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SEGURIDAD

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INSEGURIDAD s VIOLENCIA Y CORRUPCION

Lunes 23 de abril de 2012

“COCINA MOVIL” EN GONZALEZ CATAN

Policías y asaltantes secuestran narcotraficantes en el conurbano Se alzaron con US$ 500.000 en cuatro golpes; vínculos con peligrosos piratas del asfalto GUSTAVO CARABAJAL LA NACION Una banda mixta de policías bonaerenses y delincuentes secuestra narcotraficantes en la zona norte del Gran Buenos Aires. En los últimos seis meses esa banda realizó cuatro golpes, cuyas víctimas fueron los narcos o sus familiares, por los que cobró medio millón de dólares de rescate. “Sabemos que los hechos existieron pero no hubo denuncias porque las víctimas desarrollan una actividad ilegal y no quieren que se las investigue. Uno de los secuestros ocurrió en diciembre: un jefe narco de San Martín pagó 100.000 dólares y 20 kilos de cocaína como rescate por su hija”, explicó un funcionario judicial que solicitó mantener su nombre en reserva. Según los investigadores judiciales, los polisecuestradores cuentan con que las víctimas no radicarán las denuncias de los raptos. Un ejemplo: hace cuatro años, un narco de José León Suárez sufrió el secuestro de un familiar. Hizo la denuncia ante la policía, pagó los 300.000 dólares de rescate y recuperó a su herma-

no. Pero, como no pudo justificar el origen del dinero que pagó, terminó investigado por lavado de dinero. Tal como ocurrió en la investigación del secuestro y asesinato de Candela Rodríguez, en agosto pasado, en esta sucesión de casos volvió a aparecer un personaje conocido en el mundo del hampa como “Neneco”. Según fuentes consultadas por LA NACION, es un suboficial bonaerense que intervino en los secuestros narcos previos al de Candela. Su auto fue visto en el episodio ocurrido en una cancha de fútbol de la villa Corea, donde un grupo de policías y delincuentes irrumpió en medio de un partido y se llevó a un narco y a su pareja. “Neneco”, cuyo nombre se mantiene en reserva porque no fue imputado por ningún fiscal, aunque varios pequeños traficantes lo acusaron de haberlos retenido ilegalmente por unas horas para robarles la droga y el dinero que llevaban, reclutaría parte de la mano de obra en la villa Santa Rita, de Don Torcuato. En el caso de la hija del narco secuestrada en diciembre, uno de los delincuentes que habrían colaborado

con los policías sería de apellido Cabrera. Según surge de una investigación realizada por LA NACION en Villa Adelina y Boulogne, este sospechoso habría sido visto hace una semana vestido como policía, en un Toyota Corolla y con un FAL.

Curiosamente libre Se especula con que sólo a instancias de una sólida alianza con la policía podría explicarse por qué Cabrera sigue en libertad a pesar de sus antecedentes, incluida su eventual participación en el ataque al camión blindado del Banco Provincia ocurrido en noviembre de 2010, en el que fueron asesinados los policías bonaerenses Rubén Darío García y Rubén Fangio. En febrero, la ex pareja de Cabrera se presentó en la Delegación de Investigaciones de San Isidro y dijo que su concubino tenía un FAL y había sido el responsable de los asesinatos. Además, otros testigos dijeron que Cabrera se dedicaba al secuestro de narcotraficantes con algunos policías, los mismos que le exigían una parte del botín obtenido por los sendos asaltos a blindados en Ituzaingó y

Villa Lugano entre 2009 y 2010. Luego de esta denuncia, un fiscal ordenó allanar la casa de Cabrera: se encontraron una escopeta y medio kilo de cocaína. No fue detenido. En su declaración, la ex pareja de Cabrera, de 26 años, dijo que él la amenazó. “Dale, denunciame, hacé lo que quieras. No tenés pruebas de nada. Después, voy y te mato a vos y a toda tu familia”, le habría dicho Cabrera, según la denuncia. El martes pasado, Cabrera estacionó su Toyota frente a la casa en la que vivía con su mujer y disparó una ráfaga con su FAL. Diez minutos después fue hasta la casa de una vecina que había dado refugio a su ex pareja y disparó otra andanada. Ambas mujeres hicieron la denuncia en una comisaría de la zona norte del conurbano alejada de la zona en la que se presume que trabajan los policías presuntamente vinculados con Cabrera en los secuestros. A instancias de la denuncia, los uniformados fueron a las viviendas baleadas y levantaron los proyectiles para compararlos con los que mataron a los policías que custodiaban el blindado atacado en la Panamericana.

