INFORMACION GENERAL
Martes 19 de enero de 2010
EN EL GRAN BUENOS AIRES
I
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DIFICULTADES PARA ACCEDER A SERVICIOS BASICOS
Viajar desde el conurbano es una odisea La simple acción de movilizarse rumbo al trabajo puede demandar varias horas y hasta el uso de precarios vehículos sin habilitación Manuel Flores, de 54 años, sale de su modesta casa en el barrio Nicole, de Virrey del Pino, La Matanza. Cierra el portón de la entrada y camina por una calle de tierra y barro hasta otra de asfalto, en la esquina, donde espera un remise. “Hay una línea de colectivos por acá, la 218, que casi ni se ve. Así que no hay otra que el remise”, explica. Se sube. El coche, un Ford Falcon negro, está chocado en varias partes, las puertas no le cierran bien y no tiene patente. Además de Manuel hay otros dos pasajeros. Y luego tres, y cuatro, y cinco, sin contar al conductor. Van tres adelante y tres atrás. Por un peso, el remisero lo deja en la ruta 3. Para ir hasta la Capital, donde trabaja como albañil, Manuel puede tomarse uno de los colectivos que van hasta Once, Plaza de Mayo o Constitución, o tomar el colectivo “verde” –como se lo conoce en la zona–, que lo lleva desde el kilómetro 35, donde vive, hasta el 29, y allí subirse a una combi “trucha”. “En colectivo puedo demorar hasta dos horas y media en llegar; en la combi, la mitad”, dice. Sin embargo, casi siempre opta por el colectivo, porque es más barato. Para miles de vecinos del conurbano como Manuel, viajar en colectivo es una verdadera odisea. Un informe de la ONG Poder Ciudadano así lo refleja: vecinos que deben caminar más de 1500 metros para llegar a una parada, que soportan incumplimientos de recorridos y de frecuencias, que viajan en coches colapsados, con escaso mantenimiento, o se exponen a cambios imprevistos del servicio. Y eso son sólo algunos ejemplos. Poder Ciudadano hizo un relevamiento del servicio en La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Morón, Florencio Varela, San Isidro y Moreno. A partir de los datos recogidos en el terreno elaboró un mapa interactivo, que se puede ver en Internet (http://maps.google.com/maps/ms ?msa=0&msid=1108166551212809986 64.00046681e743ebcc386a5&ie=UTF8 &z=9). Allí se demarcan las zonas, barrios y asentamientos con mayores dificultades. “A medida que uno se aleja de la Capital, cada vez es más pobre el servicio de autotransporte público”, dice María Batch, coordinadora del informe. Además, Poder Ciudadano creó una guía de reclamos para que el usuario sepa dónde tiene que hacer el trámite para que se modifique o añada una línea.
Como aislados Según consta en el informe, Florencio Varela, Moreno y La Matanza “surgen como los distritos con menor accesibilidad relativa” al transporte. Eso significa que los vecinos tienen que caminar más de 300 metros para llegar a una parada y que algunos barrios están aislados de los recorridos, ya sea porque son nuevos o porque no tienen una estructura vial adecuada
Rosa Portillo
➷ Lejanas paradas de colectivos
Caminata obligada
➷ El 501 y un largo viaje
Escasa frecuencia
➷ Ahora, el tren
Cambio de transporte
➷ Llegada a Once y nueva escala
En la Capital
La joven, de 20 años, vive en el barrio Milenio, de Moreno; ninguna línea de colectivos pasa por allí y debe caminar siete cuadras en busca de uno.
Después de la caminata, tiene que esperar más de diez minutos la llegada del colectivo 501, que en una hora y cuarto la llevará al centro de Moreno.
Tras el viaje en colectivo, llega a la estación de trenes de Moreno, para ella un lugar de paso obligado para ir hacia la Capital.
El viaje de terminal a terminal en el ramal Sarmiento no es el final de su derrotero; en la Capital la espera otra combinación de colectivos.
