Hch. 15:26 Hch. 16:28 Hch. 21:13 1 Co. 1:2 1 Co. 6:11
En el nombre de Jesús esperarían las naciones Cristianos sufrirían por el nombre de Cristo Reunidos en el nombre de Cristo Dejarlo todo por el nombre de Cristo Milagros son hechos en el nombre de Cristo Los que crean en el nombre de Cristo harán milagros Apóstoles hacen milagros en el nombre de Cristo Llevados ante reyes por causa del nombre de Cristo Perdón de pecados en el nombre de Cristo Nace de nuevo por fe en el nombre de Cristo Condenados por no creer en el nombre de Cristo Vida eterna por el nombre de Cristo Milagros en el nombre de Cristo No hay otro nombre en el que se pueda ser salvo sino en el nombre de Cristo Apóstoles predicaban en el nombre de Cristo Cristianos sufrirán por el nombre de Cristo Los cristianos invocan el nombre de Cristo Pablo debería llevar a las naciones el nombre de Cristo Pablo predicaba el nombre de Cristo Perdón de pecados por fe en el nombre de Cristo Bernabé y Saulo entregaron su vida por el nombre de Cristo Expulsión de demonios en el nombre de Cristo Dispuesto a morir por el nombre de Cristo Santificados los que invocan el nombre de Cristo Santificados, lavados, justificados en el nombre de Cristo
45 Fil. 2:10 Col. 3:17 2 Tes. 1:2 1 Pe. 4:14 1 Jn. 3:23 Ap. 2:23 Ap. 2:3 Ap. 14:1
Toda rodilla se doblará en el nombre de Cristo Hacer todas las cosas en el nombre de Cristo El nombre de Cristo tiene que ser santificado Dichosos si injuriados en el nombre de Cristo Mandamiento de Dios: tener fe en el nombre de Cristo Fieles al nombre de Cristo Fieles al nombre de Cristo Escrito en sus frentes primero el nombre de Cristo y del Padre
Te preguntas, “¿Por qué su nuevo testamento oscurece la luz de la verdad al extirpar el nombre Jehová cuanto está tan claro en el contexto...?”. Concluir que porque el nombre Jehová no aparece en nuestro Nuevo Testamento es que ha sido “extirpado” es cometer una falacia por argumentum ad ingnorantiam. La extirpación no es la única opción para explicar la ausencia del nombre. La ausencia del nombre es mejor explicada diciendo que no está porque nunca ha estado. La evidencia de los cerca de 14 mil manuscritos del Nuevo Testamento que sobreviven sostiene esta última posición. El peso de la prueba recae en los que decís que el nombre ha sido “extirpado”, no en los que decimos que nunca ha estado. Para refutar esta evidencia debéis de mostrar hechos, no simplemente suposiciones de un imaginario complot de “extirpación”. En jurisprudencia, cuando alguien propone una teoría, está obligado a proveer cada vínculo en la cadena de su razonamiento. Y si una teoría no se ajusta a los hechos, lógicamente no puede sostenerse. Recuerda esta regla elemental: el que hace una afirmación debe probarla. ¿Qué prueba textual fidedigna tienes que el nombre Jehová estuvo en el Nuevo Testamento y fue quitado? ¿Qué manuscrito confiable antiguo demuestra esto? Nosotros no hemos extirpado el nombre de Jehová, sino que los de la Atalaya lo han añadido. Por otro lado, no hay conflicto entre Joel y Hechos o Romanos. Invocar el nombre de Jehová es lo mismo que invocar el nombre de Jesús, ya que “Jesús” significa “Jehová salva”. De donde, el que invocare el nombre de “Jehová salva”, será salvo.
D. LA TRINIDAD 1. DEFINICIÓN “A doramos a un Dios en la Trinidad y a la Trinidad en la unidad, sin confundir las personas ni dividir la esencia...” (Atanasio). Los tres elementos que deben estar presentes en toda definición son unidad, tripersonalidad y consustancialidad.
