Replanteando el “Fracking” - ReFINE

local y nacional, a manifestaciones y acción directa. (Figura 1). Los motivos sobre los que comúnmente se basa la oposición al “fracking” incluyen: inducción de.
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Replanteando el “Fracking”: ¿Qué hacer para mejorar el debate sobre el “fracking”? Esta investigación está basada en “Replanteando el “Fracking”: investigación sobre la percepción pública de la fractura hidráulica en el Reino Unido”, de Laurence Williams, Phil Macnaghten, Richard Davies y Sarah Curtis (2015). El artículo fue publicado en Public Understanding of Science y está disponible para descarga gratuita en www.refine.org.uk. Antecedentes La fractura hidráulica es el proceso con el que se extrae gas natural de la roca de esquisto por medio de fracturas que permiten que el gas fluya fuera de la roca (este tipo de roca es demasiado impermeable para el uso de métodos convencionales). El uso del “fracking” se ha extendido rápidamente en la última década, sobre todo en Norteamérica, pero a menudo genera desconfianza por parte del público. Lo mismo ocurre en el Reino Unido, donde la oposición pública no ha hecho más que crecer desde la primera operación de fractura hidráulica de un pozo de gas en Lancashire en 2011. Esta oposición ha desencadenado numerosos actos de protesta: desde el establecimiento de grupos “anti-fracking” a nivel local y nacional, a manifestaciones y acción directa (Figura 1). Los motivos sobre los que comúnmente se basa la oposición al “fracking” incluyen: inducción de seísmos, contaminación de aguas, contaminación del aire y tráfico. Los supuestos beneficios incluyen la seguridad energética e impulso a la economía. Entonces, ¿cómo debería orientarse el debate entorno al “frácking”, y qué asuntos deberían tratar los responsables de formular políticas al respecto?

Figura 1: Protestas contra operaciones de fractura hidráulica previstas en Balcombe, West Sussex en 2013 (Imagen de Wikimedia Commons).

La Respuesta del Gobierno Estudios previos muestran que las instituciones responsables de formular políticas tienden a asumir que la oposición pública a tecnologías como el “fracking” surge de una percepción de riesgo inmediato, y que por tanto una correcta evaluación y gestión del riesgo es suficiente para seguir desarrollando la tecnología. Otros aspectos que no se perciben como un riesgo cuantificable no se consideran en general con suficiente peso para

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informar al proceso de decisión y formulación de políticas. El resultado es que el debate entorno al “fracking” se centra principalmente en cuestiones técnicas. El estudio llevado a cabo por ReFINE indica que la preocupación pública sobre el “fracking” va más allá de cuestiones relacionadas con el riesgo. ¿A qué teme la opinión pública? En 2013 se realizó un estudio basado en 6 grupos de discusión abarcando un amplio espectro demográfico y geográfico en el Reino Unido. Las respuestas y posturas de estos grupos de discusión fueron comparadas para analizar cómo las instituciones y órganos reguladores plantean el debate del “fracking” a la sociedad.

¿Qué se puede concluir? El debate acerca del “fracking” no debería centrarse sólo en la viabilidad o riesgos objetivos, y los responsables de elaborar políticas no deberían subestimar el conocimiento de la sociedad en relación a este tema. Las instituciones deberían estar más abiertas a involucrar al público y a adaptarse a un rango más amplio de opiniones, lo que incluye tener en cuenta la posible incertidumbre, áreas donde no hay suficiente conocimiento y problemas de aceptación social del “fracking”. Para involucrar al público es necesario considerar las cuestiones no técnicas como una parte justificada y racional del debate. Recomendaciones clave

El análisis de los informes y retórica de los órganos reguladores revela la asunción de que la oposición del público al “fracking” está generada por una falta de conocimiento de la ciencia básica y de los riesgos cuantificables. Sin embargo, esto no se reflejó así en los grupos de discusión, en los que se vio que la preocupación no está asociada exclusivamente a cuestiones de riesgo o viabilidad. Por el contrario, gran parte de la preocupación se basaba en la forma en la que la información acerca del “fracking” se transmite al público. Los grupos de discusión identificaron cuatro áreas principales de preocupación: 1. Falta de confianza en los principales actores e instituciones, principalmente el Gobierno del Reino Unido y la industria energética. 2. Percepción de que el público no es consultado lo suficiente, y miedo a que aquellos con intereses particulares influyan en la toma de decisiones.

1. Las instituciones deberían evitar tratar de “vender” el “fracking” al público. 2. Los órganos reguladores no deberían dar por sentados los posibles beneficios del “fracking”, sino que deberían ser examinados de una forma tan rigurosa como las posibles desventajas que se perciban. 3. La falta de proceso democrático que se percibe en la toma de decisiones es una importante causa de preocupación. Tanto la opinión pública como otras organizaciones deberían poder influir en la toma de decisiones. 4. La implicación del público ha de facilitarse la comunicación bidireccional. Los órganos reguladores deberían responder ante el abanico de asuntos que preocupan al público en lugar de simplemente tratar de convencerlo en el asunto del “fracking”.

3. Preocupación por que los órganos reguladores “se lancen” a tomar decisiones sobre el papel del “fracking” en la futura política energética sin respetar el proceso democrático. 4. Percepción de autocomplacencia e ingenuidad por parte de los científicos expertos, y de que se ignoran o subestiman los posibles impactos sobre los vecinos.

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