Más de dos horas para llegar a la Capital
➷
Manuel Flores
➷ Al colectivo, en remise
Primer paso
➷ En un viaje compartido
El recorrido sólo comienza
➷ Colectivo o combi “trucha”, la opción
Vive en el barrio Nicole, en Virrey del Pino, La Matanza, y para ir a trabajar como albañil en la Capital tiene un primer viaje en un remise trucho.
El trayecto en remise no es un lujo para él: lo acerca hasta la parada de colectivos; viaja con otros cinco pasajeros, apretados en un viejo Falcon.
Cada mañana opta entre un viaje de dos horas y media en colectivo o de una, aunque en un vehículo sin habilitación; elige el primero, pero por el precio.
(calles de tierra, sin pavimentar). Además, hay usuarios que deben combinar líneas de colectivo para llegar a la Capital. Rosa Portillo, de 20 años, vive en el barrio Milenio, en Cuartel V, Moreno. Es un barrio nuevo que, según dice, no está ni en los mapas. No hay colectivo que pase por allí. Un jueves, pasadas las cinco de la tarde, Rosa cierra la puerta de su casa y emprende una caminata de siete cuadras hasta la parada más cercana, en un barrio lindero al suyo. Espera cinco minutos y nada. Espera otros diez y lo ve asomarse por una esquina. “Así es siempre. A veces demora más”, dice. Sube al 501, a un coche rojo, polvoriento. Paga el boleto y busca un asiento. Casi siempre viaja parada, tomada de los pasamanos. “A la mañana viaja más gente”, explica. El 501 circula por las calles asfaltadas de la zona y se detiene en todas las paradas que hay en su camino; la mayoría están sin señalizar. Esta vez, el colectivo llega a la
ruta 24 en el mismo momento en que los pasajeros de la línea 365 se bajan y, al verlo, corren para subirse y continuar viaje al centro de Moreno. Así, el 501 se llena. El circuito continúa por la ruta 25 hasta el empalme con la ruta 7 y de ahí hasta su destino. Rosa se baja en la parada de la estación de trenes. “Un viaje que me lleva una hora y cuarto en colectivo, en auto se hace en menos de 20 minutos”, dice. Si quisiera viajar a la Capital, debería tomar el tren o un colectivo hasta Liniers y combinar con otra lí-
nea. “Pero nunca puedo ir desde mi casa hasta la Capital en colectivo; siempre tengo que pasar por el centro de Moreno”, cuenta.
Soluciones posibles “Siempre existió un déficit del servicio en la periferia”, dice Andrea Gutiérrez, investigadora del Conicet y docente de la UBA, del programa de Transporte y Territorio del Instituto en Geografía. Según explica, a partir de la década del 90 ese déficit se incrementó debido a que la ciudad se expandió
En La Matanza quieren agregar servicios Uno de los municipios más habitados del Gran Buenos Aires tiene en carpeta algunas soluciones para aumentar la eficiencia del transporte público. La Matanza tiene en estudio “establecer nuevos servicios” en los barrios de Virrey del Pino, González Catán y Villa Celina, según dijeron funcionarios de la Subsecretaría de Tránsito y Transporte. “En las inspecciones realizadas se observó que se están haciendo numerosas obras de asfaltado, las cuales, una vez concluidas, permitirán la prestación del servicio de colectivos”, señaló una funcionaria del municipio, en un correo electrónico que envió a La Nacion.
El regreso será igual de complicado Otros colectivos en el macrocentro Llegar al trabajo parece un viaje interminable; en Once aún le resta tomar otro colectivo para llegar a la obra; la vuelta a casa será igual de agotadora.
más allá del segundo cordón del conurbano. “La ciudad creció y la red de transporte público no encontró la manera de adecuarse a esta estructura territorial que tiene ahora.” Según Gutiérrez, la red se extendió por líneas troncales “y eso aumentó los vacíos de conexión de zonas que están por fuera de esa lógica de urbanización”. Hoy, explica, puede ser más fácil moverse de un partido a otro que de un barrio a otro dentro del mismo partido. Según el informe de Poder Ciudadano, 18% de la población de Florencio Varela no cuenta con servicio de transporte alguno en un radio de 300 metros a la redonda de sus hogares; en Moreno le ocurre al 10%, y en La Matanza, a más del 11 por ciento. “Lo grave es que ante la falta de transporte oficial aparecen las combis truchas”, dice María Batch. Hay dos soluciones, afirma: “O legalizamos lo trucho o directamente se soluciona con transporte público el problema de la gente”.
