Pinamar se pone más estricta ante los excesos de los

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INFORMACION GENERAL

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Verano 2010

Miércoles 6 de enero de 2010

Buscan revertir el descontrol adolescente MAR DE LAS PAMPAS

PINAMAR

Vuelven los turistas que elegían Brasil Con una oferta de mar, bosque y cabañas, el destino cautiva a viajeros que salían al exterior DARIO PALAVECINO ENVIADO ESPECIAL

FERNANDO MASSOBRIO / ENVIADO ESPECIAL

Un grupo de jóvenes cordobeses aprovecha la tarde en la playa Ufo Point; este año tuvieron más problemas para alquilar un departamento

Pinamar se pone más estricta ante los excesos de los jóvenes En caso de inquilinos revoltosos se sanciona al dueño del inmueble con hasta $ 9200 SILVINA PREMAT ENVIADA ESPECIAL PINAMAR.– Maxi, Alvaro, Kevin, Nacho, Lucas y Mauro están en medio de la masa de jóvenes que toma sol y cerveza a las 17.30 en la playa de Ufo Point, donde la música electrónica tapa el ruido de las olas. Son cordobeses y es su segunda temporada juntos en Pinamar. Llegaron el sábado pasado y encontraron algunas diferencias con el año anterior. “Hay más policías a la noche en la calle y es más difícil que te vendan alcohol. Además, este año se nos complicó para venir, porque no nos querían alquilar porque somos jóvenes. Nos dijeron que hay que una ordenanza que lo impide”, contó Kevin a LA NACION. La ordenanza, a la que se refiere el joven –él y sus amigos dijeron que tenían 20 años, pero sus rostros delataban una edad menor– es la 3784, del 22 de diciembre pasado, que no prohíbe el alquiler a grupos de jóvenes, sino que castiga con multas –que van desde los 184 pesos a los 9200 pesos– a los propietarios de las viviendas en las que sus inquilinos ocasionen disturbios. Esa norma es una de las medidas acordadas por los principales actores sociales de Pinamar para intentar revertir la imagen de descontrol y de zona liberada que tiene esta ciudad, sobre todo entre los adolescentes. El hecho que decidió a los adultos a

hacer algo fue el botellazo que recibió a fines de enero de 2009, mientras iba hacia su trabajo, un joven pinamarense que quedó en estado de coma durante dos semanas. Esa botella fue lanzada por otros jóvenes desde un departamento que alquilaban aquí. A pocas semanas de ese hecho, se formó el grupo Vecinos Autoconvocados de Pinamar (VAP), que promovió el diálogo sobre “la nocturnidad en el partido de Pinamar” con el aporte de la Fundación Proyecto Padres que, desde 2007, organiza charlas para familias en las playas. Se hicieron dos largas reuniones con representantes de los comerciantes, inmobiliarias, propietarios de boliches bailables –algunos de ellos viajaron especialmente desde Buenos Aires para esos encuentros– y concejales de este municipio, al término de las cuales se acordaron algunas acciones para intentar controlar los disturbios ocasionados por los jóvenes alcoholizados. Las inmobiliarias se comprometieron a no alquilar a menores solos; los comerciantes, a controlar la venta de alcohol a menores; el dueño de Ku dijo que controlaría el ingreso y egreso de sus clientes en esa disco, y la Fundación Proyecto Padres asumió por tercer año el compromiso de difundir estas acciones y continuar con su acompañamiento a los padres. “Hace tres años no se hablaba de este tema. Consideramos que el haber-

lo introducido en la agenda pública es ya un paso importante”, dijo a LA NACION Adrian Dell’Asta, director ejecutivo de la Fundación Proyecto Padres, que ha trabajado en esta problemática en Tucumán, Marcos Juarez y San Miguel. Dell’Asta insiste en que, “si un chico se alcoholiza y hace estragos, no es responsabilidad sólo de sus padres o del municipio, sino de todos”.