2. ERRORES QUE DEBEN EVITARSE a. Triteísmo- Afirmación de la existencia de tres dioses. b. Unitarianismo - Negación de la existencia de tres personas en la Deidad. c. Modalismo o Sabelianismo -Dice que las personas de la Trinidad son sólo modos de manifestación de Dios. d. Subordinacionismo -Arrio, Orígenes -Las personas de la Trinidad no son iguales en esencia. El Hijo y el Espíritu son seres creados.
3. EL TESTIMONIO BÍBLICO A. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO (1) El nombre Elohim apunta a una pluralidad en Dios (Gn. 1:26; 3:22,23; Ex. 18:11. (2) La triple alabanza de Is. 6:3 a la luz de Jn. 12:37-41 y Hch. 28:25-27. (3) Las bendiciones triples en Gn. 48:15,16; Nm. 6:24-27. (4) La distinción entre Jehová y Jehová, Sal. 45:6,7; Sal. 110:1; Os. 1:7. (5) La evidencia en cuanto a la deidad del Hijo, Sal. 2:7; Is. 9:6; Mi. 5:2; Jue. 13:20-22 con Zac. 1:7-17.
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(6) La evidencia en cuanto a la deidad del Espíritu, Gn. 1:2; 6:3; Is. 48:16; 11:2; Sal. 139:7; Zac. 5:6; Is. 63:10; Sal. 104:29,30. B. EN EL NUEVO TESTAMENTO La evidencia en cuanto a la Trinidad en el Nuevo Testamento es mucho más abundante que en el Antiguo debido a la revelación progresiva. La argumentación para probar la Trinidad seguirá principalmente la línea que hay tres personas que son Dios. La deidad del Padre es más obvia. La deidad del Hijo y del Espíritu será demostrada en el estudio de esas respectivas doctrinas.
E. EL DECRETO DE DIOS I. DEFINICIÓN “Los decretos de Dios son su propósito eterno, según el consejo de su propia voluntad, en virtud del cual ha preordenado para su propia gloria todo lo que sucede” ( Confesión de Fe de Westminster).
2. LA NATURALEZA DEL DECRETO a. Es uno solo, Ef. 1:11, aunque hay sucesión de eventos en su realización. b. Es totalmente inclusivo, Ef. 1:11, incluye tanto fines como medios. c. Es doxológico, Ef. 1:6,12, su meta es la gloria de Dios. d. Es sabio, Ro. 11:33. e. Es amoroso, Ef. 1:5. f.
Es eterno, Ef. 1:4; 3:11.
g. Es eficaz, Is. 46: 10, nada lo frustra . h.
Es incondicional, Ef. 1:9,11. Depende sólo de la voluntad divina.
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Es permisivo, Hch. 2:22,23. Dios no efectúa directamente las malas acciones, sino que decide no estorbar la voluntad pecaminosa.
3. DOS PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL DECRETO De entrada debe entenderse que estos problemas son producto del insuficiente entendimiento humano.
a) EL PROBLEMA DEL PECADO. Aunque Dios no es autor del pecado (Sal. 92:15; Stgo. 1:13; 1 Jn. 1:5), pudiendo evitarlo lo ha permitido. Esto significa que él consideró sabio permitirlo no obstante habría de costarlo el sacrificio de su Hijo.
b) EL PROBLEMA DE LA VOLUNTAD. El decreto divino no es inconsecuente con la voluntad humana. La Biblia revela que el decreto es totalmente inclusivo (Ef. 1:11), pero al mismo tiempo, también enseña que el hombre es libre y por lo tanto responsable (Gn. 50:19,20; Hch. 2:23; 4:27,28). No hay evidencia en la Biblia de que los autores inspirados perciban algún tipo de contradicción en relación con este asunto (Hch. 27:21-31).
F. LAS OBRAS DE DIOS 1. LA CREACIÓN a. La enseñanza bíblica sobre la creación: La Biblia enseña que el mundo creado tiene su causa en Dios, quien le dió origen sin echar mano de ningún material preexistente, Gn. 1:1, He. 11:3. b. La negación de la enseñanza bíblica. Esta negación viene de parte del dualismo, que sostiene que la materia es eterna; del emanacionismo que confunde a Dios con la creación y el evolucionismo, que presupone la eternidad de la materia también.
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2. LA PROVIDENCIA Dios sostiene, preserva y dirige la creación. Usado con permiso.
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