El informe revela que las dificultades de acceso al transporte colectivo aumentan en el segundo cordón, sobre todo en el oeste y sur del GBA. San Isidro es una excepción en ese segundo cordón, ya que posee una cobertura casi total, con 27 líneas, aunque con una demanda menor. Moreno tiene 17 líneas, según el informe, aunque la Secretaría de Transporte del municipio asegura que actualmente son 11. “La calidad del transporte no debería evaluarse por la cantidad de líneas, sino por la cantidad de recorridos que tienen”, dice Oscar Siburu, responsable de la Dirección de Tránsito y Transporte del municipio de Moreno. Siburu reconoce que se debería reforzar con algún recorrido nuevo en la zona de Marilo-Trujuy y responder a “algunas necesidades puntuales” en la zona de Cuartel V, así como en los servicios que unen el distrito con la Capital.
Horacio Varoli
ALCANZO A 5,5 GRADOS EN LA ESCALA DE RICHTER Y SE EXTENDIO POR 15 SEGUNDOS
Susto y alarma por un temblor en San Juan y Mendoza El fenómeno tuvo su epicentro en la Sierra de la Dehesa, a 30 km de la capital sanjuanina
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Los últimos sismos
3 (chocan entre sí)
3 (se separan)
GRECIA 4*& %
HAITI "#!"*( GUATEMALA 4*& )
BALI 7*& $
ARGENTINA (San Juan)
Un terremoto de 5,5 grados en la escala de Richter se sintió ayer en la capital de San Juan y en parte de la provincia de Mendoza. El sismo se produjo en horario pico de actividad en el sector público y en el comercio sanjuaninos. Pese a que se sintió de manera intensa, pero breve, no hubo escenas de pánico, aunque inmediatamente, en los edificios públicos en particular, se activaron todos los mecanismos de desalojo y contención para evitar desbordes. El Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), situado en San Juan, informó que el movimiento telúrico se produjo a las 9.28 y que tuvo epicentro 30 kilómetros al noroeste de la capital provincial, en la Sierra de la Dehesa. La población sanjuanina está preparada para reaccionar ante estos fenómenos, pues ya han sufrido dos fuertes sismos que causaron graves daños en la ciudad en 1944 y 1977. El movimiento pudo sentirse también en algunas ciudades de Mendoza. El fenómeno ocurrió a una profundidad de 113 kilómetros y tuvo una duración de 15 segundos. Anteayer, cabe recordar, se había producido un sismo de 6,3 grados en la escala de Richter en el pasaje Drake, 350 kilómetros al sudeste
de Ushuaia, donde no se sintió el efecto del fenómeno. Hace un mes se realizó en la capital sanjuanina un simulacro de desalojo en el principal edificio público, el Centro Cívico, inaugurado en su totalidad a mediados del año pasado. Allí se pusieron en práctica todos los mecanismos para actuar durante una eventual catástrofe, especialmente movimiento sísmico e incendio.