Compromiso desigual Pero no todos siguen ese compromiso al pie de la letra. Kevin y sus amigos consiguieron alquilar un departamento de tres ambientes por 5100 pesos para la primera quincena de enero y para seis personas. “Nos cortaron la cabeza porque está en un edificio reviejo y no tiene ni televisor. Además, nos piden 150 pesos más por cada uno que se sume”, dijo Nacho. En principio iban a ser seis amigos, ahora son 11. El control del ingreso en los boliches –por ley debe ser hasta las 2.30– es otro de los puntos del compromiso que no todos respetan. Carla, Florencia, y Valentina, de 20 años, y Mariela, de 18, y Constanza, de 19, no tuvieron problemas para entrar a bailar a las 3. “Nos sorprendió la ley que prohíbe la venta de alcohol porque en Córdoba se puede comprar hasta las 12, acá es a partir de las 21”, dijo Valentina. Las chicas, también cordobesas, tomaban sol a pocos metros del grupo

de sus comprovincianos a quienes no conocían. Ellas también sabían de la ordenanza que sanciona a los propietarios y que, en Pinamar, no quieren jóvenes solos. Lo dedujeron después de buscar casas o departamentos para alquilar por Internet y haber encontrado repetidas veces la frase: “No se aceptan mascotas ni grupos de jóvenes”. “Es más, en algunos sí aceptaban mascotas, pero no jóvenes”, dijo Cynthia. Terminaron alquilando el mismo departamento que un par de ellas había rentado el año anterior. Es de dos ambientes, pero viven seis. Pagaron 3000 pesos por la primera quincena de enero. “Es entendible lo que dicen acá, porque hay jóvenes que toman las vacaciones como el tiempo de descontrol, pero no todos son así”, dijo Cynthia. Entre los que, como ella, coinciden en que la norma pueda ser una herramienta para la concientización de adultos y menores, más que como la posibilidad concreta de aplicar sanciones, está la secretaria de Acción Social del municipio, Patricia Gómez, la funcionaria que presentó el proyecto de ordenanza ante el Concejo Deliberante y que augura: “Ojalá que no tengamos que usarla”.

Video. Qué se usa en la playa y en la noche de Pinamar. www.lanacion.com.ar

PUNTA DEL ESTE

Champagne y gym, claves en Punta Las caminatas matinales al aire libre se ganaron un lugar después del jolgorio de las noches LORELEY GAFFOGLIO ENVIADA ESPECIAL PUNTA DEL ESTE.– El frenesí de la diversión y la vida social, que estira las noches hasta las 8 de la mañana y son el sello en el orillo del balneario oriental, muestra su contracara este verano en una creciente y por demás visible movida diurna, que también impone sus rutinas y se ufana de un estilo de vida sano y natural. Ceñir las playas esteñas al burbujeo del champagne, la vidriera frenética, el capricho de las modas y a lo que aquí han bautizado como “merodeo” –ver y ser visto en algún lugar de moda– nunca como ahora pareció más desacertado. Esa faceta, si bien predominante, convive con muchas otras, quizás menos reverenciadas: la dieta cuidada, el ejercicio físico y los hábitos saludables para manejarse entre tanta euforia noctámbula son ahora una opción vital muy en boga que, además de su espacio en el Este, tiene sus propios ritos y códigos. Los escenarios de confluencia, para mencionar a los más convocantes, son cuatro. En La Barra, la bicisenda que une Montoya con Manantiales y bordea el mar, se convierte por las mañanas en La Meca de los que se entregan al fitness para verse y sentirse bien. No existen allí las modas ni se impone un rango de edad: el espacio está abierto a todo tipo de deportes, en solitario, con amigos o personal trainers, una opción usual aquí con tarifa esteña: 50 dólares por hora de

SOLEDAD AZNAREZ / ENVIADA ESPECIAL

Solos o en grupo, las caminatas matinales se imponen en Punta entrenamiento. Trajinan ese espacio desde los que caminan mirando el mar, montan en bicicleta, se calzan los rollers o se suben a monopatines, munidos de radios y Ipod. Temprano, con el rostro emblanquecido por el protector solar, es usual cruzarse con Adolfo Cambiaso y María Vázquez, que trotan a buen ritmo, despreocupados por las miradas indiscretas. “Vengo día por medio a caminar rápido antes del mediodía durante

una hora. Es mi forma de despejarme y oxigenarme, de bajar un cambio, y de estar en contacto con la naturaleza y el mar”, cuenta Denise Estrada, de 27 años, que trabaja de moza en La Barra. Intenta, así, equilibrar un modo de vida que se hunde demasiado en la noche y neutralizar lo que toma de alcohol. A partir de las 8.30, en la explanada del puerto y su continuación en la costanera de la Punta, con sus curvas y contracurvas, sin autos a la vista,