TELAM

El jefe de la policía, Hugo Matzkin, observa la droga incautada

Secuestran 45 kilos de cocaína La droga fue detectada durante un operativo policial de control de tránsito; dos detenidos Dos hombres fueron detenidos con 45 kilogramos de cocaína en su poder. La droga era trasladada en un automóvil en la localidad bonaerense de González Catán y las autoridades estimaron que el vehículo era utilizado como una suerte de “cocina móvil” para la comercialización de estupefacientes. Los detenidos, de 45 y 27 años, fueron aprehendidos anteanoche con la droga y varias armas de fuego por efectivos de la policía bonaerense en el barrio 20 de Junio, en la zona oeste del Gran Buenos Aires, informaron fuentes policiales a la agencia de noticias DyN. El arresto de los dos sospechosos de tráfico de drogas se concretó durante un operativo de control de tránsito en la calle Galván. En el Taunus de los detenidos la policía

halló 4500 tizas de cocaína, y en el baúl del vehículo , dos revólveres, calibre 38 y 32, añadieron las fuentes. El subsecretario de Seguridad Operativa bonaerense, Emiliano Baloira, señaló: “[Los detenidos] estaban transportando la droga de un lado a otro, por eso encontramos esa cantidad. Estos grupos van mutando y cambiando de lugar para evadir la acción policial”. Por su parte, el jefe de la policía bonaerense, comisario general Hugo Matzkin, destacó la importancia de los “operativos de calle” que permitieron las detenciones y el decomiso, e indicó: “Ahora viene el proceso evolutivo de investigación, en donde convergen la Superintendencia de Drogas Ilícitas y la de Investigaciones”.

TRAS UNA DECADA DE CRISIS

Mendoza: mejora la situación carcelaria Cambiaron autoridades y métodos de control; este año no hubo muertos en las penitenciarías PEDRO CIFUENTES PARA LA NACION Mendoza es la segunda provincia con más muertos en sus prisiones en la última década, después de Buenos Aires. El eco del caos carcelario mendocino ha llegado incluso a la TV estadounidense: la serie Blue Bloods puso recientemente a las prisiones de Mendoza como uno de los peores sitios para cumplir una condena. Los síntomas de la crisis son crónicos: el final de 2011 trajo consigo dos muertos y decenas de heridos por fugas, revueltas y presuntas corruptelas. Eso llevó a la nueva administración a sustituir, en enero, a los directores de todas las prisiones, salvo las del Sur (San Rafael y Lavalle). Algunos resultados ya se vislumbran. El 13 del actual, cuando el presunto asesino de la adolescente Micaela Tati Molina ingresó en el penal de Boulogne Sur Mer, los guardiacárceles estrenaron un sistema de videovigilancia “para individualizar a los protagonistas de las peleas”, según explicó el director del Servicio Penitenciario de Mendoza, Sebastián Sarmiento. En lo que va del año no ha habido un solo muerto en las prisiones de la provincia; en 2004 murieron 18. En los últimos seis años se han fugado 60 presos, y la lista completa de criminales fugitivos que aporta la oposición asciende a 250. Sobre 78 no se sabe ni siquiera de dónde se fugaron, según el diputado peronista disidente Enrique Thomas.

Las prisiones de Mendoza han vivido una década espantosa, lo que las llevó a ser calificadas como un “chiquero humano” por la Corte Suprema, a recibir sanciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y a ser intervenidas (de 2006 a 2009) por el Servicio Penitenciario Federal. Hoy, según Sarmiento, las cárceles de la provincia “están a años luz de las de otras provincias” y presentan, según sus datos, la oferta educativa universitaria más amplia de la Argentina.

Ecos trágicos Sin embargo, su mala fama trasciende fronteras. “En lo institucional, el motín del año 2000 todavía no termina”, admite Sarmiento a LA NACION, en referencia al motín más largo y mediático de la historia carcelaria local, cuyos coletazos produjeron enfrentamientos de bandas, la expulsión masiva de funcionarios y un grave retraso en la política de formación de cuadros. Romina Ronda, subsecretaria de Justicia, reconoce que las cárceles de Mendoza “siguen en el ojo de la tormenta”, pero aclara que están “mucho mejor que hace una década, como demuestra el levantamiento de las medidas disciplinarias”. La población carcelaria de Mendoza ha crecido un 32% en los últimos cuatro años, hasta alcanzar el 100% de ocupación: 3005 plazas. Además, siete de cada 10 presos actualmente encerrados en la provincia son reincidentes.

Síntesis DRAMA EN TUCUMAN

OPERATIVO DE LA METROPOLITANA

Degolló a su ex mujer Neutralizaron a un y luego se suicidó pedófilo en Boedo Un hombre degolló a su ex pareja tras una discusión y luego se suicidó en la localidad tucumana de Famaillá. Fuentes policiales dijeron que el hecho ocurrió anteayer en esa localidad, 50 kilómetros al sur de la capital provincial, cuando Miguel Angel Barrionuevo, de 51 años, se cruzó en la calle con Rosa Barros, de 44, que iba a trabajar en la cosecha de limones. Tras una discusión, Barrionuevo acuchilló en varias partes del cuerpo a su ex mujer, antes de degollarla. Acto seguido, el agresor pasó por la casa de un vecino, al que le contó lo sucedido; más tarde, la policía lo encontró muerto en medio de un charco de sangre, también degollado. A la pareja le sobreviven seis hijos, según se informó.

La Justicia porteña, a instancias de Interpol y la policía alemana, neutralizó a un pedófilo que distribuía imágenes pornográficas con menores a través de Internet desde una casa del barrio de Boedo. Efectivos de la Policía Metropolitana allanaron la casa del imputado, donde identificaron a sus ocupantes y secuestraron DVD, tarjetas de memoria, discos rígidos y computadoras como elementos de prueba. La investigación comenzó cuando la policía alemana detectó a un usuario de Internet que se conectaba desde la Argentina y usaba un programa de intercambios de archivos para compartir imágenes pornográficas de niños y adolescentes, que eran publicadas en páginas de acceso público.