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Pasaje de Drake
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Es registrado, pero no se percibe
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Es percibido y causa pequeños daños
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Sin nivel de daño En la mañana de ayer, en las calles el sismo pasó casi inadvertido para quienes se movilizaban, especialmente automovilistas, aunque en menor medida para peatones, muchos de los cuales optaron por quedarse en el lugar y tomaron algunos recaudos como, por ejemplo, no quedar cerca de postes de alumbrado o columnas que se pudieran caer. Uno de los puntos que quitaron cierto dramatismo al momento fue el hecho de que no había actividad escolar, lo que hubiese provocado un movimiento de padres alarmados hasta los establecimientos escolares, en donde el año pasado también se intensificó el programa de simulacro de evacuación para el caso de temblores importantes. El sismo fue percibido por la población, pero “estuvo muy lejos del
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nivel de daño”, dijo un experto del Inpres, Alejandro Giulano. No se produjeron cortes de energía y no se registraron en los servicios de urgencias de los hospitales casos de pacientes bajo shock por el movimiento telúrico. Precisamente hace tres días, el 15 de enero, se cumplieron 66 años del devastador terremoto de 1944, que tuvo como epicentro la ciudad de Caucete y en donde murieron 10.000 personas. Con el recuerdo intacto de esas tragedias, siempre la sensibilidad de los sanjuaninos ante los sismos está a flor de piel. El último terremoto de importancia en San Juan fue el 23 de noviembre de 1977 y también fue Caucete la ciudad que sufrió los mayores daños y que mayor cantidad de víctimas mortales registró.
Por esos acontecimientos trágicos, la ciudad de San Juan y los distritos cercanos fijaron pautas de construcción inmobiliaria para contar con medidas antisísmicas. En la provincia de Mendoza, también la mayoría de su habitantes advirtieron el importante temblor, pero en forma breve, por lo que no causó daños ni heridos, según informaron los distintos portales de noticias. En San Luis, en tanto, la intensidad del fenómeno fue mucho menor.
Otros sismos en el mundo Al igual que en la Argentina, ayer fue una jornada de alarma por la reiteración de fenómenos tectónicos en distintos puntos del mundo. Además del sismo que tuvo su epicentro 30 km al noroeste de la capital sanjuanina ocurrieron otros once
temblores, de distinta magnitud, en otros puntos del planeta. Así lo reportó el Seismic Monitor del Incorporated Research Institutions of Seismology (www.iris. edu/seismon/), donde se registran en tiempo real y con la ubicación y la magnitud justa todos los sismos en el mundo. De allí surge que el movimiento tectónico más importante registrado ayer ocurrió en Guatemala, donde alcanzó una magnitud de 5,8 grados en la escala de Richter, seguido por el terremoto verificado en la provincia de San Juan, de 5,5 grados. También hubo movimientos telúricos en Grecia, en el mar de Bali, en Indonesia y en otras islas del océano Pacífico.
Informe de Enrique Merenda
Divergencias sobre si hay relación entre los sismos ¿Hay relación entre el terremoto de Haití y los últimos dos sismos ocurridos en el país? No se sabe. Con apenas 24 horas de diferencia, el territorio argentino se sacudió en dos regiones: anteayer fue el fondo del océano, a 380 kilómetros de Ushuaia, y, ayer, San Juan y Mendoza. Ambos movimientos tectónicos, de 6,3 grados en la escala de Richter, el primero, y de 5,5 grados, el de ayer, pusieron en alerta a los expertos del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), con sede en San Juan. Pero hay interpretaciones divergentes sobre si los sismos podrían ser réplicas del trágico terremoto del 12, en la llamada placa del Caribe. El director del Inpres, Alejandro Giuliano, consideró que los diferentes fenómenos no tienen vinculaciones. “Los sismos que tuvieron lugar en San Juan y en Tierra del Fuego [anteayer] no tienen interrelación alguna. Se trata de placas tectónicas diferentes. El de San Juan pertenece a las placas Nazca y Sudamericana, mientras que el de Ushuaia pertenece a las placas Escocia y Antártica”, explicó ayer Giuliani a diferentes medios de prensa. Sin embargo, Miguel Castro, especialista de la Estación Sismológica de Mendoza, opinó que los sismos en la Argentina podrían estar vinculados con el de Haití “teniendo en cuenta la interrelación del movimiento de placas”. Castro señaló que “desgraciadamente no se pueden estimar la magnitud ni la intensidad ni, algo fundamental, la hora en la que pueden ocurrir los terremotos”. “La gente comúnmente interrelaciona todo y no está del todo desacertada”, sostuvo.