la gente corre y hasta practica yoga frente al mar. Las ventajas para trotar allí, aseguran los entendidos, son la calidad y estabilidad de la superficie y la extensión de la explanada que muchos suponen un trayecto corto cuando en realidad no lo es. Mariano Molinari, arquitecto de 35 años, hace allí diariamente su saludo al sol a las 9.30. Luego, con su colchoneta, se embarca en una clase de yoga con su novia. “En el hotel estamos limitados, preferimos venir a elongar acá que, además, es el paraíso. El ejercicio físico para ambos es una apuesta a la calidad de vida”, resumen. También sobre La Mansa, a la altura de la parada 7, funciona una playa exclusiva para practicar todo tipo de deportes náuticos, desde kayak a esquí acuático. Lo llamativo es la nutrida presencia de jóvenes y adolescentes entregados a las actividades físicas en horario matinal. Se arman allí incluso espontáneos torneos de voley sobre la arena. En el otro extremo de la península, la playa de La Juanita, en José Ignacio, es el escenario elegido por algunos famosos para entrenar y quemar calorías. Por allí trotan Marcelo Tinelli y Nicolás Repetto cuando no están absortos en sus hípercompetitivos campeonatos de fútbol. Allí, el conductor de ShowMatch oficia casi siempre de anfitrión.

Video. Las chicas de Punta del Este. www.lanacion.com.ar

MAR DE LAS PAMPAS.– Aquí, dicen en los restaurantes o en los complejos de cabañas, aparecieron muchas de las caras conocidas de temporadas anteriores y algunas muy bienvenidas a las que se les había perdido el rastro hacía uno o dos años. “Nos habían cambiado por Brasil”, cuentan. Pero aquí están, felices, seguramente convencidos de que esta combinación de mar y bosque es la ideal para sus vacaciones en la costa bonaerense. Aunque en el fondo sepan muy bien que el real les jugó una mala pasada y la diferencia cambiaria con el peso no hizo otra cosa que alejarles más de lo esperado los destinos más económicos y tentadores del vecino país. En la inmobiliaria Roncoroni, ya en los últimos días de diciembre tenían claro que venía un enero a pleno. “Estamos mucho mejor que el año pasado para esta misma época”, confirmó Minora. Afirma que ya tiene alquilado el 98% de las casas que conforman su oferta y aporta un dato más que importante: casi la quinta parte de lo reservado corresponde a contratos mensuales. “Parece que, de a poco, empieza a cambiar la tendencia de las estadas cortas [de una o dos semanas]”, dice. En Mar de las Pampas durante enero se consiguen casas por valores que van desde $ 6000 hasta $ 12.000 la quincena. Se insiste en que, pese a la

fuerte demanda, los precios son los mismos del año pasado. Apenas se reconocen algunos casos en los que la suba varía entre 5 y 10 por ciento. Además de la amplia oferta de casas en alquiler, el balneario se caracteriza por la variedad de coquetos complejos donde alojarse. Una cabaña para cuatro personas, con servicio de hotelería y piscina climatizada, puede costar unos 6500 pesos por semana. O casi 4000 pesos para una pareja. Después del gran movimiento que se vivió con las fiestas de fin de año, ahora se empiezan a respirar los réditos de enero. “Hemos notado bastante gente desde diciembre y es una buena señal para lo que viene en enero”, destacó Alicia, a cargo del restaurante La Palmera, en el Paseo Los Rosales, dispuesta a probar suerte en su primera temporada al frente del local. Por aquí asoman valores de gastronomía variados y accesibles. Hay menús desde 25 pesos, un plato de milanesa con papas fritas por 22 o parrillada completa para cuatro personas por 135 pesos. Los turistas prefieren varios de los restaurantes instalados en los paseos comerciales, de estilo similar a los nacidos a pocos kilómetros, en Cariló, con decks de madera y variedad de sabores. Hay al menos 15. Por allí, además, hay posibilidades de disfrutar de espectáculos a la gorra y contratar excursiones al Faro Querandí o circuitos en cuatriciclo entre bosque y médanos.

MAURO V. RIZZI

Piedra, madera y bosque en una postal típica de Mar de las Pampas