Recuperación del empleo en la Argentina de la Post- Convertibilidad. 1- La realidad nacional. Hacia el primer trimestre de 2003 la tasa de desocupación en la Argentina había trepado a los 20,4 puntos porcentuales. Este nivel de desempleo, históricamente uno de los más altos del país, fue el producto de la aplicación de las políticas neoliberales que durante la década del ‘90 hegemonizaron el pensamiento y discurso político-económico en el país y en gran parte del mundo. Estas políticas se pueden resumir en grandes temáticas: apertura económica, desregulación de los mercados, establecimiento de tipo de cambio sobrevaluado y fijo, privatizaciones generalizadas en la economía, flexibilización laboral extrema, reducción del gasto público achicando el estado a su mínima expresión (con la consecuente reducción de la planta de personal a través por ejemplo, de la aplicación de retiros voluntarios), siguiéndose en general los lineamientos del Consenso de Washington. Todo esto pretendió mejorar la “eficiencia de los mercados” mediante la libre competencia. Lo cierto es que la aplicación de estas medidas, que no fueron otra cosa que la cristalización de un proceso que ya se había iniciado en el país en la década del ‘70 bajo el último gobierno de facto, dejó al país sumido en la peor crisis económica y social de su historia. Luego del largo trecho recorrido, nos encontramos con un país en condiciones muy diferentes al oscuro panorama que se acaba de describir. La tasa de desempleo no es ajena a esta realidad y al cuarto trimestre de 2010 descendió al 7,3%, es decir que se ha reducido en más de 13 puntos porcentuales. Esta fuerte caída en la tasa de desempleo fue el producto de las políticas económicas aplicadas desde 2003 por el gobierno de Néstor Kirchner, y continuadas desde 2007 por la actual presidente Cristina Fernández de Kirchner: sostenimiento de un tipo de cambio real competitivo, lo que permite tener solvencia en las cuentas externas; acumulación de reservas como un medio de mitigar posibles crisis internacionales, y principalmente, la reversión del proceso de desindustrialización iniciado desde los ’70; además la prudencia fiscal, ha permitido realizar una serie de políticas sociales, políticas de ingreso, (como es el caso de la asignación universal por hijo, o la inclusión dentro del sistema jubilatorio a personas de avanzada edad que no poseían cobertura social), sin dejar de sostener el superávit fiscal que ha mostrado desde 2003. A modo de síntesis se expone el siguiente grafico comparativo (Gráfico Nº 1). En él se puede observar que la población desocupada cayó un 47%, disminuyendo de 1.988.000 a 842.500. A 1
la par el nivel de ocupación se incremento en un 26%, subiendo de 8.399.500 a 10.588.500 de trabajadores. El nivel de desocupación también cayó un 46%. Gráfico nº 1: Población Ocupada, Desocupada y Sub-ocupada. Total aglomerados, 2003 vs 2010.
12.000.000 10.588.500
2003
2010
10.000.000 8.399.500 8.000.000
6.000.000
La ocupación aumenta 26%
La desocupación cae un 57%
La subocupación cae un 46%
4.000.000 1.988.000
2.000.000
1.842.000 981.500
842.500 0 Población Ocupada
Población Desocupada
Población Subocupada
Fuente: elaboración propia en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares.
2- El impacto en la Provincia de Santa Fe La provincia de Santa Fe no fue ajena a la realidad nacional, sino que también en ella repercutieron de manera favorable las políticas que llevó adelante el gobierno nacional. En este sentido, si se realiza análoga comparación para el caso de los aglomerados del Gran Santa Fe y del Gran Rosario se extraerán similares conclusiones. Véase el cuadro a continuación.
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Cuadro nº 2: Población ocupada, desocupada y sub-ocupada en Gran Santa Fe y Gran Rosario.
Aglomerado / Condición de la Población Población Ocupada Población Desocupada Población Subocupada
Gran Santa Fe
Gran Rosario
2003
2010
Variación %
2003
2010
Variación %
168.000
202.500
20,5%
411.500
534.500
29,9%
35.000
16.500
-52,9%
120.500
45.500
-62,2%
32.000
27.500
-14,1%
84.500
52.500
-37,9%
Fuente: elaboración propia en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares.
Se puede observar el impacto positivo en todas las categorías ocupacionales. La ocupación se ha incrementado un 20% en el Gran Santa Fe y más de un 29% en el Gran Rosario, el nivel de desocupación ha caída de manera sorprendente: un 52,9% para el caso de Santa Fe y un 62,2 % para el aglomerado de Rosario, y finalmente la sub-ocupación se ha reducido un 14% en el Gran Santa Fe y un 37% en el Gran Rosario. Pero debe comprenderse la magnitud de las cifras, esa reducción del 52% en el Gran Santa Fe implica que 18.500 personas han podido incorporaste al mercado de trabajo, o bien reincorporarse para aquellos que ya habían tenido empleo previamente, siendo capaces no sólo de contar con un ingreso mensual con el que sustentar a sus familias, sino de recuperar con ello su dignidad como personas trabajadoras. Y si al Gran Santa Fe le sumamos el caso de Rosario (75.000 nuevos empleados) totalizan entre ambos más de 93 mil nuevos puestos de trabajo. Este cambio trascendental que está atravesando el país, único en su historia, debe profundizarse tanto a nivel nacional como provincial, no sólo por que han quedado a la vista las pruebas de que el modelo neoliberal ha sido incapaz de lograr un desarrollo inclusivo en el país (o en los países latinoamericanos), sino porque, además, el actual modelo de desarrollo demuestra que es posible lograr crecimiento económico, aumentando el nivel de empleo y lograrando una progresiva mejora en la distribución del ingreso.
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